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Argentina: La historia de una docente que decidió aprobar a una alumna que “no sabía nada”

LaCapital/Noticias

La historia de una docente marplatense a la que le tocó evaluar a una alumna de Sierra de los Padres que le confesó que no sabía nada. La profesora cambió el enfoque de la evaluación y al final se encontró con una grata sorpresa.

La historia que la profesora marplatense Lucia Gorricho relató en su blog personal conmueve a todos los que se topan con ella en internet.

En su relato la docente contó que hace una semana le tocó evaluar a una alumna de 14 años de una escuela de Sierra de los Padres, cuya familia de origen boliviano trabaja en un frutillar. Desde un comienzo la estudiante reconoció que no sabía. Y así era, porque no tenía ni libro ni carpeta.
La docente decidió entonces cambiar el enfoque de la evaluación y al momento de corregir se encontró con una grata sorpresa que decidió compartir. “No me imaginaba que esto iba a tener tanta repercusión”, dijo luego.

 Dijo que no sabía nada

Este año tomé horas en una escuela en Sierra de los Padres, una localidad del Partido de General Pueyrredón que cuenta con una población estable de unos 4 mil habitantes. El lugar forma parte del sistema montañoso de Tandilia y está compuesto por sierras de unos 150 metros de altura. La vegetación es muy diversa y se pueden apreciar pastizales, monte y bosque.
En el espacio conviven un barrio residencial con calles que respetan la topografía y campos productivos ubicados sobre los márgenes; siendo el más destacado en la actualidad por su rentabilidad, el cultivo de frutillas. Hay varias agro-empresas operando en la zona y todas contratan mano de obra boliviana y han recibido diversas denuncias por parte de organizaciones sociales y ambientales que señalan, no sólo situaciones de semi-esclavitud en relación a la mano de obra, sino que han advertido sobre el uso de agroquímicos como parte del paquete tecnológico de producción.

Esta semana me citaron para evaluar a una estudiante que debía una materia que la habilitaría, en caso de aprobarla, a pasar de año. El director me anticipó que el nivel académico no era bueno pero que era una alumna que se esforzaba mucho para estar en la escuela.

Como no fue estudiante mía decidí preguntarle a ella los temas que habían visto en geografía el año anterior; pero no se acordaba ninguno. Con piel morena y voz muy bajita, me dijo que no había podido estudiar porque no tenía libro ni carpeta.
Entonces le dije que yo tenía toda la voluntad de aprobarla pero que era fundamental que escribiera algo que justificara la nota.

A pesar de mi insistencia no supo decir nada en relación a los contenidos de la planificación anual y entonces le pregunté:

-¿De las frutillas sabés algo?
Abrió los ojos enormes.
-Sí, me dijo.

Entonces sobre la hoja de carpeta que ella misma me dio escribí:

Evaluación de Geografía

Fecha: 07/04/16
Año: 2º

Estudiante: G.C

1) Describir una actividad económica

y ella preguntó:

-¿Puedo escribir también sobre Bolivia? Porque yo soy Boliviana.

-Si claro, le dije. Entonces agregué:

2) Mencionar los aspectos más importantes del algún país latinoamericano.

A las dos horas me entregó 3 hojas escritas de ambos lados con letra clara y prolija.

Hacia tiempo que no corregía una evaluación con tanto entusiasmo. Todo el relato de esta nena de 14 años aportó sin duda, a mi formación como geógrafa y como docente. Comparto el desarrollo de la evaluación porque creo que no pueden quedar estos contenidos sólo en mí.
Corregí las faltas de ortografía y agregué algunos signos de puntuación para facilitar la lectura.

1)

En la frutilla trabajan aproximadamente 200 personas que cosechan la fruta, limpian el campo, sacan las hojas, sacan la maleza, tienen que carpir. Ahora pagan más que antes aún mejor, pagan todo lo que hacen si carpean, limpian la cunita, etc. Algunos niños trabajan ahí aproximadamente de la edad de 13 años para arriba y algunas embarazadas también pero no hacen tanto esfuerzo o si no, no trabajan. Eso depende de ellas. A veces lo hacen para ayudar a sus maridos. Algunos de ahí, bueno casi todos, son juntados.

Casi todos los bolivianos trabajan en el campo y siempre llegan cansados y que no le toman importancia a los hijos que nunca le preguntan nada qué cómo estás o algún problema en la escuela.

Las frutilla se cosecha en cunitas en un carrito y un balde. El balde es para descartable y la cunita es para armar caja. Eso se llama embalada. A mí me gusta embalar y armar cajas y claro a la frutilla se le pone esa cosa rara en las plantas. Las riegan con un tubo que está debajo del plástico. Lo ponen los tractores.

Las cajas con frutilla y las cunitas con frutilla descartable se lo lleva un tractor que viene a las 12:15 o cerca aproximadamente y a la tarde también.

Los bolivianos pueden soportar más el campo que los argentinos porque los bolivianos tienen el trabajo más pesado y los argentinos están en las oficinas o será porque ellos si pudieron estudiar? Yo pregunto en mi casa porque no estudian porque no hay tiempo es la misma respuesta que me dan todos los días.

Ya que la frutilla es una empresa a nosotros nos dan techo, agua potable, luz menos gas. Pero claro a veces nos quitan un poco de plata para ayudar en las pagas. Para que los padres se vayan tranquilos a trabajar hay una guardería que los cuidan. Ahí les dan desayuno, comida y merienda y hay reuniones para levantar la basura. Porque además de levantar la basura de su casa, tienen que levantar la basura del patio o del suelo del baño y sino están presentes, tienen que pagar 5 pesos por cada día que falten.

También hay donaciones que mandan o traen en camiones y se le dejan a una señora que se llama Graciela y parece que ella se queda con las ropas de las cosas bonitas que llegan y lo descartable lo dejan en una carretilla para que la gente lo use.

evaluacion la peregrina

2)

Bolivia me encanta porque la primera vez que fui me encantó. Cuando es de noche todas las luces se encienden de todos colores y yo escucho tambores y cosas así como una banda porque mi casa está en una montaña. Me acuerdo cuando fui a la cancha. La cancha es una cosa que llega casi a la terminal. Hay tiendas de comida, ropa, bebidas y cosas de mercadería. A mí me gustó donde venden caña de azúcar.

En Bolivia hay montañas chicas y en la escuela les dan uniformes. Sabía que en el jardín de niños estudian las lineas, los cuadrados, triángulos y números?

La gente del campo vive en casas de barro y paja y lo único que comen es chuño y mate y cuando es cumpleaños de alguien de la familia comen seco que significa arroz con papa y ensalada y carne seca y queso de vaca y de desayuno arroz con leche y buñuelo. Todo eso lo cocinan en una clase de horno a la parrilla y yo me sé el nombre pero no sé cómo se escribe.

La gente, más bien las mujeres, tienen que ir con ropa lavada desde su casa hasta que llegan a un río caminando y la ropa la llevan en un aguayo en la espalda. Más o menos lo que tienen que caminar es desde aquí hasta Sulema para enjuagar la ropa.

Alguna vez comió tostado? Se hace con habas. Las hacés secar al sol hasta que estén más secas. Después tenés que poner en una olla sal y después poner las habas secas y tostarlas hasta que revienten. Mi abuela las hacía. Sabe que mi abuela tiene ochentaialgo y fue al doctor y le dijo que estaba muy fuerte ella? Vive en el campo y solamente dos veces la vi.

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La aprobé. La abracé cuando se fue. Le pedí permiso para compartir su texto en internet y le dije que escribiera todo lo que pudiera porque escribir hace bien y porque siempre hay cosas importantes para contar. Con un 4 (cuatro) pasó de año y por eso no estará en mi aula durante este ciclo lectivo, pero espero cruzármela en los pasillos o en el patio y preguntarle:

¿Cómo fue tu día de ayer? ¿Lo querés contar en un papel?

Fuente: http://www.lacapitalmdp.com/la-historia-de-una-docente-que-decidio-aprobar-a-una-alumna-que-no-sabia-nada/

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En defensa de la pedagogía

Luis S. Villacañas de Castro
12/04/2016

Quisiera desentrañar la antipatía y el sarcasmo que destilan ciertos profesores universitarios (afines a mí en otras cuestiones) cuando utilizan un término que, por sí sólo, ya delata lo mal enfocadas que están sus apreciaciones: “los pedagogos”. Quisiera denunciar esta antipatía y sarcasmo como teóricamente insolventes, ideológicamente dañinos y políticamente ineficaces. Volvió a suceder hace poco, esta vez en Otra vuelta de Tuerka, cuando el profesor Fernández Liria empezó su —por lo demás— interesantísima entrevista con una serie de vituperios contra “los pedagogos”, justificándolos en anécdotas personales.

Quienes así hablan de “los pedagogos” demuestran, muchas veces, una buena precisión conceptual en sus respectivas disciplinas. Por eso sorprende tanto que no hagan uso de la misma para darse cuenta que no se puede generalizar y hablar con propiedad de “los pedagogos”. De igual manera que uno no debería hablar de “los economistas” como si esta disciplina fuese un campo unificado. Hay al menos tres orientaciones pedagógicas (la cognitivista, la socio-constructivista, la pedagogía crítica) e infinitas escuelas. Como la economía, el derecho o la propia filosofía, la pedagogía también está atravesada por intereses espúreos y poblada de profesionales más o menos mediocres que se prestan a satisfacerlos. Sin embargo, cuando uno escribe, como también hizo Fernández Liria, esta vez en relación a las medidas que deberían inspirar el programa de Podemos en materia de enseñanza, que en este último no debería haber “ni rastro de pedagogos”, entonces uno desacredita un campo entero. ¿Significa esto que obras como Pedagogía del oprimido, de Freire, o Experiencia y educación, de Dewey, o Ideología y currículum, de Apple, no tienen derecho a existir? ¿De verdad no pueden enseñarnos nada?

A veces, con esfuerzo, alcanzo a adivinar que a esta condena total subyace la idea de que aquello que explica y sobre lo que interviene la pedagogía puede y debería explicarse solamente desde la sociología y, más aún, desde aquellas variables a las que tiene fácil acceso la política. Estoy de acuerdo en que con ello se identifica un factor esencial. (Por otra parte, la pedagogía es una disciplina que se nutre de dos ciencias: la sociología y la psicología.) Hay que decirlo alto y claro: el principal problema de la educación en España es la desigualdad social y la drástica reducción de recursos destinados a la educación pública. Estoy incluso dispuesto a afirmar que la calidad docente no es un problema en España. Pero eso no significa que no deba existir la pedagogía, ni que sus conocimientos no deban ser bienvenidos, o al menos respetados.

A su vez, me da la sensación de que bajo la burla y la denigración que la pedagogía sufre en ciertos discursos progresistas late la sospecha de que aquéllos que defendemos y trabajamos para que dentro del aula se hagan aún mejor las cosas no vamos a defender, a su vez, que la sociedad está rota y que debe ser reparada. Es como si tuviésemos que elegir forzosamente entre lo metodológico o lo sociológico. No sé por qué no podríamos combatir en los dos frentes. Por su simplismo arbitrario, plantear esta disyuntiva me recuerda a aquéllos que decían que el psicoanálisis era una teoría burguesa y que defender la existencia del inconsciente era negar la lucha de clases. Cuando lo cierto es que eran dos teorías diferentes, con dos objetos de estudio diferentes y saberes complementarios.

No voy a abrazar argumentos dogmáticos que planteen que los aspectos metodológicos puedan explicarlo y solucionarlo todo. Pero tampoco diré que no pueden ayudar nada. Claro que pueden. Porque resulta que dentro de la sociedad existen las instituciones: los colegios, institutos y universidades son algunas de ellas. Y en sus aulas se conforma un espacio que, si bien es permeable a las inercias de afuera, también es permeable a los esfuerzos internos de docentes que pueden hacer uso de variables como la innovación y el desarrollo curricular para asegurarse de que los recursos y estrategias que ellos mismos utilizan en sus clases no van a dificultar, aún más, la democratización del conocimiento, la cultura y la transformación social. Es decir: que su propia praxis pedagógica no va sumarse a los obstáculos e injusticias que vienen de fuera. Algo que muchas veces ocurre, también en la educación pública. Para evitarlo, hay orientaciones y principios pedagógicos que son mejores que otros. Y se pueden aprender, como todo en la vida.

Frente a este hecho, no vale decir que, si la sociedad fuese más justa y democrática económicamente hablando, entonces los docentes no tendríamos por qué variar nuestra enseñanza. Primero, la frase es falsa: siempre ha habido y habrá diferentes tipos de diversidad en las aulas. Segundo, la frase delata un narcisismo que antepone la comodidad del docente a las necesidades de la sociedad cuya ordenación uno tiene todo el derecho a criticar, pero no a ignorar; de ahí a decir que son demasiados los estudiantes que llegan a la universidad porque “¡hay que ver lo mal que escriben, y lo poco que saben!” hay apenas un paso. Y en tercer lugar, la docencia tradicional que ha imperado en España, en la que el docente sólo hablaba y hablaba y los alumnos sólo escuchaban, se sostenía menos por su valor educativo que por apelaciones a la autoridad.

Pese a todo, podría comprender que alguien haga un discurso estratégico de prioridades y que, sobre esa base, prime lo sociológico sobre lo metodológico para decir que aquí y ahora es más importante aumentar el número de escuelas, institutos y docentes que mejorar la formación de estos últimos. Ese es un argumento que puedo comprender y que voy a apoyar. Pero entonces que se diga de esta manera, si es esto lo que se quiere decir. Como también podría entender que alguien defendiera que la mejor manera de que el docente se desarrolle profesionalmente en su enseñanza es dándole completa libertad de cátedra en todos los niveles educativos, para que pueda innovar sobre el currículum e investigar sobre su propia docencia. Éste es un argumento pedagógico que estoy dispuesto a apoyar. El saber de la pedagogía no pertenece a las facultades de educación solamente sino que es tesoro común de todos los educadores (también de los que trabajamos en facultades de educación); todos tenemos y aplicamos nuestra pedagogía, lo queramos o no. De lo que se trata es de adquirir capacidades reflexivas y críticas para innovar, valorar y mejorar nuestra propia enseñanza. Algunos de nosotros, con nuestro trabajo, tratamos de poner a futuros docentes en la senda de que puedan adquirir, ejercitar y afinar estas capacidades por su cuenta. Pero nada de esto transpira en la frase de Fernández Liria: “Ni rastro de pedagogos”.

Creo que esta última frase es, además, ideológica y políticamente ineficaz porque no se da cuenta de que ciertas orientaciones pedagógicas son aliadas naturales en la protección de la educación pública. Como se ha repetido en multitud de ocasiones, el neoliberalismo se esconde hoy detrás del discurso de la “calidad” y de su importancia en un mundo globalizado. Obviamente, el término que queda marginado en esta fórmula —el de la “cantidad”— delata el verdadero sentido elitista de la calidad neoliberal. Se trata de evitar el acceso de todos y todas sin excepción a la educación, de dificultar la democratización misma de la cultura y de su potencial transformador. Ahora bien, creo que quienes sólo interpretan los problemas y las soluciones de la educación desde el BOE (desde aquello que podría hacer la política) y no desde las mejoras que los propios docentes podrían darse a sí mismos asumen, de facto, que no puede haber calidad y cantidad al mismo tiempo. Apuestan decididamente por la cantidad, por más inversión, más docentes, más centros… pero en la medida en que no integran la pedagogía en su discurso son incapaces de aportar una definición de calidad que sea alternativa a la que ofrece el neoliberalismo —el cual, por otra parte, jamás ha buscado verdaderamente enriquecer la dimensión pedagógica sino su eliminación—. Su oscuro deseo es un mundo en el que los docentes seamos sustituidos por libros de texto parlantes, robots o programas informáticos.

Ojalá, cuando nos pregunten: “¿Cantidad o calidad?”, sepamos responder: “Las dos cosas”. Y ojalá comprendamos que la pedagogía debe contribuir a definir la calidad educativa.

Fuente: http://www.eldiario.es/contrapoder/defensa_pedagogia_6_504709564.html

Fuente de la imagen: http://www.laeducacioncuantica.org/educacioncuantica/pages/images/uploads/901.jpg

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Si sabes, enseña y si no sabes, aprende

¿De qué sirve saber algo si usted no comparte lo que sabe? Ruben Blades
Se acabaron los tiempos en que te pagaban únicamente por trabajar. Cualquier organización que pretenda prosperar, te pagará además por enseñar lo que sabes y también por aprender lo que no sabes y necesitas para hacer mejor tú trabajo. A ninguna empresa le resulta rentable tener individuos brillantes o equipos de alto rendimiento que no sean capaces de mejorar el desempeño de sus pares. La evidencia nos demuestra que contar con abundantes talentos individuales no es garantía de éxito. Demasiadas veces, el todo es menos que la suma de las partes.

Acabo de regresar de nuestro cuarto viaje a Venezuela en 6 meses. Cada periplo ha resultado una pequeña odisea. El país está en una situación verdaderamente precaria. Permanentes cortes de luz, interminables colas para conseguir artículos de primera necesidad y Caracas que ostenta el nada decoroso título de ciudad más peligrosa del mundo. Llama la atención ver a la Guardia Nacional Bolivariana desplegada en calles y carreteras así como continuas referencias al “eterno comandante Chavez”. En contraste, Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Pero un país rico en materias primas no es sinónimo de una sociedad desarrollada (de hecho los países más avanzados son aquellos con mayores “reservas” de conocimiento). Esta vez trabajamos con el equipo de perforación de Petróleos de Venezuela para tratar de resolver una problemática que no es nueva en la industria. En su principal División, tienen 40 taladros perforando pozos y su rendimiento es absolutamente desigual. Los hay que perforan un pozo en 17 días y los hay que tardan por encima de 50 en condiciones prácticamente idénticas. Es decir, los equipos con mejor rendimiento claramente tienen conocimiento que los peores equipos no tienen y que explica un porcentaje sustancial de las diferencias. Para hacerse una idea, 1 día de perforación de un taladro cuesta 22.000 dólares a lo que hay que sumar la producción que se deja de vender (600 barriles diarios por pozo) por cada jornada de retraso. Significa que cada mes se están perdiendo varias decenas de millones de dólares, un despilfarro mayúsculo. La solución, en términos de gestión del conocimiento es bastante clara: hay que determinar qué hacen esos equipos sobresalientes, cuáles son sus prácticas y decidir cómo se las transferimos a los equipos con problemas. La mejor práctica es aquella que asegura un resultado óptimo cuando la utilizas. Cuando preguntamos a los responsables de los equipos de perforación si interactúan entre sí para compartir conocimiento, su respuesta fue tajante: No. Ahora bien, esta misma realidad, es común a la mayor parte de organizaciones: vendedores o sucursales con niveles distintos de rendimiento, direcciones regionales de servicios públicos con desempeño desigual, unidades de negocio, plantas productivas… Acabamos de empezar un proyecto con una minera que consiste en identificar a las empresas con mejor desempeño a nivel mundial en una serie de procesos críticos en el área de mantenimiento para programar visitas de captura de conocimiento con el objetivo de aprender y transferir de vuelta ese conocimiento en sus operaciones en Chile. Allá donde uno mire, existen siempre diferencias en los resultados de los individuos y de los equipos cuya explicación, dado que ninguna empresa está formada por superhombres con poderes milagrosos, tiene que ver con distintos niveles de conocimiento. Asombrosamente, casi nadie parece muy preocupado.

¿Por qué sucede esto? Porque tenemos organizaciones diseñadas para competir internamente. En las empresas, es habitual encontrarse con rankings de individuos, equipos, oficinas, sedes, áreas de negocio, etc. Los resultados se gestionan felicitando y premiando al mejor y amonestando al peor (incluso castigándolo con el despido). Cualquier líder debe tener claro que lo más rentable para su organización no es promover esta lucha fratricida sino asegurarse de qué lo que hacen los mejores está siempre disponible para los que no lo hacen tan bien. La primera frase de este artículo lo resume perfectamente: “Comparar sirve para averiguar quiénes hacen mejor las cosas y en qué se basan sus logros para poderlos imitar”. Sin embargo, se insiste tozudamente en alimentar la rivalidad. Y en este contexto, al que le va bien, el que recibe bonos por su desempeño no tiene ningún interés en compartir lo que sabe y ayudar a mejorar al resto porque lo que haría es crearse competidores y disminuir sus probabilidades de ganarse el premio. “Dime como me vas a medir y te diré como me voy a comportar”. No se trata de mala voluntad sino de la respuesta natural al diseño nocivo que la organización ha promovido. La mayoría de personas a las que pregunto confiesan que no comparten su conocimiento porque no pueden, principalmente porque su empresa no les concede tiempo para ello. No existen ni espacios ni mecanismos para ayudar a los colegas y, dado que está todo diseñado para luchar encarnizadamente, cada cual se guarda para si sus mejores armas. ¿Y luego nos asombramos cuando las personas no colaboran? Más que demonizar la competencia, es urgente reaccionar ante el daño que causa colocar el “yo” por encima del “todos”. La principal queja que escuchamos en cada empresa es siempre la misma: no trabajamos en equipo. Los participantes en el último taller en Venezuela afirmaron “nuestra principal debilidad es no compartir”.
Por tanto, no estamos ante una simple casualidad sino que las organizaciones carecen de instancias para que el conocimiento fluya porque su modelo de gestión fue creado deliberadamente de esa manera. La inmensa mayoría de profesionales dedican su tiempo a “trabajar en lo suyo” y resulta casi imposible encontrar alguno cuya función consista en ayudar, con su conocimiento, a que los demás progresen. Se considera que todo tiempo que no se dedica a ejecutar es tiempo perdido. Las descripciones de cargo jamás incluyen ninguna referencia a compartir conocimiento o a enseñar a otros. A casi nadie le pagan por su contribución a la mejora del desempeño de sus colegas. ¿Cuántas empresas consideran fundamental la capacidad de aprender o las habilidades para enseñar de los candidatos durante el proceso de selección? Sin embargo, el espíritu de la gestión de conocimiento es precisamente crear las condiciones para asegurar que el conocimiento circule al interior de la compañía, que a sus integrantes les merezca más la pena compartirlo que guardárselo para sí, porque eso es beneficioso para a la organización. Las consecuencias de no compartir conocimiento pueden llegar a ser catastróficas. Los mismos errores que ocasionaron el peor accidente ecológico de la historia con la explosión de una plataforma petrolífera de British Petroleum en el golfo de México, habían sucedido 5 años antes en una refinería de Texas.

Gestionar el conocimiento consiste en crear las condiciones para aprender y para que el conocimiento fluya. Que las personas sepan que crear, sistematizar y compartir conocimiento es lo que se espera de ellos (y no algo que ocurre cuando sobra tiempo o cuando alguien te cae bien) porque contribuye a los objetivos de la empresa. Por un lado, la gestión de conocimiento es un concepto muy simple de entender: Enseño lo que sé y aprendo lo que no sé. Pero por otro lado, gestionar el conocimiento implica desafíos considerables. Cambiar la forma de mirar la empresa como un organismo que aprende, obliga a replantearse los procesos de trabajo, el rol de las personas y los sistemas de medición. Mientras tanto, aprender se sigue viendo como una pérdida de tiempo, algo que interfiere con el trabajo, que ojala sea lo más barato posible y responsabilidad de “la gente de formación”. Años atrás, el Jefe de Capacitación de una cadena de farmacias me confesaba su frustración por no haber conseguido convencer al gerente de ventas para que le cediese a uno de sus vendedores estrella para que pudiese formar a otros vendedores. Las capacidades de ejecutar y de enseñar no solo no son incompatibles sino que es imprescindible realizarlas simultáneamente.
Ante una realidad que no cesa de cambiar, las organizaciones no tendrán más remedio que transformar su diseño de los procesos de trabajo para adaptarse. No pueden mantener el mismo esquema eternamente. Por ejemplo, hace 10 años, en Catenaria todo el mundo estaba religiosamente en la oficina a las 8:30h (y con corbata) mientras que hoy, yo piso la oficina solo cuando es imprescindible. Y es que el trabajo no es un lugar. En demasiadas instituciones públicas y privadas, mientras sus integrantes confiesan que podrían realizar su trabajo sin necesidad de acudir a diario a la oficina, se mantiene inalterable el mismo formato rígido y anticuado de hace décadas. Las organizaciones que aprenden son más planas y son más orientadas a la persuasión que al control y a la jerarquía.

¿Qué tenemos que cambiar? Cambiar obliga a aprender. Hace 2 columnas ya vimos que resulta imprescindible generar 3 hábitos inexistentes en las empresas: reflexionar, sistematizar y compartir. Pero no basta con esto, se requiere darle un protagonismo central al aprendizaje. Claro que para enseñar a otros necesitas aprender a enseñar y para eso hay que dominar el proceso de aprendizaje, algo que como ya abordamos, está al alcance de pocos profesionales. ¿Quién te enseña a enseñar? ¿Cómo se aprende a lograr que otros aprendan (y no a contarles cosas)? ¿ Te lo enseñaron en el colegio o la universidad? ¿Seguro que sabes aprender? ¿Cómo aprendemos? Siempre que hago esta pregunta en un curso, todos los participantes me responden lo mismo: “Haciendo”. Aprender no consiste en asistir a cursos, escuchar a expertos o leer contenidos bellamente estructurados. Aprender exige practicar y al finalizar, tengo que ser capaz de hacer algo que antes no podía.

Muy pronto, todas las empresas abrazarán un mandamiento que dirá: “Todo lo que sepas en tu área de expertise, necesitamos que se lo enseñes a quien le pueda hacer falta. De igual modo, cualquier ámbito en el que no tengas todo el conocimiento que requieras, necesitamos que lo aprendas para mejorar el rendimiento”. Lo que una persona o un equipo aprenden únicamente se convierte en conocimiento organizacional si existe un proceso deliberado de compartir, de otra manera el conocimiento permanece en el individuo o grupo que lo originó y la empresa no aprende. Para ello, necesitamos crear instancias para aprender y compartir y al mismo tiempo, modificar el sistema de incentivos para que dichas instancias formen parte de las tareas ineludibles de cada miembro.

El conocimiento organizacional ocurre cuando toda la organización aprende y comparte lo aprendido. En EEUU, el Ejército, una de las organizaciones más antiguas del mundo, creo en 1985 el Centro de Lecciones Aprendidas (CALL), un órgano cuya función es captar el aprendizaje y difundirlo por toda la institución. La labor de este cerebro es, como expusimos en esta charla TED, capturar lo que se aprende y proveer el conocimiento a quien lo necesite. Gordon Sullivan, ex jefe del estado mayor del ejército de EEUU decía: “El reto es descubrir qué se sabe en cualquier parte de la institución y si es valioso, hacer que lo conozcan todos”.Actualmente, con el apoyo de la tecnología, la experiencia se puede difundir casi al mismo tiempo que se genera.

El principal reto para el futuro de una empresa consiste en crear una cultura de aprendizaje, instaurar la libertad de aprender. ¿Cuál es el desafío de un líder? Desarrollar a sus colaboradores para que se revaloricen y rindan lo mejor posible en lugar de que se deprecien y rindan menos. Desarrollar exige enseñar, lo que expone a los líderes a demostrar que verdaderamente saben. La mejor estrategia para un líder es predicar con el ejemplo: ser los primeros en enseñar y mostrarse disponibles para aprender, lo que no siempre ocurre (el principal enemigo del aprendizaje es creer que ya lo sé todo y no necesito aprender). Un líder que aprende, reconoce la importancia de enseñar. Aprender implica aprender de todo lo que haces todo el tiempo. No sirve que solo algunos aprendan y no todos o que se aprenda algunas veces y no siempre. El aprendizaje es un hábito para toda la vida. Aprender y enseñar son una responsabilidad compartida. A la empresa le interesa siempre tener a los colaboradores mejor formados pero también te tiene que importar a ti: convertirte en mejor profesional (cuanto más sabes más valioso te vuelves) y contribuir al bien común. Por eso la actitud juega un papel tan decisivo. La motivación por aprender lleva a generar conocimiento y a compartirlo. La gestión del conocimiento depende de la actitud de aprender y ayudar a otros.

Aprender de lo que se hace y compartir el conocimiento está en la esencia del aprendizaje organizacional. Una organización que aprende reduce sus riesgos porque cuanto más saben los individuos y los equipos, más eficientes se vuelven y menos errores se cometen. Solo una autentica atmosfera de aprendizaje puede garantizar la innovación. Invertir en conocimiento es siempre la mejor elección.
“Si tuviésemos una organización de 25.000 aprendedores que viniesen cada día y aprendiesen nuevas maneras de crecer y mejorar, seríamos la empresa más competitiva del mundo. James Champy.

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Argentina: Colección «El Maestro Ignorante» para los chicos y los no tan chicos

Argentina/02 abril 2016/Autor y Fuente:  http://www.gacetamercantil.com/

La editorial «Capital Intelectual» acaba de lanzar la colección «El maestro ignorante», que recupera el gesto pedagógico de Jacques Rancière de que «es posible enseñar lo que uno ignora».

El filósofo marxista Jacques Rancière consagró un libro, El maestro ignorante (Libros del Zorzal), a ese personaje singular, alternativamente revolucionario, capitán de artillería, profesor de química, latinista y fundador de un corpus teórico bautizado “la educación universal”. El tema no podía ser más apropiado para Rancière que, a partir de la experiencia de Jacotot, analiza los principios de su teoría y los compara con el sistema educativo y social moderno, basado en la admisión de la desigualdad entre saber e inteligencia. Alumno de Louis Althusser, Rancière participó en la redacción de Para leer El Capital(1965), antes de alejarse y cuestionar la doctrina de su maestro en La lección de Althusser (1974). A partir de 1970, se lanzó de lleno en lo que sería desde entonces su línea de investigación: los lazos entre política y estética. En más de treinta libros, ese hombre discreto y tímido de 68 años, apasionado cinéfilo, dueño de una inmensa cultura y de una temible complejidad intelectual, analizó las representaciones tradicionales de lo social y los procesos de emancipación de la clase obrera.

“Lo finito y lo infinito”, de Alan Badiou y “Diferencias de sexos”, de Françoise Heritier, son los primeros libros de “El maestro ignorante”, una colección pensada para los chicos que recupera el gesto pedagógico del filósofo francés Jacques Rancière de que es posible enseñar lo que uno ignora “mediante un ejercicio de emancipación intelectual y colectiva”.

«Montaigne escribió que enseñar a un niño no es llenar un vacío, sino encender un fuego», es la frase inicial de esta colección que edita en Argentina “Capital Intelectual”, cuyo título se inspira el libro de Ranciére, el filósofo francés que pregonaba la igualdad de las inteligencias, sin importar las edades.

Justamente porque es posible enseñar lo que se ignora, el maestro es capaz de impulsar al alumno a utilizar su propia inteligencia. «La función del maestro ignorante será entonces recuperar aquel gesto y proponer, en un momento dado, un objeto singular, un pasaje un tanto misterioso, una pregunta que se nos viene encima y ante la cual hay que reaccionar», se presenta la colección, dirigida a los más chicos.

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¿El tiempo, es finito o infinito?, ¿Por qué la vida no se llama muerte, ya que morir forma parte de la vida?, ¿Cuando surgió el comienzo? o por ejemplo ¿supone una diferencia de derechos la diferencia entre los cuerpos? y ¿esa diferencia justifica la dominación de un sexo por el otro?, son algunos de los interrogantes que dan estructura a las novedades del sello.

Es que los temas que desfilan por la colección no tienen límites, la complejidad que los atañe tampoco, pero hay un requisito obligado: que estén dirigidos a niños. Sucede que aquí la infancia no es entendida como una unidad de tiempo o un estado psicológico, más bien -como dice «El maestro ignorante» al comienzo- «se trata de un impulso de insumisión repleto de paciencia, un amor del riesgo cargado de memorias».

El texto de Badiou, escrito en Montreuil el 22 de mayo de 2010, tiene apenas 30 páginas, las suficientes para desgranar la noción de finito y de infinito, mientras el de la antropóloga Françoise Heritier ocupa más o menos la misma cantidad y del mismo modo plasma con maestría sus reflexiones sobre un tema también complejo como lo es la relación sexo-género.

La colección nació a partir de una serie de conferencias, dirigidas a grandes y a chicos, por esa razón los libros están divididos en dos partes: la primera reúne las reflexiones de los autores y finaliza con una hoja en blanco para tomar notas, mientras que la segunda es un espacio para el debate con preguntas y respuestas sobre los temas que se abordaron.

En «Lo finito y lo infinito», el filósofo, novelista y dramaturgo francés va desbrozando con un tono ameno el significado de las palabras desde las inquietudes más elementales, para lo que se vale de ejemplos, comparaciones, características, situaciones, números, observaciones, que se conjugan en el proceso de aprendizaje.

El recorrido no está exento de dificultades, nociones que incorporan la complejidad de otros temas afines que enriquecen la comprensión de estos términos –“Lo que resulta espantoso en el infinito es que nos recuerda que no lo somos”, por ejemplo-. Y así¬ es como irrumpen el universo, el big bang, un hombre llamado Cantor, las matemáticas.

Lo mismo ocurre con «Diferencia de sexos» de Françoise Heritier, sucesora de Claude Lévi-Strauss en la cátedra de antropología del Collège de France. Allí, también en un tono entretenido y observador, la académica desenmascara la relación sexo-género, al ubicarla como parte de una construcción social y cultural, que difiere de una cultura a otra.

Con decenas de ejemplos, Heritier refleja la discriminación que sufren niñas y mujeres en el ámbito educativo, político y doméstico: «publicidades, o dibujos humorísticos, bromas ordinarias dibujan el paisaje mental en el que se va a inscribir la conducta de los niños, un paisaje que se añade a la educación que reciben en sus casas o en la escuela», escribe la autora acerca de esas representaciones en torno a unos y otros sexos.

«Ser diferente no quiere decir ser desigual», sostiene más adelante para finalmente dar lugar a una catarata de reflexiones y analogías que si bien son complejas están escritas con mucha claridad, como aquella que niega la existencia de una jerarquía naturalmente dada sobre la infundada distribución de las personas según su sexo.

Con la energía cuestionadora de la realidad, «El maestro ignorante» propone una cuidada colección que se aleja de la mirada que restringe el conocimiento por edad, clase o género, y en cambio, apuesta a enseñar aun lo que se ignora.

FUENTE:  http://www.gacetamercantil.com/notas/98067/

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Dulmar Pérez. Candidata al Doctorado Pedagogía, Magister en Docencia Universitaria, Especialista en Docencia para la Educación Inicial. Ha publicado artículos internacionales y nacionales PEII-A Investigadora adscrita al CIM. Coordinadora CNIE en Barinas.

 

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Pedagogía Maldita: En la Cultura Occidental (III)

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

(TERCERA DE SEIS PARTES)

Como se ha podido observar en las dos partes anteriores, el planteamiento de la Pedagogía Maldita no es nuevo, puesto que está en los orígenes de las civilizaciones. Por ejemplo, en el Occidente el culto hacia la guerra y a los guerreros referidos en un primer momento en la Ilíada, en donde a  través de esta epopeya Homérica, se invoca desde el principio a la diosa, en la siguiente forma:

Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores… –y así se cumplía el plan de Zeus (I,5) (Carlier, 2005, p. 69).

Carlier, en su libro sobre Homero, nos menciona que en la Ilíada no se sabe cuál es el plan de Zeus, puesto que no sólo se trata del cumplimiento de la promesa que el dios hizo a Tetis de matar a muchos aqueos para vengar el ultraje de Aquiles, siendo la cólera de Aquiles un plan de estedios, sino, que Zeus tiene como objetivo, reducir el número de hombres sobre la tierra provocando una guerra.

Como se puede observar, la Ilíada nos presenta dos ámbitos, el de la divinidad y lo terrenal, en donde “el destino de los hombre es el resultado de una compleja imbricación de acciones humanas y de voluntades divinas” (Carlier, 2005, p. 72), demostrado por la cólera de Aquiles y el cumplimiento de la voluntad de Zeus, llevada a cabo en una época heroica basada en aspectos militares, el individualismo desenfrenado y la constante búsqueda de la riqueza a través del “acto glorioso”, representado siempre en la cultura griega.

Ahora bien, visualicemos la cultura romana a través de La Eneida en donde Virgilio pretende presentar una Roma legendaria, presentándonos a Eneas, como un héroe que sobrevive a la guerra de Troyay que a través de viajes, aventuras y desventuras a causas de los dioses o el destino,  coloniza, junto con sus compañeros, la ciudad de Lavinia en Italia, dando el origen al Imperio Romano. Leamos la parte final de la conquista:

(…) Eneas, aprovechándose de su indecisión, con certera mirada, vibra contra él su fatal lanza y se le arroja desde lejos con toda su fuerza: jamás murallas de piedra batidas por el aire crujieron en tal manera; jamás estalló el rayo con tan horrísono estampido. Vuela a semejanza de negro turbión la mortífera lanza, y traspasando los bordes de la loriga y los siete cercos del escudo, se le entra rechinando por mitad del muslo: dobladas las rodillas, cae en tierra herido el gigantesco Turno. Prorrumpen los Rútulos en gemidos, retumba en torno todo el monte, y los profundos bosques repiten el estruendo con lejanos ecos. (…)Venciste, y ya los Ausonios me han visto tenderte, vencido, las palmas: tuya es Lavinia; no vayan más allá tus rencores.»

Y, ¿qué podemos decir del Antiguo Testamentoel cual es presentado como una “nueva forma” para la salvación del hombre? ¿En dónde queda ese hombre heroico, ese caudillo, nacionalista, glorioso, legendario que sigue o lucha contra los preceptos divinos? Para esto, recordemos que nace una nueva iglesia, una iglesia primitiva ocupada en la exposición de contenidos a través de las escrituras para el control de los hombres, a través de la superstición evocada por la doctrina que nos da a conocer el nacimiento, las costumbre y leyes del pueblo judío,  presentándonos en muchas ocasiones la ira de Dios, castigando a todos aquéllos que desobedezcan. Para muestra, tenemos en el libro del Génesis del Antiguo Testamento el mito de Adán y Eva, cuando son lanzados del paraíso por desobedecer a Dios.

De igual forma, en el libro de Apócrifos del Antiguo Testamento,la historia es presentada entre dos extremos: “el paraíso que la empieza y el paraíso que la termina. Siendo una constante lucha entre el reino de Dios y el reino de Satán y los ángeles, prediciendo toda la historia del mundo. De acuerdo a Tasker:

Uno de los propósitos principales de los primeros capítulos del Génesis -aunque la expresión «ira de Dios» no aparece en ellos-, es registrar los juicios divinos y los castigos que Dios se vio obligado a infligir para que su absoluta soberanía y su perfecta justicia pudieran ser demostradas. La sentencia de muerte pronunciada en contra de Adán, la maldición de la tierra por su causa, y la expulsión de Adán y Eva del paraíso terrestre son manifestaciones -de palabra y obra de la ira divina. Y, lo que es muy importante, son reconocidas como tales manifestaciones por los otros escritores de la Biblia. El salmista, por ejemplo, cuando medita en el hecho ineludible de la muerte, dice: «Porque con furor somos consumidos, y con la ira somos turbados» (Salmo 90:7). Es «en Adán», explica Pablo, que «todos morimos»: «Reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán», a saber: en los que no desobedecieron mandamientos específicos como Adán, pero cuyos corazones, como uno de los resultados de la caída de Adán, eran desesperadamente impíos (Romanos 5:14). Los efectos de la maldición pronunciada en contra de la tierra por causa de Adán, señala Pablo, permanecerán hasta la manifestación final de los hijos de Dios: porque ha sido sujeta a vanidad por su Creador (Romanos 8:20). Como comentó R. Haldane: «La misma creación que declara la existencia de Dios y publica su gloria, prueba también que Dios es el enemigo del pecado y el vengador de los crímenes de los hombres, de manera que la revelación de la ira divina es universal extendiéndose a todo el mundo y nadie puede alegar ignorancia» (…) «La ira de Dios –como se ha dicho con acierto-, es un affectus tanto como un effectus, una cualidad de la naturaleza de Dios, una actitud de la mente de Dios hacia el mal»

Como se puede observar, a través del antiguo testamento se visualiza el hombre moralmente fracasado, entendido esto como la desobediencia de Dios, optando siempre por el pecado, lo cual es referido en el libro de Romanos (9:22) de la siguiente forma: “los hombre son vasos de ira preparados para destrucción”.  Pero, también se muestra un Dios que castiga sin importar que termine con toda una civilización.

Pero el Antiguo testamento, no sólo enseña el temor a Dios, por el contrario, también enseña al hombre el amor de Dios, una educación basada en la fe, en la obediencia con Cristo, reflejado muchas veces en los mártires cristianos que fueron muertos en el Coliseo en manos de los Romanos.

Para finalizar, esta tercera parte, la cultura occidental, a través de estos tres ejemplos, nos da un panorama general de los valores de cada época, valores que constituyen, fundamentan y justifican el actuar de los hombres, siempre remitidos entre dos dimensiones: lo divino y lo concreto (lo humano), el cual de alguna forma demuestra la barbarie de dioses y hombres, que tras la búsqueda de una “civilización” ideal, sin importar medios o formas de destrucción, implica siempre una enseñanza que por siglos sigue vigente, remitiendo como hasta ahora he dicho, a una Pedagogía Maldita.

FIN DE LA TERCERA PARTE

Referencias

Diez Macho, Alejandro. (1086). Apócrifos del Antiguo Testamento. Madrid, España: Ediciones Cristiandad. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=uSlnsTe5eI0C&pg=PA125&lpg=PA125&dq=mito+de+ad%C3%A1n+y+eva+del+antiguo+testamento&source=bl&ots=5AamkSvtAZ&sig=ICubQPYVTryYvsVZHfUhMdFvi98&hl=es&sa=X&ei=D2YGVfuPBJfIsAT-4YLQAQ&ved=0CEgQ6AEwBg#v=onepage&q=mito%20de%20ad%C3%A1n%20y%20eva%20del%20antiguo%20testamento&f=false

Pierre, Carlier. (2005). Homero. Madrid, España. Ediciones Akal, S. A. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=M6jDGZKW00wC&pg=PA69&lpg=PA69&dq=La+iliada+arist%C3%B3teles&source=bl&ots=XGB3IDfN5S&sig=EzFtVoQvS9T8mWpvnRJAmr_7jhc&hl=es&sa=X&ei=_z0GVdG3CISMsQT9x4CgAQ&ved=0CC8Q6AEwAw#v=onepage&q=La%20iliada%20arist%C3%B3teles&f=false

Virgilio. (2000). La Eneida. Ediciones  Elalepth.com. Recuperado de: http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/V/Virgilio%20-%20La%20Eneida%20%28en%20prosa%29.pdf

Tasker. (s. f.). La ira de Dios. Recuperado de: http://www.mercaba.org/Enciclopedia/I/ira_de_dios.htm

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Cuarenta consejos a los maestros y profesores que quieran potenciar la creatividad

Dra. C. P. Adania Guanche Martínez. La Habana, Cuba.
IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Red Iberoamericana de comunicación y divulgación científica OEI

Estimado maestro:

Para todos los docentes que estén, como tú, convencidos de la importancia que tiene potenciar las capacidades creativas de tus estudiantes, me permito aconsejar algunas acciones, actividades, o como prefieras denominarlas, que te transformarán, poco a poco, en un verdadero creador de personalidades con elevados niveles de creatividad: esos serán tus alumnos, pero estos se irán alcanzando en la medida en que transcurra el curso escolar. Trata de seguir mis consejos, no creas que son muchos, son un poco más de 40, algunos de los cuales te parecerán repetidos, pero analízalos para que veas que se refieren a diferentes aspectos. De mis recomendaciones, estas que siempre hago a todos los docentes que vienen a solicitarlas, he seleccionado y comentado, para ti, las siguientes:

  1. Integra en el contenido científico que desarrollas en tus asignaturas, todas las aristas posibles de la formación de valores en tus alumnos.
  2. Propicia el protagonismo de tus alumnos como agentes de su propio aprendizaje, mediante su estimulación constante.
  3. Atiende adecuadamente y valora las necesidades de tus alumnos, dadas por sus diferencias individuales.
  4. Realiza diagnósticos frecuentes de tu grupo, atendiendo a los problemas psicológicos y pedagógicos que cada alumno pueda presentar y a sus potencialidades para superarlos.
  5. Atiende el desarrollo de las potencialidades de cada uno de tus alumnos, al impartir tus clases. Haz que responda cada uno, al menos una pregunta diaria.
  6. Sé capaz de pronosticar el desarrollo de cada uno de tus alumnos, a partir de las actividades que planificas para ellos, y de lo que fueron capaces de lograr cada día.
  7. Promueve la independencia cognoscitiva en tus alumnos por medio de actividades de investigación que ellos puedan desarrollar. Comienza siempre por estimularlos para que investiguen lo que ellos quieran y prepárate, que ya vendrán las preguntas.
  8. Trabaja a favor de que tus alumnos desarrollen motivos e intereses estables para el aprendizaje. Que no se aprendan las cosas para ahora mismo, de memoria, que así no es el conocimiento duradero ni estable.
  9. Brinda una base orientadora para la acción comprensible para todos tus alumnos durante las clases, con preferencia, al inicio de estas. Repíteles las orientaciones si lo necesitan. No te pongas bravo(a) por ello.
  10. Asegúrate de que todos tus alumnos asimilen los fundamentos científicos del contenido de enseñanza, en cada una de las clases que desarrollas. La cientificidad es importante, es un principio didáctico.
  11. Asegúrate de constituir un ejemplo y un modelo positivo a imitar por tus alumnos, atendiendo a los rasgos de su personalidad, que tú sabes que es diferente en cada uno de ellos.
  12. Posee autoridad ante tus alumnos y sus padres, por tu experiencia, ejemplo y calidad de la docencia que impartes.
  13. Sé persistente en tus propósitos de enseñar a todos tus alumnos y lograr el desarrollo de todas sus potencialidades. Me refiero a que no te des por vencido con alguno o con alguna de tus chicos.
  14. Exprésate con sencillez, sin sacrificar la cientificidad, pero no digas disparates, si no estás seguro de algo, estúdiatelo bien, antes de llevarlo al aula.
  15. Sé disciplinado ante tus dirigentes, al tiempo que ético y respetuoso. Así darás a todos un ejemplo de lo que es un maestro en toda la extensión de la palabra.
  16. Manifiéstate con honestidad ante alguna pregunta inesperada de tus alumnos, cuya respuesta desconozcas; diles que te propones investigar la respuesta junto a ellos o ellas.
  17. Acepta analizar los criterios de tus colegas, aunque al inicio no los compartas totalmente. Siempre alguien tiene razón en algo de lo que plantea.
  18. Actúa con justicia ante los conflictos de tus alumnos entre sí, o con sus padres. Reclama siempre lo justo y lo correcto cuando se trate de corregir la conducta de un educando.
  19. Domina profundamente el contenido científico de las materias que desarrollas. Solo así podrán encontrar las contradicciones del contenido y revelarlas a tus estudiantes, lo cual es muy importante, porque promueve motivaciones, al crear situaciones problémicas.
  20. Aplica métodos novedosos, aunque tengas poca experiencia en su correcto desarrollo. Si no comienzas, no podrás seguir, y mucho menos, asimilarlos como estilo de trabajo.
  21. Establece una adecuada comunicación con tus alumnos, sus padres y con los compañeros docentes. Ya esto está dicho anteriormente, pero de otra manera: ahora hago referencia a decirlo todo con sencillez y al mismo tiempo, autoridad.
  22. Mantén una auto-superación permanente en las cuestiones pedagógicas, pero no te dejes deslumbrar por los súper-métodos que no sabes si podrán ajustarse a las características de tus educandos, los cuales tú has de conocer bien.
  23. Estimula en tus alumnos la defensa de puntos de vista personales, pero que cambien sus criterios al darse cuenta de su error anterior. Solo así serán aceptados por todos sus coetáneos y admirados por los adultos.
  24. Destaca, como cuestión positiva, la originalidad de los criterios de tus alumnos, sin crear en ellos esa autosuficiencia pedante que muchos poseen.
  25. Promueve en tus alumnos la contraposición de opiniones y criterios ejercidos mediante el debate. Enséñalos a discutir en las propias clases, sin faltarse al respeto como buenos camaradas.
  26. Promueve en tus alumnos la posibilidad de que contrasten los avances obtenidos. Haz que se comparen con ellos mismos en un momento dado del curso escolar.
  27. Demuestra originalidad e imaginación en el cumplimiento de los programas de tus asignaturas. Todo nueva técnica que inventes, propónsela a tus colegas, para contrastar opiniones.
  28. Muestra libertad de acción y flexibilidad en el desarrollo de tus actividades docentes y no repitas la misma clase que diste el curso pasado a otro grupo diferente.
  29. Estimula el surgimiento de ideas originales en tus alumnos.
  30. Indica actividades científico-investigativas para tus alumnos, en aras de mejorar el proceso de su aprendizaje desarrollador.
  31. Establece adecuadas valoraciones y autovaloraciones de la actividad pedagógica desarrollada en la escuela.
  32. Organiza adecuadamente la actividad educativa, a partir de las tareas docentes, extra docentes y extraescolares.
  33. Enséñales las palabras “mágicas”, (con permiso; disculpe; gracias; ¿me permite?); que no crean merecerlo todo.
  34. Selecciona o crea actividades que promuevan el desarrollo del pensamiento creador en tus alumnos.
  35. Manifiéstate con dinamismo en tu actividad pedagógica profesional. Que tus alumnos noten tu energía y que no te vean cansado o aburrido. Tampoco manifiestes ante ellos nada que pueda denotar falta de principios por tu parte.
  36. Mantén un ambiente de alegría y optimismo en tus clases. El maestro ejerce la docencia con arte, técnica y amor.
  37. Actúa con modestia ante tus compañeros noveles, al tiempo que te mantengas en disposición de enseñar a los demás docentes que tienen menos experiencia.
  38. Sé honesto, desde el punto de vista científico, al tratar de algún aspecto pedagógico ante el colectivo de tu escuela. No creas que te las sabes todas.
  39. Analiza cada clase que impartas para cerciorarte de que pudiste haberla desarrollado mejor.
    Sostén puntos de vista objetivos y realistas al valorar casos de alumnos tuyos, en cuestiones cotidianas que se presenten.
  40. Apóyate en la enseñanza problémica o en otras estrategias que contribuyan a estimular la participación de tus alumnos en el proceso de su aprendizaje.

Aunque muchas de las recomendaciones que te hago, pienses que no tienen que ver con la concepción que tú tienes de CREATIVIDAD, te aseguro que de la forma en que te aconsejo, lo que hago es seguir la máxima martiana: “…Y se hizo maestro, que es hacerse creador”, con lo que el Apóstol de la independencia de Cuba quiso expresar todas las cualidades positivas de la personalidad del educador-creador.

Te auguro, desde ahora, el éxito que te mereces, pues solamente con la voluntad que manifestaste al leer y asimilar estas recomendaciones sé que llegarás a donde te has propuesto.

No dudes en escribirme para manifestarme lo que has avanzado en tu voluntad firme de hacerte un maestro-creador de personalidades felices, porque “SER BUENO ES EL ÚNICO MODO DE SER DICHOSO; SER CULTO ES EL ÚNICO MODO DE SER LIBRE”. José Martí Pérez (La Habana,1853- Dos Ríos,1895).

Fuente: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Cuarenta-consejos-a-los-maestros-y-profesores-que-quieran-potenciar-la

Fuente de la Imagen:

http://docenciaydidactica.ecobachillerato.com/2014/04/la-creatividad-en-el-aula-recursos.html

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Sociedad, Escuela y Pedagogía Maldita (II)

Sociedad, Escuela y Pedagogía Maldita

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

Dibujo   Marcelo Valko

 

(SEGUNDA DE SEIS PARTES)

Continuando la reflexión de la semana anterior, la Pedagogía Maldita es como una forma de deshumanización del hombre propiciada por la irracionalidad y la codicia de ciertos grupos, de ciertos personajes que apuestan por formas de convivencia basadas en la sumisión, la sinrazón, la violencia, la “conquista” y, el “poder”, pero nunca en un saber que lleve al hombre a la constante búsqueda de la perfección de su propio ser.

Partiendo de lo anterior, podríamos observar que existen diferentes escuelas, con desiguales objetivos y por lo tanto, modelos educativos referidos a la construcción de las personas y de los estados. Por ejemplo, en la Paideia, Werner, nos menciona la descomposición “interior” de la sociedad y de todas las relaciones humanas, incluso de la familia, a consecuencia de la disgregación política cada vez más profunda;que a través de la acción de los sicofantes (impostores), se  acentúa lo insoportable: la inseguridad del individuo, como un ente aislado. Lo cual no está alejado de las actuales sociedades. Sociedades corrompidas, dirigidas por políticos o ciudadanos sicofantes a merced de la ignorancia, que refleja un sistema conformista que produce, un hombre que vive en mediocridad.

¿Y a qué nos lleva todo ello?, Pues, aunque la respuesta sea obvia, nos lleva a puntualizar una sociedad concreta, en donde la escuela está en función de la idea que se tenga de la sociedad, como apunta Lonergan en su libro de Filosofía de la educación. Pero, ¿si esto es cierto? Si la escuela está en función del desarrollo ideal del hombre, ¿en dónde quedan estas escuelas o empresas de instrucción, que capacitan a hombres y mujeres para la construcción o utilización de bombas, de armas, de substancias químicas, que sirven para dañar a los demás?, o, ¿en dónde podríamos ubicar estas escuelas regidas por la Ley de Talión en donde no existeel hombre racionaly bondadoso?

Recordemos que en la Edad Media, la mayoría de las personas no sabían leer y escribir, a diferencia de los sacerdotes y monjes, y que fue con Carlomagno que dio inicio la escuela Palatina, que tenía como objetivo hacer renacer la cultura, para fortalecer su imperio, por lo que las escuelas eran consideradas como cuerpos militares de élite (Frank, R. I., 1969).

Por lo tanto, hablar de los males crónicos de las sociedadeses hablar de diferentes tipos de escuelas  y sociedades que se han dado a través de los años: de diferentes pedagogías que no sólo remiten al orden, como búsqueda ideal del bien; sino, al desorden, al caos, en manos de estructuras organizadas que se fundamentan en la destrucción.

Actualmente, nuestras sociedades están inmersas antes los males de la humanidad, males que propician la existencia del terrorismo y el antiterrorismo, en donde las primeras se legitiman a través de los argumentos religiosos. En ellas el requisito es tener un líder carismático que defienda los “valores de la sociedad” al enseñar a niños a matar, como apunta el Instituto de Investigación sobre los Medios de Oriente Medio (con sede en Washington), quien denuncia que uno de los últimos libros de textos elaborados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), para los estudiantes palestinos, incita a la “guerra santa” y al “martirio” (MENRI, 2015).En el segundo caso, se puede leer en Internet noticias como esta:

AUTODEFENSA: Clases de “emergencia” con armas de fuego.

Primero fueron las maestras las que empuñaron fusiles de asalto y aprendieron a usarlos. Ahora les toca a los estudiantes. La campaña de Pakistán para reforzar la seguridad de las escuelas pasa por enseñar a los menores cómo disparar armas de fuego. Las autoridades ofrecen clases de entrenamiento para que estén preparados ante posibles ataques terroristas. Son lecciones «de emergencia» (…) (El Mundo, 2015).

Para finalizar esta segunda parte, cito el siguiente pasaje de “Emilio” de Rousseau:

Sepa que, naturalmente, es bueno el hombre; siéntalo en sí y juzgue de su prójimo por sí mismo; pero vea cómo deprava y pervierte la sociedad a los hombres; encuentre en las preocupaciones de éstos la causa de todos sus vicios, tenga consideración a estimar a cada individuo, mas desprecie a la muchedumbre; vea que todos llevan casi una misma máscara, pero sepa que hay rostros más hermosos que la máscara que los encubre (2000, p. 303).

Las sociedades han sido el reflejo de sus instituciones educativas, escuelas con premisas platónicas, aristotélicas, rousserianas, marxistas, deweynianas, skinnerianas, cristianas…, que siempre han remitido al ideal de la construcción de una sociedad concreta. Pero, también han existido escuelas con programas nazis,  y actualmente de Al Qaeda, ambas basadas en una “Pedagogía Maldita”.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE

Referencias

 

El Mundo. (2015). Entrenamiento antiterrorista para escolares en Pakistán. Recuperado de: http://www.elmundo.es/internacional/2015/02/21/54e8664eca47416d228b4572.html

Jaeger, Werner. (1985). Paideia. México: Fondo de Cultura económica.

Lonergan, Bernard. (2006). Filosofía de la educación. México: Universidad Iberoamericana.

MENRI. (2015). Un libro de texto para niños palestinos incita a la «guerra santa» y al «martirio». Recuperado de: http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2078

Rousseau, Juan Jacobo. (2000). Emilio o la educación. Editado por elaleph. Com. Recuperado de: http://escritoriodocentes.educ.ar/datos/recursos/libros/emilio.pdf

  1. I., Frank. (1969).ScholaePalatinae. The Palace Guards of the Later Roman Empire Rome.Recuperado de: http://en.wikipedia.org/wiki/Scholae_Palatinae

 

 

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