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El sistema educativo panameño no evalúa las destrezas ni el pensamiento crítico

Redacción: La Estrella de Panamá

El método vigente data de 1928. Urge un modelo que permita medir las habilidades, actitudes y la capacidad analítica de los estudiantes. El Ministerio de Educación presenta una propuesta en fase proyecto.

¿Cuál es el fin de la evaluación educativa en el desarrollo y crecimiento del individuo? Es importante reflexionar sobre la connotación del término. Tradicionalmente ha estado ligada a procesos de calificación, clasificación y, “en algunas ocasiones, a castigo y exclusión. Estas experiencias han creado un rechazo o temor a toda actividad encaminada a la evaluación”, afirma Maritza Mosquera, escritora y catedrática de la Universidad de Panamá.

Pero, ¿cuál es el objetivo final de la evaluación en el universo educativo? ¿Ha evolucionado esta en Panamá o se mantiene con antiguos criterios?

Para el pedagogo Paulino Romero, según relata Mosquera, evaluar es juzgar los logros en términos de los objetivos que se persiguen. Mientras que Mosquera considera que la evaluación es una forma en que los individuos pueden prepararse para enfrentar los retos y desafíos que les depara una sociedad en cambio constante.

El modelo de calificaciones que se utiliza en el sistema educativo panameño data de 1928. “Son pequeños ajustes los que se han hecho. Por ejemplo, de una prueba de fin de curso anual se cambió a evaluaciones finales por periodos y las calificaciones, que iban desde 0.0 a 5.0 en la década del 50, se modificó. Ahora 1.0 es la calificación más baja y el 5.0 se mantiene como la más alta. Luego de esto, los cambios han sido minúsculos”, apunta Zahik Álvarez, de la Dirección Nacional de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación (Meduca).

tarea”

En Panamá se aplican dos tipos de evaluación, la cualitativa y la cuantitativa; “sin embargo hay instituciones educativas donde se hace más énfasis en una que en la otra”, sostiene Mosquera.

Todo proceso educativo puede ser evaluado tanto cuantitativa como cualitativamente, pues existen los instrumentos adecuados para esta tarea. La evaluación tiene varias dimensiones, entre ellas el objetivo, finalidad, modelo, momento, evaluador, instrumento y el referente. Cada una de estas dimensiones pueden medirse ya se cuantitativa como cualitativamente. “No obstante, generamos un sesgo muy grande cuando solamente evaluamos conocimientos y dejamos de lado aptitudes y valores que llevan a un desarrollo integral, que es la esencia de la educación”, asevera la catedrática de la Universidad de Panamá.

La de los valores de 1.0 a 5.0 es una escala de calificación en la que se atribuyen valores numéricos al grado o nivel de calidad que cada estudiante evidencia en la ejecución de un criterio de evaluación. Mide lo que se precisa medir. No solamente debe ser utilizada una escala, existen otras formas para saber si se ha logrado el objetivo en el individuo. “Considero que la numeración no es lo más importante, hay que comprobar si los materiales de enseñanza son los apropiados, si los instrumentos de medición están diseñados para recabar los conocimientos necesarios, si son explicados en los tiempos adecuados, entre otros motivos”, estima Mosquera.

  • El sistema educativo panameño no evalúa las destrezas ni el pensamiento crítico
La educadora detalla que el sentido crítico de un ser humano se enseña en la niñez, cuando a los tres años el infante inicia con sus eternas interrogantes, y en vez de darles respuestas, los motivamos a que ellos nos la den a nosotros. “Por lo tanto, una escala numérica no puede generar ni garantizar un juicio crítico”.

Gina Garcés, directora de Evaluación Educativa del Meduca, manifiesta que no hay un modelo único que garantice el desarrollo del pensamiento crítico del estudiante. “Va más allá de ser excelente o bueno, de calificar de 1.0 a 5.0 o de 1 a 10 . Realmente son las estrategias que emplea el docente las que nos permiten desarrollar a un estudiante más crítico, no es la escala”.

Maureen Warner, doctora en Educación y Liderazgo, quien trabaja para Putnam County Charter Schools Systems y es coach de la Universidad de Cambridge, ve con preocupación que en la actualidad haya una pérdida importante de talentos por el empleo de los viejos esquemas de enseñanza.

“En Panamá no se cultiva el criterio analítico en las aulas, lo que vemos son mecanismos de memorización”, indica.

“¿Evolución de la educación en Panamá? No sé dónde está. Aún se hacen exámenes en cierto y falso, no se le da la oportunidad al estudiante de pensar, entonces ¿cómo vas a evaluar? Se está evaluando el plan del profesor, lo que él escribió, sus palabras, pues el estudiante nunca tuvo la oportunidad de expresar su opinión”, recalca Warner.

Proyecto del Meduca 

En el país se presentan dos situaciones en torno a las calificaciones.

En primaria, los estudiantes son promovidos con la suma total de sus calificaciones. El estudiante puede fracasar en español con 2.7, matemática, 2.8, pero en educación física y religión sacar mejores notas. La suma de estas notas da, por ejemplo, un promedio de 3.6; calificación con la que el niño de primer grado puede ser promovido a segundo, a pesar de que no domina las competencias.

En secundaria, en cambio, se evalúa por materia. Frente a esta realidad, entre otras, surge la necesidad de que se cambie de un modelo cuantitativo a cualitativo, el cual “nos permita evidenciar realmente las competencias de nuestros estudiantes, porque ni el 5.0 ni el excelente nos dicen si el estudiante tiene las herramientas para incorporarse a un mundo laboral”, sostiene Garcés.

En este sentido, el Meduca trabaja en una propuesta, la cual está en fase de proyecto.

En 2015 y 2016 se realizó una consulta en las regiones educativas del país. Unos 7,770 miembros de la comunidad educativa, entre directores de centros educativos, docentes, padres de familia y estudiantes, fueron consultados.

“La mayor crítica que recibimos fue que el sistema actual de primaria está promoviendo a los estudiantes de manera global, sin las competencias, en algunos casos las esenciales desarrolladas”, indica Garcés, y en el caso de premedia y media, lo que inquieta a los docentes, en el sistema de calificaciones, es que cuando el estudiante se queda en tres asignaturas, solo haciendo una prueba de reválida ya es promovido para el siguiente año. “Lo que aspiramos es a encontrar otra manera de promoverlo, yo diría no tanto promover, sino lograr que el estudiante realmente aprenda”, añade.

Lo que se pretende ahora es que la evaluación tenga un significado, no una numeración.

“Considero que la numeración no es lo más importante, hay que comprobar si los materiales de enseñanza son los apropiados,
si los instrumentos de medición están diseñados para recabar los conocimientos necesarios”,

MARITZA MOSQUERA
CATEDRÁTICA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

El sistema educativo panameño no evalúa las destrezas ni el pensamiento crítico

La propuesta está quedando que de preescolar hasta tercero sea un modelo cualitativo; de cuarto en adelante, se implemente la escala de 1 a 100, para que el estudiante no sufra con los diferentes modelos que tiene el país, pero “dentro de ese modelo algo que valoramos mucho es la parte de dar coach, seguimiento y monitoreo al estudiante para que desarrolle sus competencias”, indica Garcés.

La coach de la Universidad de Cambridge coincide con la directora de Evaluación Educativa del Meduca al señalar que la actual evaluación cuantitativa tiene que cambiar. “Se debe llevar al 100 porque de esa manera es más general”.

Entre los elementos que contiene todo sistema educativo moderno, la evaluación es el instrumento indispensable que al final del período demuestra a las partes (docentes y estudiantes), “cómo aprendí, cuánto enseñé”; sin embargo los profesionales coinciden en que “no queremos calificación, sino un modelo de evaluación que nos demuestra habilidades, destrezas, actitudes y, por su puesto, un pensamiento crítico en nuestros estudiantes”.

“¿Evolución de la educación en Panamá? No sé dónde está. Aún se hacen exámenes en cierto y falso, no se le da la oportunidad al estudiante de pensar, entonces ¿cómo vas a evaluar?, …se está evaluando el plan del profesor…”,

MAUREEN WARNER
DOCTORA EN EDUCACIÓN Y LIDERAZGO

El sistema educativo panameño no evalúa las destrezas ni el pensamiento crítico

Fuente: https://www.laestrella.com.pa/cafe-estrella/cultura/191204/191203-sistema-educativo-panameno-evalua

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Opinión: El reto de la historiografía en la era digital

Por: Sofía García-Bullé

Construir una perspectiva histórica en un mundo en el que predomina el registro digital es un gran desafío.

La primera experiencia que algunos tuvimos en las clases de historiografía, el proceso por el cual se realiza la recopilación y divulgación de la historia, fue leer y analizar relatos de primera mano de personas que tuvieron una participación importante en el proceso de forjar el mundo que tenemos ahora.

Para los que asistieron a clases de historia antes de la era digital, textos impresos como “Cartas de Relación” de Hernán Cortés, o los escritos varios de Walter Raleigh, fueron fuentes básicas para aproximarse a entender la influencia europea sobre el continente americano durante la era del colonialismo. Estudiar esa época es fácil en términos de selección de fuentes, el porcentaje de la población que sabía leer y escribir era mínimo, el trabajo de escribas y la imprenta eran caros; se trataba de un recurso accesible solo a las clases pudientes o personas que pudieran procurar mecenas. Es por eso que las obras escritas en esa época, y que nos acompañan hasta hoy, son pocas en comparación, por ejemplo, con los inicios del siglo XX, en el que la proporción de la gente con la habilidad de escribir era mucho mayor, la imprenta se había vuelto un recurso más generalizado y ya existía la prensa como un poder comunicativo de gran influencia.

Saltamos unos 100 años en el futuro y la situación es muy diferente, la producción y lectura de contenidos está completamente democratizado, el acceso a la educación básica es un derecho, y cualquiera que tenga una conexión a Internet y la habilidad de leer y escribir puede plasmar sus contenidos en espacios públicos como redes sociales, sitios web, blogs, videos, podcasts y más. De tener tal vez unas 100 a 200 obras de registro histórico en épocas coloniales, a unas miles a cientos de miles entre el periodo post-revolución industrial e inicios del siglo XX. Hoy tenemos tantas personas registrando instancias del transcurrir histórico al mismo tiempo que se podrían llenar galaxias con ese contenido.

¿Cómo sortear entre tanta información? ¿Cómo jerarquizar, decidir lo que es importante como registro y lo que no? ¿Cómo preservar esta información, ponerla en contexto y divulgarla? ¿Cómo cambia el significado y relevancia del registro histórico ahora que que hay millones de personas escribiendo la historia diario, en 140 caracteres o menos, por ejemplo?

Enseñarla bajo este nuevo contexto también es un reto. Antes de la era digital había métodos y recursos muy ligados a las fuentes originales de la historia para comunicarla en un salón de clases, hoy los maestros pueden utilizar desde análisis de canciones modernas que se volvieron virales, hasta el impacto de la semiótica de los memes. Gracias a esta flexibilidad de fuentes, el registro, divulgación y enseñanza de la historia ha dejado de ser un proceso unilateral para convertirse en un diálogo interactivo, para entender este proceso necesitamos hablar de dos de las herramienta más importantes de la historiografía: El registro y el análisis.

La distancia entre el registro y el análisis

En cuanto a oportunidades de registrar la historia estamos mejor que nunca gracias a todas las plataformas de publicación digital que tenemos en la actualidad pero, ¿qué hay de la distancia entre el registro, la lectura y el análisis que constituyen la forma de la perspectiva histórica?

Si hablamos, por ejemplo, de “Historia General de las cosas de la Nueva España” de Bernardino de Sahagún o “De Londres a Ladysmith via Pretoria” de Winston Churchill; estos son trabajos que tras su registro han recibido lecturas y análisis de expertos en historiografía, sociología, antropología, e incluso hasta crítica literaria. El tiempo en el que un evento histórico o experiencia personal era registrado, divulgado y analizado, representaba un periodo mucho mayor e instrumental en la formación de una perspectiva histórica. La noción de que la historia como tal no se hace en el momento sino tras el juicio posterior de las generaciones venideras ha sido una piedra angular en nuestro entendimiento de la historia como concepto y disciplina de estudio.

Hoy en día, esa distancia ya no existe, figuras tan importantes como congresistas o presidentes ya no esperan años para hacer un compendio de sus decisiones políticas y hablar de la relevancia histórica de las mismas, o cómo afectan o benefician a la sociedad a la que sirven. En cambio, nos cuentan todos los días si participaron en un rally a favor de los derecho reproductivos, si van a autorizar un “tarifazo” o si se comieron un taco bowl a la hora de la comida. Esta información se encuentra en espacios públicos digitales donde la gente puede opinar al momento si están de acuerdo o no con una agenda política pro-derechos reproductivos, si un aumento sorpresivo en el costo de transporte público les parece bien, si está bueno el taco bowl o si el hecho de comerlo sirve para minimizar el peso de decisiones políticas racistas. Pero, ¿es esto historia? ¿O es un compendio de experiencias personales y percepciones en tiempo real? ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? ¿Es un criterio válido para discernir entre lo que es relevante como hecho histórico o lo que no?

La relación entre experiencia personal y suceso histórico

La Historia es la disciplina que hace uso de diversas fuentes y métodos académicos para recopilar y divulgar un conjunto de eventos colectivos que han tenido influencia en la formación del mundo que vivimos ahora. La historiografía es el proceso por el cual se realiza esta recopilación y divulgación. Pero la situación se complica cuando la historia y la historiografía coexisten en la misma dimensión espacio-temporal.

Si regresamos otra vez a tiempos coloniales, es fácil hablar sobre la significancia histórica de la experiencia personal de Hernán Cortés al pisar por primera vez suelo del Imperio Azteca, ningún otro enviado de potencias europeas lo había hecho antes. Esta fue la primera instancia del trágico contacto entre las dos civilizaciones y formaba parte de la intención colonizadora de un reino entero. Cada palabra que él escribiera sobre este acontecimiento invariablemente iba a ser parte de un documento histórico importante. La experiencia personal de Cortés es parte integral del momento histórico de la invasión y conquista de Tenochtitlán.

Más de 500 años después, un hombre comparte su opinión sobre la generación Millennial y la generación Z, a través de un video en TikTok. El contenido de la misma no es nada sobresaliente. Su perspectiva es tan similar a la compartida por muchos de sus congéneres, que el New York Times ni siquiera se molesta en averiguar su nombre cuando publican una nota al respecto del fenómeno que provocó. “Los Millennials y la generación Z tienen el síndrome de Peter Pan, no quieren crecer nunca”, dice el hombre, quien sostiene que la visión y los esfuerzos de la generaciones posteriores a él no comprenden los pasos para un cambio de sistema sustentable. Esta perspectiva individual, pero este tipo de discursos personales también pueden ser parte de un evento histórico, si se viralizan.

Hoy la historia ya no se trata solo de ser el primero en hacer algo o en descubrirlo, o de ser una figura pública importante con poder de decisión sobre cómo transcurre el presente. Se trata también de formar parte de ese momento aleatorio que se convierte en contenido viral y lo conecta con cuestiones sociales, políticas y económicas que definen nuestro presente. También se trata de generar un término breve, conciso y atrayente como el OK Boomer, frase popularizada por la reacción de las generaciones más jóvenes ante el video. La respuesta intergeneracional masiva que se dio en las redes, representa la experiencia personal y perspectiva de millones de miembros de la generación Z y Millennial, pero también representa un momento histórico en el que un comentario individual moviliza una reacción global y visibiliza cuestiones de alto interés colectivo, como los peligros de la negación del cambio climático, la crisis financiera a nivel mundial, o el enorme desbalance económico y de justicia social entre las distintas clases socioeconómicas, además de otras problemáticas.

La frase y su significancia se han colado en espacios que marcan un interés histórico a través de la toma de decisiones políticas, tales como el parlamento de Nueva Zelanda, en el que la legisladora Chloe Swarbrick, de 25 años, usó el término “OK Boomer” para responder a otro miembro del parlamento de mayor edad, quien intentó interrumpir su discurso sobre la urgencia de enfrentar la realidad ambiental en la que vivimos. Esta democratización de las narrativas que hilan la historia tiene un efecto sobre las nuevas generaciones que han combinado un alto uso de recursos digitales con una creciente conciencia social. Lo que ha resultado en una construcción de la historia a través de muchas voces, no solo a través de una.

La labor del historiador en un presente histórico democratizado

En este punto del transcurrir histórico es imposible hablar de Historia sin los espacios digitales, que ya no solo sirven para registrar sucesos sino que también prestan plataforma e impulso a los mismos. Habíamos mencionado anteriormente que ya no existe una distancia en cuestión de tiempos entre el registro, lectura y análisis de sucesos de importancia histórica. Este nuevo panorama obliga a moderadores sociales de contenidos e historiadores, a desarrollar un sentido crítico como nunca antes había sido necesario para seleccionar, discernir y saltar tanto contexto como significancia a toda la información que hila nuestro presente histórico.

“La Internet nos está empujando, en buenas y malas maneras, a darnos cuenta de que la versión oficial de los eventos no siempre debería ser avalada y aceptada sin cuestionamientos,” dijo Jenna Wortham, colaboradora del New York Times en 2016. La periodista cultural presentó un punto importante acerca de cómo se construye y revisa la perspectiva histórica con las herramientas que tenemos actualmente. Los historiadores ahora pueden actualizar el registro mucho más rápido tomando en cuenta fuentes más diversas que ofrezcan una visión más completa de los momentos históricos.

Las omisiones y datos incompletos en los registros históricos son una ocurrencia común. Antes de la era digital podrían pasar años antes de que estos fueran detectados y corregidos, hoy pueden ser días, algunas veces hasta horas. Este proceso puede darse gracias a una aproximación a la disciplina de la Historia que toma en cuenta tanto hechos históricos como el crisol de experiencias humanas dentro de ese momento histórico, son ambas cosas las que construyen una perspectiva histórica completa.

La labor del historiador en la era digital es entender la diferencia conceptual y simbiosis entre estos dos elementos, de forma que pueda navegarlos y realizar un registro coherente y certero que parta de los testimonios que conforman un momento histórico, pero que pueda unificarlos en un solo contenido, a través del cual podamos entender las realidades cronológicas que ya son parte del pasado y prestan contexto a nuestro presente.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/historiografia-era-digital

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Libro(PDF): «Formación docente y pensamiento crítico en Paulo Freire»

Reseña: CLACSO

Se espera que este libro, en primer lugar, nutra la reexión sobre la apremiante necesidad de repensar la formación de los docentes y el desarrollo del pensamiento crítico en los países de origen de los investigadores y en las universidades, las facultades y los centros de enseñanza donde se hallan vinculados. En segundo lugar, construir comunidad académica en el contexto del Grupo de Trabajo de CLACSO “Formación docente y pensamiento crítico”, de tal manera que se fortalezca la docencia y la investigación en contextos multisituados de la región latinoamericana, a la vez que se posibilitan proyectos transformadores de realidades en diferentes niveles educativos. La lectura de estas siete obras de Freire ha suscitado reexiones del orden político, social, económico, educativo y cultural que, se aspira, entren en diálogo con otras voces interesadas en la formación de docentes en todo el sentido del concepto. Finalmente, hay que anotar que el método Freire sigue en vía de ser reconocido y puesto en práctica en los escenarios reales y particulares de aquellos docentes interesados en su propia formación y en la de sus estudiantes como pensadores críticos. La autorevisión, la autocrítica, la evaluación y los ajustes al mismo método se constituyen en parte de sus características.

Autores (as):Rincón, Helka Liliana – Autor/a. Malagón, Rusby Yalile – Autor/a. Morales Bonilla, Roxana – Autor/a. Lozano Flórez, Daniel – Autor/a. Pano Fuentes, Carolina – Autor/a. Avendaño Porras, Victor del Carmen – Autor/a. Trejo Catalán, José Humberto – Autor/a. Cortez Morales, Arnín – Autor/a. Lucio Gil, Rafael – Autor/a. Trejo Catalán, José Humberto – Compilador/a o Editor/a. Rondón Herrera, Gloria Marlén – Compilador/a o Editor/a. Páez Martínez, Ruth Milena – Compilador/a o Editor/a. Vásquez Rodríguez, Fernando – Autor/a. Rondón Herrera, Gloria Marlén – Autor/a. Páez Martínez, Ruth Milena – Autor/a. Ortiz Morales, Ferley – Autor/a.

Editorial/Editor: CRESUR

Año de publicación: 2018

País (es): Argentina

Idioma: Español

ISBN: 978-987-722-379-8

Descarga: Formación docente y pensamiento crítico en Paulo Freire

Fuente e Imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=pedagog%EDa&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Atilio Borón: El capitalismo por su funcionamiento normal es una máquina de generar pobreza

Redacción: m24

Entrevistado en InterCambio el sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón, analizó causas y factores determinantes de los retrocesos y las derrotas consecutivas que vienen registrando los progresismos e izquierdas latinoamericanas durante la última década, con las dramáticas consecuencias sociales, desmantelamientos estatales y pérdidas de soberanía que aquellos desenlaces representan para los países de la región.

Borón caracterizó que lo que hubo en su país de origen en los últimos cuatro años del gobierno liberal presidido por el empresario Mauricio Macri “fue un plan de saqueo”.

A diferencia de lo que piensan muchos críticos de ese proceso en el sentido de que fracasó, la realidad es que éste triunfó largamente y con contundencia ya que su objetivo “no era desarrollar” Argentina sino instrumentar “un proyecto de saqueo” y transferencias de ingresos y riquezas hacia el gran capital representado por Macri y sus respaldos internos y externos.

Se trató del “mismo” proyecto para “Brasil con (Jair) Bolsonaro”, por eso importa que en otros países de la región “la gente mire el vecindario” para comprender lo que está en juego en los procesos políticos y electorales. Siempre “se puede bajar” más de donde se está “y Macri lo ha probado, y Bolsonaro lo ha probado”, recalcó el reconocido académico y experimentado activista.

Borón se está sintiendo “muy impresionado por lo de Chile”, ya que hasta el levantamiento popular del 18 de octubre el país trasandino “era un sonámbulo político transitando por el mundo”, hasta que sus masas “se dieron cuenta del saqueo” de que son objeto desde la dictadura. Allí son apropiados y saqueados “no solo el cobre y el salmón” sino también “el bolsillo popular”. “A la gente la asaltaron de una manera impresionante”.

Ese proceso se dio “primero” con “el terror de los años de (Augusto) Pinochet” y “después” con “el engaño de la Concertación”, hasta que “ahora te tenés que endeudar para comer”. En Chile “la universidad pública es paga, la educación pública es paga, la salud es paga” y también “la seguridad social (…) es una estafa gigantesca”.

Destacó que eso no es así en Argentina “gracias a Amado Boudou, fue el que vio eso y dijo ´es una estafa´”. Entonces “lo convenció a Néstor (Kirchner), que no estaba muy convencido” y éste le pidió al exministro de Economía y ex vicepresidente que redactara un informe para explicarlo. El informe fue tan contundente que Kirchner frenó un proyecto para privatizar totalmente la previsión social. Esto le valió a Boudou un castigo judicial orquestado por los capitales ligados a la previsión privada, dado que “les sacó de la mano un negocio de centenares de miles de millones de dólares”.

El entrevistado precisó que en el régimen previsional chileno, todos los ciudadanos aportan una cuota y pagan “comisiones exorbitantes” a una AFP “menos las Fuerzas Armadas y de Seguridad”, cuyos integrantes mantienen el régimen previo a la privatización impuesta por la dictadura.

Después reseñó las resignaciones de ingresos y mecanismos por los que el Estado argentino con Macri se desfinanció y debilitó hasta la debacle en apenas cuatro años. “Y si no hubiera sido por el entramado social que se armó” en el país para compensar la merma de ingresos en los bolsillos de gran parte de la población, “la pobreza” se ubicaría “en el 60%”.

“Cuando ponés la economía al servicio del capital financiero, el resultado es esto”, recordó. Se trata de algo “inevitable” dado que esa opción opera sobre un hecho de carácter estructural, como que “el capitalismo por su funcionamiento normal es una máquina de generar pobreza”, una evidencia que el teólogo y político inglés “Tomás Moro” ya había verificado hace cinco siglos para el entonces incipiente capitalismo británico.

“Es una ley de hierro” la que vuelve a confirmar que “si no tenés un Estado fuerte” que al menos regule y mitigue esas desigualdades y asimetrías, “el resultado es lo que tenés en Argentina y en Brasil”, entre otros ejemplos.

Después de caracterizar las situaciones socioeconómicas y políticas que golpean otra vez a los países de la región, abrió el análisis de las razones que vienen conduciendo a las mismas. En cuanto a esto, mencionó las campañas político-mediáticas mediante las que se transmite “una mezcla de mentira” y de “manipulación mediática”, incluyendo “en Chile también” otro factor como “la sensación de que ibas a vivir del crédito toda tu vida”.

Asimismo, en varios procesos progresistas, como ocurriera con el campo nacional y popular en Argentina, los movimientos, partidos, conductores y gobernantes creyeron en “un infantil economicismo” consistente en “pensar que si a la gente le das mejores condiciones de vida, eso genera una actitud política favorable a hacer cambios, hacia las reformas sociales”, señaló.

“En segundo lugar, el absoluto desdén por las tareas de educación política, formación de los cuadros y de la opinión pública”, anotó el sociólogo. “En tercer lugar, la absoluta impericia en comunicación, la imprevisión en comunicación política en la Argentina de Kirchner, en el Brasil de Lula, en la Bolivia de Evo Morales”, cuando este “es un tema fundamental”, apuntó.

Fuente: http://m24.com.uy/atilio-boron-el-capitalismo-por-su-funcionamiento-normal-es-una-maquina-de-generar-pobreza/

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Mentir sobre Bolivia

Por: Atilio Borón

Es triste y lamentable comprobar que las artes del buen historiador que Loris Zanatta supo cultivar en el pasado se deterioraron hasta convertirlo en un propagandista. ¿De qué otro modo podría calificarse la más reciente intervención del historiador italiano a propósito de los trágicos acontecimientos en curso en Bolivia? [1] Su nota publicada en uno de los principales matutinos de Buenos Aires es un compendio de falsedades y de ocurrencias que pretenden pasar por una interpretación rigurosa y en las cuales se quiere demostrar la irredimible malignidad de Evo Morales y, según Zanatta, su mentor: el Papa Francisco. En esta breve nota me limitaré a señalar los yerros más groseros de su intervención. Dejo para mis lectores la poco agradable tarea de examinar los demás, que son muchos.

Zanatta, como buen conservador, siente una particular aversión para con el Papa Francisco y, en consecuencia, por quien sería, según él, el líder más amado por el pontífice: Evo Morales. A partir de esa supuesta constatación el historiador italiano se hunde en el submundo de sus obsesiones y sus odios más arraigados. Se pregunta, ya instalado en ese caos de sus prejuicios “¿qué democracia puede haber donde la política es una cruzada contra el infiel, el camino hacia la redención del “pueblo elegido?” Pero, ¿habla de Estados Unidos, cuyos dirigentes y gran parte de su población creen realmente ser el pueblo elegido por el Señor para sembrar la justicia y la democracia en el mundo? ¡No, habla de Bolivia!, de la humilde Bolivia de las señoras de polleras, de un pueblo que fue explotado, oprimido y escarnecido por siglos primero por el colonialismo español y más tarde por Estados Unidos y que ni bien decidió hacerse dueño de su destino atrajo sobre sí todas las iras del averno con sede en Washington, DC. No hubo en la Bolivia de Evo ninguna cruzada contra los infieles; simplemente se gobernó para empoderar al pueblo, respaldar sus derechos, sacarlo de la pobreza y para evitar que los supremacistas blancos, los sanguinarios racistas de la Media Luna Oriental, concreten de una vez y para siempre el genocidio que borre de la faz de Bolivia a esos oscuros personajes originarios que los avergüenzan ante el mundo. Que es lo que, con la complacencia de Zanatta, o su cómplice silencio, que es igual, están haciendo hoy.

Enardecido por los vahos embriagantes de su discurso Zanatta se interna resueltamente en el terreno del delirio político. Por ejemplo, cuando habla de “la obsesión (de Evo) por perpetuarse en el poder como un Rey Católico.” Esto por cometer la imperdonable transgresión de querer buscar una nueva re-elección si el pueblo así lo decidiera. Pero es asombroso que siendo tan sensible a este tipo de iniciativas de autoperpetuación en el poder no se hubiera también referido a lo que al parecer es una idéntica obsesión en Ángela Merkel o Benjamín Netanyhau, para no hablar de Helmut Kohl o Felipe González, o de la propia Democracia Cristiana italiana que estuvo más de cuarenta años en el gobierno sin que manifestase la menor preocupación sobre ese desaforado afán por “perpetuarse en el poder” de aquellos dirigentes europeos o del neofascista israelí. O cuando, con absoluta irresponsabilidad habla de “la estafa electoral para evitar el triunfo de las ‘clases coloniales’ no es (solo) el fruto de un ego enloquecido; son el lógico resultado de una ideología en la que el ‘pueblo de Dios’ no piensa doblegarse ante el ‘pueblo de la Constitución’.” Este último debe, sin duda, ser el representado por Luis Fernando “Macho” Camacho que irrumpió acompañado por unos fascinerosos al Palacio Quemado blandiendo una Biblia para exorcizar la herética presencia de la Pachamama; o el que personifica la ignota senadora autoproclamada presidenta del Estado Plurinacional por una Asamblea Legislativa que ni siquiera reunía el quórum necesario para sesionar, y cuyos tuits ahora convenientemente borrados revelaban un intenso odio racial contra las poblaciones originarias de Bolivia; o tal vez ese ‘pueblo de la Constitución’ tan exaltado por Zanatta sea el de aquellos probos republicanos que prendieron fuego y orinaron sobre la Wiphala, la bandera de los pueblos originarios de todo el mundo andino; o el que profirió las amenazas pre-electorales del tan alabado Carlos Mesa cuando, exhibiendo el talante democrático que tanto seduce a Zanatta, amenazó que desconocer cualquier resultado electoral que no sea su victoria.

Cuesta creer que quien fuera un historiador profesional pueda ignorar tantos reportes de investigación que refutan su errónea (y malintencionada) tesis sobre la supuesta “estafa electoral” de Evo. Primero, ni siquiera el informe de la OEA usa la expresión “fraude” y mucho menos habla de estafa, tal como lo ha fehacientemente demostrado un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG). Según dicho trabajo el informe de la OEA “no aporta prueba alguna que pudiera demostrar el supuesto fraude.”[2] Segundo, Zanatta también ignora los resultados del informe del Center for Economic and Policy Research (CEPR) de Washington y cuyos autores ratifican la rectitud de los resultados anunciados por el Tribunal Superior Electoral pues “no encuentran evidencia de que hubo irregularidades o fraude que afecten el resultado oficial que le dio al presidente Evo Morales una victoria en primera vuelta.” [3] Tercero, el informe de 36 páginas emitido por el más competente departamento de ciencia política de Estados Unidos en materia de estudios electorales, la Universidad de Michigan, que coincide en afirmar que no hubo fraude alguno en las elecciones bolivianas y que Evo ganó en buena ley. [4] Dice textualmente el profesor Walter R. Mebane Jr., experto mundialmente reconocido en el estudio de fraudes electorales, que en las elecciones bolivianas se comprobó la existencia de “irregularidades estadísticas que podrían indicar fraude sólo en 274 de las 34.551 mesas de votación y que (esto) no se diferencia mucho de patrones vistos en otros comicios en Honduras, Turquía, Rusia, Austria y Wisconsin. Incluso removiendo los votos fraudulentos, el MAS tiene una ventaja superior al diez por ciento”, sentenció al final de su extenso trabajo.

De haber tenido en cuenta alguno de los aportes ya referidos el historiador italiano no hubiera podido escribir una afirmación tan descabellada como la siguiente: si se “hubieran celebrado elecciones regulares, es probable que el vencedor habría sido Carlos Mesa, hombre que garantizaba un gobierno respetuoso del pluralismo y de la democracia. En cambio, al manipular las urnas, Morales desató la guerra religiosa y se eligió ‘el enemigo’: al causar la radicalización del conflicto, hizo emerger un ‘enemigo’ que como él invoca a Dios sobre la Constitución, al ‘pueblo’ sobre la democracia.” El problema para el profesor de Bologna es que sí hubo elecciones regulares, que no se manipularon las urnas y que si alguien desató una guerra religiosa, un estallido de racismo y fanatismo religioso no fueron ni Evo ni el MAS sino su tan admirado Carlos Mesa, un politiquero irresponsable al que los prejuicios –o la conveniencia- del italiano lo llevan a percibirlo como un hombre “respetuoso del pluralismo y la democracia” pese a que antes de llevarse a cabo las elecciones denunciaba el “fraude” que seguramente se cometería y que azuzó los peores sentimientos y prejuicios de las capas medias bolivianas para cometer toda clase de desmanes antes, durante y después de las elecciones, incluyendo, ¡oh sorpresa!, el incendio de las oficinas de las sedes departamentales del Tribunal Superior Electoral en Sucre, Potosí, Santa Cruz y Tarija y la destrucción de la documentación electoral que podría haber comprobado el “fraude” cometido por Morales.

Podríamos extendernos en otras consideraciones sobre el artículo de Zanatta que marcan un hito irreversible en la conversión de quien fuera un serio historiador del catolicismo en un vulgar propagandista que ofrece su pluma al servicio de la derecha y el imperialismo. Habla, en su nota, de que “el país estaba en llamas” y que eso tornaba inevitable el golpe militar pero bien se guarda de decir quiénes fueron los incendiarios. Insinúa que Brasil podría haber sido uno de ellos, pero omite toda mención de Estados Unidos, barriendo bajo la alfombra toda la evidencia que habla de la activa participación de Washington en el derrocamiento de Morales. ¿Ignora acaso que el infame Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kalimán, renunció a su cargo ni bien se consumó el derrocamiento de Morales y se radicó en Estados Unidos? ¿No escuchó lo que es vox populi en La Paz de que por su valentía republicana al “sugerirle” a Evo que debía renunciar fue remunerado por Estados Unidos con un millón de dólares gracias a una gestión realizada personalmente por Bruce Williamson, encargado de negocios de la embajada estadounidense? [5] ¿Y que se sospecha que otros generales recibieron una cantidad similar y varios jefes de policía unos quinientos mil dólares cada uno para alentar su oportuno amotinamiento? ¿Qué tiene que decir del viaje que en Septiembre de este año realizara Ivanka Trump a Jujuy, la provincia argentina lindera con Bolivia, y en donde fuera recibida por su gobernador y algunos personajes de la política boliviana que adquirieron notoriedad durante la ofensiva destituyente?

Nimiedades: lo importante para Zanatta es repetir la cantinela que le dictan desde Washington: Evo quería eternizarse en el poder, hizo fraude y la tragedia que desató es todo por su culpa. Y la democracia podría renacer de este golpe. El plan fue muy concienzudamente elaborado por los numerosos especialistas que Estados Unidos tiene para promover “cambios de régimen”, “primaveras de colores” o simples y llanos linchamientos de líderes molestos, como hicieron con Gadaffi en Libia. Bolivia era un objetivo largamente acariciado por la Casa Blanca. Todos conocemos su adicción por ciertos recursos naturales como el petróleo o, en el caso que nos ocupa, el litio, que para el Financial Times de Londres es el equivalente de lo que fue el petróleo en el siglo veinte y que es un insumo esencial para la maquinaria militar estadounidense. Y Evo y el gobierno de los movimientos sociales eran obstáculos inexpugnables, que no podían removerse apelando a la vía electoral, intentando fabricar líderes de la “sociedad civil” o penetrando en la cultura popular con los tentáculos de su ONG. Por lo tanto había que arrojar por la borda cualquier prurito legalista, olvidarse de la perversa sofistificación de los “golpes blandos” y el “lawfare” y apelar sin tapujos ni culpas al golpe militar del viejo estilo, precedido por los disturbios de un lumpenaje contratado que pudo sembrar el caos en las principales ciudades de Bolivia gracias a que las fuerzas policiales, compradas por del imperio, les dejaron la calle liberada para crear una situación socialmente insostenible y justificatoria del golpe de estado.

Zanatta no puede desconocer todo esto. Por eso lo suyo, en verdad, es un escándalo. La treintena de muertos, cientos de heridos y detenidos, los desaparecidos, la policía gaseando a los deudos que llevaban los ataúdes de sus seres queridos al cementerio, los incendios de oficinas gubernamentales, las intimidaciones y las cobardes amenazas a los familiares de funcionarios y legisladores del MAS para que traicionaran a Evo, todo este espanto, todo este derrumbe del orden democrático y de la paz social, le resbalan al historiador italiano por su piel de foca, para retribuirle una metáfora que insolentemente le dedica a Evo en su libelo. Hay que mentir, le dijeron, por el bien del imperio y de la civilización del capital. Acabar con Evo y el Mas y, de paso, socavar la autoridad de Francisco. Y el ex historiador arroja su antiguo prestigio a los perros y obedece la orden, con ganas. Lástima y vergüenza.
Notas:
[1] Cf. “De cruzadas redentoras, golpes y fraudes”, en Clarín, 23 Noviembre 2019.
[4] “Evidence Against Fraudulent Votes Being Decisive in the Bolivia 2019 Election”, disponible en http://www-personal.umich.edu/~wmebane/Bolivia2019.pdf
Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=262853
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Entrevista a Miguel Ángel Forte: “Estar en la educación pública implica militarla”

Redacción:  Perfil

El suplemento Educación dialogó con el sociólogo y profesor universitario, Miguel Ángel Forte, para profundizar sobre las manifestaciones y los reclamos que se dan en esta sociedad convulsionada.

A nivel mundial, nuevas oleadas de manifestaciones, reclamos y protestas tienen  a los jóvenes como sus actores más efusivos. Frente a este escenario, el suplemento Educación dialogó con Miguel Ángel Forte, una voz autorizada para analizar las transformaciones que se dan en esta sociedad convulsionada.

Sociólogo, profesor titular de la materia Sociología General en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director de la Maestría en Ciencia Política y Sociología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Forte es además autor de Modernidad: tiempo, forma y sentido (EUDEBA), un libro donde establece que el hombre moderno, a diferencia del héroe trágico, solo cuenta consigo mismo para entender las consecuencias de sus actos. Para ello analiza, desde el punto de vista de la sociología, los posibles significados de la idea de la modernidad, al tiempo que plantea y examina, mediante la aplicación de conceptos sociológicos, un problema bastante intemporal: el poder.

“Nos sentimos muy felices de que existan les jóvenes de hoy, que hayan recogido parte de aquellas utopías. Es como siempre digo, un gol sobre la hora de los viejos socialistas”.

Desde tu labor como sociólogo y educador tenés una posición privilegiada para analizar el rol que los jóvenes están teniendo en la sociedad a nivel mundial. Cada vez con mayor frecuencia, a raíz de una desigualdad creciente en el mundo, los jóvenes parecieran ser los que no se callan, los que se manifiestan, los que están convencidos de que no solo se puede cambiar la realidad, sino que hay que hacerlo. ¿Coincidís con este diagnóstico? ¿Cómo analizás las movilizaciones de jóvenes en el mundo?

Coincido plenamente con este diagnóstico. Barcelona, Chile, Hong Kong, Puerto Rico y EEUU demuestran que hoy las mujeres y la juventud pasaron a ser sectores que impulsan grandes transformaciones. Es más, el socialismo ha ingresado en el lenguaje de les jóvenes de manera intensa. Estamos viviendo en tal sentido. A pesar de las reacciones de ultraderecha, se da una nueva versión de los setenta y los jóvenes de aquel tiempo. Nos sentimos muy felices de que existan les jóvenes de hoy, que hayan recogido parte de aquellas utopías. Es como siempre digo, un gol sobre la hora de los viejos socialistas.

¿Cómo considerás que coexisten la educación y una “sociedad de rendimiento” (en palabras de Byung Chul Han)?

La sociedad de rendimiento se expresa fuerte en el ámbito educativo, si recordamos cuando Byung nos dice que nuestra vida está atravesada por el éxito o por el fracaso. El sujeto de rendimiento expresa que en nuestros cuerpos portamos el campo de trabajo forzado, expresado bajo la forma de la ortopedia curricular al que los docentes de la universidad le rendimos homenaje de manera cotidiana. A saber, lo que hacemos vale, en tanto acredita. Esto es la sociedad positiva  que expulsa a lo distinto.

Das clases de Sociología en la UBA, FLACSO y otras instituciones. A partir de esta experiencia, ¿qué despierta en los estudiantes la curiosidad por la Sociología? ¿Cuál es el “poder” que tiene esta disciplina?

Tengo la suerte de ser profesor de la universidad pública y lo primero que les digo a les estudiantes en su primera materia Sociología General, es que estar en la educación pública implica militarla, es decir, luchar por su defensa contra todos los proyectos privatistas que nunca faltan. En el mismo sentido, el mayor poder de la Sociología son las herramientas que brinda para luchar contra el sentido común, que en política, como militante socialista del Nuevo MAS, implica enfrentar las posiciones posibilistas a los efectos de encarar proyectos revolucionarios.

Anteriormente hemos apelado al filósofo surcoreano Byung Chul Han y su talento para poder pensar. Sos uno de los grandes divulgadores de este autor en Argentina, combinando su producción con tus propios temas abordados. ¿Qué encontraste en él y por qué creés que Han es un aliado en el  pensamiento sociológico?

Lo primero que encontré en Byung -y por eso lo doy en el seminario “Carlos Marx y Byung-Chul Han, las cadenas radicales del panóptico digital” en la Maestría de Ciencia Política y Sociología de FLACSO- es la posibilidad de que un sujeto explique el padecimiento del individuo, en tanto entorno del sistema a la manera de Luhmann. Autor que enseño también en la carrera de Sociología de la UBA. Es así, una suerte de sujeto, tipo ideal de padecimiento. Al transcurrir su lectura encontré que también el coreano empalmaba con el marxismo de la escuela crítica, enfocada sobre los escritos juveniles de Marx, a propósito de la alienación y la explotación, que en el capitalismo contemporáneo es autoalienación y autoexplotación. A saber: “Nos autoexplotamos y sentimos que nos estamos realizando”.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/estar-en-la-educacion-publica-implica-militarla.phtml

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Día de la Filosofía: ¿Se trata de explicar el mundo o de transformarlo?

Por: Ignacio Vázquez

Desde los tiempos de Platón y Aristóteles, los filósofos se dedicaron a interpretar el mundo de diversas maneras. Hace menos de dos siglos, Karl Marx pateó el tablero y planteó que la tarea de la humanidad es transformarlo

Como capas de sedimentos que se acumularon durante millones de años formando montañas imponentes, una lista interminable de filósofos oxidados por el paso del tiempo nos heredaron, además de sus interpretaciones acerca del origen del universo, la causa de todas las cosas y la razón por la que se desarrollan de esta manera y no de otra, si Dios o no Dios, si primero experiencia y después ideas o si algo preexistente que vamos descubriendo en la experiencia, si caos y azar total o una inteligencia rectora por detrás, además de todos estos debates y posiciones, nos heredaron una figura modélica del o la intelectual abstraído. Que podrá mirar al cielo, a la tierra, a Dios, al cosmos, a los animales o a lxs trabajadores, las mujeres, las disidencias sexuales y los problemas de las miserias humanas, pero siempre guardando la distancia, siempre desde “afuera”.

Aristóteles decía que los problemas de metafísica (el extremo místico de los filósofos) nacieron recién cuando estuvieron medianamente solucionados los problemas de la alimentación, del vestido, de la vivienda. O sea, cuando la sociedad se partió para que una gran parte se encargara de eso y la otra, pequeña, pudiera dedicarse al ocio y a ese tipo de problemas.

Daniel Bensaid, histórico militante revolucionario, se enojaba mucho cuando le decían que era un “intelectual comprometido”, como una de esas figuras reflexivas que elije meterse en el barro. “Comprometido intelectual” era su manera de definirse, antes que nada, como militante de un partido que pretendía ser obrero y revolucionario para terminar con el capitalismo, y que su labor intelectual, en todo caso, estaba determinada por ese fin colectivo que lo impulsaba hacia delante.

Era su forma de marcar un quiebre con 2000 años de historia y un pequeño homenaje al barbudo que hacía 150 años había resignificado para siempre la filosofía, diciendo “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”

Pero la filosofía no es solo una actitud hacia la realidad. Marx no esquiva los temas que parieron discusiones de cientos y miles de años. Para el marxismo la naturaleza es una totalidad que se desarrolla por las propias contradicciones que tiene adentro, por la interacciones entre sus infinitos elementos. Nada de Dios, ni de azar, ni de destino. Lo mismo vale para pensar la sociedad.

El ser humano es un factor que determina la marcha de la naturaleza, para bien, o para mal. Como la sociedad tiene adentro una contradicción terrible, esa de que una parte trabaja (y mucho, aunque la tecnología haya avanzado «alguito» desde que vivió Aristóteles) mientras otra vive del trabajo ajeno, las guerras, el hambre, la destrucción de la naturaleza, la violencia, el maltrato y la humillación humana, son inevitables. Sin resolver eso, dice Marx, vamos a estar perdiendo el tiempo en discusiones intrascendentes y la humanidad va a estar cada vez más cerca de su propia autodestrucción (y la del planeta).

Es un buen momento para recordar esta idea que planteaba Marx, porque coincide con un hervidero de procesos de lucha en nuestro continente. Millones en Chile vienen peleando para que caiga el asesino y represor de Piñera y terminar con toda la herencia estructural neoliberal pinochetista que todos los gobiernos se ocuparon de proteger. En Bolivia crece la resistencia popular al golpe racista, clerical, pro empresarial y pro yankee de la derecha. En Ecuador venimos de una lucha encarnizada contra el paquetazo de ajuste de Lenin Moreno ordenado por el FMI. En Colombia el pueblo trabajador está en huelga general contra las medidas empresariales de Iván Duque.

En Argentina vamos camino a un pacto social con los empresarios y especuladores que vienen matando de hambre al pueblo bajo el control del FMI y los Estados Unidos a través de una montaña de deuda. El imperialismo se anticipa a los choques más agudos de la crisis mundial y quiere ganar posiciones mientras los gobiernos reformistas traicionan las luchas populares contra las derechas del continente.

Quienes estudiamos no podemos dejar que la academia, que siempre nos transmite esta imagen de intelectual al que llegar, nos convenza de esta idea. Nosotrxs no podemos ser observadorxs de la historia, tenemos toda la fuerza para hacerla. Hay una pulseada por ganarle a la derecha en todo el planeta.

Es un buen día para recordar que el mundo tiene que ser transformado.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Dia-de-la-Filosofia-Se-trata-de-explicar-el-mundo-o-de-transformarlo

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