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Docentes que leen y transforman: La lectura en la escuela y en la universidad

Por: Ana Cristina Chávez

Promover el desarrollo del hábito lector en los estudiantes universitarios es una labor obligatoria de los docentes, que por supuesto, debe constituirse en una tarea permanente desde los primeros años de escuela, alimentada, a su vez, por el calor amoroso del hogar. La premisa en nuestros países debe ser: “padres que leen: hijos que leen; docentes que leen: estudiantes que leen”.

El punto de partida, la formación del hábito (y de la pasión)…

Las letras iniciales con las que nutrimos a nuestros niños por lo general están bañadas de vivos colores, canciones, juegos y divertidos cuentos, pero a medida que los pequeños van creciendo, la escuela y la tarea de leer van asociándose ya no a diversión, a entretenimiento, o a placer, sino a obligación, a aprendizaje forzado, a memorización, ¿y por qué negarlo? a castigo, ¿les resulta conocido eso de si te portas mal te vas a tu cuarto a estudiar? ¿O la letra con sangre entra?

Pero ¿cómo conciliarnos con la experiencia lectora? ¿Cómo convertirla en una mágica aventura, desde los primeros años de formación? ¿Cómo hacer entender que es un auténtico placer y no un estimulo negativo con aires sancionatorios?   Indudablemente, el primer paso es propiciar el hecho lector en el círculo familiar, convertir los libros en parte del entorno hogareño, no como simples objetos decorativos, sino como miembros de la familia, unos con los que nos reímos, lloramos, viajamos, y también les consultamos acerca de nuestras dudas e inquietudes existenciales, porque ellos siempre poseen la respuesta perfecta para nosotros y nos tienen paciencia, como buenos amigos saben esperarnos hasta que estemos preparados para poder disfrutar plenamente de su compañía.

Matute (2014, pág. 33), afirma: “todo lo que deseas saber se encuentra en los libros, todo”, y más adelante agrega:

las palabras escritas hacen magia en tu cabeza y crean a su vez imágenes, sensaciones, recuerdos, otras palabras. Las palabras escritas pueden ser leídas por otros para ti, entonces puedes aprender a disfrutar de su aroma y de su música, (pág. 40).

 

Por esta razón, maestros, padres, tíos, abuelos, hermanos, ¡todos! debemos interactuar con los libros y demostrarles a nuestros niños que la lectura es una magnífica aliada. Debemos leer en familia, transformar ese acto que por lo general es individual, en un acto colectivo. Al respecto, Medina (2014) asegura:

pasar del acto solitario al acto solidario en la actividad de lectura supone un enriquecimiento de la experiencia al leer, puesto que lo subjetivo, lo individual, lo propio, lo diferente del otro, completa el saber de todos y cada uno de los participantes; y simultáneamente, la intersubjetividad, lo común, lo similar, adjudica una visión integral y cohesionada que complementa la mirada particular, la cuestiona o la refuerza (pp 38-39).

 

En ese proceso de compartir la experiencia lectora, debemos conversar sobre lo que leemos, qué estamos entendiendo, qué sentimos mientras leemos, qué imágenes recreamos en nuestra mente producto de la lectura. Hay que hablar sobre libros y lo que significan para nosotros. Recientemente, en una de esas interminables colas afuera de una agencia bancaria terminé de leer “Ensayo sobre la lucidez” de José Saramago, y el destino final de los personajes principales me dejó tan conmocionada que permanecí en silencio por varios segundos; no sabía si echarme a llorar o enfurecerme por lo que les ocurrió, pues me pareció un desenlace inesperado y me generó tal sensación de desasosiego que necesitaba compartirla con alguien, pero miré alrededor y solo observé a personas desconocidas hablando de distintos temas, así que esperé a llegar a casa y conversé por teléfono con un amigo acerca del libro, haciendo énfasis en ese capítulo en particular, me sentí más aliviada y además pude recomendar una excelente lectura a alguien que seguro la sabrá apreciar.

Definitivamente, con ese texto de Saramago varias veces sentí el mazazo del que habla Franz Kafka en la carta dirigida a Oscar Pollak en 1904, citada por Gladys Madriz (2010), allí el autor de “La Metamorfosis” expresa:

En general, creo que solo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un mazazo en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga más felices, como dices tú? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo. (pág. 17)

Las líneas de Kafka nos remiten a la pasión por leer, a las sensaciones profundas que este acto es capaz de producir, a experiencias significativas como consecuencia del diálogo entre el lector y el autor, tal vez en un tono dramático pero no por eso menos real. A esto le agrego que a través de la lectura podemos transformarnos, romper paradigmas, comprender la realidad y cambiarla, cuando nos damos cuenta de las incongruencias de la vida, las desigualdades e injusticias sociales, al hacer desde el conocimiento y la reflexión, una lectura crítica del mundo. En torno a esto, Prieto Figueroa (1981), nos recuerda:

Vivir, sin duda, es más importante que leer, pero leer ayuda a vivir en plenitud, contribuye a hacer la vida más hermosa, más amplia, más generosa. Leer es también una forma de vivir, cuando de las lecturas extraemos las ideas que auxilian nuestra acción y que, enriqueciendo nuestra experiencia, la hacen más eficaz y más valiosa. (pág. 57)

¿Y qué mejor manera de vivir que hacerlo en libertad? Gozando de autonomía, de capacidad de acción y reflexión, para relacionarnos con el mundo de manera consciente y responsable, convirtiéndonos en personas “sentipensantes” (en palabras de Orlando Fals Borda y Eduardo Galeano), aptitudes que deben fomentarse y ser desarrolladas desde el ámbito educativo y familiar, mediante el diálogo, la convivencia con otros y la lectura crítica de la realidad. ¿Pero cómo lograrlo cuando de la escuela se expulsan las emociones, los sentimientos, la pasión y las voces propias? Madriz (2010), asevera:

El hecho de haber sacado formalmente y por la puerta a las emociones profundas de nuestros ámbitos educativos puede ser una de las causas de no tener hoy buenos lectores…Nuestra educación se ha basado la más de las veces en acallar los diálogos internos, las voces interiores de los múltiples yoes que pueblan la mismidad que somos, y donde la pasión, execrada por la racionalidad del ¿para qué sirve?, se ha visto sucumbir ante tanta presión. Reivindicar la fuerza y potencia de la pasión y vincularla con la lectura se convierte en una posibilidad de formación que comenzamos a introducir en nuestras aulas. (pp.18-19)

   En el mismo orden de ideas, Prieto Figueroa (1981) considera:

Ha de entenderse que la función de la escuela es más que una mecánica práctica de alfabetización. De nada vale enseñar a leer las palabras si no se enseña a penetrar el hondo significado de ellas, en su espíritu; si no se aprende a desentrañar el pensamiento contenido en los libros, comparando y comprobando. La escuela debe crear una aptitud para el pensamiento y la meditación, y si no lo hace no cumple su función trascendental, y los individuos seguirán tan analfabetos como antes: analfabetas intelectuales, fáciles presas para la mentira y el engaño… (pág. 79)

De allí la importancia de convertir la escuela y la universidad en espacios de libertad, en escenarios de lectura placentera, crítica y voluntaria –nos apunta Rod Medina (2014) -sin cercenar la creatividad con prácticas antipedagógicas de metódica cerrada. Los docentes, como mediadores de lectura debemos promover textos acordes con los intereses y motivaciones de nuestros estudiantes, niños y jóvenes, sin negarles su potencial creativo y creador. Ángel Madriz (2010), explica que las escuelas promueven las siguientes tres acciones que le restan encanto a la lectura: 1. Convertir la práctica lectora en herramienta exclusiva para la enseñanza de la ortografía, mejorar la dicción, corregir la redacción y ejercitar la memoria; 2. Obligar el análisis literario, exigiendo el acercamiento a los textos desde la determinación de los personajes, caracterización del ambiente, explicación del argumento, la fecha de nacimiento del autor o si es un poema, indicando el tipo de verso, disposición de la rima, la métrica o las figuras literarias que presenta; 3. Exigir la interpretación del texto apegándose a determinadas propuestas crítico-metodológicas, sin propiciar previamente el deseo de leer y la sed de conocimiento, hace que el lector se convierta en un ser mudo, pasivo  e indiferente.

Lo antes descrito constituye un craso error que ha fomentado el rechazo a la lectura por parte de nuestros niños y jóvenes, quienes al llegar a la edad adulta continúan reproduciendo esas actitudes negativas. ¿Pero cómo enseñar a leer, a disfrutar del acto lector, si no se siente en carne propia?, por eso me pregunté: ¿Leen nuestros docentes universitarios?, ¿Qué leen?, ¿Con cuánta frecuencia?, ¿Con cuál propósito?, ¿Venezuela es un país de lectores? Veamos qué descubrimos.

La lectura en Venezuela…

Sobre la última interrogante de la sección anterior, ya Prieto Figueroa (1981, pág. 55) lo sentenciaba en su época: “Los profesionales no leen, pero es porque de jóvenes, como dije antes, no se formó en ellos la pasión de la lectura, que es una hermosa y noble pasión sustentada por un hábito y por el refinamiento del espíritu”. Criterio similar comparte diez años después Antillano (1991):

En Venezuela nadie lee… El problema básico es instrumental: no se lee porque no hay deseo lector, pero en la base de ello se asume un elemento más grave: no se lee porque no se sabe leer… No hay comprensión lectora, la dificultad es mecánica, elemental. (pág. 23)

La escritora zuliana añade a esa realidad del momento, una serie de elementos que alejaban a los libros de las personas, y que se resumen en los siguientes: 1. La errática metodología usada en la escuela para la enseñanza de la lengua, donde prevalece el estudio del aspecto gramatical y el uso de textos no acordes con los intereses y motivaciones de los potenciales lectores. 2. La poca efectividad de las políticas de distribución, promoción y venta de libros, tanto en manos de las editoriales privadas como de los órganos responsables del Estado en los ámbitos culturales y educativos. 3. Los altos costos del papel como materia prima y del trabajo de  impresión, y 4. La poca difusión e irrespeto a la producción de los escritores venezolanos.

Más de veinte años después de los planteamientos de Prieto Figueroa y Antillano, el escenario nacional es otro. Con la elección de Hugo Chávez Frías como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, la política  de gobierno en torno a la democratización del libro avanzó significativamente e impulsó el desarrollo de hábitos lectores en la población, gestión que continuó el mandatario Nicolás Maduro Moros, posicionando a la lectura como un auténtico hecho de revolución cultural.

En el año 2003, el presidente Chávez lanzó la Misión Robinson, la cual, a través del programa de alfabetización “Yo sí puedo”, reivindicó a la población que durante décadas fue excluida del sistema escolar, fomentando su reconocimiento como sujetos históricos de cambio y exaltando la importancia de saber leer y escribir como acto de liberación intelectual y espiritual. Reflejo del éxito de tal iniciativa, el 28 de octubre de 2005, la UNESCO declaró a Venezuela territorio libre de analfabetismo; un reconocimiento internacional que celebró los avances del gobierno en materia educativa y cultural.

Así, durante la gestión bolivariana, el Estado ha creado casas editoriales como El Perro y la Rana, Biblioteca Ayacucho, Instituto del Patrimonio Cultural, Centro Nacional de Historia, Monte Ávila y Archivo General de la Nación, para fortalecer la producción y reedición de textos. A esto se añade la creación de las Librerías del Sur, en todo el territorio nacional, y la Feria Internacional del Libro de Venezuela, con sus capítulos regionales, lo que año tras año suma actividades de promoción de la lectura, venta de libros y captación de potenciales lectores.

Vinculado a esto, Fagundez (2015), entrevistó para la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) a Christian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro, quien informó:

 

El libro está ubicado dentro de la cotidianidad del venezolano, antes no era un elemento cotidiano ni simbólicamente ni fácticamente. Ahora, es algo de lo que la gente habla. 82% lee cualquier material de lectura, desde periódicos hasta libros, y 52,2% se autocalifica como lectora de libros y cada año se leen unos tres libros al año.

 

De acuerdo a lo referido por Valles, aún el hábito de leer no representa la prioridad del venezolano, pero aclara que antes de 1998, la lectura implicaba un  beneficio para un reducido sector de la población, convirtiéndose casi en un hábito de la élite, mientras que «ahora se lee en todos los sectores, no en los niveles que quisiéramos ni el tipo de lectura o de literatura al que quisiéramos que se llegara, pero se está leyendo muchísimo», acotó la dirigente cultural.

 

A esto se suma que en los últimos tiempos, con el auge de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, las plataformas digitales y los dispositivos electrónicos se presentan como  alternativa al libro impreso, fenómeno en incremento con la distribución gratuita por parte del Estado, de tabletas y minilaptos en escuelas y centros universitarios, democratizando entre los niños y jóvenes, el acceso a la información y la alfabetización tecnológica. ¿Pero entregando computadoras y propiciando el uso activo de las redes sociales el gobierno nacional realmente está contribuyendo a la formación de lectores críticos y responsables? La experiencia personal como docente universitaria me dice que no es así, pues falta trabajar con estrategias dirigidas a los usuarios-lectores, que humanicen la lectura y no solo que la instrumentalicen.

 

Una gran ventaja de internet además de unir a las personas, es que éstas pueden acceder en cuestión de segundos a datos de su interés, abriéndose a un mundo de conocimientos con sólo hacer un “clic” en el teclado del computador o pulsar la pantalla táctil de la tableta, pero en contraposición, esa facilidad para  aproximarse a cualquier tema sin tener que leer mucho, visitar bibliotecas, o comprar libros, convierte a los jóvenes en lectores menos acuciosos y críticos, quienes asumiendo el mínimo esfuerzo mental, no seleccionan ni jerarquizan la información efectivamente, no interpretan ni comprenden lo que leen, por lo cual recurren al plagio intelectual. Tampoco se cercioran de que la información copiada sea la adecuada, y con frecuencia me he topado con textos en los que aseguran “que aquí en Chile, España o Argentina, hacemos esto o aquello”, cuando la investigación se está realizando en tierras falconianas y el autor de la misma es fanático de la arepa pelada.

 

Incluso es decepcionante conseguir varios informes completamente iguales porque fueron copiados íntegramente de internet y no citan la fuente. Peor aún cuando se les pregunta el contenido del trabajo: empiezan a sudar, se ponen nerviosos, y su mente queda en blanco sin poder articular palabra alguna. Es allí cuando empiezo a cuestionar mi labor como docente mediadora de lectura, una tarea que a diario me enfrenta a nuevos retos en materia pedagógica y didáctica, para dar respuesta a las necesidades académicas y profesionales de la nueva era.

 

Sobre esta realidad actual, Medina (2014) diferencia a dos tipos de lectores a partir de un criterio de temporalidad: el lector tradicional y el lector nuevo. Para el escritor caraqueño, el lector tradicional es aquél que lee libros, lo que le ha permitido consolidar sus competencias lectoras y apreciar la literatura, pues ha disfrutado de una cultura rica en experiencias lectoras, fundamentadas principalmente en la oralidad. El lector tradicional es un lector ávido de buenos textos, es más crítico, de gustos literarios más complejos y se adapta  eficientemente al uso de los nuevos formatos electrónicos de lectura. Por el contrario, el lector nuevo es más consumidor que lector, es aficionado a las redes sociales, a la información que circula en el ciberespacio y a establecer contacto virtual antes que personal. No es un lector crítico y se le dificulta distinguir contenidos y comprenderlos. No siente atracción por los libros, profundiza menos en sus experiencias lectoras, definidas generalmente, por la lectura escolar y la lectura de imágenes. Finalmente, su cultura oral es más restringida, proporcionada con mayor frecuencia por la televisión y el cine.

 

Como se evidencia, Medina caracteriza a dos generaciones de lectores con diferencias extremadamente marcadas, que perfectamente pueden estar representadas por padres e hijos o docentes y estudiantes, por lo cual surgen algunas interrogantes: ¿Cómo conciliar esas diferencias? ¿Qué estrategias podemos implementar en los centros educativos y núcleos familiares para desarrollar el potencial de los nuevos lectores? Ya lo sugerí con anterioridad al mencionar la necesidad de humanizar el proceso de lectura, lo cual significa enfocarnos en el lector, sus expectativas, sueños, intereses y formas de aprender y no en los instrumentos y métodos de la lectura. Vinculado a esa idea, el investigador referido plantea:

 

Si se asume la lectura como objeto final, entonces la figura de la persona que lee se difumina, perdiéndose entre los porqués y paraqués de las iniciativas que pretenden formar nuevos lectoras y lectoras. Toda política, pública o particular, que tenga como objetivo principal el estímulo de la lectura y la formación de los lectores, debe colocar como centro de sus acciones a la persona que lee… No los libros, no la lectura (pág. 22)

 

Teniendo en cuenta los planteamientos expuestos, es preciso reconocer que hoy en día los venezolanos leemos más y mejor, gracias al esfuerzo del Estado, pero sigue siendo una tarea pendiente superar los escollos educativos que en materia de enseñanza de la lectura ha enfrentado la escuela desde hace diversas décadas, y que se repiten o incrementan en la universidad.

A continuación conozcamos dos experiencias concretas de estudios de hábitos lectores en el sector universitario, la primera corresponde a una encuesta en línea realizada a estudiantes y docentes de la Universidad Católica Andrés Bello en el año 2018 y la segunda es una consulta realizada el presente año a docentes de distintos centros de estudios de Venezuela, quienes también respondieron en línea a una serie de preguntas abiertas.

Universitarios que leen: La experiencia en la UCAB

El Centro de Investigación y Evaluación Institucional (CIEI) y la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en la ciudad de Caracas, durante el mes de noviembre de 2018 realizaron una investigación titulada ¿Cómo y para qué leemos?”, con el propósito de indagar en los hábitos de lectura de los estudiantes y profesores de la universidad.

Los responsables del estudio fueron Gabriel Wald, María Graciela Fernández y Yolanda Cañoto, quienes a través de una encuesta autoadministrada en línea, como técnica usada para la recolección de la información, recabaron las respuestas de 240 estudiantes de pregrado y 67 docentes de la sede Montalbán de la UCAB.

Las preguntas de investigación fueron dos: ¿Cuáles son los hábitos generales de lectura entre universitarios? y ¿Qué preferimos y qué hacemos realmente? Estas a su vez se dividieron en otras interrogantes que presentaban alternativas de respuestas cerradas. En tal sentido, los resultados expuestos en el informe final son los siguientes:

  • En cuanto a los hábitos de lectura y particularmente la frecuencia con la que leen, el 82% de los docentes manifestó hacerlo diariamente, igual que 42% de los estudiantes, mientras que un 13 % de alumnos lee varias veces a la semana.

 

  • Sobre los motivos que tienen para leer, el 24% de los profesores declaró que lo hace para mantenerse actualizado en su profesión, un 19% respondió que es por estudios académicos y el 17% lo hace para enseñar a otros. En cuanto a las motivaciones estudiantiles, el 39% de los encuestados lee por estudios académicos y el 33% para entretenerse, lo que contrasta notablemente con el 17% de los docentes que lee por recreación.

 

  • Los temas que prefiere leer el 65% de los estudiantes son de entretenimiento y luego los de tipo informativo (16%). En cambio, el 45% de los docentes lee temas de educación y el 23% textos de entretenimiento, mientras que el 17 % lee temas informativos.

 

  • En cuanto al tiempo que le dedican a la lectura, el 35% de los estudiantes lee de treinta minutos a una hora, y el 28% de una a dos horas. Por su parte, el 30% de los profesores invierte más de dos horas en leer y un 28% de una a dos horas.

 

  • Acerca del lugar donde prefieren leer, el 70% de los docentes respondió que lo hace en su casa, y solo el 22% lee en la oficina o sitio de trabajo. Igualmente, el 58% de los estudiantes prefiere leer en su lugar de habitación, apenas un 15% en la biblioteca de la universidad y el 12% lo hace en el transporte público.

 

  • Al preguntar cuál es el soporte de lectura que utilizan habitualmente, el 42% de los profesores optó por el papel y el 21% por la laptop, seguido por un 17% que lee en su computadora de mesa. Las cifras relacionadas con los estudiantes reflejan que 43% de los encuestados usa el papel, el 21% el celular y el 11% su tableta electrónica.

 

  • Sobre las fuentes de consulta utilizadas con frecuencia, los participantes del estudio podían seleccionar varias opciones de manera simultánea, por tanto, la preferencia de los docentes se manifestó así: Páginas web especializadas (73%), libros impresos (57%), motores de búsqueda web (57 %) y 54% libros digitales. Por otro lado, los estudiantes, al momento de leer e investigar prefieren recurrir a motores de búsqueda web (62%), libros digitales (60%), páginas web especializadas (58%), libros impresos (52%) y redes sociales como instagram (51%), lo que demuestra que los encuestados prefieren las fuentes digitales antes que las impresas como el libro, las revistas o los periódicos.

 

  • Al parecer, la crisis económica del país ha afectado la adquisición de libros, porque el 60% de los docentes no ha comprado material de lectura en los últimos seis meses y el 65% de los estudiantes tampoco lo ha hecho.

 

  • Para dar respuesta a la segunda pregunta general, el 70 % de los docentes y el 76 % de los estudiantes afirmaron que prefieren leer en papel, pero 58 % de los profesores la última vez que leyó lo hizo en un soporte digital. Igual ocurrió con el 57 % de los estudiantes.

 

  • Al preguntarles si usaron una biblioteca en los últimos seis meses, el 84 % de los estudiantes respondió afirmativamente, al igual que el 64 % de los profesores. Pero en cuanto a la frecuencia de uso, el 62 % de los docentes la visitó de una a dos veces por mes, mientras que el 53 % de los alumnos la usó de una a siete veces en la semana.

 

  • Finalmente, en relación al motivo de visita a la biblioteca, el 70% de los alumnos acudió para estudiar y el 64% de los docentes para consultar libros.

Entre las conclusiones y recomendaciones, destacan las siguientes ideas de los responsables del informe: a) Los estudiantes se entretienen leyendo más que los docentes; b) La sustitución del libro físico, en papel, no es por decisión propia, sino por necesidad, lo cual parece atentar contra la experiencia integradora de los sentidos durante la lectura, desestimulando la imaginación; c) Recurren a la lectura digital pero no les agrada mucho, y aunque visitan la biblioteca es necesario crear nuevos y mejores espacios en donde se retome la lectura del libro.

 

Por último, considero que la investigación realizada por el equipo de la UCAB, brinda información valiosa de tipo cuantitativa, sobre los intereses y hábitos de lectura de los actores educativos de esa casa de estudios, lo que permitirá el desarrollo de estrategias institucionales de promoción de la lectura y uso de las bondades de la biblioteca, no solo como sitio de reunión o de estudio, sino como espacio para la lectura de recreación y reivindicación del libro físico. Sabemos que los datos aportados no representan la totalidad de la población universitaria de nuestro país, pero nos permite aproximarnos a realidades concretas y propiciar mejoras y transformaciones.

 

 

 

 

 

Docentes, universidad y lectura: Una mirada cualitativa

Pero más allá de las frías estadísticas, ¿qué nos dice la vivencia de nuestros profesores universitarios venezolanos, acerca de su relación con la lectura? Para saberlo, ocho docentes de distintas instituciones de los estados Falcón, Mérida y Sucre nos confiaron su voz, y compartieron ideas en torno a sus hábitos lectores, referidos a gustos e intereses acerca de lo que leen y cómo promueven la lectura entre sus estudiantes.

A través de un sondeo en línea realizado entre el 12 y 22 de abril de 2019, que permitía la interacción directa con los informantes, recibimos las respuestas a las siguientes preguntas: 1. ¿Acerca de cuáles temas prefieres leer?, 2. ¿Qué tipo de textos prefieres leer (ensayos, artículos científicos, artículos periodísticos, novelas, cuentos, poesía, entre otros)?, 3. ¿Con cuánta frecuencia acostumbras a leer?, 4. ¿Prefieres leer libros digitales o físicos y por qué?, 5. ¿Cuáles libros leíste en el último mes?, 6. ¿Qué libro estás leyendo en la actualidad?, 7. ¿Cómo promueves la lectura entre tus estudiantes? Una vez interpretada la información, pudimos caracterizar de manera emergente los hábitos de lectura de los profesores universitarios consultados, quedando de la siguiente forma:

  1. Los docentes prefieren leer temas relacionados con su área profesional y las unidades curriculares que facilitan, aunque eso no los exime de leer tópicos de cultura general y literarios como novelas y poesía:

Mariangela P. docente de la Universidad Nacional del Turismo, en Mérida, y coordinadora del Programa Nacional de Formación en Turismo, opta por leer temas relacionados con economía, turismo, política y productividad, también novelas cortas. Por su parte, Jayaline R. docente de la Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero” (UPTAG), en Contaduría Pública,  aprecia la lectura vinculada con el crecimiento personal y organizacional, novelas románticas y religión. Tibisay Ch. economista, y profesora de la UPTAG, se inclina por lo temas políticos, económicos y de actualidad informativa. Alí M. jubilado del Ministerio del Poder Popular para la Educación y Coordinador del Centro Internacional Miranda, en el estado Sucre, nos confiesa: “Prefiero leer temas relacionados con educación, geopolítica del conocimiento y temas variados de interés y de cultura general”.

   Igualmente, Anthony A. poeta, escritor, y profesor en la carrera de Educación en la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB), en el estado Falcón, asegura que lee “diversos temas, sobre todo culturales, literarios y teóricos”.  Por otro lado, Luis D. docente falconiano de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) y coordinador del PNF en Historia, afirma que disfruta leer “temas de historia, política, petróleo, cultura, sociedad, y educación”. Para mantenerse actualizada en sus labores pedagógicas, Ingry G. periodista y docente de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Falcón, acostumbra a leer textos sobre innovación educativa, mientras que Douglas V. licenciado en Ciencias Sociales y profesor de la UPTAG, se inclina por los “temas referentes con la filosofía, origen y evolución del pensamiento filosófico occidental, la historia, los grandes acontecimientos a nivel mundial, economía y principales doctrinas económicas”.

   La información anterior es sustentada mediante los títulos de los libros que los docentes leyeron en el último mes y de los que están leyendo en la actualidad:

Mariangela P: “Alternativas al capitalismo/colonialismo del siglo XXI”,  y “El vato que cayó del cielo”; actualmente leo “Pensamiento lateral” y “Baila, baila, baila.”

Jayaline R: “Chocolate caliente para el alma de quien trabaja”, de Canfield, Hansen, Rogerson, Rutte y Clauss. Tengo más de tres semanas que estoy releyendo “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.”

Tibisay Ch: “Estoy leyendo Bolívar, de Mijares” (Se refiere al libro “El Libertador”, de Augusto Mijares).

Alí M: “Leí la intoxicación lingüística de Vicente Romano. Estoy leyendo los artículos que integran un libro que escribe el profe Luis Bonilla, relacionado con la educación, la pedagogía crítica y la cuarta revolución industrial”.

Ingy G: La praxeología, como alternativa en la sistematización de experiencias. La praxeología. Teoría práctica, de Vargas y Geran.

Anthony A: “Leí recientemente una selección de obras de Voltaire y Diderot, Holderlin, y estoy leyendo a Mircea Eliade.”

Douglas V: “Dios es una mujer y el Imperio contracultural (relectura). Actualmente leo China, un gigante que despierta”.

Luis D: “En abril, que aún no termina, releí Chávez nuestro, de Rosa Elizalde y Luis Báez (siempre lo releo en abril); ¿Coro o Santa Ana de Coro? de Luis Alfonso Bueno; Boves, El urogallo, de Herrera Luque, y actualmente estoy leyendo La luna de Fausto, también de Herrera Luque. Hay un texto muy interesante en el área universitaria, específicamente en lo referente a la transformación universitaria que siempre lo tengo de cabecera, transformación universitaria como compendio que se editó cuando Yadira Córdova y Luis Bonilla, y uno muy bueno de Boaventura de Sousa Santos sobre la universidad del siglo XXI”

  1. Los profesores no discriminan en la lectura de los distintos géneros textuales, aprecian cualquier género, siempre que exponga temas de su interés de forma atractiva:

   Al respecto, Jayaline R. confirma: “Leo de todo un poco; me voy por lo atractivo del título y el vínculo donde me desenvuelvo en lo personal y laboral”, otro buen lector es el profesor Douglas V. quien recurre a los ensayos y textos científicos, para su actualización formativa, y a la literatura y poesía, como entretenimiento. Igualmente Alí M. gusta de leer “ensayos, artículos científicos, una buena poesía y un buen libro”. Sin embargo, nos conseguimos docentes que optan preferiblemente por los géneros académicos, tal es el caso de Ingry G. o aquellos que declaran su aversión al género poético, ejemplo de ello es Luis D. quien manifiesta que lee diversos textos “excepto poesía, lamentablemente no me gusta”.

  1. Nuestros profesores universitarios son asiduos lectores, leen con frecuencia, como hábito personal y por exigencia profesional:

Unos lo hacen a diario, como Douglas V: “leo todos los días, mínimo una hora, solo libros físicos”, Mariangela P. quien confiesa que lee diariamente y no se enfoca en un solo libro, sino que lee varios, o Luis D. para quien la lectura es un hábito arraigado,  y asegura. “Leo diariamente, cotidianamente.”

Otros lo hacen dependiendo de las responsabilidades que tengan y el tiempo con el que cuenten, o incluso, según la densidad de la lectura que estén realizando, como Ingry G. quien lee semanalmente o cada quince días, Tibisay Ch. quien todos los meses trata de leer nuevos libros “dependiendo de lo digeribles que sean”, o como Jayaline R. para quien su frecuencia de lectura “en realidad depende del tiempo disponible, pero cuando no lo hago con un libro formalmente, leo cualquier artículo que consiga”.

  1. El soporte o formato preferido de lectura es el libro físico, pero los soportes digitales son de gran utilidad, por la variedad de títulos disponibles en la web y su fácil accesibilidad:

   Los docentes consultados coincidieron en su preferencia por leer libros físicos, destacando sus cualidades en cuanto a los niveles de practicidad, aprovechamiento en el uso de las técnicas de lectura, cuidado de la salud visual e incluso resguardo de la seguridad frente a los altos niveles delictivos en el país.

   Con relación a esto, Anthony A. declaró: “Me gusta leer en físico, pero la ventaja de los digitales es que a veces consigues cosas que no has hallado en físico. Pero leo los dos formatos a la par, aunque los prefiero en físico. Algunas de sus ventajas tienen que ver con la situación venezolana, por ejemplo, un ladrón no te robará jamás un libro, pero sí una tableta o un teléfono. Otra ventaja es que no necesita electricidad, si el servicio eléctrico falla puedes leer hasta bajo la luz de una vela. Tengo por manía subrayar y hacer notas en lo que leo, por eso prefiero el libro para poder rayarlo”.

   En la misma tónica, Alí M. asevera: “Prefiero el libro físico, pero hoy leer un libro digital es igual de provechoso que leerse uno físico, si en ambos puedo hacer notas al margen, mejor”. Tibisay Ch. declaró que lee en ambos formatos “aunque los digitales me agotan la vista y afectan la cervical”, Jayaline R. destaca el aspecto práctico y enfatiza: “prefiero los físicos porque los puedo llevar a cualquier lado y aprovechar cualquier momento para leer”. Hablando en cifras, Luis D. aclara que los formatos que usa para la lectura, son en “un 60% en físico, digitalmente también, pero los prefiero tradicionalmente. Excepto las colecciones, que son más accesibles en digital producto de los costos y el acceso a la web”.

Por último, Douglas V. nos recuerda la aventura sensorial que puede representar la lectura de un buen libro y expresa: “Prefiero los físicos, por la dilatada costumbre, me place sentirlos en mis manos”.

  1. En sus sesiones de clase, los docentes promueven la lectura mediante la asignación de trabajos escritos con el propósito de desarrollar las habilidades investigativas, generan discusiones grupales de textos asignados, e implementan técnicas de interacción dialógica y socialización de conocimientos, apoyándose también en el uso de recursos audiovisuales:

   Al consultarle a los docentes cómo motivan a sus estudiantes para que desarrollen el hábito de la lectura, respondieron que asignan la lectura de diversos textos en clases, estimulan la redacción de ensayos y la discusión grupal de los tópicos abordados. Específicamente, Tibisay Ch. hace que los estudiantes de Contaduría Pública de la UPTAG lean, “asignando ensayos a partir de lecturas de la especialidad”, igual ocurre con Douglas V, profesor del eje sociocrítico en la misma institución, quien estimula la lectura “A través de la asignación de actividades de investigación sobre un tema determinado”. Por su parte, Ingry G. profesora de Comunicación Social en la UBV, dice que los estudiantes, “en clase, leen materiales y analizan los temas en trabajo grupal”

Pero otros indagan más en las preferencias y hábitos lectores de los alumnos, como Mariangela P. a quien el frío clima de las tierras merideñas no le resta calidez en su rol de educadora, pues afirma: “Suelo preguntar quién lee y por qué lee, varias veces en el semestre, también hay unidades que desarrollamos sobre una lectura conjunta de un libro o extracto”. Asimismo, la pasión por la lectura puede contagiarse, tal como lo procura Alí M. en el estado Sucre, quien asegura: “La promuevo predicando con el ejemplo y recomendando  lecturas cortas y largas relacionadas con el interés de los estudiantes, que por lo general son docentes en ejercicio”.

   Jayaline R. profesora de la UPTAG, apela a sus habilidades comunicativas para orientar a los estudiantes y recurre a la interdisciplinariedad, apoyándose en expertos en el área de lectoescritura. En tal sentido, busca que los estudiantes lean “indicándoles la importancia que tiene para una persona expresarse correctamente de manera oral y escrita, y que eso se logra solo con la lectura.  Adicionalmente, como doy clase en Contaduría Pública, les hago ver que ellos, como profesionales, se comunican con sus clientes y jefes e interpretarán y elaborarán informes de gestión donde la comunicación es importante para el logro de sus objetivos. También hacemos ejercicios de lectura, apoyados con nuestro querido profesor Federico Colina.”

  Por otro lado, Anthony A. profesor de la asignatura Taller de lectura y comentario de textos, en la carrera de Educación en la UNERMB, asevera: “Les leo y les cuento, les explico o trato de explicar desde diversos puntos de vista la lectura que hagamos, sobre todo relacionando con la realidad o su realidad inmediata. Aparte les sugiero nombres de autores o de libros, y a veces vemos documentales o películas sobre el tema literario o cultural.”

Finalmente, una estrategia de gran utilidad en el sector universitario, es la organización de  eventos de investigación, como congresos, seminarios, foros, conversatorios, en los que se hable de libros, autores, estudios innovadores y se muestre la producción editorial más reciente, para estimular la acuciosidad de los participantes y el deseo de recrear nuevos conocimientos. Como profesores, debemos estar actualizados de lo que ocurre en el ámbito académico y en nuestra área profesional específica, y eso debemos fomentarlo en los estudiantes. Al respecto, Luis D. comenta: “Les envío material por la web, soy docente de la UNEFM de Ciencias Económicas y Sociales y dirijo la cátedra de Sociedad y cultura, anteriormente discutíamos artículos, ensayos, materiales hemerográficos y otros, para los cinco grandes temas que contenía la unidad curricular y al final discutíamos con exposiciones los materiales que más le llamasen la atención. Por otro lado, al dirigir a su vez el PNF en Historia, la diversidad de temas históricos son la columna cotidiana de la discusión que se resalta en foros, conversatorios y congresos desarrollados a través de las investigaciones de los compañeros, y a los cuales asistimos consecutivamente desde ya hace una década”.

Como se evidencia en esta consulta con enfoque cualitativo, la data aportada por los informantes posee una gran riqueza, pues a través de sus discursos francos y sencillos, pudimos  realizar una aproximación más cálida, amena y cercana a la realidad de nuestros docentes universitarios, en lo concerniente a sus hábitos lectores y a las estrategias que desarrollan en sus aulas de clase para propiciar la lectura en los estudiantes, ya que si hablamos de humanizar la lectura en las instituciones educativas del país, esto pasa primero por darle voz a los actores involucrados, tanto a los estudiantes como a los profesores, pues ambos, en un proceso de interacción dialógica permanente, comparten sus experiencias, vivencias y formas de ver el mundo, pero también de leerlo críticamente, para entenderlo y transformarlo.

Como consideración final, es necesario retomar la idea de Paulo Freire (2008, pág. 53) acerca del estudio y la lectura, quien afirma: “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. De allí la importancia de fomentar la lectura crítica y amorosa tanto en la escuela como en la universidad, para formar seres creativos, generadores de nuevos conocimientos e innovadores, capaces de la acción-reflexión necesarias que permitirá transformar realidades. Leamos, pues.

 

* Licenciada en Comunicación Social, Magíster en Gerencia de Recursos Humanos, docente ordinaria con la categoría de Agregada en la Universidad Politécnica Territorial de Falcón Alonso Gamero.

 

Referencias bibliográficas

Antillano, L. (1991). “¡Ay! qué aburrido es leer. El hábito lector y el cuento de la infancia.”  Ars Gráfica S.A. Maracaibo, Venezuela.

Fagundez, F. (2015, 21 de marzo). “En Venezuela el pueblo cada vez se hace más lector.” Agencia Venezolana de Noticias. Documento en línea disponible en http://www.radiomundial.com.ve/article/en-venezuela-el-pueblo-cada-vez-se-hace-m%C3%A1s-lector

Freire, P. (2008). La importancia de leer y el proceso de liberación. Décimo octava edición. Siglo XXI editores. México

Lovera, L. (2018, 28 de octubre). “Hace 13 años Venezuela fue declarada como Territorio Libre de Analfabetismo”. Prensa Fundayacucho. Diario Correo del Orinoco, versión digital. Documento en línea disponible en http://www.correodelorinoco.gob.ve/hace-13-anos-venezuela-fue-declarada-como-territorio-libre-de-analfabetismo/ Fecha de consulta: 23 de abril de 2019.

Madriz, Á. (2010) “Literatura, lectura y enseñanza. Visión crítica. Propuesta emergente”. Segunda edición. Ediciones del Vice Rectorado Académico de la Universidad del Zulia. Venezuela.

Madriz, G. (2010). “Soy desde ti. La lectura (entre) el tú y el (nos)otro(s)”. Fundación Editorial El perro y la rana. Caracas, Venezuela.

Matute, M. (2014) “¿Cómo hacernos amigos de los libros mientras vemos televisión? Manual de la Librería Mediática para jóvenes comunicadores.” Fundación Editorial El perro y la rana. Caracas, Venezuela.

Medina, R. (2014) “A leer se aprende leyendo. La mediación de la lectura en la formación de lectores críticos”. Centro Nacional del Libro (CENAL). Caracas, Venezuela.

Prieto Figueroa, L. (1981) “La magia de los libros”. Quinta edición. Monte Ávila Editores, C.A. Caracas, Venezuela.

Wald  G., Fernández, M. y Cañoto, Y. (2018) “¿Cómo y para qué leemos?” Universidad Católica Andrés Bello. Escuela de Psicología y Centro de Investigación y Evaluación Institucional. Caracas, Venezuela. Documento en línea disponible en http://elucabista.com/wp-content/uploads/2018/12/C%C3%B3mo-y-para-qu%C3%A9-leemos-EstudioUCAB-NOV-2018.pdf

 

Fuente: La autora escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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No creas que en la universidad siempre se alienta al pensamiento crítico

Por: Enrique Fernández García

Antes de pensar, hay que comenzar por purificarse; digamos incluso que todo esfuerzo de purificación es siempre, en esencia, un esfuerzo de pensamiento que exige el mayor de los respetos.

Clément Rosset

En su famosa explicación sobre lo que es la Ilustración, Kant nos retó con un mandato todavía vigente: debemos atrevernos a pensar por nosotros mismos. Pasa que, al recurrir a otros sujetos para reflexionar sobre cómo resolver problemas de diversa naturaleza, evidenciamos inmadurez. Seríamos, pues, como menores de edad a quienes sus padres deben indicar qué hacer, asumiendo estos últimos responsabilidades ajenas. Porque, si nos esforzamos en busca de respuestas propias y, consiguientemente, tomamos las decisiones que mejor nos parezcan, no cabe sino asumir sus consecuencias. Libres de elegir, debemos asimismo soportar las cargas relacionadas con cualquier determinación que se adopte. Es lo que hacen las personas maduras. Por desventura, como se sabe, no es un camino que muchos individuos deseen transitar. Huelga decir que toda sociedad se beneficia cuando la mayoría de sus ciudadanos tienen esa madurez.

Idealmente, los primeros alientos, acaso decisivos, a pensar por cuenta propia se tienen que dar en el hogar. Así, desde los primeros años, se fomentará el apego al razonamiento y, mejor aún, la crítica. Porque no basta con cavilar; es imprescindible que se lo haga para cuestionar. Si existe alguna enseñanza que pudiera ser considerada como un buen legado, tal vez el mayor, sería una merced a la cual tengamos esa capacidad. Aplicada de modo sistemático, se convierte en una herramienta que puede servirnos para vivir y convivir mejor, distanciándonos del error e impulsándonos hacia la verdad. Con todo, para suplir, en la medida de lo posible, o complementar esa formación esencial, se apuesta por las instituciones educativas. Por supuesto, más allá del sistema, se cree en las habilidades, actitudes e intenciones siempre sanas que podrían tener los profesores al respecto.

De acuerdo con tal lógica, el maestro debería promover esa reflexión autónoma y crítica. Es cierto que, en cuantiosos casos, el educador no busca esto, sino la silenciosa sumisión del estudiantado. Por lo visto, esas prácticas del pasado, ya repudiadas hasta el cansancio, se mantienen invariables en más de un escenario. Sin embargo, encontramos también excepciones. Me refiero a quienes hablan en favor del libre pensamiento, aun contestatario, cuando ejercen el profesorado. Émulos de Sócrates, animarían el diálogo, la discusión, evitando que su autoridad se imponga por sí misma. El problema es que, a veces, su invitación al cuestionamiento resulta engañosa. Lo sostengo porque varios partidarios del pensamiento crítico destacan que sus alumnos sean contestatarios, mas sólo si esto implica coincidir con las posturas del docente. Es un adoctrinamiento disfrazado de apertura a la rebeldía intelectual.

Las universidades son espacios en los que dicho fenómeno se reproduce con demasiada frecuencia. Consecuentemente, podemos toparnos con catedráticos que, aunque pregonen el gusto por la diversidad, los distintos pareceres del prójimo, cuando sus críticas son rechazadas, desnudan su dogmatismo. Será entonces la ocasión propicia para explicar al estudiante que ha sido alienado, manipulado, incluso fabricado por un sistema infame. No digo que cualquier oposición del universitario sea digna de alabanzas; subrayo apenas cómo su educador la desprecia, pretextando una perturbación ideológica. Es lo que, por ejemplo, señalaría un docente amante del marxismo a quien lo rebatiera desde una perspectiva liberal. En suma, su lema dice así: hay que animarse a pensar y criticar, pero siempre como yo.

Fuente: https://www.visionliberal.com.ar/nota/6907-no-creas-que-en-la-universidad-siempre-se-alienta-al-pensamiento-critico/

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Soros pone US $ 1bn en Educación Universitaria para contrarrestar el autoritarismo

Europa/Suiza/universityworldnews

George Soros, el financiero global y filántropo, ha anunciado la creación de una nueva red universitaria mundial para fomentar el pensamiento crítico y la investigación abierta y preparar mejor a los estudiantes para los desafíos actuales y futuros «en medio del resurgimiento actual del autoritarismo».

Apoya la iniciativa con un financiamiento de US $ 1 mil millones y también ha pedido a otros filántropos que contribuyan.

La Open Society University Network u OSUN, que operará globalmente como una red de instituciones de educación superior, investigación y cultura, integrará la enseñanza y la investigación en universidades de todo el mundo y ofrecerá cursos de red y programas conjuntos de forma simultánea y traerá regularmente estudiantes y profesores de diferentes países junto con debates en persona y en línea.

Una declaración en el sitio web de OSUN dice que su objetivo es «contrarrestar los monocultivos intelectuales y la polarización uniendo instituciones de todo el mundo en proyectos de investigación colaborativos y alentando a los estudiantes a examinar los problemas desde diferentes perspectivas y a través de argumentos razonados».

Busca llegar a los estudiantes que más lo necesitan y «promover los valores de la sociedad abierta, incluida la libertad de expresión y la diversidad de creencias».

Al anunciar la iniciativa en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, Soros, que ha otorgado más de US $ 32 mil millones en los últimos 30 años a causas de educación y justicia social, dijo que considera que la Red Universitaria de la Sociedad Abierta es «la más importante y proyecto duradero de mi vida «y quería verlo implementado» mientras todavía estoy cerca «.

Él dijo: «Creo que nuestra mejor esperanza radica en el acceso a una educación que refuerce la autonomía del individuo al cultivar el pensamiento crítico y enfatizar la libertad académica».

OSUN dice que buscará promover una educación rigurosa y llegar a las instituciones que necesitan socios internacionales, así como a poblaciones desatendidas, como los refugiados, las personas encarceladas, los romaníes y otros grupos desplazados.

Programa masivo de estudiosos en riesgo

Con la ayuda de otras organizaciones de apoyo, también afirma estar listo para comenzar un programa masivo de «académicos en riesgo», fusionando una gran cantidad de académicos académicamente excelentes pero en peligro político en esta nueva red global.

OSUN está siendo cofundada y dirigida por dos instituciones, la Universidad de Europa Central, que recientemente se mudó de Budapest a Viena, y Bard College, Nueva York, con el apoyo de Open Society Foundations (OSF).

Una docena de universidades participarán en sus proyectos de primera fase. Estos son: Universidad Al-Quds / Colegio Al-Quds Bard de Artes y Ciencias (Territorios Palestinos Ocupados); Universidad Americana en Bulgaria; Universidad Americana de Asia Central (Kirguistán); Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos); Universidad Ashesi (Ghana); Bard College Berlin (Alemania); Birkbeck, Universidad de Londres (Reino Unido); Universidad BRAC (Bangladesh); Universidad Europea de Humanidades (Lituania); Universidad Fulbright de Vietnam; Sciences Po en París (Francia); y SOAS Universidad de Londres (Reino Unido).

Las instituciones de investigación y las organizaciones educativas involucradas son: el Consejo Carnegie de Ética en Asuntos Internacionales (EE. UU.); Chatham House (Reino Unido); Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico (Estados Unidos y Reino Unido); Institut für die Wissenschaften vom Menschen (Austria); Open Society Archives (Hungría); Instituto del Valle del Rift (Kenia); y la Red Talloires (EE. UU.).

Soros dijo que OSUN ofrecerá una plataforma internacional para la enseñanza y la investigación. En la primera fase, conectará más estrechamente una red existente para desarrollar un plan de estudios compartido y enseñar a los estudiantes como parte de esta red universitaria global, creando oportunidades para estudiantes de diversos orígenes en todo el mundo.

En la segunda fase, abrirá esta red a otras instituciones que quieran unirse y estén ansiosas y calificadas para hacerlo. «Estamos buscando socios con visión de futuro que sientan su responsabilidad por el futuro de nuestra civilización», dijo Soros.

‘Potencial de transformación’

Michael Ignatieff, presidente y rector de la Universidad de Europa Central (CEU), dijo: “El magnífico regalo de George Soros tiene el potencial de transformar la educación superior global en defensa de la sociedad abierta. CEU está profundamente orgulloso de ser miembro fundador de OSUN y trabajará arduamente con todos nuestros socios para hacer de la red una realidad que cambie la vida de los estudiantes y profesores de todo el mundo «.

Leon Botstein, presidente de Bard College, quien ha sido nombrado primer canciller de OSUN, dijo que OSUN estará comprometido con la importancia de los planes de estudio en las artes y ciencias liberales, «particularmente en el valor de las ciencias sociales, las artes y las humanidades, al compromiso cívico como fundamental para la educación superior, y al imperativo de extender la educación superior a las comunidades desatendidas ”.

John Aubrey Douglass, editor de un próximo libro sobre neonacionalismo y universidades, dijo a University World News : “En una era de mayores ataques a la libertad académica por parte de autócratas y demagogos, la nueva iniciativa de Soros ofrece un intento significativo de reforzar los vínculos entre universidades en más sociedades libres con aquellas que operan bajo un gobierno represivo «.

Leslie Vinjamuri, lector de relaciones internacionales en SOAS, dijo: “OSUN será transformador al proporcionar acceso a una educación liberal y abierta en todo el mundo. Es una iniciativa tremendamente inspiradora y llega en un momento en que los valores que adoptamos en SOAS están siendo atacados en muchas sociedades. Estoy tremendamente orgulloso y emocionado de que SOAS sea parte de la primera fase de esta red universitaria ”.

Más oportunidades

Botstein dijo a los miembros de la comunidad de Bard College que, en términos prácticos, la iniciativa significará más oportunidades para que los estudiantes de Bard realicen intercambios a corto y largo plazo y más oportunidades para participar en alianzas internacionales y proyectos de participación cívica y más clases de redes que involucren a estudiantes de Bard y profesores y socios en todo el mundo.

“Para la facultad, OSUN significará nuevas vías para la participación en intercambios internacionales, innovación curricular y proyectos de investigación con colegas de todo el mundo.

«Institucionalmente, OSUN permitirá a Bard ampliar el alcance de sus actividades internacionales, particularmente en África, Asia y América Latina».

Douglass, quien es investigador principal y profesor de investigación en el Centro de Estudios de Educación Superior de la Universidad de California, Berkeley, dijo que los aspectos programáticos de la iniciativa «son un poco vagos: más intercambios, más títulos duales y conjuntos, compartiendo mejores prácticas, supongo; Eso es todo bueno, pero no es exactamente un concepto nuevo. Pero eso puede venir más tarde a medida que la red madure «.

Sin embargo, dijo que, en el lado positivo, la red valora la promoción del compromiso cívico y los intercambios internacionales, un área en la que muchas universidades necesitan innovar. «Pero me parece que el mayor valor es el concepto real y simbólico de la comunidad global que intenta apoyar a profesores y estudiantes, y administradores universitarios, que luchan por las libertades civiles en su localidad frente al creciente nacionalismo y necesitan herramientas adicionales para ayuda en esa causa «.

La elección de Bard como institución cofundadora ha despertado una gran sorpresa incluso entre el personal de Bard. El miembro de la facultad de historia Gennady Shkliarevsky, en una carta abierta a la comunidad de Bard publicada en Facebook, preguntó por qué «una pequeña escuela artística relativamente poco distinguida» tenía un papel tan destacado y acusó a Soros de seguir una agenda política. “Cuando la educación comienza a cumplir objetivos políticos, se convierte en adoctrinamiento. Eso es lo que le espera al futuro de Bard si se convierte en parte de la red OSF ”, dijo.

Pero Douglass dijo que esta nueva iniciativa se ajusta a la visión decididamente globalista de Soros del mundo y «actúa como una especie de fuerza compensatoria para las versiones más oscuras del neonacionalismo, respaldado por dinero real».

Advirtió, sin embargo, que para tener éxito se requiere escala, incluida la participación adicional de un número mágico de prestigiosas universidades en Europa y los EE. UU. Y, lo que es más importante, más instituciones que operan dentro de democracias no liberales o algo peor.

«Si, por ejemplo, algunas universidades en Turquía, o en China, pueden unirse a la red, eso fortalece considerablemente el concepto de la iniciativa».

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20200125060056849

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Ernesto Laclau y la investigación educativa en Latinoamérica

Reseña:

Implicaciones y apropiaciones del análisis político del discurso

“Ernesto Laclau y la investigación educativa en Latinoamérica. Implicaciones y apropiaciones del análisis político del discurso” es una minuciosa investigación de la mexicana Rosa Nidia Buenfil Burgos sobre el legado de uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes de las últimas décadas: Ernesto Laclau.

Buenfil Burgos, doctorada en Filosofía Política y licenciada en Pedagogía, reconstruye los modos en que los conceptos y perspectivas teóricas de Laclau fueron apropiados y utilizados para el desarrollo de la investigación educativa en la región. Una lectura compleja y sutil sobre una de las teorías más importantes en torno al pensamiento crítico en educación de las últimas décadas.


DESCARGUE EL LIBRO EN:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200103031909/Ernersto-Laclau-y-la-investigacion-educativa.pdf


En la presentación, Rosa Nidia Buenfil Burgos entiende que “el contexto de debates en las ciencias sociales y las humanidades, así como los movimientos políticos y culturales, por ejemplo, el postestructuralismo, el postmarxismo, la filosofía postanalítica, el postcolonialismo, el fin de la Guerra Fría simbolizado con el derrumbe del Muro de Berlín, los movimientos sociales, Tienmen Square, y muchos otros acaecidos durante la segunda mitad del siglo XX y el inicio del XXI, tanto en Europa como en África, Asia y América fueron escenario propicio para sacudir sedimentaciones epistemológicas y reactivar formas de pensamiento, cuyas huellas se encuentran en este libro”.

Prologan el libro Inés Dussel, Profesora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, y Mercedes Ruiz Muñoz, Académica de la Universidad Iberoamericana.

DESCARGUE EL LIBRO EN:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200103031909/Ernersto-Laclau-y-la-investigacion-educativa.pdf

Fuente: https://www.clacso.org/ernesto-laclau-y-la-investigacion-educativa-en-latinoamerica-2/

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«Si queremos alumnos indagadores, el profesor tiene que serlo también»

Por: ABC

La clave del éxito, aseguran expertos, es planear la educación como algo a largo plazo.

«Si queremos alumnos indagadores, el profesor tiene que ser indagador; si queremos alumnos audaces, el profesor tiene que ser audaz». Así explica el experto en gestión académica Juan Luis Yagüe, director general del Grupo de Colegios Casvi, la importancia que tiene el profesorado en el sistema educativo y en los resultados académicos del alumnado.

Para ello, es necesario «involucrar a los docentes» en el «proyecto educativo de los centros escolares», admite el director. «El profesorado tiene que estar comprometido con la educación, con los niños y las familias y ser vocacional», estima.

«Nuestro objetivo es que todos los profesores trabajen en la misma dirección», señala. Según Yagüe, la «educación cambia» y los profesores deben ir «adaptándose, formándose y entrando en las nuevas metodologías y tecnologías». «Nosotros como colegio siempre les hemos hecho ver que estamos con ellos», reconoce.

Por eso, cuando decidieron dar un giro internacional al colegio formaron a los profesores en la metodología del Bachillerato Internacional. «Más que los idiomas, que son importantes, es necesario fomentar una mentalidad internacional para que el alumno sea capaz de desenvolverse en un mundo global», precisa.

Cambio de rol

En ese sentido, el profesor deja de ser «el que explica, como en la educación tradicional donde predomina la memorística, para fomentar que el alumno vaya aprendiendo a medida que va indagando». Esto es lo que se conoce como «metodología constructivista» donde «el propio alumno va generando su propio aprendizaje y el profesor cambia su rol».

«El docente ya no da una clase magistral sino que incita al alumno para que vaya aprendiendo y reflexione sobre lo aprendido y generar así un pensamiento crítico», expone el director de Casvi.

«Antes el alumno no podía aprender más de lo que le enseñaban», apunta. Por tanto,«el profesor era el tope, ahora es el que garantiza los mínimos», indica. «Si algún niño o niña tiene especial interés por una asignatura, el profesor de esta manera no le frena sino que fomenta su curiosidad por aprender», añade.

«Al final los niños quieren aprender mucho más que lo que nosotros queremos enseñarles, con este planteamiento conseguimos no solo que aprendan unos contenidos, sino también una serie de habilidades que son fundamentales para la vida», detalla el director.

Uso de la tecnología

Una de las claves del éxito académico para Casvi es la visión a largo plazo. «Esto incluye el compromiso del profesorado, la estrategia del colegio y el proyecto educativo», explica Yagüe. «No vemos un alumno de 3 años, sino un alumno que acaba 15 años después con las habilidades necesarias para desenvolverse en el mundo».

En relación a la tecnología, para el director de Casvi es una «herramienta más que está en la sociedad y que «debemos introducir en el aula» pero «sin ser radicales». «En el aprendizaje se debe dar cabida a todo». Por ello considera que en los libros en papel hay «mucho conocimiento» y que se pueden «combinar con la tecnología». «Nuestros libros de textos a partir de 5º no existen en papel, están hechos para iPad», subraya.

En esa línea, cuando a un profesor le cuesta el manejo de un iPad o le cuesta ver una nueva tecnología, «le decimos ‘no pasa nada, estamos contigo, no estorbas, te necesitamos’ porque hay muchas fórmulas para ayudarle: desde cursos formativos hasta la ayuda de otros profesores», puntualiza.

«No llenamos la clase de portátiles porque lo diga un ministro», expresa. «Nosotros tardamos dos años en introducir los iPads en las aulas, porque antes queríamos que los profesores tuvieran confianza en el manejo del dispositivo», reconoce el experto.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-si-queremos-alumnos-indagadores-profesor-tiene-serlo-tambien-201911270143_noticia.html

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Libro en youtube: 21 lecciones para el siglo XXI. Autor: Yuval Noah Harari

Reseña: «No tener smartphone es símbolo de estatus. Muchos poderosos no tienen uno. Lo nuevo es protegerse contra los ladrones que quieren retener nuestra atención». Así lo asegura el autor de «21 lecciones para el siglo XXI», que saltó a la fama con «Sapiens» y «Homo Deus», best seller del momento, con más de diez millones de copias vendidas en todo el mundo.

En su nuevo libro aparecen temas de sus obras anteriores, pero si el primer ensayo se centraba en el pasado y el segundo en el futuro, el tercero se ocupa del presente. El ser humano a punto de desaparecer , en uno o dos siglos el homo sapien desaparecerá y será remeplazadopor entidades, el fin de la evolucion tal y como la hemos conocidfo en cuatrobillones de años. Dentro de uno o dos siglos la seleccion natural serña sustiuida por el diseño inteligente, a punto de despedir el homo sapiens

El pensador israelí Yuval Noah Harari alerta en 21 lecciones para el siglo XXI (Debate) sobre la “dictadura del algoritmo” que podría avecinarse: un mundo en el que las principales decisiones políticas, económicas y sociales son tomadas por complejos cálculos de computación que ya muy pocos comprenden, socavando la libertad individual y generando una nueva masa de desheredados. “Toda la riqueza y todo el poder podrían estar concentrados en manos de una élite minúscula, mientras la mayoría de la gente sufriría no la explotación, sino algo mucho peor: la irrelevancia”.

Tras el éxito de Sapiens, conseiderado la historia o un viaje al pasado, publicó Homo Deus, un viaje a un futuro dominado por la tecnología, que también fue bastante bien recibido en las librerías. Falta por ver qué pasa con su nuevo libro, que como el mismo Harari ha explicado está inspirado en artículos suyos publicados en varios periódicos y debates que han surgido durante las conferencias que ha pronunciado y las entrevistas que ha concedido. En él aparecen temas de sus libros anteriores, pero si el primer ensayo se centraba en el pasado y el segundo en el futuro, el tercero se ocupa del presente.

Nuestros tres principales problemas son globales. Un solo país no puede arreglarlos. Hablo de la amenaza de una guerra nuclear, del cambio climático y de la disrupción tecnológica, en especial el auge de la inteligencia artificial y la bioingeniería. Por ejemplo, ¿qué podría hacer el Gobierno español contra el cambio climático? Aunque España se convirtiera en el país más sostenible y redujera sus emisiones a cero, sin la cooperación de China o Estados Unidos, no serviría de mucho. En cuanto a la tecnología, aunque la UE prohíba experimentar con los genes de una persona para diseñar superhumanos, si Corea o China lo realizan, ¿qué haces? Es probable que Europa acabara creando seres superinteligentes para no quedarse atrás. Es difícil ir en la dirección contraria.

En un mundo inundado de información irrelevante, la claridad es poder. La censura no funciona bloqueando el flujo de información, sino saturando a la gente de desinformación y distracciones. 21 lecciones para el siglo XXI atraviesa estas aguas pantanosas y afronta algunas de las cuestiones más urgentes de la agenda global.

¿Por qué está la democracia liberal en crisis? ¿Ha vuelto Dios? ¿Estamos a las puertas de una nueva guerra mundial? ¿Qué implica la victoria de Donald Trump? ¿Qué podemos hacer con la epidemia de noticias falsas? ¿Qué civilización domina el mundo: Occidente, China, el islam?  ¿Puede el nacionalismo resolver los problemas de desigualdad y el cambio climático? ¿Qué deberíamos hacer con el terrorismo? ¿Qué deberíamos enseñar a nuestros hijos?

Somos miles de millones las personas que apenas podemos permitirnos el lujo de indagar en estas cuestiones porque tenemos cosas más urgentes que hacer: ir a trabajar, cuidar de nuestros hijos u ocuparnos de nuestros padres ya ancianos. Lamentablemente, la historia no hace concesiones. Si el futuro de la humanidad se decide en nuestra ausencia, porque estamos demasiado ocupados dando de comer y vistiendo a nuestros hijos, ni los demás ni nosotros nos libraremos de las consecuencias. Esto es muy injusto, pero ¿quién dijo que la historia es justa?

Un libro no proporciona alimento ni ropa a la gente, pero sí puede ofrecer cierta claridad y de esta manera contribuir a nivelar el terreno de juego global. Si esta obra empodera aunque solo sea a un puñado de personas para que se incorporen al debate sobre el futuro de nuestra especie, habrá cumplido su cometido.

Después de que Sapiens ahondara en el pasado de la humanidad y Homo Deus considerara nuestra existencia en un futuro impulsado por el diseño inteligente, 21 lecciones para el siglo XXI se detiene para centrarse en las cuestiones más importantes de nuestro presente. ¿Qué está ocurriendo ahora mismo? ¿Cuáles son los grandes retos y opciones de nuestro presente? ¿A qué debemos prestar atención?

21 lecciones para el siglo XXI se construye sobre las ideas exploradas en los dos libros previos para tomar el pulso al actual clima global. Desenmaraña cuestiones políticas, tecnológicas, sociales y existenciales, y pone de relieve cómo impactan en nuestro día a día. Presentando de forma clara y accesible los complejos retos contemporáneos, este libro invita al lector a plantearse valores, significados y compromisos personales en un mundo lleno de ruido e incertidumbre.

Relato comunista, fascista y liberal…

¿Qué preguntas son importantes para usted?, le preguntó Cristina Galindo en ELPAIS cuando el autor promovía el nuevo libro, y Harari respondió: «El mayor problema político, legal y filosófico de nuestra época es cómo regular la propiedad de los datos. En el pasado, delimitar la propiedad de la tierra fue fácil: se ponía una valla y se escribía en un papel el nombre del dueño. Cuando surgió la industria moderna, hubo que regular la propiedad de las máquinas. Y se consiguió. Pero ¿los datos? Están en todas partes y en ninguna. Puedo tener una copia de mi historial médico, pero eso no significa que yo sea el propietario de esos datos, porque puede haber millones de copias de ellos. Necesitamos un sistema diferente. ¿Cuál? No lo sé. Otra pregunta clave es cómo conseguir una mayor cooperación internacional.

“No tener smartphone es símbolo de estatus. Muchos poderosos no tienen uno. Lo nuevo es protegerse contra los ladrones que quieren retener nuestra atención”

Previamente, Iñaki Gabilondo había entrevistado a Yuval Noah Harari, entre cuyos seguidores se encuentran Barack Obama o Mark Zuckerberg. En su siguiente libro ‘Homo deus’ pinta un negro futuro para la humanidad. Pronostica que la humanidad se dividirá entre una superélite de humanos mejorados y una masa de personas «inútiles». El mundo va a cambiar radicalmente gracias a los algoritmos, el big data y la inteligencia artificial.

Fuente: https://www.ibercampus.es/21-lecciones-para-el-siglo-xxi–38269.htm

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Ferran Ferrando: «Sin pensamiento crítico no sabremos hacer frente a los populismos»

Redacción: Valencia Plaza

Director del Instituto Cervantes de Nápoles, el castellonense Ferran Ferrando reconoce que no ejerce de valenciano y que su trabajo le convierte en un privilegiado que hace lo que le gusta

18/12/2019 – 

Habla cinco idiomas. Se licenció en filologías románicas y antropología en Gotinga (Alemania) y Montpellier (Francia), y se doctoró en la Universidad de Bremen (Summa cum laude), con una investigación sobre Horacianes, del poeta Vicent Andrés Estellés.

Ferran Ferrando (Albocàsser, Castellón, 1960) es hijo de emigrantes que en la década de los sesenta se fueron a Alemania a trabajar. Apenas tenía cinco años cuando sus padres decidieron instalarse de forma permanente en el país germano a pesar de que su abuela paterna, Ángeles Sales, falleció víctima de los bombardeos que la Legión Cóndor nazi, siguiendo órdenes del Teniente Coronel Dávila, realizó sobre Albocàsser en mayo de 1938, en plena Guerra Civil.

Apasionado del séptimo arte, fundó la filmoteca Lumière en Göttingen (Alemania), dirigió durante más de cinco años la Escuela de Lenguas de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha sido responsable de la Oficina Cultural Catalana de Fráncfort, y ha dirigido el Cervantes de Estocolmo y Múnich, este último en dos ocasiones, la segunda hasta mayo de este año, en que se incorporó a su nuevo destino en Nápoles. El director del Instituto Cervantes recibe a Plaza en la sede del centro, ubicado en el hermoso barrio de Santa Lucía, uno de los más antiguos de la ciudad italiana, frente al imponente Vesubio. Un puerto marinero que ha sido interpretado por los más grandes, desde Enrico Caruso hasta José Carreras, pasando por Elvis Presley, Dean Martin o PavarottiSanta Lucía es una famosa canción napolitana que su propio compositor, Teodoro Cottrau, tradujo al italiano.

—¿Qué impulsó a sus padres a quedarse en Alemania? 

—Se dieron cuenta de que, además de trabajar y ganar dinero con la intención de volver, el país ofrecía para sus hijos una vida diferente a la que había en España en esos momentos. Los cinco hermanos recibimos una formación excelente y gratuita, una oportunidad que nuestros padres supieron identificar y valorar. Como es normal, estoy agradecido a mis padres, pero también a todos los profesores y amigos que facilitaron el desarrollo de nuestros talentos.

—¿En la decisión de marchar no influyó la trágica muerte de su abuela?

—No, para nada. No les traumatizó. La guerra había quedado atrás. Los alemanes estaban para apoyar a Franco en aquellas fechas. Aunque, en cierta forma, es como una línea roja que marcó la vida de mi padre y la de mi familia. La verdad es que he vivido más en Alemania que en España.

Fuente: https://valenciaplaza.com/compromis-desubicado

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