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Entrenar el pensamiento crítico: un arma eficaz para detectar ‘fake news’

Por: Educación 3.0.

Jordi Nomen, profesor de Filosofía en la Escuela Sadako de Barcelona, cree que es muy importante entrenar el pensamiento crítico en clase, puesto que a través de él los estudiantes serán capaces de detectar las ‘fakes news’: informaciones llenas de falacias. Para hacerlo en el aula, propone un juego de investigación.

En una sociedad tecnológica y compleja es necesario enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos de manera crítica, autónoma y creativa. Solo así aprenderán a adaptarse a los cambios y a transformar la actualidad de manera pacífica y respetuosa democráticamente. por ello, es muy importante entrenar el pensamiento crítico desde las aulas.

En el futuro necesitarán habilidades para operar con los conocimientos disponibles y para que sepan comprometerse en construir un mundo mejor.

El sociólogo Zygmunt Bauman ha caracterizado nuestra época como un ‘tiempo líquido’ (flexible y cambiante), frente a otros tiempos pasados más ‘sólidos’. Explicó que las estructuras sociales no permanecen en el tiempo, dejándonos enfrentados a un mundo sin referencias seguras en el que reina la incertidumbre. En medio de todo este proceso, es necesario educar con sentimiento y sabiendo que lo que necesita la sociedad son ciudadanos críticos que sean capaces de liderar una transformación social hacia un mundo más libre y justo.

Evitando las falacias

Para entrenar el pensamiento crítico es necesario enseñar a los estudiantes a esquivar las falacias: esas ideas que adoptan la apariencia de argumento y que inducen a afirmar o negar una idea que no está justificada de forma correcta y que aparecen en forma de ‘fake news’ en los medios de comunicación y las redes sociales. Esta figura forma parte de la lógica informal: la que forma parte del discurso persuasivo. Pero, para entenderlas mejor, presento algunos ejemplos que a menudo se quieren hacer aparecer como argumentos persuasivos en el discurso de los medios y, habitualmente, generan mucho impacto en la opinión pública.

Entrenar el pensamiento crítico

Para entrenar el pensamiento crítico es necesario enseñar a los estudiantes a esquivar y diferenciar las falacias: ideas que adoptan la apariencia de argumento que inducen a afirmar o negar una idea no justificada de manera correcta. Aparecen diariamente en los medios de comunicación y en las redes sociales en forma de ‘fakes news’ y tienden a crear mucho impacto en la opinión pública y a guiarla en una determinada dirección. Por ello, es necesario que se dedique parte del tiempo de la educación a analizar de forma consciente los medios y las redes sociales. Algunos ejemplos muy comunes que llevamos interiorizados es cuando se apela a la tradición o a la mayoría para analizar los pros y los contras de una determinada medida. O cuando se recurre a la amenaza, el miedo o la lástima en lugar de a la fortaleza de la opinión.

Para conocer, identificar y desmontar las falacias propongo un juego basado en la investigación que se puede llevar a cabo en el aula: el docente leerá la siguiente historia en la que se cuentan unos hechos y se hacen interpretaciones sobre ellos. ¿Serán capaces los estudiantes de reconocer los errores en los que se ha caído?

La muerte de Jonas Porter

Aquel chico, Jonás Porter, había muerto. Lo había encontrado el portero de la finca hacía cinco días. Eran las ocho y media de la mañana y había estado lloviendo con cierta intensidad durante toda la noche. Era obvio que lo habían trasladado al callejón porque su ropa no estaba húmeda.

Entrenar el pensamiento crítico

Ahora, una semana después, la detective del caso, la astuta Rebeca Marit, se encontraba reunida con el equipo de investigación para determinar todas las circunstancias e hipótesis que habían ido sucediendo a lo largo de la semana transcurrida.

La detective Rebeca Marit escuchaba atentamente qué tenía que decir cada uno de los presentes y tenía una libreta abierta ante sí, mientras su rostro expresaba preocupación.

El primero en tomar la palabra fue el detective Bastos, que formalmente dijo:

-Rebeca, creo que está claro que el Jonás murió en un accidente. Yo siempre digo que los chicos jóvenes, hoy en día, no miran a derecha ni izquierda cuando cruzan la calle. Posiblemente alguien se lo cargó y, asustado por la situación, lo puso en el coche y lo abandonó en la calle de atrás de la finca.

La detective Sandra Cornglas tomó la palabra:

– Juan, no estoy nada de acuerdo contigo. No hay ninguna prueba que no permita afirmar que se trata de una venganza.

Cuando lo encontramos, la ropa no estaba arrugada. Esto demuestra que no fue un accidente.

Enfadado, el jefe de detectives, Samuel Pecó, gritó, dirigiéndose a Sandra:

-Sandra, sabes muy bien que yo soy tu jefe y no puedo soportar que hagas estas suposiciones infantiles. Si la línea de investigación es accidente, tú te callas.  Hay muchos otros detectives que quieren trabajar en esta unidad. Me entiendes, ¿verdad?

Rebeca trató de poner orden en una discusión que parecía alterar a todos por momentos:

-Va chicos, no estamos para enfadarnos aquí. Por favor, me gustaría escuchar los puntos de vista de los que no han hablado.

El sargento Pomodoro habló:

-Como sabéis, en estos casos, nuestro mítico comandante Pardo, que en el cielo esté, siempre decía lo mismo, si no hay herida, no puede haber asesinato. Y aquí, que yo sepa no hay herida. Para mí, no hay duda posible. Se suicidó.

La detective Odete cauda afirmó, segura:

-Para mí está claro como el agua. Jonás vivía en un barrio agresivo y los barrios agresivos terminan creando personas agresivas. La hipótesis de la venganza se aguanta sola.

El recién llegado, el joven Pedro Rodès sintió que tenía que decir algo, para no desmerecer frente a los demás:

– De hecho, a pesar de ser mi primer caso, hace rato que me pregunto cuando empezó con la droga Jonás.

– ¿Quién ha dicho que consumía droga? – remachó Rebeca

– Nadie -dijo Pedro- pero yo he pensado que en un barrio como el suyo, eso debía ser la mar de normal. Un asesinato por drogas, en esta zona no sería sorprendente.

Intervino un extraño, que había venido de la comisaría central, un tal Ríos no sé cuántos:

-Mirad, ya sé que no soy de aquí pero mientras estamos hablando podemos estar facilitando que un asesino múltiple vuelva a actuar; quién sabe si ésta no ha sido su primera víctima.

Era el turno del más viejo del grupo, el teniente Omalla, que estaba a punto de jubilarse:

– Para mí esto no tiene ningún secreto, hay un muerto y no se ha muerto solo, alguien lo ha matado y ese alguien debe ser quien el asesino.

Es probable que Lidia Falcone se hubiera estado reservando para el final cuando decidió que había llegado su momento:

-Mirad chicos, está claro. El hecho de que no lleve el vestido mojado nos hace pensar que fue asesinado lejos de aquí. He comprobado el tiempo. A unos cien kilómetros, no ha llovido en toda la noche. E igualmente, si venía de lejos a estas horas es que algo tenía que esconder. Al menos hay, os lo digo yo, algún asunto de drogas.

El más tímido, Iago Bertran, decidió que no podía permanecer en silencio:

-He decidido quedarme el último porque mi juventud me autoriza a escuchar. Para mí está claro que Jonás murió pacíficamente. La ropa que no está arrugada; es la excepción en los casos de asesinato.

Las soluciones al acertijo están recopiladas en este cuadro:

 

Fuente del artículo: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/entrenar-el-pensamiento-critico-un-arma-eficaz-para-detectar-fake-news/116683.html

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Reflexiones sobre una nueva pedagogía

Por: Francesc Imbernon

Son tiempos de analizar las contradicciones y una determinada visión mercantilista y productiva de la educación que reproducen los discursos, valores y privilegios de los que tienen el poder real o mediático.

Estos días ha habido un congreso en la Universidad de Barcelona (IRED19) en el que han participado reconocidos autores de la pedagogía crítica. Esto y, posiblemente, las situaciones actuales de revuelta en varios contextos (Chile, Bolivia, China, Ecuador, Siria, Turquía, Cataluña, etc.) me ha llevado a hacer algunas reflexiones sobre la situación actual de la educación.

En las conferencias del Congreso se mencionaba la recuperación del pensamiento y el conocimiento crítico, la emancipación como proceso imprescindible que desarrollar en la educación, la lucha contra el colonialismo cognitivo, el patriarcado, la dominación epistémica y ontológica de parte de la humanidad por el poder del capitalismo que no tiene en cuenta la dignidad de las personas. También el retroceso ideológico reaccionario desde la Revolución Francesa con los famosos conceptos de libertad, fraternidad e igualdad. Retroceso que nos trae al regreso de lo que se denominó antiguo régimen. Recordemos que la Revolución Francesa pretendía educar nuevas generaciones en los ideales revolucionarios con una escolarización obligatoria y gratuita y el acceso de todos los ciudadanos a los beneficios de la educación, y no únicamente los que podían pagarse la enseñanza privada. Y el profesorado era seleccionado a través de pruebas basadas en los méritos intelectuales y no en las ventajas del nacimiento o la fortuna. Con una perspectiva laica de la enseñanza.

Y ahora, este retroceso a ideologías neoconservadores y algunas de cariz fascista, están influyendo en la educación, muchas veces, ante un silencio, cuando no una complicidad de algunos que ven la educación como un negocio y un gran mercado en el que, además, pueden ejercer una influencia ideológica de dominación y sumisión ciudadana.

Y pienso en qué podemos hacer para conseguir un rearme moral, ético e intelectual desde posturas educativas críticas pero constructivas, para alcanzar lo que soñamos o recuperar aquello que conseguimos con las luchas y se ha ido perdiendo despacio, pero implacablemente. Cómo recuperar las ganas de cambiar a fondo y potenciar el protagonismo que se merece el colectivo de enseñantes.

No hablo de estrategias innovadoras, de la pasión por el cambio metodológico o de introducir novedades técnicas, sino ser capaces de ver más allá de nuestros límites como educadores. De salir de la frontera, en cuyo interior podemos hacer muchas cosas interesantes pero que se quedan dentro de nuestro círculo.

Hablamos, como se dijo en el congreso, sobre una nueva comprensión del mundo para ayudar a transformarlo; de cómo introducirnos a la escuela y a la sociedad en el análisis de las diversas formas de desigualdad y opresión que cada día van en aumento. También plantearnos la militancia pedagógica y la acción solidaria como un importante reto para desarrollar una nueva cultura profesional alternativa del profesorado, para trabajar por una nueva práctica educativa y social.

El trabajo de Paolo Freire y cómo se lo está persiguiendo en Brasil también tuvo un lugar en el Congreso (después de mucha referencia y empacho anglosajón) Freire siempre será un referente para analizar la falacia de la neutralidad escolar, para construir una noción de la educación más politizada y para desarrollar una pedagogía de la resistencia, de la esperanza o de la posibilidad. La denuncia y la anunciación de alternativas son dos procesos inseparables en la educación según Freire. Superar el miedo -que decía un ponente- y trabajar la esperanza.

Son tiempos de analizar las contradicciones y una determinada visión mercantilista y productiva de la educación que reproducen los discursos, valores y privilegios de los que tienen el poder real o mediático. Y denunciarlas y buscar alternativas hacia una educación más liberadora de ciudadanos libres y comprometidos con el cambio social y no súbditos.

Pero crear una forma diferente de ver la educación supone salir, como mencionaba antes, de las fronteras de la sumisión a ideas de otros, de ir de nuestros límites impuestos (a veces sin querer de forma implícita, por la formación o por el sistema educativo que nos rodea o por nosotros mismos). Sin olvidar la importancia de hacerlo colectivamente. Convertirse, como dijeron varios filósofos, en intelectuales colectivos y no en receptores pasivos de las ideas aceptadas sin rigor ni análisis crítico. Huir de quienes pregonan volver a lo que es básico: «se tiene que enseñar así», «la democracia es culpable», «se han perdido los valores», «tenemos que separar al alumnado», etc., que han vuelto aparecer con más fuerza (políticos e intelectuales educativos orgánicos muy bien situados en ciertos partidos estatales, autonómicos o grandes corporaciones). Se enorgullecen de su elitismo academicista o del poder político y económico que los trae a considerar ciertas cosas mejores que otras: por ejemplo, la Universidad como cumbre del conocimiento formativo, la desconfianza en el profesorado, el desprecio a los movimientos sociales, el discurso teórico no riguroso como parangón del intelectual y la tradición cultural occidental como superior y única, obviando otras identidades y aportaciones culturales.

El congreso proyectó razones y fuerzas para un rearme profesional del profesorado y de la educación que se ha de oponer frontalmente a cualquier manifestación explícita o implícita de la racionalidad de ciertas políticas educativas, de contenidos curriculares o en las formas de gestión y control técnico y burocrático de la educación. Y revisar la legitimación oficial del conocimiento escolar reaccionario hoy en día, tan defendido por la derecha, y tratar de poner en contacto los estudiantes con los diversos campos del conocimiento, de la experiencia y de la realidad. En este sentido, es necesario ser sensible a las tradiciones y valores de las minorías étnicas y culturales.

En fin, el congreso abrió una ventana por donde entraba aire fresco, puesto que revisó la finalidad de la educación y la posibilidad de romper formas de pensar y actuar que llevan a analizar el progreso de una manera lineal y no permiten integrar otras identidades sociales, otras manifestaciones culturales y otras voces secularmente marginadas, provocando la exclusión social y el aumento de la pobreza de grandes capas de la población.

Continuar luchando (la lucha también fue un concepto que fue apareciendo) para buscar alternativas hacia una enseñanza más democrática y participativa, donde se trabaje la dignidad como instrumento fundamental educativo (justicia cognitiva y trato como humanos). Una educación en la que se comparte el conocimiento con otras instancias socializadoras que están fuera del establecimiento escolar. Y nuevas alternativas menos individualistas y funcionalistas, más basadas en el diálogo, en la autoemancipación docente y colectiva entre quienes tienen algo que decir a quienes enseñan y aprenden.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/11/reflexiones-sobre-una-nueva-pedagogia/

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Entrevista a Carlos García Gual: «Pararse a pensar se ha convertido en un deporte raro»

Redacción: Letras Libres

La editorial Turner ha reeditado ‘Audacias femeninas’, donde el experto en la Antigüedad clásica narra la historia de mujeres rebeldes de hace veinte siglos.

Carlos García Gual (Palma de Mallorca, 1943) es uno de los grandes conocedores del mundo helénico. Catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense y especialista en el mundo antiguo, es desde el pasado mes de febrero miembro de la Real Academia Española (RAE). Ahora se acaba de reeditar su libro Audacias femeninas (Turner), publicado originalmente en 1991 y al que le ha añadido tres nuevas historias de mujeres que manifestaron su rebeldía hace más de veinte siglos.

Publicó este libro en 1991, pero ahora lo ha actualizado con tres nuevas historias. Son dos tiempos muy diferentes.

Sí, en aquel momento fue un libro novedoso. Tuvo varias ediciones. Es un libro que me gustó escribir y tiene una fórmula que he aplicado en otros libros: pequeñas historias con personajes sueltos. Aquí las cinco figuras femeninas no son grandes personajes conocidos sino que están sacados de pequeñas historias, y ahora he añadido tres más.

Es un libro que me habían pedido que reeditara, pero no quise hacerlo hasta tener ya una parte nueva. El libro presenta a unas figuras que no son revolucionarias pero sí rebeldes y quería subrayar cómo en la situación tradicional de la mujer, sometida al silencio y servicio doméstico, los griegos protestaron contra eso. Y las mujeres, aunque fuera en plan de farsa, en algunas obras de Aristófanes, alcanzan el poder. Eso demuestra que sí había una cierta inquietud. Y los griegos siempre creyeron que las mujeres tenían la misma inteligencia que los hombres.

¿En eso son distintos griegos y romanos?

Desde la época helenística, las mujeres van cobrando cada vez más importancia. Muchas aprenden a leer y escribir, lo que antiguamente era un privilegio masculino. También hay diferencias entre las clases sociales. Las mujeres ricas que heredaban tenían a veces un gran poder en la sociedad, y eso pasa en Roma. Las que tenían más poder eran las viudas ricas… Y por ejemplo en Roma aparecen poetas como Ovidio, que ya escribe pensando en un público femenino. Y hay un género nuevo, como es la novela, en la que las heroínas tienen tanta importancia como el héroe.

De hecho, las mujeres que usted retrata no son las míticas Lisístrata, Medea o Clitemnestra, sino mujeres mucho más “normales”, que sí pudieron existir en aquellos años.

Son mujeres apresadas dentro de esa red social que las tiene sometidas, pero hacen agujeros. No eran revolucionarias como Lisístrata, pero buscan caminos de libertad. Y con una inteligencia y sensibilidad especial. Es muy interesante cómo alguna como Calírroe, que es raptada, vendida como esclava y va a parar a manos de un rico de Mileto, y después de la corte persa, se defiende continuamente de los ataques masculinos. Aunque hay que decir que los ataques masculinos de la época son muy cuidadosos. Es decir, el señor que la compra podría violarla, pero no lo hace, sino que se enamora de ella y está dispuesto a morir de amor si ella no le concede la mano. Y después el rey persa también se enamora de ella… Es curiosa esta sensibilidad porque estamos acostumbrados a un mundo más brutal.

Antes comentaba que en 1991 era un libro novedoso, pero ahora hay numerosos libros que hablan sobre las mujeres en la época romana o griega.

Es debido al espíritu de la época de sacar a las mujeres de las sombras y ponerlas en primer plano. Yo lo que hago es sacar a estas mujeres de unos textos antiguos como El libro de Apolonio, que es uno de los grandes libros del Medievo, aunque hoy ya nadie lo lee. Sin embargo, en la Edad Media fue muy leído. Lo curioso es que en los estudios que se han hecho posteriormente casi nunca se nombra a las dos mujeres importantes que salen en él y yo precisamente destaco esas dos figuras femeninas.

En la primera historia habla de una relación heterosexual en la que una mujer rapta a un hombre más joven que ella y esto es criticado por el círculo de hombres homosexuales.

Sí, es un caso muy curioso que cuenta Plutarco, que es ya de la época helenística. Plutarco es un poeta que habla muy bien de las mujeres, y ese es un rasgo de la época helenística, porque antes en el mundo clásico ser homosexual –entre hombres– era una cosa refinada y se veía muy bien –no se concebía que las mujeres tuvieran capacidad para tener relaciones amatorias–, pero en la época helenística esto ya no es así. Y en eso coincide con el cristianismo, donde también son muy importantes las mujeres, aunque estuvieran en segunda fila y los que mandaran fueran los hombres, los curas. Pero está ese tipo de mujeres ricas, viudas, que se dan cuenta de que tienen poder, dinero y ya no tienen a nadie que les mande.

En definitiva: lo que convenía era que se muriera el marido para poder hacer lo que a una le diera la gana.

Claro. Y que el marido fuera rico. Porque las que estaban peor de todas eran las viudas pobres y mayores.

En este libro se centra más en el periodo helenístico y en los griegos, pero habitualmente se publican más libros sobre la época romana de la República y el Imperio.

Conocemos más Roma en lo que toca a la vida cotidiana. Sabemos mucho más de los banquetes romanos que de los griegos, pero porque en los banquetes griegos lo único que hay es que hablan mucho, pero no se sabe qué comen. En cambio, un banquete como el que sale en el Satiricón es ya de multimillonarios y gran juerga. Luego también los romanos eran más espectaculares que los griegos. Los griegos tenían el teatro, pero es que los romanos tenían el circo. Ahora bien, los griegos eran más amigos de la discusión, el diálogo, el pensamiento… Los poetas romanos tienen más versos amorosos que los griegos, pero los griegos eran más refinados.

Y nosotros somos más romanos que griegos.

Sí, sí. Estamos mucho más cerca. El primer imperio universal es el romano. Los griegos fueron gente de pequeñas ciudades. Pero nosotros somos un mundo de poderes como los romanos.

Un libro como el suyo nos acerca a aspectos marginales de estas culturas, pero también nos ayuda a conocerlas. Y en una época en la que, como usted ha dicho en ocasiones, las Humanidades no viven su mejor momento.

Este acercamiento a los clásicos lo que trata es de abrir horizontes para que nos demos cuenta de que muchas cosas ya las dijeron ellos. Y que hay muchos aspectos que siguen vivos. Estos personajes tienen algo de original, pero la gente no los conoce porque están en textos secundarios. La gente lee siempre lo mismo, la Odisea, etc., pero al margen de eso están los epicúreos, los cínicos, que son muy interesantes.

¿Qué aprendemos todavía hoy de los griegos?

De los griegos podemos aprender cómo amaban la libertad de pensamiento y de palabra, que eran muy curiosos. Buscaban la causa de las cosas, la raíz de la filosofía. Los egipcios estaban en el Mediterráneo antes que los griegos, pero no se interesaron por nadie. Y los griegos sí. La mayoría de culturas no han salido de su sitio; en cambio los griegos, que eran un pueblo de unas cuantas ciudades, con sus barcos se fueron a investigar el mundo. Los grandes geógrafos del mundo latino son griegos, la gente de ciencias también eran griegos. Esa cosa que hay en el griego que se pregunta, no por el ser que decía Heidegger, pero sí por qué hay detrás de las cosas. Y eso se está perdiendo en el mundo actual. Tenemos avances científicos, la tecnología…, pero la mayoría de la gente no siente esa inquietud de preguntarse uno mismo por las cosas. Y yo creo que esa inquietud es griega y está unida al afán de libertad y de conocer.

¿Cuál es la causa?

En la sociedad de masas la gente anda muy distraída con la cultura audiovisual, con las pantallas. Un chico que dedica seis horas a darle al móvil no tiene mucho tiempo para leer. Que la gente esté cuatro o cinco horas dándole a la maquinita… Intercambiando informaciones triviales…

Esta crítica ya se hizo en su día a la televisión, que era “la caja tonta’”.

Sí, pero la televisión no ocupaba todo el tiempo. Cuando voy en el metro miro a la gente y están todos dándole al móvil. Y no se miran los unos a los otros. La televisión estaba en casa. Tampoco es que sea un gran instrumento de cultura, y además, sí me parece reseñable el bajón cultural de las televisiones. Que el teatro haya sido sustituido por los programas de cocina es asombroso. Los horarios principales de la televisión están dedicados al chismorreo y a concursos de cocina donde salen desde artistas hasta pobres niños pequeños que parece que se tienen que matar por hacer un plato original. Es un mundo absurdo, pero estaba previsto que fuera así. Los pensadores de la Escuela de Fráncfort se dieron cuenta de que el marxismo no triunfaría porque la gente no iba a hacer la revolución si se contentaban con pequeñas cosas.

Y nos dieron un móvil.

Sí. Y mucha diversión. Vivimos en una sociedad en la que hay mucha diversión, por lo que pararse a pensar se ha convertido en un deporte raro.

A los griegos el ocio también les gustaba…

Sí, pero para discutir y hablar.

Lleva unos meses en la Real Academia Española. ¿Cómo se ha encontrado esta institución? Allí discuten, hablan…

La verdad es que últimamente las sesiones plenarias han estado centradas en fondos de economía y financiación, porque la Academia estaba muy mal. Pero ahora ha habido un cambio y el actual Gobierno se ha portado muy bien con la Academia. Y hay una idea de impulsar culturalmente la Academia, que no sea solo de diccionarios, sino algo más.

Para mucha gente, la Academia está distanciada de la sociedad. Se la ve como algo arcaico.

Bueno, una cosa curiosa es la cantidad de consultas que tiene la Academia. A lo mejor tienen 50.000 consultas cada semana. Creo que en los últimos tiempos, no es que se haya abierto, pero ha conseguido una cierta popularidad y la gente parece tener una cierta inquietud por las palabras.

Y también las redes sociales. Yo, que soy laísta, he preguntado varias veces por alguna duda al respecto. Esta es la parte buena de la cultura audiovisual que hablábamos antes.

Sí, sí. También hay que decir que eso ha hecho que el diccionario en papel haya sido un fracaso económico. Una de las cosas de las que vivía la Academia era el diccionario, pero ahora no se vende, lo cual es normal también. Ahora todas las consultas son por Internet. Este es un sitio en el que los que más pintan son los lingüistas. Yo estoy en un grupo donde hay tres o cuatro que son autores del diccionario… Pero bueno, tiene también sus creadores, novelistas, poetas…

Quería preguntarle por la universidad porque usted es catedrático en la Universidad Complutense de Madrid. Hemos visto ahora la polémica con las universidades catalanas y esta posibilidad de que los centros no apliquen la evaluación continua para que los alumnos que lo deseen puedan manifestarse sin perder exámenes. ¿Cómo le parece que están actuando algunas universidades catalanas?

Es un tema que me apena mucho. Esta situación de las universidades catalanas de unirse a la revuelta y facilitar aprobados o lo que sea a cambio de que los chicos vayan a manifestaciones es una aberración. Las universidades están al servicio de una cultura y de una investigación científica, que debe estar muy al día, y eso no tiene nada que ver con la política. Creo que todas esas relaciones con la política son perversas. Y generalmente las universidades han mantenido esa independencia. La universidad europea, y la norteamericana, ha mantenido una libertad. Y eso ya comenzó con las primeras universidades en la Edad Media cuando entonces lo que había era mucho clérigo, pero había una cierta independencia con respecto al poder político.

Y eso que en aquella época la separación Iglesia-Estado no era tan fácil.

Sí, pero la universidad se fue haciendo crítica en todas partes. Y ahora debería ser crítica en el plano cultural, pero no en el político. A mí no me ha sorprendido ver cómo están las cosas en Cataluña, me parece aberrante porque es una falta de libertad. La universidad se debería caracterizar por la libertad. Ya estuvo muy feo que hace años se impidiera hablar a determinadas personas por sus ideas políticas. La universidad es un sitio en el que debería poder hablar todo el mundo y uno puede ir o no ir si quiere. Pero ahora están jugando a darle un papel que no le corresponde.

La universidad española tiene otros problemas más acuciantes…

El problema de las universidades españolas, que es algo que no se dice, es que hay demasiadas y ahí intervino también la política creando más universidades en vez de favorecer la política de becas que hubiera sido mucho mejor. Así que están resultando bastante caras al Estado y tienen problemas económicos. Hoy en día la investigación científica es cara y es evidente que las universidades españolas no pueden competir con las norteamericanas. ¡Pero si el presupuesto de Harvard es igual que el de todas las universidades españolas!

Fuente: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/cultura/entrevista-carlos-garcia-gual-pararse-pensar-se-ha-convertido-en-un-deporte-raro

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Nuestra América, tiempos de esperanza

 

La rebeldía que recorre Nuestra América dignifica el sentido pleno del sueño unitario e integrador de los próceres fundadores de las naciones hoy en disputa, los tiempos esperanzadores vuelven con la brisa enfurecida que derriba la injuria pedante del opresor, las cordilleras ven pasar a sus pueblos enardecidos de orgullo y valentía dirigiéndose a los centros del desprecio para tender la mano incluso a quienes por siglos los ignoraron, pueblos originarios, mestizos, campesinos, obreros, mujeres y hombres, proletarios todos en el sentido emancipador, Nuestra América despierta y entre piedras y palos clama por su liberación. Tiemblan los poderes sostenidos por las capillas y capellanes de la explotación, caen las rejas, muros y ballestas, en su lugar nacerán las flores primaverales que tanto cantara Pablo Neruda, pues nos han robado todo menos la dignidad.Terremoto profundo en el neurálgico centro de lo convencional, grietas de nuevo siglo, singular muestra antiortodoxa de las variables palpables de la verdad, el subterráneo malestar que aflora es producto del desprecio acumulado, gota por gota rebosa la inoperancia de un mundo regido por la idea y el deseo de poseer mucho antes de ser, por la imaginaria felicidad construida por la valoración material de la esencia habiendo relegado la única e innegable necesidad; el ser humano es en sí mismo la razón de su existencia, todas las determinaciones impuestas por normas codificadoras y enajenadoras no son más que meras distracciones de la dominación, lo que hoy vivimos va mucho más allá de una simple reivindicación de los oprimidos, vivimos la expresión de la crisis capitalista y todo el mundo que creó, los tiempos que nos asisten traen como reto la responsabilidad de asumir el rol correspondiente para contribuir a la nueva era que nos llama.

Las grandes movilizaciones de Haití, Ecuador, Chile, Costa Rica, Brasil, Argentina, Perú, Guatemala, Honduras, Colombia contra el neoliberalismo y la resistencia heroica de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia frente a los intentos de golpes de estado imperialistas, exigen el resurgimiento del pensamiento crítico libertario reformulando cada una de sus concepciones de la realidad concreta, la puesta en juicio de los conceptos elementales, generales y específicos se mezcla con la necesaria revisión táctica y estratégica para la resistencia y el proyecto emancipador, cuestionar todo fue la premisa siempre de Carlos Marx, incluso lo planteado por él mismo, cuestionarnos todo el presente no es ir en contra de esa gran enseñanza, es justamente ponerla en práctica reconociendo la vigencia del marxismo y el pensamiento latinoamericano (antiimperialista y anticolonial) para dar su lugar al planteamiento revolucionario que agrupe una y otra herencia con el fin de servir a la humanidad, las voces que claman por la libertad nos conducen al ejercicio pleno del compromiso y del pensamiento.

La ejemplar hazaña revolucionaria de Cuba tras sesenta años, sigue brillando como la estrella suprema en el cielo rebelde de nuestros pueblos, su grandeza va más lejos que el hecho de vencer a la potencia imperialista en el sentido de la guerra, su ejemplo se funda en la moral y la ética de transformación, en el compromiso y el estudio objetivo de las condiciones de lucha, en el continuo análisis de los avances y los retrocesos, en el hacer y el revisar, en el rectificar si es necesario, pero nunca jamás en traicionar, desertar o rendirse, el ejemplo revolucionario cubano ha hecho importantes aportaciones al pensamiento revolucionario latinoamericano y mundial, las ideas y análisis de José Martí, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro, Roberto Fernández Retamar y otros pensadores y pensadoras muestran ese paradigma vigente que se debe asumir, que sumado al de Simón Bolívar, Augusto Sandino, José Carlos Mariátegui y tanto más, acrecienta la luz del saber nuestro. El socialismo sigue vigente y su construcción es necesaria: la fuerza viva transformadora que recorre nuevamente Nuestra América habrá de nutrirse de la herencia para superarla cambiando el mundo.

Los tiempos de esperanza regresan como brisa y como anhelo, Nuestra América se renueva dejando a un lado al fin heridas palpitantes, las huellas de las dictaduras que tan obstinadamente la ultraderecha quiere revivir, son aplastadas los pueblos retomando la memoria robada y exigiendo constituyentes que borren toda ley dictatorial, los sujetos revolucionarios siguen multiplicándose, con su diversidad agrietan la profundidad de la opresión, hacen complejo el entramado del acontecer pero lo enriquecen para la formulación de naciones realmente integradoras de toda su necesidad, la belleza que cubre la rebeldía tiene su poética propia, son los pueblos los que hacen la historia, Nuestra América escribe ahora una página nueva de libertad.

Fuente del artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262086

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Una universidad de preguntas, juegos, experimentos y conversaciones

América del Sur/Colombia/03-11-2019/ Autor y Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: El Diario de la Educación

¿Cómo son los sueños de las personas ciegas? ¿Por qué brillan las luciérnagas? ¿Por qué hay ricos y pobres? Son preguntas de niñas y niños, como las que han encendido en los científicos la pasión para transformar el mundo investigando. A través de preguntas nos hemos acercado al conocimiento de la realidad, de los demás y de nosotros mismos, y con preguntas se han creado las universidades de los niños en diversos países. Estos programas invitan a fortalecer las ganas de aprender y a entrar en diálogo con diversos actores sociales y científicos.

¿Universidad de los niños? Sí, existen cerca de 400 programas en todo el mundo donde niñas, niños y jóvenes habitan los campus universitarios acompañados de docentes e investigadores para conocer cómo se construye el conocimiento. La inmersión en un ambiente universitario no solo les da herramientas para acercarse a la ciencia, también les demuestra que su manera de concebir el mundo es transformadora y que los adultos también pueden aprender de ellos.

Una de las universidades de los niños se encuentra en Medellín, Colombia. En esta ciudad latinoamericana se creó, en el año 2005, la Universidad de los niños EAFIT, un programa que transforma el conocimiento científico en experiencias de aprendizaje activo que fortalecen la curiosidad, despiertan el gozo intelectual y favorecen el pensamiento crítico en niñas, niños, jóvenes y mediadores. Su trabajo, basado en el juego, la experimentación, la conversación y las preguntas, ha sido reconocido con el Premio RedPop, otorgado por la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe.

El programa inició con varias series de talleres anuales, las cuales vinculaban a estudiantes de instituciones educativas públicas y privadas de Medellín con investigadores de la Universidad EAFIT en el marco de experiencias de juego, exploración y conversación en torno a preguntas formuladas por los mismos jóvenes. Con el tiempo, los talleres se han ampliado, no solo a niños y niñas, sino también a adolescentes, mediadores científicos y docentes de todos los niveles educativos. Además, se concibió la ciudad y la región como escenario amplio para el descubrimiento científico, de manera que la Universidad de los niños EAFIT también ha desarrollado proyectos de apropiación social del conocimiento en diversos municipios de Antioquia y Colombia.

En números, más de 21.000 personas han estado vinculadas al programa de manera esporádica y, de modo constante, 6.000 niños y jóvenes, 2.000 formadores, 371 instituciones de educación básica colombianas y 201 investigadores universitarios se han atrevido a salir de sus laboratorios, bibliotecas y oficinas para convertirse en comunicadores de ciencia para niños.

Sara Toro, después de participar por más de 5 años en el programa, cuenta que «la Universidad de los niños siempre ha sido una oportunidad de descubrir, de pensar, de imaginar, de crear y de soñar. A lo largo de los años aprendí a amar los días de encuentros, a descubrir un lugar donde puedo ser feliz. Aquí aprendí que hay más de una manera de descubrir las cosas, y que la primera palabra no es siempre la correcta. Aprendí que imaginar es abrir nuevos caminos para descubrir y que no preguntamos para encontrar una respuesta, sino para encontrar mil preguntas más».

Ahora bien, ¿qué aprenden los adultos involucrados en el programa? En principio, a escuchar a los niños y jóvenes, pero en el caso de los maestros escolares y estudiantes de pregrado, también a diseñar experiencias científicas para llevar a sus clases y, por qué no, a sus profesiones. En otras palabras, la Universidad de los niños EAFIT también forma comunicadores científicos, profesionales capaces de generar conversaciones, reconocer otras formas de saber y explorar herramientas pedagógicas para comunicar el propio.

Claudia Rodríguez Saldarriaga, docente del Colegio Santa Leoní Aviat de Medellín, afirma que participar en la Universidad de los niños «ha significado la posibilidad de cuestionar mis prácticas pedagógicas», un ejercicio que debe ser obligado para cualquier educador.

También hay desafíos. Uno de ellos es contribuir a la generación de una cultura científica fuerte, para lo cual existen obstáculos sobretodo en el contexto latinoamericano. Frente a esto, las universidades de los niños proponen un esfuerzo de largo aliento y presentan alternativas como la generación de contenidos para la popularización de la ciencia. En el caso de la Universidad de los niños EAFIT, se producen contenidos digitales para la Red de las Preguntas, la serie de radio ‘1, 2, 3 por la ciencia‘, la revista Catalejo, así como videos y contenidos digitales que buscan ampliar la incidencia del programa a través de su presencia en Internet.

En especial, la Red de las preguntas es un espacio digital donde se han recopilado más de 600 preguntas de niños y que se responden con la ayuda de expertos en temas que pueden ir desde el medio ambiente, los asteroides y el mundo microscópico hasta, el amor, las redes sociales y las relaciones humanas.

Curiosidad, preguntas, ganas de aprender y apertura mental son componentes comunes en las universidades de los niños. Ellas avivan el espíritu de explorador incansable y contribuyen a que la sociedad conozca cómo se produce el conocimiento con el cual se toman decisiones que la afectan de modo directo, como la destinación de los dineros públicos, la concepción de políticas para el desarrollo o la implementación de nuevas tecnologías. En últimas, las universidades de los niños ayudan, ¿por qué no?, a vivir. Como decía el poeta Antonin Artaud: «Vivir no es otra cosa que arder en preguntas».

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/educacionesenmovimiento/2019/10/24/una-universidad-de-preguntas-juegos-experimentos-y-conversaciones/

 

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Pensamiento crítico. Agonía y muerte del neoliberalismo en América Latina

Por: Atilio Boròn

En las últimas semanas el neoliberalismo sufrió una serie de derrotas que aceleraron su agonía y en medio de aparatosas y violentas convulsiones desencadenaron su deceso. Tras casi medio siglo de pillajes, tropelías y crímenes de todo tipo contra la sociedad y el medio ambiente, la fórmula de gobernanza tan entusiastamente promovida por los gobiernos de los países del capitalismo avanzado, las instituciones como el FMI y el BM y acariciada por los intelectuales bienpensantes y los políticos del establishment yace en ruinas. La nave insignia de esa flotilla de saqueadores seriales, el Chile de Sebastián Piñera, se hundió bajo el formidable empuje de una protesta popular sin precedentes, indignada y enfurecida por décadas de engaños, artimañas leguleyas y manipulaciones mediáticas. A las masas chilenas se les había prometido el paraíso del consumismo capitalista, y durante mucho tiempo creyeron en esos embustes.  Cuando despertaron de su sonambulismo político cayeron en la cuenta que la pandilla que las gobernó bajo un manto fingidamente democrático las había despojado de todo: les arrebataron la salud y la educación públicas, fueron estafadas inescrupulosamente por las administradoras de fondos de pensión, se encontraban endeudadas hasta la coronilla y sin poder pagar sus deudas mientras contemplaban estupefactas como el 1 por ciento más opulento del país se apropiaba del  26,5 por ciento del ingreso nacional y el 50 por ciento más pobre sólo capturaba el 2.1 por ciento. Todo este despojo se produjo en medio de un ensordecedor concierto mediático que embotaba las conciencias, alimentaba con créditos indiscriminados esta bonanza artificial y hacía creer a unas y otros que el capitalismo cumplía con sus promesas y que todas y todos podían hacer lo que querían con sus vidas, sin que se inmiscuyera el estado y aprovechando las inmensas oportunidades que ofrecía el libre comercio. Pero ninguna utopía, aún la del mercado total, está a salvo de la acción de sus villanos. Y éstos aparecieron de súbito personificados en las figuras de unos adolescentes de escuela secundaria que, con ejemplar audacia y filial solidaridad, se rebelaron contra el aumento en las tarifas del metro que perjudicaba no a ellos sino a sus padres. Su osadía hizo trizas el hechizo y quienes habían caído en la trampa de resignar su ciudadanía política a cambio del consumismo se dieron cuenta que habían sido burlados y estafados, y salieron a las calles para expresar su descontento y su furia. Se convirtieron, de la noche a la mañana, en “vándalos”, “terroristas” o en una revoltosa banda de  “alienígenas” –para usar la elocuente descripción de la mujer del presidente Piñera- que avizoraron los límites infranqueables del consumismo y del endeudamiento infinito y el carácter farsesco del minué democrático que ocultaba, bajo prolijos ropajes y vacías formalidades, la implacable tiranía del capital. Comprobaron en ese violento despertar que una de las sociedades antaño más igualitarias de Latinoamérica ahora compartía, según el Banco Mundial, el dudoso honor de ser junto a Rwanda uno de los ocho países más desiguales del planeta. Como un relámpago advirtieron que habían sido condenados a sobrevivir endeudados de por vida, víctimas de una plutocracia -insaciable, intolerante y violenta- y de la corrupta partidocracia que era cómplice de aquélla y gestora del saqueo contra su propio pueblo y los recursos naturales del país. Por eso tomaron las calles y salieron en imponentes manifestaciones a luchar contra sus opresores y explotadores, y lo hicieron –y aún hoy lo hacen- con una valentía y heroísmo pocas veces vistos. Ya son por lo menos veinte los muertos por la represión de las fuerzas de seguridad y los desaparecidos reportados suman más de cien, amén de los centenares de heridos y torturados y los miles de detenidos que  marcan, con lúgubres tonalidades, los estertores finales del tan admirado modelo.

Después de esta espontánea insurrección popular ya nada volverá a ser igual, nada revivirá al neoliberalismo, nadie lo señalará como la vía regia hacia la democracia, la libertad y la justicia social. Eso aunque Piñera continúe en La Moneda y prosiga su brutal represión. Pese a lo cual ni la OEA, ni los gobiernos “democráticos” del continente -presididos por turbios personajes de frondosos prontuarios- ni tampoco los hipócritas custodios de los valores republicanos tendrán un átomo de decencia para caracterizar a su gobierno como una dictadura, calificación que sólo merece Nicolás Maduro aunque jamás haya habido en su gobierno una represión tan bestial y sanguinaria como la que quedó documentada en infinidad de videítos grabados en  Chile y que se viralizaron por internet. Para Donald Trump Piñera es amigo, vasallo y sicario político de la Casa Blanca, imprescindible para atacar a la Venezuela Bolivariana y esas son razones más que suficientes para defenderlo y protegerlo a cualquier precio. Obedientes, las ONGs del imperio y sus sucursales en Europa y Latinoamérica -inverosímiles defensoras de los derechos humanos, la democracia, la sociedad civil y el medio ambiente- mantendrán un silencio cómplice ante los crímenes que cometa el ocupante de La Moneda. Algunas expresarán otras opiniones, más no aquellas que son los tentáculos ocultos del imperialismo. Impertérritos, los publicistas del sistema seguirán señalando a Nicolás Maduro como el arquetipo de la dictadura y al chileno como la personificación misma de la democracia. Pero todo será inútil, y lo que murió –la receta neoliberal- bien muerta está.

Claro que la historia no comienza ni termina en Chile. Poco antes del estallido social todavía en curso, el Ecuador del traidor y corrupto presidente Moreno había sido convulsionado por inmensas protestas populares. El detonante, la chispa que incendió la pradera fue la quita de los subsidios a los combustibles. Pero el factor determinante fue la implementación del “paquetazo” ordenado por el FMI al servil agente instalado en el Palacio de Carondelet. La reacción popular, iniciada primero entre los transportistas y sectores populares urbanos y luego potenciada por la multitudinaria irrupción de las poblaciones originarias en las principales ciudades del país se extendió poco más de una semana y obligó al cobarde presidente a trasladar la sede del Ejecutivo a Guayaquil. Poco después tuvo que suspender la cruel represión con que había respondido al desafío y abrir una fraudulenta negociación con los autoproclamados líderes de la revuelta indígena. Astuto, pactó una tregua con la desprestigiada y también ingenua dirigencia de la CONAIE y derogó el decreto relativo al subsidio a los combustibles, prometiendo revisar lo actuado. Nada de eso ha ocurrido, pero logró desarticular la protesta, por ahora. Como le cuadra a un traidor serial como Moreno el jefe de los negociadores indígenas, Jaime Vargas, está siendo judicialmente perseguido por el gobierno. El “paquetazo” será puesto en práctica porque el mandato del FMI es inapelable y Moreno es un peón más que obediente: es obsecuente.  Es sabido que estos programas del Fondo sólo son factibles si se los gestiona con una mezcla -variable según los casos- de engaños y represión. Pero ahora la pasividad ciudadana tiene mecha corta y en pocos meses más, en cuanto se dejen sentir los rigores del ajuste salvaje, no sería extraño que estalle una nueva rebelión plebeya que esperemos no caiga en las trampas de Moreno y sus compinches y culmine exitosamente con la destitución del presidente y la refundación de la democracia en el Ecuador. El presidente está entrampado: si aplica el programa del FMI la poblada popular probablemente acabe con su gobierno; si no lo hace, el imperio puede decidir que llegó la hora de prescindir de sus servicios por inútil. Y como la Casa Blanca “sabe demasiado” de las trapisondas y los negocios sucios de Moreno no tendrá más remedio que aceptar el úkase imperial y acogerse a un “desempleo involuntario”, como decía Keynes.  Pero, pese a su inutilidad y a los crímenes perpetrados durante la represión de las protestas populares Washington se encargará de esconderlo y protegerlo. Como lo hizo con otro asesino, Gonzalo Sánchez de Lozada y con tantos otros.  En poco tiempo sabremos cual será el desenlace.

El neoliberalismo sufrió otra derrota en Bolivia, cuando el presidente Evo Morales fue reelecto  con el 47,08 por ciento de los votos contra el 36,51 por ciento obtenido por Carlos Mesa, el candidato de Comunidad Ciudadana. Pese a que el presidente le sacó una ventaja de 10.57 por ciento de los votos a su contrincante (más del 10 % que señala la legislación boliviana para declararlo ganador en primera vuelta) y que no hubo ninguna denuncia concreta de fraude sino tan sólo gritos y aullidos de la oposición ésta exige que se proceda a convocar al balotaje. Quienes manejan desde Estados Unidos a los enemigos de Evo en Bolivia cuentan con la previsible connivencia de la OEA y algunos desastrados gobiernos de la región como los de Argentina, Brasil, Chile, Colombia. Dicen que las irregularidades habidas en la transmisión y difusión del escrutinio (explicada convincentemente por las autoridades bolivianas) unido lo exiguo de la diferencia obtenida por Evo (pero por encima del 10 %, por supuesto) obliga a proceder de tal manera. Si este fuera el caso estos virtuosos vestales de la democracia deberían ordenar sin más dilaciones la anulación de la elección presidencial de 1960 en Estados Unidos cuando John F. Kennedy aventajó a Richard Nixon por 0.17 centésimos (49.72 versus 49.55 %) y fue investido como presidente sin enfrentar reclamo alguno. Mesa que perdió por una diferencia de 10.57 por ciento haría bien en llamarse a silencio. No lo hará, porque en un prodigio de adivinación (que, por supuesto, le salió mal) había anticipado su victoria y que desconocería otro resultado que no fuera ese, como corresponde a un demócrata “made in the US”. Si gano, la elección fue limpia; si pierdo, hubo fraude. Nada nuevo: la derecha jamás creyó en la democracia, mucho menos en estas latitudes, y está de modo irresponsable llamando a la desobediencia civil y promoviendo desmanes para “corregir” el resultado que le fuera negado por las urnas. Evo, en un gesto que lo enaltece, desafió a la OEA a que realice un peritaje íntegro del proceso y que si encuentra  evidencia de fraude convocaría de inmediato al balotaje. Será inútil, pero igual el capataz Almagro enviará una misión a Bolivia para agitar el avispero y entorpecer la labor del gobierno. Desgraciadamente habrá gente que morirá o sufrirá graves heridas a causa de los disturbios que ocasionará esa misión. Claro está que los movimientos sociales de Bolivia no van a permitir que una derrota de más de diez puntos obligue a un balotaje o empine como ganador al perdedor. Además,  no es un dato menor que ya los gobiernos de México y el nuevo de Argentina reconocieron el triunfo de Evo, al igual que los de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela. En suma: la restauración del neoliberalismo en Bolivia parece haberse frustrado de nueva cuenta, por más esfuerzos que hagan el imperio y sus lugartenientes locales.

En línea con este marco regional signado por un generalizado clima ideológico de repulsa al neoliberalismo imperante, en la Argentina la experiencia neoliberal de Mauricio Macri fue repudiada en las urnas. Ampliamente porque lo que hubo el 27 de Octubre no fue la primera vuelta de una elección presidencial. Ésta, en realidad, tuvo lugar el 11 de Agosto, en las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) y allí las distintas alianzas políticas midieron sus fuerzas. Dado que en esa ocasión quedó demostrado que sólo Mauricio Macri poseía los votos como para desafiar el poderío electoral del Frente de Todos el presidente atrajo las preferencias de electores de derecha que en las PASO habían optado por otras candidaturas (Juan José Gómez Centurión o José Luis Espert, y algunos de Roberto Lavagna) y probablemente con un segmento mayoritario de la mayor afluencia ciudadana que concurrió a los comicios este domingo. De todos modos quedan algunas incógnitas de difícil resolución y que despiertan cada vez más fundadas suspicacias sobre el genuino  veredicto de las urnas. Por ejemplo, el hecho de que la fórmula Fernández-Fernández sólo hubiera acrecentado su caudal electoral en unos 250.000 votos, disminuyendo su gravitación porcentual con relación a las PASO en casi un uno y medio por ciento es difícil de entender. Sí que su rival lo acrecentase, pero que lo hiciera en 2.350.000 votos y casi siete y medio por ciento provoca por lo menos una cierta curiosidad. Es obvio que el macrismo se benefició con la fuga de votos hacia su candidatura, pero su crecimiento luce como excesivo al igual que el muy poco que experimentó el Frente de Todos en un contexto de profundización de la crisis económica como la vivida por la Argentina en los últimos dos meses. Otro misterio de la aritmética electoral lo ofrece el paradero de los 900.000 votos obtenidos en las PASO por las dos candidaturas presidenciales del trotskismo y que se redujeron a poco más de 550.000 el domingo pasado. Qué ocurrió con esos 350.000 votos faltantes: ¿se evaporaron, votaron a Macri? Son demasiadas interrogantes que no podremos resolver aquí pero que alimentan la sospecha de que pudo haber habido un muy sofisticado fraude informático que seguramente será descubierto en cuanto se termine el escrutinio definitivo del comicio. De todos modos, más allá de estas disquisiciones, los casi ocho puntos porcentuales que separan a Fernández de Macri   (que pueden acrecentarse cuando se conozcan los datos definitivos) son, para un balotaje, una diferencia muy significativa. Recuérdese que en la segunda vuelta de la elección presidencial del 2015 Macri se impuso a Daniel Scioli por dos puntos y medio, 2,68 % según el escrutinio definitivo. Lo cierto es que la ardua tarea de reconstruir a la economía y sanar las profundas heridas que el macrismo dejó en el tejido social sólo será posible abandonando las recetas del neoliberalismo. Éste ocasionó en la Argentina la crisis más grave de su historia, peor aún que el traumático desplome de la Convertibilidad en el 2001. Será como remontar una empinada cuesta, porque Macri deja al país en profunda recesión, acribillado por la inflación y un desempleo de dos dígitos,  con casi cuarenta  por ciento de gente en la pobreza y una deuda descomunal, y a corto plazo, nada menos que con el FMI. Pero los estallidos sociales de Chile y Ecuador son un elocuente disuasivo para desalentar a quien quiera aconsejar al nuevo presidente que lo que hay que hacer es emular los logros del neoliberalismo tal cual se conocieran en Chile.

No podría concluir esta mirada panorámica sobre la agonía del neoliberalismo en Latinoamérica sin mencionar el serio revés sufrido el domingo pasado por esta corriente ideológica en las elecciones regionales de Colombia. En este país el autodenominado Centro Democrático (que no es ni lo uno ni lo otro, sino una derecha radical y visceralmente antidemocrática), partido al que pertenecen Álvaro Uribe y el actual presidente Iván Duque, sufrió una dura derrotaen la disputa librada en las dos principales ciudades del país, Bogotá y Medellín. En ambas se impuso la oposición de centro izquierda y el uribismo sólo prevaleció en dos de las  32 gobernaciones de Colombia. Si bien es prematuro anticipar previsión alguna acerca de lo que podría acontecer en las elecciones presidenciales del 2022 lo cierto es que si algo no se esperaba en Colombia era un tropiezo tan contundente de la derecha ultraneoliberal en aquellas ciudades. Una señal muy positiva, sin dudas.

Tampoco podría poner fin a estas líneas sin compartir en este caso la preocupación que genera el proceso electoral en el Uruguay, en cuya primera vuelta el candidato del Frente Amplio y ex intendente de Montevideo, Daniel Martínez, obtuvo un 39,2 % de los votos contra el 28,6 % de Luis Lacalle Pou, del conservador Partido Nacional. Esto pronostica una reñida contienda en el balotaje que tendrá lugar el próximo 24 de Noviembre porque las restantes fuerzas políticas de la derecha han comprometido su apoyo a Lacalle Pou, incluyendo a la desgraciada novedad de la política uruguaya: el “bolsonarismo” encarnado en el partido Cabildo Abierto liderado por el ex Comandante del Ejército Nacional Guido Manini Ríos, ardiente opositor a cualquier pretensión de revisar los casos de violación de los derechos humanos perpetrados por la dictadura en Uruguay y duro crítico de toda la legislación progresista aprobada por el Frente Amplio a lo largo de quince años de gobierno. No está todo perdido, pero quedan sólo cuatro semanas para persuadir al electorado del Uruguay que elegir un gobierno neoliberal en momentos en que esa corriente se desbarranca en medio de tremendas convulsiones sociales -en Chile, en Ecuador, en Haití y antes en México, con el triunfo de López Obrador- condenaría a  ese país a internarse en un sendero que terminó en un rotundo fracaso en todos los países de la región. Sería ingenuo pensar que lo que produjo un holocausto social sin precedentes en México, luego de 36 años (1982-2018) de co-gobierno FMI-PRI-PAN; o la gravísima crisis que azota a la Argentina y la debacle que devora a Chile y Ecuador pueda dar nacimiento a un resultado virtuoso en la nación rioplatense. Mucho tendrá que trabajar el Frente Amplio para hacer que sus compatriotas observen con cuidado a la escena regional y extraigan sus propias consecuencias.

Ponemos punto final a esta mirada panorámica sobre las vicisitudes de la agonía y muerte del neoliberalismo en América Latina. Lo muerto muerto está, pero lo que brotará de sus cenizas no es fácil de discernir. Será dictado, como todos los procesos sociales, por los avatares de la lucha de clases, por la clarividencia de las fuerzas dirigentes del proceso de reconstrucción económica y social; por su audacia para hacer frente a toda clase de contingencias y preservar la preciosa unidad de las fuerzas políticas y sociales democráticas y de izquierda; por su valentía para desbaratar los planes y las iniciativas de los personeros del pasado, de los guardianes del viejo orden; por la eficacia con que se organice y concientice al heteróclito y tumultuoso campo popular para enfrentar a sus enemigos de clase, al imperio y sus aliados, al capitalismo como sistema, que cuenta con enormes recursos a su disposición para conservar sus privilegios y continuar con sus exacciones.  Será una tarea hercúlea, pero no imposible. Se avecinan “tiempos interesantes” y preñados de grandes potencialidades de cambio. La incertidumbre domina la escena, como invariablemente sucede en todos los puntos de inflexión de la historia. Pero donde hay una certeza absoluta es que ya más nadie en Latinoamérica podrá engañar a nuestros pueblos, o pretender ganar elecciones, diciendo que “hay que imitar al modelo chileno”, o seguir los pasos del “mejor alumno” del Consenso de Washington. Esto fue lo que por décadas recomendaron -en vano, visto el inapelable veredicto de la historia- el antes locuaz y ahora silente Mario Vargas Llosa junto a la pléyade de publicistas del neoliberalismo que imponían con prepotencia sus falacias y sofismas gracias a su privilegiada inserción en los oligopolios mediáticos y aparatos de propaganda de la derecha. Pero esto ya es pasado.  Y no cometeremos la imbecilidad de pretender hacer gala de una inverosímil “neutralidad” o de buenos modales a la hora de despedir a esta corriente ideológica en sus exequias deseándole que “descanse en paz”, como se hace con quienes dejaron una huella virtuosa en su paso por este mundo. Lo que diremos en cambio es: “¡vete al infierno, maldita, a purgar por los crímenes que tú y tus mentores han perpetrado!”

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/10/30/pensamiento-critico-agonia-y-muerte-del-neoliberalismo-en-america-latina

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Aula de papel / Educación crítica

Por: Antonio Pérez Esclarìn

Para la reconstrucción del país, necesitamos una educación verdaderamente crítica, que combata la colonización de las mentes, la imposición de un pensamiento único, los autoritarismos y dogmas. La educación debe orientarse a formar personas críticas, capaces de pensar con su cabeza, de pensar el país y el mundo para poder contribuir a transformarlos. Como pensaba Paulo Freire, “la función principal de la educación es formar personas libres y autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea, y transformarla mediante su participación libre y responsable”.

Educar supone formar hombres y mujeres pensantes y reflexivos, con cabezas bien formadas, capaces de analizar y enfrentar los problemas económicos, sociales, éticos y políticos que nos castigan sin misericordia. Hoy no es suficiente enseñar a conocer: hay que enseñar a razonar y argumentar. Pareciera que algunos, como ya lo denunciara Unamuno, utilizan la cabeza como los toros: para embestir y no para pensar y reflexionar.

Crítica que debe ser autocrítica permanente como medio esencial para cambiar y transformarse. Autocrítica como medio para alcanzar la autonomía intelectual y moral. Nadie supera sus debilidades si no comienza por reconocerlas. En palabras de Pascal, “la grandeza de un hombre consiste en reconocer su propia pequeñez”. Autocrítica para aceptar y superar las limitaciones e incoherencias, que lleve a un testimonio coherente, valor esencial en estos tiempos de tanta retórica y palabrería, de tanto relativismo ético y doble moral.

En este sentido, sorprende la esterilidad intelectual de ciertas izquierdas en Venezuela. Parecen tener horror a la verdad, se quedaron anclados en los años sesenta y viven de espaldas a la realidad, recitando los viejos slogans de siempre. Su ideología es un cristal deformante que les ciega para ver la realidad y les lleva a justificar toda clase de aberraciones morales. Necesitan un baño de realidad que les haga entrar en una profunda crisis de conciencia. Si en verdad desean contribuir a la transformación política y social, deberían comenzar por ejercer la crítica desprejuiciada y valiente. ¿Cómo pueden seguir defendiendo este desastre y este caos? ¿De qué socialismo están hablando cuando aquí se ha impuesto el más brutal capitalismo de Estado que nos ha impuesto un paquetazo del neoliberalismo más salvaje que consiste en liberar y dolarizar los precios y mantener salarios de miseria, hasta el punto que ha barrido con el valor del trabajo y del ahorro?

Para gestar la educación crítica, necesitamos educadores que promuevan el análisis crítico de programas, discursos, propagandas, propuestas y hechos; de las actitudes autoritarias, dogmáticas, o vacías de significado. La pregunta y la duda, más que la respuesta, constituyen lo medular en los procesos educativos. Tener preguntas es manifestar hambre de aprender. En consecuencia, la educación, más que enseñar a responder preguntas, debe enseñar a preguntar respuestas. Es lo que repetía Simón Rodríguez: “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el porqué de lo que se les manda hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos”. También resultan iluminadoras las palabras de ese gran maestro cubano, José Martí: “Como la libertad vive del respeto y la razón se nutre de lo contrario, edúquese a los jóvenes en la viril y salvadora práctica de decir sin miedo lo que piensan y oír sin ira ni mala sospecha lo que piensan otros”.

Fuente: https://diariodelosandes.com/site/aula-de-papel-educacion-critica/

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