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TAIWAN Nuevo movimiento estudiantil se une contra los medios de comunicación chinos y sus noticias falsas

Asia/Taiwan/universityworldnews

Más de 100 grupos de estudiantes de universidades y escuelas secundarias de todo Taiwán formaron una coalición contra las «noticias falsas», en particular para contrarrestar las campañas de medios de comunicación patrocinadas por el estado de China continental que buscan «distorsionar» los informes de noticias, incluso sobre temas relacionados con Taiwán. .

Los estudiantes liderados por las asociaciones de estudiantes de la prestigiosa Universidad Nacional de Taiwán (NTU) y la Universidad Nacional Chengchi dijeron que la coalición llamada ‘Frente Juvenil para Boicotear Noticias Falsas’ trabajará con grupos de estudiantes en campus de Taiwán para lanzar una campaña para boicotear a los medios de comunicación, particularmente Estaciones de televisión que promovían las falsedades.

La oficina presidencial de Taiwán dijo en marzo que las noticias falsas «representan una amenaza para nuestra democracia», y el presidente Tsai Ing-wen declaró:el 7 de abril, el Día de la Libertad de Expresión de Taiwán, esa «guerra de noticias falsas desde el exterior plantea desafíos para Taiwán, al igual que Europa es desafiada por el terrorismo».

«Las noticias falsas que vienen de fuera de Taiwán están dañando la libertad bajo el disfraz de libertad», dijo.

Pero los funcionarios también reconocieron las dificultades para controlar las falsedades y los medios de comunicación, ya que Taiwan valora la libertad de expresión, lo que lo diferencia de las draconianas restricciones en el continente chino.

Algunos comentaristas en Taiwan caracterizaron la campaña estudiantil como un nuevo ‘Movimiento de Girasoles’, refiriéndose al movimiento dirigido por estudiantes de 2014 que criticó los movimientos del entonces gobierno de Taiwan para mejorar las relaciones económicas con China, y que se convirtió en una fuerza política importante después de que los estudiantes ocuparon la Legislatura.

Se considera tan importante como un movimiento liderado por estudiantes antes de las elecciones generales que se celebrarán a principios de enero de 2020, y países como Australia , Nueva Zelanda y los Estados Unidos se han preocupado por las actividades en el extranjero del gobierno de Beijing para influir Medios locales y campus universitarios.

La creciente influencia de los medios de comunicación de China

Los grupos de estudiantes dijeron que estaban especialmente preocupados por la creciente influencia de Beijing sobre los medios de comunicación en Taiwán y en otros lugares.

Una petición en línea lanzada por estudiantes a principios de abril contra información parcial y no verificada también solicitó medidas gubernamentales contra campañas en los medios de comunicación orquestadas desde China continental.

Los grupos de estudiantes involucrados en la petición y apoyados por docenas de académicos y políticos notaron que Beijing estaba constantemente tratando de «imponer la censura» a los medios de comunicación taiwaneses ofreciendo inversiones o acceso al mercado continental como un incentivo.

En una campaña que tenía como eslogan ‘Recuperar el control remoto de la televisión’, los estudiantes de la NTU a fines de marzo hicieron una campaña para prohibir las transmisiones de CtiTV News, un canal de televisión nacional por cable propiedad de Tsai Eng Meng, un magnate de los medios de comunicación que favorece la reunificación de Taiwán con El continente – en las cafeterías del campus. La campaña obtuvo un gran apoyo de los estudiantes en cuestión de días.

La estación de televisión es conocida por sus programas pro-China y pro-Kuomintang, el partido nacionalista que favorece la reunificación. El holding de la estación de televisión Want Want China Times Group defendió parte de su cobertura alegando que atraía a los espectadores.

La campaña «Recuperar el control remoto de la televisión» surgió de la creencia de muchos estudiantes de que prohibir el canal desde el campus violaría la libertad de los medios. «Prohibir ciertas estaciones de noticias de televisión dañaría la reputación de la universidad de ser una institución libre y democrática», dijo la presidenta de la Asociación de Estudiantes de la NTU, Michelle Wu, en una conferencia de prensa el 14 de abril, y agregó que era mejor cambiar de canal que imponer un boicot.

Canales de medios múltiples

CtiTV News recibió una multa este mes de aproximadamente TWD1 millón (US $ 32,400) por parte de la Comisión Nacional de Comunicaciones de Taiwán por fallas en la verificación de hechos en virtud de la Ley de Radiodifusión por Satélite de Taiwán, luego de una revisión del contenido por un comité de expertos.

Pero Taiwán también se ha preocupado de que China use canales de medios, incluidos servicios de transmisión de video que operan desde el continente, como canales de influencia política.

«Nos preocupa que los servicios de transmisión de medios que tienen vínculos estrechos con Pekín puedan tener influencias culturales y políticas en Taiwán», dijo Chiu Chui-cheng, viceministro del Consejo de Asuntos de China Continental que se ocupa de los asuntos a través del Estrecho. Agregó que podrían «incluso afectar las elecciones de Taiwan».

Los expertos señalan que, a diferencia de China continental, en Taiwán no existe un servidor de seguridad que restrinja el acceso a los servicios en línea de China continental.

Pero Hu Yuan-hui, profesor de la Universidad Nacional Chung Cheng y director de un centro de verificación de hechos independiente en Taiwán, dijo que los investigadores «no tenían forma de distinguir qué desinformación es producida directamente por el gobierno chino y cuál no».

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190418170437519

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La importancia del acto de leer. Paulo Freire

Redacción: perio.unlp.edu.ar

Rara ha sido la vez, a lo largo de tantos años de práctica pedagógica, y por lo tanto política, en que me he permitido la tarea de abrir, de inaugurar o de clausurar encuentros o congresos.

Acepté hacerlo ahora, pero de la manera menos formal posible. Acepté venir aquí para hablar un poco de la importancia del acto de leer.

Me parece indispensable, al tratar de hablar de esa importancia, decir algo del momento mismo en que me preparaba para estar aquí hoy; decir algo del proceso en que me inserté mientras iba escribiendo este texto que ahora leo, proceso que implicaba una comprensión crítica del acto de leer, que no se agota en la descodificación pura de la palabra escrita o del lenguaje escrito, sino que
se anticipa y se prolonga en la inteligencia del mundo. La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto. Al intentar escribir sobre la importancia del acto de leer, me sentí llevado –y hasta con gusto– a “releer” momentos de mi práctica, guardados en la memoria, desde las experiencias más remotas de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la importancia del acto de leer se vino constituyendo en mí.

Al ir escribiendo este texto, iba yo “tomando distancia” de los diferentes momentos en que el acto de leer se fue dando en mi experiencia existencial. Primero, la “lectura” del mundo, del pequeño mundo en que me movía; después la lectura de la palabra que no siempre, a lo largo de mi escolarización, fue la lectura de la “palabra-mundo”.

La vuelta a la infancia distante, buscando la comprensión de mi acto de “leer” el mundo particular en que me movía –y hasta donde no me está traicionando la memoria– me es absolutamente  significativa. En este esfuerzo al que me voy entregando, re-creo y re-vivo, en el texto que escribo, la experiencia en el momento en que aún no leía la palabra. Me veo entonces en la casa mediana en que nací en Recife, rodeada de árboles, algunos de ellos como si fueran gente, tal era la intimidad entre nosotros; a su sombra jugaba y en sus ramas más dóciles a mi altura me experimentaba en riesgos menores que me preparaban para riesgos y aventuras mayores. La vieja casa, sus cuartos, su corredor, su sótano, su terraza –el lugar de las flores de mi madre–, la amplia quinta donde se hallaba, todo eso fue mi primer mundo. En él gateé, balbuceé, me erguí, caminé, hablé. En verdad, aquel mundo especial se me daba como el mundo de mi actividad perceptiva, y por eso mismo como el mundo de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto –en cuya percepción me probaba, y cuanto más lo hacía, más aumentaba la capacidad de percibir– encarnaban una serie de cosas, de objetos, de señales, cuya comprensión yo iba aprendiendo en mi trato con ellos, en mis relaciones mis hermanos mayores y con mis padres.

Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban en el canto de los pájaros: el del sanbaçu, el del olka-pro-caminho-quemvem, del bem-te-vi, el del sabiá; en la danza de las copas de los árboles sopladas por fuertes vientos que anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las aguas de la lluvia jugando a la geografía, inventando lagos, islas, ríos, arroyos. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban también en el silbo del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, en sus movimientos; en el color del follaje, en la forma de las hojas, en el aroma de las hojas –de las rosas, de los jazmines–, en la densidad de los árboles, en la cáscara de las frutas. En la tonalidad diferente de colores de una misma fruta en distintos momentos: el verde del mango-espada hinchado, el amarillo verduzco del mismo mango madurando, las pintas negras del mango ya más que maduro. La relación entre esos colores, el desarrollo del fruto, su resistencia a nuestra manipulación y su sabor. Fue en esa época, posiblemente, que yo, haciendo y viendo hacer, aprendí la significación del acto de palpar.

De aquel contexto formaban parte además los animales: los gatos de la familia, su manera mañosa de enroscarse en nuestras piernas, su maullido de súplica o de rabia; Joli, el viejo perro negro de mi padre, su mal humor cada vez que uno de los gatos incautamente se aproximaba demasiado al lugar donde estaba comiendo y que era suyo; “estado de espíritu”, el de Joli en tales momentos, completamente diferente del de cuando casi deportivamente perseguía, acorralaba y mataba a uno de los zorros responsables de la desaparición de las gordas gallinas de mi abuela.

De aquel contexto –el del mi mundo inmediato– formaba parte, por otro lado, el universo del lenguaje de los mayores, expresando sus creencias, sus gustos, sus recelos, sus valores. Todo eso ligado a contextos más amplios que el del mi mundo inmediato y cuya existencia yo no podía ni siquiera sospechar.

En el esfuerzo por retomar la infancia distante, a que ya he hecho referencia, buscando la comprensión de mi acto de leer el mundo particular en que me movía, permítanme repetirlo, re-creo, re-vivo, la experiencia vivida en el momento en que todavía no leía la palabra. Y algo que me parece importante, en el contexto general de que vengo hablando, emerge ahora insinuando su
presencia en el cuerpo general de estas reflexiones. Me refiero a mi miedo de las almas en pena cuya presencia entre nosotros era permanente objeto de las conversaciones de los mayores, en el tiempo de mi infancia. Las almas en pena necesitaban de la oscuridad o la semioscuridad para aparecer, con las formas más diversas: gimiendo el dolor de sus culpas, lanzando carcajadas burlonas, pidiendo oraciones o indicando el escondite de ollas. Con todo, posiblemente hasta mis siete años en el barrio de Recife en que nací iluminado por faroles que se perfilaban con cierta dignidad por las calles. Faroles elegantes que, al caer la noche, se “daban” a la vara mágica de quienes los encendían. Yo acostumbraba acompañar, desde el portón de mi casa, de lejos, la figura flaca del “farolero” de
mi calle, que venía viniendo, andar cadencioso, vara iluminadora al hombro, de farol en farol, dando luz a la calle. Una luz precaria, más precaria que la que teníamos dentro de la casa. Una luz mucho más tomada por las sombras que iluminadora de ellas.

No había mejor clima para travesuras de las almas que aquél. Me acuerdo de las noches en que, envuelto en mi propio miedo, esperaba que el tiempo pasara, que la noche se fuera, que la madrugada semiclareada fuera llegando, trayendo con ella el canto de los pajarillos “amanecedores”.

Mis temores nocturnos terminaron por aguzarme, en las mañanas abiertas, la percepción de un sinnúmero de ruidos que se perdía en la claridad y en la algaraza de los días y resultaban misteriosamente subrayados en el silencio profundo de las noches.

Pero en la medida en que fui penetrando en la intimidad de mi mundo, en que lo percibía mejor y lo “entendía” en la lectura que de él iba haciendo, mis temores iban disminuyendo.

Pero, es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo, que siempre fundamental para mí, no hizo de mí sino un niño anticipado en hombre, un racionalista de pantalón corto. La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado
por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de  comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que
se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mis tizas.

Es por eso por lo que, al llegar a la escuelita particular de Eunice Vasconcelos, cuya desaparición reciente me hirió y me dolió, y a quien rindo ahora un homenaje sentido, ya estaba alfabetizado. Eunice continúo y  profundizó el trabajo de mis padres. Con ella, la lectura de la palabra, de la
frase, de la oración, jamás significó una ruptura con la “lectura” del mundo. Con ella, la lectura de la palabra fue la lectura de la “palabra-mundo”.

Hace poco tiempo, con profundo emoción, visité la casa donde nací. Pisé el mismo suelo en que me erguí, anduve, corrí, hablé y aprendí a leer. El mismo mundo, el primer mundo que se dio a mi comprensión por la “lectura” que de él fui haciendo. Allí reencontré algunos de los árboles de mi infancia. Los reconocí sin dificultad. Casi abracé los gruesos troncos –aquellos jóvenes troncos de mi
infancia. Entonces, una nostalgia que suelo llamar mansa o bien educada, saliendo del suelo, de los árboles, de la casa, me envolvió cuidadosamente. Dejé la casa contento, con la alegría de quien reencuentra personas queridas.

Continuando en ese esfuerzo de “releer” momentos fundamentales de experiencias de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la comprensión crítica de la importancia del acto de leer se fue constituyendo en mí a través de su práctica, retomo el tiempo en que, como alumno del llamado curso secundario, me ejercité en la percepción crítica de los textos que leía en clase, con la colaboración, que hasta hoy recuerdo, de mi entonces profesor de lengua portuguesa.

No eran, sin embargo, aquellos momentos puros ejercicios de los que resultase un simple darnos cuenta de la existencia de una página escrita delante de nosotros que debía ser cadenciada, mecánica y fastidiosamente “deletrada” en lugar de realmente leída. No eran aquellos momentos “lecciones de lectura” en el sentido tradicional esa expresión. Eran momentos en que los textos se ofrecían a nuestra búsqueda inquieta, incluyendo la del entonces joven profesor José Pessoa. Algún tiempo después, como profesor también de portugués, en mis veinte años, viví intensamente la importancia del acto de leer y de escribir, en el fondo imposibles de dicotomizar, con alumnos de los primeros años del entonces llamado curso secundario. La conjugación, la sintaxis de concordancia,
el problema de la contradicción, la enciclisis pronominal, yo no reducía nada de eso a tabletas de conocimientos que los estudiantes debían engullir. Todo eso, por el contrario, se proponía a la curiosidad de los alumnos de manera dinámica y viva, en el cuerpo mismo de textos, ya de autores que estudiábamos, ya de ellos mismos, como objetos a desvelar y no como algo parado cuyo perfil yo describiese. Los alumnos no tenían que memorizar mecánicamente la descripción del objeto, sino aprender su significación profunda. Sólo aprendiéndola serían capaces de saber, por eso, de memorizarla, de fijarla. La memorización mecánica de la descripción del objeto no se constituye en conocimiento del objeto. Por eso es que la lectura de un texto, tomado como pura descripción de un objeto y hecha en el sentido de memorizarla, ni es real lectura ni resulta de ella, por lo tanto, el conocimiento de que habla el texto.

Creo que mucho de nuestra insistencia, en cuanto profesores y profesoras, en que los estudiantes “lean”, en un semestre, un sinnúmero de capítulos de libros, reside en la comprensión errónea que a veces tenemos del  acto de leer. En mis andanzas por el mundo, no fueron pocas las veces en que
los jóvenes estudiantes me hablaron de su lucha con extensas bibliografías que eran mucho más para ser “devoradas” que para ser leídas o estudiadas.  Verdaderas “lecciones de lectura” en el sentido más tradicional de esta expresión, a que se hallaban sometidos en nombre de su formación científica y de las que debían rendir cuenta a través del famoso control de lectura. En algunas ocasiones llegué incluso a ver, en relaciones bibliográficas, indicaciones sobre las páginas de este o aquel capítulo de tal o cual libro que debían leer: “De la página 15 a la 37”.

La insistencia en la cantidad de lecturas sin el adentramiento debido en los textos a ser comprendidos, y no mecánicamente memorizados, revela una visión mágica de la palabra escrita. Visión que es urgente superar. La misma, aunque encarnada desde otro ángulo, que se encuentra, por ejemplo, en quien escribe, cuando identifica la posible calidad o falta de calidad de su trabajo con
la cantidad páginas escritas. Sin embargo, uno de los documentos filosóficos más importantes que disponemos, las Tesis sobre Feuerbach de Marx, ocupan apenas dos páginas y media…

Parece importante, sin embargo, para evitar una comprensión errónea de lo que estoy afirmando, subrayar que mi crítica al hacer mágica la palabra no significa, de manera alguna, una posición poco responsable de mi parte con relación a la necesidad que tenemos educadores y educandos de leer, siempre y seriamente, de leer los clásicos en tal o cual campo del saber, de adentrarnos en los textos, de crear una disciplina intelectual, sin la cual es posible nuestra práctica en cuanto profesores o estudiantes.

Todavía dentro del momento bastante rico de mi experiencia como profesor de lengua portuguesa, recuerdo, tan vivamente como si fuese de ahora y no de un ayer ya remoto, las veces en que me demoraba en el análisis de un texto de Gilberto Freyre, de Lins do Rego, de Graciliano Ramos, de Jorge Amado. Textos que yo llevaba de mi casa y que iba leyendo con los estudiantes, subrayando aspectos de su sintaxis estrechamiento ligados, con el buen gusto de su lenguaje. A aquellos análisis añadía comentarios sobre las necesarias diferencias entre el portugués de Portugal y el portugués de Brasil.

Vengo tratando de dejar claro, en este trabajo en torno a la importancia del acto de leer –y no es demasiado repetirlo ahora–, que mi esfuerzo fundamental viene siendo el de explicar cómo, en mí, se ha venido destacando esa importancia. Es como si estuviera haciendo la “arqueología” de mi
comprensión del complejo acto de leer, a lo largo de mi experiencia existencial. De ahí que haya hablado de momentos de mi infancia, de mi adolescencia, de  los comienzos de mi juventud, y termine ahora reviendo, en rasgos generales, algunos de los aspectos centrales de la proposición que hice hace algunos años en el campo de la alfabetización de adultos.

Inicialmente me parece interesante reafirmar que siempre vi la alfabetización de adultos como un acto político y como un acto de conocimiento, y por eso mismo un acto creador. Para mí sería imposible de comprometerme en un trabajo de memorización mecánica de ba-be-bi-bo-bu, de la-le-li-lo-lu. De ahí que tampoco pudiera reducir la alfabetización a la pura enseñanza de la palabra, de las sílabas o de las letras. Enseñanza en cuyo proceso el alfabetizador iría “llenando” con sus palabras las cabezas supuestamente “vacías” de los alfabetizandos. Por el contrario, en cuanto acto de conocimiento y acto creador, el proceso de la alfabetización tiene, en el alfabetizando, su sujeto. El hecho de que éste necesite de la ayuda del educador, como ocurre en cualquier acción pedagógica, no significa que la ayuda del educador deba anular su creatividad y su responsabilidad en la creación de su lenguaje escrito y en la lectura de su lenguaje. En realidad, tanto el alfabetizador como el  alfabetizando, al tomar, por ejemplo, un objeto, como lo hago ahora con el que tengo entre los
dedos, sienten el objeto, perciben el objeto sentido y son capaces de expresar verbalmente el objeto sentido y percibido. Como yo, el analfabeto es capaz de sentir la pluma, de percibir la pluma, de decir la pluma. Yo, sin embargo, soy capaz de no sólo sentir la pluma, sino además de escribir pluma y, en
consecuencia, leer pluma. La alfabetización es la creación o el montaje de la expresión escrita de la expresión oral. Ese montaje no lo puede hacer el educador para los educandos, o sobre ellos. Ahí tiene él un momento de su tarea creadora.

Me parece innecesario extenderme más, aquí y ahora, sobre lo que he desarrollado, en diferentes momentos, a propósito de la complejidad de este proceso. A un punto, sin embargo, aludido varias veces en este texto, me gustaría volver, por la significación que tiene para la comprensión crítica del
acto de leer y, por consiguiente, para la propuesta de alfabetización a que me he consagrado. Me refiero a que la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquél.  En la propuesta a que hacía referencia hace poco, este movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo está siempre presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mundo mismo a través de la lectura que de él hacemos.  De alguna manera, sin embargo, podemos ir más lejos y decir que la lectura de la palabra no es sólo precedida por la lectura del mundo sino por cierta forma de “escribirlo” o de “rescribirlo”, es decir de transformarlo a través de nuestra práctica consciente.

Este movimiento dinámico es uno de los aspectos centrales, para mí, del proceso de alfabetización. De ahí que siempre haya insistido en que las palabras con que organizar el programa de alfabetización debían provenir del universo  vocabular de los grupos populares, expresando su verdadero lenguaje, sus anhelos, sus inquietudes, sus reivindicaciones, sus sueños. Debían venir cargadas de la significación de su experiencia existencial y no de la experiencia del educador. La investigación de lo que llamaba el universo vocabular nos daba así las palabras del Pueblo, grávidas de mundo. Nos llegaban a través de la lectura del mundo que hacían los grupos populares. Después volvían a ellos,
insertas en lo que llamaba y llamo codificaciones, que son representaciones de la realidad.

La palabra ladrillo, por ejemplo, se insertaría en una representación pictórica, la de un grupo de albañiles, por ejemplo, construyendo una casa. Pero, antes de la devolución, en forma escrita, de la palabra oral de los grupos populares, a ellos, para el proceso de su aprehensión y no de su memorización mecánica, solíamos desafiar a los alfabetizandos con un conjunto de situaciones
codificadas de cuya descodificación o “lectura” resultaba la percepción crítica de lo que es la cultura, por la comprensión de la práctica o del trabajo humano, transformador del mundo, En el fondo, ese conjunto de representaciones de situaciones concretas posibilitaba a los grupos populares una “lectura” de la “lectura” anterior del mundo, antes de la lectura de la palabra.

Esta “lectura” más crítica de la “lectura” anterior menos crítica del mundo permitía a los grupos populares, a veces en posición fatalista frente a las injusticias, una comprensión diferente de su indigencia.

Es en este sentido que la lectura crítica de la realidad, dándose en un proceso de alfabetización o no, y asociada sobre todo a ciertas prácticas claramente políticas de movilización y de organización, puede constituirse en un instrumento para lo que Gramsci llamaría acción contrahegemónica.

Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer.

Finalmente, quiero felicitar a quienes idearon y organizaron este congreso. Nunca, posiblemente, hemos necesitado tanto de encuentros como éste, como ahora.

12 de noviembre de 1981
En Freire, Paulo (1991), La imp

Fuente: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/la_importancia_del_acto_de_leer.pdf

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Libro: Mis creencias. Albert Einstein

Reseña:

En este volumen recogemos múltiples artículos, notas, conferencias, discursos y reflexiones filosóficas de Albert Einstein, que a veces rozan problemas científicos, pero que en su gran mayoría se refieren a
tópicos candentes de su época, de la cual la nuestra es una continuación. En ello reside el valor de estos trabajos, casi todos breves, aunque sustanciosos. El célebre físico, que pasará a la historia como uno de los hombres más importantes de su tiempo, inició un nuevo período en el progreso de la ciencia con sus audaces teorías. Ciertamente, si bien su modestia lo haya negado, suyo es el mérito de haber inaugurado la era nuclear, pues fue el pionero de la fisión del átomo, descubrimiento que
ha abierto un mundo fascinante y riesgoso para nuestra civilización.
Este mismo hecho convirtió a Einstein, consciente del tremendo poder destructivo que las nuevas armas representaban para todo el orbe, en un decidido defensor de la paz, el desarrollo de la cultura y la igualdad y seguridad de los pueblos. Aparece así la faz del humanista que ante la presencia de un arsenal de horror se entrega a la tarea de luchar con pasión en favor de un pacifismo activo, detrás del cual se advierten las inquietudes del sociólogo y del pedagogo. En estos escritos, todos los cuales se hallan unidos por un hilo conductor: el destino del hombre, preservado para fines más nobles que
la aniquilación mutua, y su preocupación por la vida comunitaria, se descubren las profundas conmociones que sacudieron el ánimo del científico en sus últimos años, cuando las nubes de otra conflagración, más cruel que cuantas haya soportado la humanidad, se cernían sobre el horizonte político mundial. La segunda guerra mundial y su trágico fin que llevó al uso de la bomba atómica le anticiparon el enorme peligro que amenazaba al planeta y el camino tenebroso en que había desembocado la ciencia. El saber al servicio de la muerte, cuando en realidad se lo había concebido siempre como sostén e impulso de la vida.

Descargue en: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/bmn/mis_creencias.pdf

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Escuela de Pensamiento Libre: Una Utopía Posible. Documentos descargables (pdf)

Redacción: Escuela de Pensamiento Libre (blogspot)

Documentos

-ALVAREZ LÓPEZ, FÁTIMA; PRIETO BARBERO, LUIS ALBERTO (2018). «La escuela de Pensamiento Libre: Personas con Discapacidad. En Parecidos de familia. Propuestas actuales en Filosofía para Niños. Madrid: Anaya, pp.333-340.

https://drive.google.com/file/d/1ix4zo_ttAMxC3EVs4P0Vn61NAjwybVid/view?usp=sharing

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (20 de septiembre de 2017). «Ni más ni menos. El derecho a pensar de las personas con discapacidad intelectual». Revista Rescoldos. Asociación Cultural Candela.

http://www.asociacioncandela.org/2017/09/20/ni-mas-ni-menos/

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (2017). Reseña del libro «Pensamiento Libre para Personas con Discapacidad Intelectual» de José María Sánchez Alcón. En Pensar Juntos. Revista iberoamericana de Filosofía para Niños, nº1, pp. 131-133.

https://drive.google.com/file/d/1aOMzTs7xi7hHq-WO5z0Bis1RD9NR-0tE/view?usp=sharing

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2017). «El tiempo aromático del pensamiento cuidadoso. Pensamiento Libre y discapacidad intelectual». En Pensar Juntos. Revista iberoamericana de Filosofía para Niños, nº 1, pp. 41-51.

https://drive.google.com/file/d/1bcdoQkculbi5ocV7KeksJjPUO3vt5E42/view?usp=sharing

– ÁLVAREZ, FÁTIMA (15 de enero de 2017). «Educar la mirada: la Escuela de Pensamiento Libre». En Web Centro de Filosofía para Niños-Comunidad Valenciana.

http://fpnvalencia.es/educar-la-mirada-fatima-alvarez/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2016). «Escuela de Pensamiento libre. Un viaje desde el estigma de la subnormalidad hasta el empoderamiento de personas entre personas». En Childhood&Philosophy, Vol.12, nº24 (2016), pp.417-441.

http://www.epublicacoes.uerj.br/index.php/childhood/article/view/22930/18068

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2016). «Filosofar desde la palabra herida». En CREARMUNDOS, nº 14, pp.354-359.

http://www.crearmundos.net/asociacion/as/revista_files/Revista%20Crearmundos%2014.pdf

– SÁNCHEZ ALCÓNCHEMA (30 de octubre de 2016)»Crítica de la razón alterada». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/critica-de-la-razon-alterada/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (4 de septiembre de 2016). «Soy imperfecto, luego existo». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/soy-imperfecto-luego-existo/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (1 de agosto de 2016). «Escuela de Pensamiento Libre: una comunidad cordial de conversadores perplejos». En Web Centro de Filosofía para Niños-Comunidad Valenciana.

http://fpnvalencia.es/comunidad-cordial-de-conversadores/

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (29 de junio de 2016). «Idiota, imbécil: nombres propios de un estigma». En Los Ojos de Hipatia.

http://losojosdehipatia.com.es/opinion/idiota-imbecil-nombres-propios-de-un-estigma/

– MORCILLO, J.C.; SÁNCHEZ ALCÓN, Ch. (2015). «Conversando con Juan Carlos Morcillo». En Revista Internacional de los Centros Iberoamericanos de Filosofía para Niños y Niñas y Filosofía para Crianças, nº 10, pp.19-26.

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (28 de febrero de 2014). «No a la muerte civil de discapacitados intelectuales». En Levante-emv, Valencia, España.

http://www.levante-emv.com/opinion/2014/02/28/muerte-civil-discapacitados-intelectuales/1084908.html

– SÁNCHEZ ALCÓN, Ch., ETXEBERRÍA MAULEÓN, X. (2013). «¿Por qué no me miras como una persona entre personas?». En Otra educación es posible. Barcelona: Laertes, pp.121-141.

https://drive.google.com/file/d/1nBpgh97uDBebPBqPRXhfvy1nrte11OIq/view?usp=sharing

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– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2013). «Un tema de nuestro tiempo: pensamiento, moralidad y autodeterminación en personas con (dis)capacidad intelectual». En Diálogo Filosófico, nº 84, pp. 53-71.

https://drive.google.com/file/d/1NRpSd7qOMIyMU-4eRraWF8n06Rt3XZat/view?usp=sharing

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2012). «Territorios fronterizos de la filosofía». En Revista Padres y Maestros. Universidad de Comillas, nº 343,pp.19-22.

http://revistas.upcomillas.es/index.php/padresymaestros/article/view/513/418

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (11 de julio de 2011). «Es una metáfora, pero es posible un presidente de Estados Unidos con síndrome de Down». En Levante-emv, Valencia, España.

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2011/07/11/metafora-posible-presidente-estados-unidos-sindrome-down/823266.html

– SÁNCHEZ ALCÓN, J.M.(2011). Pienso luego soy…uno más. Programa de Pensamiento Libre para personas con discapacidad intelectual. Madrid: Pirámide.
Resultado de imagen de programa pensamiento libre para personas con discapacidad intelectual

Recensión Libro:
http://webcache.googleusercontent.com/searchq=cache:m58ukbyk5E4J:rieoei.org/recensiones/0154Infante.pdf+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=es

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2010). «Lecturas para pensar la discapacidad intelectual de otra manera». En Libre Pensamiento, nº66.

http://librepensamiento.org/archivos/3451

– SÁNCHEZ ALCÓN, CHEMA (2010). «Del estigma de la subnormalidad al lenguaje de las capacidades. Una propuesta inclusiva basada en el pensamiento crítico. En Libre Pensamiento, nº66, pp.18-27.

http://librepensamiento.org/archivos/3444

Fuente: http://escueladepensamientolibre.blogspot.com/p/httplibrepensamiento.html

 

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Investigación participativa: Sistematización de experiencias sobre pensamiento crítico en Latinoamérica

El grupo de investigación del eje 3 de Didácticas y mediaciones pedagógicas para la formación docente y el pensamiento crítico de CLACSO, en el proyecto denominado “Sistematización de experiencias de formación docente en programas y escenarios educativos orientados hacia el desarrollo de pensamiento crítico con profesores en formación y en ejercicio”, tiene como objetivo la identificación y caracterización de experiencias enfocadas prioritariamente en el desarrollo del pensamiento crítico con profesores en formación y/o en ejercicio del escenario Latinoamericano y del Caribe.

Aquí se asume el concepto de experiencia como un método en la acción pedagógica que desde la praxis, promueve una práctica reflexionada y/o la acción-reflexión-acción. Esta dinámica se constituye en un punto de encuentro de enseñanzas y aprendizajes, fruto del actuar con la intencionalidad consciente del sentido de la acción pedagógica que se produce. Hecho que permite transformar las acciones del quehacer cotidiano de la escuela, sus formas y el proceso de interacción que allí se da. (Vargas, 2007).

Sobre esa base, el grupo de investigadores considera fundamental su participación en esta indagación, para lo cual le solicita responder la siguiente encuesta.

Vargas, J. (2007). Sentido y significado pedagógico-cultural de las experiencias trabajadas por maestros investigadores desde la escuela. Educación y Ciudad, (12), 115-138.

Hay 34 preguntas en la encuesta.
Para participar haz clic aqui: https://www.escrituradigital.net/proyectoedlc/encuesta0/index.php/643447
Fuente: https://www.escrituradigital.net/proyectoedlc/encuesta0/index.php/643447?newtest=Y&lang=es&fbclid=IwAR3TkYq_acXzx39NnXJ2XLcIaLSmswUwl6w05QqUeM9cpHlSaBq_7FPxtoE
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Las incesantes fábricas de odio, miedo y mentiras

Por:  Boaventura de Sousa Santos

Cuando el respetado alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, renunció al cargo en 2018, la opinión pública mundial fue manipulada para no prestar atención al hecho y mucho menos evaluar su verdadero significado.

Su nombramiento para el cargo en 2014 fue un hito en las relaciones internacionales. Era el primer asiático, árabe y musulmán que ocupaba el cargo y lo desempeñó de manera brillante hasta el momento en que decidió dar un portazo por no querer ceder a las presiones que desfiguraban su cargo, desviándolo de su misión de defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos para volverlo cómplice de violaciones perpetradas por estados con peso en el sistema mundial. En su discurso y entrevistas de despedida se mostraba indignado con el modo en que los derechos humanos se venían transformando en parias de las relaciones internacionales, obstaculizados por las estrategias autoritarias y unilaterales de dominio geoestratégico. Reconocía que el ejercicio de su cargo le obligaba a oponerse a la mayoría de los países que habían aprobado su nombramiento bajo pena de traicionar su misión. También llamaba la atención sobre el hecho de que el perfil de la ONU reflejaba fielmente el tipo dominante de relaciones internacionales y que, por ello, tanto podía ser una organización brillante como una patética, dando a entender que este último perfil era el que empezaba a regir. Era un grito de alerta sobre los peligros que el mundo corría con el avance de populismos nacionalistas de derecha y de extrema derecha que hace mucho venía señalando. Al denunciar la creciente vulnerabilidad de una buena parte de la población mundial sujeta a graves violaciones de los derechos humanos, él mismo se volvió vulnerable y tuvo que abandonar el cargo. El grito de alerta cayó en el silencio de la diplomacia, de los alineamientos y de las conveniencias típicas del internacionalismo patético que había denunciado.

Todo esto ocurrió en el año en que se celebraban los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el que muchos, incluido yo mismo, defendían la necesidad de una nueva declaración, más sólida y más verdaderamente universal. Esta necesidad se mantiene, pero en este momento lo más importante es identificar las fuerzas y los procesos que están bloqueando la declaración actual y la convierten en un documento tan desechable como las poblaciones vulnerables sometidas a violaciones de los derechos humanos que la declaración pretendía defender.

Cabe recordar que esta declaración pretendía mostrar la superioridad moral del capitalismo frente al comunismo. El capitalismo prometía, al igual que el comunismo, el creciente bienestar de poblaciones cada vez mayores, pero lo hacía con respeto a los principios de la Revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad. Era el único sistema compatible con la democracia y los derechos humanos.

Sin embargo, la ola conservadora y reaccionaria que asola al mundo es totalmente opuesta a la filosofía que presidió la elaboración de la declaración y constituye una seria amenaza para la democracia. Se basa en la exigencia de una doble disciplina autoritaria y radical, que no se puede imponer por procesos democráticos dignos del nombre. Se trata de la disciplina económica y de la disciplina ideológica. La disciplina económica consiste en la imposición de un capitalismo autorregulado, movido exclusivamente por su lógica de incesante acumulación y concentración de la riqueza, libre de restricciones políticas o éticas; en síntesis, el capitalismo que suele designarse como capitalismo salvaje. La disciplina ideológica consiste en la inculcación de una percepción o mentalidad colectiva dominada por la existencia de peligros inminentes e imprevisibles que alcanzan a todos por igual y particularmente a los colectivos más cercanos, ya sean la familia, la comunidad o la nación. Tales peligros crean un miedo inquebrantable del extraño y el futuro, una inseguridad total ante un desconocido avasallador. En tales condiciones, no resta más seguridad que la de regresar al pasado glorioso, el refugio en la abundancia de lo que supuestamente fuimos y tuvimos.

Ambas disciplinas son tan autoritarias que configuran dos guerras no declaradas contra la gran mayoría de la población mundial, las clases populares miserabilizadas y las clases medias empobrecidas. Esta doble guerra exige un vastísimo complejo ideológico-mental propagado por todo el mundo, incluyendo nuestros barrios, nuestras casas y nuestra intimidad. Son tres las fábricas principales de este complejo: la fábrica del odio, la fábrica del miedo y la fábrica de la mentira.

En la fábrica del odio se produce la necesidad de crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado; los verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos, todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos (por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra esa opresión. Se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos humanos, del Estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural, de igualdad racial y sexual. Por eso son tan peligrosos. El odio implica el rechazo a discutir con los enemigos. A los enemigos se los elimina.

En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser infalible, necesita vigilancia permanente y constante renovación de las tecnologías de la seguridad. El objetivo de la fábrica del miedo es erradicar la esperanza. Busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y legítimo, contra el cual sólo por locura o utopía disparatada se puede luchar. No se trata de validar todo lo que existe; se trata de limpiar, de lo que existe, todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.

Por su parte, en la fábrica de la mentira se producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o búsqueda de verdad, como las ideas de igualdad, de libertad negativa (libertad de coerciones) y positiva (libertad para realizar objetivos propios, no impuestos ni teledirigidos), de Estado social de derecho, de violencia como negación de la democracia, de diálogo y reconocimiento del otro como alternativa a la guerra, de los bienes comunes como el agua, la educación, la salud, el medioambiente saludable. Esta fábrica es la más estratégica de todas, porque es aquella en la cual los artefactos ideológico-mentales tienen que empaquetarse y disfrazarse de no ideológicos. Su mayor eficacia reside en no decir la verdad respecto de sí misma.

La proliferación de estas tres fábricas es el motor de la ola reaccionaria que vivimos. La proliferación tiene que ser la mayor posible para que nosotros mismos nos volvamos emprendedores del odio, el miedo y la mentira; para que deje de haber diferencia entre producción, distribución y consumo en la propagación de esta vasta disciplina ideológica. Los medios de comunicación hegemónicos, la “comentariología”, las redes sociales y sus algoritmos y las iglesias seguidoras de la teología de la prosperidad son poderosas líneas de montaje. Pero esto no significa que las piezas que circulan en las líneas de montaje se produzcan de manera anárquica en todo el mundo. Hay centros de innovación y renovación tecnológica para la producción masiva de artefactos ideológico-mentales cada vez más sofisticados. Esos centros son los silicon valleys del odio, el miedo y la mentira. Las tecnologías se desarrollaron originalmente para servir a dos grandes clientes: los militares y sus guerras, y el consumo de masas, pero hoy los clientes son mucho más diversificados e incluyen la manipulación sicológica, la opinión pública, el marketing político, el disciplinamiento moral y religioso. La sofisticación tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y sound bites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad (hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de conflictos sociales).

En un momento en que se dice que estamos en vísperas de una nueva revolución tecnológica dominada por la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, queda la idea de que las incesantes fábricas de odio, miedo y mentira están queriendo orientar la revolución tecnológica en el sentido de la mayor concentración posible de poder económico, social, político y cultural y, por tanto, en el sentido de crear una sociedad de tal manera injusta que la justicia se transforme en una monstruosidad repugnante. Es como si antes de la llegada masiva de la inteligencia artificial, la inteligencia natural se fuese artificializando y automatizando para coincidir y confundirse con ella.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/las-incesantes-fabricas-de-odio-miedo-y-mentiras/

 

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Infografía: crea tu propia máquina de hacer preguntas

INFORMACIÓN TÉCNICA

Descripción
Las sugerencias que te entregamos aquí contemplan solo algunas de las muchas variables que puedes manejar para formular preguntas desafiantes que logren estimular la curiosidad de tus estudiantes y sean el punto inicial de una buena investigación.

 

Idioma: Español
Fuente: educarchile
Metadatos técnicos: Ver todos los metadatos técnicos
Palabras Claves: Innovación pedagógica
Habilidad
Aprendizaje activo
Interrogación (método pedagógico)
País: Chile

 

Descargar; http://centroderecursos.educarchile.cl/bitstream/handle/20.500.12246/55287/Maquina%20de%20preguntas.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Fuente; http://centroderecursos.educarchile.cl/handle/20.500.12246/55287

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