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En Honduras existe un retardo de 10 años en materia educativa

Es lamentable que en Honduras no se haya invertido en tecnología, y al ritmo que vamos poder estabilizar el sistema educativo va a requerir una década de trabajo arduo que requiera de más dinero para educación”, precisó.

El exministro de la Secretaría de Educación, Marlon Escoto, lamentó que en el país existe un retardo de 10 años en materia educativa.

“Hay un millón de escolares y la mitad de la matricula fuera del sistema educativo, esto es lamentable, porque ya están acumulando año y medio y Honduras no invirtió en tecnología como otros países”, manifestó.

De igual forma, instó al gobierno que vacunen a los docentes contra la Covid-19 lo más pronto,  ya que sería un paso importante y así vendría a disminuir el riesgo de contagios y poder habilitar las clases presenciales.

“Desgraciadamente la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) habla que en junio van a valorar la reapertura de las escuelas, siendo un año político donde las escuelas se utilizan para los procesos electorales es muy probable que este millón de escolares pierdan dos años”, aseveró el exfuncionario.

El exministro, indicó que el país vecino de El Salvador, ya regresó a clases presenciales, apuntando que si se da un rebrote del virus, este país puede perfectamente cerrar los centros educativos y volver a la virtualidad, ya que invirtieron en esa materia.

Por último, puntualizó que para estabilizar el sistema educativo se necesitaran más de 10 años de trabajo para que el sistema vuelva a ser regular.

“Al ritmo que vamos, poder estabilizar el sistema educativo va a requerir una década de trabajo arduo que requiera de más dinero para educación”, subrayó.

Fuente: https://hondudiario.com/nacionales/en-honduras-existe-un-retardo-de-10-anos-en-materia-educativa-lamenta-exministro/

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Pobreza en América Latina registra mayores cifras en 20 años

En América Latina el 12,5 porciento de la población vive en la pobreza extrema, un índice solo superado en 1999.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anunció en el informe Panorama Social de América Latina, publicado este domingo, que en 2020 la región registró los mayores indicadores de pobreza extrema en 20 años.

Según la investigación, en 2020, América Latina acumuló 78 millones de personas en los niveles de pobreza extrema, una cifra nunca alcanzada en el siglo XXI. La Cepal asevera que el aumento está dado en buena medida por el impacto que ha tenido la Covid-19 en la economía.

A su vez, el estudio arroja que, en América Latina el 12,5 porciento de la población vive en la pobreza extrema, un índice solo superado en 1999, cuando la cifra ascendió a 12,8 porciento.

“Para frenar la propagación del coronavirus (…) los Gobiernos han adoptado medidas de cuarentena. (…). Por lo tanto, sectores enteros de la economía han visto su actividad mermada o temporalmente reducida a cero, según la rigidez de las medidas adoptadas”, agrega la Cepal.

Al mismo tiempo, el ente regional puntualiza que “la contracción de la actividad económica generada por la pandemia, y las consiguientes pérdidas de puestos de trabajo y reducción de los ingresos laborales”, causaron el incremento “de los estratos de ingreso bajo, así como un proceso de movilidad descendente en los estratos de ingreso medio”.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/pobreza-america-latina-acumula-mayores-cifras-anos–20210524-0037.html

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COLOMBIA: UN PUEBLO SECUESTRADO POR EL URIBISMO

Por: Carlos Munervar

Este 28 de mayo Colombia completó un mes de movilizaciones sociales que como nunca han estremecido las bases de un régimen que algunos no han dudado en catalogar como “dictadura civil”. Pero ¿Cómo entender lo que está ocurriendo? Empecemos a desenredar la madeja.

En primer lugar hay que tener en cuenta que esta movilización no es espontánea, por el contrario es producto del  cansancio, la indignación, la rabia y el descontento generalizado de gran parte de la población que se hastió de un régimen que desde hace mas de dos décadas se apoderó del Estado colombiano ofreciendo “seguridad democrática” en una cruzada contra el terrorismo y la guerrilla para así ganar “confianza inversionista” y según su modelo de país, superar la crisis económica e institucional. Toda una serie de eufemismos que ocultaban la intención manifiesta de “refundar la patria” de la mano de los paramilitares y narcotraficantes, para de esta manera pacificar a sangre y fuego el país, acabar de una vez por todas con la resistencia social y las luchas de sectores históricamente excluidos tras décadas del asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán y su proyecto político.

Las consecuencias son evidentes, el país es una fosa común. 6402 falsos positivos, miles de lideres sociales y sindicalistas asesinados, escándalo tras escándalo de corrupción, instituciones y entes de control débiles y al servicio del partido Centro Democrático y su único líder, quien a pesar de estar investigado con acusaciones serias por sus nexos con la mafia y el paramilitarismo, sigue impunemente  incendiando al país, gracias a tener el aparato estatal a su servicio, entre ellos presidente, fiscalía, mayorías en el congreso y entes de control, fuerzas armadas y medios de comunicación privados que pertenecen a sus socios,  en otras palabras el sistema de pesos y contrapesos no funciona, el país esta secuestrado por el uribismo.

En segundo lugar, la pandemia y el desgobierno de Iván Duque prepararon el camino para una mezcla explosiva. Duque se ha caracterizado por ser una marioneta de su mentor,  pasó de ser un funcionario desconocido y mediocre a ser presidente del país, en cuestión de 3 meses los medios de comunicación lo catapultaron como la “estrella política del momento”, un tipo bonachón que toca guitarra, se toma fotos con la farándula, juega con el balón de futbol y es amigo del “Ñeñe Hernández” reconocido narcotraficante que le financió parte de la campaña (Ver ñeñepolítica), sus objetivos como presidente fueron destrozar los acuerdos de paz de La Habana, proteger los intereses de la banca nacional e internacional y reencauchar el uribismo para otro posible periodo presidencial. Los resultados económicos saltan a la vista. 65% de trabajo informal, 20% de desempleo, (República, 2020) dejan al país como uno de los más desiguales del mundo, agravada esta crisis con el asesinato sistemático de líderes sindicales y sociales. La pandemia agudizó la situación y al contrario de buscar una renta básica para los mas vulnerables, el gobierno invirtió miles de millones en el aparato de represión y otro tanto en financiar al sector bancario. El ciudadano de a pie tuvo que escoger entre morir de hambre en su casa o salir a “rebuscar” el pan de cada día y contagiarse. Las cifras nuevamente no mienten, el país se encuentra entre los 4 peores en el manejo de la pandemia a nivel global, así como en el número de muertes absolutas. (Semana, 2021)

En tercer lugar, los últimos  años demuestran una reactivación de la movilización social en Colombia sin precedentes, estudiantes, paro agrario, paros de maestros, paros camioneros, minga indígena, pero desde el 21 de noviembre del 2019 existe un ingrediente especial, esas luchas gremiales y reivindicativas han empezado a encontrar confluencias, la pandemia contuvo un poco la movilización, hubo un paréntesis el 9 y 10 de septiembre de 2020 fechas en que la ciudadanía se movilizó en Bogotá contra la brutalidad policial al haberse perpetrado el asesinato del abogado Javier Ordoñez a mano de la POL NAL, esas dos noches se perpetró la “masacre de Bogotá”, entre 10 y 13 personas fueron asesinadas por el aparato represivo del Estado, sin contar la muerte de unos jóvenes en el municipio de Soacha, que fueron quemados vivos al parecer por acción criminal de agentes de la policía.

Ese descontento acumulado encontraría en el “paquetazo de Duque”, propuesta de reformas del gobierno cuyos pilares principales son cuatro  – tributaria, de la salud, laboral y pensional – la chispa del levantamiento social que se vive en el país, cada una de estos proyectos contiene iniciativas que lejos de solucionar la crisis social y económica de la población, apuntan a profundizar la pobreza, la explotación, la desigualdad, destruyendo uno a uno derechos adquiridos en décadas de lucha social, privilegiando los beneficios del sector financiero nacional y los compromisos con la banca internacional a costa de empobrecer aun más a la población, incluso gravando con impuestos los alimentos, entre otras barbaridades.

Como era de esperarse el polvorín social explotó y la respuesta del régimen uribista no podía ser otra, terrorismo de Estado crudo y puro. Militarización de las ciudades, brutalidad policial, complicidad con grupos paramilitares que, con el mayor descaro, vestidos de civil y en confabulación con agentes de la policía, disparan a la luz del día, desaparecen jóvenes, medios de comunicación criminalizan a las multitudes de manifestantes, tildándolos de vándalos, legitimando el genocidio.

Si bien los sindicatos y centrales obreras promovieron el paro en sus inicios, han sido las multitudes juveniles quienes protagonizan la movilización y la resistencia, en la barricada, en la expresión cultural, en la primera línea, día a día miles llenan las calles y han motivado a que miles más, de todas las edades y procedencia social se vinculen al levantamiento social. A pesar de los 43 homicidios presuntamente cometidos por parte de la policía y en especial del escuadrón ESMAD antidisturbios, las 47 agresiones oculares, las 22 víctimas de violencia sexual, las 1445 detenciones arbitrarias, muchas de ellas con evidencia audiovisual en redes sociales, (Temblores, 2021) Duque sigue negando que esté pasando algo, maquilla las cifras, niega la visita de la CIDH (Corte interamericana de derechos humanos) y continúa sin dar muestra de diálogo social, al contrario ante los bloqueos prolonga la crueldad  promoviendo la violencia estatal, mientras que Uribe Vélez emite las ordenes desde su Twitter.

Por el momento no se ve una salida a la situación, la presión internacional tiene al regimen como un paria, gracias al papel de las redes sociales, que sin censura han mostrado la barbarie de un modelo que agoniza, pero que está dispuesto a dejar destruido al país arrasando con el Estado social de derecho,  ya sea decretando el Estado de conmoción interior, aplazando elecciones , reencauchar  la “seguridad democrática”  con el vestido de la institucionalidad,  o programar el fracaso de un nuevo modelo de país promovido por la izquierda y el progresismo.

Al momento de terminar este artículo, Duque da la orden de militarizar la ciudad de Cali, epicentro de las manifestaciones e intensificar el pie de fuerza, otra noche de terror. Luego aparecerán los cuerpos de los jóvenes en el rio Cauca y nadie responderá.

 

Referencias

Republica, L. (2 de diciembre de 2020). Casi 60% de los trabajos a octubre son informales en las 13 principales ciudades.

Semana, R. (29 de enero de 2021). Colombia, México y Brasil, los peores países del mundo en el manejo de la pandemia.

Temblores, O. (28 de mayo de 2021). Informe violencia en el Paro Nacional. Obtenido de https://twitter.com/TembloresOng/status/1398441029595013124

Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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Interrupción del año escolar: ¿Cuáles son sus causas y cómo afecta a los estudiantes? Perú

América del Sur/Perú/28-05-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

La interrupción escolar afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a quienes hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. Algunas razones detrás del abandono son los problemas económicos, familiares y el embarazo adolescente.

La educación es un eje pendiente de cara al Bicentenario y uno de sus puntos débiles es el que se refiere a la interrupción escolar. Aunque en el Perú la tasa de deserción escolar mostraba una tendencia a la baja en los últimos años; con la pandemia, las cifras han aumentado en ciertos niveles educativos.

Según cifras del Ministerio de Educación, se calcula que unos 300 000 estudiantes dejaron de ir al colegio en 2020. En el periodo interanual de 2018-2019 a 2019-2020, las cifras de deserción escolar aumentaron en inicial de 2,2% a 4,4% y en primaria de 1,3% a 2,1%. Por su parte, en secundaria la cifra se redujo de 3,5% a 2,9%. En el mismo periodo, la deserción de los servicios privados aumentó en primaria de 1.2% a 3.1% y en secundaria de 2% a 2.8%.

La interrupción escolar —también conocida como deserción escolar— afecta en mayor medida a estudiantes de zonas rurales, a aquellos que hablan lenguas originarias y a niñas y adolescentes mujeres. El Banco Mundial subraya que, “en los países con ingresos bajos, menos de dos tercios de las niñas termina la escuela primaria y solo 1 de cada 3 completa el primer ciclo de la escuela secundaria”.

El ministro de educación Ricardo Cuenca, ya ha mencionado que la interrupción en las áreas rurales es un problema recurrente en nuestro sistema educativo y que sus indicadores duplican los de zonas urbanas. Asimismo, ha resaltado que, aunque se acostumbra a usar la palabra “deserción” o “abandono”, en realidad lo correcto sería llamarlo “interrupción de estudios”, ya que “la responsabilidad no es solo de los estudiantes y además porque siempre estará abierta la posibilidad de retomar los estudios”.

Los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos, familiares y la falta de interés.
Los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos, familiares y la falta de interés. | Fuente: Shutterstock

¿Por qué razones los escolares abandonan los estudios?

Datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), al segundo trimestre de 2020, indican que los principales motivos por los que los escolares abandonan la educación básica regular son los problemas económicos (75.2%), los problemas familiares (12.3%) y la falta de interés (4%). En el caso de los escolares de secundaria, un factor adicional es la necesidad de trabajar.

De acuerdo con Quentin Wodon, economista del sector educación del Banco Mundial, en el caso de las niñas y adolescentes mujeres, algunas razones por las que no pueden acabar la escuela, además del aspecto económico, son el matrimonio precoz, el embarazo adolescente y el escaso aprendizaje en las clases. Asimismo, resalta que “las normas sociales y los roles de género afectan también la capacidad de las niñas de permanecer en la escuela”.

Sumado a esto, hay que tener en cuenta los problemas de conectividad a Internet, la falta de equipos para el acceso, así como la carencia de TV y radio a nivel nacional; sobre todo en el contexto actual en el que la estrategia Aprendo en Casa se da principalmente por estos medios. Aunque se pretende que con ella la educación a distancia sea una realidad para que ningún estudiante pierda el año escolar, esto no necesariamente se cumple por la falta de recursos.

El documento “Predictores de la deserción escolar en el Perú” publicado por GRADE en julio de 2020, explica que las características de los estudiantes que han abandonado la escuela o que están en riesgo de hacerlo son “haber repetido de grado una o más veces, estar en situación de pobreza o pobreza extrema, mostrar bajo rendimiento educativo y pertenecer a un grupo indígena”. De igual manera, explica que, si un mismo estudiante cumple más de una de estas características, tiene mayor riesgo de dejar la educación básica.

Algunas consecuencias de interrumpir los estudios son el incremento de los niveles de pobreza y una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil.
Algunas consecuencias de interrumpir los estudios son el incremento de los niveles de pobreza y una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil. | Fuente: Shutterstock

Estudios interrumpidos: ¿Cómo afecta a los estudiantes?

Interrumpir los estudios tiene consecuencias negativas para los estudiantes. Por un lado, se incrementan los niveles de pobreza y existe una mayor probabilidad de que los escolares sufran el trabajo infantil. Julián Suárez, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que los estudiantes que abandonan la escuela suelen pasar más tiempo desempleados y son más propensos a conseguir empleos informales a futuro, sin derechos ni beneficios laborales y con ingresos mínimos.

Asimismo, tienen menos herramientas para los desafíos que aparecen durante y después de su educación. Según el estudio de GRADE, mientras más temprano se produce el abandono escolar, mayor efecto se observa en las habilidades a los 19 años. De igual forma, la interrupción escolar eleva el riesgo de embarazo adolescente y hace que los niños, niñas y adolescentes sean más propensos a sufrir violencia, incluso en la vida adulta.

Avances para frenar la interrupción de estudios escolares

Aunque las cifras se han tornado negativas por motivo de la pandemia, sobre todo para inicial y primaria, también se han dado buenas noticias. El Minedu señala que la deserción escolar en Lima Metropolitana se redujo a la mitad en el año 2020, ya que se pudo lograr un retorno de 52.8% en las instituciones educativas con mayores índices de interrupción de los estudios, así como el regreso de cerca de 39 000 estudiantes a la Educación Básica Regular.

Por parte del Gobierno, se han puesto en marcha diversas estrategias como la iniciativa “La educación no para”, de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM), que, con un equipo de voluntarios, logró el acercamiento a los estudiantes y sus familias para evitar la interrupción de los estudios.

Por su parte, el Minedu ha implementado “Alerta Escuela”, una herramienta para los directores de instituciones educativas, a la que pueden acceder a través de la página web del Sistema de Apoyo a la Gestión de la Institución Educativa (SIAGIE). Esta muestra el riesgo de interrupción de estudios de cada estudiante según su sección y grado diferenciándolos con tres colores: verde (bajo riesgo), amarillo (riesgo medio) y naranja (alto riesgo). Así, se puede identificar a estudiantes con más riesgo de dejar la escuela y establecer estrategias junto con los docentes.

Se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género en la educación.
Se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género en la educación. | Fuente: El Peruano

Desafíos pendientes para reducir las tasas de interrupción escolar

Las “Propuestas del Bicentenario – Educación” de Videnza Consultores, explican y desarrollan diversos desafíos de la educación peruana. Entre ellos, resaltan que se debe trabajar para reducir las brechas geográficas, socioeconómicas, en lengua materna y de género, así como por la conclusión oportuna en la educación básica. Otro punto pendiente es mejorar el acceso a Internet y a dispositivos de conexión a nivel nacional.

Por su parte, el estudio de GRADE hace hincapié en que se debe identificar a los estudiantes que estén en riesgo de abandonar los estudios o que ya lo han hecho, así como a sus familias, con el fin de trabajar con ellos. Además, los programas a implementar deberían considerar las aspiraciones educativas de los mismos, por lo que pueden funcionar campañas que resalten las ventajas futuras de culminar la educación básica. Finalmente, subraya que se debe considerar que cada estudiante que abandona la escuela presenta una historia única que debe ser comprendida y atendida.

La interrupción escolar no solo afecta al estudiante, sino también a toda su familia. Es urgente crear estrategias que tomen en cuenta las necesidades particulares de cada estudiante y que brinden el seguimiento y apoyo necesario para que todos los peruanos y peruanas puedan acceder a educación de calidad y culminar sus estudios básicos de forma oportuna. “Integración al Bicentenario: Construyamos un país mejor”, es organizado por RPP con el apoyo de Enel y Movistar.

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/campanas/valor-compartido/interrupcion-del-ano-escolar-cuales-son-sus-causas-y-como-afecta-a-los-estudiantes-desercion-escolar-brecha-educativa-noticia-1338709

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Los cambios capitalistas… ¿en la burbuja?

Por: Eduardo Camín

La crisis actual no es una crisis financiera causada por la pandemia, sino que tiene un carácter multidimensional y de largo plazo.

¿Puede la comunidad internacional –incluidos los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores– mantener su promesa y cumplir con las “audaces” declaraciones del G20, los compromisos de la Agenda 2030 de la ONU, el Acuerdo Climático de París y la propia hoja de ruta de la OIT para un futuro del trabajo centrado en el ser humano?

La preocupación es cómo puede aprovecharse el período posterior a la Covid para repensar y construir un futuro más equitativo y sostenible. El año 2021 parece prometedor, con el despliegue de las vacunas, los signos de recuperación económica en algunas regiones y el fortalecimiento del multilateralismo.

“Se ha hablado mucho de cómo la pandemia del COVID-19 no es sólo un período de terrible crisis, sino también un momento para reajustar, repensar y construir un presente más equitativo y un futuro sostenible”, señaló Mariana Mazzucato , catedrática de Economía de la Innovación y Valor Público en el University College de Londres, en la segunda de la serie de charlas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La cuestión ahora es si los discursos sobre la reparación de los fallos socioeconómicos de la historia reciente, y el tratamiento serio del cambio climático, conducen a un recambio real en la elección de políticas.

Siguen existiendo grandes retos, como garantizar la implantación de vacunas a nivel mundial, cerrar las brechas de financiación en los países más pobres, reducir las desigualdades de ingresos y oportunidades y apoyar recuperaciones económicas sostenibles que protejan a las personas y al planeta.

El capitalismo, ¿cambia?

En el panorama actual de los organismos internacionales nos encontramos con diferentes  teorías semánticas de la verdad, en cuyo interior se crea una fuerza ilusoria y una intención comunicativa, desde la cual se pueden reinterpretar los principios clásicos de la anfibolia o restricción mental, es decir las respuestas con doble sentido, el mal menor o las mentiras piadosas.

Este es un ejercicio dialéctico que soslaya en cierta forma las consecuencias  reales que originan y agudizan las dificultades actuales. Mucho suena a las viejas teorías reformistas, imbuidas de metáforas sobre el capitalismo con justicia social o el capitalismo con rostro humano.

Sin embargo, más allá de la pandemia de la Covid 19, el capitalismo neoliberal afronta una crisis general que interpela profundamente acerca de seguir otorgando primacía a los intereses del capital o poner en el centro la necesidad de mejorar sustancialmente las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población y de garantizar la reproducción de la vida humana en simbiosis con su entorno planetario.

Pero la realidad nos indica que todas las iniciativas -en mayor o menor grado-  tienden a la continuidad, hacia la aplicación de programas de rescate de empresas, o mejor dicho, de empresarios y sus monopolios y oligopolios, en respaldo al proceso de concentración y centralización de capital, subyacente a la crisis.

Este camino significa mantener indemnes algunos de los soportes claves de la acumulación mundial centralizada, como la extenuante explotación del trabajo inmediato —aunado a la tentativa de controlar el trabajo científico-tecnológico— y la depredación del medio ambiente, y sólo plantea regular la especulación financiera desorbitada, lo cual puede derivar en un neoliberalismo regulado por el Estado.

La otra opción significa colocar en el centro el sistema de reproducción de la vida humana en el planeta, dentro del proceso imbricado en el metabolismo social humanidad-naturaleza. Pero esta alternativa entraña la necesidad de generar cambios profundos en las estructuras de la sociedad capitalista y en el entramado institucional y político que le da soporte, en beneficio de la mayoría de las clases sociales.

Esta mayoría ha sido paulatinamente despojada de sus medios de producción y subsistencia, expuesta a condiciones altas de explotación laboral, excluida de los procesos de producción social y generación de conocimiento, confinada a espacios de hacinamiento y servicios precarios, expuesta a la compra de alimentos y medicinas caras, pese a su abundancia en el mercado.

A ello hay que sumar el hecho de que la violencia social y estatal se ha desatado por todos los rincones del planeta y la militarización ha significado en distintos ámbitos geográficos una escalada mortal.

Esta opción no se inscribe en un abstracto humanitarismo, que no identifica las relaciones de conflicto y desigualdad prevalecientes en la sociedad capitalista, sino que reclama la necesidad de ir al fondo del problema y plantear estrategias pos-neoliberales y pos-capitalistas, porque, al final de cuentas, bajo el comando del gran capital transnacional no hay opciones viables para la mayoría de la población, a pesar de los cantos de sirena.

La actual  crisis del capitalismo mundial está circunscrita en la órbita económica y, más precisamente, en la financiera. La tónica actual- a pesar del sinnúmero de recomendaciones-  sigue siendo la de garantizar la solvencia y riqueza de empresarios y accionistas, y no el rescate de empresas, empleos y población excluida y desposeída.

Por eso es imprescindible el análisis crítico de la crisis del capitalismo contemporáneo que supere la visión dominante, que la caracteriza como una crisis financiera, causada por la pandemia, a fin de vislumbrar sus causalidades históricas, estructurales y estratégicas, y tomar conocimiento de su carácter multidimensional y de largo plazo.

La crisis actual

La crisis actual se presenta, al igual que otras crisis del sistema, como una depresión de la economía mundial que fractura el proceso de valorización luego de una severa caída general de la tasa de ganancia y posterior a un período con altas tasas de ganancia merced a mecanismos como la desvalorización laboral, abaratamiento de recursos naturales, financiarización de la economía y transferencia de excedentes de la periferia hacia el centro del sistema.

Pero más allá de la crisis de valorización, también se trata de una crisis civilizatoria que pone al desnudo los límites de la acumulación mundial centralizada, basada en la superexplotación laboral, la devastación ambiental y la financiarización de la economía mundial.

 La idea es que tras la actual depresión de la economía mundial subyace una crisis multidimensional de gran profundidad, amplitud y duración que pone en predicamento el proceso de metabolismo social, con lo que no sólo vulnera las principales fuentes de la riqueza social (humanidad y naturaleza), sino que también pone en serio peligro la vida humana en vastas zonas del planeta.

El análisis predominante de la crisis contemporánea está orientado a preservar al sistema capitalista y a rescatar a los grandes capitales centrales. La visión dominante sigue presentando a la globalización como un fenómeno de alcance mundial inevitable, sin alternativas, y al cual hay que asumir como un reto.

Eso si, siempre con la misma receta:  apertura de los mercados, ofrecer condiciones idóneas a la inversión extranjera y afrontar el reto de la competitividad, donde el Estado debe generar un clima favorable a los negocios, particularmente a las grandes corporaciones multinacionales, abaratar la fuerza de trabajo ya barata, transferir recursos públicos al sector privado, exonerar de impuestos, además de implementar una estrategia de venta de la ciudad y el territorio, donde priman los intereses del capital, y no los de la población.

Este tipo de políticas se aplican indistintamente por gobiernos de derecha, centroizquierda e izquierda, salvo algunas excepciones de los que intentan resistirse al neoliberalismo y ejecutan políticas que pueden ser designadas bajo el concepto de nacionalismo radical.

La superexplotación del trabajo y la exclusión social

Sin dudas, la pandemia del Covid 19 está exacerbando las desigualdades ya existentes, desde enfermar del virus hasta mantenerse vivo o padecer dramáticas consecuencias económicas.

 La propia OIT señalaba que a nivel mundial, dos mil millones de trabajadores (as) equivalente al 61,2% de la población mundial empleada,  trabaja en el sector informal. Por lo tanto tienen más probabilidades de estar expuestos a riesgos de seguridad y salud con la pandemia, al carecer de la protección apropiada, desde mascarillas, desinfectante y en ocasiones suministro público de agua.

Pero desde una perspectiva cruda, para el capitalismo, la única crisis que tiene relevancia es cuando se presenta una caída general en la tasa de ganancia, porque significa una crisis del proceso de valorización, es decir, una fractura en las dinámicas de financiamiento, inversión, producción, distribución y consumo.

Poco importan las diversas expresiones de crisis humanitaria, como la pobreza, desempleo, hambrunas, enfermedades. En todo caso esos son daños colaterales, que eventualmente pueden resarcirse cuando se recomponga el ciclo natural de los negocios.

La superexplotación del trabajo significa no sólo la contención salarial y el empobrecimiento familiar, sino también la exposición a riesgos y peligros laborales, el desgaste prematuro de la fuerza laboral y la posibilidad de ser despedido y excluido de la órbita de la producción y el consumo.

No obstante, bajo el influjo del capitalismo neoliberal  han recrudecido los problemas sociales, al punto en que se pone en riesgo, cuando menos en vastas zonas del planeta, la existencia y reproducción de la vida humana. El rasgo consustancial al capitalismo neoliberal es la insustentabilidad social.

La globalización neoliberal da origen a la economía mundial del trabajo barato que convierte a los  países en vías de desarrollo , emergentes o simples subdesarrollados, en exportadores de gente. La expansión de la fuerza de trabajo acompañada de la política de precarización laboral, no significa otra cosa que la sobreoferta de trabajo a disposición del gran capital.

Bajo la égida de este modelo civilizatorio basado en la destrucción, la vida humana se convierte en un recurso desechable, en el cual se implementan modelos de gestión laboral, que conducen a la explotación extenuante del trabajo, que incluye la disminución salarial, la inseguridad laboral, políticas de subcontratación y las políticas de flexibilización y precarización laboral.

Para concluir, es importante tomar nota de que las crisis pre y pos pandemia no han significado, ni significan por sí solas un descarrilamiento del modelo neoliberal, ni el deterioro de su fundamento teórico.

 Todo lo contrario, se refuerzan los mecanismos de poder, se le confiere el respaldo político al Fondo Monetario Internacional, a la Organización Mundial de Comercio, a la vez que el neoclasicismo neoliberal sigue siendo el pensamiento dominante en el mundo académico y los programas de ajuste estructural continúan influyendo en gobiernos de derecha, centro y centroizquierda.

En su formulación ideológica, el neoliberalismo reniega de la regulación estatal sobre el mercado. En la realidad, el Estado es un agente central para que el proyecto que representa el neoliberalismo pueda implantarse y expandirse.

Fuente e imagen: CLAE estrategia.la

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La triste historia de los pobres del mundo

Por: Hedelberto López Blanch

El número de pobres en el mundo aumenta cada año debido a varios factores como los violentos cambios climáticos que producen sequías, huracanes, terremotos, inundaciones; la aparición desde febrero de 2019 de la pandemia de covid-19 y sobre todo la indolencia de regímenes capitalistas neoliberales cuyos gobernantes piensan en incrementar sus riquezas en detrimento de las mayorías.

Esa conjunción de factores ha provocado que en el mundo ya existan 840 millones de hambrientos al sumárseles otros 130 millones que pasaron a esa deleznable lista en 2020.
Un informe del Estado Mundial de la Seguridad Alimentaria y Nutrición de Naciones Unidas explica que alrededor de 132 millones de personas sufrieron una situación de “hambre crónica” durante 2020 y se sumaron a los 708 millones que vivían en esas circunstancias en 2019.
Los expertos de organismos internacionales indican que Asia es el continente con mayor número de hambrientos con 382 millones, seguida de África, 250 millones y América Latina y el Caribe con 50 millones. La cifra total se completa con los que se encuentran en esa categoría en Europa y América del Norte.
Como un complemento directo en esta lamentable situación, ha quedado demostrado que los regímenes capitalistas neoliberales no han sido capaces de resguardar a sus pobladores de los efectos peyorativos producidos por la pandemia de coronavirus.

Los altos costos de la atención médica privada usados en los tratamientos contra la covid, no pueden ser pagados por muchos habitantes que se ven obligados a recluirse en sus casas y buscar remedios caseros o medicamentos más baratos los cuales, en la mayoría de los casos, no son efectivos y la trágica muerte los alcanza.
Para agravar la situación de millones de personas que sobreviven en este mundo cada vez más desigual, otra mala noticia se les viene encima.
Según la Organización de Naciones Unidas para Agricultura y la Alimentación (FAO) los precios mundiales de los alimentos volvieron a subir en abril por 11 meses consecutivo.
La organización divulgó que el índice de precio mundial de alimentos promedió 120.9 dólares en abril, 2,2 % más que en marzo, y un 30,8 % interanual por lo que alcanzó el nivel más alto desde 2014
Este índice es una medida de la variación mensual de los costos de la canasta y consiste en el promedio de cinco índices de precios de la cesta básica en relación con las exportaciones de cada uno de esos productos.

La FAO informó que en abril, el azúcar tuvo un alza de 3,9 % y alcanzó más del 60 % en relación con 2020 debido al lento avance de la cosecha en Brasil y los daños causados por las heladas en Francia.
En el caso de los aceites vegetales, creció 1,8 % en abril debido a aumento de las cotizaciones mundiales del aceite de palma por temor a que las producciones fueran más lentas de lo previsto. Los valores de los aceites de soya y colza se incrementaron aun más mientras que los de las carnes bovino, ovino y porcino se elevaron 1,7 % y los de la de aves de corral no tuvieron cambios.
Los cereales, se alzaron 1,2 % y 26 % desde 2019. El maíz subió 5,7 % y 66,7 % con respecto al pasado año resultado de siembras menores de lo previsto en Estados Unidos, Argentina y Brasil.
En medio de este escenario, en 2020 y 2021 ha crecido la inseguridad alimentaria aguda, debido a conflictos, crisis económica exacerbada por la pandemia y el embate de fenómenos naturales.
La red mundial contra la crisis alimentaria avizora un 2021 muy difícil pues en el pasado año, 155 millones de personas en solo 55 países estaban en situación de crisis, lo que representó alrededor de 20 millones más en relación con el último informe. Asimismo, 28 millones en 38 países se hallaban en situación de emergencia alimentaria y entre los más afectados se encontraban República Democrática del Congo, Yemen y Afganistán.
Dominique Burgeon, director de emergencia y resilencia de la FAO aseguró que para evitar que estalle una crisis generalizada en 2021 se necesita con urgencia acciones humanitarias para salvar vidas y medios de subsistencia a gran escala.
Antonio Guterrez secretario general de la ONU significó que este informe es una lectura desalentadora por el alza de personas en condiciones de inseguridad alimentaria aguda las cuales necesitan asistencia nutricional rápida. Se debe hacer todo lo posible, dijo, por frenar ese círculo vicioso y abordar la eliminación del hambre como base para la estabilidad y la paz, a la par de transformar los sistemas alimentarios para hacerlos más inclusivos, resilientes y sostenibles.
Otro fenómeno que golpea a las naciones son los altos niveles de endeudamiento que han adquirido desde hace décadas y que se reforzaron con la pandemia.
En América Latina y el Caribe, informó la CEPAL, esta situación también ha puesto en crisis la posible recuperación económico-social.
Todos los países latinoamericanos han sufrido un deterioro de la situación fiscal al aumentar la deuda del 69,8 % al 79,3 % del PIB entre 2019 y 2020, lo cual la convierte en la región más endeudada del mundo en desarrollo y la que tiene el mayor servicio de deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios.
Esa es la triste historia de los pobres en este mundo neoliberal tan desigual y que cada día, con más fuerza, los pueblos claman por la adopción de un nuevo orden internacional más justo.

Fuente: La triste historia de los pobres del mundo – Tercera Información -Tercera Información (tercerainformacion.es)

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¿Cuándo será el Día de las y los Maestros?

Por: Manuel Gil Antón

Dicen que es hoy. En 1917, el Congreso acordó conmemorar el 15 de mayo a quienes laboran en las aulas del país. Las crónicas señalan que se hacía coincidir el festejo con el día que, en 1867, se tomó la ciudad de Querétaro para dar fin al Segundo Imperio. Hace, ya, 104 años.

Dados a tener días para celebrar, conmemorar, festejar o evocar cientos de cuestiones, variopintas en importancia y sentido, se acumularán en los diarios, y todos los medios, odas a las personas dedicadas a la docencia. El arco para la veta declamatoria es amplio: aparecerá la idea del sentido apostólico de su trabajo y la atribución rimbombante de ser la guía de la niñez, el faro que ilumina el futuro del país. Los discursos por parte del poder político, sindical y económico no serán pocos ni escatimarán toneladas de reconocimientos. Palabras, ceremonias, declaraciones, remembranzas y elogios. Inició ya la consabida cohetería desde los altos atriles, mas la pirotecnia es, por definición, fuego artificial.

No es lo mismo el abrazo o la gratitud sencilla de las niñas y niños, sus madres, padres y abuelos, o la de cada quien en su recuerdo a esas maestras y maestros que nos ayudaron a entender las cosas y, no pocas veces, a tratar de entendernos.

Me refiero a esa otra maniobra, hipócrita y repleta de oropel, más falsa que un billete de cuatro pesos: celebrar al gremio un día, sin que llegue el día en que se le respete como una profesión crucial para el desarrollo y consolidación de las condiciones intelectuales y afectivas en nuestra tierra, necesarias, sobre todo, para ya no tolerar más la pobreza y la desigualdad en el acceso a lo que se requiere para vivir con dignidad.

¿Cuándo será el día en que la voz del magisterio será escuchada, y se acallarán por fin las palabras de quienes dicen hablar por él, ostentando un sitio de autoridad educativa o laboral inmerecida, producto de la soberbia del ladrillo en que se encaraman, ignorantes, y la antidemocracia que han hecho costumbre y privilegio?

¿Cuándo será el día en que a las y los docentes se les dejará de concebir como apóstoles menesterosos o rufianes que distan de ser o parecer finlandeses?

¿Cuál será le fecha en que reconoceremos, todos, su labor como una profesión en todo el sentido de la palabra, y dejarán de ser vistos como operadores de los designios y consignas que emiten quienes ocupan un escritorio burocrático apolillado y confunden educar con instruir satisfechos con que millones aprendan a repetir a costa de dejar de preguntar?

¿Cuándo amanecerá el día en que las instituciones en que se forman serán las más importantes en la educación superior, habida cuenta de la enorme complejidad del saber que implica contar con el dominio pedagógico del contenido a enseñar, ese saber teórico y práctico, la forma más alta del conocimiento humano, que genera ambientes donde el aprendizaje es posible?

¿Cuándo será el día en que el pago sea justo, puntual, adecuado y la organización de la docencia no equivalga al sistema administrativo propio de repartir latas de atún?

¿Cuándo –hay que decirlo– los que nos dedicamos a esto haremos un esfuerzo crítico para mejorar nuestros conocimientos, la capacidad de abrir espacios para la educación como práctica de la libertad, y anudaremos demandas con compromisos de hacernos cargo de nuestras fallas y carencias, no menores?

El verdadero día de las maestras y maestros está por venir. No será fecha precisa, sino un proceso largo y complicado. Ojalá sea hoy ocasión de iniciarlo. Urge.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/cuando-sera-el-dia-de-las-y-los-maestros/

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