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Sintonía Educar: Educación popular y formación de sujetos (Audio)

Argentina / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Sintonia Educar / Fuente: Youtube

Publicado el 5 dic. 2017

Programa emitido el 25-11-2017 Lidia Rodriguez. Lic en Cs de la educación (UBA), Magister en Cs Sociales (Flacso) y Dra en Filosofía por la Universidad de París VIII.Docente de la Uba y Directora de proyectos del programa APPEAL .Especialista en Historia de la Educación y educación popular y de adultos. Roberto Tito Marengo (Política Educativa e Historia de la Educación)

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=YPJhM9QXsoA

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Educación pública: por una universidad distrital

Por Jose Amar Amar

El principal peligro para la humanidad es que se siga abriendo el abismo entre una minoría que tiene todas las oportunidades para moverse con éxito en este nuevo mundo global, y una mayoría sin acceso a los bienes de la cultura que cada día se siente más impotente al negársele su acceso al conocimiento.

La Universidad del Atlántico es una de las instituciones más importantes de la Región Caribe; sin embargo, sus aulas no pueden albergar a todos los jóvenes que, habiendo terminado su bachillerato, aspiran al legítimo derecho de ingresar a la educación superior.

Según EL HERALDO, se inscribieron 28.900 aspirantes para 3.100 cupos que ofrece esta prestigiosa universidad. Una pregunta impertinente surge: ¿qué pasa con los 25.000 jóvenes que no serán admitidos?

Es probable que unos pocos consigan una beca o un crédito para matricularse en una universidad privada; otros pocos tendrán acceso a los escasos cupos del SENA. ¿Y qué pasará con los otros 20.000?

La respuesta es muy clara: pasarán a engrosar el ejército de 600.000 jóvenes que hay en el país que ni estudian ni trabajan.

El Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario elaboró un “Perfil juvenil urbano de la inactividad y el desempleo en el país”, que muestra la dramática realidad de varios cientos de miles de jóvenes completamente inactivos, de los cuales 370.000 son mujeres. Es en esta población donde más frecuente es el embarazo juvenil.

Infortunadamente, el malestar engendrado en estos jóvenes, por la incapacidad de vislumbrar un futuro, va a la par con la conciencia de las disparidades visibles en el país, generando profundas tensiones que van haciendo cada día más agobiante y amenazante la vida de las ciudades.

Hoy, los países que prosperan son los que distribuyen de la mejor manera los recursos cognoscitivos. Las oportunidades de educación de calidad a todos los jóvenes en edad de merecerlo es el verdadero motor del desarrollo y lo que permite reequilibrar, a largo plazo, las relaciones económicas en la sociedad.

No podemos conformarnos viendo, en unos días más, cómo estos 20.000 jóvenes del Atlántico verán frustrados sus sueños por la falta de cupos en la educación pública, que es la única a la que pueden acceder.

Nos consta que el Distrito ha hecho cosas importantes en cobertura y calidad de la educación básica y media. Pero mucho de este esfuerzo se pierde al no tener ellos acceso a la educación superior.

Señor Alcalde, usted que ha demostrado una gran capacidad de emprendimiento, ¿por qué no estudia la posibilidad de crear una universidad distrital para ampliar las posibilidades de acceso a nuestros jóvenes? Una universidad moderna, ágil, parcialmente autofinanciada, que no solo ofrezca más cupos a nuestros jóvenes, sino también que pueda ser un centro de estudios para el desarrollo de Barranquilla.

joseamaramar@yahoo.com

Fuente: https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/educacion-publica-por-una-universidad-distrital-431376

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Hacia una nueva narrativa de la reforma educativa

Por: Miguel Ángel Pérez

Uno de las grandes elementos que demostró el pasado Congreso Nacional de Investigación Educativa (SLP, 2017), es que el discurso de la reforma educativa y su pieza central el modelo educativo, son discursos gastados, sin congruencia ni pertinencia para la realidad del país, que no tiene nada de estructural y que no cumple con los fines que anunciaba desde su origen (mejorar la calidad educativa) y cuyos ejes de desarrollo están centrados en la evaluación (como obsesión), en la reconfiguración del tratamiento de los docentes al ser profesionales de la educación y convertirlos ahora en empleados o trabajadores de segunda sin derecho a la voz y restringidos de sus derechos laborales y al alineamiento de las políticas educativas con las sugerencias e imposiciones emanadas de los llamados organismos internacionales con la OCDE a la cabeza.

De esta manera la reforma educativa mexicana (2013-2017) no sólo es fácilmente predecible en su fracaso, sino también ausente de creatividad e innovación para llevar a nuestro país a un mejor estadio educativo.

Es por ello que requerimos de una nueva narrativa pedagógica que nos lleve a mirar la puesta en marcha de una reforma educativa (en construcción), llena de frescura y de ideas surgidas desde abajo o desde el corazón mismo de la experiencia de los y las educadores y que recupere lo valioso del pasado de la educación en nuestro país.

Se criticaba en San Luis Potosí que los artífices (los brillantes autores del modelo educativo), habían recurrido mayoritariamente a autores y referencias extranjeras y en otros idiomas con la supuesta intención de prestigiar el modelo, los autores mexicanos aun los especialistas y los que realmente saben del campo quedaron fuera de las referencias, de esta manera no sólo se ningunea la intelectualidad nacional, (pobre o rica pero producto de nuestras prácticas y tradiciones académicas locales) y se cree (erróneamente) que el prestigio y la solidez tienen que venir forzosamente desde afuera.

La nueva narrativa que de origen y curso de trabajo al diseño de un nueva reforma educativa, inicia con darle la voz a todos los actores que hasta ahora han sido silenciados, (docentes, intelectuales, investigadores, políticos, amas de casa, profesionistas de otros campos), el asunto de la educación pública en México es asunto del público en general, es decir la sociedad en su conjunto tiene algo que decir al respecto, ahí se teje el presente y el futuro de la educación de nuestros niños, niñas y jóvenes.

La nueva narrativa deberá pensarse a partir de reglas inéditas que hasta hoy no hayan sido prácticas en nuestro entorno, por ejemplo, permitiendo que las escuelas experimenten el tipo de modelo que quisieran practicar, respetando la autoridad profesional y académica de los y las docentes, teniendo a la evaluación como un componente periférico y no (como sucede ahora) que viene siendo la columna vertebral de la reforma. El punto central de la nuera narrativa de la reforma educativa por diseñarse pasa por responder a la siguiente pregunta: ¿cuál es el perfil, la identidad, los rasgos sociales bajo los cuales deseamos formar a los niños, niñas y jóvenes que actualmente asisten a las escuelas públicas y privadas de nuestro país, con la intención de formarlos como ciudadanos y ciudadanas que respondan positivamente a partir del fomento del pensamiento crítico a los retos de un sociedad en movimiento y que sean capaces de vivir armónicamente en la sociedad del siglo XXI?

Me parece que las respuestas a dicha pregunta servirán para darle cuerpo a un modelo educativo que hoy en día no tenemos pero que demanda la sociedad y el sistema educativo nacional.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/hacia-una-nueva-narrativa-de-la-reforma-educativa/

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Ecuador: Cupos de universidades públicas no abastece la demanda de estudiantes

Ecuador / 3 de diciembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Ecuavisa

El aumento del más del 30% de cupos en las universidades públicas del Ecuador, no logró abastecer a la demanda de estudiantes que desean ingresar a la Educación Superior. Actualmente, cientos de bachilleres no pueden estudiar las carreras de su preferencia. 

Las autoridades reconocen que la brecha entre la cantidad de plazas disponibles y el número de aspirantes, es amplia. Asi lo afirma Adrián Bonilla, viceministro de Educacion Superior:

“Estamos hablando de un poco más de 300.000 mil personas que se gradúan de bachiller, y de 80.000 mil cupos universitarios, es un brecha muy grande”.

El viceministro dice que trabajan para acortar la cifra de estudiantes que no logran acceder a un cupo universitario.

“Vamos a seguir haciendo esfuerzos, porque es un problema importante de la sociedad ecuatoriana, sobre la cual tenemos que trabajar todos”, manifestó.

En tanto, autoridades analizan la implementación de políticas públicas, para que las instituciones de Educación Superior mejoren los niveles de admisión. Para ello se contempla flexibilizar el número de alumnos por aula, crear nuevas infraestructuras y contratar mas docentes.

En Ecuador, bachilleres se han postulado en carreras no deseadas por falta de cupos. Este es el caso de Eduardo Pacheco, se gradúo hace pocos meses y aspiraba obtener un cupo para la facultad de medicina en la universidad de Guayaquil. Para ello cuenta que rindió la prueba ser bachiller en la cual obtuvo 770 puntos.

Eduardo confiesa que para no abandonar la meta de ser médico averiguó la posibilidad de estudiar dicha carrera en universidades privadas, pero estaba fuera de su alcance y el de su familia:

“Para ingresar a una universidad privada, eran precios exagerados, 800 dólares mensuales, y hay personas que viven con 1 dólar en el país”, afirma el joven.

Este joven no tuvo más remedio que cambiar a una carrera más económica en una institución privada. En la actualidad, cursa el primer año de derecho, pero tiene la convicción de arrancar con sus estudios de medicina en algún momento.

Fuente de la Noticia:

http://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/actualidad/341871-cupos-universidades-publicas-no-abastece-demanda-estudiantes

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Análisis: La enseñanza del pasado reciente y el aprendizaje de la Historia

Colombia / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Eduardo Escallón / Fuente: Universidad de los Andes

En este texto abordaré el tema de la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en su directa conexión con la construcción de paz en los años por venir. En mi perspectiva —puede haber muchas otras, aun mejores—, esta construcción de paz tiene que ver con el desarrollo de la identidad de los individuos basada en el reconocimiento de las diferencias y enfocada en la capacidad de acción para la redistribución de recursos y oportunidades.

Lo interesante aquí es que la educación es, a la vez, una oportunidad y un recurso cuando ella constituye un proceso de formación integral dirigida al desarrollo de las potencialidades humanas. Pero permítanme ser más preciso al respecto y plantear acá la difícil diferencia entre educación y pedagogía en relación con la idea anterior. Cuando pensamos la formación como oportunidad estamos más en el ámbito de la educación, cuando la entendemos como recurso estamos en el campo de lo pedagógico.

Quiero relacionar el reto de la enseñanza del pasado reciente y la construcción de paz con la formación de maestros. Pues bien, la construcción de paz implica llagar a nuevas síntesis entre las tensiones existentes y más que resistir, nos exige crear. Así que para responder a esa invitación les propongo que tratemos de articular de la mejor manera la educación con la pedagogía. Es decir, que conectemos donde sea viable la política educativa con la práctica docente, el currículo formal con el operativo. ¿Cómo se podría hacer esto?, pues tomándonos en serio lo que nos proponen la Constitución y la ley (como propone la profesora Helena Alviar). Pero cuidado, no estoy diciendo que obedezcamos ciegamente las normas y las leyes, aun siendo ellas injustas, sino que las asumamos y obremos en consecuencia.

Permítanme explicar: para saber cómo debe ser la enseñanza del pasado reciente y la construcción de paz tomemos como política educativa, como currículo formal, la Constitución y la Ley 115. Es decir, enfoquemos el aprendizaje y la enseñanza de la historia a construir aquello que nos propone la Constitución y lograr los fines de la Ley. ¿De qué estoy hablando?

Con seguridad muchos de ustedes tiene presentes dichos fines, así que les pediré que los recuerden y a los que no los conocen, les pediré que se los imaginen, que de acuerdo a todo lo que oyen y leen y ven sobre los debates en educación en Colombia, supongan cuál sería el fin número 1 de la educación según la Ley. Y de paso supongan el dos y el tres.

Pues bien, para sorpresa de muchos de ustedes, el fin número uno no es aprender Matemáticas, Ciencias y Lenguaje para las pruebas estandarizadas. Por el contrario, el primero de nuestros fines es:

El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.

El número dos. La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad.

Y el número tres. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vi da económica, política, administrativa y cultural de la Nación.

Como pueden ver no necesitamos formular políticas nuevas, bastaría con que supiéramos dónde, cómo, cuándo y con quién se logra esto en los colegios. Porque el para qué ya lo sabemos: para que las personas seamos capaces de hacer realidad un Estado social de derecho, para que seamos una sociedad democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana y en la prevalencia del interés general, qué es lo que propone nuestra Constitución, pero que estamos muy lejos de logar, en parte porque una porción de nuestra sociedad no comprende y no comparte estos conceptos y principios.

Pero si nos tomamos ello en serio, entonces estamos obligados como sociedad a preguntarnos y a responder ¿cuál es la pedagogía que se necesita para lograr esos objetivos de la educación? Es decir, ¿cómo debe ser el currículo operativo? ¿Cómo sería la práctica pedagógica? ¿Existe una pedagogía democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana y en la prevalencia del interés general? ¿Cómo sería el maestro agente de esta pedagogía? ¿Cuál su contenido?

Mi respuesta es formar, desarrollar y fortalecer maestros y maestras autónomas que pongan en práctica su saber y su capacidad creadora dentro de un marco de acción político, epistemológico y pedagógico. Para ilustrar esto permítanme exponer mi propuesta como maestro de historia.

Yo creo que una forma de lograr lo anterior es una enseñanza de la historia dirigida a la construcción de conocimiento histórico que deviene en construcción de sujetos históricos.

Para esto, los contenidos producidos por la comisión de verdad no deben ser entendidos como un fin, sino como un medio pedagógico, como fuente. De la misma manera, no debemos separar de forma tajante memoria de historia, porque no todos los estudiantes son reconstructores de memoria, pero si deben conocer nuestro presente histórico. En efecto, podemos diferenciar memoria de la historia oficial. Pero la historia oficial no es la que producen los historiadores profesionales. La historia oficial es la que circula por los medios, la que se narra en las telenovelas, los noticieros, los periódicos, las revistas de farándula y actualidad, los trinos y los memes…

De ahí que el papel del maestro en la enseñanza del pasado reciente y el aprendizaje de la historia implique utilizar la memoria como fuente —no como contenido— para conocer nuestra realidad y contrastar esa historia oficial. Ahora bien, no se trata de convertir a cada estudiante en un historiador, sino que cada estudiante aprenda de la manera como se construye el conocimiento en nuestra área del saber. Por esto es que es importante tener presente que el objetivo último no es saber historia sino saberse sujetos históricos.

En consecuencia, los objetivos de aprendizaje serán unas comprensiones centrales sobre la historia como conocimiento, sobre los procesos sociales del país y sobre el papel de cada uno de los estudiantes como ciudadanos, sujetos activos de derechos.

En particular, en mi experiencia yo planteo dichos objetivos de la siguiente manera: Los estudiantes entenderán:

  • Que la Historia permite conocer el presente a partir de entender el pasado(Vilar). Explica los acontecimientos del pasado a partir de la interpretación de fuentes, datos y evidencias.
  • Que los conflictos entre grupos y sectores sociales son inherentes al movimiento de la historia.
  • Que los conflictos entre grupos y sectores sociales se pueden solucionar de diversas maneras.
  • Que todos somos sujetos históricos: lo que cada uno haga o deje de hacer determina el curso de nuestra realidad presente.

Estos objetivos de aprendizaje permiten planear unidades didácticas en las que los estudiantes tendrán que construir interpretaciones a partir de las fuentes y expresarlas de maneras diversas y apropiadas a sus gustos, intereses y necesidades comunicativas. Para demostrar la comprensión de esos objetivos, los estudiantes tienen que:

  • Identificar, definir y contrastar conceptos como dignidad, democracia, resistencia, opresión, pluralismo, exclusión…
  • Ubicar, analizar y valorar fuentes primarias y secundarias.
  • Reconstruir el proceso a partir de fuentes secundarias (o primarias).
  • Explicar el proceso a partir de contrastar su definición conceptual y el aporte de las fuentes.

Y en los niveles más altos:

  • Argumentar sobre procesos históricos usando conceptos y vocabulario del análisis histórico y fuentes primarias y secundarias.

Todo lo anterior está basado en el principio Vygoskyano de que el aprendizaje precede el desarrollo.

Es decir, que al aprender sobre estos temas y de esta manera, los estudiantes están desarrollando funciones de pensamiento, lenguaje, memoria y emoción, así como su capacidad analítica, reflexiva y crítica.

Otra idea de Vygostky detrás de esto es la construcción de conceptos científicos en el colegio y su relación con los conceptos cotidianos de los estudiantes.

La idea es que si nos tomamos en serio la Constitución y la ley para la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en su directa conexión con la construcción de paz en los años por venir, estamos obligados a innovar pedagógicamente y dejar atrás mucho de lo relacionado con la educación tradicional.

*Este análisis fue presentado durante el panel “En Diálogo: la enseñanza de la historia de Colombia en el marco de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Ley que vuelve obligatoria la asignatura de historia”, organizado por la Alta Consejería de los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Fuente del Artículo:

http://uniandes.edu.co/es/noticias/ensenanza-de-historia-colegios

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El modelo educativo y la gobernanza como sistema de control

Por: Lilia Partida

Para gobernar y lograr los propósitos del modelo educativo es relevante “el principio de autoridad que rige la gobernanza del sistema educativo que se encuentra alimentado por valores éticos, jurídicos y políticos (…) los principales valores que lo nutren son el respeto, la confianza, la honestidad y la responsabilidad”.[1]

El mencionado principio de autoridad causa perplejidad por lo anacrónico y disonante, lo primero remite a la falacia magister dixit o el maestro dice, que basa la certeza en lo dicho por una autoridad o en lo divino y la segunda porque asevera que la autoridad es un principio, liga lo ético con lo concerniente a la administración y además le adiciona valores morales.

La autoridad “consiste en el derecho de mandar y en el poder de hacerse obedecer”[2] y la ética es la ciencia de la moral y ésta designa “el conjunto de principios, normas, imperativos o ideas morales de una época o sociedad dada”[3], ambas pertenecen a diferentes esferas de comprensión del mundo.

Derivado del concepto de principio de autoridad que se maneja en el documento de marras, se menciona que “director, familia y supervisor deben dividir y compartir atribuciones, así como dar cuenta del cumplimiento de las obligaciones que a cada uno corresponden”.[4]Implica -apuntan- la transformación cultural dispuesta en la Escuela al Centro que “subordina todo el ejercicio de la autoridad al servicio del quehacer educativo”, donde la “horizontalidad” forma parte de la moderna gobernanza.

El INEE y el Sistema Nacional de Evaluación coordinado por este organismo constitucional autónomo es central para la gobernanza, ya que tiene responsabilidad “de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional en la Educación Básica y Media Superior, tanto pública como privada, en todas sus modalidades y servicios”,[5]resultados que se convertirán en políticas públicas, por lo que el  acoplamiento debe ser sincrónico.

Para operar el modelo es imprescindible la colaboración y responsabilidades compartidas entre el gobierno federal y los estatales,  para esto se erigieron las coordinaciones regionales centro, noreste, sur, sureste, occidente y noroeste, liderados por los respectivos gobernadores. En la educación media conformada por los titulares de los 33 subsistemas diferentes se creó el Sistema Nacional de Educación Media Superior (SNEMS) para en avance en la elaboración del marco curricular común, que atenderá la multiplicidad institucional que conlleva “heterogeneidad curricular, problemas de pertinencia y relevancia, y la falta de equivalencias curriculares”[6] y destaca al empresariado que contribuye a la “pertinencia”  -modelo dual-  con el “aprender a hacer” en la educación  a nivel medio superior.

En los documentos sobre el modelo educativo se ubica la relación entre las autoridades educativas y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como vital, lo clasifican como ente responsable, contemporáneo y defensor de los derechos laborales. O sea reconoce a su fiel aliado, arquetipo del charrismo sindical pero no se menciona a la disidencia oponente crítica a la reforma educativa.

Donde sí mencionan a la CNTE y su contraposición con la gobernanza, es en el Seminario la Reforma Educativa: Avances y Desafíos, organizado por el INEE[7].  Ahí se informó sobre la disminución de las protestas magisteriales en el periodo  mayo 2016- septiembre 2017  en los conflictivos estados de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, en 82, 86, 80 y 93%, respectivamente.

Dicho avance en la gobernanza  tiene como “meta superior la educación de la niñez” (…) “la reforma educativa marca un cambio estructural en las relaciones de poder en sus distintos niveles y el magisterio disidente”.[8]  De esta manera el  21 de julio de 2015 el gobierno de Oaxaca decreta un nuevo Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO) y  desconoce  la personalidad jurídica de la sección XXII, el  objetivo es disminuir el poder de la CNTE. Simultáneamente “congelar cuentas; crear una nueva imagen institucional; contratación e intercambio de capital humano o establecer nueva estructura administrativa” son puntales estratégicos para controlar al magisterio insumiso.

A su vez es necesario fortalecer  estos logros –señalan- regulando  grupos de interés, como son directivos, supervisores, liderazgos locales, presidentes municipales, representantes religiosos, padres de familia, organizaciones de la sociedad civil y grupos empresariales, para “contrarrestar mitos como la privatización e incentivar el apoyo social”.

El Dr. Gil Antón da cuenta de lo tratado  en esta sesión del seminario organizado por el INEE y  precisa: ¿gobernanza o parte de guerra?, con el “recuento de la victoria de una gobernanza que se solaza en el triunfo de la imposición”.[9]

Tanto en los documentos como en el citado seminario se incluye los padres de familia integrados a los Consejos Escolares de Participación Social. Estarán en coordinación con los Consejos Técnicos y propiciaran -entre otras actividades- se cubran actividades extracurriculares, estos consejos escolares se agrupan en  el Consejo Nacional para la Participación Social en la Educación (CONAPASE) integrado también por autoridades educativas y representantes de la sociedad civil.  Se redunda en los beneficios de la Escuela al Centro, en la autonomía de gestión vs. el modelo tradicional y en la provechosa reforma al artículo 10° de la Ley General de Educación que reconoce a las familias como parte del sistema educativo nacional y genera su corresponsabilidad, por ejemplo para la transparencia en el programa de Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (CIEN).

Así mismo se acentúa el papel de la sociedad civil organizada como actor clave para implementar “la Reforma Educativa  y la construcción del Modelo educativo”[10], aquí al parecer se le hace un reconocimiento implícito a Mexicanos Primero[11] por su decidida contribución para esta reforma. También se alude al poder legislativo aliado imprescindible en los pactos  para la reforma educativa.

Por medio del Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), se mantendrá actualizada la información del control escolar, movimientos de personal, registros de infraestructura, inventarios, plantillas de maestros, sustituciones o gestión de trámites. Esta información estará al alcance de supervisores, mandos medios y autoridades y es también un instrumento de vigilancia y seguimiento para los profesores.

Declaran tener “la confianza en el poder de la educación para propiciar los cambios de actitudes, de hábitos y de cultura que México está requiriendo. Para lograrlo, es necesario que el sistema educativo asuma el reto de transformarse a sí mismo”.[12] Lo que significa desde la perspectiva institucional utilizar el poder de la educación para redireccionarla hacia la pedagogía neoliberal.

Para finalizar los multicitados documentos se concluye que una educación de calidad definida como la “qué forma integralmente a las personas y las prepara para la época que es corresponda vivir” [13] es la mejor “inversión” para situar a “México en la ruta que nos permita vencer los desafíos que plantea el siglo XXI”.[14]

 

[1] Nuevo modelo educativo 2017, p. 170.

[2] Fayol Henry, Teoría clásica de la administración, fcaenlinea.unam.mx/2006 /1130/ docs/ unidad 4.pdf

[3] Sánchez Vázquez, Ética, pp.  22 y 57, Ed. Grijalbo, S.A.21° edición. 1979.

[4]  Modelo Educativo 2016, p. 73-74.

[5] Ibídem, p. 82

[6] Nuevo Modelo Educativo, 2017. P. 184

[7] INEE 25 de octubre de 2017, Seminario de la reforma Educativa: Avances y Desafíos,  dilemas en la gobernanza del sistema educativo, Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=71TnnjPgVds&index=4&list=PLEfeh51CWK7b_83pZpG7DqEUTRJdlWbro

[8] Dávila Morlotte, Mauricio, Jefe de la Oficina del Secretario de Educación Pública. Dilemas en la gobernanza del sistema educativo

[9] Gil Antón, Manuel, Dilemas en la Gobernanza del sistema educativo ¿gobernanza o parte de guerra?, Educación Futura, 26 de octubre de 2017.

[10] Nuevo Modelo Educativo 2017. p. 182

[11] En el Seminario Dilemas para la gobernanza, se alude a esta organización sin nombrarla  como  promotora y responsable única de la descalificación al magisterio, se expuso que las autoridades educativas nunca  han tenido discurso anti magisterial. Sin embargo en la misma sesión se hicieron comentarios negativos, por ejemplo del Dr.  Ornelas sobre “las garras del maestro”. Se consideró que la  oposición de los docentes a esta reforma se da por no poder vender plazas, afectar intereses creados, etc. No se respetan las argumentaciones de a la comunidad magisterial disidente,   ni a los académicos que no respaldan esta reforma.

[12] Modelo Educativo 2016, p. 74

[13] Ibídem  p. 87

[14] Ibíd. p. 88-89

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Educación, ni inclusiva ni de calidad

Por: Rodolfo Terragno

Unos la exigen y otros la reclaman: la «educación inclusiva y de calidad» va de boca en boca sin que nadie (o casi nadie) explique en qué consiste ni qué hacer para lograrla.

El acceso a la educación puede estar garantido a la población toda y, sin embargo, no haber inclusión. La política educativa no puede hacer mucho cuando la economía es frágil y la distribución del ingreso injusta. La inclusión educativa depende de la inclusión social.

A su vez, la calidad de la educación depende de la capacidad de los docentes, los métodos de enseñanza, las metas y los plazos que se fijen y las periódicas evaluaciones.

Es cierto que las mediciones internacionales, como PISA, TIMSS, PIRLS, tienen márgenes de error altos, entre otras cosas por las diferencias de idiosincrasia y condiciones políticas, económicas y sociales de los distintos países.

No obstante, si a lo largo de los años cierta medición muestra una constante y, más aun, otras mediciones son coincidentes, los resultados deben tenerse en cuenta. Sobretodo en materias universales como las matemáticas.

Hace años que, en matemáticas, los chicos de Singapur, Hong Kong y Japón superan a los chicos de la mayor parte del mundo. En el índice PISA, desde el año 2000. En el TIMSS, desde 1995.

Los métodos de esos países son similares.

Para ellos, el objetivo de las matemáticas es uno solo: la resolución de problemas. Nunca empiezan por lo abstracto (como lo son las fórmulas) sino que comienzan por la manipulación objetos, luego pasan a las representaciones gráficas y, sólo al final, a lo abstracto.

La misma estrategia ha adoptado hace poco Estonia, cuyos chicos figuran ya, en el último PISA, entre los diez primeros países en todo: matemáticas, ciencias y comprensión de textos.

En países como el nuestro es difícil seguir esos criterios.

Hay algo que conspira, tanto contra la inclusión como la calidad. Es la interferencia de la ideología. O de los prejuicios y slogans que muchos llaman ideología.

Por un lado, sostener que la distribución del ingreso debe ser justa, y relacionar los fracasos educativos con la pobreza, no es ser «de izquierda».

Tampoco es «de izquierda» sostener que la educación debe estar, principalmente, a cargo del Estado.

Un precursor de la escuela pública subrayó décadas atrás que «la sociedad está dividida entre aristócratas, que tienen la tierra y ocupan el poder, y los que no tienen fortuna», razón por la cual propició la constitución de «escuelas públicas y gratuitas, dondequiera que flamee la bandera» argentina. Escuelas laicas, «sin religión», a cargo de maestras que no fueran discriminadas, como en Estado Unidos, donde se capacitaba «a la mujer por razones pecuniarias», ya que «los maestros» costaban «caros», y las mujeres — que carecían de «profesiones» y tenían «vedados los otros empleos»– resultaban “baratas”.

El que sostenía todo eso no era precisamente un hombre de izquierda. Se llamaba Domingo Faustino Sarmiento. Sus idea quedaron plasmadas en una ley, la 1420, promulgada por alguien que era (aun menos) de izquierda: el Presidente Julio Argentino Roca, quien llegó a expulsar al nuncio apostólico y cortó relaciones con el Vaticano por la oposición de la Iglesia católica a la enseñanza laica.

Y así como los defensores de tales criterios no son “de izquierda”, tampoco son “de derecha” los que defienden los exámenes de ingreso o promoción, las evaluaciones y el re-entrenamiento de los docentes. Todo eso se practicaba en el mundo comunista y se practica en los países socialistas o socialdemócratas.

En América Latina, un Presidente que hizo ingresar a su país ALBA (la alianza promovida por Venezuela, que integran Cuba, Bolivia y Nicaragua) llevó a cabo en su país una reforma educativa que aquí muchos progresistas llamarían conservadora.

Rafael Correa, ex jefe de Estado de Ecuador, a cuyo impulso se sancionaron leyes que afectaban a los ricos, proclamaba que “cuando la oligarquía está de luto, el pueblo está de fiesta”. Él hacía esfuerzos por transformar (son sus propias palabras) “un Estado burgués en un Estado popular”.

Ese Presidente, a quien no se le podía llamar reaccionario, llevó adelante una reforma educativa impensada: Prohibió las huelgas de docentes.

Ligó los sueldos de los maestros a los méritos, no a la antigüedad.

Estableció que nadie puede enseñar sin un título universitario.

Creó, a ese efecto, una universidad para “formar formadores” e “importó” profesores europeos.

Subsidió la radicación de maestros provenientes de países que lideran los rankings de educación Impuso el examen de ingreso a las universidades.

Fijó cupos para cada carrera.

Introdujo evaluaciones periódicas a todos los niveles de la enseñanza.

Cerró 14 universidades que no alcanzaban los standards de calidad fijados por el Estado.

Claro que Correa fue demasiado lejos cuando, frente la resistencia sindical a las reformas, disolvió la Unión Nacional de Educadores. Salvo uno que otro exceso, inevitable, la reacción del gremio, como la de los estudiantes, no había violado la ley. Y el país no se había paralizado. No había escuelas tomadas ni manifestaciones violentas.

Una reforma tan profunda como la que impulsó Correa requiere del gobernante prudencia y paciencia.

Sin embargo, los objetivos del ex presidente ecuatoriano eran inobjetables. Y hace falta mucha decisión para evitarle a la sociedad una educación de mala calidad..

Como lo saben por igual los visionarios de izquierda y de derecha, un país en desarrollo debe adoptar políticas educativas muy audaces.

No es fácil, pero es imprescindible, terminar con el facilismo y las falsas ideologías.

Con tino y gradualismo, un gobierno realmente progresista debe aumentar las exigencias y tolerar las resistencias, para lograr así mejores educadores y mejores educandos. En definitiva, para hacer realidad el slogan. Educación inclusiva y de calidad.

Fuente: https://www.clarin.com/opinion/educacion-inclusiva-calidad_0_r1SiBxrkf.html

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