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Aula de prevención y resolución de conflictos

04 septiembre 2017/Fuente: Open Libra

Este libro presenta los resultados de un proyecto de innovación que identifca los problemas de conducta del alumnado de ESO y propone materiales para su prevención, tratamiento y erradicación, tales como absentismo, abandono, acoso, xenofobia y racismo.

Los objetivos del trabajo por tanto se centran en la disminución de la situaciones conflictivas, la reducción del absentismo escolar, el trabajo de las defciencias en ámbitos lingüísticos y científcos y el fomento de las normas de convivencia.

Para ello se propone material individualizado y fechas de refuerzo de las principales áreas y materiales específicos dedicados a la prevención de conflictos.

Para leer, descargue aquí: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Aula-prevencion-resolucion-conflictos.pdf

Fuente: https://openlibra.com/es/book/aula-de-prevencion-y-resolucion-de-conflictos

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Lo que robamos a los niños al ‘encarcelarlos’ en casa

Por: Jennifer Delgado Suárez

Los hijos se han convertido en trofeos para sus padres y, como todo trofeo que se precie, deben estar a buen recaudo, preferentemente entre las cuatro paredes de casa, donde supuestamente estarán seguros. De hecho, la tendencia a encerrar a los niños en el hogar para protegerles de los peligros que les acechan allá “afuera” es cada vez más preocupante.

Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos

Un estudio realizado recientemente ha desvelado que la mayoría de los niños pasa menos tiempo al aire libre que los reos en las cárceles. Esta investigación analizó los hábitos de 12.000 familias con hijos de entre 5 y 12 años y descubrió que a lo largo de diez países, los niños solo pasaban una media de 30 minutos al día jugando al aire libre.
Este estudio también desveló que en Estados Unidos casi la mitad de los niños y niñas en edad preescolar no salen a jugar fuera de casa todos los días. En el Reino Unido la realidad no es muy diferente: el 64% de los niños sale a jugar fuera de casa menos de una vez a la semana y el 20% nunca se ha subido a un árbol.
Curiosamente, los investigadores no encontraron ninguna relación entre el tiempo que los niños pasaban fuera de casa jugando y los ingresos económicos del hogar o la percepción de la familia sobre la seguridad del barrio. Esto significa que se trata de una tendencia generalizada que va mucho más allá del nivel socioeconómico. El problema de base es mucho más sencillo: la mayoría de los padres no quieren que sus hijos se suban a los árboles, persigan ranas, se ensucien con el barro o jueguen solos con otros niños.
Para poner estos datos en perspectiva, basta pensar que los internos de las prisiones de máxima seguridad de Estados Unidos salen al patio al menos dos horas al día. Es un derecho. Al igual que debería serlo para los niños. Pero los padres y las escuelas se lo están arrebatando, y pretenden que los pequeños ocupen ese tiempo con las pantallas.
De hecho, si les preguntamos a las personas de más de 40 años cuáles son sus mejores recuerdos de la infancia, la mayoría se referirán al juego y la diversión al aire libre. Sin embargo, muchos de los niños de hoy no tendrán esos recuerdos, o al menos no podrán darle forma a tantas memorias de ese tipo. En la actualidad solo el 21% de los niños sale a jugar todos los días al aire libre, aunque al 71% de sus padres sí se les permitía.
¿Por qué es tan importante que los niños jueguen al aire libre con sus coetáneos?
Existe un sinfín de buenas razones para que los niños pasen tiempo jugando al aire libre, preferentemente con sus coetáneos.
1. Aprenden a tomar decisiones, resolver problemas, autocontrolarse y seguir las reglas. El juego al aire libre, sin la supervisión de los adultos, es un excelente maestro para que los niños vayan aprendiendo a resolver los problemas que se presentan. De hecho, si quieren ser aceptados por el resto del grupo, también se verán obligados a controlar algunos de sus comportamientos y a seguir las reglas pactadas.
A medida que los niños negocian con sus coetáneos van aprendiendo a controlarse, tomar decisiones y resolver sus propios problemas. Se trata de habilidades fundamentales que les enseñan que ellos tienen el control de sus vidas, una sensación de empoderamiento que les protege de la ansiedad y la depresión, trastornos muy difundidos que suelen ser el resultado de la sensación de falta de control sobre la vida.
2. Aprenden a manejar sus emociones, incluyendo la ira y el miedo. En el juego al aire libre, sin la supervisión de los padres, a menudo los niños se meten en situaciones complicadas, tanto desde el punto de vista físico como social. Si quieren salir airosos, deben aprender a controlar sus emociones. Por ejemplo, es probable que la primera vez que un niño tenga que subirse a un árbol sienta miedo, pero muy pronto lo dominará, sobre todo si está delante de sus amigos.
De esta forma ese niño aprenderá a regular sus emociones y a tomar el mando. Aprenderá que hay situaciones que dan miedo pero que ese temor se puede vencer sin necesidad de sentirse ansioso o abrumado porque en realidad no hay ningún peligro. Este “entrenamiento emocional” natural le permitirá ir creando un arsenal de herramientas psicológicas que le serán muy útiles en su vida futura.
3. Aprenden a ser más creativos. Cuando los niños juegan fuera de casa se sienten más libres, por eso suelen apostar por juegos no estructurados que estimulan su fantasía, creatividad e inteligencia. Imaginar castillos en el aire, criaturas mágicas o convertir la rama de un árbol en una espada estimula las conexiones neurales y potencia el desarrollo del cerebro, sobre todo del hemisferio derecho.
Por otra parte, los juegos al aire libre les permiten explorar el mundo que les rodea y hacer nuevos descubrimientos sorprendentes. Las cosas que encuentran a su paso estimulan constantemente su fantasía ya que no son juguetes diseñados para un fin preciso, sino que pueden tener mil usos diferentes en función de cuánto dejen volar su imaginación. Por eso, los niños que pasan más tiempo en la naturaleza suelen fijarse más en los detalles y aprenden muy pronto a apreciar los pequeños placeres de la vida.
4. Aprenden a ser independientes y responsables. Cuando los niños están lejos de sus padres y estos no pueden fungir como mediadores ni resolver los problemas en su lugar, deben aprender a encontrar soluciones por sí solos. Esto significa que deberán valorar diferentes alternativas, probar distintas soluciones y quizá equivocarse, hasta que encuentren la respuesta que necesitan.
De esta manera los niños aprenden a ser autónomos e independientes, van tomando las riendas de su vida y desarrollan una mayor responsabilidad pues poco a poco van comprendiendo que sus decisiones tienen consecuencias, y que estas dependen casi exclusivamente de ellos. Así se formará un adulto consciente y seguro de sí.
5. Aprenden a apasionarse y a desarrollar intereses propios. En la escuela los niños no suelen elegir las actividades en las que se involucran, deben seguir a la letra el plan de estudios. Además, en muchas ocasiones se esfuerzan solo por alcanzar una buena calificación, un trofeo o una alabanza, pero no porque les interese realmente la actividad.
Al contrario, el juego libre es una oportunidad única para que los niños exploren sus intereses, sin ningún tipo de presión social. En este caso, los niños pueden abandonar la actividad cuando se aburran, porque el objetivo final no es alcanzar un resultado sino disfrutar de lo que hace. De esta forma los niños aprenden a apasionarse por lo que hacen, buscan sus pasiones y comprenden que más allá de los resultados, lo importante es disfrutar del proceso. Así escapan de las garras del «conclusionismo«.
6. Aprenden a hacer amigos y a llevarse bien con los demás. El juego social es una forma natural de hacer amigos y aprender a relacionarse con los demás de una manera justa. De hecho, como el juego es una actividad voluntaria y los niños pueden abandonarlos en cualquier momento si se sienten incómodos, muy pronto los pequeños comprenden que para divertirse necesitan a sus compañeros de juego y tratan de limar las asperezas que puedan surgir para seguir jugando.
Por eso el juego, sin la supervisión de los adultos, les permite a los niños entrenar sus habilidades sociales, desarrollar la sensibilidad y la empatía. Los pequeños aprenden muy pronto a detectar las emociones de los demás y a responder en consecuencia, modulando sus actitudes y comportamientos. De esta forma se estimula su inteligencia social, que es fundamental para tener éxito en la vida e incluso para evitar el acoso escolar.
7. Aprenden a ser felices. El juego no es solo una actividad desarrolladora sino que es una fuente de felicidad, satisfacción y bienestar. La mayoría de los niños se sienten felices jugando al aire libre con sus amigos. Cuando corren, juegan y están en contacto directo con la naturaleza sus sentidos se estimulan, lo cual genera sensaciones muy placenteras.
Por otra parte, este tipo de juegos les ayuda a liberar energía y, a la larga, genera una agradable sensación de tranquilidad. De hecho, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Cornell desveló que los niños que vivían en grandes ciudades y no solían estar en contacto con la naturaleza tenían niveles más elevados de estrés y ansiedad, en comparación con los pequeños que vivían en entornos rurales y salían a jugar a menudo, quienes también eran más resilientes ante la adversidad.
Por tanto, no les robemos a los pequeños estas increíbles experiencias, que son también una valiosa oportunidad para crecer. No olvidemos que los niños deben jugar, salir a la calle y ensuciarse, esa libertad les convertirá en adultos más seguros y felices

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/06/ninos-encerrados-en-casa.html

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“Los niños de hoy son inquisitivos, construyen preguntas de todo orden”

Por:  Marcelo Lorenzo

La expansión de la educación infantil es uno de los datos quizá más relevantes desde el punto de vista social y educativo. La temprana institucionalización de la niñez es un fenómeno que no deja de crecer.

Se trata de un giro de época de envergadura si se piensa que el hogar ha sido, en el pasado reciente, el escenario privilegiado donde ha tenido lugar la pedagogía infantil.

En Gualeguaychú, acompañando el desarrollo demográfico y los cambios sociales, se ha verificado en las últimas décadas una suerte de boom de los jardines maternales y de infantes.

Las “maestras jardineras”, principales agentes educadores del sector, egresan aquí del Instituto Superior de Perfeccionamiento y Especialización Docente (ISPED), donde la carrera de Educación Inicial demanda cuatro años de estudio.

Desde ese centro de formación se desarrollan distintas instancias de capacitación para sus egresadas y para docentes dedicadas a la formación de los más pequeños. Al respecto, el instituto anuncia para el 24 de agosto próximo un curso a distancia (reconocido por el C.G.E) a cargo de una especialista de renombre.

Se trata de la licenciada en Psicología Delia Azzerboni, que se desempeña como capacitadora y disertante a nivel nacional e internacional. Profesora de Nivel Inicial (Instituto “Sara C. de Eccleston”) Azzerboni tiene un vasto currículum profesional y es autora de investigaciones y libros cuyas temáticas se vinculan con la educación.

“Enseñanza y aprendizaje en Educación Inicial. Un espacio para analizar y recrear las prácticas educativas”, ése es el tema de la capacitación que dictará en Gualeguaychú, bajo el patrocinio del ISPED, casa de estudio que ya ha abierto las inscripciones para los interesados (pueden acercarse a Rivadavia 558, o consultar a través del teléfono 03446-428805 o por e-mail info@isped.com.ar )

ACTUALIZAR LAS PRÁCTICAS DOCENTES

– ¿Sobre qué va a versar el curso en Gualeguaychú para docentes de Nivel Inicial? ¿Qué aspectos viene a completar en su formación?

Azzerboni:- El curso a distancia que estamos ofreciendo en la provincia de Entre Ríos, y que puede cursar todo docente o directivo del Nivel Inicial, plantea contenidos que actualizan su visión, considerando la diversidad de la población de alumnos, familias y educadores, y pensando desde la perspectiva de la inclusión social y educativa. Hoy las escuelas necesitan transformar una visión de trabajo aislado y fragmentado, para mirar la realidad institucional desde el trabajo en equipo y reflexivo. Esto de manera de elaborar e implementar un proyecto institucional y áulico que respete a cada alumno, propicie trayectorias escolares satisfactorias y plenas desde una oferta de calidad, actualizada e innovadora. La profesionalización docente y el trabajo en escuelas que aprenden, es un requisito imperativo si verdaderamente se aspira a sostener un enfoque de la mejora de la calidad y del cambio requerido para responder a las demandas del siglo que corre. Revisar la práctica, profundizar el análisis del currículum, comprender a la comunidad, elaborar planificaciones desde una perspectiva lúdica, ampliar el repertorio de las estrategias de intervención docente, interpretar el paradigma que sostiene la evaluación educativa, son ejes que recorren los módulos de este curso a distancia. En este itinerario se aspira que los educadores amplíen, resignifiquen, transformen su formación, formación que nunca concluye si interpretamos la tarea docente desde una mirada profesional y crítica.

– Con respecto a la educación inicial se observa desde hace un tiempo un crecimiento del sector, tanto en el nivel oficial como en el privado ¿A qué obedece este fenómeno?

– El crecimiento que ha puesto de manifiesto el nivel desde hace más de tres décadas expresa la valoración educativa y social que se ha construido en función de la calidad de su oferta. Los aportes de diversas líneas de pensamiento psicológico, pedagógico, didáctico, y el trabajo interdisciplinario desde estos diversos paradigmas han producido una  valoración social que da sentido a la presencia de niños de diversas características étnicas, sociales, culturales, familiares, religiosas, de diversas nacionalidades y creencias. Esta diversidad se aloja respetuosamente en los jardines de infantes y maternales del Nivel Inicial. Los educadores han sabido incluir esta diversidad en sus propuestas educativas. La complejidad social ha impulsado además, a que las familias demanden una respuesta del Estado a las necesidades de educación requerida para sus hijos, ya sea que las madres trabajen o no. Se ha de reconocer que el trabajo femenino ha influido en la demanda del nivel, pero las familias diversas, renovadas, con estructuras no conocidas hace unos años, también valoran el nivel por los aprendizajes que los chicos construyen de manera planificada, sostenida y “andamiada” desde una planificación pensada para cada niño. Desde hace varios años las leyes educativas han ampliado la escolarización obligatoria. Esto responde no sólo a una demanda social, sino a la valoración que los especialistas le otorgan a la educación inicial.

– Desde el punto de vista pedagógico e institucional los llamados jardines de infantes tenían una posición marginal en el sistema educativo, como si fuesen su “cenicienta”. ¿Qué cosas han cambiado para que hoy adquiera este nivel un renovado protagonismo?– Verdaderamente esta nominación puede “circular” en algunos medios o espacios, pero no es una expresión que pertenezca a su historia. Como he expresado anteriormente, varias razones han puesto de manifiesto la valoración que se otorga al nivel. Múltiples variables han impactado en su protagonismo. Valor por sí mismo, no ser considerado pre-escolar, investigaciones que han revelado las múltiples diferencias en competencias y habilidades que tienen los niños que asisten al nivel a diferencia de quienes no lo hacen, expertos internacionales que han elaborado muchísimas producciones que dan cuenta del sentido auténtico del nivel. Éstas son algunas de las causas del protagonismo de la educación inicial.

DOCENTES PARA UNA NUEVA INFANCIA

– De acuerdo con los nuevos paradigmas educativos ¿cuál es hoy el perfil ideal del docente del Nivel Inicial? ¿Qué nuevas competencias debe poseer?

– No existe un docente ideal. Sí se puede hablar de docentes que se actualizan -como quienes realizan este curso a distancia- , instituciones profesionalizadas, directivos con competencias para asesorar a los docentes y promover el cambio, docentes que revisan su mirada sobre los alumnos de hoy, educadores que planifican con sus colegas para mejorar la propuesta intrainstitucional, docentes que incluyen nuevos recursos, nuevos instrumentos para evaluar, docentes que responden a la comunidad del siglo XXI. En otras palabras, docentes innovadores que entienden claramente que el cambio y el análisis crítico de sus prácticas son requerimientos del sistema educativo de hoy.

– De acuerdo con los cambios en la niñez, ¿cómo es el niño/a del siglo XXI que ingresa en forma temprana el proceso de escolarización?

– Los niños de este siglo son niños que construyen competencias múltiples en contextos diversos. Son inquisitivos, inquietos, interesados, construyen preguntas de todo orden que los llevan a conocer más, más y más. Sus aprendizajes corren al ritmo de todo ello. Se interesan por el medio, por lo que sucede, por lo que ocurre en su entorno entendiendo que hoy el entorno es el mundo. La virtualidad y las comunicaciones han transformado la vida del hombre. Los niños están en este mundo complejo, altamente tecnologizado y crecen y se desarrollan en este mundo. La inequidad, la desigualdad, la injusticia muchas veces es “moneda corriente” en los espacios de vida de muchos niños. También se enfrentan, en consecuencia, a situaciones de soledad, abandono y maltrato que los llenan de angustia y frustración. Son emocionalmente proclives a resistir o a fortalecerse frente a estas vivencias no siempre pertinentes para niños pequeños. Por eso la importancia de una educación inicial que acoja emocional y cognitivamente a su población, para garantizar que se los considere respetuosamente desde una perspectiva íntegra.

Fuente: http://www.eldiaonline.com/los-ninos-hoy-inquisitivos-construyen-preguntas-orden/

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¿Cómo son los niños de alta capacidad? Un perfil aproximado

Por: Javier Tourón

Cada uno es cada uno, de esto no cabe duda. Es más, cada uno es único e irrepetible, tiene su propia familia, historia, gustos, intereses, etc. Vamos que ¿si no hay dos personas iguales qué sentido tiene este título?.

Pues lo tiene. Habiendo hecho la precisión anterior, ahora puedo señalar que hay unas características típicas relativamente comunes a todos los alumnos de alta capacidad, que se dan en éstos en diverso grado o con diferente intensidad, que algunas pueden estar presentes y otras no tanto… Vamos que, por seguir un simil médico, podemos decir que no hay enfermedades si no enfermos.

Utilizando otra aproximación terminológica podríamos decir que la manera de expresar fenotípicamente las características propias de un determinado genotipo serán distintas por la intervención del ambiente.

Hay muchos repertorios de características propias de los niños más capaces y con talento. Aquí os ofrezco una primera aproximación, que no será la única que os ofrezca, que he adaptado y traducido de un libro relativamente reciente de Webb y colaboradores (2007), cuya portada y dirección de acceso os incluyo en la fotografía.

A los padres os pueden dar pistas, pero a los profesores también. Son una pequeña relación que ampliaré en unos días al presentaros unos cuestionarios específicos que se utilizan en la nominación (así se llama) que padres, profesores, o compañeros pueden llevar a cabo respecto a los niños más capaces.

Un conjunto de 21 características comunes a los niños más capaces podría ser este:

  • Estado de alerta inusual ya en la infancia
  • Aprendices rápidos, capaces de relacionar ideas con rapidez
  • Retienen mucha información y suelen tener buena memoria
  • Vocabulario inusualmente amplio, uso de estructuras oracionales complejas para la edad
  • Comprensión avanzada de los matices de las palabras, metáforas e ideas abstractas
  • Les gusta resolver problemas que involucren números y acertijos
  • En gran parte autodidactas, leen y escriben ya en su edad preescolar
  • Inusual profundidad emocional, intensos sentimientos y reacciones, muy sensibles
  • El pensamiento es abstracto y complejo, lógico e intuitivo
  • El idealismo y el sentido de la justicia aparecen a una edad temprana
  • Gran preocupación por temas sociales y políticos y por las injusticias
  • Atención más prolongada, persistencia en la tarea y concentración intensas
  • Preocupados por sus propios pensamientos, sueñan despiertos
  • Impacientes consigo mismos y con las incapacidades de los demás o su lentitud
  • Capacidad de aprender las habilidades básicas más rápidamente con menos práctica
  • Hacen preguntas de indagación, van más allá de lo que se les enseña
  • Amplia gama de intereses (aunque a veces extremo interés en una sola área)
  • La curiosidad altamente desarrollada; preguntas ilimitadas
  • Gran interés por experimentar y hacer las cosas de manera diferente
  • Tendencia a relacionar las ideas o las cosas en formas que no son corrientes u obvias (pensamiento divergente)
  •  Agudo y a veces inusual sentido del humor, sobre todo con juegos de palabras

Si crees que tu hijo o tu alumno tiene en cierto grado muchas de estas caracteristicas, quizá sea el momento de que un especialista evalúe su capacidad intelectual. Ya sabes, el talento que no se cultiva…puede perderse. Pero para poder intervenir es preciso antes evaluar.

Fuente: http://www.javiertouron.es/2012/05/como-son-los-ninos-de-alta-capacidad-un.html

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El mejor regalo para los niños es nuestro TIEMPO

Por: Jennifer Delgado Suárez

 – Porque yo no tenía suficiente, pero ahora sí, –contestó entusiasmado. – Papá, ahora tengo 100$. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, hoy ven a casa temprano, me gustaría jugar y cenar contigo.
 
El padre se sintió acongojado. Abrazó a e su pequeño hijo y le suplicó que le perdonase.
Recordemos que la mejor inversión de nuestro tiempo es en la familia, en las personas que tenemos a nuestro lado y en nuestros corazones. Si el día de mañana morimos, en pocos días habría alguien reemplazándonos en el trabajo; pero para la familia y los hijos que dejamos atrás, será una pérdida eterna. Valora el tiempo que pasas con los tuyos, porque no hay nada más valioso. Y asegúrate de transmitirle a tus hijos cuánto les quieres.

No basta con querer, es necesario demostrar ese cariño

1. Apaga el móvil. Cuando llegues a casa, apaga el móvil y dedícale a tus hijos al menos media hora. Los pequeños se sentirán muy satisfechos de saber que tienen tu completa atención, sin que te distraigas con los mensajes. De hecho, el 33% de los niños se quejan de que sus padres siempre están con sus móviles. Brindarles una atención plena hará que cada minuto valga la pena. Así le estás diciendo que para ti, son muy importantes.
2. Apaga el televisor y todos los dispositivos a la hora de las comidas. Cuando toda la familia se sienta alrededor de la mesa, es importante que nada compita por la atención de los padres y los niños, como los anuncios de la televisión o los mensajes entrantes. Alrededor de la mesa se pueden crear momentos muy agradables, además de que desconectar todos los dispositivos os permitirá disfrutar más de los platos y de la compañía.
3. Haz que la hora de acostarse sea un momento mágico. Los niños pequeños, sobre todo, crearán preciosos recuerdos de esos minutos en los que le arropas en la cama y le lees una historia. No solo es reconfortante sino que también crea una conexión íntima muy especial y además, la lectura estimulará el desarrollo cerebral de los niños.
4. Que no falten los besos, abrazos y caricias. Los niños necesitan el contacto físico, sobre todo cuando son pequeños. A través de los besos, abrazos y caricias les demuestras tu amor y cariño. De hecho, los beneficios de los abrazos son enormes y estimulan la producción de neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, que le harán sentir relajado y potencian la confianza y la conexión emocional. Un niño que se siente amado, será un niño que se ama y se estima, que no se avergüenza de mostrar su afecto.
5. Háblale mirando a los ojos. La mejor manera de comunicarse con los niños es mirarlos directamente a los ojos. El contacto visual es muy importante porque logra captar su atención, que durante los primeros años suele ser difusa. Además, también permite establecer una conexión más personal. Por eso, cuando los niños son pequeños, es conveniente que los padres siempre se agachen para hablar con ellos, de esta manera quedarán a su nivel.
6. Involúcrále en la toma de decisiones. Muchos padres creen que sus hijos son demasiado inmaduros para decidir. Si bien es cierto que no tienen mucha experiencia de vida, eso no significa que no tengan sus gustos y preferencias. Por tanto, siempre que puedas, pídele su opinión sobre aquellas decisiones que le afectan. Así el niño se sentirá valorado y desarrollará una autoestima sana, de manera que en el futuro será una persona más segura de sí, que no permitirá que los demás decidan en su lugar.
7. Solo juega. Uno de los recuerdos más bonitos de la infancia se refiere al juego. Aunque los niños crezcan y tengan compañeros de juego, el placer de jugar con los padres no se puede substituir. Curiosamente, muchos niños afirmaban que sentían que sus padres hacían demasiadas cosas y tenían las jornadas demasiado programadas. A veces, hay que dedicar un tiempo solo a jugar y divertirse, sin ningún plan, dejando que todo fluya. De hecho, jugar no solo es positivo para los niños sino también para los padres ya que les ayuda a aliviar la tensión y olvidarse de las preocupaciones cotidianas.
8. Déjale pequeñas muestras de amor. No hay que tener un motivo para decirle a tu hijo que le quieres. No te canses de decírselo y déjale pequeñas muestras de cariño. Escríbele notas simpáticas, hazle pequeños regalos hechos por tus propias manos… De esta forma el niño también aprenderá a valorar los pequeños detalles.
9. Celebra sus logros y su esfuerzo. Jamás demerites sus logros, por pequeños que sean, celébralos y anímale a que se siga esforzando. No obstante, recuerda que algunos elogios pueden destruir la autoestima infantil, por lo que es esencial que le des importancia al esfuerzo realizado, más que a las capacidades de base. Este es uno de los mayores regalos que puedes hacerle para la vida.
10. Disciplina con amor. Los niños necesitan ciertas reglas y normas ya que estas no solo lo mantienen seguro sino que también le dan un sentido a su mundo y le indican qué se espera de él. No obstante, debes asegurarte de castigar el mal comportamiento, no al niño. Jamás condiciones tu amor a sus comportamientos con frases como “si eres un niño malo, no te querré más”. Hazle saber que le quieres, aunque lo que ha hecho está mal. Es posible disciplinar con amor.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2017/05/gestos-cotidianos-ninos-amados.html

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La negligencia emocional sufrida en la infancia crea adultos poco asertivos

Por: Jennifer Delgado Suárez

La asertividad es una competencia esencial para la vida. No solo nos evitará numerosos problemas en el ámbito de las relaciones interpersonales sino que también nos permitirá perder menos la paciencia y vivir de manera más equilibrada y relajada. De hecho, Anthony Robbins afirmó que «la forma en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos, en última instancia, determina la calidad de nuestras vidas«.
La asertividad no es más que la capacidad para hacer valer nuestros derechos con claridad de manera adecuada, sin ser demasiado pasivos ni muy agresivos, respetando a su vez los derechos de los demás.
Sin embargo, aunque parece muy sencillo, ponerla en práctica es un poco más complicado. De hecho, la mayoría de las personas que nos rodean no son asertivas, o lo son en muy poca medida. ¿Por qué?
En muchos casos la razón se encuentra en su infancia. Si hemos crecido en un hogar donde se practicaba la negligencia emocional, donde las emociones eran ignoradas o incluso castigadas, simplemente no hemos tenido la oportunidad de desarrollar la asertividad.

Tus 10 derechos asertivos

1. Tienes derecho a juzgar tu propio comportamiento, pensamientos y emociones, así como asumir la responsabilidad por ellos.
2. Tienes derecho a no ofrecer excusas ni explicaciones por tus decisiones.
3. Tienes derecho a decidir si asumes la responsabilidad de resolver los problemas de los demás.
4. Tienes derecho a cambiar de opinión.
5. Tienes derecho a cometer errores, y asumir las consecuencias.
6. Tienes derecho a decir “no lo sé”.
7. Tienes derecho a actuar independientemente de la “buena voluntad” de los demás.
8. Tienes derecho a tomar decisiones ilógicas.
9. Tienes derecho a decir “no lo entiendo”.
10. Tienes derecho a decir “no me interesa”.
Sin embargo, las personas cuyos padres pensaban que expresar las emociones era algo negativo, probablemente no serán conscientes de sus derechos. Si tus padres ignoraban o incluso castigaban tus expresiones emocionales, te habrá llegado el mensaje de que tus sentimientos, emociones y necesidades no cuentan.
Por tanto, quizá a menudo te descubres diciéndote frases como: “no hables de cosas negativas”, “no puedes dejar que los demás sepan cómo te sientes o qué piensas en realidad” o “no provoques alteraciones”. Estas frases seguramente provienen del discurso de tus padres, pero se han enquistado tanto en tu inconsciente que siguen determinando tu comportamiento, aunque hayas crecido.

Los resultados de la negligencia emocional en la adultez

La negligencia emocional es la incapacidad para responder adecuadamente a las necesidades emocionales de los niños. De hecho, una de las tareas fundamentales de los padres es, precisamente, validar las emociones de sus hijos y enseñarles a encauzarlas de la manera más adecuada. Los padres son el modelo emocional de sus hijos, son las personas en quienes estos se reflejan y buscan apoyo cuando se encuentran desorientados.
Si los padres no son capaces de reconocer esas emociones o cuando estas afloran les restan importancia a través de frases como “no hay motivos para llorar” o “no ha pasado nada”, le estarán diciendo al niño que su reacción, que es completamente normal y comprensible, no es adecuada. Como resultado, ese pequeño no sabrá qué hacer, por lo que se convertirá en un adulto que:
– No confía en sus emociones e instinto, ya que le han enseñado a ocultarlos e ignorarlos.
– Tiene dificultades para reconocer sus emociones y sentimientos ya que nunca fueron validados.
– Tiene problemas para expresar de forma asertiva sus emociones, por lo que asume posturas extremas: permite que los demás le pisoteen o se muestra muy agresivo.
– Desarrolla una baja autoestima pues cree que no es digno de ser amado.
– Experimenta sentimientos de culpabilidad y cree que no tiene derecho a ser él mismo.

Las bases para desarrollar la asertividad en cualquier etapa de la vida

– Aprender a reconocer las emociones propias y etiquetarlas. Saber exactamente cómo te sientes y por qué te ayudará a gestionar mejor esas emociones, de manera más asertiva.

– Ser consciente de tus derechos como persona, sabiendo que mereces ser tratado con respeto. Y ser consciente de que los demás merecen lo mismo.

– Valorar las opiniones de los demás, sabiendo que podemos disentir sin juzgar ni menospreciar al otro. Y exigir lo mismo a cambio.

– Desarrollar una autoestima sana, comprendiendo que los errores no disminuyen tu valía sino que son oportunidades para crecer. De esta forma no te sentirás amenazado por los demás y no responderás de manera agresiva ni dejarás que te pisoteen.

Por supuesto, también será de gran ayuda aprender algunas técnicas asertivas, para lidiar con las situaciones más complicadas.

En el caso de los niños, para desarrollar la asertividad es fundamental que los padres aprendan a respetar su individualidad y sus opiniones, aunque puedan parecer infantiles o poco prácticas. Estas preguntas podrán obrar milagros para educar a un niño seguro y asertivo:

– ¿Qué piensas?
– ¿Cómo te sientes?
– ¿Qué necesitas?
– ¿Qué tienes que decir?

De esta manera los niños aprenderán a:

– Descubrir lo que sienten y necesitan.
– Saber que sus emociones y necesidades son importantes
– Expresar sus emociones y necesidades de manera que la otra persona les respete.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2017/01/la-negligencia-emocional-sufrida-en-la.html

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Niños de 0 A 3 ¿En casa o en la escuela?

Por: Carina Farreras

La crianza de los ­niños pequeños vuelve a suscitar azoradas discusiones políticas. Con el fracaso de la Lomce, la malhadada ley del PP, el Gobierno ha propuesto un pacto nacional por la educación en el que algunos profesionales proponen la universalización y gratuidad de la escolarización en cualquier edad.

En Catalunya, el debate propuesto por la Conselleria d’Ensenyament, Ara és demà, recoge la posibilidad de adelantar a los 2 años la entrada de los alumnos a las escuelas de forma que se acorte el periodo más duro de conciliación laboral de los padres y se den oportunidades educativas tempranas a los más desfavorecidos.

La educación obligatoria se inicia en nuestro país a los 6 años, pero la Administración garantiza las plazas en centros a partir de los 3 años. Esta estructura acaba influyendo: más del 95% de la población infantil está escolarizada en su tercer cumpleaños, frente al 55% de los niños de 2 años. A punto de conocerse las conclusiones del Consell Escolar, cristaliza la idea de pedir la garantía del P2 y ampliar los conciertos económicos.

Finalmente, el tercer debate se focaliza en Barcelona. El Ayuntamiento acaba de abrir un proceso participativo social. Este es, de todos los debates, el que da altavoz a fórmulas nuevas ya existentes que conectan con nuevas demandas sociales realizadas por una generación de padres y madres de la ciudad, muchos de los cuales reivindican o buscan fórmulas de trabajo más sostenibles con el periodo de la crianza y piden una estructura del sistema más flexible que la actual. En espacios, horarios, servicios… En octubre se elaborarán las conclusiones para empezar a implementar medidas el próximo año.

Hasta los 2 años: Médicos y psicólogos coinciden con las políticas de países más ricos: mejor en casa

Desde el punto de vista de salud física y mental, los especialistas consideran que hasta los 2 años los niños crecen mejor en el hogar, cuidados por sus padres o por referentes familiares, sin que se ponga en cuestión la buena labor que realizan las guarderías. Los países europeos con mayor renta no ofrecen servicios educativos hasta los 3, 4, 5 o incluso 6 años (Alemania, Irlanda, Grecia, Holanda, Finlandia y Suiza), y las familias reciben ayudas económicas o profesionales para facilitar la crianza en sus primeros años, con espacios de contacto con otros niños. Se ofrecen permisos a los padres de hasta 68 semanas (Suecia) o 52 (Reino Unido). Y existe mayor flexibilidad laboral.

La doctora Amalia Arce, portavoz de la Societat Catalana de Pediatria, explica que la maduración del sistema inmunitario del bebé aumenta con la edad, así como su autonomía. Un crío de 2 años puede exponerse con menos riesgo a los gérmenes que un bebé de menos edad, y la protección aumenta con cada año de vida ganado.

“Desde el punto de vista emocional y psicológico, si sólo pensamos en el niño, y no en las necesidades de las familias, donde mejor está es en casa”, apunta Silvia Blanch, doctora en Psicología de la Educación y coordinadora de Educación Infantil de la UAB, que subraya la excepción de aquellos niños que requieren estímulos afectivos y educativos para progresar. También resulta aconsejable para aquellos que hablan otra lengua. “Cuanto antes sea la integración, mejores serán sus posibilidades de éxito”, apunta.

Los centros se aconsejan en niños que reciben pocos estímulos afectivos o culturales

“En Catalunya, muchos niños de 7 años son maduros como escolares. Saben leer, resuelven operaciones matemáticas… pero son infantiles emocionalmente: siguen tomando biberón, se hacen pipí en la cama y no saben frustrarse”, afirma Blanch, que se pregunta si ciertas exigencias, como no llevar pañal a los 3 años, convienen más al centro escolar o al niño. “Si creamos un P2, generaremos la necesidad de matricularlos para que no pierdan plaza en el lugar que los padres quieren que se eduque y aceleraremos aún más su ilia de un contexto desfavorecido, emocionalmente inestable o culturalmente pobre, antes se garantiza smaduración”.

La equidad y la conciliación

El enfoque sobre cuáles son las condiciones ideales para criar a los niños, si en casa o en centros educativos o sociales, plantea, inevitablemente, dos grandes cuestiones. Por una parte, la necesidad de la conciliación laboral y familiar, que sigue incidiendo especialmente en la vida laboral de muchas mujeres. Por otra, la cuestión de la equidad. Está demostrado que cuanto antes se escolarice un niño nacido en una fam

u éxito escolar. Es por ello que muchos profesionales y organizaciones como Unicef proponen la universalización de la escolarización infantil 0-3.

Para muchos expertos, estos condicionamientos sociales de tanto peso no deben ocultar el bien que perseguir, el bienestar del niño, lo que el Parlamento europeo definió en el 2006 como “parentalidad positiva” en el sentido de que es deber de la comunidad acompañar a los padres en su tarea de crianza.

Los centros. Menos rigidez en horarios y más presencia de padres

“En la parentalidad positiva hay que preguntarse qué necesitan los padres”, cuestiona Blanch y “apoyarles en esa decisión”. Actualmente el recurso más utilizado para los niños de 0 a 3 años son las guarderías, que resultan escasas para la demanda, especialmente en Barcelona. “Estos centros están muy profesionalizados, ofrecen los estímulos educativos adecuados a cada edad y dan un marco de estabilidad a las familias”, apunta Blanch.

Además, avanzan en innovación pedagógica. Pero las asociaciones de padres se quejan de las ratios de maestros con niños (de 8 niños por maestro antes del año y de 20 a los dos años) y de la barrera que significa la puerta de entrada a la escuela que les separa de sus hijos, independientemente de su estado emocional. Y lamentan la rigidez de horarios que imposibilita combinar distintas posibilidades a las que podrían acogerse aquellos que trabajan en horarios no matinales o días sueltos a la semana.

“Habría que preguntarse si resultaría más conveniente que la etapa infantil se realizara en el mismo centro, de modo que el niño, entrara a la edad que entrara, terminara con 5 o 6 años”, recomienda Jaume Blasco, autor del informe sobre la pequeña infancia de la Fundación Jaume Bofill.

En Barcelona, el Ayuntamiento ha anunciado que abrirá nuevas guarderías públicas en dos años. Junto a estos centros se instalarán “espacios familiares”, de los que ya existen cuatro públicos en la ciudad. Se trata de un recurso socioeducativo que permite a los padres con niños encontrarse con otras familias dos días a la semana.

Al margen del mercado regulado, existen otras iniciativas comunitarias, como los grupos de crianza. “Se trata de padres que se autogestionan en el cuidado de sus hijos, usando locales o los bajos de una casa”, indica Blasco. Están en el Raval, en Sant Martí, Sants, Gràcia… Comparten convicciones sobre el cuidado de los niños (próximos al colecho y a la educación libre). En algunos grupos están siempre los padres, pero en la mayoría se alternan los progenitores en el cuidado de todos los niños.

Estas organizaciones no cuentan con la transversalidad de los espacios familiares (no hay inmigración ni planteamientos de vida excesivamente distintos) ni con la estabilidad. Pero los miembros comparten un interés pedagógico alto y contratan charlas sobre temas concretos. “Son alegales y de difícil reconocimiento por parte de la administración pública que, en el caso de la municipal, sí se plantearía su apoyo”.

En situación similar se encuentran las madres de día (hogares de crianza) que dan atención a un grupo de bebés (cuatro como máximo) de diferentes edades. Suelen tener una titulación educativa y ofrecen el ambiente de un hogar con una persona de referente. Presentan el problema de la alta rotación de niños y la dificultad para que cuadren los ingresos del cuidador.

Están en revisión las ratios, los horarios y las propuestas de espacios de crianza

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170529/423018906283/ninos-crianza-casa-escuela.html

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