Por Pluma Invitada
Escoger la escuela adecuada para los hijos es una de las grandes preocupaciones de los padres de todo el mundo, pero ¿sirven para algo los rankings basados en pruebas tipo test?¿Reflejan la realidad escolar estas clasificaciones?¿Qué se puede hacer para cambiar una escuela con problemas más allá de estas listas?
Portugal, un país que mide a sus escuelas
En muchas partes del mundo, las clasificaciones escolares se basan en los resultados de un exámen que se realiza a escala nacional . Sin embargo, muchas personas critican este método, que suele situar a las escuelas privadas en la zona alta de la tabla: http://expresso.sapo.pt/sociedade/2015-12-12-Em-que-lugar-ficou-a-sua-escola—Veja-o-ranking-de-1.
Cada día, Carla Sousa, prepara el desayuno a su hija Catarina antes de llevarla a la escuela a la que ella también fue de pequeña. Su elección ha sido el centro de educación primaria y secundaria de Cerco: http://www.aecerco.pt/index.php, un barrio conflictivo de Oporto. Carla eligió este colegio para todas sus hijas, aunque ahora vive en otra zona de la ciudad y aunque la escuela está, desde 2010, a la cola de la clasificación que publica el gobierno portugués. Carla no se fija en los rankings:
“No me preocupa en absoluto. Para mi lo importante es que mis hijas se sientan bien en el centro y ellas están sacando buenas notas. Hacen sus deberes en casa y eso se refleja en el cole. El puesto que ocupe la escuela no me preocupa lo más mínimo”
Catarina, la hija más pequeña de Carla estudia Ciencia y Tecnología en su décimo año de escolarización. También se beneficia de una beca que le permite estudiar música. A pesar de ser la escuela peor valorada por el gobierno, ella también está contenta aquí, y no cree que el problema sea el proyecto educativo, sino la falta de motivación de muchos estudiantes:
“En general, hay muchos compañeros que no estudian, que no se esfuerzan, pero también los hay que tienen una buena media y pueden acceder a la Universidad para estudiar Medicina, Ingeniería o Derecho.”
El director del colegio, Manuel António Oliveira, relaciona esta falta de motivación en muchos estudiantes con la pobreza y el paro que afectan a sus familias que además, no valoran el papel de la educación. Por eso él considera que los rankings nacionales de escuelas no tienen sentido alguno:
“No podemos ignorar estas clasificaciones, aunque estemos en una área de de intervención educativa especial, pero no se puede comparar lo que es incomparable. Por ejemplo, cuando hablamos de escuelas y colegios privados está claro que hablamos de cosas radicalmente diferentes, porque las privadas escogen a sus alumnos y sus profesores y diseñan un proyecto educativo a su medida”
En la cúspide de este ranking de escuelas, basado fundamentalmente en los resultados de los exámenes que realiza el Estado, se encuentra una escuela privada que también está en Oporto, pero en uno de los barrios más distinguidos de la ciudad. Pero aunque ellos encabezan la lista, su directora no está de acuerdo con los criterios que se aplican y en los que básicamente se tiene en cuenta la información aportada por el Ministerio de Educación: http://observador.pt/2015/12/12/secundario-escolas-privadas-nos-lugares-topo-dos-rankings/
Maria Teresa Nogueira es la directora de Nuestra Señora del Rosario:
“Es injusto establecer criterios únicamente académicos, porque los estudiantes son mucho más que eso. Comparar criterios académicos entre escuelas públicas y privadas puede ser injusto y creo que, de hecho, lo es. Nosotros, el sector privado, nos beneficiamos de condiciones que nos son favorables para conseguir mayor éxito escolar”
El colegio privado Nuestra Señora del Rosario: http://www.colegiodorosario.pt/CNSR/default.aspx ofrece un profesorado y un modelo educativo integral, que incluye actividades extraescolares y proyectos educativos opcionales. Los estudiantes se sienten privilegiados por estar en este centro de precios privativos y creen que es la mejor inversión para su futuro.
Carolina Magalhães Silva es una adolescente que estudia desde pequeña aquÍ:
“Claramente sí, porque me ayuda también a desarrollarme como persona y todo lo que tengo aquí me abrirá puertas en el futuro, algo que no pasaría si estuviera en otra escuela”
Una escuela hecha para ganar: la directora está convencida de que aquí se están forjando los líderes del mañana
Alemania, una revolución dentro de las aulas
¿Es posible transformar una escuela con alto fracaso escolar en otra donde predomine el éxito? ¿Qué medidas deben tomarse para aumentar el rendimiento académico? En Alemania existe un buen ejemplo:
En Gropiusstadt, un barrio desfavorecido berlinés en el que había una escuela con mala fama en la que todo eran problemas.
Violencia, profesores desbordados y alumnos que se saltaban las clases. El director, Reinald Fischer , recuerda aquellos tiempos difíciles.
“Lo que sucedía en la vida privada de los alumnos o fuera del colegio lo condicionaba todo, los profesores sólo trataban de corregir problemas y lidiaban con los diferentes grupos que se habían formado y que se peleaban entre ellos.”
Cuando las cosas no podían ir peor, los padres se reunieron para tratar de abordar la situación y poner punto final a los problemas. Y surgió una idea que empezó a cambiar las cosas: la escuela primaria vecina integró a la antigua escuela secudaria y se creó un nuevo campus común. De esta manera, nació una escuela integral. La cooperación con los trabajadores sociales también se estrechó y las relaciones entre profesores y alumnos volvieron a su cauce.
Guido Beneke es trabajador social:
“Se podría decir que lo cambiamos todo de arriba a abajo. Una escuela que estaba a punto de cerrar se convirtió en una interesantísima experiencia educativa en la que se probaban todo tipo de iniciativas y en la que todos remábamos en la misma dirección”
El barrio sigue siendo un lugar difícil donde la pobreza infantil hace mella. Más del 75% de los padres no se puede permitir dedicar 100 euros anuales al material escolar de sus hijos.
El director del centro nos explica otra de las medidas:
“Intentamos contratar a profesores motivados con este proyecto, con el campus global y que creyera en el trabajo en equipo por el que apostamos aquí.”
El 80% de los profesores del centro fueron reemplazados por otros como Erkan Karakaya, que viene del sur de Alemania, donde en general existen mejores salarios y menos tensiones.
“El hecho de que lo estaban revolucionando todo en este centro fue para mí determinante. Yo vengo de un sistema educativo mucho más conservador, la mayoría de las escuelas rechazan cualquier tipo de cambio y aplican una y otra vez los mismo modelos educativos.”
Karakaya puede aplicar aquí lo que aprendió sobre terapia del desarrollo, con el objetivo de mejorar también el comportamiento socio-emocional de los niños con necesidades especiales . Su nueva escuela está lejos de la educación tradicional, y aquí, por ejemplo, son los niños los que pintan su propia clase.
“Son bastante impulsivos, por decirlo de alguna manera, así que nos acercarmos a ellos de manera diferenciada para adaptarnos a su manera de trabajar”, dice el profesor Karakaya
Con el nuevo cuerpo docente se trabaja con el gurpo de una manera radicalmente diferente, hay un profesor responsable de cada grupo de edad, que les infunde respeto y confianza mutua, algo que a todas luces se echaba mucho en falta antes, como recuerda uno de los alumnos, Jasim Ljuma:
“Tenemos nuevos profesores saben mucho mejor cómo liderar al grupo. Son más simpáticos pero sobre todo ahora se respeta mucho más su trabajo.”
Y el próximo paso que hará el proyecto aún más interesante ya está en marcha: a un tiro de piedra del campus, pronto acabará de construirse un Instituto.
El director, Reinald Fischer, no se conforma:
“Estos son los objetivos, de aquí a cinco años esperamos ofrecer un concepto global educativo, bien planificado y financiado, eso es lo que tengo en mi cabeza de aquí a cinco años.”
Un proyecto que no tiene por qué tener fin: las intervención educativas con éxito y el desarrollo dinámico de los centros no debe ser sólo una opción en los contextos socioculturales más castigados.
Fuente: http://es.euronews.com/2016/08/12/los-rankings-de-escuelas-sirven-para-algo