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Entrevista a Francisco Erice: «Pensamientos y lenguaje no forman un mundo aparte, son ‘expresiones de la vida real’»

El profesor Francisco Erice es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Oviedo y miembro de la Sección de Historia de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM)

En los últimos años ha centrado sus investigaciones en los problemas de la memoria colectiva, la historia del comunismo y la historiografía. Fruto de ello son libros como Guerras de la memoria y fantasmas del pasado. Usos y abusos de la memoria colectiva (2009) y Militancia clandestina y represión. La dictadura franquista contra la subversión comunista, 1956-1963 (2017), así como numerosos artículos en revistas y capítulos en obras colectivas.

En Siglo XXI de España, Erice ha publicado E.P. Thompson. Marxismo e historia social (2016, junto a José Babiano y Julián Sanz, (eds.) y un capítulo en Historiografía, marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad (2018, José Gómez  Alén, ed.) y En defensa de la razón (2020). En este último libro centramos nuestra conversación.

Son muchas las cuestiones que sugieren tu último libro. Tendré de dejar muchas de ellas en el archivo de “Preguntas pendientes”. Sobre el título: “En defensa de la razón”. ¿Qué razón defiendes en tu libro?

No, evidentemente, la “razón instrumental” tal como la percibe Adorno, como mecanismo de opresión; ni la posición ingenua de quienes identifican razón con “diálogo” (Habermas, Rawls). El libro defiende la razón como instrumento de conocimiento (racionalismo gnoseológico) y como fuente de orientación práctica (racionalismo psicológico, frente a la emoción y la mera voluntad). Filosóficamente -si se me permite la petulancia, porque no soy filósofo profesional- se situaría en la perspectiva de Marx, heredero y superador del racionalismo ilustrado y defensor del conocimiento racional del mundo vinculado a la acción para transformarlo. Políticamente, estaría en línea con lo que Gramsci llamaba reabsorber “las pasiones elementales del pueblo”, sin ignorarlas, dentro de una explicación del mundo “científica y coherentemente elaborada”; o lo que Hobsbawm invocaba al hablar de una “izquierda racional”, capaz de sobreponer la “razón de izquierda” a la “emoción de izquierda”, analizando la realidad y planteando no sólo lo que es -emotivamente- deseable, sino lo que resulta -racionalmente- posible.

El movimiento socialista revolucionario siempre interpretó, tal vez ingenuamente, la emancipación social como triunfo de la razón; recuérdese aquello de “la razón en marcha” de la letra del himno La Internacional.

Recuerdo bien esa razón en marcha. ¿Y por qué hay que defender la razón en nuestros días? ¿Sigues la estela del Lukács de El asalto a la razón? ¿Algún paralelismo?

Defender la razón es defender, como decía Marcuse, la posibilidad de actuar sobre la base del conocimiento y de “dar forma a la realidad conforme a sus potencialidades”. Como se dice en la Introducción del libro, de Lukács creo que debe rescatarse la idea de la existencia de al menos “afinidades electivas” entre irracionalismos y reaccionarismo político, pero su crítica resulta -como es sabido- demasiado rígida y mecánica, con excesivas influencias del estilo de pensamiento de la “guerra fría”. Yo volvería de nuevo a Hobsbawm y su conferencia “El desafío de la razón. Manifiesto para la renovación de la historia”, que arremete precisamente contra el irracionalismo posmoderno en el campo de la Historia. O a la extraordinaria Vida de Galileo de Brecht, que defiende la realidad (al menos la necesidad o posibilidad) de que los que trabajan con sus manos comprendan mejor el porqué de las cosas (que “nada se mueve si no es movido”). La razón aparece aquí como solidaria de la emancipación intelectual y social.

Acabas de citar a Brecht. Abres el libro con una cita de la Vida de Galileo precisamentehay mucho Brecht en tu libro. ¿Qué pueden aprender los historiadores del dramaturgo y poeta alemán?

Lo que en el libro se comparte con Brecht es la intuición -que también se matiza- de la solidaridad entre conocimiento y emancipación, de la necesidad del conocimiento para “los de abajo” y del materialismo básico de quienes “trabajan con sus manos”. Y también su idea -que enlaza con la propuesta de Bourdieu de una “realpolitik” de la razón- de que el triunfo de esta no es una cuestión meramente intelectual, sino política; como dice el Galileo brechtiano, “la victoria de la Razón sólo puede ser la victoria de los que razonan”. Fernández Buey subrayaba acertadamente esta aspiración marxiana de Brecht de fundir ciencia y proletariado, defendiendo “la suave violencia de la razón sobre los hombres”.

Por lo demás, no sabría decir qué otras cosas pueden los historiadores, en cuanto tales, aprender de Brecht, más allá del placer intelectual de su lectura y el disfrute de sus paradojas, su inteligencia y su humor crítico insuperable.

Sobre el subtítulo: “Contribución a la crítica del posmodernismo”. ¿Un guiño marxista? ¿Un homenaje al gran clásico con eso de la “contribución a la crítica”? ¿Cómo hay que entender aquí el concepto de crítica?

La expresión es obviamente un guiño a Marx, que por cierto también se burlaba de cierta “crítica crítica” o de la critica idealista (“el arma de la crítica” nunca puede sustituir a la “crítica de las armas”). Crítica se opone aquí a pensamiento vulgar que no cuestiona la realidad tal como está configurada, o a dogmatismo.

La crítica no es mera destrucción o nihilismo, sino que trata de rescatar el núcleo racional de las teorías o formas de pensamiento, pero sin canonizarlas.

El ser, decía Aristóteles, se dice de muchas maneras (José María Valverde, en broma célebre, añadía: ¡hasta una cadena radiofónica lleva su nombre!). Tampoco son pocas las formas de conjugar el término-concepto de posmodernismo. ¿Qué entiendes tú por posmodernismo?

Esta variedad es evidente, pero la diversidad de las especies no tiene por qué negar la unidad del género. Y tampoco debe obnubilarnos que destacados posmodernos nieguen serlo. Por posmodernismo podemos entender, citando textualmente la definición de Terry Eagleton, “un estilo de pensamiento que desconfía de las nociones clásicas de verdad, razón, identidad y objetividad, de la idea de progreso universal o de emancipación, de las estructuras aisladas, de los grandes relatos y de los sistemas definitivos de explicación”. El posmodernismo cuestiona el pensamiento racional y la ciencia considerándolos formas de dominación, es relativista y escéptico sobre las posibilidades del conocimiento, otorga al lenguaje un papel generador casi absoluto y defiende una visión del mundo basado en las diferencias, la contingencia, las fracturas y la discontinuidad.

Hablando del lenguaje… Haces varias referencias en el libro a lo que llamas ‘giro lingüístico’. ¿En qué consiste ese giro? ¿Cuáles serían tus principales críticas?

El posmodernismo se sitúa en la estela de la filosofía del lenguaje contemporánea que otorga a esta facultad humana el papel central en la construcción de la realidad, y en lo que, al menos desde los años setenta del pasado siglo, se empieza a llamar “giro lingüístico” en las ciencias sociales.

El reconocimiento de que el lenguaje es algo más que un mero instrumento comunicativo es, sin duda, importante, al igual que el papel de la retórica en la construcción de las identidades y prácticas colectivas, por ejemplo. El problema surge cuando se considera al lenguaje como un factor que funciona al margen de cualquier anclaje o soporte social o de las realidades “materiales”, independientemente de las condiciones sociales de su producción, reproducción y uso; o cuando se reduce la realidad a la pura comunicación o a un universo de intercambios simbólicos, que no deja de ser una forma, a veces extrema, de idealismo.

Aunque algunos piensen que simplifico o que ignoro la profundidad de las posiciones pan-lingüísticas, o que es una forma burda de decirlo, prefiero pensar, con Marx y Engels, que los pensamientos y el lenguaje no forman un mundo aparte, sino que son, con toda su complejidad, “expresiones de la vida real”.

Leyéndote es casi inevitable que no vengan a la memoria, y más de una vez, las Imposturas intelectuales de Sokal y Bricmont. ¿Te has inspirado en las Imposturas? ¿Has pretendido seguir la crítica de estos autores centrándote, esencialmente, en asuntos historiográficas?

Coincido con ellos en el sentido de su crítica al posmodernismo por su renuncia al conocimiento científico y racional como factor emancipador y en lo que ello tiene de potencialmente reaccionario (al desarmar el pensamiento crítico). Creo que tienen razón en su denuncia del pensamiento posmoderno como estrategia de oscurecimiento voluntario y, por supuesto, resulta ilustrativa y a la vez divertida la denuncia de sus imposturas y charlatanería científica que supuso el falso artículo de Sokal imitando la terminología de autores posmodernistas, que fue tomado por bueno, elogiado y publicado en Social Text, una prestigiosa revista de esa orientación. Pero el planteamiento de la influencia en la Historia o las ciencias sociales tiene también otras dimensiones (ruptura de la idea de causalidad o de referencialidad de las fuentes, fragmentación, etc.).

Algo poco frecuente, a día de hoy, en libros de orientación marxista como el tuyo: las numerosas referencias que haces a la obra de Gustavo Bueno. ¿Te sigue interesando su materialismo, su filosofía general, su concepción de la historia?

Mi admiración por Gustavo Bueno viene de mi época de estudiante, de mi primer deslumbramiento tras la llegada a la universidad. Aun hoy, sus textos me siguen deslumbrando, aunque de manera desigual y desde posiciones absolutamente antagónicas con sus orientaciones políticas de las últimas décadas. Me interesa el Bueno de los Ensayos materialistas, el que pretendía construir una filosofía materialista superando las limitaciones y estrecheces del Diamat, el de su teoría de la ciencia y también de algunos trabajos sobre la Historia, incluso su tesis -aunque no siempre coincida en sus conclusiones- de “vuelta del revés” del viejo marxismo. Es decir, el Bueno que se movía, en cierto modo, en el espacio de una reconstrucción del marxismo, o que creo que aún aporta elementos para ello.

Me interesa mucho menos o no me interesa su “idea de España” o su teoría de los imperios, su filosofía política, etc. Y me produce verdadera repugnancia ver sus tesis reproducidas parcial y sesgadamente -aunque el propio Gustavo contribuyó a ello- por una secta reaccionaria que, a lo mejor si pudiera y llegara al poder, quemaría alguno de sus libros por materialista y ateo.

¿Estás hablando de VOX?

Claro. Vox y todo el entorno de la derecha radical española y sus “think-tanks”, medios de comunicación afines, etc.

Divides el libro en tres partes. La primera lleva por título “El retroceso del marxismo y el auge del posmodernismo”. ¿Puedes explicar brevemente qué causó el retroceso del marxismo? ¿En qué ámbitos retrocedió? ¿Sigue estando en retroceso?

Creo que el retroceso del marxismo, tal como explico en el libro, tiene dos razones fundamentales. La primera es la derrota política, más que intelectual, de los proyectos de transformación social que en él se inspiraban. La segunda es la incapacidad de afrontar el análisis de nuevos fenómenos que surgen desde la década de 1970 (cambios en la composición de la clase obrera, transformaciones culturales, surgimiento de nuevos movimientos y contradicciones sociales, etc.). De esta incapacidad y esta derrota emerge el posmodernismo como una alternativa que, finalmente, no supera las limitaciones del viejo pensamiento marxista, sino que niega radicalmente sus potencialidades. Desde luego el retroceso ha sido fuerte en la Historia y creo que también -aunque quizás menos o más desigual- en las ciencias sociales. En todo  caso, nunca ha dejado de haber un pensamiento marxista con figuras importantes, aunque no hegemónico. En los últimos años, se han formulado diversos planteamientos en el sentido de recuperar o reconstruir el pensamiento marxista en diversos campos; eso ha hecho mucho más fácil mi trabajo en este libro porque, gracias a ello, la mayor parte de los argumentos que manejo puedo tomarlos prestados de otros autores más solventes que yo.

Por la misma senda que la pregunta anterior: ¿qué posibilitó el auge del posmodernismo? Desde la opción marxista que defiendes, ¿algo que aprender de sus críticas?

Hay bastante coincidencia en que el posmodernismo surge de la crisis de los proyectos emancipadores y se encarna bien en una intelectualidad cada vez más escéptica o desentendida de la crítica al sistema económico-social y más exigente en cuanto a libertades personales y “estilos de vida”. El problema es que hace suya la lógica de esa crisis y nos sitúa ante un mundo inexplicable y caótico y adopta una actitud relativista en los valores y escéptica ante cualquier proyecto de cambio social. Hay al menos tres ideas (tal vez otras) que es importante apuntar en el haber de los posmodernos: la crítica a las teleologías del progreso; el cuestionamiento de las interpretaciones deterministas. y -sobre todo en Foucault- la constatación de las relaciones entre saberes y poderes. El problema es que la primera da lugar, en sus textos, a la negación de todo sentido del desarrollo histórico; la segunda a un indeterminismo absoluto (a la pura “contingencia”), y la tercera a un “constructivismo radical”, un escepticismo y  un relativismo que niegan toda posibilidad de verdad objetiva.

Hay una referencia y comentario en tu libro, sorprendente para mí, sobre El queso y los gusanos de Ginzburg.  Te pregunto por ello a continuación.

Fuente: https://rebelion.org/los-pensamientos-y-el-lenguaje-no-forman-un-mundo-aparte-sino-que-son-con-toda-su-complejidad-expresiones-de-la-vida-real/

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Las amenazas filosóficas que atentan contra la libertad del hombre

Por: Alberto Benegas Lynch

Otro tucumano ilustre: una nota

En una de mis tantas visitas al departamento de Doctorado en Economía de la Universidad Nacional de Tucumán, invitado las más de las veces por Severo Cáceres Cano y Valeriano García y más recientemente invitado a la Fundación Federalismo y Libertad he buscado infructuosamente los trabajos agotados del doctor Juan Benjamín Terán (1880-1938) sobre quien había leído por referencias indirectas pero muy sustanciosas.

Juan B. Terán

Días pasados gracias a la gentileza de Mercedes Colombres me pude hacer de algunos de sus textos recopilados en sus obras completas y me he quedado maravillado por sus muy variadas contribuciones. Un jurista e historiador de gran calado desde su tesis doctoral sobre la escuela histórica, ministro de la Corte Suprema de Justicia, autor de numerosos libros y ensayos, Rector de la Universidad Nacional de Tucumán y uno de sus fundadores, miembro de la Academia Nacional de Letras, Presidente de la Sociedad Sarmiento desde donde difundió los fundamentos de la libertad para la prosperidad moral y material de los pueblos y fue cofundador de la Revista de Artes y Ciencias Sociales con idéntico propósito.

Leyendo algunos de sus trabajos constato su preocupación principal por combatir el materialismo filosófico, también denominado determinismo físico por Karl Popper.Terán no estaba a la altura de los conocimientos de economía de su predecesor en tierras tucumanas: el inigualable Juan Bautista Alberdi, aunque advertía de los peligros «que el comunismo dicta contra la propiedad privada», pero aquel historiador bien apuntaba a un desvío crucial de la libertad y su correlato cual es el libre albedrío.

No hay espacio en una nota periodística para elaborar sobre los múltiples textos de Juan B. Terán, pero me detengo en lo dicho a lo que adiciono un corto epílogo sobre al nacionalismo y la tiranía. En aquel sentido escribe que «cualquier conquista espiritual es contradictoria con el determinismo, para el que somos un anillo en la fuerza cósmica o un eslabón en la cadena zoológica […] El pensamiento humano se embebió de biologismo. El hombre era un eslabón de la cadena zoológica, la sociedad un organismo, la psicología una prolongación de la fisiología […] Para el naturalismo era irrisorio poner valores en la historia. Sacar a ésta de su papel de narrar y explicar los hechos era tentativa pueril. Condenar o alabar a un personaje o un acontecimiento era tan absurdo como juzgar virtuoso un eclipse o una tempestad, porque tenían como ellos su fórmula necesaria, su génesis insobornable«.

Sin embargo concluía que «sabemos que no somos esclavos de un determinismo ciego y que las ideas que elaboramos y los ideales que acariciamos no son cosas baldías porque podemos incorporarlas como realidades a la vida de los demás hombres y de la sociedad» puesto que «podríase resumir estos elementos diciendo filosofía -es decir capacidad para pensar más allá de la realidad exterior y de sí mismo, como parte de la realidad. Esta capacidad es el sello de una cultura«.

Antes he escrito sobre este tema tan decisivo como sustento de la libertad. Desafortunadamente hay muchos liberales que llevan a cabo faenas académicas de gran valor y sofisticación pero no indagan en los cimientos mismos de la libertad cual es el fundamento del libre albedrío sin lo cual se desploma el edificio.

Retomo la crítica a esta visión aberrante que no otorga espacio a la psique, a la mente o a los estados de conciencia, lo cual anula la posibilidad del libre albedrío y, consecuentemente a la libertad y al sentido de lo moral ya que todo se resumiría a los nexos causales inherentes a la materia por lo que no había ideas autogeneradas, proposiciones verdaderas y falsas, razonamiento ni argumentación posible, incluso para defender racionalmente al materialismo ya que todo lo que hacemos o decimos estaría condicionado y no decidido por la voluntad independiente.

Como queda dicho, Popper ha bautizado como «determinismo físico» el supuesto de que el ser humano en verdad no elige, decide y prefiere, es decir, no actúa, sino que está programado para decir y hacer lo que dice y hace, esto es, el antedicho materialismo filosófico en cuyo caso la libertad sería una ficción. Así escribe este filósofo de la ciencia que «si nuestras opiniones son resultado distinto del libre juicio de la razón o de la estimación de las razones y de los pros y contras, entonces nuestras opiniones no merecen ser tenidas en cuenta«.

En la misma línea argumental, John Hick sostiene que allí donde no existe libertad intelectual, lo cual es propio del materialismo, naturalmente no hay vida racional, por ende, la creencia que el hombre está determinado «no puede demandar racionalidad. Por tanto, el argumento determinista está necesariamente autorefutado o es lógicamente suicida. Un argumento racional no puede concluir que no hay tal cosa como argumentación racional«.

Con razón el premio Nobel en neurofisiología John Eccles concluye que «uno no se involucra en un argumento racional con un ser que sostiene que todas sus respuestas son actos reflejos, no importa cuán complejo y sutil sea el condicionamiento». Si no se acepta la condición humana de la libre decisión, todas las demás elucubraciones en ciencias sociales carecerían de sentido puesto que las bases de sustentación desaparecerían y no existiría acción humana sino mera reacción como en las ciencias naturales.

Es de interés destacar la opinión del premio Nobel en física Max Planck en este contexto. Afirma que «se trataría de una degradación inconcebible que los seres humanos, incluyendo los casos más elevados de mentalidad y ética, fueran considerados como autómatas inanimados en manos de una férrea ley de causalidad […] El papel que la fuerza desempeña en la naturaleza, como causa del movimiento, tiene su contrapartida, en la esfera mental, en el motivo como causa de la conducta».

Por su parte el lingüista Noam Chomsky señala que «no hay forma de que los ordenadores complejos puedan manifestar propiedades tales como la capacidad de elección […] Jugar al ajedrez puede ser reducido a un mecanismo y cuando un ordenador juega al ajedrez no lo hace del mismo modo que lo efectúa una persona; no desarrolla estrategias, no hace elecciones, simplemente recorre un proceso mecánico«.

El uso metafórico algunas veces se convierte en sentido literal, tal es el caso de las expresiones «inteligencia», «memoria» y «cálculo» aplicado a los ordenadores. La primera proviene de relacionar la comprensión de conceptos en base al inter legum, esto es leer adentro, captar significados. Y como apunta Raymond Tallis aplicar la idea de memoria a las computadoras es del todo inadecuado, de la misma manera que cuando nuestros abuelos solían hacer un nudo en su pañuelo para recordar algo no aludían a «la memoria del pañuelo», del mismo modo que cuando se almacena información en un depósito no se concluye que el galpón del caso tiene una gran memoria, puesto que «la memoria es inseparable de la conciencia». En el mismo sentido, este autor destaca que en rigor las computadoras no computan ni las calculadores calculan puesto que se trata de impulsos eléctricos o mecánicos sin conciencia de computar o calcular .

En este plano de análisis hay muchas otras metáforas que arrastran el peligro de su literalidad (los economistas estamos acostumbrados a lidiar con estos peligros). Tal es el caso de uno de los ejemplos que critica Thomas Szasz sobre lo que coloquialmente se dice brainstorming y, para el caso, brainwashing cuando estrictamente se trata de mindstorming y mindwashing. También puede agregarse el error de hacer referencia al «deficiente mental» cuando es «deficiente cerebral». Si los humanos fuéramos solo kilos de protoplasma determinados por nexos causales inherentes a la materia, seríamos como el loro de nuestro ejemplo (claro que no físicamente sino desde la perspectiva de la inexistencia de argumentación, razonamiento y conceptualización).

En la misma obra citada, Szasz subraya las inconsistencias de una parte de las neurociencias al pretender que con mapeos del cerebro se podrán leer sentimientos y pensamientos pero «el cerebro es un órgano corporal y parte del discurso médico. La mente es un atributo personal parte del discurso moral […] equivocadamente se usan los términos mente y cerebro como se utilizan doce y una docena«.

También Szasz se refiere a otra metáfora peligrosa en cuanto a la mal llamada «enfermedad mental» cuando esto contradice la noción más elemental de la patología que enseña que una enfermedad es una lesión orgánica, de tejidos y células y, por tanto, no puede atribuirse a comportamientos e ideas.

Es sabido que todo lo material de nuestro cuerpo cambia permanentemente con el tiempo y, sin embargo, mantenemos el sentido de identidad (a menos que se haya padecido de una enfermedad o accidente que lesione partes vitales del cerebro que no permitan la interconexión mente-cuerpo).

Antony Flew y John Hospers precisan la diferencia entre causas y motivos. Flew escribe que «cuando hablamos de causas de un evento puramente físico -digamos un eclipse de sol- empleamos la palabra causa para implicar al mismo tiempo necesidad física e imposibilidad física: lo que ocurrió era físicamente necesario y, dadas las circunstancias, cualquier otra cosa era físicamente imposible. Pero este no es el caso del sentido de causa cuando se alude a la acción humana. Por ejemplo, si le doy a usted una buena causa para celebrar, no convierto el hecho en una celebración inevitable».

También Hospers manifiesta que «enunciando sólo los antecedentes causales, nunca podríamos dar una conclusión suficiente: para dar cuenta de lo que hace una persona en sus actividades orientadas hacia fines hemos de conocer sus razones y razones no son causas».

Aparece una gran paradoja que, entre otros, expresa George Gilder en cuanto a que los procesos productivos de nuestra época se caracterizan por atribuirle menor importancia relativa a la materia y un mayor peso al conocimiento y, sin embargo, irrumpe con fuerza el materialismo filosófico. Ludwig von Mises apunta que «para un materialista consistente no es posible distinguir entre una acción deliberada y la vida meramente vegetativa como la de las plantas».

 Murray Rothbard explica que «si nuestras ideas están determinadas, entonces no tenemos manera de revisar libremente nuestros juicio y aprender la verdad, se trate de la verdad del determinismo o de cualquier otra cosa» y Friedrich Hayek nos dice que «todos los procesos individuales de la mente se mantendrán para siempre como fenómenos de una clase especial […] nunca seremos capaces de explicarlos enteramente en términos de las leyes físicas».

Autores como Howard Robinson , John Foster, Richard Swinburne y Thomas Reid concretan su perspectiva mostrando que sus estudios se refieren a dos planos de una misma realidad humana. Una, la física o la material y, la otra, la mental o los estados de conciencia. Robinson resume este ángulo de análisis: «Lo físico es público en el sentido de que en principio cualquier estado físico es accesible (susceptible de percibirse, de conocerse) para cualquier persona normal […] Los estados de conciencia son diferentes porque el sujeto a quien pertenecen -y solo ese sujeto- tiene un acceso privilegiado a eso» y, además, «el pensamiento es sobre algo […] mientras que los estados físicos no son sobre algo, están simplemente ahí […] y los pensamientos pueden también ser sobre lo que no existe» pero lo físico es por definición lo que existe como tal (lo cual no quiere decir que todo ello pueda tocarse o, en su caso, ni siquiera verse, como los campos gravitatorios, las ondas electromagnéticas y las partículas subatómicas).

Juan José Sanguinetti resume bien el problema al escribir en Neurociencia y filosofía del hombre que «Los actos intencionados son de las personas, no de las partes ni potencias de las personas. Si doy un apretón de manos a un conocido para saludarlo calurosamente, no tiene sentido decir ´mis manos te saludan calurosamente´, pues soy yo quien saluda con calor mediante un apretón de manos. [Maxwell] Bennett y [Peter M.] Hacker [en Philosophical Foundations of Neuroscience] se lamentaron, en este sentido, de que la literatura neurocientífica acuda con demasiada frecuencia a expresiones como ´mi cerebro cree´, ´mi hemisferio izquierdo interpreta´, ´la neocorteza percibe, ´las neuronas deciden´, ´el hipocampo recuerda´, ´mi sistema límbico está enfadado´, porque atribuir a cosas como células o grupos de células actos como entender, tomar decisiones, preferir etc., simplemente no tiene sentido […] Se puede decir mi ojo ve, aunque sería más exacto decir yo veo con mis ojos».

En todo caso subrayamos que Terán fue uno de los pioneros en denunciar al materialismo filosófico a lo que cabe agregar para cerrar este artículo otro aspecto de sus trabajos tal como anunciamos más arriba.

Consigna nuestro autor que «La colonización de América [en nuestro suelo] fue rigurosamente nacionalista; enemiga del extranjero y de lo foráneo […] Es un retorno al primitivismo, a la adoración de la fuerza que es la religión de las tribus salvajes, que endiosan el animal, el río, el fuego o el rayo […es necesario] el rechazo del fanatismo del Estado y de la extensión invasora de sus funciones […]

La Constitución del 53 ha creado nuestro sistema moral […mientras que] la Italia de Mussolini tiene los ojos hacia los César y Augusto y aspira a restaurarla […] se aspira a redimir a los caudillos, se reabre el proceso de la tiranía […] es decir, hacíamos la contra-revolución de Mayo […en resumen] necesitamos intelectuales cuya función específica consista en mantener encendido el amor por la verdad. Hacer componendas con el interés, con la pasión o las requisiciones momentáneas de partido, de clase o de perjuicio nacional es lo que Julian Beda ha llamado la traición de los intelectuales.»

Por último, un pensamiento adicional de Terán en vista de lo que viene aconteciendo en tierras argentinas: «Tomamos posición usualmente obedeciendo no a una afirmación sino a una negación. No votamos por, sino en contra de».

Jueves, 11 de julio de 2019
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Corazón y razón en la educación actual

España / 17 de febrero de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas.» David Caruso

En la sociedad actual y, por tanto, también en la educación, la razón parece haber perdido parte de la importancia que tenía. ¡Qué terrible error! ¿Cómo podemos vivir y aprender sin discurrir sobre todas las cosas?
Pero en el mundo actual tampoco parece que la emoción esté mucho mejor considerada. Todo se hace en función del interés, de los réditos materiales que se puedan conseguir con nuestras acciones. Y eso también sucede en la educación del siglo XXI, muy encaminada en formar personas que en el futuro sean buenos profesionales.
La razón y la emoción, el cerebro y el corazón, deben formar parte por igual de la educación. Es un error optar por lo uno o por lo otro. Los contenidos son importantes y el nivel de exigencia para su adquisición debe ser alto. Pero estos contenidos deben aprenderse de modo significativo, deben entenderse y saber utilizar en distintos contextos. Los contenidos no tienen sentido si se pretende que se memoricen de manera provisional y se olviden tras un examen. Además, parece probado que el aprendizaje es más significativo cuando emociona.
La gestión y el control de las emociones también dota a las personas de una mayor capacidad para adaptarse a situaciones cambiantes… y eso en el mundo actual es un gran valor para tener éxito. Reconocer nuestras emociones es tan importante como identificar las de los demás. La resiliencia es una capacidad que nos ayuda a ser más inteligentes en todos los sentidos.
La razón es básica para entender el mundo, la emoción es fundamental para gestionarlo. Por eso no podemos ofrecer a nuestros alumnos y alumnas una educación sin uno de estos elementos. No tiene ningún sentido perder ni un minuto de nuestro tiempo en discutir si la educación debe dejar de lado los contenidos o si la emoción no debe formar parte de la formación en nuestras escuelas. Cerebro y corazón deben formar parte de cualquier proceso de enseñanza/aprendizaje.
Dicen que la manera más rápida y efectiva de cambiar la mente de una persona es conectando con ella a través del corazón. Por eso, por mucho que a ciertas personas les cueste entenderlo, la mejor manera de que nuestros alumnos y alumnas aprendan es emocionándoles. Tú como docentes debes encontrar cuál es la mejor manera de hacerlo, porque hay múltiples formas de conseguirlo… conoces a tus estudiantes y sé capaz de encontrar aquello que les motiva.
Fuente del Artículo:
http://www.salvarojeducacion.com/2019/02/corazon-y-razon-en-la-educacion-actual.html
ove/mahv
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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 17 de febrero de 2019: hora tras hora (24×24)

17 de febrero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 17 de febrero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Los profesores de Zimbabue suspenden la huelga indefinida

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300964

 

01:00:00 – La “trampa” de la excelencia educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300881

02:00:00 – Niños haitianos cruzan hacia la frontera de República Dominicana para estudiar (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300967

03:00:00 – La transformación educativa en Bolivia

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301151

 

04:00:00 – Cuba lanzará una versión digital de su reconocido método de alfabetización

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301155

 

05:00:00 – Educación neoliberal: Jurjo Torres en conferencia (Vídeo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300878

 

06:00:00 – Libro: La integración de las tecnologías digitales en las escuelas de América Latina y el Caribe: una mirada multidimensional (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301332

 

07:00:00 – Bienvenida la abrogación de la reforma educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301206

 

08:00:00 – Podcast: Radio OVE – Tercer Aniversario del Portal Otras Voces en Educación (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301430

 

09:00:00 – Colombia: 42° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa IV)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301196

 

10:00:00 – Libro: Universidad y sociedad en América Latina: un esquema de interpretación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301439

 

11:00:00 – Aprende a crear mapas geográficos interactivos para tus clases

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301305

 

12:00:00 – Los salarios de los maestros argentinos, entre los más bajos del mundo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301203

 

13:00:00 – Profe Ramón : “El mayor tesoro que tiene nuestra educación son los docentes”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301200

 

14:00:00 – Claves: Educación de Calidad ¿Objetivo del milenio o negocio del siglo? | Claves (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301326

 

15:00:00 – Los profesores son la clave

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301312

 

16:00:00 – Libro: Una pedagogía alternativa en defensa de la escuela pública (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301443

 

17:00:00 – El día que Piaget y Vigotsky se perdieron en las escuelas mexicanas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301319

 

18:00:00 – Ecuador: Manual reflexiona sobre cómo educar para la inclusión

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301446

 

19:00:00 – Corazón y razón en la educación actual

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301193

 

20:00:00 – Podcast: Radio OVE – Reporte Educativo – Enero 2019 (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301434

 

21:00:00 – Educación no formal: lo que debemos saber sobre esta variante educativa

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22:00:00 – Uruguay: Qué se está haciendo en Primaria y Secundaria para revertir déficit de docentes

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23:00:00 – Nota PISA #15 Honduras: ¿Es posible mejorar el sistema educativo del país? (PDF)

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Una pedagogía para el aprendizaje profundo

España / 16 de diciembre de 2018 / Autor: José Blas García Pérez / Fuente: INED21

INTRODUCIENDO

No es esta la primera vez que reflexiono sobre la diferencia entre información y conocimiento. Lo hago con mis alumnos y alumnas de la Facultad de Educación y, muchas veces, las tomo como hilo conductor en alguna de las acciones en la formación permanente en las que participo. De hecho, me gusta pensar como docente en ello, porque pienso que en ese camino está el sentido de nuestra acción y valor diferencial con respecto a otras profesiones: ayudamos a construir el progreso natural del conocimiento y ayudamos a sistematizarlo en procesos didácticos.

Fue leyendo este verano a Emilio Lledó (2018) Sobre la educación1, editado en Taurus, cuando relacioné sus palabras y su mirada de gran pensador con lo que la experiencia –tantas veces– me había  demostrado y –tantas otras veces–, de una forma u otra, con mayor o menor aproximación, ya había expresando en esas conversaciones docentes a las que me he referido.

Entendimiento-Razón-Sabiduría

3 estadios de un proceso hacia el aprendizaje profundo

¿Cómo nos presenta LLedó el progreso natural del conocimiento humano? Argumenta que lo hace en tresfases o estadios: el entendimiento, la razón y la sabiduría.

Esta forma de presentar una secuencia en el progreso del conocimiento humano me hace volver a pensar sobre si esto es transferible a cómo  se produce el progreso natural de la enseñanza. Y conecto con los debates que suelo compartir en mi acción formadora y con conceptos sobre, por ejemplo. Pedagogía lenta(slow learning) de Carlo Petrini y Carl Honoré, o representaciones gráficas muy ilustrativas de teorías más profundas como la Pirámide de Bloom (el cuadrado del aprendizaje auténtico) o el Ciclo de Kolb.

Reflexionando los argumentos de Lledó me pareció lógico la necesidad relacionar esta teoría con un modelo pedagógico y coherente que, de forma más o menos sistemática y progresiva, pueda recorrer un camino hacia el escalón más alto de la tri-escala del aprendizaje, que él llama sabiduría y que a mí me inspira para entender que se trata de, lo que en términos más escolares, me gusta denominar aprendizaje profundo.

Hagamos un recorrido por los tres estadios de progreso natural del conocimiento desde el hombre del entendimiento al hombre sabio y relacionando con una secuencia de aprendizaje que siempre considere las tres escalas.

Estadio 1: Entendimiento

El entendimiento es una forma de conocimiento al que se llega por la información y la experiencia. A través de una experiencia guiada se puede instar al alumnado a hacer deducciones, conjeturas o incluso formular principios.

Al entendimiento se llegará pasando desde la experiencia a juicios intuitivos y a través de ellos a conceptos.

Recuerdo una experiencia dentro de un proyecto sobre “El Agua” para alumnado de los primeros curso de primaria que denominó su maestra “Flotar- Hundir”. En ella, el alumnado hacía observaciones, rellenaba datos en tablas y gráficos sobre las observaciones que realizaban y las experiencias que tenían sobre cuerpos que flotaban y cuerpos que se hundían.Los escolares hacían conjeturas sobre el porqué un corcho flotaba y una canica se hundía. Recuerdo que hablaban del tamaño y del peso. Y extraían sus propias ideas sobre la relación entre ambos. Nunca hablaron de densidad…¿o sí? La maestra les guió a observar, medir y pesar lo que sucedía cuando metían un cuerpo en una vasija con agua a ras y ésta se desbordaba. Y a establecer relaciones. Y cuando apreciaban que siempre sucedían comportamientos parecidos se atrevía a formular un “siempre que…”, generando principios, Seguramente, con más método, sistema y ciencia, Arquímedes fue así como consiguió formular un principio que ha servido, no solo para diseñar barcos que floten, también para idear aviones que vuelan.

A través de la enunciación de principios, somos capaces de formular mensajes y conceptos, es decir, de generar ideas o imágenes a través de la palabra.

Así, el entendimiento es un estadio de conocimiento que nos permite que algo observado de la experiencia, concebido o formado en la mente, sea verbalizado y compartido con otros.

Podríamos considerar que «entender» lo que sucede, es «la unidad mínima cognitiva del aprendizaje».

Estadio 2: La razón

La razón se relaciona con fundamentos y con consecuencias. Un razonamiento, podríamos decir que es elpaso siguiente, la forma de conocimiento más elaborado que un concepto.
El razonamiento nos permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos.
Así, el alumnado aprende a argumentar y a expresar. Podríamos definir  un argumento como la ‘expresión lingüística de un razonamiento‘.

En este estadio de la razón, la hipótesis, el razonamiento deductivo y el razonamiento inductivo, el análisis y la síntesis, son procesos que puede ser desarrollados y que retroalimentan al hombre de la razón.

De esta manera, cuando en una lección de TBL, denominada por Robert Swartz “Predicción con destreza”, nos hacemos preguntas sobre qué podría ocurrir;  qué información deberíamos buscar para decidir si una predicción es probable; sobre qué evidencias encontramos y  nos ayuda a razonar si, sobre las evidencias encontradas, la predicción que hicimos  es probable, improbable o dudosa. es evidente que nos encontramos trabajando en este segundo estadio hacia la creación de conocimiento.

Estadio 3: La sabiduría

A la sabiduría se llega encajando y organizando los complejos elementos del mundo que nos rodea:  el científico, el personal, el laboral, el emocional, el de las relaciones humanas…

Las personas sabias son mejores científicos o académicos porque toman decisiones más acertadas, porque tienen mayor auto conciencia y regulación emocional; porque poseen mayor motivación hacia la tarea y mayor resiliencia ante el fracaso, las incertidumbres y los altibajos del conocimiento y las emociones; porque, en definitiva, poseen un gran desarrollo empático para relacionarse con el mundo que le rodea.

Una experiencia que viví como observador en un aula de secundaria fue la siguiente: el profesor pedía que todo el alumnado de su aula tomara parte en un debate complejo sobre exclusión social y racismo. En esta “toma de parte” debían aportar  criterios que le ayudasen a elaborar juicios,  siempre aportados de su propia experiencia. Una vez todos los alumnos habían trabajado esto de forma individual, las experiencias y situaciones similares, pero de opciones diferenciadas, eran enfrentadas   por pares. Estos distinguían los elementos contradictorios que les enfrentaban, que luego trasladaban a una tabla compartida en Google Drive, que exponían de manera sincrónica para toda la clase.  Ellos mismo evaluaban el peso de su criterio. En esa situación de diálogo el alumnado comparaba situaciones y contrastaba opiniones de tal modo que muchas de ellas perdían peso en sus argumentos, llegando incluso a situaciones de opinión muy próximas, que re-evaluaban. Este debate, en forma e tabla, se compartía de modo grupal para el aula. Así, unos  y otros co-aprendían a partir de la experiencia y el razonamiento de los demás, encajando y reorganizando su pensamientos complejos sobre el tema debatido. Entre todos hicieron visibles momentos de su vida donde podrían transferir lo aprendido , confeccionando una lista de situaciones comunes y validas para todos. 

VENTAJAS

En las propuestas de Lledó  veo ventajas:

Si siguiendo este modelo como proceso educativo, un individuo no llega a ser un hombre sabio, (cosa fácil que ocurra) siempre gana, pues en el proceso se habrá convertido en alguien más experimentado e inteligente.

Sin embargo, si se hace el proceso invertido, es decir, pretendemos que se adquiera conocimiento como el primer objetivo, se puede tener un especie de «razón» sin estar basada en el entendimiento, incluso podemos y hasta tomar  una  ciencia prestada que no ha ido naciendo de él, provocando competencias y seudo capacidades estériles.

Podremos evaluar con calificaciones que parezcan de sabios, pero en realidad, estaremos promoviendo estudios sin entendimiento, estaremos tal como lo nombra don Emilio Lledó,«formado cabezas disparatadas».

Para cerrar este artículo, nos paramos en dos, de las cientos de frases inspiradoras que ofrece este libro, que dejo aquí para la reflexión. La primera de ella relacionada con la filosofía inspiradora de las metodologías activas. La segunda, un poco más removedora, para hacernos pensar sobre el papel de la escuela y el nuestro propio como docentes.

«Al alumno no hay que transportarle, sino guiarle para que en el futuro sea capaz de caminar por sí solo».

Basada en E. Kant

«La escuela, como anticipo de la sociedad de consumo, es capaz de generar las necesidades más innecesarias».


1 Lledó, E., (2018). Sobre la educación: La necesidad de la literatura y la vigencia de la filosofía. Madrid, España: Taurus

 

Fuente del Artículo:

https://ined21.com/una-pedagogia-para-el-aprendizaje-profundo/

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 16 de diciembre de 2018: hora tras hora (24×24)

16 de diciembre de 2018 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 16 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296699

01:00:00 – Libro: Experiencias de educación indígena en Colombia: entre prácticas pedagógicasy políticas para la educación de grupos étnicos (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296683

02:00:00 – Cuba ratifica ante Unesco compromiso con la educación (+Foto)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296705

03:00:00 – Aprendizaje basado en el fracaso. La asignatura pendiente. #innovacioneducativa (Artículo de Ángel Fidalgo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296708

04:00:00 – Guatemala: El 90% de los estudiantes de 15 años no logra el nivel básico de conocimientos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296711

05:00:00 – Los 8 buscadores académicos que todo estudiante debe conocer

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296696

06:00:00 – Siete consejos de la UNESCO para favorecer la educación inclusiva de migrantes y refugiados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296720

07:00:00 – 9 razones por las que No Cualquiera elige estudiar pedagogía (Artículo de Camila Londoño)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296758

08:00:00 – Costa Rica: Siguen los recortes a la educación superior

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296727

09:00:00 – Libro: Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296688

10:00:00 – Chile – Ecuador: La poesía de Mistral visitará las escuelas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296730

11:00:00 – Fortalecer la vocación docente (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296761

12:00:00 – Canales de Youtube para maestros

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296734

13:00:00 – 5 formas de usar Instagram en el aula

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296702

14:00:00 – Pepe Mujica insiste en que la educación es un camino para acabar con la desigualdad

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296737

15:00:00 – Una pedagogía para el aprendizaje profundo (Artículo de José Blas García Pérez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296749

16:00:00 – UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296740

17:00:00 – Libro: Educación y Comunicación. Del capitalismo informacional al capitalismo cultural (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296692

18:00:00 – Paraguay: Reforma educativa: Más protestas contra acuerdo con Banco Mundial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296752

19:00:00 – El INEE también… (Artículo de Alberto Arnaut Salgado)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296743

20:00:00 – Huelga en la educación primaria de Costa de Marfil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296746

21:00:00 – Historia De Las Organizaciones Revolucionarias En ALC Entrevista A Edgar Sánchez (2), Luis Bonilla-Molina en SoundCloud (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296755

22:00:00 – Ecuador: Trabajadores universitarios defienden presupuesto 2019

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296717

23:00:00 – Embajador de Finlandia: “Antes de ser embajador fui profesor, un buen docente puede hacer milagros”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296714

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La razón, la ciencia, el humanismo y el progreso según Pinker

Canadá/16 de Junio de 2018/El Cultural

Paidós publica En defensa de la Ilustración, el último ensayo de Steven Pinker, que desde su postura de defensor de los valores ilustrados nos propone una reveladora visión del progreso humano

En general, el optimismo no se considera interesante, y a menudo se ve como una ingenuidad. En 1828, el filósofo optimista John Stuart Mill escribió: «He observado que un gran número de personas no admiran como a un sabio a aquél que conserva la esperanza cuando los demás desesperan, sino a quien desespera cuando los demás conservan la esperanza». Un siglo antes, el Cándido de Voltaire había atacado lo que su autor denominaba «optimismo», es decir, la idea leibniziana de que, en el mejor de los mundos posibles que es el nuestro, todo acabará bien. Después de sufrir un desastre tras otro, Cándido decide que el optimismo no es más que «la manía de insistir en que todo va bien cuando las cosas van mal».

Sin embargo, se puede alegar -y Steven Pinker (Montreal, 1954) lo hace- que la filosofía que satiriza Voltaire en su obra no es en absoluto optimismo. Si uno piensa que este ya es el mejor de los mundos, no queda más que aceptarlo. Un verdadero optimista diría que, aunque la vida humana nunca será perfecta, podemos mejorarla en algunos aspectos fundamentales si nos ponemos manos a la obra, por ejemplo, perfeccionando las normas de edificación y las predicciones sismológicas de manera que en los terremotos muera menos gente. No es lo «óptimo», pero es mejor.

El desquite de Cándido que se toma el optimista es uno de los placeres que atraviesan la obra de Pinker En defensa de la Ilustración, continuación de su libro de 2011 Los ángeles que llevamos dentro. En él, el autor recopilaba bases de datos para apoyar su afirmación de que la vida humana no ha empeorado, como muchos parecen pensar, sino que es más segura, sana, larga, próspera, instruida, tolerante, satisfactoria y menos violenta a escala mundial. Su nuevo libro sostiene la misma idea basándose en estadísticas actualizadas, y añade dos elementos más. En primer lugar, se fija en el reciente aumento del populismo autoritario, en particular en la figura de Donald Trump, un hecho que ha llevado a algunos a sentir más desesperación que nunca.

Para Pinker, el propio catastrofismo es un riesgo, al centrar la atención en los peores desenlaces posibles y sucumbir al pánico

En segundo lugar, aviva la polémica con una estimulante defensa de las cuatro grandes ideas que se mencionan en el subtítulo: progreso, razón, ciencia y humanismo, este último definido no tanto en el sentido de no teísmo (aunque el autor también lo defiende), sino como «la meta de llevar al máximo el auge de todo lo humano, ya sea la vida, la salud, la felicidad, la libertad, el conocimiento, el amor o la riqueza de las experiencias». ¿Quién podría oponerse? Si bien en algunos círculos el humanismo se considera trasnochado, o inalcanzable, Pinker quiere que lo reconsideremos.

Gran parte del libro consiste en reflexiones filosóficas basadas en pruebas, con gráficos que muestran el aumento de la esperanza de vida en el mundo, el descenso de las enfermedades mortales, un nivel educativo y un acceso a la información como nunca hasta ahora, un mayor reconocimiento de la igualdad de las mujeres y los derechos LGTB, y así sucesivamente, llegando incluso hasta los datos que muestran que, actualmente, los estadounidenses tienen una probabilidad 37 veces menor de morir víctimas de un rayo que en 1900 gracias al perfeccionamiento de las previsiones meteorológicas y la ingeniería eléctrica, y a una mayor conciencia de la seguridad. Los avances en materia de salud han mejorado enormemente la condición humana. El autor cuenta que su frase favorita de todas las escritas en inglés procede de Wikipedia, y dice: «La viruela era una enfermedad infecciosa provocada por dos variantes del mismo virus: Variola major y Variola minor«. Lo que le gusta de ella es la palabra «era».

Optimismo como necesidad

Más adelante añade que podría haber terminado cada capítulo afirmando: «No obstante, todos estos avances peligran si Donald Trump se sale con la suya». El trumpismo amenaza con dar marcha atrás al mundo en casi cualquier apartado de la vida, especialmente con sus intentos de desmantelar las estructuras internacionales que han hecho posible el progreso, como la paz y los tratados comerciales, la asistencia sanitaria, los acuerdos sobre el cambio climático, y la conciencia generalizada de que las armas nucleares no se deberían utilizar jamás. Ahora todo esto está en juego. Pinker incide sobre todo en los riesgos de ignorar o pasar por alto los sistemas que reducen la probabilidad de una guerra nuclear.

El trumpismo amenaza con dar marcha atrás al mundo en casi cualquier apartado de la vida. Ahora todo esto está en juego

Dicho esto, sostiene que el propio catastrofismo es un riesgo. Con ello se refiere a la tendencia pesimista a centrar la atención en los peores desenlaces posibles y a sucumbir al pánico. El populismo autoritario se ha alimentado de la sensación de que todo va mal, de que la delincuencia y el terrorismo están fuera de control, de que la inmigración es catastrófica y de que el mundo ha perdido su brújula ética de manera desastrosa. Al mismo tiempo, el miedo y la desesperación también hacen estragos en la oposición. En general, es más probable que la gente actúe de manera constructiva si piensa que los problemas tienen solución o que ya se han hecho avances y que estos se pueden ampliar. Como dice el autor, si tenemos en cuenta que todavía no hemos hecho saltar el mundo por los aires en una guerra nuclear, la postura más acertada es «averiguar qué hemos hecho bien, de manera que podamos hacer más de lo que sea». Ser optimista no quiere decir apoltronarse y relajarse. El autor cita al economista Paul Romer, que distingue el «optimismo complaciente» del niño que espera que le lleguen los regalos del «optimismo condicional» del niño que quiere una casa en un árbol y consigue la madera y los clavos para construirla. Quienes piensen que una casa en un árbol es algo imposible, o que en cualquier momento llegará alguien y la echará abajo es poco probable que coja el martillo.

El libro también va a atraer algunos martillazos, ya que contiene afirmaciones que pueden molestar casi a cualquiera. Cuando no ataca a la derecha populista, Pinker la emprende contra los intelectuales de izquierdas. El autor se muestra especialmente cáustico con los editorialistas de los periódicos que, en 2016, se precipitaron a proclamar la muerte de los valores de la Ilustración y el advenimiento de la «posverdad». Sus objetivos (un poco demasiado amplios) incluyen a los profesores de Humanidades, a los posmodernos, a los políticamente correctos y a cualquiera que tenga algo agradable que decir de Friedrich NietzscheAl parecer, los intelectuales «progresistas» consideran que el progreso es malo, afirma, y rechazan por burda o ingenua «la idea de que deberíamos aplicar nuestra razón colectiva a perfeccionar el progreso y reducir el sufrimiento».

En defensa de la ilustraciónes un libro excelente, oportuno, abundante en datos y elocuente en su defensa de un humanismo racional

Progreso antiporgresista

De hecho, puede que ya haya indicios de un cambio de estado de ánimo, como muestran los trinos de optimismo que llegan desde diferentes direcciones. El músico David Byrne acaba de lanzar un proyecto web titulado Reasons to Be Cheerful (Razones para estar alegre), que celebra las iniciativas positivas en el ámbito de la cultura, la ciencia, el transporte y el compromiso ciudadano, entre otros. Quartz, una página web de periodismo económico acabó 2017 con una lista de enlaces alentadores a las buenas noticias del año, como la retirada del leopardo de las nieves de las especies en peligro de extinción, la provincia de Pakistán que había plantado 1.000 millones de árboles a lo largo de los dos años anteriores en respuesta a la inundaciones de 2015, el espectacular descenso del número de afectados por la dracunculiasis (de 3,5 millones de casos en 1986 a solamente 30 en 2017), y el lento pero constante aumento del número de mujeres diputadas en todo el mundo, desde el 12% de 1997 al actual 23%.

En una ocasión, Bertrand Russell afirmó que mantener la esperanza puede ser difícil. En las páginas finales de su autobiografía, que contienen el relato de sus muchos años de activismo, decía: «Conservar la esperanza en nuestro mundo apela a nuestra inteligencia y a nuestra energía. Con frecuencia, lo que les falta a los que desesperan es la energía». El libro de Steven Pinker está lleno de vigor y vitalidad, y se propone infundir una energía similar a sus lectores.

Su autor cita un estudio del «sesgo de negatividad» según el cual un crítico que pone un libro por los suelos «es considerado mejor crítico que uno que lo elogia». Pues yo voy a correr ese riesgo. En defensa de la Ilustración me parece un libro excelente, escrito con lucidez, oportuno, abundante en datos y elocuente en su defensa de un humanismo racional que, mira por dónde, resulta de lo más interesante.

Fuente: http://www.elcultural.com/revista/letras/La-razon-la-ciencia-el-humanismo-y-el-progreso-segun-Pinker/41169

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