Una pedagogía para el aprendizaje profundo

España / 16 de diciembre de 2018 / Autor: José Blas García Pérez / Fuente: INED21

INTRODUCIENDO

No es esta la primera vez que reflexiono sobre la diferencia entre información y conocimiento. Lo hago con mis alumnos y alumnas de la Facultad de Educación y, muchas veces, las tomo como hilo conductor en alguna de las acciones en la formación permanente en las que participo. De hecho, me gusta pensar como docente en ello, porque pienso que en ese camino está el sentido de nuestra acción y valor diferencial con respecto a otras profesiones: ayudamos a construir el progreso natural del conocimiento y ayudamos a sistematizarlo en procesos didácticos.

Fue leyendo este verano a Emilio Lledó (2018) Sobre la educación1, editado en Taurus, cuando relacioné sus palabras y su mirada de gran pensador con lo que la experiencia –tantas veces– me había  demostrado y –tantas otras veces–, de una forma u otra, con mayor o menor aproximación, ya había expresando en esas conversaciones docentes a las que me he referido.

Entendimiento-Razón-Sabiduría

3 estadios de un proceso hacia el aprendizaje profundo

¿Cómo nos presenta LLedó el progreso natural del conocimiento humano? Argumenta que lo hace en tresfases o estadios: el entendimiento, la razón y la sabiduría.

Esta forma de presentar una secuencia en el progreso del conocimiento humano me hace volver a pensar sobre si esto es transferible a cómo  se produce el progreso natural de la enseñanza. Y conecto con los debates que suelo compartir en mi acción formadora y con conceptos sobre, por ejemplo. Pedagogía lenta(slow learning) de Carlo Petrini y Carl Honoré, o representaciones gráficas muy ilustrativas de teorías más profundas como la Pirámide de Bloom (el cuadrado del aprendizaje auténtico) o el Ciclo de Kolb.

Reflexionando los argumentos de Lledó me pareció lógico la necesidad relacionar esta teoría con un modelo pedagógico y coherente que, de forma más o menos sistemática y progresiva, pueda recorrer un camino hacia el escalón más alto de la tri-escala del aprendizaje, que él llama sabiduría y que a mí me inspira para entender que se trata de, lo que en términos más escolares, me gusta denominar aprendizaje profundo.

Hagamos un recorrido por los tres estadios de progreso natural del conocimiento desde el hombre del entendimiento al hombre sabio y relacionando con una secuencia de aprendizaje que siempre considere las tres escalas.

Estadio 1: Entendimiento

El entendimiento es una forma de conocimiento al que se llega por la información y la experiencia. A través de una experiencia guiada se puede instar al alumnado a hacer deducciones, conjeturas o incluso formular principios.

Al entendimiento se llegará pasando desde la experiencia a juicios intuitivos y a través de ellos a conceptos.

Recuerdo una experiencia dentro de un proyecto sobre “El Agua” para alumnado de los primeros curso de primaria que denominó su maestra “Flotar- Hundir”. En ella, el alumnado hacía observaciones, rellenaba datos en tablas y gráficos sobre las observaciones que realizaban y las experiencias que tenían sobre cuerpos que flotaban y cuerpos que se hundían.Los escolares hacían conjeturas sobre el porqué un corcho flotaba y una canica se hundía. Recuerdo que hablaban del tamaño y del peso. Y extraían sus propias ideas sobre la relación entre ambos. Nunca hablaron de densidad…¿o sí? La maestra les guió a observar, medir y pesar lo que sucedía cuando metían un cuerpo en una vasija con agua a ras y ésta se desbordaba. Y a establecer relaciones. Y cuando apreciaban que siempre sucedían comportamientos parecidos se atrevía a formular un “siempre que…”, generando principios, Seguramente, con más método, sistema y ciencia, Arquímedes fue así como consiguió formular un principio que ha servido, no solo para diseñar barcos que floten, también para idear aviones que vuelan.

A través de la enunciación de principios, somos capaces de formular mensajes y conceptos, es decir, de generar ideas o imágenes a través de la palabra.

Así, el entendimiento es un estadio de conocimiento que nos permite que algo observado de la experiencia, concebido o formado en la mente, sea verbalizado y compartido con otros.

Podríamos considerar que «entender» lo que sucede, es «la unidad mínima cognitiva del aprendizaje».

Estadio 2: La razón

La razón se relaciona con fundamentos y con consecuencias. Un razonamiento, podríamos decir que es elpaso siguiente, la forma de conocimiento más elaborado que un concepto.
El razonamiento nos permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos.
Así, el alumnado aprende a argumentar y a expresar. Podríamos definir  un argumento como la ‘expresión lingüística de un razonamiento‘.

En este estadio de la razón, la hipótesis, el razonamiento deductivo y el razonamiento inductivo, el análisis y la síntesis, son procesos que puede ser desarrollados y que retroalimentan al hombre de la razón.

De esta manera, cuando en una lección de TBL, denominada por Robert Swartz “Predicción con destreza”, nos hacemos preguntas sobre qué podría ocurrir;  qué información deberíamos buscar para decidir si una predicción es probable; sobre qué evidencias encontramos y  nos ayuda a razonar si, sobre las evidencias encontradas, la predicción que hicimos  es probable, improbable o dudosa. es evidente que nos encontramos trabajando en este segundo estadio hacia la creación de conocimiento.

Estadio 3: La sabiduría

A la sabiduría se llega encajando y organizando los complejos elementos del mundo que nos rodea:  el científico, el personal, el laboral, el emocional, el de las relaciones humanas…

Las personas sabias son mejores científicos o académicos porque toman decisiones más acertadas, porque tienen mayor auto conciencia y regulación emocional; porque poseen mayor motivación hacia la tarea y mayor resiliencia ante el fracaso, las incertidumbres y los altibajos del conocimiento y las emociones; porque, en definitiva, poseen un gran desarrollo empático para relacionarse con el mundo que le rodea.

Una experiencia que viví como observador en un aula de secundaria fue la siguiente: el profesor pedía que todo el alumnado de su aula tomara parte en un debate complejo sobre exclusión social y racismo. En esta “toma de parte” debían aportar  criterios que le ayudasen a elaborar juicios,  siempre aportados de su propia experiencia. Una vez todos los alumnos habían trabajado esto de forma individual, las experiencias y situaciones similares, pero de opciones diferenciadas, eran enfrentadas   por pares. Estos distinguían los elementos contradictorios que les enfrentaban, que luego trasladaban a una tabla compartida en Google Drive, que exponían de manera sincrónica para toda la clase.  Ellos mismo evaluaban el peso de su criterio. En esa situación de diálogo el alumnado comparaba situaciones y contrastaba opiniones de tal modo que muchas de ellas perdían peso en sus argumentos, llegando incluso a situaciones de opinión muy próximas, que re-evaluaban. Este debate, en forma e tabla, se compartía de modo grupal para el aula. Así, unos  y otros co-aprendían a partir de la experiencia y el razonamiento de los demás, encajando y reorganizando su pensamientos complejos sobre el tema debatido. Entre todos hicieron visibles momentos de su vida donde podrían transferir lo aprendido , confeccionando una lista de situaciones comunes y validas para todos. 

VENTAJAS

En las propuestas de Lledó  veo ventajas:

Si siguiendo este modelo como proceso educativo, un individuo no llega a ser un hombre sabio, (cosa fácil que ocurra) siempre gana, pues en el proceso se habrá convertido en alguien más experimentado e inteligente.

Sin embargo, si se hace el proceso invertido, es decir, pretendemos que se adquiera conocimiento como el primer objetivo, se puede tener un especie de «razón» sin estar basada en el entendimiento, incluso podemos y hasta tomar  una  ciencia prestada que no ha ido naciendo de él, provocando competencias y seudo capacidades estériles.

Podremos evaluar con calificaciones que parezcan de sabios, pero en realidad, estaremos promoviendo estudios sin entendimiento, estaremos tal como lo nombra don Emilio Lledó,«formado cabezas disparatadas».

Para cerrar este artículo, nos paramos en dos, de las cientos de frases inspiradoras que ofrece este libro, que dejo aquí para la reflexión. La primera de ella relacionada con la filosofía inspiradora de las metodologías activas. La segunda, un poco más removedora, para hacernos pensar sobre el papel de la escuela y el nuestro propio como docentes.

«Al alumno no hay que transportarle, sino guiarle para que en el futuro sea capaz de caminar por sí solo».

Basada en E. Kant

«La escuela, como anticipo de la sociedad de consumo, es capaz de generar las necesidades más innecesarias».


1 Lledó, E., (2018). Sobre la educación: La necesidad de la literatura y la vigencia de la filosofía. Madrid, España: Taurus

 

Fuente del Artículo:

https://ined21.com/una-pedagogia-para-el-aprendizaje-profundo/

ove/mahv

Comparte este contenido:

José Blas García Pérez

Profesor Asociado al Departamento de Organización Escolar en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia.