El pensamiento mítico venezolano desde la Filosofía Intercultural

Por:  María Alejandra Vega Molina.

La cultura es como la raíz del árbol, si ésta no existe, el árbol se seca y sus frutos no florecen.

Daniel,

 Profesor Piaroa de la comunidad Paria Grande

Hace algún tiempo un profesor piaroa me expresó con el pensamiento del epígrafe que la sabiduría de los pueblos está determinada por el conocimiento de sus raíces, de dónde venimos, quiénes somos, por nuestra conexión con el devenir histórico y social. Este profesor hizo énfasis en la importancia del estudio del pensamiento indígena, expresado en los relatos orales, en los que se mezclan una serie de divinidades relacionadas con la naturaleza que expresan las costumbres y tradiciones que definen a los pueblos originarios.

Este artículo propone repensar nuestra práctica pedagógica, si realmente está concebida desde la episteme de nuestros pueblos originarios, si nuestros contenidos educativos están contextualizados con los diversos relatos que nos muestra el acervo cultural de nuestros pueblos y enriquecen la construcción de nuestra identidad como latinoamericanos. el mito, reflejo del pensamiento filosófico indígena

El pensamiento mítico de nuestros pueblos indígenas constituye un conocimiento viviente, incluye una filosofía sobre la vida, centrada en el respeto y en la armonía con la naturaleza. Además, muestra un ideal comunitario, un manifiesto colectivo que está por encima de lo individual, que prevalece en las posturas de la ética occidental.

El discurso mítico expresa las reflexiones sociales de cada grupo, en la medida en que contribuye con el entendimiento colectivo de la sociedad, no sólo por las manifestaciones estéticas, sino porque ofrece datos fundamentales referidos a los principios y ordenamientos lógicos de las culturas. Al respecto, Mircea Eliade (1961, p.18) muestra que “el mito cuenta una historia sagrada, relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Dicho de otro modo, el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los seres sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, es ésta la realidad total, el cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una intuición. Conocer los mitos es aprender el secreto del origen de las cosas. Se aprende no sólo cómo las cosas han llegado a la existencia sino también dónde encontrarlas y cómo hacerlas reaparecer cuando desaparecen.

Son los mitos los que configuran documentos que nombran el mundo con las palabras propias de cada cultura, relacionan los signos humanos con los de la ecología circundante, con los cerros, los ríos, la flora, la fauna. Al igual que las instituciones sociales, son utilizados por el discurso mítico como significante cuyo conjunto configura la organización lógica del universo. Todos estos relatos son para los indígenas la expresión de una realidad original mayor y más llena de sentido que la actual, y que determina la vida inmediata, las actividades y los destinos de la humanidad.

Ahora bien, la resistencia que los pueblos indígenas hicieron al proyecto del conquistador europeo les permitió sobrevivir al genocidio y al racismo que impregnó la historia de la cultura elaborada por la intelectualidad venezolana, consecuente con el ideario político de los poderosos. Son muchos los elementos de la cultura y de la organización social que han sobrevivido a la desaparición de idiomas indígenas. Son las nuevas generaciones, las que luchan por los relatos que nombran el mundo en su propio idioma.

Son más de 500 años de relaciones coloniales y neocoloniales las que han marcado, en definitiva, el mundo ideológico de las sociedades subordinadas. Al respeto, Luis Reyes (2008, p. 31) expresa que (…) [a] los raros estudios que ha merecido el pensamiento indígena se insiste en hallarle afinidades con el cristianismo, intenciones y categorías propias de otras culturas Tales miradas velaron su originalidad y ayudaron a hacerlo invisible para la filosofía y la historia de las culturas.

El entramado mítico que sostiene y ostenta el pensamiento indígena son las diosas, los dioses, los calendarios, las celebraciones, los lugares, el conocimiento, el sexo, el sufrimiento y la muerte. Por ello es necesario “purificar nuestros ojos para ver la expresión simbólica del pensamiento indígena y comprender-nos desde la otredad”, tal como lo expresa, Reyes (2008, p. 33). Como menciona dicho autor, nuestra visión tradicional en la educación no nos ha permitido ver el entramado mítico presente en el pensamiento indígena porque los libros de texto están concebidos de forma aislada y no están relacionados con las culturas originarias, con apreciaciones erradas o con ejemplos para dar explicación desde diversas ciencias que los reducen o esquematizan: todo esto nos lleva a reflexionar qué ha pasado con nuestra educación, cómo podemos acercar a las nuevas generaciones al pensamiento originario.

Por lo antes mencionado es necesaria una revisión, desde la interculturalidad del pensamiento de nuestros pueblos, para encontrarnos con lo que somos y, de esta forma, replantear una ética latinoamericana que parta desde el decir mítico simbólico, desde una concepción de la vida, el respeto y la armonía con la naturaleza. principios presentes en los relatos indígenas venezolanos Actualmente, en Venezuela, existen 34 grupos indígenas, distribuidos en los estados Zulia, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Anzoátegui, Sucre, Monagas y Apure. Cada pueblo conserva relatos orales en los que están presentes aspectos que los describen y los definen desde sus creencias y maneras de relacionarse con el cosmos.

Las historias de estos grupos originarios recogen la manifestación más genuina sobre su origen, sus antepasados, sus hazañas, el nacimiento de las cosas; son relatos míticos que muestran el pensamiento étnico descrito en un lenguaje simbólico. Este lenguaje muestra una perspectiva filosófica, porque trata una visión propia de un pueblo y su lenguaje, y la manera de concebir el mundo (Beatriz Sánchez, 2005).

En cuanto a los principios que podemos encontrar en estos relatos, se puede iniciar describiendo cómo nuestros pueblos originarios creen que todos siempre debemos retribuir, dar y devolver a la tierra, al cielo, a los animales, a las plantas, a las montañas, a los ríos, a los padres, a los dioses y a nosotros mismos. En esto consiste el principio de la reciprocidad; en el que a cada acto le corresponde una acción complementaria, otro acto recíproco. Su filosofía cosmogónica, parte de la humildad del hombre ante las fuerzas de la naturaleza, la cual se concibe como un ente en incesante transformación.

Por eso, cada vez que la intervención humana rompe el equilibrio natural debe haber compensación. En el caso de los warao, la clave del universo es el equilibrio, la estabilidad, la paz y la armonía. Todo trastorno en este equilibrio, sea cual fuere la causa aparente, es considerado obra de los jebu, presentes en todos los objetos y aspectos de la vida. Muchos controlan las parcelas del mundo material, de ahí la necesidad de vencerlos, calmarlos cuando se alteran o mantenerlos satisfechos mediante rituales donde se cuenta con la mediación de los shamanes (Santillana, 2009).

Cada relato nos narra cómo seres espirituales ascienden o descienden de los mundos transformados en animales o con diversas formas. Para los warao, el principal espíritu es el jebu Kanobo (nuestro abuelo), que para pensar subjetividades, poder, multiculturalismo reside en la piedra sagrada que custodia los wisiratu o wisidatu, los shamanes más importantes. En cambio, para los piaroa, existen muchos seres espirituales que descienden al mundo terrenal. Kumeyei deambula como avispa, Räuda’a como culebra de agua, Tuwa’isa como puma y Muk’a como águila arpía. En el caso de la cosmogonía pemón habitan dos serpientes: Urepere, la serpiente colosal, y Aramary, amo y señor de las aguas. Ambas habitan los altos tepuyes (Santillana, 2009).

En la mayoría de los relatos cosmogónicos se relacionan los elementos naturales con el surgimiento del primer ser humano. Por ejemplo, en el pueblo barí, el ser humano surgió de la piña; para los eñepá los primeros seres fueron tallados del árbol de Capaíba; para los wótjüja los seres nacieron del árbol Kuawei, también llamado Autana; y en el caso de los makiritares, entre uno de sus mitos, relatan que los primeros hombres proceden de Huahanna, un gran huevo que fue escondido en la vagina de Frímene, hermana de Nuna, la luna, que en esta historia es un ente masculino.

En cuanto al principio de la relacionalidad, se nos muestra cómo todo está vinculado con todo. Lo más importante no son los seres en sí mismos, sino las relaciones, los vínculos que se establecen entre ellos, por eso es que cada mito nos relata seres duales que representan el bien y el mal. En el caso de los wótjüja, Ojwoda’a es un ser superior que dio lugar a lo existente y de sus entrañas nació el bien y el mal. Kuemoi, la anaconda, el señor de la noche y de la sexualidad que creó las criaturas venenosas y peligrosas, y Wäjari, un ser benévolo, creador de los wótjuja.

También los barí atribuyen el origen del mundo a un ser especial conocido como Sabaseba y le temen a Didaddú, el espíritu del mal, al que se le atribuyen los males más temidos, tales como pandemias, muertes y catástrofes naturales (Santillana, 2009). Es amplia la riqueza en relatos míticos de nuestros pueblos originarios. Cada historia transmite conocimientos sobre la realidad que es común donde la experiencia de sus orígenes no ha sido censurada por la cultura hegemónica.

Por este motivo, es fundamental el encuentro con la sabiduría ancestral presente en las historias de nuestros pueblos indígenas, sobre todo en estos tiempos cuando la crisis nos da motivo para volver a las raíces espirituales, a otros modos en que los hombres han proyectado estar sobre la tierra. Ahora bien, si el estudio de los mitos indígenas constituye la base para la comprensión del mundo y resguarda principios éticos, estéticos, espirituales e incluso leyes que muchas veces no son reconocidas, y además, determina la existencia de la memoria colectiva, cabe preguntarnos ¿por qué el pensamiento filosófico indígena de nuestro país ha sido invisibilizado en el discurso de los contenidos educativos venezolanos?

Por ello es pertinente abordar los aportes de la narrativa mítica de nuestros pueblos desde la filosofía intercultural, con el fin de recuperar la discursividad latinoamericana, propiciando así el encuentro de saberes a través del compartir de experiencias y la promoción de alternativas necesarias para el cambio de actitudes y patrones en la población que favorezcan la opción de un mejor vivir. interculturalidad en Venezuela en la actualidad Podemos decir que, desde 1999, se ha logrado un avance significativo en materia legal presente desde la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que recorre la Ley Orgánica de Educación (1999), la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2005), el Plan de la Patria (2013-2019), y posteriormente, aplicados en el Currículo del Subsistema Bolivariano de Venezuela (2007), en los que se define a Venezuela como un país multiétnico y pluricultural, y que asume la interculturalidad como un principio rector y un eje integrador educativo, además de promover la educación intercultural bilingüe y el diálogo intercultural con los pueblos y culturas del mundo.

Desde este marco educativo, la interculturalidad es un proceso social interactivo de reconocimiento y respeto por las diferencias existentes en una o varias culturas, indispensable para construir una sociedad justa en el ámbito político, social, cultural, etario, lingüístico, de género y generacional. Va más allá del respeto por lo diferente, porque implica la autorecreación del “yo” a través de un juicio crítico de los valores del otro.

Es una propuesta ético-política basada en un diálogo donde ambas partes son iguales y respetuosas de las creencias, saberes y prácticas del otro, y busca comprenderlo desde su propia visión del mundo y su jerarquía de valores. Por esta razón, la educación intercultural debe estar enfocada en la convivencia y en el diálogo intercultural, siendo así el eje central de los esfuerzos de socialización y de intercambio de saberes propios de los procesos educativos. Tal como lo plantea, Raúl Fornet-Betancourt (2004, p. 8): (…) Una pedagogía intercultural implica la construcción de sensibilidades y conocimientos que nos ayudan a trascender lo propio y a saborear lo diferente, a reconocer lo propio en lo ajeno y a ser críticos en lo que favorece la exaltación de la vida o que niega la dignidad humana.

Desde la interculturalidad debe abrirse la posibilidad de un equilibrio epistemológico capaz de cambiar la deslegitimación de las memorias, costumbres y tradiciones que no concuerdan con la cultura dominante. Es necesario así una verdadera “transformación intercultural”, en la que se valore la diversidad de referencias culturales de los actores de los procesos educativos” (Melissa Méndez, 2009, p. 62). Este giro intercultural nos lleva a la revisión de cómo está presente en los contenidos de los subsistema educativos venezolanos el pensamiento de nuestros pueblos originarios. Se trata de preguntarnos de qué manera podemos acercar a las nuevas generaciones al contacto con la naturaleza y la sociedad, aproximar a los estudiantes al conocimiento que cada pueblo tiene de su cosmología, su propia tecnología, su tratamiento de las enfermedades, dándole así, desde la educación, una visión cultural amplia de su entorno.

Es fundamental, entonces, repensar la educación para así interrogar las filosofías que la sustentan y de esta forma hacer una revisión crítica de los contenidos de la educación intercultural venezolana. De este modo podremos preguntarnos si hasta ahora el proyecto educativo ha estado generando alternativas que den respuesta a la demanda de justicia cultural de los contextos latinoamericanos. Y, sobre todo, si estos contenidos realmente reconocen la visión de aquellos hombres y mujeres cuya palabra, tradiciones y formas de producción de saberes han sido históricamente negadas; atendiendo a la demanda de la legítima posibilidad de pronunciar el propio logos en igualdad de condiciones, demanda de ruptura de la asimetría que ha caracterizado la relación entre las culturas del saber (Méndez, 2009, p. 62).

Para la filosofía intercultural es necesario conocer la concepción del ser humano que se quiere promover con las orientaciones y las prácticas pedagógicas, plantea una pedagogía del discernimiento de las epistemologías que tenemos a disposición (Fornet-Betancourt, 207, pp. 37 y 38). Este marco permite abrir un horizonte para orientar nuestra práctica pedagógica a promover un ser humano dignificado. Fornet-Betancourt propone una pedagogía del “discernimiento continuo”, del “discernimiento emotivo”, que tenga como finalidad la revisión constante de lo que estamos conociendo y así determinar si lo que estamos dejando transmitir es lo que realmente debemos saber.

Ahora bien, la filosofía intercultural intenta, desde sus posturas, cambiar la conflictividad actual del mundo globalizado brindándole mayor capacidad discursiva a las culturas para integrarse en una diversidad histórica que afiance mejores relaciones para la convivencia, a través de una interpretación hermenéutica, epistemológica y antropológica de las realidades compartidas (Fornet-Betancourt, 2004). Desde este punto la interculturalidad sería como una cualidad en la que vamos dejando de ser analfabetos de nosotros mismos y analfabetos del contexto. (…) La educación que se transmite crea analfabetos contextuales, gente que sabrá mucho, que tendrá mucha información pero no sabe leer el mundo. No sabemos lo que somos si no sabemos tampoco dónde y cómo estamos en lo que somos. Es importante, entonces conectar la subjetividad para encontrar perspectivas pedagógicas que recuperen el proceso educacional, formativo como una forma de recuperar el mundo para biografías que comparten sus subjetividades (Fornet-Betancourt, 2009, p. 13).

Para lograr esta subjetivación que expresa el autor es necesario leer las biografías en claves interculturales y no en claves etnológicas. De ahí la importancia de las preguntas que plantea el autor: ¿Qué se ha hecho de nosotros? y ¿qué hacemos nosotros de lo que se ha hecho de nosotros? De esta manera, el sujeto cuestiona la subjetividad heredada e introduce un momento de ruptura en la subjetividad que lo sujeta, por el que puede llegar a ver su propia subjetividad.

Es por medio del diálogo intercultural que se busca articular una respuesta alternativa que se opone a la integración o asimilación de la alteridad en una supuesta “cultura mundial”, monoculturalmente predeterminada, para proponer la transformación y la reorganización de la universalidad del mundo con base en relaciones de cooperación y de comunicación solidarias entre los diferentes universos culturales de la humanidad. Ante esto es de vital importancia la revisión de los materiales pedagógicos y contextualizarlos a las costumbres, tradiciones, creencias, valores y cosmovisiones de las culturas, y así recuperar la historia de los hombres y mujeres que poblaron nuestras regiones. Sobre todo, conectarnos con la esencia de la familia aborigen, la visión de la infancia y el desarrollo de la misma. Encontrarnos con una historia cercana a nosotros, en la que niños y niñas compartían actividades lúdicas que giraban en torno al río, aprendían a través de la lectura de la naturaleza y de las enseñanzas de vida de la madre. En conclusión, el rescate del hilo discursivo histórico de nuestros pueblos originarios determina la consolidación de un referente vital para la memoria colectiva latinoamericana.

Es un imaginario que es más cercano a lo que somos, en contradicción al generado por el pensamiento occidental. Es un vernos desde adentro para comprender nuestras raíces.

Referencias bibliográficas

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999, 15 de diciembre).

Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 36.860. Caracas, 30 de diciembre de 1999.

Eliade, Mircea (1961). Mitos, sueños y misterios. Buenos Aires: Compañía General Fabril Editora.

Fornet-Betancourt, Raúl (2004). Reflexiones de Raúl Fornet-Betancourt sobre el concepto de interculturalidad. México, D.F.:

Consorcio intercultural. ____ (2009). Interculturalidad en procesos de subjetivización. Reflexiones de Raúl Fornet-Betancourt. México, D.F.:

Consorcio intercultural. Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2005).

Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.344. Caracas, 27 de diciembre del 2005.

Méndez, Melissa (2009). «Aportes de la filosofía intercultural en la tarea educativa».

Revista de Educación. Diálogos. Instituto de Investigación y Formación Pedagógica. Universidad Don Bosco, San Salvador, año 3, (4), pp. 57-70.

Ministerio del Poder Popular para la Educación, MPPE (2007). Currículo del Subsistema de Educación Primaria Bolivariana. Caracas: Fundación Imprenta

Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2013-2019). Caracas: Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

Reyes, Luis (2008). El pensamiento indígena en América Latina. Los antiguos andinos. Buenos Aires: Biblos.

Sánchez, Beatriz (2005). «Filosofía mítica wayúu». Revista de Artes y Humanidades UNICA, año 6, (14). Maracaibo: Universidad Cecilio Acosta. Santillana (2009). Pueblos indígenas de Venezuela. Caracas: Colección Bicentenaria.

 

Fuente del artículo: http://ontoepistemico.blogspot.com/2016/11/el-pensamiento-mitico-venezolano-desde.html

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10 libros para acercar la Filosofía a todos los públicos

Por: Marta Moreno.

Iniciamos una recopilación de obras que tienen como protagonista a la filosofía y cuyo objetivo es acercar a cualquier persona la esencia de esta disciplina y dejar clara su conexión con el desarrollo personal a través de un lenguaje cercano y sencillo.

Aunque la Filosofía es una de las materias que más conexión guarda con la esencia del ser humano, si no se explica de forma amena y didáctica, en ocasiones puede resultar difícil de comprender. Para facilitar esta tarea, hay libros para acercar esta materia a todos los públicos dada la sencillez con la que tratan el pensamiento de los diferentes filósofos de todas la épocas. Con el fin de que cualquier persona entienda el verdadero significado de la Filosofía, hemos recopilado algunos títulos que explican de manera sencilla muchas de las cuestiones relacionadas con ella.

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1De Batman a Platón

Educar a niños sanos y emocionalmente felices es una de las mayores preocupaciones de cualquier padre. Pero, ¿cómo conseguirlo? Por medio de una formación que les haga capaces de enfrentarse a las dificultades que se van a encontrar por el camino. El autor aporta las pautas de actuación basadas en el sentido común y en el pensamiento de algunos de los grandes filósofos de la historia para que, gracias a ellas, los niños aprendan a entender y a tomar decisiones por sí mismos en el día a día de manera autónoma.
Autor: José Carlos Ruiz. Editorial: Almuzara

 

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2Viaje a la sabiduría

Vivir la vida de manera intensa y plena requiere una actitud decidida para afrontar con éxito los grandes retos de la existencia, los cuales muchas veces se evitan por comodidad o rutina. En sus más de 75 capítulos, este pensador y doctor en Filosofía invita al lector a viajar de forma filosófica para reflexionar sobre los asuntos más importantes de la vida. Lo hace a través de una serie de textos breves dedicados a algunos de los pensadores más importantes de la historia.
Autor: Antonio Fornés. Editorial: Diéresis

 

Así es la vida

3Así es la vida

En este libro se recopilan algunas de las soluciones que Tomi Ungerer, autor e ilustrador francés, ofreció como respuestas a las preguntas más inocentes que le fueron elaborando los niños a lo largo de los años. Cada una de ellas es un destello filosófico de pura inteligencia para todas las edades, pero lo son especialmente para los adultos que tienen mucho que aprender del niño que fueron un día. Tanto la formulación de la pregunta como la forma que da al autor a cada una de las respuestas pueden servir en clase para acercar esta materia a los estudiantes.
Autor: Tomi Ungerer. Editorial: Blackie Books

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4Filosofía explicada en once frases

Profesor de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), Darío Sztajnszrajber es conocido por impartir charlas al aire libre y conferencias en las que acerca el mundo de la filosofía a todos los públicos de una manera diferente, algo que también realiza en sus clases. En su última obra lo hace a través de una historia novelesca: después del asesinato de un joven en el metro de Buenos Aires, intentará descubrir las causas basándose, para ello, en las reflexiones de once pensadores clásicos.
Autor: Darío Sztajnszrajber. Editorial: Ariel

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5El niño filósofo

Una guía para docentes y familias en la que el autor, profesor de Filosofía en la Escuela Sadako de Barcelona, reflexiona sobre la importancia de esta asignatura en Educación Infantil. En su opinión, su estudio ayuda a formar ciudadanos más libres y críticos. El libro se estructura en dos partes: la primera, una extensa reflexión sobre por qué la filosofía debería ser materia obligatoria en todas las etapas educativas, y la segunda, en la que se recoge la opinión de 14 filósofos sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo infantil.
Autor: Jordi Nomen. Editorial: Arpa

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Fiosofía para bípedos sin plumas

6Filosofía para bípedos sin plumas

Una visión irreverente y humorística de las teorías de los principales filósofos que ayudarán al lector a reflexionar sobre el origen del universo y los límites del conocimiento. Lejos de ser teórica, esta obra está escrita en un lenguaje muy ameno e incluye diferentes dibujos, fotografías e ilustraciones desenfadadas que completan las explicaciones. Está escrito por Daniel Rosende, profesor de Filosofía y autor de ‘Unboxing Philosophy’, un canal de YouTube de filosofía académica que muestra temas relacionados con esta materia en formato digital.
Autor: Daniel Rosende. Editorial: Martínez Roca

 

Lecciones preliminares de filosofía

7Lecciones preliminares de filosofía

Después de impartir un curso en la universidad argentina de Tucumán en 1937, el filósofo español Manuel García Morente dejó algunas reflexiones muy interesantes. En ellas, explica la historia de la filosofía del ser y del conocer, desde los pensadores presocráticos hasta Husserl o Heidegger. Muchas de ellas están recogidas en esta obra y, a través de su lectura, será posible entender el porqué y el cómo la humanidad ha llegado a ser lo que es en la actualidad.
Autor: Manuel García Morente. EditorialEdiciones Encuentro

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Viaje al centro de la filosofía

8Viaje al centro de la filosofía

Diluir las diferencias entre las cuestiones teóricas de la filosofía y las futilidades que se desvían de ellas es una de las premisas de esta obra, escrita por el asesor filosófico de la conocida serie televisiva ‘Merlí’. Hace especial hincapié en que esta materia surge de las posturas singulares de los pensadores ante la realidad y sus aventuras por el mundo de la reflexión y expone diferentes anécdotas personales sobre los autores clásicos con el fin de que el lector aprenda a razonar.
Autor: Nemrod Carrasco. Editorial: Paidós

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9El arte de pensar

Según su autor, el arte de pensar se reduce a conocer las circunstancias que nos rodean y saber interpretar adecuadamente cada contexto. Si tenemos clara esta premisa, la decisiones en torno al proyecto de vida que queramos plantearnos, tendrán mucha más probabilidad de éxito. Para poder alcanzarlo, alude al pensamiento de los grandes filósofos ya que, para él, su legado es uno de las armas más potentes para estimular el pensamiento crítico de cualquier persona.
Autor: José Carlos Ruiz. Editorial: Almuzara

El-niño-filosofo-y-el-arte

10El niño filósofo y el arte

Segunda parte de ‘El niño filósofo, este ensayo  traza los puentes entre la filosofía y el arte con un objetivo claro: promover el desarrollo del pensamiento creativo y la sensibilidad estética en la infancia. Está dividido en dos partes diferenciadas: una teórica y otra en la que propone actividades para realizar con los niños basadas en recursos musicales, plásticos, literarios y fotográficos.
Autor: Jordi Nomen. Editorial: Arpa

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/libros-acercar-filosofa-todos-los-publicos/107723.html

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Una pedagogía para el aprendizaje profundo

España / 16 de diciembre de 2018 / Autor: José Blas García Pérez / Fuente: INED21

INTRODUCIENDO

No es esta la primera vez que reflexiono sobre la diferencia entre información y conocimiento. Lo hago con mis alumnos y alumnas de la Facultad de Educación y, muchas veces, las tomo como hilo conductor en alguna de las acciones en la formación permanente en las que participo. De hecho, me gusta pensar como docente en ello, porque pienso que en ese camino está el sentido de nuestra acción y valor diferencial con respecto a otras profesiones: ayudamos a construir el progreso natural del conocimiento y ayudamos a sistematizarlo en procesos didácticos.

Fue leyendo este verano a Emilio Lledó (2018) Sobre la educación1, editado en Taurus, cuando relacioné sus palabras y su mirada de gran pensador con lo que la experiencia –tantas veces– me había  demostrado y –tantas otras veces–, de una forma u otra, con mayor o menor aproximación, ya había expresando en esas conversaciones docentes a las que me he referido.

Entendimiento-Razón-Sabiduría

3 estadios de un proceso hacia el aprendizaje profundo

¿Cómo nos presenta LLedó el progreso natural del conocimiento humano? Argumenta que lo hace en tresfases o estadios: el entendimiento, la razón y la sabiduría.

Esta forma de presentar una secuencia en el progreso del conocimiento humano me hace volver a pensar sobre si esto es transferible a cómo  se produce el progreso natural de la enseñanza. Y conecto con los debates que suelo compartir en mi acción formadora y con conceptos sobre, por ejemplo. Pedagogía lenta(slow learning) de Carlo Petrini y Carl Honoré, o representaciones gráficas muy ilustrativas de teorías más profundas como la Pirámide de Bloom (el cuadrado del aprendizaje auténtico) o el Ciclo de Kolb.

Reflexionando los argumentos de Lledó me pareció lógico la necesidad relacionar esta teoría con un modelo pedagógico y coherente que, de forma más o menos sistemática y progresiva, pueda recorrer un camino hacia el escalón más alto de la tri-escala del aprendizaje, que él llama sabiduría y que a mí me inspira para entender que se trata de, lo que en términos más escolares, me gusta denominar aprendizaje profundo.

Hagamos un recorrido por los tres estadios de progreso natural del conocimiento desde el hombre del entendimiento al hombre sabio y relacionando con una secuencia de aprendizaje que siempre considere las tres escalas.

Estadio 1: Entendimiento

El entendimiento es una forma de conocimiento al que se llega por la información y la experiencia. A través de una experiencia guiada se puede instar al alumnado a hacer deducciones, conjeturas o incluso formular principios.

Al entendimiento se llegará pasando desde la experiencia a juicios intuitivos y a través de ellos a conceptos.

Recuerdo una experiencia dentro de un proyecto sobre “El Agua” para alumnado de los primeros curso de primaria que denominó su maestra “Flotar- Hundir”. En ella, el alumnado hacía observaciones, rellenaba datos en tablas y gráficos sobre las observaciones que realizaban y las experiencias que tenían sobre cuerpos que flotaban y cuerpos que se hundían.Los escolares hacían conjeturas sobre el porqué un corcho flotaba y una canica se hundía. Recuerdo que hablaban del tamaño y del peso. Y extraían sus propias ideas sobre la relación entre ambos. Nunca hablaron de densidad…¿o sí? La maestra les guió a observar, medir y pesar lo que sucedía cuando metían un cuerpo en una vasija con agua a ras y ésta se desbordaba. Y a establecer relaciones. Y cuando apreciaban que siempre sucedían comportamientos parecidos se atrevía a formular un “siempre que…”, generando principios, Seguramente, con más método, sistema y ciencia, Arquímedes fue así como consiguió formular un principio que ha servido, no solo para diseñar barcos que floten, también para idear aviones que vuelan.

A través de la enunciación de principios, somos capaces de formular mensajes y conceptos, es decir, de generar ideas o imágenes a través de la palabra.

Así, el entendimiento es un estadio de conocimiento que nos permite que algo observado de la experiencia, concebido o formado en la mente, sea verbalizado y compartido con otros.

Podríamos considerar que «entender» lo que sucede, es «la unidad mínima cognitiva del aprendizaje».

Estadio 2: La razón

La razón se relaciona con fundamentos y con consecuencias. Un razonamiento, podríamos decir que es elpaso siguiente, la forma de conocimiento más elaborado que un concepto.
El razonamiento nos permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos.
Así, el alumnado aprende a argumentar y a expresar. Podríamos definir  un argumento como la ‘expresión lingüística de un razonamiento‘.

En este estadio de la razón, la hipótesis, el razonamiento deductivo y el razonamiento inductivo, el análisis y la síntesis, son procesos que puede ser desarrollados y que retroalimentan al hombre de la razón.

De esta manera, cuando en una lección de TBL, denominada por Robert Swartz “Predicción con destreza”, nos hacemos preguntas sobre qué podría ocurrir;  qué información deberíamos buscar para decidir si una predicción es probable; sobre qué evidencias encontramos y  nos ayuda a razonar si, sobre las evidencias encontradas, la predicción que hicimos  es probable, improbable o dudosa. es evidente que nos encontramos trabajando en este segundo estadio hacia la creación de conocimiento.

Estadio 3: La sabiduría

A la sabiduría se llega encajando y organizando los complejos elementos del mundo que nos rodea:  el científico, el personal, el laboral, el emocional, el de las relaciones humanas…

Las personas sabias son mejores científicos o académicos porque toman decisiones más acertadas, porque tienen mayor auto conciencia y regulación emocional; porque poseen mayor motivación hacia la tarea y mayor resiliencia ante el fracaso, las incertidumbres y los altibajos del conocimiento y las emociones; porque, en definitiva, poseen un gran desarrollo empático para relacionarse con el mundo que le rodea.

Una experiencia que viví como observador en un aula de secundaria fue la siguiente: el profesor pedía que todo el alumnado de su aula tomara parte en un debate complejo sobre exclusión social y racismo. En esta “toma de parte” debían aportar  criterios que le ayudasen a elaborar juicios,  siempre aportados de su propia experiencia. Una vez todos los alumnos habían trabajado esto de forma individual, las experiencias y situaciones similares, pero de opciones diferenciadas, eran enfrentadas   por pares. Estos distinguían los elementos contradictorios que les enfrentaban, que luego trasladaban a una tabla compartida en Google Drive, que exponían de manera sincrónica para toda la clase.  Ellos mismo evaluaban el peso de su criterio. En esa situación de diálogo el alumnado comparaba situaciones y contrastaba opiniones de tal modo que muchas de ellas perdían peso en sus argumentos, llegando incluso a situaciones de opinión muy próximas, que re-evaluaban. Este debate, en forma e tabla, se compartía de modo grupal para el aula. Así, unos  y otros co-aprendían a partir de la experiencia y el razonamiento de los demás, encajando y reorganizando su pensamientos complejos sobre el tema debatido. Entre todos hicieron visibles momentos de su vida donde podrían transferir lo aprendido , confeccionando una lista de situaciones comunes y validas para todos. 

VENTAJAS

En las propuestas de Lledó  veo ventajas:

Si siguiendo este modelo como proceso educativo, un individuo no llega a ser un hombre sabio, (cosa fácil que ocurra) siempre gana, pues en el proceso se habrá convertido en alguien más experimentado e inteligente.

Sin embargo, si se hace el proceso invertido, es decir, pretendemos que se adquiera conocimiento como el primer objetivo, se puede tener un especie de «razón» sin estar basada en el entendimiento, incluso podemos y hasta tomar  una  ciencia prestada que no ha ido naciendo de él, provocando competencias y seudo capacidades estériles.

Podremos evaluar con calificaciones que parezcan de sabios, pero en realidad, estaremos promoviendo estudios sin entendimiento, estaremos tal como lo nombra don Emilio Lledó,«formado cabezas disparatadas».

Para cerrar este artículo, nos paramos en dos, de las cientos de frases inspiradoras que ofrece este libro, que dejo aquí para la reflexión. La primera de ella relacionada con la filosofía inspiradora de las metodologías activas. La segunda, un poco más removedora, para hacernos pensar sobre el papel de la escuela y el nuestro propio como docentes.

«Al alumno no hay que transportarle, sino guiarle para que en el futuro sea capaz de caminar por sí solo».

Basada en E. Kant

«La escuela, como anticipo de la sociedad de consumo, es capaz de generar las necesidades más innecesarias».


1 Lledó, E., (2018). Sobre la educación: La necesidad de la literatura y la vigencia de la filosofía. Madrid, España: Taurus

 

Fuente del Artículo:

UNA PEDAGOGÍA PARA EL APRENDIZAJE PROFUNDO

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 16 de diciembre de 2018: hora tras hora (24×24)

16 de diciembre de 2018 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 16 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Tito Pineda, el músico venezolano que enseña a través de su cultura en esta escuela chilena

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01:00:00 – Libro: Experiencias de educación indígena en Colombia: entre prácticas pedagógicasy políticas para la educación de grupos étnicos (PDF)

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02:00:00 – Cuba ratifica ante Unesco compromiso con la educación (+Foto)

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03:00:00 – Aprendizaje basado en el fracaso. La asignatura pendiente. #innovacioneducativa (Artículo de Ángel Fidalgo)

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04:00:00 – Guatemala: El 90% de los estudiantes de 15 años no logra el nivel básico de conocimientos

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05:00:00 – Los 8 buscadores académicos que todo estudiante debe conocer

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06:00:00 – Siete consejos de la UNESCO para favorecer la educación inclusiva de migrantes y refugiados

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07:00:00 – 9 razones por las que No Cualquiera elige estudiar pedagogía (Artículo de Camila Londoño)

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08:00:00 – Costa Rica: Siguen los recortes a la educación superior

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09:00:00 – Libro: Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado (PDF)

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10:00:00 – Chile – Ecuador: La poesía de Mistral visitará las escuelas

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11:00:00 – Fortalecer la vocación docente (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

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12:00:00 – Canales de Youtube para maestros

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13:00:00 – 5 formas de usar Instagram en el aula

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14:00:00 – Pepe Mujica insiste en que la educación es un camino para acabar con la desigualdad

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15:00:00 – Una pedagogía para el aprendizaje profundo (Artículo de José Blas García Pérez)

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16:00:00 – UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

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17:00:00 – Libro: Educación y Comunicación. Del capitalismo informacional al capitalismo cultural (PDF)

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18:00:00 – Paraguay: Reforma educativa: Más protestas contra acuerdo con Banco Mundial

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19:00:00 – El INEE también… (Artículo de Alberto Arnaut Salgado)

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20:00:00 – Huelga en la educación primaria de Costa de Marfil

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21:00:00 – Historia De Las Organizaciones Revolucionarias En ALC Entrevista A Edgar Sánchez (2), Luis Bonilla-Molina en SoundCloud (Audio)

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22:00:00 – Ecuador: Trabajadores universitarios defienden presupuesto 2019

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23:00:00 – Embajador de Finlandia: “Antes de ser embajador fui profesor, un buen docente puede hacer milagros”

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

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La didáctica (infalible) de la vejez

Por: Carlos Mármol

Saber envejecer es un arte que, además del permiso del destino, requiere asumir que la vida es un largo viaje donde lo importante no es que las cosas cambien, sino que cambiemos nosotros.

La vejez, que es una de las tres indudables edades del hombre, encierra en sí misma una contradicción: todos queremos conocerla, pues es la única prueba cierta de una existencia longeva, pero al toparnos con ella –en primera persona o por experiencias indirectas– la maldecimos. Hacerse viejo, esa hermosa palabra que odian los que profesan los dogmas de lo políticamente correcto, es un grave inconveniente al que sólo podemos adaptarnos. Ésta es la enseñanza recurrente que la larga tradición de la literatura didáctica viene recomendando desde el origen de los tiempos. Sépanlo: los mejores tratados de autoayuda no son los que nos venden los predicadores y los clérigos contemporáneos, llenos de lugares comunes, sino aquellos que escribieron –para nosotros– los grandes sabios de la historia.

De las mejores obras clásicas sobre filosofía de la vida, De Senectute, el célebre diálogo de Marco Tulio Cicerón dedicado a la vejez, es una rara avis porque en vez de deleitarse lamentando los quebrantos de la última etapa de la existencia elogia la vejez inteligente como si fuera una suerte de segunda juventud. ¿Exagerado? No sabremos nunca si Cicerón era sólo un intelectual optimista, un consumado idealista o quizás, dadas sus conocidas veleidades políticas, ocultara bajo su oratoria a un demagogo irónico, pero lo cierto es que, frente al rosario de calamidades que otros autores vinculan con el crepúsculo vital, el gran retórico romano siempre ve la botella medio llena. Es de agradecer, aunque no se compartan todos sus argumentos, cuya modernidad de cualquier forma resulta asombrosa si se tiene en cuenta que fueron compuestos cuarenta años antes del nacimiento de Cristo por un hombre al que la elocuencia le hizo pasar a la historia pero que, lejos de morir con sosiego en una de las villas agrarias de la élite romana, fue degollado tras una conjura y su cabeza y sus manos fueron expuestas en el Foro, el atrio de sus mejores discursos. A Cicerón le aplicaron en vida un didactismo absolutamente realista.

Cicerón defiende que la desgracia de hacerse viejo no es consecuencia de la vida, sino resultado de las costumbres y la mentalidad con la que vivimos.

Su obra sobre la decrepitud humana, escrita con 62 años, que en Roma era un edad mágica porque la vida se contaba en periodos de siete años (los septenarios), está planteada como una conversación figurada entre Catón El Viejo y dos jóvenes (Escipión y Lelio). A través de la conversación ficticia entre estos tres personajes Cicerón explica en qué consiste el arte del buen envejecer. Básicamente su tesis es que nos hacemos viejos exactamente igual que vivimos. Dicho de otra manera: nuestra vejez depende del destino tanto como de nuestra personalidad y de la capacidad de adaptación que tengamos ante las circunstancias. La literatura clásica que se demora en exceso sobre las miserias de la edad incide en los males de las enfermedades, el abandono, lo efímero del placer, la pobreza y el maltrato del tiempo. Homero incluye en sus grandes epopeyas a ancianos venerables, como PríamoLaertes o Néstor, pero califica la ancianidad como una etapa abominable. La visión negativa de los viejos está presente en Hesíodo, el teatro griego y en la poesía satírica y elegíaca, donde se somete a escarnio a personajes como la vieja presumida o el viejo enamorado. El derecho romano atribuía laureles al hecho de cumplir muchos años, pero los poetas latinos, desde Plauto a Ovidio, pasando por CatuloJuvenal y Horacio, no dudaron en dar una visión cruel sobre los ancianos, víctimas del tiempo y, de igual manera, seres negligentes.

Marc Tulle Ciceron Cicero, from tome 3, folio 603 recto of Les vrais pourtraits et vies des hommes illustres grecz, latins et payens (1584) by André Thevet.

Grabado de Cicerón de André Thevet (1584).

Cicerón, en cambio, recogiendo ideas de los griegos, defiende que la desgracia de hacerse viejo no es consecuencia de la vida, sino resultado de las costumbres y la mentalidad con la que vivimos. El primer error, según De Senectute, es óptico: todos moriremos, con suerte, tras un deterioro biológico que conviene aceptar de partida. Negarse a esta evidencia no cambiará la rueda del destino. Sólo a partir de la aceptación de cuál es el final del camino cabe hablar de los remedios posibles o detenerse en los atenuantes para afrontar el trance. La clave para vivir una vejez virtuosadepende de cómo hagamos este viaje hacia el final de la vida y de la inteligencia con la que compensemos las dificultades del camino. “Siempre ha sido necesario un final, y, como sucede en los brotes de los árboles y en los frutos de la tierra, tras su madurez oportuna, el sabio ajado y caduco debe aceptar con serenidad su final. ¿Qué otra cosa es oponerse a las leyes de la naturaleza sino luchar contra los dioses, como si fueran gigantes?”, escribe Cicerón.

Tras la aceptación, que no es necesariamente una resignación, envejecer con inteligencia implica aceptar sin ira la muerte de las pasiones –que simplemente dejan de serlo– y tratar de sustituirlas por la actividad intelectual, compensando de esta forma el deterioro físico con el enriquecimiento espiritual. Es lo que hacían los grandes filósofos antiguos: no dejar nunca de aprender, incluso cuando parece que el conocimiento carecerá de finalidad práctica. Catón estudió griego en los últimos años de su vida. Sócrates, antes de recibir la cicuta, fue un eterno aprendiz de arpa. Hasta Borges, que es lo más parecido a un escritor clásico que hemos tenido en los tiempos modernos, dedicó los últimos años de su existencia a aprender lenguas escandinavas. “Cada idioma” –decía– “es una forma distinta de sentir el universo”.

Envejecer con inteligencia implica aceptar sin ira la muerte de las pasiones –que simplemente dejan de serlo– y tratar de sustituirlas por la actividad intelectual.

Aprender es seguir viviendo otras vidas. Muchos siglos antes de que en las escuelas de negocios se inventara la idea de la formación continua, Cicerón recomendaba hacer coincidir el curso de la existencia con el estudio perpetuo y la lectura permanente. La vejez, pese a los males del cuerpo, puede ser una edad digna si se mantiene hasta el final la autonomía mental. Incluso cabe la posibilidad de gozar de cierto predicamento social: la autoridad de los viejos, presente en todas las culturas, es una manera de resaltar el prestigio de la experiencia, un atributo que sólo puede obtenerse si se vive hasta el último día. “Si no vamos a ser inmortales es deseable que el hombre deje de existir a su debido tiempo. Pues la naturaleza tiene un límite para la vida, como para todas las demás cosas. La vejez es el último acto del drama de la vida, de cuyo agotamiento debemos huir sobre todo si esto se añade a la hartura. Esto es lo que tenía que deciros acerca de la vejez, a la que ojalá lleguéis, para que las cosas que me habéis oído decir las podáis comprobar por experiencia”.

Marcus Tullius cicero, De Senectute. Wellcome M0013786

Imagen del diálogo ‘De Senectute’ en una edición para bibliófilos/CG.

Parece una evidencia, pero es un monumento al sentido común. Un argumento que se repite tanto en las culturas orientales como en las occidentales. “La cosa más importante en la vejez es tener un buen entierro”, dice un proverbio chino. Los antiguos funerales orientales duraban siete semanas. En ellos se honraba a los ancianos vivos junto a los ancestros muertos. Los católicos, que creen en la vida eterna, no deberían temer a la vejez, antesala del encuentro con Dios. Tampoco los ateos deberían espantarse si piensan que tras la vida no existe nada más. Sin misterio no hay incertidumbre. Los posmodernos, escépticos ante cualquier relato trascendente, contemplan la vejez como una etapa más del sinsentido de la vida. En la era de la cultura digital podríamos hablar de las extraordinarias virtudes de envejecer con flow. Los sabios coinciden: envejecer con sabiduría es aceptar que no hay nada que hacer. Y adaptarse. Las cosas más inevitables de la vida son las que concitan mayor unanimidad.

Fuente:  https://cronicaglobal.elespanol.com/letra-global/cronicas/didactica-infalible-vejez_128288_102.html

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Filosofía para/en la vida

26 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Jhon Izquierdo Martínez

Un nuevo paso, la redefinición de la cotidianidad de los invitados al discurso desde una lectura propia de las realidades es parte del carácter propio de la filosofía.

¿Qué tan bella puede llegar a ser la sabiduría? Lo pregunta una persona que, mirando a los ojos de la dificultad, comprendió que la asimilación de la belleza implica un gran esfuerzo: el de entregar una parte de sí al ocio de la contemplación, en otros términos, abandonarse al ejercicio de una lectura constante en realidades inmediatas y fugaces. Lo dice una sola persona sola ante la realidad, una supuesta orientadora de saberes arcaicos que se resiste a ver su saber desvirtuado, desvalorado. Ante tal cuestionamiento surge una pregunta: ¿Cómo transmitir el interés por tal lectura?

Como una locomotora cuyos carriles vemos pasar uno a uno frente a la estación, las preguntas se siguen ante la impotencia de la respuesta clara ¿debemos transmitirla? ¿Queremos transmitirla? ¿Podemos hacerlo? ¿Por qué hacerlo? A todas ellas podemos dar un valor pueril desde la oscuridad que impera frente al discurso, ya porque las discusiones no han sido suficientes, ya porque las mismas han quedado relegadas a un segundo, y hasta tercer plano los espacios para tal reflexión ¿a qué debemos tal fenómeno?

Es aquí donde la discusión sobre la llamada utilidad de la filosofía entra a jugar como titular. Al no reconocer su valor crítico (o al no querer evidenciarlo), su lugar como lectora soterrada de las realidades, como develadora[1] de principios y conceptos, y así mismo, denigrar su valor concreto, comparándola con la practicidad de la demás ciencias,  se le puede colocar en el anaquel de los recuerdos como una molesta compañera que se remite únicamente a forzar y, así mismo, a ejercitar nuestro intelecto desde el desacreditado ejercicio de la lectura. Esta limitación implícita en su misma definición superficial, hecha desde la misma academia, ha desvirtuado el valor de su ser primordial: la pregunta.

Es así como la pregunta en sí puede dar luces sobre lo que se consideró desde el principio como belleza. Y es que la capacidad que tiene la filosofía de reflexionarse a sí misma y a su práctica puede enamorar a quien se preocupe por las posibilidades del develamiento y su cercanía a la verdad. Pensarse la filosofía es una oportunidad para amarla.

La claridad se nos presenta en el camino de la reflexión (y en forma de pregunta): ¿podemos amar más a quien se nos muestra humilde, despojado de todo obstáculo o a quien echa mano de la apariencia para formarse una imagen con intensión de perfección pero carente de contenido? La comprensión de la intensión crítica de la filosofía nos lleva a darnos cuenta de nuestro papel como orientadores y se descubre en ella la necesidad de leer a quien recibe la filosofía desde un primer momento como un aprendiz del filosofar más no de la filosofía como dogma, como organizadora de pensamientos atemporales, sin espacio, sin lugar en la concreción de nuestras dinámicas actuales.

Un paso más hemos dado en la resolución de la pregunta que interroga por el bello camino del filosofar y nos topamos con una interpelación crucial ¿cómo preparamos al joven para el hecho mismo del filosofar? ¿Cómo ponemos en él o ella la inquietud que implica el filosofar?

Ese, quien recibe por primera vez la filosofía, se encuentra con el miedo natural que implica sentirse indefenso ante el esfuerzo que implica el filosofar, peor aún si se enfrenta a conceptos pétreos y sin lugar en su realidad.

Al pensar en lo anterior, por los pasillos de la academia se reflexiona sobre un concepto tan vacío como amplio, a saber, la motivación, mas ¿en dónde encontrar la piedra angular de su realización? El juego, el uso de las nuevas tecnologías, la apropiación de las dinámicas mentales de los jóvenes como excusa para la implementación de actividades o hasta la alteración de la estructura básica de la clase, se nos han presentado como posibles respuestas ante tal cuestionamiento, pero ¿hasta dónde se puede evidenciar la efectividad de tales estrategias cuando de lo que nos interesa hablar más del fondo que de la forma?[2] Y me refiero a esta relación ya que, como se enunció previamente, la actitud soterrada de la filosofía se interesa inicialmente en la pertinencia de las bases que sustentan el discurso más que en la apariencia del mismo. En tal caso, la filosofía impele a una revisión exhaustiva de los aspectos epistemológicos que sustentan las ciencias, las realidades y así, de la cotidianidad.

Un nuevo paso, la redefinición de la cotidianidad de los invitados al discurso desde una lectura propia de las realidades es parte del carácter propio de la filosofía. ¿Redefinición?

Sin lugar a dudas la actitud crítica de la filosofía[3] pide urgentemente una actualización constante de cada contenido y con ello exige repensar la realidad como posibilidad de comprensión y asimilación. “Como señala Alejandro Cerletti: “Lo filosófico” radica en la posibilidad de revisar los supuestos que presentan como obvio cierto estado de cosas y las preguntas que son propias de ese estado de cosas naturalizado”[4]. Este repensar implica poner en duda, cuestionar y, como hemos visto hasta el momento, comprometerse con la preminencia de la pregunta sobre la respuesta. Es así que la dificultad nos da el regalo de la apertura, de la conexión con el infinito, de la belleza.

El pensamiento inicia su camino a la liberación desde su reflexión sobre sí y pone en duda los presupuestos teóricos que definen la realidad como una oportunidad para impulsar la reconstrucción, la constante reorganización de los estatutos dogmáticos que nos limitan desde una actitud determinante, limitante.

Naturalmente se criticarán mis palabras desde la urgencia de institucionalidad pues, en tal imaginario, es solo a partir de la determinación que se puede mantener el orden, pero ¿no es acaso esta imperante concepción de la educación la que ha minado la capacidad productiva y propositiva de los estudiantes hasta el límite de propiciar la renegación y la deserción del modelo?

Es nuestro papel como coordinadoras el estimular al pensamiento libre y al mismo tiempo responsable de sus actos, en donde se tenga como premisa principal la continua construcción de realidades, su desmitificación y la implementación de muevas formas de comprensión que estimulen el desarrollo y el avance del conocimiento. Una actitud como esta, nacida de la propia reflexión y realidad de los iniciados en la filosofía, no puede más que propiciar un nuevo orden en donde el autocuidado, la responsabilidad, el cuidado del Otro, sirvan como regulador de las acciones, de las decisiones, de las relaciones, siempre en consonancia con el valor del respeto.

Es así que se precisa andar en busca de fundamentar la unión entre estudiantes-filósofos-realidades, propiciando la continua reflexión sobre los contenidos de los argumentos que, tanto uno como otro, instauren como posibilidad de verdad. Así mismo pretende recuperar el valor de la filosofía en el contexto académico como posibilitadora de cambios a partir de la constante discusión y crítica. Finalmente redefinir el hecho mismo del filosofar desde la admiración que produce la develación y la belleza que acarrea esto, desde el amor a la sabiduría.

[1] Se toma este concepto directamente de su traducción del latín develāre ‘descubrir’, ‘levantar el velo’. Ver: Diccionario de la lengua española, http://dle.rae.es/?id=DbTjbwX

[2] A pesar de la importancia de este cuestionamiento para la academia, no me concentraré en su resolución ya que se podría desvirtuar el verdadero objetivo del presente escrito.

[3] Cita tomada en: Filosofía y pensamiento crítico”. Juan Diego Ortiz Acosta Depto. de Filosofía CUCSH. Citado en: http://sincronia.cucsh.udg.mx/pdf/2013_a/ortiz_64_2013.pdf

[4] Roberto Miguel Azar, Ibid. Pag. 194. 

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/filosofia-paraen-la-vida

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El nuevo orden mundial y el conspiracionismo

Por: Tere Quezada

La frase “Novus Ordo Seclorum” (El Nuevo Orden de los tiempos), fue inspirada en las bucólicas del poeta romano Virgilio)

Se habla tanto de los mentados Iluminati y el nuevo orden mundial que en raras ocasiones le echo un ojo a toda esa basura, pero no sé qué me asombra más, si la ignorancia de la gente o la incapacidad que tienen para pasar los datos por el filtro de la reflexión. Al menos que pasara por una pizca de cierto juicio. Con agrado y asombro vi hace unos días que la revista Letras Libres escribió un texto (intitulado: Información no comprobada) sobre las mentiras y la manipulación del sitio ruso RT y me agradó mucho porque el sitio RT tiene dentro de varios objetivos engañar con noticias falsas a la gente de América Latina, especialmente cuando se trata de judíos y norteamericanos; noticias que se engullen sin filtro los latinos y que no sólo los alejan de la verdad sino que los dejan aislados del mundo al tener ideas distorsionadas de la realidad provocando un desconocimiento ilusorio de la política internacional.

Por supuesto que hubo un nuevo orden mundial, claro que sí, pero sucedió (arrancó) en MDCCLXXVI, esto es, en 1776, el año de la Declaración de la Independencia de los EU, donde se menciona -por primera vez en la humanidad- las atrocidades de la cacería humana en África. En ese documento histórico del cual el libertador Simón Bolívar se inspiró para escribir el Manifiesto de Cartagena, se menciona por primera vez el trato inhumano de la raza africana para su venta y comercialización como esclavos. Práctica común en ese entonces. Francia, Holanda, Portugal e Inglaterra eran los países que cazaban y comercializaban a la raza negra. EU nunca lo hizo. Al día de hoy no se les ha reclamado dicha participación en la historia, pues son el origen principal de muchos males del África, mucho menos a los franceses, que no han sido  creadores de nada en la historia de la humanidad y se les imputa falsamente como los próceres de la libertad.

Simbología del billete norteamericano.

La frase ?Novus Ordo Seclorum? (El Nuevo Orden de los tiempos), fue inspirada en las bucólicas del poeta romano Virgilio, es una frase tomada del cuarto poema de las ?Églogas de Virgilio? que en latín dice así: Ultima Cumaei venit iam carminis ætas;Magnus ab integro sæclorum nascitur ordo. Iam redit et Virgo, redeunt Saturnia regna, iam nova progenies cælo demittitur alto. En inglés significa lo siguiente: Now comes the final era of the Sibyl‘s song; The great order of the ages is born afresh. And now justice returns, honored rules return; now a new lineage is sent down from high heaven.

Con la Declaración de la Independencia se acaba para siempre con la figura del Señor Feudal y la Monarquía pues los nuevos padres de la patria diseñaron por primera vez en la historia la figura del ?Presidente?, y es George Washington el primer Presidente en la historia de la humanidad.

La frase en latín ?ANNUIT COEPTIS? (Annuit C?ptis) significa «He [God] has favored our undertakings», Dios y la Providencia ha favorecido nuestras acciones». El nuevo diseño político para dirigir al nuevo pueblo libre de ese entonces se crea bajo la aprobación de la ley cristiana pues Dios es el único que puede otorgar los ?derechos inalienables?, esto es, ningún hombre puede autorizar o quitar vida, brindar libertad, o felicidad más que Dios.

Las dos frases van acompañadas del ?Ojo de Horus?, el ojo que todo lo ve, el ojo de la divina providencia basado en el Mito de Osiris, el cual significa ?renacimiento?, los griegos decían: ?En los himnos sagrados de Osiris es evocado aquél que está escondido en los brazos del Sol?, refiriéndose al ojo como una gran fuente de luz y de vida.

A la insignia con toda esta simbología le llaman ?The Great Seal? o El Gran Sello.

En 1782, Sam Adams desde el Congreso (el 3er congreso) llamó a un artista del diseño, William Barton, de Filadelfia, para traer una propuesta a la junta nacional (Third Great Seal Committee), Barton, pintor y experto en heráldica, sugirió una pirámide de trece capas por debajo del ?Ojo de la Providencia?. Los lemas que Barton eligió para acompañar el diseño eran Deo Favente («con el favor de Dios», o más literalmente, «con Dios a favor») y Perennis («eterno»). Los diseños de las monedas fueron diseñadas por Francis Hopkinson, delegado de New Jersey y uno de los firmantes de la declaración de la independencia. Básicamente Hopkinson diseñó la bandera norteamericana también. Años después fue juez federal en Pensilvania.  

En el diseño de la versión final del Gran Sello, Charles Thomson (un ex profesor de latín) mantuvo la pirámide y el ojo para el reverso pero sustituye los dos lemas, utilizando Annuit C?ptis en lugar de Deo Favente, y Novus Ordo Seclorum en lugar de Perennis. Cuando él proporcionó su explicación oficial sobre el significado de este lema, escribió: El ojo sobre ella [la pirámide] y el lema Annuit C?ptis refieren a los muchos significados de la providencia en favor de la causa norteamericana.

La frase de las monedas ?E Pluribus Unum? (?de todos uno?), está compuesta de trece letras al igual que Annuit Coeptis y van acompañadas de 13 flechas, 13 estrellas y 13 rayas. La pirámide tiene 13 niveles. Y todo esto no tiene ninguna otra alusión más que la representación absoluta de las 13 colonias que fundaron los EEUU.

Todo el diseño principal del billete (dólar)  así como sus monedas se creó con un comité elegido por el congreso y de manera pública, nada se hizo en lo oscurito ni en secreto y no tiene ningún otro significado más que el que es. Fue una forma de dejar plasmado para siempre un nuevo orden de vida que cambió el rumbo del mundo y el rumbo de la humanidad para siempre. Hoy nosotros los mexicanos al igual que otras naciones usamos una Constitución, el sistema de los tres poderes divididos y el sistema de partidos.

Yo decidí no discutir más con los masones porque son ellos los que dicen que los padres de la patria fueron masones, lo cual es una gran mentira, los padres de la patria no trabajaron nunca como logia y muchos menos de manera secreta, todo su trabajo fue público en las trece colonias y no hay ninguna documentación ni existe ningún biógrafo experto de la academia (que son los oficiales) que afirme o diga que fueron masones o logia masónica. Al estudiar la documentación completa de toda la teoría política (documentos federalistas) y la Constitución, jamás y de ningún modo, hay algún rasgo, señal o vestigio de ideas masónicas, es una documentación estrictamente de teoría política de gran nivel y excepcional, y como casi todos eran hombres cultos y conocían la filosofía griega, sabían leer latín y griego, pues era obvio que usaran símbolos con influencia de los clásicos griegos y romanos, al igual que la sabiduría egipcia.  

Los masones comenzaron con este chisme en 1827, cuando ya no existía vivo ningún padre de la patria. Desde entonces le han hecho creer a la gente que eran masones y desmentirlo sería agotador e infructuoso.

 fuente: http://www.sdpnoticias.com/columnas/2015/02/01/el-nuevo-orden-mundial-y-el-conspiracionismo

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