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Las mejores Alternativas a Youtube para subir tus Vídeos Educativos

Por: Pablo Espeso. Educación3.0. 24/02/2017

Ya sea para subir tus lecciones como todos esos profesores que ya lo hacen o para incentivar a tu clase para iniciar una actividad de Flipped Classroom, servicios como Youtube son imprescindibles para esta labor… amén de muchas otras más, claro.

Sin embargo, y aunque sea el gran líder en el mercado de la difusión de contenidos en vídeo en Internet, existen muchas alternativas a Youtube que ofrecen posibilidades y funciones similares, o en algunos casos incluso mejores. ¿Cuáles son y qué características tienen? Hoy las descubrimos con esta recopilación de servicios y plataformas que podrás usar para subir tus vídeos y compartirlos con los demás.

DailyMotion

dailymotion logoActualmente es la segunda gran plataforma de vídeos en Internet en número de usuarios y visualizaciones. DailyMotion fue creada en 2005 en Francia y trata contenido de todo tipo de temas, si bien la mayoría de ellos son de diversión y entretenimiento. Esto puede ser un contratiempo si hablamos de vídeos educativos, pero detrás de Youtube es la plataforma que más movimiento tiene y, por tanto, la gran alternativa general y universal.

Vimeo

Vimeo logo azulLa tercera en discordia, tras YouTube y DailyMotion se llama Vimeo. Con un recorrido similar —algo más longeva, nación en 2004 en New York—, destaca por su excelente y sencilla interfaz, muy simple a la vez que atractiva. Tradicionalmente ha sido la plataforma preferida por artistas y creadores alternativos, y por su facilidad y limpieza puede ser una gran opción para todos aquellos que estén buscando alternativas a YouTube.

TeacherTube

teachertube logo¿Y si montamos un YouTube con fines exclusivamente educativos? Esto es lo que debió pensar Jason Smith, un director de instituto de Texas, en Estados Unidos, que en 2007 creó TeacherTube. Los parecidos son más que obvios: mismo color, misma estructura del nombre y con el objetivo de aunar todo tipo de vídeos que puedan servir para educación, ya sea de lecciones dictadas por los profes, explicaciones sobre cuestiones específicas o, más en general, cualquier cosa idónea a ser reproducida en una clase. Si quieres una descripción con más detalle échale un vistazo al artículo que publicamos presentando esta herramienta.

EdPuzzle

EDPuzzle logoEdPuzzle es una plataforma pensada específicamente para educación, con la posibilidad no sólo de subir los vídeos y compartirlos; lo más interesante es que también permite modificarlos y editarlos de una forma sencilla, y también añadir comentarios, preguntas o cuestionarios con el objetivo de “pasarlos” a nuestros alumnos para que los reproduzcan, obteniendo nosotros una evaluación del conocimiento que han obtenido.

Flickr

Flickr logoOriginariamente llegó a ser una de las más grandes plataformas y redes sociales de fotografía, pero desde 2008 también permiten subir vídeos, y desde 2009 en alta definición. Flickr potencia el contenido creativo, bello y único, y tiene a su favor una enorme masa de usuarios, así como la capacidad disponible para cuentas gratuitas: 1 TB de almacenamiento para todos los usuarios.

Veoh

Millones de vídeos son los que encontraremos en Veoh, una plataforma en la que encontraremos contenido como películas, música, canales o grupos de vídeos, además de una comunidad de foros. Su uso es equivalente al de otras webs y puede ser una alternativa para tener tus vídeos almacenados en la red.

Metacafé

Aunque pueda ser desconocida frente a otras opciones más comunes, Metacafé es toda una veterana de 2003 que tradicionalmente ha estado relacionada con los vídeos cortos de humor y curiosidades, si bien se puede subir cualquier contenido. Eso sí: deben ser vídeos cortos y directos y con una duración limitada.

Livestream

Una plataforma especializada en contenido de vídeo en directo, ideal para eventos y acontecimientos en los que se necesita realizar un streaming del contenido a usuarios de todo el mundo. Livestream puede ser interesante para cursos y clases a distancia en los que se quiera disponer de una lección en vídeo, que en este caso puede ser en completo directo.

Ustream

Podremos colgar vídeos en directo para que puedan ser reproducidos en tiempo real en cualquier lugar del mundo, con un funcionamiento parecido al de Livestream del que es una alternativa. Hace años Ustream era un completo referente en la industria del vídeo online, y desde 2016 forma parte de IBM quien compró el negocio para integrarlo dentro de su unidad de trabajo de vídeo en la nube.

Photobucket

Aunque en origen Photobucket sólo permitía imágenes y GIFs, con el tiempo se han abierto también a la posibilidad de que los usuarios puedan subir sus propios vídeos cortos, generalmente pensados para compartir con otros usuarios a través de las redes sociales. Subes el vídeo y lo compartes con el enlace, sencillo, rápido y directo.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/alternativas-a-youtube-para-educacion/39208.html

Fotografía: Educación 3.0

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Vivimos bajo el control de una especie de Imperio de la Vigilancia

Por: Ignacio Ramonet

Durante mucho tiempo, la idea de un mundo “totalmente vigilado” ha parecido un delirio utópico o paranoico, fruto de la imaginación más o menos alucinada de los obsesionados por los complots. Sin embargo, hay que rendirse a la evidencia: aquí y ahora vivimos bajo el control de una especie de Imperio de la Vigilancia. Sin que nos demos cuenta, estamos, cada vez más, siendo observados, espiados, vigilados, controlados, fichados. Cada día se perfeccionan nuevas tecnologías para el rastreo de nuestras huellas. Empresas comerciales y agencias publicitarias cachean nuestras vidas. Con el pretexto de luchar contra el terrorismo y otras plagas[1], los gobiernos, incluso los más democráticos, se erigen en Big Brother, y no dudan en quebrantar sus propias leyes para poder espiarnos mejor. En secreto, los nuevos Estados orwelianos intentan, muchas veces con la ayuda de los gigantes de la Red, elaborar exhaustivos ficheros de nuestros datos personales y de nuestros contactos [2], extraídos de los diferentes soportes electrónicos.

Tras la oleada de ataques terroristas que desde hace veinte años viene golpeando ciudades como Nueva York, Washington, París, Toulouse, Bruselas, Boston, Ottawa, Oslo, Londres, Madrid, Túnez, Marrakech, Casablanca, Ankara, etc., las autoridades no han dejado de utilizar el enorme pavor de una sociedad en estado de shock para intensificar la vigilancia y reducir, en la misma proporción, la protección de nuestra vida privada.

Que se entienda bien: el problema no es la vigilancia en general; es la vigilancia clandestina masiva. Ni que decir tiene que en un Estado democrático las autoridades están completamente legitimadas para vigilar a cualquier persona que consideren sospechosa, apoyándose en la ley y con la autorización previa de un juez. Como dice Edward Snowden:

No hay problema cuando se trata de escuchas telefónicas a Osama Bin Laden. Los investigadores pueden hacer este trabajo mientras tengan permiso de un juez –un juez independiente, un juez de verdad, no un juez anónimo–, y puedan probar que hay una buena razón para autorizar la escucha. Y así es como se debe hacer. El problema surge cuando nos controlan a todos, en masa y todo el tiempo, sin una justificación precisa para interceptar nuestras comunicaciones, sin indicio jurídico alguno que demuestre que hay una razón plausible para violar nuestros derechos[3].

Con la ayuda de algoritmos cada vez más perfeccionados, miles de investigadores, ingenieros, matemáticos, estadísticos, informáticos, persiguen y criban las informaciones que generamos sobre nosotros mismos. Desde el espacio nos siguen satélites y drones de mirada penetrante. En las terminales de los aeropuertos, escáneres biométricos analizan nuestros pasos, “leen” nuestro iris y nuestras huellas digitales. Cámaras infrarrojas miden nuestra temperatura corporal. Las pupilas silenciosas de cámaras de video nos escudriñan en las aceras de las ciudades o en los pasillos de los supermercados[4]. Nos siguen la pista también en la oficina, en las calles, en el autobús, en el banco, en el metro, en el estadio, en los aparcamientos, en los ascensores, en los centros comerciales, en carreteras, estaciones, aeropuertos…

Además, con el desarrollo en marcha de la “Internet de las cosas”, muchos elementos de nuestro hogar (refrigerador, botiquín, bodega, etc.), incluso nuestro vehículo[5], van a poder suministrar también informaciones valiosas sobre nuestras costumbres más personales.

Hay que decir que la inimaginable revolución digital que estamos viviendo, y que trastoca ya tantas actividades y profesiones, también ha desbaratado completamente el campo de la información y el de la vigilancia. En la era de Internet, la vigilancia se ha vuelto omnipresente y totalmente inmaterial, imperceptible, indetectable, invisible. Además, ya es, técnicamente, de una excesiva sencillez.

Software espía

"El editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies".

“El editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies”.

Ya no son necesarios toscos trabajos de albañilería para instalar cables y micros, como en la célebre película La conversación[6], en la que un grupo de “fontaneros” presenta, en un Salón dedicado a las técnicas de vigilancia, chivatos más o menos chapuceros, equipados con cajas rebosantes de hilos eléctricos, que había que disimular en las paredes o bajo los techos… Varios estrepitosos escándalos de la época –el caso Watergate[7], en Estados Unidos; el de los “fontaneros del Canard[8]”, en Francia–, fueron fracasos humillantes de los servicios de información, que mostraron los límites de estos viejos métodos mecánicos, fácilmente detectables y perceptibles.

En la actualidad, poner a alguien bajo escucha es asombrosamente fácil, y está al alcance de cualquiera. Quien quiera espiar su entorno encuentra una larga lista de opciones[9] de libre acceso en el comercio. En primer lugar, manuales de instrucción muy didácticos “para aprender a seguir la pista y espiar a la gente[10]”. Y al menos media docena de software espías (mSpy, GSmSpy, FlexiSpy, Spyera, EasySpy) que “leen” sin problemas el contenido de los teléfonos móviles[11]: sms, correos electrónicos, cuentas en Facebook, WhatsApp, Twitter, etc.

Con el impulso del consumo “en línea” se ha desarrollado considerablemente la vigilancia de tipo comercial, que ha generado un gigantesco mercado de datos personales, convertidos en mercancía. Cuando nos conectamos a una web, las cookies[12] guardan en la memoria el conjunto de las búsquedas realizadas, lo que permite establecer nuestro perfil de consumidor. En menos de veinte milisegundos, el editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies. Apenas algunos milisegundos después, aparece en nuestra pantalla la publicidad que supuestamente tiene más impacto en nosotros. Y ya estamos definitivamente fichados[13].

Una alianza sin precedentes

"Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior".

“Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior”.

En cierto modo, la vigilancia se ha “privatizado” y “democratizado”. Ya no es un asunto reservado únicamente a los servicios gubernamentales de información. Aunque, gracias también a las estrechas complicidades que los Estados han entablado con las grandes empresas privadas que dominan las industrias de la informática y de las telecomunicaciones, su capacidad en materia de espionaje de masas ha crecido de forma exponencial. En la entrevista con Julian Assange que publicamos en la segunda parte de este libro, el fundador de WikiLeaks[14] afirma:

Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior. Esta relación se ha convertido en una evidencia […]. Comparten las mismas ideas políticas y tienen idéntica visión del mundo. En última instancia, los estrechos vínculos y la visión común del mundo de Google y la Administración estadounidense están al servicio de los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos[15].

Esta alianza sin precedentes –Estado + aparato militar de seguridad + industrias gigantes de la Web– ha creado este Imperio de la vigilancia cuyo objetivo claro y concreto es poner Internet bajo escucha, todo Internet y a todos los internautas.

En esta situación, es necesario tener en cuenta dos ideas muy concretas:

1- El ciberespacio se ha convertido en una especie de quinto elemento. El filósofo griego Empédocles sostenía que nuestro mundo estaba formado por una combinación de cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Pero el surgimiento de Internet, con su misterioso “interespacio” superpuesto al nuestro, formado por miles de millones de intercambios digitales de todo tipo, por su streaming y su clouding, ha engendrado un nuevo universo, en cierto modo cuántico, que viene a completar la realidad de nuestro mundo contemporáneo como si fuera un auténtico quinto elemento.

En este sentido, hay que señalar que cada uno de los cuatro elementos tradicionales constituye, históricamente, un campo de batalla, un lugar de confrontación. Y que los Estados han tenido que desarrollar componentes específicos de las fuerzas armadas para cada uno de estos elementos: el ejército de Tierra, el ejército del Aire, la Armada y, con carácter más singular, los bomberos o “guerreros del fuego”. De manera natural, desde el desarrollo de la aviación militar en 1914-1918, todas las grandes potencias han añadido hoy, a los tres ejércitos tradicionales y a los combatientes del fuego, un ejército cuyo ecosistema es el quinto elemento: el ciberejército, encargado de la ciberdefensa, que tiene sus propias estructuras orgánicas, su Estado mayor, sus cibersoldados y sus propias armas: superordenadores preparados para librar la ciberguerra digital[16] en el ámbito de Internet.

2- Internet se ha centralizado. Al principio, se percibió la Red como una explosión de posibilidades de expresión individuales, que permitía escapar de la dependencia de los monopolios estatales (correos, telégrafo, teléfono), de los gigantes de las telecomunicaciones y de los grandes medios de comunicación dominantes (prensa, radio, televisión). Era sinónimo de libertad, de evasión, de creatividad. Veinticinco años después, la Red está a punto de sufrir una violenta centralización en torno a ciertas colosales empresas privadas: las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft), todas estadounidenses, que, a escala planetaria, acaparan las diferentes facetas de la Red, y de las que son extraordinariamente dependientes los aproximadamente 3 mil quinientos millones de internautas, quienes, a su vez, las alimentan con todos sus datos personales. Y de este modo, las enriquecen descomunalmente.

Para las generaciones de menos de 40 años, la Red es sencillamente el ecosistema en el que han madurado su pensamiento, su curiosidad, sus gustos y su personalidad[17]. Para ellos, Internet no es sólo una herramienta autónoma que se utiliza para tareas concretas. Es una inmensa esfera intelectual, en la que se aprende a explorar libremente todos los saberes. Y, al mismo tiempo, un ágora sin límites, un foro donde la gente se encuentra, dialoga, intercambia y adquiere cultura, conocimientos y valores, generalmente compartiéndolos.

Para estas nuevas generaciones, Internet representa lo que para sus antepasados fueron simultáneamente la Escuela y la Biblioteca, el Arte y la Enciclopedia, la Ciudad y el Templo, el Mercado y la Cooperativa, el Estadio y el Escenario, el Viaje y los Juegos, el Circo y el Burdel… Es tan fabuloso que “por el placer de evolucionar en un universo tecnológico, el individuo no se preocupe de saber, y aún menos de comprender, que las máquinas gestionan su vida cotidiana. Que cada uno de sus actos y gestos es registrado, filtrado, analizado y, eventualmente, vigilado. Que, lejos de liberarle de sus ataduras físicas, la informática de la comunicación constituye sin duda la herramienta de vigilancia y control más formidable que el hombre haya puesto a punto jamás[18]”.

Y esto no ha acabado. Ya que, insaciables, los gigantes de la Red quieren ahora extender su dominio al conjunto de la humanidad, con el pretexto de la emancipación y la liberación. Paul Virilio, al evocar las catástrofes industriales, que son por definición contemporáneas a la era industrial, nos ha enseñado que, por ejemplo, la invención del ferrocarril conllevó simultáneamente la invención de los accidentes de tren. Con la Web pasa algo parecido. La catástrofe industrial de Internet es la vigilancia masiva, de la que solo escapan –consuelo de pobres– los que no tienen Internet; es decir, alrededor de la mitad de los habitantes del planeta.

Pero los gigantes de la Red –Google, Facebook y, concretamente, Microsoft– quieren acabar con esta injusticia: “Si conectamos a Internet a los cuatro mil millones de personas que no tienen acceso a la Red, tenemos la oportunidad histórica de educar al conjunto del mundo en las próximas décadas”, ha declarado, por ejemplo, el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg[19].

El 26 de septiembre de 2015, Zuckerberg, Bill Gates, fundador de Microsoft, Jimmy Wales, fundador de Wikipedia y otros[20] insistieron ante la ONU, inscribiendo su posición en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por las Naciones Unidas para erradicar la pobreza extrema hasta el año 2030[21]: “Internet pertenece a todo el mundo, por lo tanto debe ser accesible a todo el mundo[22]”. Aunque Facebook no había esperado para lanzar, en agosto de 2013, Internet.org, una aplicación para smartphones que permite a las poblaciones de los países pobres acceder gratuitamente a la red Facebook y a una selección de unos cuarenta sitios web, Wikipedia entre ellos[23].

Por su parte, Alphabet (Google) ha puesto a punto su propio proyecto de ampliar al mundo entero el acceso a Internet. Para proporcionar gratuitamente a los ‘condenados de la Tierra’ los beneficios de su motor de búsqueda, esta empresa global cuenta sobre todo con apoyarse en su programa Loon: globos de helio instalados en la estratosfera.

Sin dudar en absoluto de la intención de estos gigantes de la Red de mejorar el destino de la humanidad, podemos preguntarnos si no les motivan también consideraciones más comerciales, puesto que la principal riqueza de estas empresas ineludibles -casi en situación de monopolio planetario- es el número de conectados. Facebook o Google, por ejemplo, no venden nada a los internautas; venden sus miles de millones de usuarios a los anunciantes publicitarios. Es lógico, por lo tanto, que, a partir de ahora, quieran venderles todos los habitantes de la Tierra. Simultáneamente, cuando el mundo entero esté conectado, podrán transmitir a la NSA, en una doble operación, todos los datos personales de todos los habitantes de la Tierra … ¡Bienvenidos al Imperio de la vigilancia!

Notas

[1] Julian Assange afirma que las democracias se enfrentan, de hecho, a los “cuatro jinetes del Infocalipsis”: el terrorismo, la pornografía infantil, el blanqueo de dinero y las guerras contras la droga y el narcotráfico. Cada una de estas plagas, a las que evidentemente hay que combatir, sirve también de pretexto para reforzar permanentemente los sistemas de vigilancia global sobre las poblaciones. Cf.Julian Assange y Jacob Apppelbaum, Andy Müller-Maughn y Jérémie Zimmerman, Ménace sur nos libertés. Comment Internet nus espionne. Comment résister.

[2] Se trata esencialmente de informaciones que permiten identificarnos, ya sea directa o indirectamente. A saber: nombre y apellidos, foto, fecha y lugar de nacimiento, estado civil, dirección postal, número de de la seguridad social, número de teléfono, número de tarjeta bancaria, placa de la matrícula del vehículo, correo electrónico, cuentas de redes sociales, dirección IP del ordenador, grupo sanguíneo, huellas digitales, huella genética, elementos de identificación biométrica, etc.

[3] Katrina van den Heuvel y Stephen F. Cohen, “Entrevista con Edward Snowden”, Nueva York, The Nation, 28 de octubre de 2014. Le Monde diplomatique en español, octubre de 2015.

[4] Como se puede ver claramente en la película, de Stéphane Brizé, La Loi du marché, 2015.

[5] Cf. “La voiture, cette espionne”, Le Monde, 2 de octubre de 2015.

[6] Francis Ford Coppola, 1973.

[7] El caso Watergate fue un asunto de espionaje político con múltiples ramificaciones, que empezó con la detención, en 1972, de falsos ladrones que habían colocado micros en el interior del edifico Watergate, en Washington, en las oficinas del Partido Demócrata, y desembocó en la dimisión del presidente Nixon, a la sazón presidente de Estados Unidos, en 1974.

[8] Escándalo político bajo la presidencia de Georges Pompidou: en diciembre de 1973, en París, se descubrió en los locales del semanario satírico Le Canard enchaîné un sistema de escuchas que habían colocado una decena de agentes de la Dirección de la Vigilancia del Territorio (DST: siglas en francés), disfrazados de fontaneros.

[9] Aunque, en Francia, el artículo 226-1 del Código Penal impone una pena “de un año de prisión y 45.000 euros de multa por atentar voluntariamente, mediante cualquier procedimiento, contra la intimidad de la vida privada de otro: captando, grabando o transmitiendo, sin el consentimiento de su autor, palabras pronunciadas a título privado o confidencial; fijando, grabando o transmitiendo, sin su consentimiento, la imagen de una persona mientras se encuentra en un lugar privado”.

[10] Léase, por ejemplo, Charles Cohle, Je sais qui vous êtes. Le manuel d’espionnage sur Internet, Nantes, Institut Pandore, 2014.

[11] Incluso existen “comparadores de software de vigilancia” que la publicidad presenta de esta manera: “Un comparador claro y completo de los programas chivato para el móvil, que le permitirá elegir y poder tomar una decisión acertada y económica antes de comprar su aplicación de localización”. Cf. http://www.smartsupervisors.com/

[12] La cookie equivale a un pequeño archivo de texto almacenado en el terminal del internauta. Permite a los programadores de sitios de Internet conservar los datos del usuario con el fin de facilitar su navegación. Las cookies siempre han sido cuestionadas, ya que contienen información personal residual que potencialmente pueden ser utilizada por terceros. (Fuente: Wikipedia).

[13] http://digital-society-forum.orange.com/fr/

[14] Sobre WikiLeaks, léase La explosión del periodismo, Ignacio Ramonet, Clave Intelectual (Madrid) y Capital Intelectual (Buenos Aires), 2011., pp. 93-123.

[15] Cf. Infra, p. 138.

[16] Cf. “Entrevista exclusiva: vicealmirante Arnaud Coustillière, oficial general ‘ciberdefensa’ del estado mayor de los ejércitos”, Cyber Risques News, 7 de abril de 2015.

http://www.cyberisques.com/fr/motscles-11/433-entretien-exclusif-vice-admiral-arnaud-coustulliere-officier-general-cyberdefenseal-etat-major-des-armees

[17] Es interesante destacar que, si el 60% de los franceses percibe la existencia de ficheros de vigilancia como un “atentado a la vida privada”, el tramo de edad de los 18 a los 24 años, es decir, el de los principales usuarios de Internet, es el que se muestra más preocupado en este sentido: el 78% de ellos denuncia que “su vida privada está insuficientemente protegida en Internet”. Estudio realizado a instancias de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), París, 2008.

[18] Jean Guisnel, en el prólogo a la edición francesa del libro de Reg Whitaker, Tous fliqués! La vie privée sous surveillance, Denoël, 2001, París, 2001.

[19] “To Unite the Earth, Connect It”, The New York Times, 26 de septiembre de 2015.

[20] El propietario de Virgin, Richard Branson, la fundadora del Huffington Post, Ariana Huffington, el cantante Bono, la actriz Charlize Theron, la cantante Shakira, el actor George Takei, etcétera.

[21] http://www.globalgoals.org

[22] AFP, 27 de septiembre de 2015.

[23] Aunque sobre el papel es elogiable, el proyecto se enfrenta a fuertes críticas, especialmente en la India. Estos son los reproches: con internet.org, Facebook perjudicaría la neutralidad de la Red al decidir por sí mismo los sitios web a los que se pueden conectar los internautas. Además, crearía una Red a dos velocidades, la de los ricos, capaces de acceder a toda ella, y la de los pobres, conectados únicamente a algunos servicios. Léase, por ejemplo, Le Monde, París, 29 de diciembre 2015.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/02/20/vivimos-bajo-el-control-de-una-especie-de-imperio-de-la-vigilancia/#.WKupxTiaz_s

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“Los niños pasan mucho tiempo en redes sociales y en realidad quien les educa es la tribu” Entrevista a Paloma Llaneza

Europa/España/11 Febrero 2017/Autor: Daniel Sánchez/Fuente: Diario la Educación

Paloma Llaneza es abogada especialista en tecnología. Nos habla de las imprudencias que cometemos, como adultos, y dejamos cometer a chichas y chicos con nuestros datos. También sobre la necesidad de mejora de la formación en todos los niveles.

Hablar con Paloma Llaneza asusta un poco. Abogada especializada en Derecho Tecnológico y socio director de Razona LegalTech, Llaneza habla sobre un internet de hackers, malas prácticas personales y deficiente educación de los usuarios que pone en peligro su privacidad con más asiduidad y facilidad de la que uno podría pensar. Y la privacidad no son tus oscuros secretos inconfesables, alerta. Es que la aseguradora sepa que tienes problemas de salud y te niegue un seguro. Además, Llaneza, que las ha visto de todos los colores en los juzgados, llama la atención sobre las nuevas amenazas, que no provienen de Rusia o China sino quizá del vecino de enfrente, animado por la disponibilidad tecnológica a realizar en internet actos como el espionaje de su novia o su socio comercial, que jamás haría en vida real. Pero tampoco hay que volverse paranoico. Su consejo: sé consciente de dónde estás y qué das a cambio de servicios gratuitos.

Habla del comportamiento de la gente en internet. Quizá sea una pregunta muy amplia, pero ¿cuál es este comportamiento?

El alma humana no varía gran cosa. Los últimos acontecimientos en EE UU nos dicen que el cerebro reptil nos gobierna más que el lóbulo frontal, que es el que debe tomar las decisiones más complejas. Creo que el comportamiento de la gente es el mismo, pero se ve aumentado o agravado por el medio. No es lo mismo cuando te insultaban o acosaban en el colegio haciendo dibujos en la puerta de un váter, que se quedaba en un doloroso pero reducido núcleo, a que ahora se haga por Whatsapp, que el insulto te lo hagan tus compañeros a través de una herramienta a la que accede todo el mundo. Hay nuevos sistemas de exclusión, antes no te dejaban jugar a la pelota y ahora te expulsan de un grupo de Whatsapp o hacen uno sin ti. Respecto al alma humana no he encontrado comportamientos diferentes, lo que pasa es que son más evidentes.

Y más continuos, ¿no?

Hay una especie de verborragia preocupante. Antes la gente se guardaba los pensamientos y ahora se ve en la necesidad de compartirlos. Por eso creo que es importante cómo educar a la gente en el control del impulso. Una de las cosas que ha traído la tecnología es que antes se controlaba ese impulso, no se decían las cosas por educación o lo que fuera, ahora la gente está desinhibida.

¿Esto es una cuestión de las escuelas, de las familias, de todos?

PublicidadCreo que hay un problema previo a las escuelas. Es una sociedad que ha cambiado la perspectiva. Yo vengo de una generación donde la autoridad, la jerarquía, eran importantes y si te frustrabas poco importaba porque te preparaba para el futuro. La vida está llena de frustraciones. Frustrarte, saber que todo tiene un límite y que no siempre depende de ti te ayuda, te hace más resiliente. Pero hemos educado una generación a la que les hemos hecho los reyes de la casa, tienen derecho a todo, que no se callen. Yo estoy a favor de que la gente se desarrolle, etc. pero que, junto a eso, no se le enseñe un contexto, un sentido crítico, me parece preocupante. Los niños pasan mucho tiempo en soledad o con sus amigos a través de las redes sociales o la mensajería instantánea. En realidad quien les educa es la tribu.

Mucha gente me habla de esto últimamente…

Te digo otra cosa, que se ve cuando das clase a universitarios. Se está dando lugar a dos tipos de adolescentes, dos razas de veinteañeros. La gente que viene de buenas familias, preparados, con un contexto estupendo y un bagaje cultural, etc. que se ha podido permitir una buena educación -este es un aspecto importante, la dejación que se ha hecho en este país de una educación orientada a la excelencia- y encuentras estos dos niveles: gente muy preparada para hacer lo que quiera y el resto, que no ha tenido un interés personal, que han creído que la formación es ir a clase y sacar un título. Notas una gran diferencia que te lleva a pensar que los primeros gobernarán el mundo y los segundo serán gobernados.

Me habla de relaciones entre personas, pero ¿cómo nos relacionamos con internet? Se habla de los “nativos digitales” pero no sé si eso hace a los jóvenes más competentes.

Yo siempre pongo el siguiente símil. Nací con la televisión, es de mi época. Eso me ha generado unos hábitos de consumo distintos, pero no me pone en mejor posición para saber cómo meter publicidad en la tele o financiar una radio. Lo mismo le pasa a esta generación. Que por bien que se manejen -y es que ahora es muy fácil porque hay gente muy lista trabajando exclusivamente en la usabilidad-, no hace falta ser nobel (últimamente me encuentro a mucha madre que se cree que su hijo es súper listo por usar la tableta). Eso no nos convierte en seres excepcionales ni en un conocedor de los problemas enormes de privacidad que tiene el entorno ni los problemas de criterio que tienes si tu única fuente de información es Facebook y piensas que todo lo que sale ahí es cierto.

Y de ahí vienen los problemas con las fake news y otras cosas. Tú confías en tus prescriptores y tus prescriptores son tu red. Y el prescriptor es tu amigo de cañas o del colegio. ¿Qué clase de prescriptor es ese? Vamos a ser realistas. Si no hay alguien con un criterio propio del periodismo que intermedie y te diga: “Estos son los hechos y los hemos comprobado” pues volvemos otra vez al Súper Pop de mi época. Son objetos de estafas con una facilidad extraordinaria y de manipulación ideológica con una facilidad más extraordinaria todavía.

El problema es que mala solución tiene. Desde arriba no va a venir.

Empezaría por algo que me parece lamentable, que es que los niños vayan aprobando porque sí. Que puedas pasar de curso con cuatro suspensas no me entra en la cabeza. El que no exista una cultura del esfuerzo, que dé igual que estés sentado al fondo de la clase, que estés utilizando el móvil en clase y pase nada, o si te lo quita el profesor vienen los padres y le montan una bronca, me parece terrible.

Creo que hay una responsabilidad de ciertos medios de comunicación, que transmiten un modelo de Mujeres, hombres y viceversa que es muy dañino. La gente quiere ser famosa antes que saber expresarse bien. Me parece dramático. Se está produciendo esta gran división entre la gente que se está formando y será la que mande y la masa, más aborregada que en otros tiempos. En los 50 la gente sabía que era ignorante y quería progresar. Ahora tenemos una masa que cree que lo sabe todo, y es mucho peor porque son refractarios a todo conocimiento.

Entonces, ¿de generación mejor preparada, nada?

Yo estoy convencida de que no. Lo vemos en los despachos de abogados. Llegan con unas faltas de ortografía de temblar. Con una capacidad de expresión de un niño de cinco años. Hay una generación que lo está, que se ha ido fuera. Y luego hay gente que se ha tenido que ir porque tiene una carrera que solo le vale para limpiar habitaciones porque no habla idiomas, porque ha ido aprobando pero sus conocimientos dan poco de sí. Es cierto que no se ha creado un empleo digno para la gente, pero igual tampoco habrían encontrado nada con pleno empleo “de lo suyo”. Hay un problema con la elección de las carreras. Antes solo se estudiaban carreras que tuvieran salida. Ahora se estudia lo que sea porque se ha transmitido la idea de que lo importante es ser feliz. Eso es un error. Haz lo que te guste en tu tiempo libre, dedícate a lo que eres bueno.

Hemos hablado de la privacidad en internet. Más allá de los problemas que uno mismo se genera colgando cosas que no debe, ¿hay un problema con la privacidad solo por navegar por internet?
Absoluto, tremendo. Pero lo comparten padres e hijos. Vivimos en una época de adolescencia con internet y todo el mundo toma malas decisiones. No veo una concienciación por parte de los padres, y si ellos no son conscientes no lo pueden transmitir. No es sólo lo que hacemos de manera consciente; lo que tiene mucho más valor es lo que hacemos de manera inconsciente. El geoposicionamiento, saber dónde estás en cada momento, qué aplicaciones abres… Todos estos datos, no obvios para los usuarios, se analizan y gracias a comportamientos pasados de una persona puedo mapear perfectamente hasta lo que piensa, su orientación sexual. Unido con lo que dice en redes sociales y con el uso del teléfono me puede decir un montón de cosas.

El otro día una compañera de trabajo me decía que se despertó en mitad de la noche porque le estaba hablando el teléfono porque tiene el reconocimiento de voz y estaba hablando en sueños. Esa cosa tan tonta hace que tu voz se guarde en Apple, haya un reconocimiento de voz, esa voz se utilice para hacer patrones de comportamiento, etc. Siri es capaz de identificar tu voz aunque no estés en un determinado aparato, con lo que puede saber si estás con una persona en un momento. Esto es meter un cotilla en casa. Todos los asistentes del hogar que ya están aquí, que están por defecto activados para estar en escucha cuando oyen tu voz, están grabando tu vida. No consentiríamos que un señor de gris se sentara a observar lo que dices, lo que haces. Pues eso ya lo hemos hecho de manera masiva.

Pero la gente piensa que es anónima, que no tiene nada que ocultar, que qué más le da que le espíen.

Google se gastó en el primer semestre de 2016 en almacenamiento 3.000 millones de dólares. ¿Alguien se cree que es gratis? Si lo hacen es porque es negocio, porque tú eres el producto. Tú puedes pensar que no tienes nada que ocultar, pero tu información es importante para los anunciantes, para el gobierno, para que en el futuro te den o quiten un seguro médico. Si corres mucho y luego cuelgas fotos atiborrándote a cochinillo o cervezas, seguramente no te den el seguro porque tienes riesgo cardiaco. Todo eso ya se puede hacer.

¿Hay defensa posible contra eso?

En Europa tenemos el reglamento de protección de datos, en EE UU no hay nada, y todos estos servicios se prestan allí. Hay una parte de las empresas que están empezando tímidamente en España, no reconociendo que lo hacen, con el big data, contando con el consentimiento…

Pero es que lo del consentimiento no vale para nada. La gente dice que sí y a seguir, si no, no hay servicio, no te puedes instalar la aplicación de turno.

Correcto. Hay empresas que están empezando a hacer perfiles de sus clientes con información que ellos no tienen. Tu banco sabe mucho de ti. Si además le añades redes sociales, ya sabe de ti todo lo que necesita saber. Se hacen unas prospectivas impresionantes. La gente dice: “No me afecta”, pero igual te sale el seguro más caro, no te dan una hipoteca o un crédito. El reglamento lo prohíbe, pero en EE UU ya se hace. Aquí legalmente no, pero nunca puedes estar seguro de que un banco te vaya a negar un crédito basado en criterios que nunca te facilitan. Eso a alguien que piensa que no tiene nada que ocultar. Que por otra parte la gente cree que algo que ocultar es una parafilia o algo delictivo. Pero, ¿cuánta gente busca en google pastillas para dormir o cosas según su estado de ánimo? ¿Son cosas que quieren que sepan los demás?

Pero no me queda claro si tenemos defensa contra esto o no.
En España, sí. La legislación es muy restrictiva y, si nos enteramos, tenemos defensa. A partir de 2018, las empresas americanas tendrán que cumplir la legislación europea si quieren ofrecer sus servicios aquí. Creo que es importante la postura que ha tomado Europa de defender la privacidad por encima de potenciar muchas start ups que se basan fundamentalmente en el uso del dato. Todas las start ups que funcionan con aplicaciones con servicios gratuitos viven del dato. Se dice que España es muy poco innovadora. No, es que en España hay unos límites legales que si traes un negocio de EE UU creyendo que va a funcionar no lo hace porque la legislación no lo permite. Y eso es bueno. Búscate otro negocio.

Pero, a nivel particular, ¿qué podemos hacer? Porque si uno se quiere instalar una aplicación tiene que tragar. ¿La solución es no instalarse (casi) nada?

Yo me instalo pocas cosas y lo hago con criterio. Esto forma parte de la educación que tienes que darle a tus hijos. En el caso de Apple, por ejemplo, antes del iOs 9 o le dabas permiso a todas las aplicaciones para que te geoposicionaran o a ninguna. Hay que hacer una análisis medianamente decente de qué le estoy dando a qué empresa, dónde está, etc. ¿Está radicada en Malta? Igual no quieres cederle tus datos. Yo tengo todo capado en el móvil: el acceso al micrófono, a la cámara, al geoposicionamiento, etc. Y si una app me lo pide le digo que no. ¿Por qué necesita Instagram acceso a mi micrófono? Igual no quiero que tengas acceso a mi micrófono porque lo puedes activar remotamente.

Esto siempre se dice. ¿Pasa realmente?
Pasa. Te pone los pelos de punta lo sencillo que es hackear un móvil, no es una película de espías. Que vayas a una reunión de seguridad y no te dejen entrar más que con un papel y un lápiz, será por algo. No somos una panda de paranoicos, existe una aplicación llamada Cerverus que en teoría es para recuperar móviles perdidos pero de hecho te permite espiar a una persona, acceder a sus mensajes, saber dónde está, activar el micrófono de manera remota, hacer fotos… Ya ha habido una sentencia condenatoria a un chico que lo instaló en el teléfono de su novia. Cada vez pasa más. Es una aplicación gratuita que no deja rastro.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/07/los-ninos-pasan-mucho-tiempo-en-redes-sociales-y-en-realidad-quien-les-educa-es-la-tribu/

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“Las redes sociales no hacen periodismo ni son fuentes de información”

ENTREVISTA a Antonio Rubio, periodista, director del Máster de Periodismo de El Mundo y Universidad CEU San Pablo, así como del de Periodismo, Investigación, Datos y Visualización en la Universidad Rey Juan Carlos. También es el coordinador de Colecciones de Libros.com

– ¿Cómo crees que ha cambiado el ejercicio del periodismo? ¿Ha sido quien lo ha matado o quien lo ha revitalizado?

Internet ha aportado cosas muy importantes y valiosas al mundo del periodismo, pero algunos periodistas y medios de comunicación han confundido la labor de esa herramienta y han convertido la profesión/medios en una gallina “clueca” donde sólo importa clicar.

– En tu caso, ¿cómo has visto tú que las redes sociales hayan cambiado la forma de hacer periodismo escrito?

Las redes sociales no hacen periodismo, ni escrito ni digital. Las redes sirven para publicitar lo que haces, escribes o buscar enlaces de temas interesante para profundizar en diversos temas. Es una herramienta, pero no el fin.

Algunos periodistas han convertido la profesión en una gallina clueca donde sólo importa clicar

-Hay quien considera las redes todavía como una amenaza, ¿tú las ves así?

En un principio fui reacio a ellas, pero creo que si las utilizas con prudencia y distancia pueden ser útiles. Hay que ser conscientes de que las redes también son utilizadas por la otra parte, el adversario/enemigo, y que hay que dar la mínima información sobre tu persona o quehacer.

– ¿Crees que se está aprovechando todo su potencial?

Lo importante es que cada uno sepa qué es lo que necesita de ellas y cómo utilizarlas.

– ¿Por qué no conseguimos, según tu opinión, encontrar un modelo de negocio rentable para los medios online?

Es una verdad relativa. Mediapart, en Francia y con Edwy Plenel, a la cabeza ha logrado hacer un medio de nivel, prestigio y rentable. Lo importante es saber qué tipo de negocio queremos hacer. Y para eso es muy importante buscar nichos informativos y especializarse. Ahí está el futuro, la especialización.

-¿Están cambiando las reglas del juego los nuevos medios online?

Sí. Hay que tener en cuenta que muchos de ellos no dependen de la publicidad institucional y eso está dando otros bríos a la profesión y a los nuevos medios. Pueden llegar a ser más independientes.

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– ¿Cómo utilizas tú, personalmente, las redes sociales?

Las utilizo, fundamentalmente, para cuestiones profesionales y de docencia. Busco enlaces, especialistas que me puedan aportar algo y que me sirva para mis clases y para profundizar sobre la profesión.

También las utilizo como una herramienta de “memoria periodística”, como diría el maestro Jorge Cardona, para recuperar cosas de ayer y relacionarlas con “el hoy”. No hay que olvidar que el presente tiene una base en el pasado.

-¿Eres más de Facebook o de Twitter?

De Twitter, aunque últimamente estoy experimentando en Facebook.

– ¿A quién sigues?

A los que me pueden aportar algo profesional y personalmente.

Antes de publicar un tuit hay que pensarlo tres veces, verificarlo y documentarlo

-¿Qué sueles hacer antes de dar a publicar un tuit?

Pensarlo tres veces, verificarlo y documentarlo.

– ¿El periodista, sea del medio que sea, cómo puede sacarles el máximo partido?

Las redes sociales no es periodismo. A veces alucino cuando veo que en tv dedican espacios a las tonterías que dice la gente, a los comentarios de los famosos…

Ahí sólo hay temas orientativos y hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, se sube…Falta la verificación.

Una cosa es la percepción y otra muy distinta la constatación.

-¿Crees que pueden llegar a ser peligrosas dentro de una redacción? ¿Cuáles serían esos peligros?

Sí. Las redes no son fuentes, ni primarias ni secundarias. No hay que dejarse llevar por lo fácil, ni por lo rápido. Lo importante no es ser el primero (y luego rectificar por el error), lo importante es hacerlo bien.

-¿Qué formación en torno a las redes sociales reciben los periodistas del máster de El Mundo?

Primero enseñamos el oficio, ética, deontología y después aprenden y dominan las técnicas y las redes, pero siempre como elementos complementarios y nunca como una verdad absoluta. Para ello tenemos una gran periodista y excelente dominadora de las nuevas técnicas narrativas como es Carmela Ríos. [Puedes leer una entrevista con Carmela en TreceBits aquí]

-No crees que en una situación como la actual, la formación es el principal activo por el que puede apostar alguien que quiera ser periodista?

Siempre. Nosotros formamos para informar. Lo importante es conocer y practicar el oficio. Hay muchos que se llaman periodistas y no saben comunicar porque no han vivido, practicado y sentido “el oficio más hermoso del mundo”.

Fuente: http://www.trecebits.com/2016/11/02/las-redes-sociales-no-hacen-periodismo-ni-son-fuentes-de-informacion/

Fotografía: trecebits

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Un año antes de morir Zygmunt Bauman advirtio sobre la «Trampa» de la Redes Sociales.

Por: RT. 15/01/2017

El sociólogo polaco recientemente fallecido analizó el rol que cumplen las redes sociales en la formación de la identidad y relaciones interpersonales actuales.

Este lunes 9 de enero falleció en Leeds (Reino Unido) el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Había nacido el 19 de noviembre de 1925 en la ciudad de Poznan. Tenía 91 años.

De joven tuvo que escapar de su Polonia natal ante los avances del Ejército alemán de Adolf Hitler. Se refugió en la Unión Soviética para luego regresar a Polonia al finales de la Segunda Guerra Mundial, en la cual combatió para los aliados en las batallas de Kolberg y Berlín.

En 1968 debió exiliarse de su país tras ser expulsado del Partido Comunista. Tras pasar algunos años enseñando en Israel, EE.UU. y Canadá, se estableció definitivamente en el Reino Unido.

Las redes sociales como “zona de confort”

Exactamente un año antes de morir, el 9 de enero de 2016, Bauman brindó una entrevista al diario español ‘El País’ donde, aun su avanzada edad, brindó un análisis profundo de la sociedad actual. A partir del análisis del movimiento de los indignados, el periodista Ricardo De Querol le preguntó por el rol de las redes sociales en las nuevas formas de protesta. Además le consultó sobre si tienen un carácter “revolucionario” o si, por el contrario, son el nuevo “opio de los pueblos”.

Bauman no dudó en asegurar que las redes sociales esconden “una trampa”. “La cuestión de la identidad ha sido transformada de algo que viene dado a una tarea” donde “tienes que crear tu propia comunidad”, explicó. Pero desde su perspectiva “no se crea una comunidad, la tienes o no”, mientras que “lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto”.

El reconocido sociólogo describió el hecho de que en Facebook, Twitter o cualquier plataforma similar “puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas”. Si bien eso puede hacer sentir “un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización”, lo que termina sucediendo es que te relacionas sin necesidad de poseer “habilidades sociales”. A su juicio, estas solo se pueden desarrollar “cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable”.

“Las redes sociales no enseñan a dialogar porque es muy fácil evitar la controversia”, analizó Bauman. De esta forma, muchas personas las utilizan “para encerrarse” en “zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”. “Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa”, concluyó.

En otra entrevista, Bauman profundizó esta mirada y afirmó que “las redes sociales son el terreno de una forma de vigilancia voluntaria, hecha en casa, preferible a las agencias especializadas en las que operan profesionales del espionaje”.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/228198-ano-morir-zygmunt-bauman-advirtio-trampa-redes-sociales

Fotografía: actualidad.rt

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África 2.0: cómo las redes sociales despertaron el activismo

África/12 enero 2017/Fuente: El Mundo

El periodista camerunés Eric Chinje, fundador de la Africa Media Initiative, exponía su entusiasmo sobre la situación actual de África, en cuanto a su interés mediático, durante la celebración del Primer Encuentro de Periodistas África-España celebrado en octubre y organizado por Casa África: «África es, probablemente, el lugar del mundo más excitante para estar ahora mismo por la cantidad de cosas que están ocurriendo». Si bien hay muchos aspectos ampliamente mejorables a lo largo y ancho del continente, como el saneamiento o el acceso a la educación, por citar algunos, razón no le falta. La revolución de la telefonía móvil y las ondas 3G han llegado hasta los rincones más insospechados y, en muchos casos los teléfonos móviles se han convertido en un accesorio indispensable incluso para quien no tiene recursos para sustituir unas zapatillas viejas.

El continente cuna de la humanidad está experimentando revoluciones sin precedentes en desarrollo tecnológico. Poco a poco. Tuit a tuit. «Los países africanos son bastante jóvenes y la comunicación está en el centro de la cohesión social. Y los social media rompen las barreras que imponen los estados y que limitan la libertad de expresión y el derecho a la información», explica a EL MUNDO la periodista y activista ugandesa Rosebell Kagumire.

Pese a que el acceso a los servicios que requieren acceso a internet aún no es accesible para todo el mundo (las últimas estimaciones hablan de una tasa de penetración de Internet de un 28,7% durante el mes de junio), canales como WhatsApp se están convirtiendo en vitales para la comunicación e intercambio de información. «Los africanos son capaces de hablar más rápido y afirmarse en el escenario mundial como nunca antes». Aunque aún queda mucho terreno al que llegar, las ciudades más importantes están siendo partícipes de esas transformaciones.

En algunos países africanos la libertad de prensa es ausente, los periodistas son perseguidos y la información es a menudo manipulada o censurada. Y en muchas ocasiones la clase dirigente se aprovecha de la amplia masa analfabeta para controlar a una ciudadanía pasiva que no lucha por sus derechos. No porque no quieran, sino porque que desconocen que los tienen. Sin embargo, la llegada de internet, y en especial de las redes sociales, está cambiando poco a poco ese contexto aletargado. «En Twitter hemos visto cómo los africanos hablan entre sí y se apoyan los unos a los otros. Vemos un debate vibrante, vemos una desaceleración del impacto en el periodismo tradicional».

Lo más interesante es que los africanos no sólo comentan sobre lo que sucede en sus países, sino que se hacen eco de las crisis de otros y expresan su solidaridad. «La gente está despertando ante el hecho de que pueden desafiar el status quo y Twitter y otros canales son herramientas que pueden hacer más fácil para la participación ciudadana en línea. En Uganda tuvimos los medios de comunicación sociales cerrados en dos ocasiones durante el año electoral, lo que es indicativo del miedo por el establecimiento del poder de la gente», explica Kagumire.

El momento clave

SI tuviéramos que establecer cual fue uno de los momentos clave en el despertar africano del activismo a través de las redes sociales, probablemente habría que trasladarse hasta el escenario pre electoral en Senegal a principios del año 2012. Meses antes el entonces presidente Abdoulaye Wade quiso cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder. Las protestas contra su autoritaria medida y las elecciones posteriores fueron transmitidas por los ciudadanos a través de Facebook y Twitter a tiempo real y sirviendo de método de convocatoria. Poco después llegaron la guerra de Malí y la crisis del Ébola, donde, una vez más, los usuarios fueron capaces de proporcionar información a través de las redes incluso antes que las vías oficiales.

Según el portal de análisis con sede en Londres Portland, la herencia colonial y la sociedad global hacen que África tuitee en inglés por encima de otras lenguas. En concreto, en su análisis de 2015 estiman que el 77% de los tuits fueron en esa lengua, seguidos de un 7% en árabe y un 4% en francés. Y el ránking de países no sorprende: Nigeria (360 millones de personas), Sudáfrica (325 millones), Kenia (125 millones) y Ghana (70 millones). El alto nivel de desarrollo en el acceso a las comunicaciones, la educación y la fuerza de las nuevas generaciones, les sitúa a mucha distancia de otros países. Sus intereses no son siempre políticos: el deporte y el mundo de las celebrities ocupan muchas de las conversaciones en la red del pajarito azul.

A finales de 2015 en Sudáfrica se popularizó el hashtag #FeesMustFall como estandarte de la lucha de los estudiantes ante la brecha de oportunidades entre estudiantes negros y blancos. Su lema cambió a #ZumaMustFall o #ZumaMustGo, muy populares durante el 2016 y que probablemente continuarán a lo largo de 2017 debido a la escasa popularidad actual del presidente Jacob Zuma. Nigeria vivió elecciones en marzo de 2015, uno de los momentos más álgidos del país en las redes sociales. Pero sin duda, fue la campaña viral #BringBackOurGirls, iniciada en 2014 tras el secuestro por parte del grupo terrorista Boko Haram de 276 niñas de la escuela de Chibok, al norte del país.

Según Portland, Burundi y Etiopía han sido otros dos países clave. El primero narró en 2015 las protestas sociales contra el presidente Pierre Nkurunziza, que cambió la Constitución para perpetuase en el poder. Miles de jóvenes se echaron a las calles tras los llamamientos a través de las redes sociales. Sin embargo, el escenario cambió a medida que el gobierno pasó de una resistencia agresiva a una ofensiva total. Los periodistas más críticos con el régimen tuvieron que huir y desde el exilio mantienen vivos hashtags como #Burundicrisis, y pone de manifiesto que la política de los países interesa más allá de las fronteras de cada uno, según apunta el portal.

Etiopía, uno de los lugares donde la libertad de expresión brilla por su ausencia y donde los contrarios al partido en el poder son escarmentados, se lanzaba a las plataformas digitales durante las #OromoProtest en el mes de octubre. Si bien se trata de un país donde no hay reparos en encarcelar a blogueros y periodistas cuando estos son molestos, ni tampoco en cortar el acceso a las redes cuando el gobierno lo estima necesario, es otro de los más activos.

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/01/07/586ea498e2704e0d708b45de.html

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