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CANCELAR LA REFORMA EDUCATIVA, ¿AHORA SÍ? Parte 1: los problemas políticos conceptuales

En el magisterio nacional estamos en una situación parecida a la de 2018. Solo parecida, al menos en una cuestión central: la demanda de la cancelación definitiva de la reforma educativa neoliberal.

Esa es una de las demandas centrales de una nueva ola de movilizaciones de la CNTE desde finales del 2023 y durante este año. Más aún, fue uno de los puntos centrales de las negociaciones con AMLO previos al paro indefinido y plantón en el zócalo.[1]
Esto plantea una serie de cuestiones que es necesario aclarar una por una.

  1. Aunque sea obvio es necesario recordarlo y sobre todo, dimensionarlo. Si se pide la abrogación definitiva de la reforma de Peña Nieto es porque AHORA la CNTE reconoce que continúa, después de que en 2019, al aprobarse la reforma constitucional y las leyes secundarias, tanto el presidente, el secretario de educación pública, los diputados y senadores, los publicistas de MORENA y hasta la Comisión Nacional Única Negociadora (CNUN) de la CNTE dijeron que se había cancelado[2].
  2. ¿Entonces qué pasó? ¿El magisterio fue engañado? ¿Cómo sucedió? Básicamente, gracias a la repetición ad infinitum del discurso de la “reforma parcial”, “de la evaluación punitiva”, “de la reforma laboral” y de la evaluación de desempeño como estos elementos aislados fuesen LA reforma educativa. Por eso, una vez que se eliminó la evaluación de permanencia, se dijo que se había cancelado; los comentaristas, los asesores, los líderes políticos y los maestros lo creyeron, estaban convencidos de eso. Tan fue así que se aceptaron sin mayores objeciones las leyes secundarias que ahora se demanda abrogar, entre ellas la que regula la creación y funcionamiento de la USICAMM que hoy se pide desaparecer.
  3. Entonces, ¿todo fue un engaño y una manipulación? En realidad, desde el principio fue un problema político y conceptual. Conceptual porque NUNCA se entendió o no se quiso ver la radicalidad y la novedad de la reforma neoliberal del 2013; no se entendieron sus conceptos clave ni su articulación con los modos de gestión pedagógica y administrativa hoy fuertemente instalados en las escuelas. Por eso no importó la evaluación de desempeño, la racionalidad neoliberal pudo continuar por otras vías y otros medios que hasta ahora se empiezan a reconocer y contra los que se comienza a luchar.
  4. En cuanto al problema político, es igualmente complicado y se deriva del error conceptual. No citaremos a los clásicos del pensamiento revolucionario para recordar que un error teórico tiene considerables dificultades estratégicas, eso ya es obvio. ¿Cuál es el problema aquí? Otra vez, es sencillo de enunciar, aunque no es tan fácil de precisar: si deseamos abrogar definitivamente la reforma neoliberal que durante el primer gobierno de la cuarta transformación se profundizó, es necesario decir DETALLADAMENTE qué entendemos por neoliberal y en dónde se expresa; qué entendemos por cancelar y cómo se hace eso. Una vez aclarado esto, lo que sigue es resolver con qué lo sustituimos.[3]

En otras palabras: definir un programa de demandas es el inicio; luego sigue el programa de lucha -como se ha iniciado ya, pero es indispensable tener ya una alternativa de reforma CONSTITUCIONAL en todos sus términos: conceptuales, técnicos, jurídicos, políticos y administrativos. ¿Está preparada la CNTE para presentar, llegado el momento, una propuesta que sustituya la reforma constitucional vigente?


[1]https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/04/01/politica/acuerdan-amlo-y-cnte-eliminar-reforma-educativa-y-seguimiento-a-demandas-2977

[2] https://www.sinembargo.mx/27-05-2019/3587535

[3] Eso es lo que señalamos una y otra vez en nuestros artículos de Cortocircuitos y nuestro libro Cancelar la reforma educativa  , publicado justamente cuando se estaba elaborando La continuidad neoliberal , otra de nuestras publicaciones en la que insistimos, a contracorriente, que la reforma de AMLO era un engaño y que solo mantenía, legitimaba y profundizaba la reforma neoliberal, al mismo tiempo que contenía y cooptaba las resistencias.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Marco Curricular y Plan de Estudio 2022 de la Educación Básica Mexicana 2 ¿Qué problemas plantea resolver?

Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza

«Reiteramos: la reforma constitucional de 2019 que presuntamente cancelaría la reforma neoliberal no lo hizo, se mantuvo en la égida neoliberal de la de Peña Nieto»

En el análisis de una intervención educativa, o prácticamente de cualquier acción organizada, la primera cuestión a atender es la problematización, o sea, el conjunto de dificultades que impide, pervierte o cuestiona la producción y reproducción de la vida en la polis, de la vida en sociedad. Así es en todo, por ejemplo, en este caso, un abordaje inicial podría ser: “Muy bien,  el Marco Curricular (MC 22)  es una respuesta, ¿a qué preguntas? ¿a qué problemática?”.

Por desgracia, no siempre es así. Mejor dicho: la mayoría de las veces no es así; tenemos conferencias, conversatorios, discusiones, análisis, que se hacen a partir de “lo que me llamó la atención”, “lo que me pareció interesante…”; con los recortes del interés personal, el prejuicio, los valore y las expectativas del locutor; o, lo más frecuente, con las dificultades de implementación que trae consigo cualquier política: falta de información, recepción inadecuada, carencia presupuestal, déficits institucionales, entre otras.

El resultado: el problema se desconoce, se ignora o se desdeña; en consecuencia, se acepta en sus términos; por tanto, el análisis se vuelve una retórica de la instrumentación, una administración del problema definido por otros. Ahí está la clave de toda derrota: aceptar las condiciones en que se plantea el problema y, por ende, la discusión.

Cuando esto es así, a los analistas y sobre todo a las maestras, les queda el papel de ejecutoras de las acciones definidas por otros. ¡Este es el poder cognitivo de la política educativa: un territorio de expertos, administrado por el Estado, gobernado por diversos cárteles en coordinación agonista y operado por el magisterio en calidad de ejército laboral, ¡incluida su reserva!

Eso lo vemos todos los días; lo hemos visto desde siempre, cuando la crítica deviene narrativa de las dificultades de implementación, tipología de los obstáculos de instrumentación, crónica de carencias o lamento de una legitimidad perdida.

¡Hay que escapar de eso! Ya lo vivimos en las resistencias a la reforma educativa de Peña Nieto; ya vimos cómo la ceguera conceptual de la crítica fue incapaz de comprender su radicalidad neoliberal y la denuncia de la mal llamada reforma educativa terminó en una peor llamada cancelación de la reforma educativa.

Hay que revisar, en consecuencia, nuestros procedimientos críticos. ¡Atender el problema es un buen comienzo! ¿Qué problema plantea el MC 22? ¿Qué intenta resolver? ¿Cómo lo plantea? ¿Cuáles son los ejes de la respuesta?

Un ejemplo preliminar

Antes de analizar la problematización del MC 22, veamos cómo se planteó el problema de la reforma educativa de 2012-2013. Es un caso paradigmático, tanto en la claridad expositiva, como en su radicalidad neoliberal y las dificultades de la crítica para comprenderlo. Por eso hay que detenernos un momento en eso; ya lo sufrimos, veamos las lecciones.

El problema estaba planteado muy claramente en la iniciativa de Peña Nieto de diciembre de 2012: el mayor problema de la educación en México es la calidad, pues la cobertura en educación básica ha crecido en los últimos cuarenta años; persisten problemas de rezagos, analfabetismo y cobertura localizada, pero ahora la principal dificultad es la calidad. ¿Dónde se observa? En los resultados de las pruebas internacionales de aprendizaje, donde nuestro país alcanza los últimos lugares en todas las asignaturas, una y otra vez. Los datos son indisputables.

Ahora bien, ¿qué se entiende por calidad? Podría parecer que es un concepto elusivo, pero no lo es, los mismos indicadores lo implican: “máximo logro de aprendizaje”. ¿Cómo se cuantifica? Con las evaluaciones, ¿qué se evalúa? Los aprendizajes, entendidos como habilidades, destrezas, capacidades derivadas de las competencias que los niños y adolescentes deben tener para el mundo actual.

La lógica es sencilla y poderosa por su simplicidad atrayente, cual estribillo de canción pegajosa: aprendizaje-calidad-evaluación son la trifecta pedagógica del neoliberalismo. Si los resultados de las pruebas son muy bajos y persistentes, entonces quiere decir que hay problemas de calidad. Así de simple. ¿Cómo resolverlos? A partir de una ecuación, que nos ahorraremos en su expresión matemática, baste decir que es muy sencilla: considerar los aprendizajes como una variable dependiente de otras variables, que pueden ser tantas como la investigación heurística determine. Se llama función de aprendizaje, y hay muchas estimaciones para México y para otros países.

La iniciativa de Peña Nieto lo reconocía y así se modificó el artículo tercero, añadiendo el siguiente párrafo:

El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos”.

La función de aprendizaje de Peña Nieto -llamémosla así por comodidad- era simplísima:

Calidad = máximo logro de aprendizaje;

Estaba determinada por:

1). Materiales y métodos organizativos;

2). Organización escolar;

4). Idoneidad de docentes y directivos.

Sencillo y coherente: para incidir en el máximo logro de aprendizaje, habría que modificar las condiciones de las cuatro variables independientes -en realidad son más, por ejemplo, materiales y métodos educativos implican más de dos-; pero los ejes de la reforma estaban claros.

La retórica de la misma iniciativa y la jerarquización de los embates contra el magisterio hicieron que se desconocieran o se despreciaran todas las modificaciones desarrolladas en el sexenio para cada una de las otras variables -como los programas de Escuelas al Centro, los CIEN, el Nuevo Modelo Educativo, etc-, y se siguiera diciendo ¡hasta la fechaª,  que era una reforma parcial y laboral, justo cuando el texto constitucional decía otra cosa y los conceptos estuvieran ahí, claritos, regulando todas las acciones educativas, como calidad, autonomía de gestión, idoneidad, evaluación, aprendizaje, entre los más significativos.

No prestar atención al problema nos deja una lección: podremos modificar un aspecto de la reforma, en este caso la evaluación de desempeño, pero no la lógica, ni el modo de entender los problemas educativos, de modo tal que la reforma de 2019 nos entregó una reforma sin evaluación de desempeño, pero con los mismos criterios de la anterior, aunque adaptados retóricamente, como excelencia en lugar de calidad, pero continuando el esquema de evaluaciones, el modelo laboral, el mismísimo modelo educativo, la organización escolar y, pieza clave, la autonomía de gestión. Una reforma neoliberal pero ya no del Pacto por México, sino del Pacto Moreno.

¡El problema sí importa! Es el modo como el poder traza el campo de batalla y su arsenal narrativo, perceptivo, conceptual, político, cognitivo. 

En el caso de la reforma de Peña Nieto sus dificultades no eran conceptuales ni de lógica interna, estaban claros y se desarrollaron por nota, sus problemas eran más graves: el efecto que la sobredimensión de la evaluación de desempeño causó en la magisteria y la gravísima crisis de legitimidad que tuvo; pero curiosamente, no en su racionalidad, ni en el modo de concebir los problemas educativos, siempre ligados a la calidad, que continúa hasta la fecha. ¡Ese es su mayor triunfo: continuar aún cuando se quite uno de sus aspectos!

La problematización del Marco Curricular 2022

Reiteramos: la reforma constitucional de 2019 que presuntamente cancelaría la reforma neoliberal no lo hizo, se mantuvo en la égida neoliberal de la de Peña Nieto; no hubo ruptura epistemológica, ni siquiera política, tampoco conceptual, solo adecuaciones, modificaciones, actualizaciones, en la lógica muy clara de la iniciativa del PRIANRD más el Movimiento Ciudadano, que se llamó Mejora Mantiene e Innova (MMI), e hizo justamente eso, al grado de que fue la iniciativa base del dictamen de reforma constitucional. Lo mismo pasó en las leyes secundarias. No hubo cambio de problematización alguna, por tanto, no hay ruptura político-epistémica. Así de claro, así de sencillo.

Y de pronto, en una acción educativa de dos direcciones de tercer nivel de la SEP, surge algo distinto, una problematización diferente en el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 para la Educación Básica (MC 22).

Para identificar una problematización en un programa de gobierno hay que proceder con cuidado. No son documentos académicos, sino discursos del poder, por tanto, no hay que pedirle peras al olmo, hay que acercarse con cautela y desbrozar un lenguaje plagado de enunciados performativos.

La problematización no siempre es explícita, ni localizada, a veces es implícita y se desarrolla en varias partes del texto. Prudencia es la regla básica en el análisis político de una problematización. Con esto en mente, procedamos a reconstruir la que se encuentra en el MC 22.

En el primer capítulo, Situación de la educación básica, la problematización se encuentra de forma manifiesta. Se trata de un texto convencional de diagnóstico en el que se refieren estádisticas más o menos conocidas y utilizadas mil veces; pero donde lo más relevante es el apartado 1.2. Problematización de lo nacional y lo básico. Es un apartado inédito en las formulaciones pedagógico-estatales de los últimos cuarenta años. No se repite la conocida cantaleta de los problemas de calidad y cobertura, menos aún de la excelencia, sino que se reformulan y subordinan a una problemática distinta:  la producción y reproducción de las desigualdades y exclusiones; así, en plural: por clase, género, condición física, grupo étnico y sexual.

El argumento se desarrolla en tres partes:

Primera: las desigualdades y exclusiones son efectos de un curriculum nacional y obligatorio;

Segunda: el curriculum se ha construido a partir de un referente identitario basado en el nacionalismo, mestizaje, positivismo y patriarcado;

Tercera:  los métodos, contenidos, valores y prácticas educativas se han estructurado a partir del mestizo de la ciudad de México como referente y tipo ideal, generando así distinas exclusiones y desigualdades que se convierten en elementos estructurales del sistema educativo e inciden directamente en la persistencia de los grandes problemas nacionales de la educación: abandono, rezago, repetición y bajo rendimiento escolar. La retórica de la calidad no se desconoce, se reformula como bajo rendimiento resultado de una desigualdad sistémica.

En este punto, la problematización da un paso adelante: el desmontaje de las explicaciones precedentes. EL MC 22 señala que hasta la fecha, la causa de los problemas educativos se ha achacado a los sujetos: el capital cultural, el nivel educativo de las madres, las condiciones étnicas, lingüísticas o sociales, pero nunca “al carácter básico y nacional de los aprendizajes”; en otras palabras: la responsabilidad de las desigualdades se ha atribuido a los mismos sujetos desiguales.

Esta podría considerarse una ruptura epistémica, pues según el MC2, las causas de los problemas no derivan de insuficiencias personales, de déficits culturales o carencias individuales, sino de una condición estructural del Sistema Educativo Nacional (SEN): el curriculum obligatorio basado en un referente identitario que genera múltiples desigualdades, las cuales al volverse sistémicas, generan problemas recurrentes y en permanente auto-reproducción.

Muy bien, tenemos por fin una retórica gubernamental distinta, alejada y crítica de las conocidas responsabilidades neoliberales del sujeto y el capital humano; en consecuencia, la lógica argumental llevaría a una explicitación detallada de los demás componentes identitarios, no solo el mestizaje, el positivismo y el nacionalismo, sino el patriarcado, algo que ya no se desarrolla, menos aún el heteropatriarcado; por lo que las desigualdades y exclusiones de género y orientación sexual quedan en el aire, con la fuerza performativa del enunciado, nada más.

Tampoco se consideran los componentes de clase, una de las grandes debilidades argumentales, porque no basta enunciar las desigualdades económicas o sociales, sino relacionarlas con el referente identitario del curriculum: mestizo-castellano parlante-de la Cd. de México, ¿de qué clase? ¿No existen? ¿Con qué capacidades? ¿No existen? ¿De qué orientación sexual? Nunca se mencionan claramente, solo una cuestión general y abstracta, en clave crítico-agregativa:

“ Este proceso de mestizaje ha sido el referente cultural del currículo de la educación básica hasta nuestros días, en tanto referente civilizatorio deseable y ha colocado al mestizo como sujeto ideal en términos lingüísticos, sociales, económicos, culturales y educativos, dejando fuera de los temas de reflexión o contenidos a la diversidad étnica y cultural del país, incluyendo, las diferencias de clase, género, sexual y de capacidad inscrita en esa diversidad”.[1]

El argumento es parcial, limitado, porque las desigualdades y exclusiones refieren a ese solo elemento articulador del curriculum nacional; pero además focaliza la atención en los referentes étnico-culturales, subordinando los demás, ¡que se contemplan en la pluralidad de las desigualdades!, por el temor argumental y político a señalar lo obvio: las relaciones sociales de producción, el capital, el patriarcado y el colonialismo. El temor al desarrollo argumental de estos elementos del referente identitario tendrá consecuencias, a pesar de que en las últimas páginas del apartado 1.2 se vincule el neoliberalismo, en una definición más o menos correcta, con el tipo ideal del curriculum obligatorio, pero otra vez como simple agregación de conceptos, no como articulación problemática. El siguiente párrafo es ejemplar de este procedimiento pseudo-argumental:

“Desde esta doble perspectiva del neoliberalismo se favorecen exclusiones cruzadas que se ligan en la forma de marginación económica, la explotación del medio ambiente, el epistemicidio de las comunidades indígenas, y en violencias hacia las mujeres.[2]

Así, nada más, sin mayor explicación alguna, todo cabe en las desigualdades causadas por el referente identitario ahora en clave neoliberal, sólo hay que nombrarlas. Lo mismo sucede con otro de los desarrollos de la problematización: el conocido efecto de la sobrecarga de contenidos, al agregar cada vez más materias, hasta llegar a las demandas actuales de educación ambiental, socioemocional, financiera y las que se acumulen; pero no se queda nada más en el exceso de asignaturas, señala también la reorientación de los propósitos formativos cada vez más en relación con las prácticas de la evaluación, al grado de subordinar contenidos y métodos, procesos e instituciones a las clasificaciones, estándares y valoraciones de sujetos, en función de los resultados de la evaluación.

La problematización que inicia en las desigualdades y las exclusiones, continúa con una crítica del carácter nacional y obligatorio del curriculum de educación básica estructurado a partir de un referente identitario y termina con los efectos de las reformas neoliberales en un listado de síntomas y signos indeseables para un proyecto de transformación nacional. Vale la pena recuperar la síntesis:

“El replanteamiento de los contenidos básicos en las diferentes reformas curriculares desde 1992 a 2017, han tenido más peso que la definición del currículo nacional trayendo como consecuencia que:

 Se ignore la diversidad como elemento instituyente del currículo nacional

 No se dé prioridad a aquellos contenidos que sean verdaderamente significativos para las y los estudiantes

Se mantenga una estructura curricular que favorece la fragmentación del conocimiento

 Se elaboren libros de texto dirigidos a las y los maestros, cuando deben centrarse en las y los estudiantes, cuya estructura dirige la enseñanza a través de secuencias didácticas que no consideran el contexto educativo de las escuelas.

En las diferentes reformas curriculares se ha sobrecargado el currículo de educación básica, trayendo como consecuencia un sentimiento de frustración en las maestras y los maestros y sentimientos de fracaso y de incompetencia en las y los estudiantes, y se constituyen en los principales obstáculos para realizar aprendizajes significativos y que atiendan a la diversidad”.[3]

Alguien podria pensar que aquí termina la problematización; sin embargo el capítulo 1 del MC 22 no es el único apartado en el que se problematiza; de hecho, los cuestionamientos e interrogaciones curriculares se desarrollan en otras partes del texto, casi podría decirse que lo acompañan en cada momento.

En el capitulo 2. El currículo como construcción social e histórica, la problematización se complejiza y toma otros derroteros. Los títulos de los apartados que lo componen son suficientemente sintéticos del argumento:

2.1.      Fragmentación del conocimiento

2.2       Demérito de la enseñanza y la figura docente

2.4.      Las TIC ́S en el discurso de la modernización de la educación básica

El quinto apartado (Los efectos de la pandemia del SARS-CoV2 en la educación básica) es uno de los más relevantes y críticos de la gestión educativa de la pandemia. Uno de los mas desafiantes también en el proceso de reconfiguración del MC 22; o asi debería ser, dada su claridad y fuerza argumental:

“El primer gran problema del sistema educativo ante la pandemia fue establecer procesos de enseñanza y aprendizaje con los mismos marcos de referencia que eran cuestionados previo a la crisis sanitaria: cumplir con los tiempos y contenidos curriculares; replicar en casa el trabajo del aula; centrar el trabajo en el aprendizaje expresado en conductas observables entendidas como conocimientos, habilidades y actitudes; evaluar para tener evidencias de que las y los estudiantes aprendieron en casa, privilegiando la aplicación de exámenes; asignar al magisterio un papel técnico que facilita información, ahora a través de medios electrónicos, no aquel que construye vínculos pedagógicos para generar situaciones de aprendizaje…

El trabajo de las maestras y lo maestros ha sido responder al formato que establece el medio tecnológico, a través del cual, ejerce la enseñanza a partir del programa “Aprende en Casa” (televisión) o por medio de plataformas digitales, entre otras, y no al proceso de aprendizaje de las y los estudiantes, ello sin mencionar que no han contado con apoyo técnico ni pedagógico para continuar ejerciendo la docencia desde sus hogares.

A raíz de esto, el magisterio tuvo que replantearse el ejercicio mismo de la docencia a través de diversas acciones que implican trasladarse a las comunidades y “levantar salones de clase” en espacios rurales abiertos para que las niñas, niños y adolescentes, que no tenían medios tecnológicos ni internet, pudieran continuar estudiando con las medidas sanitarias necesarias. Con el apoyo de las comunidades se improvisaron vehículos como muros para colocar pizarrones y se usaron tortillerías para convertirlas en salones de clase-centros de desayunos escolares, en donde el libro de texto gratuito cobró una importancia fundamental.

Asimismo, muchas maestras y maestros tuvieron que resignificar el sentido del vínculo pedagógico desde la condición de vulnerabilidad compartida que ocasionó la crisis sanitaria, así como replantearse el sentido que le daban al currículo, lo cual llevó a la mayoría a reestructurar la forma en que entendían la didáctica, más allá de la aplicación de una técnica, sino que tuvieron que recurrir a sus propios saberes docentes como herramienta intelectual de primera mano. Se reafirmó, en algunos casos, y en otros se cuestionó la historia y formación de cada docente de acuerdo con las condiciones con las que cada una o cada uno vive la pandemia.

Lo anterior ha conducido a la urgente necesidad de hacer un replanteamiento de gran escala al sistema educativo nacional en términos de sus prioridades educativas, pedagógicas, curriculares, magisteriales, legales, institucionales y culturales. Asimismo, ha puesto en cuestión la continuidad de la escuela como un espacio cerrado, alejado física y conceptualmente de la comunidad.

Estas exigencias transformadoras de la docencia, el currículo y la educación básica en general, son evidencia de que a raíz de la pandemia el mundo está viviendo el inicio de un cambio de época, y que está entrando en un proceso de cambio de orden civilizatorio que presenta a todas y todos los actores educativos, por un lado, incertidumbres, desafíos e inercias, y por el otro, la posibilidad de repensar la educación de una manera radicalmente distinta, por lo que los retos para las escuelas de educación básica en todos sus niveles deben leerse en esta perspectiva histórica, tecnológica, ambiental y ética”.[4]

En suma: el MC 22 formula una problematización de la política curricular seguida durante los últimos 50 años en varios estratos:

  • Las desigualdades y exclusiones producidas por un curriculum nacional único y obligatorio, basado en un referente identitario producido por el mestizaje, el positivismo, el nacionalismo y el patriarcado;
  • Los efectos de la pedagogía neoliberal, a partir de los aprendizajes significtivos, la evaluación y la calidad, en los métodos educativos, en la práctica docente, en la fragmentación del conocimiento, el demérito de la la enseñanza, los y las maestras;
  • Las lecciones y desafíos de la pandemia sobre los sistemas educativos.

Valoración    

Como se puede observar, la problematización del MC 22

  • Plantea una reformulación conceptual de la acción educativa del Estado en los últimos 50 años, focalizada en los problemas de la calidad como máximo logro de aprendizaje;
  • Rompe también con las acciones educativas de la IV T, que habían seguido por nota la racionalidad neoliberal en la reforma constitucional y en la legislación secundaria de 2019, pero también en los desarrollos programáticos posteriores, como la gestión de la pandemia, la Escuela es Nuestra y la cancelación de diversos programas y acciones, en particular, las Escuelas de Tiempo Completo;
  • Critica la racionalidad de las reformas curriculares centradas en la tecnología educativa y el modo como se ensambló con la pedagogía neoliberal;
  • Advierte los efectos de la trifecta pedagógica neoliberal sobre los aprendizajes, la enseñanza, los sujetos, los trabajadores y el sistema educativo;
  • Reconoce críticamente la gestión educativa de la pandemia y enumera los retos que plantea el acontecimiento pandémico como cambio civilizatorio.

En consecuencia, se trata de una problematización inédita en los programas educativos y gubernamentales de los últimos decenios pero también de la misma IV T; en pocas palabras, lleva la discusión por senderos inéditos, por lo que enfrentará ataques conceptuales, ideológicos de todo tipo; sin embargo, este reconocimiento que intenta justipreciarla, debe de anotar también sus limitaciones:

  • La focalización en los referentes identitarios, particularmente en la política del mestizaje, dejando de lado las cuestiones de clase, género y capacidad.
  • La minusvaloración de los efectos de la pedagogía neoliberal en la subjetividad, aspecto central de los procesos educativos, lo que tendrá efectos en la identificación de los ejes de la transformación currícular.
  • El desconocimiento de los procesos políticos de la gestión del SEN, lo que determina ciertamente muchos de los problemas de gestión del curriculum.
  • Las limitaciones y características de la infraestructura escolar.
  • Las relaciones de producción docentes.
  • Las características de los procesos de construcción contemporánea del conocimiento y su aplicación, solo perfilados en los desafíos de la pandemia.
  • Los procesos de socialización escolar, lo que lo lleva curiosamente a no señalar prácticamente nada de la violencia escolar ni de ningún tipo;

La lista no termina aquí, porque justamente uno de los aspectos menos tratados de la problematización es su construcción, es decir, el proceso de problematización que una pedagogía del común debía contemplar…


[1] MC 22…p. 24.

[2] MC 22 …pp. 28-29.

[3] MC 22…pp. 30-31

[4] MC 22…58-61.

 

Fuente de la información:  insurgenciamagisterial

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México: Indígenas y afromexicanos en Guerrero exigen reconocimiento de sus usos y costumbres

Alrededor de mil 500 mixtecos, amuzgos, tlapanecos, nahuas y afromexicanos de Guerrero exigieron al congreso del estado aprobar la iniciativa de Reforma Constitucional, presentada el 10 de diciembre del año pasado, para el reconocimiento de sus usos y costumbres, sus territorios, la Policía Comunitaria, entre otros elementos.

Los indígenas y afromexicanos se reunieron desde la región de la Costa y La Montaña de Guerrero para protestar en Chilpancingo hasta las instalaciones de la sede del poder Legislativo estatal, en donde fueron recibidos por la Junta de Coordinación Política (Jucopo).

Si no se aprueba la reforma, “se la verán con los pueblos el 2021, se podría analizar si los pueblos permiten la instalación de las urnas”, dijo Taurino Reyes Leyva, coordinador de la casa de Justicia de Espino Blanco, municipio de Malinaltepec, en la Montaña Alta de Guerrero.

Los pueblos indígenas y afromexicanos también exigieron que se deseche la ley presentada por el gobernador estatal Héctor Astudillo Flores y aprobada en la legislatura anterior, la cual desconocía a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de la Montaña y Costa Chica de Guerrero (CRAC-PC).

Fuente: https://desinformemonos.org/indigenas-y-afromexicanos-en-guerrero-exigen-reconocimiento-de-sus-usos-y-costumbres/

Con información de La Jornada

Imagen:  Salvador Cisneros / El Universal

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Ley General de Educación Superior ¿ya mero?

Por: Roberto Rodríguez

UNAM. Instituto de Investigaciones Sociales 

En 2016 un grupo de académicos especialistas en educación superior fue convocado por la Anuies para desarrollar una propuesta de ley de educación superior. El antecedente inmediato era el “Proyecto de Ley para la Coordinación, Evaluación y Financiamiento de la Educación Superior”, elaborado en la secretaría ejecutiva de la organización durante la gestión de Enrique Fernández Fasstnach al frente (2013 a 2014).

El interés de Anuies en promover una normativa general para el sistema de educación superior del país provenía de la patente obsolescencia de la Ley para la Coordinación de la Educación Superior de 1978. De entonces al presente el sistema ha desarrollado intensas dinámicas de crecimiento, descentralización, y diversificación, así como cambios relevantes en los procesos y mecanismos de interacción con la autoridad educativa, en el contenido y orientación de las políticas públicas en la materia, y también en el plano de las formas de gobierno, gestión y administración de las instituciones.

La Asociación se había pronunciado al respecto en varias oportunidades, principalmente en los documentos de recomendaciones de política de educación superior desarrollados en el marco de las elecciones federales de 2000, 2006, 2012 y 2018. Por ello, como parte de su programa de trabajo, Fernández Fasstnach asumió el acuerdo de la organización de promover una iniciativa formal que pudiera transitar en las cámaras del poder legislativo en el marco de la reforma estructural educativa convenida por el “Pacto por México” (diciembre de 2012).

Varias razones explican por qué el proyecto de 2013 no prosperó. Una es que su contenido no consideraba la especificidad del subsistema tecnológico, en pleno desarrollo en aquel momento, y tampoco el correspondiente a la formación de docentes, que tras la descentralización de 1993 había modificado sus condiciones de operación y era, desde luego, un sector relevante en el sistema. Otra, que el proyecto se interpretaba más como una actualización de la Ley de Coordinación que como una norma innovadora, con la potencia suficiente para regular al sistema en su conjunto. Un tercer elemento, quizás el definitivo, proviene de la coyuntura de finales del 2014, en particular el conflicto estudiantil del Politécnico Nacional que, entre otros aspectos, implicó que el titular de Anuies fuera designado nuevo director del IPN y en la asociación procediera la renovación de la dirigencia. Después de un breve periodo de transición, en enero de 2015 fue designado secretario general ejecutivo el economista, ex rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, Jaime Valls Esponda. 

Valls retomó el proyecto sobre nuevas bases y un marco político diferente. El entonces senador Juan Carlos Romero Hicks quien, entre otros cargos, fue rector de la Universidad de Guanajuato y director general del Conacyt, en su calidad de presidente de la Comisión de Educación del Senado se comprometió con Anuies a apoyar la opción de una iniciativa bajo la forma de ley general de educación superior. Fue ese el marco en que, por intermedio del grupo de especialistas, la asociación articuló una nueva propuesta, que sería aprobada por sus órganos colegiados en 2017 y publicada a principios de 2018. Quizás demasiado tarde para su procesamiento legislativo, porque ese año, último de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto y de las legislaturas federales correspondientes, resultaba poco propicio para impulsar un proyecto de esa naturaleza, que requería alcanzar consensos en el nivel de las autoridades educativas, las instituciones de educación superior, así como las fracciones parlamentarias representadas en el Congreso. Imposible por los tiempos.

Daba entonces la impresión de que la oportunidad de generar un marco legal renovado para la educación superior se había agotado. Pero no ocurrió de esa manera. Se recordará que la primera reforma legal relevante del nuevo régimen fue, precisamente, la correspondiente a la educación. La idea original del ejecutivo era la de sepultar la reforma educativa impulsada en el sexenio previo a través de la derogación o abrogación de la trama legal que la soportaba. Ello habría de ocurrir, pero la oportunidad de impulsar mejoras al contenido del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos entre los que destaca, entre otros elementos, el mandato de emitir una ley general de educación superior y una ley general de ciencia, tecnología e innovación, mandato establecido, en el régimen transitorio de la reforma, para el año 2020. 

La reforma constitucional fue aprobada, como se recordará, el 15 de mayo de 2019. A partir de ese momento se abrió una nueva ventana de oportunidad para la renovación normativa. El saque inicial correspondía a la SEP, quien dejó en manos de la subsecretaría de educación superior la articulación del proyecto correspondiente. Tomando como base el propuesto por Anuies en 2018, con apoyo de especialistas de la UNAM, el grupo de trabajo de la subsecretaría consiguió diseñar un nuevo anteproyecto (finalizado en octubre de 2019), así como circularlo, discutirlo y recoger propuestas en 32 foros estatales organizados a finales de ese año.

 Al término de ese proceso de integración, la trayectoria del proyecto tomó un nuevo derrotero. Se acordó, entre la SEP y las fracciones del Congreso, la apertura de una mesa de trabajo conducente a la elaboración final de un anteproyecto que tomara como insumo relevante, aunque no necesariamente como base, lo producido en la fase previa. Todavía se está en esa etapa que ha consumido los meses de este año cocinando, a fuego lento, lo que deberá ser la iniciativa formal para el debate parlamentario sobre la Ley General de Educación Superior. Es aparentemente la recta final del proceso, pero quedan cuestiones cruciales para su solución: ¿será una iniciativa del ejecutivo o bien una propuesta de varios partidos e incluso de todos?, ¿cuál será la cámara de origen para el trámite legislativo correspondiente?, ¿cómo será la estructura, orientación y contenido del anteproyecto?, ¿cuáles las modificaciones en su dictamen? Todo ello deberá saberse muy pronto y aquí lo comentaremos. 

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ley-general-de-educacion-superior-ya-mero/
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En Tailandia, protestas con sabor a cultura pop para reclamar democracia

Un nuevo movimiento prodemocracia está tomando fuerza en Tailandia. Desde hace varias semanas, miles de estudiantes han salido a las calles a manifestar pacíficamente contra el gobierno y contra la monarquía, exigiendo una reforma constitucional. Pero en un país con duras leyes de censura, estos jóvenes se las han ingeniado para expresarse de manera indirecta.

A primera vista parecen protestas como cualquier otra en el mundo, pero al escuchar resuena en algunas de ellas la letra del musical Les Misérables. Este y otros símbolos de la cultura ‘millenial’ se han tomado las manifestaciones.

«Hay dos símbolos principales», explica Ángel Marrades, politólogo y autor en el blog de geopolítica Descifrando la Guerra. «Está Voldemort, de Harry Potter, aquel que no puede ser nombrado. Ya que el rey de Tailandia es intocable y hay que buscar maneras de criticar esa imagen», dice.

En Tailandia rige en el código penal el artículo 112 que castiga el delito de lesa majestad. «Si criticas al perro del rey, puedes tener 15 años de prisión», dice Marrades y agrega que también se está usando en las protestas el gesto de la mano con tres dedos, en referencia a la película Los Juegos del Hambre. «Ese símbolo fue prohibido cuando se estrenó, en el año 2014, cuando se dio el golpe de Estado», cuenta el politólogo.

«Tiene mucho que ver con protestas de redes e imaginarios que se crean en línea», dice. Un movimiento que se conecta con varios otros en Asia en una especie de internacional prodemocracia cibernética llamada «Milk Tea Alliance» (La Alianza del Té con leche, en referencia en parte al Bubble Tea, muy popular en países asiáticos), conformada por movimientos en China, Tailandia, Taiwán y Hong Kong en rechazo a la represión de internet por ejemplo.

Censura y represión

En las protestas pacíficas, los jóvenes critican a la monarquía pero sobre todo al gobierno del actual primer ministro Prayut Chan-O-Cha, ex comandante del ejército que en 2014 instauró una junta militar durante 5 años. «Ese general reformó en 2016 la Constitución para convocar elecciones en 2019», cuenta Fernando Pedrosa, profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires, especialista de políticas en Asia. «Desde entonces el Senado lo nombra enteramente el ejército. Otro problema es que las elecciones no fueron totalmente transparentes y limpias. Los partidos que representaban a los jóvenes, como Future Forward (FFP), fueron prohibidos hace años», dice.

El investigador apunta que se critica también al rey Rama X, que actualmente reside en Alemania. «Su vida siempre ha sido muy ligada a los viajes, a las fiestas y al derroche. Ahora ha decidido involucrarse en cuestiones políticas, apoyando al ejército y al gobierno de Prayut Chan-O-Cha», explica.

A todo esto se suma lo que Pedrosa nombra «una represión informal»: activistas secuestrados o desaparecidos, que han generado mucha indignación en la juventud.

Ahora se teme que las protestas acaben de forma sangrienta como en 1976, cuando decenas de estudiantes de la universidad de Thammasat murieron en la represión policíaca y paramilitar.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/asia-pacifico/20200814-en-tailandia-protestas-con-sabor-a-cultura-pop-para-reclamar-democracia

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OVE Entrevista a Abdiel Rodríguez Reyes: » Lo que hay hoy en Panamá es una hibridez de jóvenes de capas medias y sectores populares protestando por distintos motivos»

Entrevista realizada a cargo de Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina, en exclusiva para el portal de los y las maestras “Otras Voces en Educación” (OVE)

Hoy le traemos la conversación que sostuvimos Abdiel Rodríguez Reyes, quien es profesor de la Universidad de Panamá, activista en el Polo Ciudadano y esta vinculado institucionalmente al Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades.

  1. Abdiel, Panamá vive un momento de especial turbulencia con las propuestas de reforma constitucional. Explícanos que implicaciones tienen estas propuestas en la dinámica universitaria.

Se quiso reformar la Constitución en detrimento de la autonomía universitaria y su gestión pública. La comunidad universitaria viendo sus intereses inmediatos afectados protestó contra esas reformas, logrando que se derogaran los artículos referentes a la Universidad. Sin embargo, la comunidad universitaria no se debe limitar a esos artículos. Debe apostar por una nueva Constitución en la que participen todos y todas, desde abajo.  Sin duda estas reformas buscan un nuevo pacto social, en el mejor de los casos para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero estos cambios no van más allá de una matriz neoliberal. La postura política crítica del Polo Ciudadano, por ejemplo, es: ¡NO a las reformas por su carácter inconsulto e impopular!

 

  1. Y ¿Cuál es el nivel de organización de las resistencias a esta ofensiva neoliberal?

No podemos idealizar las protestas coyunturales. Lo que hay hoy es una hibridez de jóvenes de capas medias y sectores populares protestando por distintos motivos. El objetivo común es el rechazo a las reformas electorales. Los más visibles actores colectivos son los jóvenes. Pero eso puede cambiar si otros actores como los profesores, obreros o indígenas entran en la arena política. Los grupos estudiantiles de la Universidad de Panamá son una minoría en resistencia contra la ofensiva neoliberal y de hecho son los que se oponen a las reformas en ese sentido, los sectores de las capas medias no hacen énfasis en ese tipo de problemas, y otro tercer sector de estudiantes más allegados al Gobierno son más bien legitimadores, o como diría Marx (en el 18 Brumario…)“aventureros…y de equivoca procedencia”. Otros sectores como los aglutinados en el SUNTRACS y FRENADESO son quienes tienen un discurso más fuerte contra el neoliberalismo. Trataron de incursionar en los procesos electores pero sin ningún éxito.  En la coyuntura se manifiestan de forma intermitente.

 

  1. ¿Existe movimiento social en Panamá? ¿Cómo están organizados? ¿Qué expresa esta realidad?

El movimiento social en Panamá está diezmado, de hecho no tiene ningún partido político que exprese sus intereses en la Asamblea Nacional y eso es una gran debilidad del movimiento, tiene que ser autocrítico en ese sentido. Otros podrán decir que su arena política es la calle y no la Asamblea, eso también es válido. El movimiento social en Panamá no tiene la capacidad de articularse como movimiento potente, ni pasar de movimiento a partido. Lo que existe es cada vez más un número plural de pequeñas organizaciones que no se ponen de acuerdo entre sí. Los sectores con mayor potencia de movilización se caracterizan por el sectarismo y el liderazgo abyecto, cuando se rompa esa dominación de un sector sobre los otros, podremos empezar hablar propiamente de unidad del movimiento social.

 

  1. Abdiel, tú también eres un joven cientista social. ¿Cuál es el estado actual de las ciencias sociales panameñas?

Panamá está pasando por un momento interesante en cuanto a la gestión del conocimiento, eso incluye por supuesto a las ciencias sociales y a las humanidades también. Es interesante también cierto fetichismo de las instituciones a las ciencias naturales y al positivismo. En las ciencias sociales veo un sesgo hacia el positivista y el estructural funcionalismo, un poco al margen también vetas del pensamiento crítico que se abren espacios. Tenemos instituciones como la SENACYT que apenas empiezan abrir espacios para las ciencias sociales y menos aún para las humanidades. El Sistema Nacional de Investigación tiene un número muy limitados de científicos sociales y humanistas que no llega a los veinte, eso indica la primacía de las ciencias naturales, a eso nos referimos como el fetichismo. Hay un cierto mito en el cual toda investigación científica (de las ciencias naturales) nos lleva al progreso, pero si no lo pasamos por un prisma crítico y humanista no llegaremos a buen puerto.

 

  1. Desde tu perspectiva ¿cuál es el impacto de la revolución científico tecnológica en las ciencias sociales?

En nuestro contexto inmediato es muy ínfimo. No está impactando porque no comprendemos sus lógicas. Al menos no en mi campo de acción inmediato. Creo que deberíamos usar más las herramientas que nos brinda la cuarta revolución industrial, en particular la Big Data. Mi visión de la 4T es muy limitada, vinculada a mi campo inmediato de investigación y reflexión. Hay herramientas básicas como Trends o Ngram que nos brinda Google que no incorporamos en nuestros análisis, al menos no en lo habitual, estas nos podrían ayudar a tener una visión prospectiva y eso en el siglo XXI es fundamental. El acceso abierto a la información científica apenas es consultada, se está iniciando con las plataformas de revistas científicas e indexadas en OJS. Lo hacemos de forma artesanal.

Un aspecto importante sería pensar en una universidad (Universidad de Panamá) inteligente y autosostenible. Creo que existe el conocimiento para hacerlo, pero siempre es difícil su aplicación. Otro tema es la voluntad, pero si empezamos a discutir el tema por lo menos empezaría a estar en el ambiente. La 4T es un medio, tiene un aspecto comercial, pero podemos darle un giro y que el fin sea para el desarrollo pleno de la vida.

 

  1. Para culminar, nos gustaría que le dirigieras un mensaje a los y las jóvenes cientistas sociales de América Latina y el Caribe.

Estamos en una época de transición. Si hacemos un breve recuento de nuestros principales pensadores nos daremos cuenta que muchos están muertos, para mencionar a algunos y algunas: Rodolfo Stavenhagen, Immanuel Wallerstein y Marta Harnecker. Esa es una señal de cambio generacional y es un vacio que están dejando muy difícil de llenar.

Ante tanto bullicio debemos poner los pies sobre la tierra y hacernos cargo de nuestra realidad. Tanto desde el punto de vista práctico como teórico. Ya no podemos seguir reproduciendo la antinomia. Una cosa se complemente con la otra en un movimiento que da luces para un pensamiento crítico emancipador. Si no bregamos en esa dirección no somos la solución, más bien seríamos parte del problema.

Muchas gracias a Otras Voces en Educación

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Reanudan protestas en Panamá contra reforma constitucional

Centroamérica/Panamá/07 Noviembre 2019/Telesur tv

Los jóvenes universitarios insisten en convocar la formación de una asamblea constituyente, ya que no confían en las modificaciones que impulsan los diputados del parlamento.

Los estudiantes y ciudadanía de Panamá retoman este miércoles las calles para protestar contra la reforma constitucional que impulsa el Gobierno y los diputados de la Asamblea Nacional del país.

Los manifestantes vuelven a la plaza 5 de mayo, con banderas y consignas, luego de haber pausado su lucha por las celebraciones patrias en la nación panameña.

Además, este miércoles también se inicia el juicio en la Justicia de Paz contra 96 estudiantes detenidos durante la protestas de la semana pasada

La audiencia está prevista para las 09H30 (hora local) y se desarrollará hasta el viernes por lo que dirigentes universitarios esperan que los estudiantes que están en juicio no reciban fuertes sanciones.

Ante el retorno de las manifestaciones populares, el presidente Laurentino Cortizo propuso crear mesas de trabajos para consensuar el paquete de reformas constitucionales que fueron aprobadas en tercer debate por la Asamblea Nacional.

No obstante, la ciudadanía y los jóvenes no confían en la propuesta que anunció Coritzo por lo que se mantienen en lucha por la conformación de una asamblea constituyente.

Panamá protagoniza desde la semana pasada intensas manifestaciones por la ciudadanía tras rechazar las reformas a la Carta Magna, ya que a su juicio los cambios no benefician al pueblo. En las protesta ha habido represión policial contra los estudiantes universitarios y al menos cien personas has sido detenidas.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/panama-estudiantes-ciudadania-protestas-reforma-constitucional-20191106-0011.html

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