Saltar al contenido principal
Page 12 of 20
1 10 11 12 13 14 20

Revalorizar el papel de los docentes en la agenda del desarrollo

Por: Laura Tiana Álvarez 

El pasado día 5 de octubre se celebró, como cada año desde 1994, el Día Mundial de los Docentes que conmemora la “Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente”, resolución que data del año 1966 y se erige como marco base para el abordaje y cumplimiento de los derechos y los deberes del cuerpo docente a nivel mundial. Además, en 2017 se celebran 20 años de la adopción de la “Recomendación relativa a la Condición del Personal Docente de la Enseñanza Superior” que abre la puerta hacia la reflexión y el debate sobre el estado de la enseñanza superior en el mundo.

Sirva esta conmemoración como oportunidad para reivindicar y poner en valor la labor y la profesión docente en todo el mundo, y recordar las carencias y necesidades de todos aquellos profesionales de la educación que realizan su labor en países en vías de desarrollo, y/o en contextos donde su figura está expuesta a mayores vulnerabilidades.

El lema del día mundial de este año era: “Enseñar en libertad, empoderar a los docentes”. Retomando las palabras de la UNESCO, empoderar supone “dotar de autonomía profesional, de libertad y de instrumentos al docente, que le permitan garantizar una educación de calidad de acuerdo al contexto, las necesidades y las expectativas de los alumnos”. Pero para que esto sea posible no debe perderse de vista el conjunto de necesidades y retos de los docentes a nivel mundial, pues empoderar y enseñar en libertad implica capacitación, cualificación, dignidad laboral y respeto a los derechos humanos y de los trabajadores.

Que el papel de los docentes es clave para la consecución de una educación de calidad es innegable y está globalmente asumido, pero las cifras siguen mostrando una realidad preocupante en cuanto a su situación a lo largo del planeta. Según los cálculos del UIS (UNESCO) el mundo necesita 68,8 millones de docentes para lograr la universalización de la enseñanza primaria y secundaria de aquí a 2030 y cumplir así el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4(24,4 millones para primaria y 44,4 millones para secundaria). Además, existe otra necesidad apremiante que es la de remediar la escasez de docentes cualificados, bien preparados y con condiciones dignas de trabajo. En un tercio de los países para los que el UIS dispone de datos, menos del 75% de los docentes de escuela primaria han sido capacitados según las normas nacionales, por no hablar de la eficacia y eficiencia de dichas normas y políticas nacionales. Este fenómeno se acentúa en zonas rurales y de difícil acceso, donde el estado de los centros y las condiciones laborales desincentivan a los ya de por sí escasos docentes contratados.

Una dificultad para la formación del cuerpo docente reside en la incapacidad a día de hoy de reunir datos reales y fiables sobre el porcentaje de docentes que ejercen sin una cualificación adecuada. El número de “docentes empíricos” es muy alto, y deben buscarse soluciones específicas para, con los recursos disponibles, incorporarlos a los sistemas educativos nacionales, cumpliendo los estándares de capacitación y condiciones laborales adecuadas. Valga el caso de Guinea Ecuatorial, donde más de un 16% de los docentes en activo son profesores “voluntarios” que no cuentan con un contrato o compromiso formal de prestación de servicios, lo que les exime de derechos y de obligaciones para la permanencia y la regularidad en el servicio.

Dentro de esta problemática global, cabe hacer mención a una cuestión más concreta, pero no por ello menos importante, que pone en riesgo el ejercicio libre y adecuado de la profesión docente, y es el caso de los docentes en situaciones de conflicto. Si partimos de la base de que los fondos para educación representan tan solo el 2% del total de la ayuda humanitaria, no es difícil inferir cuál será la parte que de ello se destinará al apoyo y fortalecimiento del cuerpo docente.

Esta realidad exige soluciones urgentes por parte de la comunidad internacional. Como primer paso, el nuevo escenario de desarrollo Post 2015 que conforma la Agenda 2030 expresa uncompromiso firme y decidido para afrontar los retos y las necesidades de los docentes. La Meta 4.c del ODS4 se centra en garantizar que las condiciones de contratación, formación y desarrollo profesional de los docentes, y sus condiciones de trabajo, sean adecuadas; aun sin valores cuantificables, la meta expresa un compromiso para ser incorporado a las políticas educativas de cada país.

La Declaración de Incheon constata que “los docentes son la clave para lograr todos los objetivos de la agenda de Educación 2030. Requieren atención urgente porque la brecha de equidad en la educación se exacerba por la escasez y desigual distribución de docentes formados profesionalmente, en especial en áreas desaventajadas. Docentes y educadores deben ser empoderados, reclutados y remunerados adecuadamente, motivados, calificados profesionalmente, y apoyados dentro de un sistema de administración efectiva, eficiente y con buenos recursos”, para lo cual se identifican un conjunto de estrategias e indicadores. El Equipo Especial Internacional de Docentes (alianza mundial que reúne a gobiernos nacionales, organizaciones intergubernamentales, ONG, sector privado y agencias de NNUU), trabaja activamente en esta línea para garantizar el establecimiento de sistemas educativos eficientes, que cuenten con recursos suficientes y que estén dirigidos y gestionados de manera eficaz.

Desde la sociedad civil también se están poniendo en marcha acciones para difundir y sensibilizar al conjunto de la población a nivel mundial sobre el rol prioritario de los docentes, y la urgencia en la búsqueda de soluciones. La Campaña Mundial por la Educación, a través de las Semanas de Acción Mundial por la Educación (SAME), exige una rendición de cuentas por parte de los gobiernos nacionales, al tiempo que da voz a la sociedad civil y a los actores directos de la Comunidad Educativa.

En lo relativo a la preparación y desempeño de los docentes en contextos de emergencia y conflicto, se debe destacar el trabajo de la Red Internacional para la educación en situaciones de emergencia (INEE por sus siglas en ingles) que además de ofrecer un extenso abanico de recursos para docentes en dichos contextos, constituye una red muy importante de apoyo, de presión política y de visibilización de las principales urgencias y necesidades a cubrir.

Pero los compromisos han de traducirse en acciones reales y efectivas: programas, políticas y medidas educativas que den soluciones a problemas urgentes. Así, toda acción de cooperación para el desarrollo para la promoción de la educación como derecho humano, y toda política nacional e internacional orientada a asegurar una educación de calidad para todos y todas, debe destinar parte de sus esfuerzos y de su presupuesto al fortalecimiento de la formación y la profesión docente. En este sentido, habrá que buscar acciones específicas para atender a la adecuación de los programas de formación inicial, al tiempo que se establecen otras vías para la formación de los docentes en activo: formación en cascada, redes de asesores de formación, capacitaciones a través de unidades itinerantes, etc. Hay experiencias exitosas y muy interesantes a lo largo del planeta, en las que vale la pena detenerse. Pero el hecho es que ya no se puede mirar hacia otro lado, hay que tomar partido y actuar.

 

Fuente artículo: http://redesoei.ning.com/profiles/blog/show?id=6403560%3ABlogPost%3A550069&xgs=1&xg_source=msg_share_post

Comparte este contenido:

El trabajo docente, poco conocido y reconocido

Por: Ignacio A. Castillo 

Málaga rindió el pasado jueves, 5 de octubre, con motivo del Día Mundial del Docente, homenaje a los profesores.

Reclaman a la administración educativa mayor apoyo en su función para avanzar en la puesta en marcha de medidas que hagan sentir a los maestros que su labor es convenientemente apreciada. Hasta ahora consideran que el importante trabajo que desarrollan en las aulas se queda en la sombra – Recuperar los derechos laborales, un Estatuto del Docente, agilizar la cobertura de bajas… y hacer más visible su labor a una sociedad que aún se queda con el estereotipo sin tener en cuenta que están construyendo el futuro

El gran magistrado Pericles, cuya personalidad marcó todo el siglo V antes de Cristo, entendió de forma cabal la misión del maestro como forjador de la personalidad y la conciencia de los pueblos. Consideraba que los pedagogos tenían la importante y elevada misión de transformar y embellecer el alma de los atenienses. Así lo contaba Miguel Ángel Santos Guerra en uno de sus artículos publicados en La Opinión de Málaga. Santos Guerra es doctor en Ciencias de la Educación y catedrático de Didáctica y Organización Escolar y en ese mismo texto recordaba unas palabras de Manuel Rivas: «Mucha gente todavía considera que los maestros de hoy viven como marqueses y que se quejan de vicio, quizá por la idea de que trabajar para el Estado es una especie de bicoca perfecta», decía. «Pero si a mí me dan a escoger entre una expedición Al filo de lo imposible y un jardín de infancia, lo tengo claro. Me voy al Everest por el lado más duro». Contundente.

Sin embargo, no son pocos los que todavía les tachan de trabajar poco, o de tener muchas vacaciones. Cuando no son víctimas de situaciones violentas por parte de las familias e incluso de sus propios alumnos. Falta mucho por hacer para que la sociedad reconozca, con su verdadera dimensión, la profesión docente. El pasado jueves tuvo lugar el Día Mundial de los Profesores, que se celebra en todo el mundo desde 1994. Los sindicatos lo celebraron de forma particular, reclamando a la administración educativa mayor apoyo al profesorado para avanzar en la puesta en marcha de medidas que hagan sentir a los docentes que su labor es convenientemente apreciada, y resaltando el papel fundamental de este colectivo en la construcción de una sociedad desarrollada tanto económica como socialmente.

«Día a día desde que soy delegada he descubierto el gran trabajo, gran esfuerzo, gran dedicación y gran compromiso que tienen esos hombres y mujeres sin los que no podríamos seguir construyendo una sociedad más justa, solidaria, reivindicativa, en definitiva, mejor», señala Patricia Alba. Si bien reconoce que aún existe un gran desconocimiento de todo este trabajo por parte de la sociedad.

Alba señala que la labor docente en la actualidad «va más allá» de las funciones pedagógicas. «Están dando educación a nuestros hijos y no solo les enseñan materias como Lengua, Matemáticas o Ciencias, sino que también les enseñan a ser buenas personas para construir una sociedad mejor; construyen, sin duda, la sociedad del futuro», destaca la delegada de Educación.

Pero habría que hacer visible este trabajo. Es lo que opina Rosario Gutiérrez, decana de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga. «La opinión social que se tiene no coincide con el esfuerzo que realiza este colectivo», insiste. Es un trabajo que, muchas veces, se queda en la sombra y no se conoce. «Los docentes en general trabajan con recursos muy limitados para adaptarse a la complejidad de la era que les ha tocado vivir: la expansión digital, el control de la información a nivel global, la inmediatez de la comunicación… Surge la necesidad de cambiar la figura del docente hasta ahora transmisor del conocimiento por un profesor mediador o facilitador que ayuda a obtener ese conocimiento», señala.

«El respeto tiene que empezar por las propias instituciones», asegura la decana, que reconoce que se «indigna absolutamente» cuando escucha expresiones coloquiales relacionadas con la profesión docente, «cuando los profesores derrochan entusiasmo y energía a pesar de las dificultades con las que se encuentran».

Pedro Jerez es maestro de Primaria en el colegio concertado Manuel Siurot, de la capital. Desde su punto de vista, la función docente «o lo que es lo mismo, el reconocible arte de generar aprendizaje más allá de la simple transmisión de contenido», goza en la actualidad de una suerte desigual. «Descartados los consabidos estereotipos, cabría destacar el papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y las redes sociales como plaza pública capaz de propiciar el encuentro cercano y directo entre los diferentes agentes que intervienen en el hecho educativo. Abrir las puertas del aula a los que nos observan, garantiza la mejor comprensión y valoración de lo que en ella ocurre», propone, como herramienta para dar visibilidad al trabajo de los profesores.

«Nosotros en ANPE consideramos que el reconocimiento social ha de empezar por la Consejería», empieza diciendo María Gracia del Amo, presidenta en Málaga de este sindicato independiente.

Los representantes de los trabajadores reclaman la devolución de todos los recortes que ha sufrido el profesorado desde el 2012 con motivo de la crisis. «Estamos pendientes de firmar un pacto por la educación en Andalucía pero ya hemos advertido de que no firmaremos si no recuperamos estos derechos económicos y reconocimiento social del profesorado», indica Del Amo, que señala que en los últimos años el profesorado ha perdido un 30% de poder adquisitivo.

También exige el desarrollo de la ley de autoridad pública, como en otra comunidades autónomas. «Ya se ha desarrollado por la Lomce y aquí no», comenta la presidenta de ANPE en la provincia. «Aquí la administración dice que esta ley no procede, que ya hay planes de convivencia que consideran suficientes. Pero no lo son, aunque en algunos centros funcionan mejor», agrega la representante sindical, que pone como ejemplo los informes de agresiones que recopila su propio sindicato de forma anual. «La falta de consideración y respeto está a la orden del día».

Patricia Alba insiste en que la Delegación hace todo lo posible por hacer visible este trabajo. También defiende la necesidad de que el personal docente recupere los derechos laborales perdidos con la crisis y va más allá de los sueldos. Se refiere igualmente a las sustituciones de quienes se dan de baja por enfermedad. Y es que antes de la llegada de Wert al Ministerio de Educación, en Andalucía estas ausencias se cubrían en un plazo de 48 horas, y en la actualidad hay que esperar diez días naturales para iniciar los trámites.

Por su parte, para CSIF, la dedicación y profesionalidad del profesorado es incuestionable, «a pesar de las incertidumbres legislativas, la falta de apoyo institucional y social, las injerencias cada día más frecuentes en su trabajo, los recortes laborales y la falta de respeto y reconocimiento a la labor que realizan». El sindicato defiende que el verdadero reconocimiento al profesorado pasa por un respeto a sus condiciones sociolaborales, «lo que hace incomprensible que aún no se hayan repuesto todos los derechos perdidos durante la crisis, la puesta en marcha de la carrera profesional y un Estatuto Docente».

Fuente: http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2017/10/08/trabajo-docente-conocido-reconocido/960365.html

Comparte este contenido:

Profesores, ¿una herramienta obsoleta?

España / 8 de octubre de 2017 / Autor: Ainhoa Kaiero Claver / Fuente: El Salto

Los alumnos están perdiendo la capacidad de escucha. Ya no atienden. El intentar que asimilen algún tipo de conocimiento constituye cada vez más una ardua batalla. A ellos, por su parte, parece divertirles tu impotencia, tu enfado, tu voz quebradiza, tus “gallos”; les deleita el reducirte a la condición de un patético payaso.

Resulta obvio que el profesorado se está quedando obsoleto, y la sociedad, por tanto, insiste en la necesidad de renovar su función y de reprogramar el aprendizaje como un circo de actividades.

Puesto que los niños vienen al instituto a pasar el rato, y demandan, en calidad de nuevos consumidores, un cabaret cargado de efectos especiales, los profesores hemos ahora de entretenerlos mediante distracciones que desarrollen, sin apenas esfuerzo alguno, cuatro destrezas rudimentarias. Y mientras la educación se re-contextualiza así, cara a la galería, en un parque de atracciones (heredero de esas exposiciones y ferias que desde el siglo XIX convertían los progresos científicos y técnicos en un espectáculo de masas), en la trastienda, el profesorado se encuentra cada vez más ajustado a un mecanismo productivo de fábrica.

«Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, ‘coach’, supervisor y burócrata»

La administración exige del profesor una labor de operario y supervisor, constantemente ocupado en aplicar recetas pedagógicas, recabar datos y generar informes, dentro de un proceso educativo altamente burocratizado cuyo sentido tiende por momentos a desvanecerse. Muchos profesores nos vemos cada año “literalmente” engullidos, al igual que Charlot, por un engranaje ininteligible de ítems y consignas, de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje, a la hora de elaborar una programación.

Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, coach, supervisor y burócrata. Sin embargo, el sentimiento de muchos profesores es que con esta nueva diversificación de tareas, su profesionalidad ha sido, si no destruida, al menos considerablemente mermada. Que en la sociedad actual sus conocimientos, su experiencia y su criterio profesional apenas ya se tienen en cuenta. Y viendo la enseñanza relegada a la obsolescencia por las nuevas técnicas de aprendizaje, se preguntan: ¿qué demonios ha pasado?

EDUCACIÓN DE MERCADO

Lo que se esconde, tras toda esta mistificación de la tecnología, la innovación y demás charlatanería en boga, es una apropiación del proceso educativo por parte de los agentes económicos. Lejos de los discursos humanistas e ilustrados, de esos grandes ideales de la formación del individuo y de un ciudadano instruido y responsable, en nuestro sistema actual impera el criterio “pragmático” de poner el aprendizaje al servicio de las necesidades socio-económicas, es decir, de las necesidades del mercado.

Hemos, por tanto, de preparar a las nuevas generaciones para una realidad económica cada vez más basada en el intercambio de servicios, de bienes inmateriales y, como ya adelantara Lyotard hace tres décadas, en una conversión del conocimiento en información mercantilizable.

La mal llamada “sociedad del conocimiento” no es, en este sentido, más que una industrialización del saber en aras a su posible explotación y rentabilidad capitalista. Si a lo largo del siglo XVIII los nuevos modos de producción de la industria absorbieron, desmantelaron y reconstruyeron la actividad artesanal de los gremios, parece que le ha tocado el turno a todas esas actividades profesionales “no productivas” (como las clasificara Adam Smith) que articulan el sector servicios. Gracias al desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), todos estos conocimientos están siendo adaptados a una cadena de procedimientos computerizados, permitiendo así su posterior manipulación por parte de los nuevos obreros, consagrados a un trabajo más “intelectual” que manual, del siglo XXI.

De ahí la intervención operada por los agentes económicos en el sistema de enseñanza donde se transmiten estas áreas del saber vinculadas a las profesiones “liberales”. La transformación de la naturaleza del conocimiento, requería igualmente una alteración de las instituciones tradicionales y de los métodos “artesanales” encargados de su reproducción y mantenimiento, principalmente la reforma radical de una Universidad asociada aún a modos arcaicos y gremiales, y en segundo lugar, del resto de cuerpos aparejados al proceso de enseñanza (primaria y secundaria).

La reconversión industrial de estas instituciones debía desmantelar la “vieja” enseñanza de un saber sustantivo, demasiado teórico, académico y rígido para los usos de nuestra sociedad informatizada, e implantar un “nuevo” sistema de aprendizaje más moderno orientado hacia un saber procedimental, eminentemente práctico, flexible y dinámico, cuyo modelo inspirador, por cierto, provenía del ámbito de la cibernética.

Decía Walter Benjamin que con la llegada de la difusión de la información, comenzaba el declive del arte de narrar, y con él, de la comunicabilidad de la experiencia. En el ámbito del conocimiento, la incursión de las TIC está igualmente ocasionando una pérdida de los saberes sustantivos y de sus modos de transmisión “artesanales”.

Al igual que una narración, un área de saber contiene la sedimentación paulatina de un conjunto de experiencias, transferidas y reelaboradas por diferentes “manos” (y “mentes”) a lo largo de la historia. En las disciplinas, los contenidos (si por éstos entendemos los “conceptos”, “ideas”, “temas”, “datos” o “teorías” de una rama de conocimiento) y los procedimientos (“metodologías”, “técnicas”, “lógicas”, etc.) se dan entrelazados, sin que puedan llegar a desconectarse arbitrariamente, del mismo modo en que lo narrado y la narración siempre se manifiestan de manera conjunta e indisociable.

Cuando pienso en mi materia que es la “Música”, por ejemplo, la entiendo como una constelación de conceptos, lógicas, técnicas y teorías sobre la experiencia sonora, interrelacionadas. Así como un narrador transmite tanto unos acontecimientos, como la vivencia y comprensión que él mismo hace de estos hechos relatados, también yo, al comunicar a mis alumnos ciertas fórmulas y conceptos, los reavivo desde mi propia sensibilidad y entendimiento. Y a su vez, un alumno que recoge mis explicaciones ha de realizar un ejercicio activo de interpretación, comprensión y asimilación de estas enseñanzas.

Al contrario de lo que las teorías pedagógicas al uso pretenden hacernos creer, la escucha o la lectura concentrada, la toma de notas y apuntes, la imitación y repetición de un procedimiento (todas ellas metodologías asociadas a una periclitadas “clases magistrales”), no son operaciones de recepción pasivas, sino ejercicios de una percepción creativa donde el alumno asimila generando sus propias conexiones. De manera que, en esta comunicación inter-subjetiva de generación en generación, el saber no sólo se transmite sino que también se expande y se reelabora dando lugar a nuevas perspectivas. Las materias albergan, por tanto, un saber teórico-práctico ligado a una experiencia de sentido infinitamente renovable.

La informatización, como ya señalara Lyotard, exterioriza el conocimiento respecto al “sabiente”, lo desliga de su experiencia, y lo fija en una serie de parámetros y ordenamientos formales que facilitan una manipulación abstracta.

«Las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa entretenidos»

Los principios pedagógicos inspirados en el aprendizaje de la máquina, la cibernética, rechazan así por completo la transmisión “artesanal” de los saberes: aniquilan el componente corporal y aprehensivo (como percepción) del conocimiento; niegan la experiencia interna del sentido, y la sustituyen por un manejo externo de signos que proyectan significados; refutan el papel del saber como actividad que nos permite comprender, habitar y orientarnos en el mundo, y lo asocian con una mera utilidad instrumental, insensible y alienante; invalidan, por último, la comunicación inter-subjetiva entre generaciones, anulando el rol del profesor y condenando a la obsolescencia el ejercicio docente.

Las nuevas directrices pedagógicas implantadas en los ámbitos de primaria y secundaria ahondan en esta línea, al promocionar la adquisición de unas destrezas genéricas, las denominadas Competencias Clave, en detrimento de las disciplinas usuales. A fin de desarrollar estas Competencias en el alumnado, se conmina al profesor a planificar en su materia una serie de acciones (recogidas en los Criterios de Evaluación) asociadas a unos contenidos cada vez más sucintos y esquematizados.

A lo largo de este proceso, la enseñanza del profesor, en su labor tradicional de transmitir saberes, se ve sustituida por un protagonismo del niño que “construye” su propio aprendizaje. Se requiere de los niños no tanto una actitud reflexiva y observadora, como dinámica y participativa; los alumnos no deben ya escuchar, percibir o comprender, sino emprender, disponer y actuar.

De esta manera, las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa atareados y entretenidos. Los institutos rebosan de niños que hacen murales, que montan exposiciones, que realizan maquetas, que efectúan experimentos y producen vídeos, niños que fabrican hasta su propio saber y emulan a todos esos DJ del conocimiento (principalmente bloggers y youtubers), que tanto admiran, colgando sus propias producciones en internet. Y con ello, lo que se observa es una manipulación cada vez más pobre y externa de informaciones, un corta-pega que pone de manifiesto la ausencia de una comprensión, asimilación y reelaboración profunda de los conocimientos, la incapacidad de generar síntesis, interpretaciones, de desarrollar algún tipo de razonamiento.

Los Criterios de Evaluación pro-ce-di-mentalizan así el conocimiento en una cadena sucesiva de operaciones, fragmentándolo, desarticulándolo y despojándolo finalmente de toda substancia.

A través de estas actividades propuestas, consistentes principalmente en una aplicación y manipulación de signos a partir de determinadas consignas o instrucciones de juego, los Estándares de Aprendizaje miden la adquisición o no de determinadas habilidades programadas: la capacidad del alumno de “procesar” y manejar información, de codificar y descodificar significados… Valga como ejemplo el siguiente estándar perteneciente a mi materia: “Reconoce los parámetros del sonido y los elementos básicos del lenguaje musical, utilizando un lenguaje técnico apropiado”. Este enunciado parece más digno de un lenguaje de programación, destinado a un robot o a un sistema cibernético, que del aprendizaje de un ser humano.

De ahí que este adiestramiento procedimental se preste a un entrenamiento directo del alumno (o “usuario”) con la máquina, es decir, con determinadas aplicaciones y programas informáticos creados para favorecer el auto-aprendizaje.

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS DOCENTES?

Claro que, si el alumno puede ya instruirse directamente con sus tablets, fomentando el negocio lucrativo de la industria informática, ¿para qué siguen contratando a profesores? ¿Cuál es el rol que nos reservan? Se diría que el de un “personal training” (aunque resulte un tanto complicado con 30 alumnos en el aula), o el de un “monitor” que anime el entrenamiento grupal y personalizado (siempre atentos a la diversidad) de sus pupilos.

Por descontado que, tratándose de menores, deberá realizar una labor de vigilante y guarda de los mismos en todas aquellas horas que los padres que trabajan, y no pueden hacerse cargo de ellos, nos los confíen. Siendo además adolescentes en una edad crítica, ciertas nociones de psicología, siempre serán bienvenidas. Aunque, principalmente, su cometido consistirá en ser un supervisor del correcto funcionamiento del proceso de enseñanza, recogiendo semanalmente la evolución en las Competencias de cada usuario.

«El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos»

Ello implica que, en lugar de malgastar el tiempo tratando de explicar inútilmente la materia, el profesor ha de dedicar buena parte de la hora en anotar (preferentemente en una moderna aplicación de su tablet) si cada uno de sus 30 alumnos asistieron o no a clase, si trajeron o no los materiales, si realizaron o no la tarea de casa, si participaron o no en alguna de las actividades realizadas en clase, si demostraron o no haber adquirido las destrezas programadas, si son capaces o no de aprender de sus errores (tal como lo hace un programa cibernético avanzado), si se comportaron o no adecuadamente, si en su mal comportamiento manifestaron o no actitudes ofensivas, etc.

Un profesor eficiente de hoy en día debe registrarlo absolutamente todo, dado que su opinión y criterio profesional han sido invalidados y ya no cuentan ni para inspección (los jefes), ni para alumnos y padres (los clientes). De modo que lo que estas nuevas asignaciones conllevan, es una proletarización del docente cuya autoridad profesional ha sido aniquilada. Y, tal como señala Renán Vega Cantor, esta proletarización se efectúa además tanto a un nivel técnico, puesto que la labor del profesor es la de un simple operario sometido a un aparato de producción técnico y administrado, como ideológico, ya que los fines sociales de este proceso han sido intervenidos y se escapan igualmente a su control.

Dicha proletarización se ve además reforzada por la condición precaria de un extenso cuerpo de interinos, cuya inestabilidad laboral en los centros coarta sus posibilidades de intervención en los proyectos de enseñanza.

¿Cuál sería entonces el propósito del proceso educativo a día de hoy? ¿Formar a nuestros alumnos como personas? Obviamente, no. ¿Contribuir al desarrollo de su formación profesional? En realidad, tampoco. El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos, dotados de unas habilidades genéricas que les capaciten para reprogramarse continuamente en función de las necesidades del mercado.

En este sentido, el sistema competencial que nos ocupa está diseñado para desarrollar en el individuo tanto unas destrezas básicas (competencias científicas, digitales y lingüísticas principalmente), como determinadas conductas y actitudes (competencias sociales, de emprendeduría, de aprender a aprender).

La ingeniería neoliberal planifica (y perdonen la contradicción del término) el proceso educativo a fin de que sirva a su modelo ideal de sociedad: aquella en la que los individuos operan dentro de un régimen libre de intercambio, adaptándose de manera flexible a las demandas y ofertas que surjan en este contexto, con capacidad de emprender cambios en su ocupación si los precios del mercado (salarios bajos en un determinado oficio, por ejemplo) así lo sugieren, con capacidad para adquirir incansablemente nuevas habilidades.

Los mercados globales, cada vez más dinámicos e inestables, precisan de esta clase de agente camaleón, más que de profesionales con una formación sólida y delimitada, cuyo exceso de cualificación dificultaba su re-ocupación (engrosando así las listas del paro) e imponía, además, ciertos reconocimientos salariales (los empleadores han conseguido, en este sentido, desarticular las regulaciones de los gremios “liberales”).

Esta nueva orientación acaba, por tanto, con lo que antaño se denominaba “el ascensor social”, es decir, la posibilidad de una mejora de condiciones para los hijos de la clase obrera que accedían mediante la escuela pública y gratuita a una formación. Y con ello se extingue también esa cultura del esfuerzo, unida al aprovechamiento en los estudios, necesaria a la consecución de una rama profesional.

«Nuestro mundo demanda, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo»

En lugar de ello, fabricamos una masa ingente de individuos escasamente cualificados, consumidores asiduos de formaciones y cursillos que les permitan ir tirando, improvisando sobre la marcha, en las diversas y cambiantes ocupaciones que se les puedan ofertar (los jóvenes precarios conocemos ya esta realidad de primera mano).

Individuos con una reducida preparación tanto a escala profesional, como humana, dado que el utilitarismo high-tech imperante, que incluso ha calado profundamente en las nuevas generaciones (a nuestros alumnos les han hecho creer que todo conocimiento es válido siempre y cuando se someta a los imperativos de utilidad inmediata y de novedad), no les permite nutrirse de una verdadera cultura que les facilite el comprender y desenvolverse en nuestro hábitat.

De ahí que este des-enraizamiento de los jóvenes, huérfanos de una identidad y de una tradición, los convierta en subjetividades frágiles y volátiles, fácilmente manipulables por cualquier tipo de discurso que los seduzca, ya sean los prototipos de los modos de vida capitalistas, ya sean otras doctrinas más “peligrosas” que canalicen los sueños rotos y el malestar de aquellos excluidos de este paraíso neoliberal.

Nuestro mundo no precisa de nuevos y sofisticados mecanismos que intensifiquen su instrumentalización. Demanda, por el contrario, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo. Por eso es tan necesario reclamar y restituir la dignidad profesional del profesorado y de todos aquellos transmisores de la cultura y del saber.

Fuente del Artículo:

https://elsaltodiario.com/educacion/educacion-entretenimiento-profesorado-proletario

Comparte este contenido:

Series: La educación en el ojo del huracán

Argentina / 8 de octubre de 2017  / Autor: Juan Pablo Russo / Fuente: Escribiendocine

Entre la diversidad temática que rige los contenidos del cine y las series se encuentran las “High School” o de colegios, género que nació a mediados de la década del 50 y cuyo abordaje fue mutando a lo largo del tiempo. Los éxitos televisivos más recientes de este género corresponden sin duda a la edulcorada comedia musical Glee, que reunía en un coro a todos los losers de un secundario de Ohio, y 13 Reason Why, centrada a partir del suicidio de una adolescente víctima de bullying y cuyos padres responsabilizan a las autoridades del colegio que asistía.

Para el escritor y crítico literario español Jorge Carrión, autor del libro Teleshakespeare (Interzona), “desde que The Wire retratara con gran realismo los problemas de la educación pública de Baltimore, no hemos dejado de ver en las series esas instituciones, emblemáticas de los Estados Unidos, más de sus sombras que de sus luces, y por tanto interesantes para las series (que quieren retratar los EEUU y que siempre con más sombrías que luminosas)”. Pero para Carrión la educación pública es tan representativa como la privada. “Recordemos, entre los ejemplos recientes, la última temporada de The Killing, la segunda temporada de American Crime y The OA que si no me equivoco, también es privado”, sostiene.

Pero más allá de la hegemonía estadounidense, series de diferentes latitudes supieron captar el interés masivo de la audiencia, La comedia negra danesa Rita, la española Merlí y el drama policial australiano The Principal (todas disponibles en Netflix) son tres ejemplos de cómo la educación pública supo meterse en la TV y darle una vuelta de tuerca al género.

Rita da un giro total a lo visto en las “High School” exponiendo los diferentes problemas que enfrenta en la actualidad la educación pública danesa, que aunque trabajada en un tono de comedia en ocasiones transita por numerosas situaciones dramáticas hiperrealistas.

Mientas Rita representa el alejado, pulcro, aunque también contradictorio, modelo de los países nórdicos, The Principal se sumerge en el suroeste de Sydney, para mostrar situaciones un poco más cercanas a la educación tercermundista. La serie, de cuatro episodios, narra la historia de un director de escuela obsesionado en cambiar la vida de sus alumnos, todos varones, habitantes de un barrio multiétnico dominado por pandillas de narcotraficantes de poca monta.

Pero es el dramaturgo Héctor Lozano quien propone en Merlí una acida mirada sobre la relación entre alumnos y profesores pero sin que los tópicos -que los hay- sean el motor de las tramas y de los personajes. Lo atractivo de Merlí es, por un lado, su protagonista Merlí Bergeron, un profesor de filosofía que basa sus clases en situaciones reales que transitan los alumnos; pero por otro, la óptica desde la que se mira a los adolescentes. Mostrándolos como seres pensantes, capaces de resolver conflictos y alejados de toda estigmatización.

Las tres propuestas, además de construir “héroes”, se mueven en la búsqueda de un proceso educativo más justo, que incluya a pesar de las circunstancias y la realidad social de cada individuo. La educación es un derecho y los tres protagonistas harán lo imposible para que se cumpla.

En Argentina hubo algunas experiencias en este sentido como Entre horas, de la cineasta Daniela Goggirealizada para la TDA, pero es el género documental el que más retrató la educación pública a partir de series como Motivados por la historia (TV Pública), un docu-reality en el que un profesor de historia y cuatro jóvenes se proponen revivir el mítico cruce de la epopeya libertadora del General José de San Martín en 1817, o Queremos saber (Encuentro), que indaga en los cambios que ocurren durante la adolescencia. Ambas series se forjan a través de contenidos educativos y no sobre las problemáticas.

Ante la ausencia de series es el cine nacional quien se ha propuesto incursionar sobre estos vínculos como la reciente El corral (2017), de Sebastián Caulier, que se inmiscuye en el interior de un colegio de Formosa en pleno años 90 para desarrollar una historia de acoso y sus consecuencias.

Para Caulier este es un universo rico tanto para series como para el cine porque en los colegios públicos siempre hubo una diversidad de clases sociales, con todo lo que eso conlleva. “Por los pasillos de los principales colegios públicos se cruzaban hijos de empresarios o políticos poderosos con hijos de familias muy humildes. Es muy común que en los recreos convivieran, por ejemplo, el hijo de un conocido dueño de supermercados con el hijo de un repositor que trabajaba para uno de los locales del padre de aquél. En esos cruces de relaciones de poder en el mismo colegio se fundía el germen que da vida a una historia”.

Fuente del Artículo:

http://www.escribiendocine.com/articulo/0014005-series-la-educacion-en-el-ojo-del-huracan/

Comparte este contenido:

Chile: De las aulas nortinas a Finlandia

Chile / 8 de octubre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Dínamo

El sistema educativo de Finlandia es uno de los más exitosos del orbe según el Informe PISA (Programme for International Student Assessment), que realiza la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) a nivel mundial, y que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemática, ciencia y lectura.

Asimismo, los docentes son profesionales altamente valorados y están considerados como uno de los pilares fundamentales del sistema; ser profesor es sinónimo de prestigio y autoridad dentro de los centros educativos y en la sociedad en general.

Es por este motivo, y buscando el traspaso de mejores prácticas en el campo educacional, que este sábado 6 de octubre, una delegación de 25 docentes chilenos -de diferentes localidades del país- despegará rumbo a la ciudad de Helsinki, en Finlandia, para conocer en primera persona los innovadores procesos de enseñanza que se implementan en este país nórdico.

Esta será sin duda una experiencia enriquecedora para los profesores, así como también para sus colegas y alumnos, quienes podrán conocerla de primera fuente una vez que los profesionales regresen a Chile y puedan compartir lo aprendido y aplicar diferentes mejoras o métodos al sistema que imparten las instituciones educacionales a las que pertenecen.

Es el caso de Jessika Molina y Carlos Sáez, profesores de matemática de la Escuela Básica de San Pedro de Atacama y Oasis en el Desierto de Pintados respectivamente, quienes viajarán a capacitarse al país de élite en materia educacional gracias a una beca otorgada por SQM, empresa que junto con la Corporación Crea+ organiza esta pasantía para que profesores chilenos conozcan el decisivo rol de una formación docente de alta calidad dentro del sistema educativo finlandés.

“La pasantía busca conocer los procesos de enseñanza integrada de las matemáticas, la ciencia, la ingeniería y la tecnología (STEM por su sigla en inglés) tendencia de los sistemas educativos más desarrollados en el mundo, lo que irá en directo beneficio de las escuelas, sus profesores, y por consiguiente de los alumnos de estos profesores”, señaló el director de la Corporación Crea+, Víctor Berríos.

Además, esto servirá para“conocer en detalle la experiencia educacional finlandesa, valorada a nivel mundial por sus logros, y ver qué aspectos pueden ser implementados en nuestra región es el objetivo principal de este viaje”, nos contó Jessika Molina. “Como colegio estamos muy contentos con esta oportunidad porque confiamos que nos permitirá seguir avanzando en nuestro proyecto educativo, y entregar cada día una formación de mayor calidad a nuestros estudiantes”.

El grupo docente visitará escuelas en las ciudades de Helsinki y Jyväskylä; en esta última también han sido invitados a la Facultad de Educación de la Universidad de Jyväskylä.

Para Pablo Pisani, gerente de Sustentabilidad de SQM, la compañía tiene el convencimiento de que la educación es el puente para crear nuevas oportunidades de crecimiento en niños, jóvenes y adultos, sobre todo para los que viven lejos de los centros urbanos. “Las acciones de nuestros programas sociales siempre son consensuadas y validadas con las comunidades aledañas a nuestras operaciones, y buscan generar nuevas y mejores oportunidades para los habitantes de cada localidad, cimentando lazos de confianza perdurables en el tiempo”.

El secreto del éxito

 El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, PISA, que realiza la OCDE a nivel mundial, determinó que Finlandia es uno de los mejores países del mundo en calidad de alfabetización, matemática y ciencias.

El secreto del éxito se puede encontrar en la osadía a la hora de realizar profundos cambios al modelo. Por ejemplo, la educación formal es obligatoria entre los 7 y 16 años. Además, los estudiantes no pagan por ningún material escolar y los municipios garantizan el transporte para aquellos que viven a más de cinco kilómetros de la institución escolar a la que asisten.

La docencia se basa en un sistema de enseñanza personalizado. Desde los primeros cursos se interviene en el proceso de aprendizaje de cada alumno, poniendo el énfasis en las debilidades y dificultades que puedan existir. Esto garantiza que los potenciales problemas se diagnostiquen a tiempo y se respeten los distintos ritmos de aprendizaje de cada niño.

El sistema de evaluación evita los números, desalentando así la competencia sin sentido entre alumnos. No se realizan exámenes ni se otorgan calificaciones hasta que los niños alcanzan quinto grado con 11 años, y los informes acerca del rendimiento que reciben los padres son de naturaleza descriptiva y no evaluativa como lo hacen la mayoría de los sistemas educacionales, incluido el chileno.

Otro punto relevante es que la educación en Finlandia es gratuita y de acceso universal, lo que es financiado en su totalidad por el Estado, a través de la recaudación de impuestos y en el marco de un sistema de protección social altamente desarrollado.

Fuente de la Noticia:

De las aulas nortinas a Finlandia

Comparte este contenido:

“El alfarero”: un lindo corto para valorar el rol del docente y reconocer el esfuerzo de nuestros estudiantes

La historia de un maestro que enseña a su pequeño discípulo a alcanzar sus objetivos con esfuerzo, perseverancia y dedicación.

Por Camila Londoño

El cortometraje animado The Potter (El alfarero) fue creado por Josh Burton como un proyecto de tesis. La historia relata cómo un maestro le enseña a su discípulo a darle vida a unas figuras de barro. Los dos personajes tienen una estrecha relación y el niño en particular admira mucho a su maestro, una especie de monstruo carismático quien crea los más bellos objetos de barro. Ansioso por llegar a ser como él y conseguir la magia que sólo su maestro tiene, el pequeño trabaja de forma constante y rigurosa.

En 6 minutos, Burton presenta una alegoría de los procesos de enseñanza y del rol de los docentes en éstos. La paciencia, la constancia, el esfuerzo y la dedicación aparecen en esta propuesta animada como valores indispensables en la consecución de objetivos.

El aprendiz en este corto, pasa por diversas fases.

Fases que le permitirán más adelante transformarse y alcanzar los logros esperados. Durante estas fases el maestro siempre está a su lado, quien con dedicación, acompaña a su aprendiz en una etapa llena de ensayo y error, dudas, e incluso frustración, pero sobre todo, una etapa llena de mejoras y crecimiento personal. La meta a la que tiene que llegar este joven aprendiz no es sencilla, pero él no se rinde, es perseverante en su misión y gracias a su maestro, quien al no darle todas las respuestas, actúa como un guía excepcional, el pequeño logra escalar paso a paso.

Al final, el brillo en los ojos del niño es la conclusión de este corto relato que da cuenta de la satisfacción que genera un aprendizaje y la importancia de un buen educador a lo largo de un proceso de formación que a pesar de estar lleno de altos y bajos, es absolutamente enriquecedor para ambas partes

Fuente: http://www.eligeeducar.cl/alfarero-lindo-corto-valorar-rol-del-docente-reconocer-esfuerzo-estudiantes

Comparte este contenido:
Page 12 of 20
1 10 11 12 13 14 20
OtrasVocesenEducacion.org