Page 8 of 14
1 6 7 8 9 10 14

Entrevista: «Si nos quedamos en casa, no tenemos cómo sobrevivir y si salimos a buscar cómo subsistir nos arriesgamos a contagiarnos… es un dilema muy perverso»

Por: Silvia Arana.

En la sexta entrevista de la serie, una joven estudiante cuenta que en su barrio no se han realizado fumigaciones indispensables para combatir el mosquito transmisor del virus que causa el dengue, enfermedad endémica de la región, cuyos síntomas tienen similitudes con el COVID-19. Esto incrementa el pánico en la población.

Entrevista a L. S., estudiante universitaria. Reside en Jardines del Salado, Guayaquil.

1) ¿Cómo describiría el nivel de organización del municipio de Guayaquil frente a la epidemia? ¿Le transmite seguridad?

NO, no me logra trasmitir seguridad, pues el proceso de acción fue tardío ante esta epidemia que iba en crecimiento cada día. La municipalidad no movió ni un dedo hasta que ya fue demasiado tarde, y aún sigo creyendo que no está dando el cien por ciento de su labor, pues decidió dejar en manos del gobierno nacional todo el trabajo, y no se responsabilizó por tomar medidas adecuadas a tiempo.

Comenzando, porque las únicas limpiezas de transporte que ha hecho la municipalidad son de las metrovías, y no proporcionando a los transportes públicos y a la ciudadanía seguridad al utilizar los otros medios de transportes como buses, taxis, furgonetas y transportes de carga. Sumándole a esto, las fumigaciones que se han hecho por sectores seleccionados, que no logran cubrir las necesidades de los barrios más alejados de la ciudad, ya que no solo tememos a la nueva pandemia, sino a distintas plagas que azotan en este invierno, que hacen preocupar aún más, ya que la similitud que existe entre los síntomas de estas enfermedades (dengue, por ejemplo) y la nueva pandemia, es alarmante; haciéndonos preocupar por las distintas manifestaciones que presentan en nuestros cuerpos, provocando así el pánico en la población.

2) ¿Qué piensa del rol del gobierno nacional en asistir a la ciudad y a la provincia del Guayas durante la pandemia de coronavirus?

Es decepcionante, desde el inicio de la pandemia nunca estuvieron atentos a la ciudad ni a la provincia del Guayas. Creo que si desde que se supo del caso cero se hubieran tomado medidas de precaución, el panorama sería diferente. Lamentablemente tuvimos que ser el mal ejemplo ante la sociedad internacional para que recién recapacitaran y pudieran poner en marcha la supuesta “ayuda” que se está brindando y el protocolo a seguir; la impotencia y frustración fue muy grande al saber que no se hacía nada, hasta que fueron expuestos por dichos medios. Antes de eso el gobierno nacional trataba a la información que se presentaba por redes sociales de «falsas» y «complot de correístas», que solo tenían el propósito de desestabilizar al país; ignoraba las declaraciones de la ciudadanía por redes sociales; aquellas personas solo tenían el propósito de manifestar su dolor e impotencia, al ver que ni el gobierno ni la municipalidad de Guayaquil mostraron preocupación ante esta grave pandemia.

3) ¿Ha podido adquirir víveres y remedios sin problema en los lugares de abastecimiento de su vecindario? ¿Se ha podido guardar la distancia recomendada entre las personas evitando las aglomeraciones?

Es difícil, ya que lamentablemente las tiendas no se abastecen con las diferentes mercancías, haciendo que se aprovechen de la situación para subir el precio de los productos más básicos, como los huevos, el verde, los limones, queso, algunas verduras, entre otras; dada la dificultad de obtenerlos en la ciudad, pues los mayoristas que los abastecen ya casi no llegan a estos lugares. En las tiendas del barrio la distancia no es respetada del todo y por todos, pues debido a este desabastecimiento, la gente intenta conseguir lo más rápido los alimentos para regresar a sus casas antes del toque de queda o que se agoten. En los supermercados el panorama no es muy diferente, ya que afuera se logra respetar  de alguna manera esta distancia por parte de algunas personas, pero la situación es diferente en el interior, ya que debido al apuro de ciertas personas por salir de esos lugares, pierden la noción de la distancia y el orden e irrespetan estas medidas al momento de andar por los pasillos de los supermercados o en las propias cajas registradoras.

4) ¿Tiene familiares o vecinos afectados por el coronavirus?

Hasta el momento no. Y deseo que así se mantenga.

5) ¿Qué piensa sobre los hospitales y centros de emergencia públicos y/o privados de la ciudad?

Fatal, realmente pienso y siento que la prioridad no es el pueblo. La falta de aseo y la precariedad de la atención y de la administración de los diferentes espacios hacen que se marque una clara incompetencia por parte de las gestiones administrativas de los hospitales públicos del estado como el IESS de Guayaquil, en el cual se ha visto como la falta de organización ha provocado un colapso en su sistema de atención, teniendo que atender de forma improvisada en espacios que no son adecuados para el tratamiento del COVID-19. Un ejemplo de esto son las largas filas de espera afuera del establecimiento,  dando así como resultado las lamentables e irreparables pérdidas de nuestros queridos familiares y allegados.

6) En su opinión, ¿la deficiencia del sistema de salud pública de Guayaquil es el mayor problema para confrontar la epidemia? ¿O piensa que el mayor problema es otro? ¿Cuál?

En mi consideración pienso que estos espacios deberían estar adecuados para contener y combatir esta grave pandemia, pero lamentablemente no es así,  la precariedad de la institución, se ve reflejada por el poco interés del personal administrativo para ejercer un verdadero control en las actividades dentro de los hospitales, creando así un desempeño laboral ineficiente, que marca preferencias solo para ellos mismos y no salvaguarda la salud y la integridad de las personas que asisten día por día a estas instituciones, sin mencionar el desinterés de unos cuantos especialistas de la salud, que no tienen una devoción por la vida de los paciente que se encuentran afrontando esta enfermedad. Aparte del poco empeño del personal de limpieza, que no logra desempeñar sus actividades laborales correctamente, haciendo que la gente se enferme aún más por asistir a estas instituciones, en donde el ambiente de trabajo no es adecuado, ya que este tiene que ser lo más limpio posible. Pero no todo el peso recae en el personal que se encarga de la salud, sino en la poca ayuda del gobierno nacional que no proporciona los insumos adecuados que otros tantos personales médicos piden a gritos, para salvaguardar su vida y la de las personas que enfrentan al COVID-19.

Barrio Jardines del Salado en cuarentena y toque de queda. Foto de L.S.

7) ¿Sigue recibiendo el mismo salario con la cuarentena y suspensión laboral o se ha quedado sin ingreso?

No, soy una estudiante universitaria y me he quedado sin ingresos debido a eso, estoy sobreviviendo con los pocos recursos que tenía antes de la cuarentena.

8) Si es un trabajador independiente, ¿puede seguir trabajando en esta situación?¿Y los integrantes de su familia más cercana?

Casi todos mis familiares están en la misma situación, debido a que ninguno cubre las modalidades de trabajos permitidos por el gobierno.

9) ¿Cuánto tiempo más cree que podrán subsistir (económicamente) en estas condiciones de cuarenta y suspensión laboral?

Incalculable, lamentablemente es una situación que no sabemos qué será de nuestro destino, si nos quedamos en casa, no tenemos como sobrevivir y si salimos de casa a buscar la forma de como subsistir nos arriesgamos a contagiarnos y a contagiar a nuestros seres queridos, es un dilema muy perverso. El gobierno dice beneficiar a los más necesitados, pero habemos una lista muy larga de personas que no somos favorecidos con ningún tipo de subsidios.

«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de las noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias en la ciudad que es el centro económico y financiero más importante del país, y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con mayor cantidad de usuarios. Estos elementos unidos a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización de una alcaldía de corte marcadamente neoliberal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador, y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/dolor-e-impotencia-al-ver-que-ni-el-gobierno-nacional-ni-la-municipalidad-de-guayaquil-mostraron-preocupacion-ante-esta-grave-pandemia/

 

Comparte este contenido:

Neofascismo y coronavirus en Nuestra América

Por: Cristóbal León Campos

La avanzada de la pandemia del COVID-19 ocultó hasta cierto punto y retrasó una serie de procesos sociales que venían pujando con fuerza por transformaciones sociales urgentes, pero también, dejó a la vista de todos, la razón de muchas de las demandas exigidas en el contexto justo de esos procesos sociales referidos. Para el caso de Chile, la violencia del régimen neofascista de Sebastián Piñera y el proceso constituyente abierto por la fuerza popular prosigue, aunque como es natural, las condiciones del cuidado de la salud han modificado formas de protesta o la magnitud de ellas, pero el pueblo chileno no ha renunciado a la lucha, sigue la demanda por la instauración de una constituyente real que garantice las reformas sociales del pliego petitorio popular. Piñera a su vez, a quedado en evidencia por su incapacidad y desinterés por ejercer medidas reales para combatir la pandemia, siendo precisamente Chile, el país experimental de origen de las políticas neoliberales que desmantelaron en América Latina y el mundo los sistemas de salud pública y los derechos laborales hoy tan abatidos en el marco la de crisis sanitaria que vivimos.

En Brasil, Jair Bolsonaro ha demostrado inutilidad absoluta, burlándose de la magnitud de la pandemia, distorsionando información y quedando relegado de última hora del poder por sectores militares que mediante un golpe blando lo desplazan para entre otras cosas evitar mayores manifestaciones de inconformidad al menos por el momento, aunque se sabe que esos desplazamientos suelen ser antesala de mayores imposiciones y limitaciones en términos democráticos y de las garantías individuales de los pobladores, pues desde los primeros días de la llegada del COVID-19 a Brasil, la sociedad adoptó medidas de cuarentena sin la dirección gubernamental y organizó la resistencia efectuando cacerolazos diarios por la noche, Bolsonaro, más ocupado en servir a los grupos ultraconservadores evangélicos ha declarado sin pena, que es posible equiparar las muertes por el coronavirus con accidentes de autos, a decir del neofascista, son hechos inevitables lavándose las manos del asunto, siendo el primer gran resultado de esa actitud su alejamiento del poder.

En Ecuador, al parecer la situación ha alcanzado niveles realmente trágicos, denuncias por las redes sociales muestran videos de personas muertas en las calles, sumando según algunas fuentes miles de pérdidas humanas, ante lo cual y si bien mediante un video, el presidente Lenin Moreno, pretendió dar la imagen de estar actuando y preocuparse por los hechos sin que nada mejore, ahora, su figura pasa desapercibida en medio de la catástrofe, además, al igual que Bolsonaro, se muestra más preocupado por satisfacer las demandas de la oligarquía ecuatoriana, al procurar que Rafael Correa, sea sentenciado a ocho años de cárcel por presunta vinculación delictiva, queriendo con ello, dejarlo fuera de los comicios que deben celebrarse en el 2021 para la presidencia ecuatoriana.

En Colombia, la situación no es diferente, mientras la pandemia avanza, Iván Duque se presta al juego del imperialismo estadounidense y se convierte en agente abiertamente participe de las agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela, apoyando la llegada de buques militares postrados frente a Venezuela, simulando desconocimiento de que es Colombia el país con mayor tráfico de drogas a los Estados Unidos y no Venezuela como se quiere hacer creer. Duque ha permitido la violación de la soberanía colombiana al dejar sus fronteras como campo estratégico de batalla para la preparación de la agresión militar que están fraguando, ya semanas atrás, Juan Guaidó y otros sátrapas del imperialismo, fuero descubiertos y denunciados por el tráficos de armas con fines golpistas, siendo Colombia su protector y proveedor paramilitar, Duque sometido a Donald Trump, se ocupa más de ser el fiel lacayo imperialista que en salvaguardar la salud de sus pobladores.

En el Salvador una serie de protestas han desnudado el carácter del régimen de Nayib Bukele, quien en un principio, quiso jugar al héroe anunciando la suspensión de pagos de impuestos y otros cobros por tres meses, pero en realidad, buscaba lavar su imagen sobre sus actos en la asamblea salvadoreña a la cual asaltó para lograr sus objetivos económicos y políticos semanas antes de la llegada del coronavirus y, después, en medio de sus anuncios simulados, endeudó a el Salvador con un millonario préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que como sabemos, pasada la cuarentena, se encargará de comenzar a saquear al país centroamericano ante lo que el gobierno actuará como se han hecho otros a lo largo de la historia latinoamericana, permitiendo el robo a su nación y cargando sobre la espalda del pueblo salvadoreño la deuda que no les venefició y por la que tampoco fueron consultados a la hora de ser adquirida, al igual que como pensó Bukele que la entrega de subsidios familiares sería una medida popular y resultó ser la causa desencadénate del malestar social, de la misma forma ocurrirá cuando los efectos del préstamo comiencen a caer sobre los salvadoreños.

En países como Haití que han entrado a la fase de transmisión comunitaria, las medidas tratan de ser reforzadas, enfrentándose a la cruda realidad de que el desmantelamiento continuo de los servicios de salud pública, junto a la grave crisis social y económica que vive desde hace muchos años, y que de manera particular en el último año y medio ha mantenido protestas regulares contra el gobierno, crean un panorama un difícil por vencer. En Bolivia, las imágenes hablan del incremento de la represión militar golpista para tratar de calmar los reclamos socuelas de apoyo económico por la aguda situación de pobreza que ha regresado justamente desde que aconteció el golpe neofascista contra Evo Morales, además, hay que recordar que estaban programadas para mayo las elecciones presidenciales cuya tendencia electoral encabeza el Movimientos al Socialismo (MAS). Por su parte en México, el gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha ido implementando las medidas conforme los resultados van avanzando, apunto de entrar a la tercera etapa de la pandémica según los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), parece es posible evitar una catástrofe como ha ocurrido en países europeos, pero, lamentablemente, sabiendo la difícil situación por la que se pasa, grupos ultraconservadores con rasgos neofascistas, se lanzan con ataques y descalificaciones, generando desinformación con el fin de manipular la opinión pública y así buscar mermar la imagen gubernamental. Estos grupos herederos de las formas del viejo régimen, desearían que el gobierno federal endeudase a la nación con un nuevo préstamo al FMI como lo hicieron los anteriores gobiernos, y frente a la negativa de endeudar al país, se muestran hambrientos de tragedia sin importarles realmente el bienestar colectivo y social, quieren a todas luces utilizar los acontecimientos de la pandemia para desestabilizar y dar un golpe neofascista.

Es de notarse que en los países cuyos gobiernos se han mostrado tendientes al neofascismo la pandemia de COVI-19 causa mayor daño a la población y sus regímenes son repudiados por la sociedad, ese es el caso de Brasil, Ecuador, Bolivia, Chile y Colombia, tendiendo estos gobiernos a la militarización, la represión, el endeudamiento y el apoyo a las agresiones imperialistas sobre países como Cuba y Venezuela, quienes por su parte, ponen el ejemplo de humanismo en la región y el mundo controlando la pandemia al interior de sus naciones, brindando apoyo a otros países con brigadas médicas, recursos económicos y resistiendo la continua agresión imperialista a través de los bloqueos económicos que les han impuesto, la guerra mediática incesante y las amenazas y agresiones militares con cercos e invasiones perpetradas con la ayuda de las oligarquías neofascistas de la región.

Los neofascistas fieles al imperialismo estadounidense, quieren aprovechar el contexto de la pandemia del coronavirus para avanzar estratégicamente e imponer con mayor fuerza su brutalidad, pero los pueblos latinoamericanos reconocen en el ejemplo de Cuba y Venezuela el verdadero rostro del humanismo, de la solidaridad internacionalista, la defensa de la soberanía y autodeterminación, la resistencia popular y proletaria sigue su curso, aunque por ahora no sea posible ocupar las calles en su totalidad, la conciencia no disminuye, muy al contrario, la cara neofascista y proimperialista de los regímenes mencionados queda desnuda y será combatida con la organización y la fuerza popular de Nuestra América.

Fuente: https://rebelion.org/neofascismo-y-coronavirus-en-nuestra-america/

Imagen: https://pixabay.com/vectors/nazism-fascism-discrimination-144975/

Comparte este contenido:

Pandemia y oportunidades

Por: Pedro Miguel

El ala más recalcitrante de la oligarquía que perdió el control del poder presidencial y sus voceros oficiosos han pretendido convertir la crisis sanitaria y económica del momento en una oportunidad para descarrilar a la Cuarta Transformación. Pero, como se ha dicho, para que este designio pudiera tener una mínima perspectiva de éxito tendrían que concretarse escenarios de catástrofe epidémica de enormes proporciones y de demolición de la economía. El plan ha sido concebido desde una tremenda incapacidad para entender las lógicas del actual gobierno y las que operan en el grueso de la sociedad mexicana desde hace algunos años y sus probabilidades de triunfo son, por ello, muy escasas. En realidad, la epidemia de Covid-19 –y los quebrantos que conlleva en la producción, el comercio, el empleo y las finanzas– representa para ese sector de la casta desplazada una gran oportunidad para empezar a comprender lo que ocurre en el país desde el derrumbe del programa neoliberal en adelante.

Es claro, por ejemplo, que desde diciembre de 2018 esta vertiente de la reacción oligárquica dio por hecho que, en lo sustancial, y por intolerable que le resulte la toma de Palacio Nacional por los plebeyos, el gobierno de López Obrador era una sucesión presidencial más, que el programa político del tabasqueño era mera demagogia y que en lo sustancial la vida pública del país habría de seguir en el rumbo impuesto en el tramo Salinas-Peña, en el que las instituciones fueron convertidas en instrumentos de enriquecimiento personal y corporativo. En consecuencia, la crisis del coronavirus era para ella una doble bendición: por un lado representaba el ataúd de la Cuarta Transformación y por el otro, la astronómica oportunidad que cualquier crisis ofrecía, en los tiempos previos, para detonar un nuevo ciclo de concentración de riqueza, depauperación de las mayorías y saqueo de las arcas públicas. Y como daba por hecho que la diferencia entre López Obrador y sus antecesores es sólo de modales, discurso y símbolos, esa reacción oligárquica fue corriendo al Palacio a pedir un plan de rescate, es decir, una nueva transferencia multimillonaria de recursos públicos a bolsillos privados.

El error de cálculo se hizo evidente de inmediato: este gobierno no tiene la menor intención de seguir las reglas del régimen oligárquico y entre sus objetivos coyunturales no está el de crear condiciones para que unos cuantos multipliquen su riqueza; sus propósitos son, en cambio, cuidar la salud pública del embate del virus y aliviar hasta donde sea posible la penuria que se cierne sobre las mayorías. Tales son las orientaciones prioritarias del presupuesto en la presente circunstancia y el poder presidencial no va a doblarse ante la presión empresarial. El desconcierto y el berrinche de algunos de los dueños del dinero ante esta respuesta dice mucho de lo equivocados que estaban sobre la naturaleza de este gobierno. Ellos y sus voceros en los medios y las redes sociales –tanto los de carne y hueso como las hordas de cuentas falsas que siembran odio y mentiras en Twitter y Facebook– se debaten entre la rabia y la incredulidad y buscan desesperadamente amplificar su propio descontento y contagiarlo, con cierto éxito, hacia las clases medias.

En el ámbito de la salud pública y en el de la economía, los desplazados del poder y el privilegio llegan a extremos como calificar de ocurrencia o simulación el sistema de vigilancia epidemiológica centinela –adoptado por la Organización Mundial de la Salud y sus países miembros– o de tuitear con afán pontificador de verdades evidentes: El Presidente cree que los empleos los crea el gobierno. Como si el sector público en su conjunto, y el gobierno federal en particular, no hubiese sido, no sea y no habrá de seguir siendo, por mucho, el mayor empleador del país.

Para mayor enojo de este grupo, la Presidencia sigue siendo la Presidencia, es decir, la jefatura del Estado y la institución que establece los lineamientos generales de política pública, y los empresarios más prominentes de México –o para decirlo abiertamente: los más acaudalados– aceptaron los lineamientos del plan lopezobradorista para hacer frente a la emergencia económica: demandar el pago puntual de impuestos y exhortar a que no se despida a nadie y se preserven los salarios; por su parte, el gobierno redujo significativamente los precios de los combustibles, comprometió 25 mil millones de pesos para apoyar a un millón de micro y pequeñas empresas, extendió algunos de los programas sociales para beneficiar a cientos de miles y dio una nueva y severa vuelta de tuerca al gasto de las oficinas públicas.

Ese grupo oligárquico político-empresarial y los comunicadores a su servicio bien podrían aprovechar la reclusión para empezar a entender en qué país viven. Ojalá.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/10/opinion/021a2pol

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/covid-19-coronavirus-4964287/

Comparte este contenido:

Universidades chinas se preparan a impulsar la educación en salud pública

Asia/China/12-04-2020/Autor y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

Algunas universidades chinas están intensificando los esfuerzos para construir escuelas relacionadas con la gestión de la salud pública en medio de la epidemia del nuevo coronavirus.

La semana pasada, la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur (SUSTech, siglas en inglés), con sede en Shenzhen, anunció la construcción de la Escuela de Salud Pública y Gestión de Emergencias.

La universidad firmó un memorando de entendimiento y un acuerdo de cooperación con la Comisión Municipal de Salud de Shenzhen, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Shenzhen, y el Segundo Hospital Afiliado de la SUSTech para la construcción de la escuela.

El presidente de SUSTech, Chen Shiyi, destacó que la escuela está destinada a cultivar más talento médico de primer nivel para satisfacer la demanda del desarrollo social.

La Universidad Tsinghua estableció el 2 de abril una escuela de salud pública para ayudar a «mejorar las capacidades de China en la gestión de la salud pública».

Margaret Chan, ex directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), será la primera decana de la escuela que se centrará en campos de investigación como la medicina preventiva, la atención sanitaria integral, macrodatos en la atención sanitaria y la política y gestión de la salud pública.

La Universidad de Medicina China de Beijing celebró a mediados de marzo una reunión sobre el establecimiento de una escuela de salud pública.

Tomando nota del importante papel de la medicina tradicional china en la lucha contra el nuevo coronavirus, Zhai Shuangqing, vicepresidente de la universidad, añadió que la institución estaba obligada a formar a más profesionales de la medicina china en salud pública y medicina preventiva.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-04/07/c_138954405.htm

Comparte este contenido:
Foto: Camiones de refrigeración que se utilizan como depósito temporal de cadáveres quedaron estacionados ayer afuera del hospital Bellevue, en Nueva York.Foto Afp

Pandemia neoliberal

Por: David Brooks 

Ya sabemos que no tenía que ser así, que este desastre no tenía que tener estas dimensiones, que la ciudad de todos en el mundo, Nueva York, no tenía que estar sobre las rodillas gravemente herida, con lágrimas y llanto en sus más de 200 idiomas, que todo Estados Unidos no tenía que estar bajo sitio, con los más pobres y desprotegidos sufriendo las peores consecuencias, como siempre. No tenía que ser así.

Trump tiene sangre en sus manos, concluyó el Boston Globe en su editorial la semana pasada, argumentando –al igual que un coro cada vez más amplio de expertos, investigadores, doctores y líderes sociales– que gran parte del impacto de la pandemia en este país era prevenible y que vale recordar que el alcance del virus aquí no es atribuible a un acto de Dios o una invasión extranjera, sino un fracaso colosal de liderazgo. (https://www.bostonglobe.com/2020/ 03/30/opinion/president-unfit-pandemic/).

Pero la culpa no es sólo de Trump. Se sabía en lo más alto desde hace años que este y otros países estaban en riesgo de exactamente algo así (las agencias de salud pública desde la previa amenaza de un coronavirus en 2004, el Pentágono había pronosticado precisamente algo así desde 2017, entre otras) y no se hizo lo necesario. El fracaso es bipartidista; no son sólo los Reagan y los Bush, sino los Clinton y los Obama quienes prepararon el camino para llegar a esto hoy día.

Y aunque se contaba desde hace años con el conocimiento y los pronósticos científicos sobre lo que ahora está sucediendo, la patología del orden socioeconómico contemporáneo impidió que se hiciera algo, por la sencilla razón de que no hay ganancias en prevenir una catástrofe en el futuro, comentó Noam Chomsky hace unos días. En entrevista con Truthout subrayó que para superar esta crisis primero se tiene que entender que Trump llegó al poder en una sociedad enferma, afligida por 40 años de neoliberalismo, el cual incluye un sistema de salud privatizado.

Ahora todos estamos amenazados, con amigos y familiares enfermos o que han fallecido, con colegas en el sector de salud agotados y devastados por lo que están viviendo bajo condiciones injustificables en el país más rico del mundo, resultado del desmantelamiento del sistema de salud y su subordinación al libre mercado. Ni hablar de la clausura de la economía más grande del mundo con millones de desempleados y la anulación de la vida cotidiana, incluyendo escuelas y centros de trabajo, toda la cultura y el deporte. Y no tenía que ser así.

Con las consecuencias del Covid-19 queda claro que lo que existe no es sustentable, casi de la misma manera en que con el cambio climático. Guste o no, como resultado de esta pandemia empezó un cambio, tal vez estructural. Qué tipo de cambio será depende, como siempre, de una lucha entre los que desean regresar a otra versión de más de lo mismo y los que argumentan que ya no se debe restablecer lo que antes se definía como normal, porque ese normal era justo el problema.

Es un virus, pero al mismo tiempo es una enfermedad que podría llamarse la pandemia neoliberal. Además de su feroz y temible expresión física de salud, tal vez esta crisis social, económica y política también está produciendo los anticuerpos requeridos para salvarnos de la infección neoliberal.

“Los habitantes, finalmente liberados, nunca olvidarán el periodo difícil que los hizo enfrentar lo absurdo de su existencia y la precariedad de la condición humana… Lo que es verdad de todos los males del mundo es también verdad de la peste. Ayuda a los hombres elevarse sobre sí mismos”, escribió Albert Camus. En su obra La peste, el protagonista, el Dr. Rieux, comenta que podría parecer una idea ridícula, pero la única manera de luchar contra la peste es con la decencia.

Es un virus, pero al mismo tiempo, es una pandemia neoliberal. Además de su expresión como tragedia de salud, tal vez la crisis social, económica y política que está desatando producirá los anticuerpos requeridos para poder hacer lo más decente: salvarnos a todos de la infección neoliberal.

Fuente e imagen: https://www.jornada.com.mx/2020/04/06/opinion/028o1mun

 

Comparte este contenido:

Enfrentar la pandemia es tarea de todos

Por: La Jornada

Luego de la reunión del Consejo de Salubridad General, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, anunció, en la conferencia vespertina diaria sobre la pandemia de Covid-19, la extensión de la emergencia sanitaria hasta el 30 de abril, así como el reforzamiento de las medidas para reducir la velocidad y el número de contagios. Se establece, así, la suspensión inmediata de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social.

Por lo que hace al primero, las actividades gubernamentales se reducirán a las que sean necesarias de manera directa para atender la emergencia sanitaria; las de seguridad pública, protección ciudadana, defensa de la integridad y soberanía nacionales; procuración e impartición de justicia, actividad legislativa federal y estatal, así como conservación y mantenimiento de la infraestructura crítica (agua potable, energía, drenaje, saneamiento básico). Por lo que hace a los sectores social y privado, el Consejo de Salubridad General los instruyó a detener todos los servicios no fundamentales, salvo los que resultan indispensables para la economía.

Otras medidas son el exhorto a toda la población que no participe en actividades esenciales a que cumpla con el resguardo domiciliario, el cual deberá ser observado en forma rigurosa por personas mayores de 60 años, enfermos de cualquier edad con hipertensión, diabetes, padecimientos cardiopulmonares, inmunosupresión, embarazo o puerperio, incluso si se desempeñan en actividades esenciales. Asimismo, se posterga hasta nuevo aviso la realización de censos y encuestas presenciales. Las autoridades emitirán, una vez terminado el periodo de emergencia sanitaria, los lineamientos para el regreso escalonado a las actividades.

El momento actual representa, pues, un desafío mayúsculo para todos los niveles de gobierno, pero también para la sociedad y el país en su conjunto. Cierto es que se está pidiendo a las empresas, las organizaciones y los trabajadores un sacrificio que va de importante a crítico y es claro que hay una fracción significativa de la población que simplemente no podrá hacerlo porque el encerrarse durante un mes conlleva la perspectiva de la inanición. Ello coloca una carga de responsabilidad todavía mayor en quienes pueden, aun a costa de un gran perjuicio personal, limitar al máximo y de manera voluntaria su movilidad. De la capacidad y de la voluntad de respuesta a la emergencia depende qué tanto la salud pública como la economía puedan experimentar un pronto retorno a la normalidad y que se pueda evitar un desbordamiento de la planta hospitalaria que se traduciría en un número elevado de muertes.

La circunstancia no sólo demanda, pues, un ejercicio de responsabilidad que no se limita a permanecer en casa, sino también con ejercer la solidaridad y el respeto para quienes, por desempeñarse en actividades esenciales o por situación de grave carencia, deban salir a la calle en este mes crítico. Y demanda también apego a lineamientos éticos esenciales para no lucrar con la crisis que representa la pandemia, lo que significa, entre otros aspectos, evitar incurrir en alzas de precios o acaparamiento de medicinas, productos sanitarios, alimentos y artículos de primera necesidad, prácticas que resultan abominables por cuanto constituyen una conversión literal de la desgracia y la dificultad ajenas en dinero.

Comparte este contenido:

Declaración sobre el COVID-19 y Amazon

01/04/2020/Autor: Internacional de Trabajadores de Amazon/Fuente: sinpermiso.info

Si bien la pandemia de Coronavirus ya ha matado a miles de personas y matará a muchas más, los almacenes de Amazon continúan funcionando las 24 horas, los 7 días de la semana.

Los gobiernos de todo el mundo ordenan el distanciamiento social, pero al mismo tiempo obligan a los trabajadores a seguir trabajando.

Los paquetes de Amazon fluyen a través de ciudades que, debido a la alta propagación del virus, han sido selladas del resto del mundo.

En los países donde el público tiene prohibido reunirse, Amazon puede operar como un «estado dentro del estado», libre de ponernos en peligro y explotarnos, mientras miles continuamos trabajando en espacios cerrados.

Los conductores de camiones y los mensajeros subcontratados, las venas de nuestra economía global, mueven el virus entre los depósitos. Incontables bolsas pasan de mano en mano y entre instalaciones. De hecho, Amazon obliga a los trabajadores a arriesgarse a contagiarse entre sí y luego llevar el virus a nuestras familias, lo que permite su propagación.

Esta crisis ha afectado mucho a todos los trabajadores (no solo a nosotros en Amazon). ¡Algunos trabajadores, como enfermeras o trabajadores de supermercados, ni siquiera obtienen el equipo de protección adecuado!

Los estados de emergencia supuestamente destinados a contener la pandemia también son un intento de criminalizar incluso las más pequeñas protestas y piquetes.

Estas políticas le dan al gobierno herramientas para silenciar a los trabajadores, quienes ven que las políticas irresponsables de Amazon están facilitando la propagación del virus.

Pero incluso si Amazon nos obliga a seguir trabajando en estrecha proximidad, a un ritmo de trabajo cada vez mayor y, a menudo, sin protección de la salud, la semana pasada miles de nosotros nos organizamos para protestar.

Protestamos contra el intento de la compañía de sacar provecho de esta crisis mientras pone en riesgo nuestra salud.

Protestamos en Polonia y en España, hicimos huelga en Italia, en Francia y en Nueva York.

Demostramos que es posible en todas partes luchar por nuestra salud y nuestras vidas y que no nos detendremos.

Amazon también debe saber que un aumento salarial, diferente de un país a otro como si nuestras vidas tuvieran precios diferentes según su nacionalidad, no será suficiente para comprar nuestra salud y seguridad.

Nosotros, los trabajadores de Amazon de todo el mundo, no permaneceremos en silencio mientras la codicia de nuestros jefes y la cobardía de los gobiernos nos pone en peligro a todos.

Hacemos un llamamiento a los trabajadores en todas partes para que tomen medidas de seguridad y practiquen el distanciamiento social, pero, al mismo tiempo, ¡se organicen, protesten y estén preparados para defenderse!

Exigimos:

– El cierre inmediato de los almacenes de Amazon hasta que la Organización Mundial de la Salud declare esta pandemia de coronavirus terminada.
Durante este cierre, Amazon debe pagar a todos los trabajadores su salario completo.

– Que Amazon dé 20 mil millones de dólares a los sistemas de salud pública de los países donde Amazon mantiene operaciones.

– Hasta que Amazon cierre sus almacenes, la compañía debe conceder licencia por enfermedad remunerada a todos los trabajadores que están enfermos, en cuarentena, que necesitan cuidar a sus seres queridos o que necesitan cuidar a los niños debido al cierre de las escuelas.
Hasta que Amazon cierre sus almacenes, los trabajadores de Amazon deben recibir un plus de riesgo.

– Hasta que Amazon cierre sus almacenes, no debe haber cancelaciones o despidos relacionados con las tarifas o horas extras para que los trabajadores puedan priorizar la seguridad sobre la productividad en estas condiciones de trabajo peligrosas.

– Hasta que Amazon cierre sus almacenes, la compañía debe reducir el tiempo de trabajo en sus almacenes, sin reducir los salarios.
Los trabajadores necesitan más tiempo libre remunerado para permitirnos satisfacer nuestras necesidades básicas y lidiar con el impacto de Coronavirus en nuestras vidas.

Fuentes:

http://www.europe-solidaire.org/spip.php?article52573
http://www.sinpermiso.info/textos/declaracion-sobre-el-covid-19-y-amazon

Traducción:G. Buster

Imagen: https://pixabay.com/photos/boxes-cardboard-carrying-overload-2624231/

Comparte este contenido:
Page 8 of 14
1 6 7 8 9 10 14