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Mejor que Shanghai: el método suizo para enseñar matemáticas

Europa/Suiza/31 Enero 2019/Fuente: El Confidencial

Es el país europeo a la cabeza en los informes PISA, solo por debajo de los asiáticos, pero ¿qué sistema educativo siguen estos grandes triunfadores?

El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados, ya que este análisis no evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado. Se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes de 15 años a partir de unos exámenes estandarizados.

Es normal, por tanto, que cada vez más políticos quieran ver a sus países elevarse en las tablas de esta particular liga. ¿La solución? Muchos intentan importar formas de enseñanza desde el extranjero, como bien explica el profesor Mark Boylan, de educación en la Universidad Sheffield Hallam, en ‘The Conversation‘. En Inglaterra, señala, muchas escuelas han adoptado métodos del este asiático en la enseñanza de matemáticas para poder subir puestos en el informe.

Los gigantes asiáticos a la cabeza

Y es normal, Singapur y Shanghái consiguen excelentes resultados en las pruebas PISA internacionales en comparación con Inglaterra. No solo ellos, sino que los gigantes asiáticos (Japón, Taiwán, Corea del Sur…) suelen estar siempre entre los diez primeros puestos. Los profesores ingleses viajan a China para conocer sus métodos de enseñanza y viceversa, tanto es así que explica Boylan: «Hemos pasado los últimos cuatro años investigando si el intercambio con Shanghái llevaría a cambios en la enseñanza en Inglaterra y si esto llevaría a mejores puntuaciones en los exámenes. Descubrimos que en muchas de las escuelas que participaron en el primer intercambio en 2014-2015 se han producido cambios, y la mayoría han adoptado la enseñanza de matemáticas al estilo de Shanghái».

«Estos cambios involucraban la desaceleración del plan de estudios, el uso de un mayor aprendizaje centrado en la memoria, una mayor interacción entre el profesor y los alumnos y la utilización de diferentes formas de representar ideas matemáticas» señalaba, «las escuelas también han adoptado formas para que todos los niños tengan acceso a las matemáticas difíciles». Sin embargo, cuando compararon las puntuaciones de las pruebas en escuelas que no habían adoptado este método chino, descubrieron que no se daban cambios sustanciales. No existía una mejora masiva en aquellos que se habían decantado por el estilo de Shanghái.

Solo un 20% de los estudiantes suizos que acaban la secundaria pasan a cursar Bachillerato y el país tiene un fracaso escolar de únicamente el 5,5%

Es entonces cuando señala que, quizá, debería ampliarse la búsqueda en «ideas matemáticas«. Suiza fue el mejor actor europeo en matemáticas en el año 2015, (posicionado en el número 8, mientras que nosotros por nuestra parte nos encontramos en el 32), no muy por detrás de los países asiáticos. Ocupa el puesto 17 mundial en la evaluación PISA. Su fracaso escolar es muy bajo, siendo del 5,5%. La educación es gratuita, incluyendo todos los materiales escolares (lapiceros y gomas) . El 90% de los Centros escolares son de titularidad pública. Curiosamente, al comenzar la escolarización en Primaria (7 años) los niños no saben leer ni escribir y hay una gran restricción para cursar estudios de Bachillerato. Sólo un 20% de los estudiantes que han superado la Educación Secundaria pasan a cursarlo, ¿puede algo de esto tener que ver con los buenos resultados?

Aunque, se debería hacer una puntualización. Los chavales suizos son grandes matemáticos, sí, pero en lectura obtuvieron calificaciones promedio, similares a las de los estudiantes de Austria, Francia e Italia. En 2004, cuando los informes PISA ya mostraban los avances de los helvéticos, el pedagogo Jürgen Oelkers, de la Universidad de Zurich veía en el buen nivel alcanzado en matemáticas el resultado de los nuevos métodos introducidos en los tres últimos años de la escuela secundaria. «La enseñanza está más orientada hacia los alumnos y los problemas propuestos están más centrados en la vida diaria», destacaba, aunque hacía hincapié en que una mejor clasificación en las pruebas no tiene por qué traducirse en una mejora del nivel de los alumnos. «A veces, simplemente, es que los profesores les han preparado mejor para la prueba».

Además, insiste Boylan, Asia está demasiado lejos. Los métodos de enseñanza no son la única razón que explican su éxito. Los maestros de Reino Unido pueden adoptar los enfoques de Shangái, pero no han tenido la misma cantidad de tiempo para el desarrollo profesional o para planificar lecciones. Boylan explica que otros motivos pueden ser, por ejemplo, que en las escuelas primarias de la ciudad china los niños son enseñados por el mismo profesor durante dos o tres años o que muchos padres deciden tener un único hijo, por lo que centran toda su atención en el cuidado del infante. Y no solo eso. En Corea del Sur, por ejemplo, tras la jornada escolar los jóvenes acuden a academias para seguir afianzando los conocimientos. El gaokao en China (una especie de Selectividad) se considera uno de los exámenes más difíciles y estrictos del mundo.

Hay más cosas que se pueden aprender de PISA y otras pruebas internacionales. Parece, por ejemplo, que todos los sistemas educativos de alto rendimiento tienen algunas características comunes. Estas incluyen: apoyar a los maestros con un buen salario, condiciones y estatus. «Los maestros tienen la libertad de decidir qué y cómo enseñar con el apoyo de investigadores pero sin interferencia política, también parece ser otro factor que contribuye (positivamente)».

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-01-31/escuelas-suizas-matematicas-chinas-ensenar_1790734/

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Con dos millones de angoleños fuera de sistema, inicia año escolar

África/Angola/31 Enero 2019/Fuente: Prensa Latina

El año escolar 2019 comenzó hoy en Angola con más de dos millones de niños y adolescentes fuera del sistema educacional por falta de escuelas o de profesores.
La ceremonia de apertura tuvo lugar en Cabinda, capital de la provincia homónima, y la única separada del resto del territorio angoleño. Fue encabezada por el ministro de Estado y jefe de la Casa Civil del Presidente de la República Frederico Cardoso.

En esta ocasión quedaron matriculados 10 millones 608 mil estudiantes, una variación de seis por ciento en relación con el año lectivo pasado.

A pesar de los incrementos todavía quedaron sin acceder a estudios más de dos millones de niños y adolescentes, con grandes dificultades sobre todo en la enseñanza prescolar y especial.

Del total, seis millones 597 mil escolares estarán de primero a sexto grados, 875 mil en prescolar, 932 mil en secundaria y un millón 103 mil en preuniversitario y enseñanza técnico-profesional.

El director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de Educación Manuel Afonso dijo que el sistema público contará con 18 mil 297 escuelas y 206 mil 624 profesores.

Entretanto, la víspera como parte de los aprestos educacionales, la Comisión para la Política Social del Consejo de Ministros evaluó un memorando hasta 2022 para la construcción de centros docentes en todo el país.

Igualmente, los participantes apreciaron la posibilidad de establecer un sistema de transporte escolar subsidiado por el Estado para evitarle a los estudiantes recorrer a pie grandes distancias, sobre todo en zonas rurales y periurbanas.

En Angola es prácticamente inexistente el transporte urbano.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=249189&SEO=con-dos-millones-de-angolenos-fuera-de-sistema-inicia-ano-escolar
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Perú: Notas en libretas de secundaria serán letras y ya no números, ¿cómo será la calificación?

América del sur/Perú/31 Enero 2019/Fuente: El Comercio

Conoce cómo será a partir de este año escolar 2019 la calificación con un sistema de letras para los alumnos de secundaria de colegios públicos y privados

Al igual que en inicial y primaria, las notas en las libretas de los estudiantes de secundaria se expresarán a partir de este año escolar 2019 en letras y ya no en calificación vigesimal, con un valor del 0 al 20.

Esta forma de evaluación, que regirá también en escuelas privadas, permitirá a los padres saber con mayor precisión cuáles son las competencias y debilidades de sus hijos, indicaron el ministro de Educación, Daniel Alfaro, y Susana Helfer, viceministra de Gestión Pedagógica.

– ¿Cómo será ahora la calificación? –

A diferencia de la numeración del 0 al 20, ahora la calificación en secundaria tendrá cuatro escalas:

► LMS (Logro Muy Satisfactorio)
► LS (Logro Satisfactorio)
► LB (Logro Básico) y LI (Logro Inicial)

Para ello, los docentes de secundaria recibirán capacitación a partir de febrero para que se familiaricen con la nueva forma de evaluar.

«La calificación con números no permite evidenciar cuál es el nivel del logro alcanzado por el estudiante; en cambio, con la nueva escala, los padres podrán ver en qué falta reforzar y qué habilidades van primando en sus hijos», refirió.

Cuando se requiera definir la ubicación de los primeros puestos y el tercio superior, se realizará la equivalencia numérica a los calificativos obtenidos por el estudiante en las áreas curriculares de la siguiente manera:

► Logro Muy Satisfactorio = 4
► Logro Satisfactorio = 3
► Logro Básico = 2
► Logro Inicial = 1

Este dato es importante en caso se requiera postular a una beca para estudiar en una institución superior.

El ministro Alfaro adelantó que sostuvieron algunas conversaciones con representantes de universidades para, a futuro, cambiar los clásicos exámenes de admisión por una evaluación por competencias, lo que permitirá reforzar la decisión de la carrera elegida por el o la estudiante.

-Currículo Nacional –

La nueva forma de calificación forma parte de los cambios que introduce el nuevo Currículo Nacional Escolar (CNE), el cual busca desarrollar 31 competencias en los alumnos, es decir habilidades que deberán desarrollar a lo largo de su educación básica. Estas competencias pueden resumirse en 5, explicó Alfaro.

La primera es Comunicación, que no solo consiste en orientar sobre la comprensión lectora sino motivar el pensamiento crítico para que surjan nuevos conocimientos y se compartan entre todos.

La segunda competencia es Resolución de problemas (matemáticas), que ayudará no solo para ingresar a la universidad sino en la vida diaria, de tal forma que le sirva a alguien que de pronto desee montar un negocio familiar.

La tercera se resume en Vida saludable, donde se incluye la alimentación sana para evitar enfermedades, la promoción del deporte y la educación sexual integral. «Trabajando este último punto bajaría el porcentaje de embarazo adolescente, que llega al 13% en el Perú».

La tercera competencia es Ciudadanía, en la cual se motivará a los estudiantes a cómo evitar la corrupción, el respeto por el otro y la empatía, mientras que la quinta competencia es la Digital, donde, hay una brecha que el ministerio deberá cubrir, reconoció el ministro.

«Queremos formar personas exitosas, no fracasadas», indicó al destacar la importancia del docente en este proceso. «El impacto educativo lo determina el docente y la participación de los padres de familia».

Alfaro recalcó que el presupuesto para el sector Educación ha crecido en los últimos años, dado que el 2012 era 15 mil millones y ahora para el 2019 se elevó a 30 mil millones de soles. «El 95% del dinero se va en el tiempo invertido en el aula», puntualizó el ministro.

Fuente: https://elcomercio.pe/peru/ano-escolar-2019-minedu-notas-libretas-secundaria-letras-numeros-calificacion-noticia-602166

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“Nuestro cerebro es un órgano social y la empatía es como el wifi con el que nos conectamos”. Entrevista a Nora Rodríguez

Entrevista/Autora: Diana Oliver/Fuente: El país

Nora Rodríguez, pedagoga y autora de ‘Educar para la paz’ cree que se debe repensar la educación como una herramienta para servir a un bien mayor

La sociedad construye a través de la educación lo que es. También puede transformarse mediante sus valores y sus hábitos. O al menos intentarlo. Fue su trabajo como educadora con niños que vivían en contextos difíciles lo que llevó a Nora Rodríguez al lugar profesional y humano que ocupa en la actualidad. Pedagoga, escritora y conferenciante en el mundo, lidera el proyecto Happy School Institute sobre neurociencias y educación para la paz. Ahora acaba de publicar ‘Educar para la paz’ (Editorial Kairós), un libro con el que aborda la necesidad de “enseñar a las nuevas generaciones a tener una vida significativa y valiosa pero en la que el propio bienestar no esté reñido con el bienestar de los demás”.

PREGUNTA: ¿Qué es educar y formar para la paz?

RESPUESTA: Es tener en cuenta que la educación no es hoy consecuencia de la necesidad de tener trabajadores para las fábricas sino de una necesidad evolutiva para un mundo que ha cambiado de un modo impredecible en los últimos 10 años –y en el que a más tecnología mayor tiene que ser la educación de la humanidad–. Esto es: enseñar a las nuevas generaciones a tener una vida significativa y valiosa pero en la que el propio bienestar no esté reñido con el bienestar de los demás. Educar para la paz es un derecho de los niños y de los adolescentes. Ya no se trata solo de pensar qué mundo les vamos a dejar a las próximas generaciones, eso en parte ya lo sabemos o lo imaginamos, de lo que se trata es de impedir que se desarrollen en una atmósfera de desconexión humana en la que el bienestar del grupo les resulte indiferente. Hemos de dejarles nuevas herramientas para que puedan ser verdaderos transformadores de la sociedad en que viven.

P: ¿Estamos a tiempo de educar para la paz?

R: Por fortuna, sí. La evolución ha diseñado nuestros cerebros para adaptarnos y para cuidar del grupo. No es una buena decisión evolutiva seguir educando con la ley del «sálvese quien pueda». Y no es inteligente si queremos empezar escribir la historia en una agenda global en la que ya hay cuestiones urgentes.

P: Mencionas en el libro que tu trabajo como maestra de niños que vivían en contextos difíciles fue lo que te condujo hasta el lugar profesional (y humano) que ocupas ahora “y que no es otro que impulsar una pedagogía para la felicidad responsable, la que pone el foco en el cerebro social”.¿Cómo defines lo que es la “felicidad responsable”?

R: Las nuevas generaciones han crecido en una época caracterizada por la conquista de una forma de felicidad al alcance de la mano, pero esta es una felicidad que dura poco, que depende de estímulos intensos y efímeros, que se sostiene con bienes materiales y en el éxito fácil. Es nuestra sociedad los niños están obligados a adaptarse a cosas que ni siquiera los adultos sabemos hacia dónde nos van a llevar. Los avances de la tecnología pueden ser un ejemplo de esto. Así que creo que es prioritario ayudarles a desarrollar el sentido de pertenencia, que sientan que forman parte de un grupo en una sociedad global, pero también el desarrollo de aptitudes como la empatía, la compasión, el altruismo, el agradecimiento o la generosidad, o tener muy presente el bienestar de los demás en la toma de decisiones. Eso es la felicidad responsable. Esta es la verdadera innovación en las aulas –y fuera de ellas–, porque la pedagogía de la felicidad responsable no solo es educar el corazón, sino hacerlo en sintonía con el cerebro. Somos seres sociales, nuestro cerebro es un órgano social, y la empatía es como el WiFi con el que nos conectamos.

P: Para lograr la transformación de la sociedad, y hacerla mejor, ¿se debe pasar obligatoriamente por un cambio en la educación que reciben las nuevas generaciones?

R: Sí, sin duda. Es necesario educar de otro modo. Si los seres humanos estamos altamente preparados para conectar armónicamente con los demás, si estamos preparados para tener conexiones armónicas por nuestra naturaleza, en lugar de usar la educación como una herramienta para satisfacer únicamente nuestras necesidades competitivas y egoístas –para alcanzar maneras de acumular bienes o metas de poder– ¿por qué no repensar la educación como una herramienta para servir a un bien mayor?

P: ¿Cómo encaja todo esto en un sistema educativo en el que sigue presente la competitividad y las evaluaciones?

R: Con programas transversales que pongan el foco en aptitudes propias del cerebro social y en las emociones. Por ejemplo, por medio de los programas happineers que llevamos a cabo desde Happy Schools Institute se enseña a niños y adolescentes que ellos también pueden ayudar a construir una sociedad mejor y ser transformadores tan solo con unos micromovimientos de felicidad responsable, siendo diseñadores de generosidad, amables, altruistas… De lo contrario nos estamos quedando con programas para un cerebro que no existe.

Los programas educativos deben tener en cuenta las buenas conexiones en el grupo, la importancia de la ayuda mutua, el entusiasmo que nace de la novedad al resolver problemas y avanzar juntos porque el cerebro humano cuenta con un sistema que nos predispone hacia los demás. Pocas veces se tiene en cuenta que desde edades muy tempranas, a los seres humanos estas capacidades nos hacen increíblemente felices –y que esta felicidad dura más tiempo–. La neurociencia social, si bien es una ciencia nueva, estudia cómo se activan los circuitos en el cerebro cuando dos personas interactúan y su increíble efecto en la memoria y en las funciones ejecutivas.

P: Trabajar la solidaridad en el aula puede ser un recurso para educar para la paz y la no violencia…

R: La solidaridad y el altruismo son potentes motores para la prevención de la violencia. Muchas investigaciones científicas lo demuestran. Personalmente he visto cómo los niños de quince meses (de un modo natural) se ayudan unos a otros, o cómo uno de ellos es capaz de partir en dos una única galleta y compartirla si el otro niño no tiene qué llevarse a la boca. Niños de entre uno y dos años que se acercan a aquellos de su edad que lloran desconsoladamente el primer día de guardería y los abrazan o les acarician la cara en un acto de increíble empatía para consolarlos. Algo que resulta fascinante cuando comprobamos que en la mayoría de las especies estamos no solo conectados para la paz sino que contamos con recursos propios y podemos llevar a cabo actos similares de un modo natural cuando se trata de ayudar a otros, de cuidar, de proteger o cooperar… La escuela es uno de los ámbitos de socialización en los que para los niños es posible estar en contacto y relacionarse con personas con experiencias, contextos e incluso culturas muy diferentes.

P: ¿Cómo aprender a vivir juntos?

R: Activando cada día recursos que permitan una pedagogía de la felicidad responsable. Un ejemplo puede ser el de transmitirles que la verdadera generosidad es discreta, silenciosa, se realiza de forma anónima y de manera respetuosa, y de esta manera se convierte en una fuerza poderosa que los hará sentirse fuertes interiormente. Y no importa si se trata de dar una ayuda material, conocimiento, tiempo, cuidado amable y gentil, pueden dar buenos deseos, trabajo social. Entonces la escuela deja de ser un espacio de alumnos desconectados entre sí para convertirse en una mini sociedad global con emociones constructivas en busca el bien común.

P: Además de la escuela, el entorno social y familiar influye incuestionablemente en la educación de los hijos. ¿Hasta qué punto es importante una nueva mirada hacia la infancia y la adolescencia por parte de todos?

R: Hasta el punto en que si no educamos de otro modo, en el que los padres adquieran el compromiso de comprender que la educación necesariamente tiene que empezar en las emociones y en un sentido social diferente del de hoy, va a ser muy difícil erradicar la violencia de las aulas. Hemos sumergido a las nuevas generaciones en un espacio tecnológico donde la sobreexposición y la obsesión por la imagen los somete a sentirse controlados activando el deseo de controlar. ¿Cómo seguir pensando entonces que el bullying no se convertirá tarde o temprano en una respuesta aprendida y natural si es ante todo un mecanismo de control?

Imagen: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/01/21/mamas_papas/1548085421_718627_1548085574_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/21/mamas_papas/1548085421_718627.html

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Es posible vivir sin PISA

Por: José Gimeno Sacristán

PISA no puede tener valor formativo porque no nos proporciona la información que se necesita para entender, para ayudar, no para seleccionar.

Del nacimiento de una visión de la educación

Creemos que poco se puede decir acerca del Informe PISA (Program for International Student Assessment) que hace público la OCDE cada tres años. En el correspondiente al año 2006 se asume que la misión de este informe es la de ofrecer información como un recurso para que los países miembros puedan adoptar las decisiones y políticas públicas necesarias para mejorar los niveles de los sistemas educativos en beneficio de los estudiantes. Sus autores y promotores lo presentan como una herramienta que pretende diagnosticar las debilidades y fortalezas de los sistemas educativos, de acuerdo con los supuestos que proponen quienes deciden todo el proceso.

Detrás de este proyecto existe un complejo background de supuestos filosóficos, morales, políticos, económicos, sociales, psicológicos y pedagógicos que constituyen un argumentario que se convierte en una especie de narrativa que arropa al proyecto de la OCDE. Con ese envoltorio se “vende” el hallazgo a los gobiernos sobre la valía del proyecto (sin poner muchas exigencias, pues está avalado por la autoridad de procedencia). ¿Cómo dudar de lo valioso que es, viniendo de quien viene?

PISA se constituye con una novedad: el rechazo a los contenidos ”tradicionales” y su sustitución por las competencias [J. Gimeno Sacristán (Autor y comp) (2008), Educar por competencias, ¿Qué hay de nuevo?. Morata, Madrid]. Un constructo éste con una larga historia, sobre todo en la formación profesional, al que ahora se le está cambiando su significado original que sustituye por otro más “actualizado”, más amplio y, digamos, también más confuso.

El primer informe PISA lleva el título de: La medida de los conocimientos y destrezas de los alumnos. Sin dejarse notar, en posteriores informes los contenidos y las destrezas se sustituyen por competencias, a las que PISA define como “un saber hacer en situaciones concretas que requieren la aplicación creativa, flexible y responsable de conocimientos, habilidades y actitudes”.

No tenemos clara su “composición”, la intensidad de los componentes, el cómo se crea, si su crecimiento se da solamente en los ámbitos escolares o fuera de ellos. O cómo pueden analizarse para desarrollar las operaciones que, dada su supuesta universalidad, podrán ser aplicadas por todos los docentes, centro educativos, administradores, etc. en todos los países.

Las pruebas de PISA actúan de aglutinantes que prestan coherencia u homogeneidad a los sistemas educativos y que hacen posible la comparación entre ellos. Se produce la contradicción: buscar un objetivo común, compartido con el derecho que tienen los individuos a que su singularidad sea respetada.

Preguntas que inquietan en un proyecto “ateórico”

PISA puede tener utilidad y ser aprovechado hasta donde permiten las limitaciones que son inherentes a la naturaleza de los métodos y técnicas que se emplean. El método se convierte en contenido. contiene información acerca de la información. Parafraseando a MacLuhan, podemos decir que el medio también es mensaje en la investigación evaluativa.

Es necesario observar la coherencia entre los pasos que se den al desarrollar un proyecto como el que nos ocupa para garantizar la validez y sentido del proyecto ¿Para qué y por qué evaluamos? Por aquí hemos de empezar. ¿Qué aporta el esfuerzo que se hace de personas, medios, etc.? ¿Hay alternativas a lo que hace PISA? Algo tiene que haber que explique el éxito “comercial”, de la “venta” de un producto que, además, es caro como veremos. Al comienzo del programa PISA en el año 2000 apenas una veintena de países, fundamentalmente europeos, formaban el “Club PISA”. En la edición última de 2018 han participado más de 80.

Este éxito se explica, entre otras razones, por el eco mediático que produce la información sobre algunos datos; por el hecho de emanar de un organismo, como la OCDE, que tiene experiencia en la realización de auditorías. Estamos ante un proyecto que se hurta a la discusión pública y a la participación de los agentes sociales concernidos por el tema de que se trate. No es un ejemplo de evaluación democrática¹ que evite, por ejemplo, la imposición de modas, que aclare la responsabilidad sobe los usos de los datos.

PISA no se apoya en corrientes ni tradiciones del pensamiento y de la investigación sobre educación, ignorando lo razonables que pueden ser las propuestas de universidades, institutos de Evaluación, etc.

Por otro lado, aparenta ser neutral aunque no lo es, respecto de los conflictos que existen entre visiones y opciones distintas de enfocar y desarrollar la educación. Se está trabajando para incorporar nuevas competencias en el campo de las finanzas. Quedan fuera de PISA otros ámbitos de la formación no atendidos que podrían extenderse al campo de las ciencias sociales y de humanidades.

De qué no informa PISA

Habrá que tener en cuenta la realidad de hacia dónde se orientan los intereses de los estudiantes. La mitad de quienes se matriculan en los bachilleratos lo hacen en las especialidades o áreas devaluadas e “inútiles”, que no forman parte de la educación que es dominante.

En defensa del valor de PISA hay quienes piensan que la información que se contiene en los informes les capacitará para guiar y corregir los defectos, así como suplir carencias de los sujetos. M. Scriven (1967) le dio el nombre de evaluación formativa a la cual le opuso la evaluación sumativa que es, por ejemplo, la que se refleja en los expedientes académicos, la que hace balance de periodos largos de trabajo y de estudio, la mayoría de los exámenes, o la que sirve para acreditar la valía de los profesionales.

Lo que se denomina como una evaluación formativa (concepto que se plasmó en lo que se denominó evaluación continua con la Ley General de Educación de 1970), se caracteriza porque su función es acompañar a los que aprenden, descubrir las dificultades que se presentan en los procesos de enseñanza-aprendizaje, cuando se están desarrollando las tareas académicas.

En sentido estricto, sólo debería utilizarse el término de evaluación formativa cuando se refiera a personas que, de forma inmediata, pueden reconducir los aprendizajes. La evaluación formativa es un proceso continuado de observación, de interpretación, de comprensión y de proposición de medidas de corrección o de refuerzo.

PISA no puede tener valor formativo porque no nos proporciona la información que se necesita para iluminar algo los modelos de caja negra en los que se apoya buena parte de la investigación en educación. Evaluar para entender, para ayudar, no para seleccionar. Ese será un principio para defender la reflexividad de la pedagogía, liberada de arcaísmos ideológicos y de los dogmas positivistas, sin penetrar en lo que está ocurriendo. No puede derivarse de PISA una pedagogía alternativa que transforme las instituciones, los hábitos del profesorado y las tareas de aprendizaje. La información que nos proporcionan las pruebas de PISA nos deja en esa caja.

Scriven ponía de manifiesto la existencia de dos culturas. La que pretende mantener la opción formativa. La otra se ha constituido por las evaluaciones burocráticas, de control, para la selección y clasificación de los individuos… Juan Manuel Álvarez ha perfilado con acierto las dos culturas, cuando tituló su libro Evaluar para conocer, examinar para excluir.

La comparación de los sistemas educativos en PISA se lleva a cabo bien contrastando las puntuaciones medias que obtienen los sujetos que componen la muestra de participantes de cada país; o bien marcando el lugar que ocupa cada país en el conjunto de todos ellos.

Este proceder es radicalmente insolidario, pues siempre existirán quienes son los últimos y los primeros. Lo cual tiene consecuencias para la imagen que podamos tener de nosotros mismos y de los demás según se encuentre cada cual por encima o por debajo de la media.

Hay que hacer una observación respecto del empleo de las ordenaciones de países. No es lo mismo ocupar el puesto 23 en una relación de 42 países, caso de España (según la puntuación en Matemáticas en el informe del año 2000), que estar en el puesto 28 de un conjunto de 70 países que participaron en el informe de 2015. La posición de España no se plasma en una mejora real porque en 2000 tenía por delante al 54,8 % de los países, mientras que en 2015 ha llegado a tener el 40%. ¿Quiere eso decir que ha mejorado la calidad de la enseñanza en el sistema educativo español? No porque entre los años 2000 y 2015 han entrado países a PISA que tienen peores condiciones. España no gana más calidad, pero mejora el puesto que ocupa en la ordenación de todos los países.

Dado que los resultados de cada país no sufren cambios importantes a lo largo de los últimos 15 años, si se constata que a pesar de que los informes en este periodo vienen destacando déficits importantes en España, si además existen diferencias notables entre las comunidades autónomas, si a pesar de todo eso, no se sabe que los gobiernos hayan tomado medida alguna ¿Merece la pena gastar los dos millones de euros que nos ha costado la participación en el último PISA?

Sí que están sirviendo los informes realizados por encargo particular sobre uno o varios centros, que se han utilizado para mostrar la superioridad de los resultados de los centros privados. Tienen la suerte de poder pagarse los 3.000 a 4.000 euros que cuesta este servicio, que no los podrán pagar los centros públicos. PISA es una amenaza al sistema público. Todo un hallazgo que introduce confusión por su carácter borroso y polimórfico.

Sólo una ironía: puede que a alguien se le ocurra pronto que este servicio debe formar parte del derecho a la educación y que, por tanto, ha de ser financiado.


(1) Concepto que puso en circulación B, MacDonald: “La evaluación democrática es un servicio o de información a la comunidad entera sobre las características del programa educativo”. El patrocinador no debe imponer sus puntos de vista. En ‘La evaluación y el control de la educación’, J. Gimeno Sacristán y A. I. Pérez Gómez (En La enseñanza: Su teoría y su práctica. 1982. Akal. Madrid).

Scriven, M. 1967. The methodology of evaluation. Perspectives on Curriculum. (AERA Monograph Series on Curriculum Evaluation, n. 1). Chicago, Rand McNally.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/28/es-posible-vivir-sin-pisa/

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Más de 10 mil 200 alumnos abandonaron estudios en Costa Rica

Centro América/Costa Rica/31 Enero 2019/Fuente: Prensa Latina

El 2,8 por ciento de los estudiantes de secundaria, es decir, 10 mil 211 alumnos abandonaron las aulas en 2018, según datos del departamento de Análisis Estadístico del Ministerio de Educación Pública (MEP), divulgados hoy aquí.
De acuerdo con esas cifras, tres mil 845 estudiantes de décimo año dejaron la escuela durante las vacaciones de medio período (julio) del curso lectivo 2018, seguido de los de séptimo año (dos mil 803), los de octavo (mil 150) y noveno (871).

Lo anterior demuestra que la exclusión escolar continúa siendo uno de los principales desafíos para el sistema educativo de Costa Rica. Ante esa situación, para evitar un posible aumento del problemas en el curso lectivo 2019, el MEP extendió hasta marzo el período de matrícula.

El informe anual del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Costa Rica refleja que los adolescentes excluidos tienen menores posibilidades de mejorar su calidad de vida, mayor dificultad para incorporarse al mercado laboral, acceden tempranamente a empleos de baja calidad y corren el riesgo de vincularse con grupos delictivos.

‘En muchos casos, detrás del bajo rendimiento académico existe una aguda problemática personal, familiar y social. Los datos muestran que existe una mayor proporción de exclusión escolar entre las poblaciones más vulnerables por su situación social y ubicación geográfica’, indica la Unicef.

El organismo internacional afirma que la exclusión escolar expone a estas poblaciones a reproducir el círculo intergeneracional de pobreza, el cual desemboca en mayores condiciones de vulnerabilidad social.

Entre los factores que favorecen el abandono escolar, la Unicef menciona Sobreedad; Bajo nivel educativo de los padres; Bajo rendimiento; Violencia; Ausentismo; Aspectos motivacionales; Falta de apoyo académico; Adicciones y delincuencia; Factores socio-económicos; Orientación sexual e identidad de género; Factores emocionales y mentales; y Acoso escolar.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=248709&SEO=mas-de-10-mil-200-alumnos-abandonaron-estudios-en-costa-rica
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De marginalidades, precarización y vaciamiento. La Educación de jóvenes y adultxs como variable de ajuste en la era macrista

Por: Fernando Lazaro, Fernando Santana y Ezequiel Alfieri
Para aquellxs que venimos trabajando desde hace muchos años en la Educación de jóvenes y adultxs (EDJA), no es nuevo que los diferentes gobiernos de turno, o bien la tomen como un espacio marginal dentro del sistema educativo o bien impulsen hacia ella políticas precarizadoras que llevan tanto a la pérdida de derechos de lxs docentes como a una merma en la calidad educativa. Sin embargo, el gobierno actual de Maurcicio Macri y de las diferentes jurisdicciones del mismo tinte político, está llevando adelante una política de vaciamento de la EDJA, lo que implica que pase de una situación marginal a una tentativa de aniquilamiento. Estas políticas no pueden ser pensadas solamente en términos de cierres efectivos de establecimientos, porque de lo que estas medidas nos hablan es de una nueva vulneración de derechos a los sectores de por sí más postergados de la sociedad.
La política económica llevada a cabo por el gobierno actual, que implica la apertura de los mercados, la libre circulación de mercancías, un tipo de cambio devaluado, la quita de retenciones a los grandes exportadores (sojeros y mineros), la ausencia del Estado para el control de la especulación financiera (o cuando no es así, oficia como garante de esta especulación), está generando una destrucción del aparato productivo, un ensanchamiento de la brecha social, una pauperización de los sectores populares y un endeudamiento sin comparación del Estado, que, a su vez, ya no cuenta con los instrumentos mínimos para hacerle frente. Es decir, el Estado se encuentra ante la necesidad de pagar las deudas contraídas sin los mecanismos necesarios para poder hacer frente a estas obligaciones.
El propio gobierno que generó esta crisis, entonces, es el que utiliza a la educación, a lxs docentes, y a las instituciones educativas en todos sus niveles como variable de ajuste. ¿Por qué? Porque indudablemente para la clase dirigente actual no hace falta que nuestrxs jóvenes y adultxs se eduquen, que puedan acceder a la escuela para poder tener un título secundario, que puedan pensar y pensarse desde otro lugar, tener proyectos colectivos, solidarios. En definitiva, pensar en otra realidad. En este modelo económico no cabemos
todxs; en esta Argentina neoliberal no entran los 44 millones de argentinxs.
A diferencia de los años ´90, se combina ahora con este neoliberalismo económico, un conservadurismo político y un fascismo ideológico que impregna en los sectores medios y que, ante la pauperización de sus condiciones de vida, exige más represión y violencia hacia los sectores más vulnerables. Los triunfos de Bolsonaro en Brasil, de la derecha en Colombia y Chile, el resquebrejamiento de los Estados Nacionales en América Central, el asesinato de militantes sociales, populares, feministas, así como los ataques a Evo Morales en Bolivia y a Maduro en Venezuela financiados por el imperialismo norteamericano, generan un nuevo mapa regional.
Hoy el sistema no cierra, estalla por todas partes y la fórmula que se implementa es ajuste-vaciamiento-represión; cerrar escuelas y construir cárceles; obturar sueños e imponer estigmas; romper proyectos colectivos e instaurar el “único camino”.
La campaña presidencial del PRO de caras a este 2019 electoral ha sabido leer esta coyuntura, y no de manera azarosa elige como sus leit motiv reflotar las consignas de la baja de la edad de imputabilidad, esta vez al mínimo de 15 años (tras un fallido intento años anteriores de bajarla a los 14), criminalizando la pobreza; una política persecutoria hacia lxs inmigrantes, a quienes desde el Gobierno y desde los medios se lxs construye como responsables del narcotráfico en las villas y asentamientos del país, además de la acusación que se hace recaer sobre ellxs de venir a perjudicar a lxs argentinxs, impidiendo el acceso a los nativos de este país a fuentes laborales, a una salud de calidad y a mejores condiciones de vida; un fuerte foco en las políticas represivas para ¨combatir¨ la delincuencia, devolviéndole poder a las fuerzas armadas, comprando armamentos utilizados como herramientas de tortura que podrían ser transportados y utilizados en los servicios públicos, así como una política de premios y castigos, que tiene en la llamada Doctrina Chocobar una de sus muestras más cabales. Ante la crisis, es en estos puntos donde se elige poner el acento desde el gobierno. En la política del macrismo, no hay lugar para la educación.
Quiénes acuden a la educación de las personas jóvenes y adultxs
La EDJA está destinada a todas aquellas personas, que no han desarrollado sus estudios dentro de los cánones establecidos por la normativa institucional. En este sentido, la EDJA es el reconocimiento de la imposibilidad del sistema educativo de dar respuestas a las millones de personas que ingresan al sistema educativo y por diferentes motivos, ya sea por dispositivos escolares y/o condicionamientos sociales terminan siendo expulsadas de él.
Sin embargo, también la EDJA es considerada por los rasgos del sujeto que recibe la educación, es decir, las clases subalternas y los sectores sociales que acuden y son destinatarios de ella. Es decir, los sectores vulnerados, subordinados, trabajadores, marginados, el ‘sobrante’ que el sistema no pudo incluir (Rodríguez, 2006; Brusilovsky, 2006), que por sus características han sido y son los sujetos marginados/as del sistema socioeconómico, y que a su vez tienen carencias educativas, lo que refuerza su condición de precariedad y exclusión.
La educación de jóvenes y adultos es donde acude quien fue expulsadx, quien fue puesto en los márgenes, al que el sistema nunca quiso ni pretendió mirar; fue olvidadx; allí concurrieron lxs pibxs chorrxs y la mujer migrante; la puta, el puto y el obrero; la vecina y el falopero; el ‘conflictivo’ y la madre adolescente; el y la piba abandonada; en la EDJA están todxs, juntos, amontonados, apretados, compartiendo sueños y realidades; metas y deseos; ahí están los cuerpos transpirados, sudados, marcados por la vida, la violencia.
De marginalidad y precariedad.
La Educación de las personas jóvenes y adultas nunca tuvo una importancia central en el sistema educativo. Tradicionalmente en Argentina, la EDJA no tuvo una especificidad por parte de las políticas públicas, ni en cuanto a su pedagogía ni a sus contenidos curriculares; era más bien una continuación de las experiencias de la educación infantil y la persona adulta, considerada como un niño o una niña deficitaria.
Al mismo tiempo se sostuvo que la Educación de Adultos no debía ser atendida de manera particular ya que el propio accionar del Estado eliminaría el analfabetismo y reduciría drásticamente la cantidad de personas sin algún tipo de instrucción a lo largo de su vida. Desde esta premisa, la EDJA no tendría sentido de ser a mayor intervención del Estado. Quizás en ello radique una de las posibles explicaciones del lugar marginal que siempre ha ocupado en las políticas públicas. La marca fundante de la EDJA y su persistencia en el tiempo, ocupa un carácter compensatorio y subalterno, lo que constituye su “marca de origen” (Finnegan, 2012).
Ahora bien, esto nunca sucedió y la EDJA continúo presente en el siglo XX con diferentes políticas. En la década del ’90 al imponerse un nuevo paradigma educativo acompañando a las políticas neoliberales que se aplicaron en todo el continente, se produce un doble fenómeno perjudicial que significó un fuerte retroceso para el subsistema. Por un lado, un corrimiento de la especificidad, ya que deja de ser un nivel (con la eliminación de la Dirección Nacional de Educación de Adulto –DINEA-) y pasa a ser una modalidad del nivel medio (ahora denominado ‘Nivel Medio de Adulto’). En ese mismo sentido, en la Ley Federal de Educación (1993) no se hace alusión a la EDJA ni tampoco a las características que debía afrontar el docente ni a la especificidad de sus características. Por otro lado, se desarrolla una educación vinculada al control y disciplinamiento más que a una verdadera estrategia educativa hacia un sector tradicionalmente excluido.
La falta de atención al subsistema de adultos, la apertura de ofertas privadas (que sólo perseguían el lucro económico sin fijar una verdadera renovación educativa), terminaron imponiendo una educación y un diseño curricular ‘pobre para pobres’, que potenció la reproducción de las desigualdades educativas que eran reflejo de las desigualdades sociales; en síntesis: “Las políticas educativas para los sectores populares convirtieron así a la modalidad en un cuasi mercado de educación, vinculado al proyecto económico, social y político exclusor de la nueva Derecha” (Brusilovsky: 2006, p.12).
Si trazamos una línea de continuidad, en la primera década del presente siglo, las políticas públicas no han modificado su carácter compensatorio, no habiendo modificaciones sustanciales en cuanto a la inclusión de los sectores populares.
A partir de la Ley de Educación Nacional de 2006, con la sanción de la obligatoriedad de la enseñanza media, la política kirchnerista se perfiló hacia la implementación de programas y planes de terminalidad. El que sobresalió de ellos fue el Plan FINES 2 (Plan de Finalización de Estudios Secundarios), originalmente pensado para lxs trabajadorxs de cooperativas y del ‘Plan Ellas Hacen’, que terminó aplicando para todxs lxs jóvenes y adultxs que deseaban terminar el secundario.
La flexibilidad en el régimen de cursada (que se redujo a dos o tres veces por semana), la cuatrimestralidad de las materias (que dejaron de ser anuales), el régimen de contratación de lxs docentes (que vulneraba en varias dimensiones al propio Estatuto) y la multiplicidad de establecimientos en donde se implementó dicho plan (organizaciones barriales y territoriales, sindicatos, parroquias, clubes, etc.) fueron algunas de las características de este programa). Las críticas a este plan, a pesar de su masividad y de su extensión, provinieron principalmente por la doble situación de precarización que generó: precarización educativa y precarización laboral.
Vaciamiento y recortes. La EDJA como variable de ajuste.
Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri en 2015 asistimos a cierre de Centros de Formación Profesional (CFP) y su traspaso de educación al ámbito de trabajo; cierre de Bachilleratos de Adultos en la Provincia de Buenos Aires; la intransigencia al reconocimiento de los Bachilleratos Populares, amenazas de intervención y de cierres, así como precarización de trabajadorxs cuyos bachilleratos fueron reconocidxs pero no así quienes están frente a las aulas; el cierre de sedes del Plan FinES y por último el cierre de 14 escuelas comerciales nocturnas, la reducción de la cantidad de matrículas en otros nueve liceos y bachilleratos nocturnos, el cierre del Proyecto BLA del Liceo N°3 del Distrito Escolar N°5 y del Proyecto ALAS, del Colegio N°13 del Distrito Escolar N°18, a través de la Resolución 4055/88, deja a más de diez mil estudiantes afuera y sin trabajo a más de dos mil docentes, según expresan en diversos comunicados los sectores de la comunidad educativa que vienen enfrentando esta ofensiva.
Todo esto enmarcado en una serie de ajustes y recortes que está sufriendo la educación en general (cierre de escuelas rurales, la quita de subsidios a los Centros de Educación Complementaria, el intento de cierre de escuelas de Islas, el congelamiento de salarios y no apertura de paritarias, desfinancimiento de los establecimientos, falta de inversión en infreaestructura, la eliminación de los Profesorados de la Ciudad de Buenos Aires, etc), en un contexto de crisis económica, social y política, que marca un fin de época; y que ubica nuevamente a la educación como variable de ajuste. Amparados en modelos estandarizados de evaluación (como las pruebas PISA y el operativo APRENDER), se encuentra en éstas la ¨justificación¨ para avanzar sobre la educación de adultxs, con el propósito de vaciarla y gradualmente, eliminarla.
El discurso economicista es el que se impone: se cierran porque hay mucha oferta y poca demanda, porque se aplica la ecuación “costo-beneficio”, como si la educación fuera una medición, porque hay que sostener los gastos de una nocturna y su plantel docente; no se reconocen Bachilleratos Populares porque el problema es el presupuesto ya establecido. La ministra de educación porteña se vanagloria con esa ecuación. Son administradorxs, son gerentes de recursos humanos, no son docentes, no son pedagogoxs, no les interesa la vida en las escuelas ni lo que pasa en ellas, ni lxs docentes ni lxs estudiantes.
Necesitan cerrar las escuelas nocturnas, necesitan cerrar los Bachilleratos populares, necesitan eliminar a la EDJA, porque ahí (aquí) están lxs que hacen temer a lxs poderosxs si se organizan; lxs que pueden dar vuelta la página de la historia.
Lo que les molesta es el exceso, lo que sobresale de esa línea imaginaria que, hegemónicamente dice lo que es correcto, lo que es blanco, lo que es limpio; ese excedente entre el afuera y el adentro. Pensar una teoría del excedente tiene que dar cuenta de las grasas de más que sobresale de los cuerpos, de las bocas, de las palabras. Es el número incómodo que está de más en las aulas, es el pibe o la piba joven a quien hay que pegarle un tiro porque exuda su pobreza, su negritud, su olor. Es el que excede de la escuela tradicional y entonces ‘cae’ a la noche; y si hay algo que tiene claro este gobierno es que hay que dejar caer a lxs pobres de la escuela pública, de la escuela de adultxs, de las nocturnas, de los trabajos. La avanzada también es sobre las vidas, sobre lxs que escapan a las lógicas meritocráticas e individualistas que pueblan la educación de las personas adultas.
Por eso cierran las escuelas; por eso vacían la educación de adultos; no porque no cierran los números. El problema no es económico, el problema es político.
*Enviado por el autor a OVE.
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