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Confinar, recluir, enclaustrar

Por: Elena Simón

El estado de alarma y el confinamiento que ha venido con él, ha dejado muchas cosas importantes fuera del foco de preocupación de administraciones y sistema educativo. Entre ellas, también, la resolución pacífica de conflictos, teorías y prácticas de cuidados y corresponsabilidad, orientación escolar no sexista, los talleres de Igualdad o la prevención de violencia de género.

Quienes me leen con asiduidad saben que soy muy partidaria de explicar con metáforas los acontecimientos y sucesos, incluso los sentimientos y emociones.

En el estado de alarma en el que estamos, yo siento que mi razón, mi alma y mis sentimientos también están recluidos dentro de una cápsula, esperando oportunidades para ir saliendo. Quizás en esto me parezca al virus coronado, que es oportunista también. Por eso siento que las cuestiones políticas y sociales se están arrinconando en favor de las sanitarias y económicas. Los seres humanos somos pluridimensionales y la salud no sólo es la física sino, como dijo la OMS, ¡ya en 1948! “la salud es un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Aparte de las afecciones, enfermedades y muertes producidas por el coronavirus, podríamos apreciar que ahora mismo estamos muy mal de salud psicológica y social. Y, quizás también de salud física, porque padecemos miedo, incertidumbre y flojera mental, porque se nos han disuelto nuestros hábitos sociales de relación, porque sentimos mordazas, cadenas y esposas que atenazan nuestras palabras, voluntades y movimientos, porque estamos en estado de reclusión y ni siquiera ya podemos hablar de otras cosas que no sean “éstas”. Se nos están secando los cerebros y las acciones que emprendemos no pasan de ser “peliculeras”, momentáneas, evanescentes y casi, casi sin consecuencias.

El mundo necesita seres humanos completos, sanos, libres e iguales para poder dar pasos adelante en la justicia y el bienestar y precisamente ahora es lo que se nos está limitando y retrayendo. No podemos estar bien -que es la pregunta más repetida en nuestras comunicaciones telefónicas o por redes- porque no tenemos salud y como no tenemos salud tenemos malestares.

Estos malestares también son sociales y colectivos. Por ejemplo: el limitar la educación a unas sesiones lectivas online frente a una pantalla priva de la mayor parte de conocimientos y habilidades que deben adquirirse en la escuela: las relaciones humanas y la resolución de sus conflictos; la interacción intergeneracional e intrageneracional; las acciones y planes culturales intraescolares o extraescolares; el compartir y socializarse en pistas deportivas, comedores y cafeterías, patios y aulas. El ir, venir y permanecer una gran parte del día en un colegio o instituto, uno de los espacios públicos y sociales que se han inventado los últimos siglos para toda la población, tenga o no tenga en su entorno familiar buen trato, ambiente, afecto u oportunidades.

El no disfrute de todo esto puede ser muy eficaz y desde luego imprescindible como mal menor o como bien mayor, si lo comparamos con la interrupción absoluta de las actividades académicas y escolares, formales y no formales, que tendrían que haberse decretado, como parte del confinamiento, aislamiento y limitación de bienes y servicios por mor de la salud colectiva.

Pero todo esto también tiene sus derivas más ocultas: los programas y talleres de formación y aprendizaje complementario se interrumpen de golpe, porque no están en la “centralidad” del currículo obligatorio, evaluable, examinable y medible a través de calificaciones más o menos convencionales.

En esta dirección podemos avistar la ausencia absoluta de todo aquello que, siendo necesario para la vida personal y ciudadana de calidad, no se halla aún contemplado en los planes de estudios contenidos en los currículos oficiales.
Entre toda esta colección de supresiones, se hallaban los talleres de Igualdad, prevención de violencia de género, resolución pacífica de conflictos, teorías y prácticas de cuidados y corresponsabilidad, orientación escolar no sexista, juegos, semanas culturales o conmemoraciones coeducativas. Simplemente, no se realizan. Y también está detenida la ejecución de planes de igualdad y proyectos de innovación coeducativa.

Esto es sólo un pequeño ejemplo de la falta de salud que padecemos. Si las niñas, niños y adolescentes de estos tiempos ya tienen muchas características narcisistas y exigentes con el cumplimiento inmediato de sus necesidades y deseos, así como una invitación mediática continua a que se aficionen a algo de forma extrema, para tener asegurada una nueva clientela, aquí tenemos el caldo de cultivo adecuado para que florezcan todas estas actitudes y “valores” para nuestra población infantil y juvenil.

Aunque cueste levantarse cada día para ir a la escuela o al instituto ¡Qué suerte poder y tener que ir cada día a la escuela o al instituto!

El estado de reclusión nos ha privado de tanta cosa, que nos sentimos mal y en peligro de sentirnos aún peor por contagio.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/12/confinar-recluir-enclaustrar/

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Otra Voces en Educación y el 18 aniversario de aporrea.org

Esta semana el portal venezolano “Aporrea.org” está cumpliendo 18 años. Su trabajo es de tal importancia que trasciende las fronteras nacionales. Aporrea es parte de la historia de la comunicación venezolana por varias razones. La primera, porque es una experiencia del movimiento social venezolano, llevada adelante por hombres y mujeres que están en distintos escenarios de las resistencias anticapitalistas. Segundo, porque es la experiencia digital no gubernamental ni vinculada a ningún monopolio informativo con más continuidad en la historia venezolana. Tercero, porque es un portal está en la línea de defensa del llamado “proceso revolucionario Bolivariano”, pero como diría Simón Rodríguez “no por ello se han dejado mandar por los que gobiernan”. Cuarto, porque su compromiso es con el pensamiento crítico, por la información desde la perspectiva de la calle, con la “objetividad” del ciudadano que vive de su trabajo. Quinto, porque ha construido un espacio donde tienen voz aquellos a quienes los grandes medios de comunicación le niegan su derecho a opinar, a disentir, a expresar sus puntos de vista.

La experiencia de Aporrea.org está en el centro de un viejo debate, el de la democracia socialista.  Un debate que se hace necesario ante la cultura autoritaria creada desde la tercera década del siglo XX por el estalinismo. Uno puede estar en desacuerdo con algunos planteamientos editoriales u opiniones determinadas de autores que escriben en aporrea, pero lo realmente hermoso es que ninguna voz es silenciada porque le incomode a su equipo editorial. Esta es una lección ética de dimensiones inconmensurables.

Pero el trabajo de aporrea no es fácil, al no ser un medio de propaganda sino un espacio para el debate y el pensamiento crítico, ello desnuda las debilidades del poder, la de los poderosos de ayer, de hoy y de siempre. Porque han intentado acallar su mirada democrática de la comunicación, han tenido que soportar las campañas de desprestigio para quitarles apoyos ocasionales, la despolítica del rumor malsano y peor aún el bloqueo de su acceso. Lo terriblemente hermoso es que, a pesar de ello, Aporrea.org se sigue considerando un medio alternativo vinculado al proceso bolivariano en su amplia dimensión. El 18 aniversario de aporrea.org debería ser una oportunidad para exigir que se les garantice la absoluta libertad e independencia a sus labores.

Aporrea.org forma parte de nuestra propia historia, la de Otras Voces en Educación (OVE). Aporrea fue el primer y único medio que se atrevió a publicitar una iniciativa como la nuestra, la de OVE, la cual hace cuatro años parecía descabellada: construir un portal para los, las y les educadores y que hoy acumula más de 27 millones de visitas. Y es que aporrea.org, ante todo, es muestra de la solidaridad militante con quienes trabajamos por construir otro mundo posible.

Nuestro apoyo y felicitaciones a los hombres y mujeres que hacen posible este medio de comunicación alternativa, a su equipo editorial, a sus lectores y colaboradores por romper el cerco de la intriga y el temor, incluso a sus detractores por no haber logrado silenciar esta importante parte de la historia presente de Venezuela.  Adelante aporrea.org, nos seguiremos encontrando en las diferencias y las coincidencias, aprendiendo de quienes como dijo Ali Primera “abren brecha”. Adelante.

 

La Dirección Editorial de Otras Voces en Educación

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Cómo organizar la vuelta al cole en los países con menos medios

Por: Lola Hierro

Sierra Leona lidera una reunión de alto nivel entre ministros de educación africanos para exponer ideas que ayuden a que ningún niño pierda sus estudios por culpa del nuevo coronavirus

El director de orquesta es un sierraleonés de 31 años, con trenzas que le caen por la espalda y graduado en Harvard. Es David Moinina Sengeh, ministro de Educación Secundaria y Superior de su país, y con el apoyo de la Alianza Mundial por la Educación ha organizado una reunión virtual —no queda otra en tiempos de coronavirus— con una docena de colegas del ramo de otros países africanos y alguno asiático. Reivindica que hay que pasar a la acción sin perder tiempo, ahora que la covid-19 ha afectado directamente a la educación de millones de niños y niñas.

La idea de este encuentro es analizar las consecuencias y la respuesta que se ha dado desde cada país al cierre de las escuelas y exponer sugerencias sobre cómo mitigar el agravamiento de la crisis mundial del aprendizaje. La reunión comienza con dificultades técnicas impropias en un grupo de ministros de educación y de tecnología que quieren apostar por la educación digital para sus jóvenes. Un micrófono que no funciona, una cámara que no se enciende, alguien que no aparece en las pantallas… Gajes del oficio. Poco a poco, la docena de asistentes pueden tomar su turno de palabra y explicar sus estrategias, con Sengeh iniciando la charla.

«El coronavirus debe ser una oportunidad para reimaginar la educación incidiendo en el papel que desempeñan, no solo los profesores, sino también los padres y las comunidades en el aprendizaje de nuestros niños», anima Sengeh. Su país se ha curtido en los últimos años en la gestión de emergencias, la última, el mazazo del ébola en África occidental, que entre 2014 y 2015 dejó casi 12.000 muertos solo en este país y causó estragos en todos los ámbitos, también en la educación. Hubo que inventar maneras de llevar las aulas a los hogares. «Los colegios cerraron en 2015 y no hubo exámenes ni nada. Lo que hicimos fue crear grupos de trabajo con distintas funciones y responsabilidades y desarrollar el aprendizaje por radio por todo el país», explica el ministro. «Era el medio que llegaba mejor a las zonas remotas, hicimos un estudio rápido para ver cómo se podía implementar, revisamos qué materiales hacían falta en los colegios… Y ahora, cuando llegó el corona, ya estaban empleando los recursos que desplegamos la vez anterior», resume.

La experiencia sierraleonesa ahora se puede utilizar en aquellos países que han cerrado sus colegios desde finales de marzo. Que son casi todos: a 10 de abril de 2020, un total de 1.570 millones o el 90% de los estudiantes matriculados desde la educación preescolar hasta la terciaria dejaron de ir a clase, según la Unesco. De ellos, 763 millones son niñas. Y a esta cifra hay que sumar otros 258 millones de niños, adolescentes y jóvenes que no estaban escolarizados antes de la pandemia.

Son, además, países que no siempre tiene los medios económicos y tecnológicos propios del mundo desarrollado, y que sí poseen problemas extra como guerras, sistemas sanitarios frágiles, calidad de la enseñanza cuestionable, desastres provocados por el cambio climático… Todos ellos tienen alguna receta que contar y la mayoría son similares en líneas generales: ante el cierre de colegios, la educación se ha canalizado por radio, como contaba Sengeh, pero también por televisión y por Internet. Muchas veces, con carencias graves, tal y como recuerdan algunos datos ofrecidos por la Unesco: en África subsahariana, el 89 % de hogares carece de ordenador y un 82% no tiene acceso a Internet. Además, 28 millones de estudiantes viven en lugares sin cobertura telefónica.

Todos los ministros que intervienen en la reunión abordan la instalación de lavamanos en  los colegios, cosa que no hace falta en Sierra Leona, pero tampoco en Liberia ni Guinea Conakry o República Democrática del Congo porque los cuatro ya tienen la experiencia previa del ébola e hicieron los deberes en su día. Igualmente, varios mencionan la importancia del apoyo psicosocial para profesores y alumnos más afectados por esta crisis. «Es importante decir que en su día hubo muchos huérfanos por culpa del ébola y tuvimos que desarrollar programas de atención para ellos, y también de alimentación escolar. Y hacer un seguimiento de todo», ejemplifica Mory Sangaré, ministro de Educación de Guinea Conakry, otro país donde ya son perros viejos en gestionar crisis sanitarias. «La covid-19 puede ser una oportunidad para reorganizar nuestras capacidades para responder a emergencias y construir un sistema educativo más resiliente», aconseja.

Cartel informativo del proyecto de educación a distancia del Ministerio de Educación de Liberia.
Cartel informativo del proyecto de educación a distancia del Ministerio de Educación de Liberia. MOE

Uno de los ejemplos concretos es el de Liberia, país que también pasó por el mal trago del ébola. En su caso, el medio elegido para que las lecciones llegaran entonces y ahora a los alumnos liberianos ha sido la radio. El Ministerio de Educación cerró los colegios el 16 de marzo y días después puso en marcha un programa de educación a distancia a través de emisoras nacionales y comunitarias. El proyecto brinda formación continua de asignaturas de primera y secundaria de lunes a viernes en diferentes horarios. Cada asignatura se escucha a través de una emisora y se puede consultar qué clase le toca al alumno y a qué hora en un PDF que el Ministerio ha puesto en circulación. Esta y otras informaciones se difunden en las redes sociales gubernamentales.

El plan del Ministerio de Educación tiene una duración inicial de seis semanas, pero con posibilidad de extenderse. También contempla la instalación de sensores térmicos y materiales higiénicos básicos en las escuelas cuando estas reabran y la oferta de apoyo psicosocial para los estudiantes y maestros que lo necesiten.

Un país que no ha lidiado con ninguna crisis sanitaria reciente es Costa de Marfil. Ahora, ante el confinamiento, han desarrollado un método educativo por televisión. Mi colegio en casa es el nombre de la plataforma en Internet desplegada por el Gobierno costa marfileño para sus alumnos de preescolar, primaria, secundaria y acceso a la universidad. A través de la web se puede navegar para buscar el curso y la asignatura del estudiante para descargar en PDF el temario completo de los libros escolares. Además, cuenta con un canal de Youtube donde se publican lecciones en diversos ámbitos, aunque este solo tiene, por ahora, algo más de 3.000 suscriptores.

Lección en vídeo publicada en Youtube del 1 de mayo de 2020 para estudiantes costmarfileños.

La región de Somaliland tampoco ha pasado por una epidemia reciente, pero carga con otros problemas: conflictos armados, sequías e inundaciones recurrentes, una gravísima plaga de langostas en los últimos meses… El Gobierno puso en marcha el año pasado un programa de acceso a la educación con el apoyo de Unicef y la organización altruista Education Cannot Wait (la educación no puede esperar). Ahora, los esfuerzos radican en llevarla a las zonas rurales y remotas, donde el acceso a Internet no siempre es bueno, y lo están haciendo igual que en otros países: con ayuda de la televisión y la radio. Las lecciones se transmiten en las emisoras nacionales de radio y canales de televisión cuatro horas al día de sábado a jueves. En este caso, el ministro Ahmed Mohamed Dirie añade una idea: los paneles solares y las tabletas electrónicas para las zonas remotas. «Vemos esta pandemia como una oportunidad para alcanzar zonas remotas; estamos distribuyendo entre los niños tabletas que funcionan por energía solar para que puedan funcionar» explica.

PREOCUPACIÓN POR LAS NIÑAS

Se sabe por experiencias anteriores, como la crisis de ébola, que tienen impactos adversos en el aprendizaje de los niños, la finalización de la escuela, así como en su salud y bienestar. El impacto en las niñas, en particular las adolescentes de los hogares más pobres y rurales, es desproporcionadamente más grave. Durante el cierre de las escuelas, las niñas confinadas en sus viviendas pueden estar más expuestas a la violencia doméstica, el acoso sexual y verse privadas de servicios básicos de salud, sociales y escolares. Los embarazos y matrimonios precoces pueden aumentar.

Igualmente, la aplicación de programas de protección especialmente diseñados para ellas pueden mitigar estos impactos. Por ejemplo, un programa centrado en el género en Sierra Leona durante la crisis del ébola se adaptó rápidamente para convertirse en una clase diaria de una hora en habilidades para la vida, salud sexual y reproductiva y aprendizaje vocacional. Las clases se llevaron a cabo en espacios seguros en las aldeas y atendieron a 4.700 niñas adolescentes. Tras la crisis, las tasas de matrícula escolar disminuyeron solo un 8% en las aldeas que habían recibido las clases, en comparación con el 16% en aquellas que no.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/05/07/planeta_futuro/1588844575_060709.html

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7 mensajes virales sobre la educación en tiempos de confinamiento

Por: Jordy Jubany

Hemos recogido 7 memes, estos mensajes virales con cargas culturales, que hoy en día se mueven en Internet. Nos han llegado a través de sistemas de mensajería o los han compartidas en las redes sociales personas que tienen relación con el mundo educativo.

Los memes ya forman parte de nuestra cultura digital. Muestran inquietudes, malestar y reivindicaciones con un tono humorístico, irónico o crítico basados en hechos reales que dan para participar en un buen debate. Son muchas las dificultades y preguntas pendientes de resolver sobre la situación de la educación en el tiempo de confinamiento en el que nos encontramos actualmente. Y las que saldrán.

1 / El Titanic se hunde, pero sus músicos siguen tocando. La imagen compara la situación actual por la dificultad de mantener las funciones del sistema educativo cuando la sociedad está en una estado de emergencia. Los docentes, de todos modos, intentan hacer su trabajo en condiciones adversas.

2 / Los dispositivos móviles han pasado de estar prohibidos en muchos centros educativos a ser herramientas indispensables para la comunicación que deben ayudar al aprendizaje a distancia. El meme muestra gráficamente el cambio de mirada de muchas personas hacia las tecnologías actuales.

3 / Las dificultades del teletrabajo son enormes cuando hay que interactuar con muchas personas y resolver varias tareas a la vez. Seguramente tenemos que aprender a gestionarlo de otra manera para optimizar el tiempo y los recursos que todos dedicamos.

4 / Sin haberlo previsto, la evolución de la carrera docente entra en una dimensión desconocida: las clases virtuales. La composición nos muestra una metáfora en la evolución de los personajes interpretados por el actor Jack Nicholson y como cada situación los afecta a lo largo del tiempo.

5 / La metodología mostrada en ciertos programas de televisión educativos actuales es la misma que se utilizaba mucho tiempo atrás. Parece que no han incorporado las metodologías activas ni lo que se ha llamado la escuela avanzada ante la situación actual.

6 / Todo ello nos ayuda a comprender que, aunque la educación con pantallas nos puede ayudar, no puede sustituir la escuela en todas sus dimensiones. La imagen es una adaptación del cuadro «Ceci n’est pas une pipe», «Esto no es una pipa» de René Magritte, cambiando la pipa original para un ordenador portátil.

7 / Con esta imagen cinematográfica épica nos adentramos en un terreno de incertidumbre como es el tercer trimestre y la dificultad de su evaluación. Toda la comunidad ante esta aventura desafiante. Estando unos al lado de otros esperamos salir adelante.

Nos están cambiando las preguntas a medida que damos las mejores respuestas que sabemos. Pero quedan muchos interrogantes por delante: ¿cuándo será la vuelta a la escuela? ¿Cómo haremos compatible el acompañamiento emocional con el distanciamiento social? ¿Tendremos que combinar las aulas presenciales y las telemáticas? Seguro que nos llegarán nuevos memes que nos darán motivos para pensarlo. Abrazos virtuales.

(La autoría de la mayoría de estas imágenes, que se han convertido en virales en la red, es desconocida. Si algún lector conoce los autores, nos puede escribir a redaccion@eldiariodelaeducacion.com y las atribuiremos).

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/7-mensajes-virales-sobre-la-educacion-en-tiempos-de-confinamiento/

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OVE entrevista a Alfredo Velasquez Acosta «La Formación Profesional permanente no se implementa y menos en informática»

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para el portal Otras Voces en Educación

Afredo Velasquez Acosta es un estudioso de las transformaciones educativas y militante del magisterio antineoliberal de nuestra america. Lo conocimos cuando era el Secretario General del SUTEP del Perú. Es un hombre de diálogo, construcción compartida y dispuesto siempre a emprender proyectos que entrelazan las iniciativas de las resistencias anticapitalistas. Es egresado del ¡.S.P. “Ignacio Amadeo Ramos” Yungay-Amcahs, Licenciado en Educación en la Universidad de San Marcos, con Maestría en Educación de la creatividad en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC) de la Habana, Cuba, Cuenta con estudios concluidos de Doctorado y es actualmente es el Secretario de Relaciones Internacionales del SUTEP. Forma parte de la iniciativa del Grupo de Contacto Internacional (GCI) conformado por dirigentes del magisterio de América, Europa y Australia, así como por pedagogos críticos y educadores populares de la región. Consideramos de espcial importancia para los lecrores y colaboradores del ortal Otras Voces en educación conocer su perspectiva educativa

 

Alfredo, cuéntanos un poco tu historia de vida y cómo llegaste al sindicalismo magisterial

Pertenezco a un pueblo de la zona rural denominado Huaylas, del departamento de Áncash. Dentro de mis planes no estaba considerado estudiar Educación, en mi mente estaba ingresar a la Policía de Investigaciones del Perú. Durante los 4 años de educación secundaria me preparé exclusivamente para ello.

Luego,  al cursar el último año, viajé a mi tierra donde se encontraba mi madre y toda mi familia. A pedido de ellos estudié el último año en mi pueblo; al finalizar, debía viajar a la Capital (Lima) para postular a la Escuela de Oficiales de la Policía; lamentablemente en esos meses hubo un huaico  que  interrumpió la carretera y no pude viajar por más de dos meses.

Por esa razón mi madre, Luz Acosta Moreno, me dice: “te pido un último favor, hijo mío, postula al Instituto Superior Pedagógico de Yungay, Región Ancash y si no ingresas,  puedes ir a la capital”. Entonces decidí acceder a la petición de ella y  fue muy grande la sorpresa, pues  ingresé. Es recién, en el transcurso de mi carrera, donde  descubro mi vocación de  maestro.

Al concluir mis estudios pedagógicos, arribé a Lima y desde ese momento me convertí en un activista por la justicia social; también me consolidé en el trabajo gremial y  en  la organización de las y los trabajadores en defensa de los derechos.

En 1992, me nombraron representante de los maestros contratados en el cono norte de Lima, es allí recién donde empieza mi vocación hacia el sindicalismo clasista, para defender los derechos del magisterio.

Posteriormente en 1995, fui elegido Secretario General de mi Institución Educativa “Leoncio Prado” del Rímac; dos veces Secretario General del SUTE III Sector del distrito del Rímac; dos veces  Secretario General del SUTE REGIÓN Lima (2012-2016); Secretario General del Sindicato unitarios de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP), (2016-2019), organización que alberga a más de 420 mil docentes y auxiliares de educación  nombrados y contratados de educación Inicial, primaria y secundaria; y  actualmente Secretario de Relaciones Internacionales del SUTEP.

He participado de cientos de manifestaciones entre paros, huelgas, movilizaciones, plantones, tomas de plazas, UGELes,  en defensa de la educación pública, los derechos del magisterio, los estudiantes y contra la municipalización de la educación.

Así también en calidad de Secretario General del SUTE LIMA participe activamente en La Décima Huelga Nacional  (5 de setiembre de 2012) que duró 30 días, lográndose un Bono por S/. 300; pago por subsidio y sepelio, tiempo de servicios (que no se pagaban de acuerdo a ley); Fondos por infraestructura escolar; Mesa Multisectorial para tratar el pago del 30% por Evaluación y Preparación de clases, entre otros.

LAS CONQUISTAS DEL TRATO DIRECTO Y EL PARO del 13 de julio de 2017.

Por otra parte, teniendo como responsabilidad la conducción del SUTEP, en el cargo de Secretario General y previo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2016, el CEN del SUTEP y otros gremios del sector Educación, nos reunimos en la sede de nuestro local institucional con el candidato Pedro Pablo Kuczynski y su fórmula presidencial,  conviniendo en la necesidad de abordar y resolver DURANTE EL PRIMER AÑO de su gestión algunos puntos urgentes del Pliego de Reclamos, entre ellos: elevar el piso salarial del primer nivel de la carrera pública magisterial a la suma de 2,000 soles (hasta esa fecha el docente ganaba 1,243 soles),  para lo cual se firmó un ACTA DE COMPROMISO, la misma que se convirtió en una exigencia de cumplimiento del magisterio peruano.

Al instalarse ese año la Comisión Paritaria de Trato Directo que por ley se constituye anualmente entre el MINEDU y el SUTEP, la orden del día se basó en el contenido del acta, obteniéndose la mayoría de resoluciones del petitorio. Como quiera que existía un descontento en cuanto a la fecha de pago, pues el gobierno, incumpliendo su compromiso la había fijado para el mes de marzo del 2018, el CEN del SUTEP, en respuesta y previa consulta a las bases, decretó un contundente PARO NACIONAL de 24 horas el día 13 de julio  el mismo que fue acatado por el 95% del magisterio peruano, a consecuencia del cual y a lo largo de  la mesa de negociaciones, el gobierno reconoció el haber básico de 2,000 soles a partir de diciembre,  que finalmente adelantaron para noviembre del presente año;  se fijó para el mes de setiembre el pago del primer tramo de los contratados, nivelándolos con los haberes de los nombrados;  la evaluación no punitiva, previa capacitación,  y respetando la estabilidad laboral;  el pago de la deuda social del 30% por preparación y evaluación de clases; el derecho a subsidio por luto,  sepelio y licencia por fallecimiento de los familiares de los maestros contratados; la homologación de pagos por encargaturas de cargos directivos y jerárquicos, entre otros. En concreto, el Pliego de Reclamos  estaba resuelto, con actas firmadas por ambas partes el día 14 de julio.

 

Alfredo ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Perú?

A lo largo de la historia, los intentos de las diversas reformas educativas del país han fracasado por no tener en cuenta la participación del magisterio organizado entorno al SUTEP y todos los gobiernos neoliberales se han preocupado en dividir, fragmentar y paralelizar al glorioso SUTEP con la finalidad de desaparecerlo o debilitarlo, en algunos casos haciendo un alianza con sendero luminoso.

Desde 1990 el entonces Presidente del Perú Alberto Fujimori  intentó privatizar la Educación emitiendo diversos decretos supremos, luego un Decreto Legislativo N° 882 que brindaba las facilidades a  cualquier ciudadano para que  pueda tener su institución educativa privada, sin contar con la condiciones de infraestructura y pedagógica mínimas.

Posteriormente en el año 2012,  el supuesto gobierno de la “gran transformación” con el presidente Ollanta Humala  nos impuso la Ley de Reforma Magisterial, Ley que deroga la Ley del profesorado 24029 y su modificatoria 25212 que reconocía la estabilidad laboral y otros derechos del magisterio.

Los elementos más significativos que generan la crisis educativa en nuestro país han sido el intento del gobierno de estandarizar la educación, para que responda a los intereses del mercado y no a las necesidades de nuestro estudiantado.

Los recortes millonarios en el presupuesto y la corrupción han agravado las condiciones materiales en la que los educadores laboran y los niños, niñas y jóvenes, estudian. El año 2001  se realizó un Acuerdo Nacional entre todos los políticos del país con la finalidad de incrementar el presupuesto para Educación a 6% recomendado por la UNESCO, acordando el 0,25% anual, para entonces el presupuesto destinado era del 3%, sin embargo han pasado más de 18 años y el presupuesto continúa en 3,9%.

 

Alfredo, ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y    las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de los educadores?

En primer lugar, la formación inicial (o de grado) conforme con el Artículo 56 c) de la Ley General de Educación, es el Estado quien “garantiza el funcionamiento de un Sistema de Formación y Capacitación Permanente que vincule la formación inicial del docente, su capacitación y actualización en servicio. Este sistema se articula con las instituciones de educación superior”. Sin embargo, para todos los docentes es letra muerta, no se cumple en absoluto.

El objetivo a corto plazo tendría que ser la formulación de nuevos y actualizados perfiles y diseños     curriculares transformadores para las diversas especialidades, debido a que falta  una sólida preparación cultural y de especialización e incluso la utilización de las herramientas tecnológicas.

Es verdad que un buen diseño curricular no asegura la formación de buenos docentes, pero la facilita. La formación de profesores en los institutos superiores pedagógicos y escuelas superiores de formación artística se rigen por el diseño curricular nacional aprobado por el Ministerio de Educación.

En cambio, cada facultad de Educación define su propio currículo con base en la autonomía que le otorga la ley a las universidades. Por esta situación se tienen en la práctica varios perfiles, no siempre claros ni apuntando en la misma dirección.

Asimismo, se carece de un sistema coherente y articulado de formación para los profesionales de la docencia; por lo tanto se debe uniformizar las políticas de formación inicial de los futuros docentes.

Asimismo, existen diversos problemas por parte del Estado; entre las más importantes están las siguientes: Insuficiente información y análisis, en la concepción de los diseños curriculares, sobre lo que será la escuela del futuro, el perfil del estudiante y la transformación de los centros de formación docente.

Se sabe que en la sociedad del futuro se desarrollarán nuevos conocimientos y empleos, y también surgirán nuevos problemas y tecnologías que aún no se conocen. Asimismo, es previsible que la organización de la escuela y los centros que forman profesores tengan que transformarse en sus aspectos académicos, de gestión, infraestructura, equipamiento, informática y sobre todo impulsar el desarrollo del pensamiento crítico y creativo de modo que los docentes puedan garantizar que el estudiante aprenda a lo largo de toda la vida.

Por otro lado, la Formación Profesional que debe ser permanente y obligación de parte del Estado no se implementa y menos en informática; las pocas capacitaciones son  asumidas por  los maestros con sus propios recursos económicos y el SUTEP.

En cuanto a la informática, el Estado algunas veces capacitó a algunos maestros, pero sólo en Excel, Word y Power Point; por lo tanto es necesario dar un verdadero viraje, tanto en la formación inicial y continua utilizando las herramientas tecnologías y la pedagogía.

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio peruano? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Antes de la llegada del COVID 19, existían ya los índices de pobreza y de extrema pobreza, las desigualdades y el descontento generalizado; por lo tanto, la crisis de la educación no es producto del Covid-19, es el resultado de más de 30 años de abandono y aplicación de un modelo neoliberal implementado por diversos gobernantes y el Estado, cuyas políticas han estado ajenas a asegurar un presupuesto justo, infraestructura idónea, su mira ha sido liquidar derechos laborales, internalizar que la solución está en el libre mercado, atar al Estado e impedir que desarrolle siquiera un rol regulador y su soporte para ello ha sido y es la Constitución Política. Hoy estamos pagando las consecuencias de dicho actuar perverso.

Actualmente, en el Perú, existen 7,8 millones de estudiantes en educación básica regular (inicial, primaria y secundaria). De este total, 5,8 millones se encuentran matriculados en colegios públicos y 2 millones en privados. Es decir, uno de cada cuatro estudiantes en el ámbito nacional está en una institución privada; de estas Instituciones educativas privadas (la mayoría instituciones de bajo costo) el 60% cerrarían sus puertas ; ante la incertidumbre y para que no pierdan el año escolar , muchos padres de familia vienen trasladando a sus hijos a la escuela pública; en tres días de inscripción de traslados vía virtual se han inscrito más de 20 mil estudiantes y la tendencia es a incrementar a lo largo de los días.

Frente a la emergencia educativa y el año escolar 2020, el inicio de clase en forma presencial se iba realizar  el 16 de marzo, fecha que fue interrumpida porque se declaró el estado de emergencia y la cuarentena en el Perú. El inicio de clases se llevó a cabo virtualmente el 7 de abril con la estrategia “Aprendo en casa” con una serie de deficiencias, evidenciando más las grandes desigualdades existentes y afectando el derecho a la Educación de miles estudiantes, puesto que existe una alarmante brecha digital  y  deficiente conectividad a nivel nacional que ratifican el abandono de la educación.

Es inconcebible que en el siglo XXI, el 79% de colegios públicos no cuenten con internet, a pesar que desde 1998 se ha venido invirtiendo millones de soles en diversos programas de educación a distancia; el 55% de docentes no poseen habilidades para el uso de tecnología y solo el 40% de niños peruanos tengan acceso a internet. Es obligatorio que el Estado haga el máximo esfuerzo e involucre a los operadores de telefonía, gobiernos regionales y locales a efectos de asegurar energía eléctrica, paneles solares y cobertura de internet para evitar la exclusión de miles de alumnos.

El Presidente Martín Vizcarra, a exigencia del SUTEP anunció la entrega de cerca de un millón de tablets con internet integrado. Serían beneficiados los estudiantes de 4°, 5° y 6° de primaria y secundaria completa en zonas rurales en total 719 mil tablets y para los estudiantes del área urbana que se encuentran en el quintil 1 y 2 de pobreza serán 123 780 tablets.

Frente al tratamiento de lo privado y lo público, por mucho tiempo se ha pretendido imponer la idea que lo privado es superior a  lo público, sin embargo hoy presenciamos como la empresa privada exige que el Estado le brinde recursos para mantenerse en el mercado. Va quedando al desnudo que el modelo neoliberal y el capitalismo no son alternativas beneficiosas a los trabajadores y al pueblo.

 

A partir de su experiencia docente y gremial cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano.

1°.           Luchar incansablemente, tanto los maestros y  el pueblo organizado  por la unidad más amplia, la paz y los derechos humanos; para lograr de esta manera formas de integración que conduzcan al desarrollo y  la reconquista de la calidad de la escuela pública.

2°.           Revalorizar al MAESTRO por el aspecto humano,  emocional y sobre todo por ser único profesional de la pedagogía que no puede ser sustituido por la robótica ni la tecnología.

3°.           Valorar a las escuelas físicas como espacios de encuentro  y la tecnología no debe superponerse sobre las pedagogías, sino que son un complemento de ellas.

4°.           Garantizar una formación continua y de calidad a todos los profesores y auxiliares de educación.

5°.           Exigir la conexión a internet universal, sin restricciones y que se convierta en un derecho.

6°.           Estar alertas para evitar campañas de satanización por parte del capitalismo hacia los docentes antes y después del término del confinamiento por la falta de habilidades en las innovaciones tecnológicas.

7°.           Incorporar nuevas tecnologías y la utilización de herramientas aliadas que favorezcan el desarrollo de habilidades y destrezas en las y los estudiantes. La tecnología facilita esa transformación, pero no es el vehículo.

8°.           Educar para transformar,  con un nuevo proyecto educativo engarzado a un proyecto nacional de desarrollo, con un currículo alternativo transformador que incorpore los valores de la solidaridad, la justicia, la paz y el amor entre los hombres, para impedir que la voracidad de la maquinaria técnica del consumismo y el egoísmo destruya la humanidad que nos permita enfrentar las demandas sociales de este siglo y que aporte al desarrollo de una reforma democrática, patriota y descentralista  hacia una Nuevo Continente.

9°.           Desarrollar y nutrir una vigorosa pedagogía latinoamericana, más vigente que nunca con grandes figuras: de José Martí, “la búsqueda de soluciones propias a problemas propios; de Simón Rodríguez, “Los maestros son despertadores de inteligencia y forjadores de voluntades” ; José Carlos Mariátegui, “El problema de la enseñanza no puede ser comprendido si no es considerado un problema económico y social” ; y de Simón Bolívar, “Los pueblos marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación” ; entre tantos otros grandes intelectuales

10°.        Exhortar a todas las fuerzas progresistas, de izquierda y anti neoliberales de América Latina y el Caribe a construir alternativas educativas, pedagogías críticas y transformadoras diferentes a las políticas educativas actuales; avanzar a la par con las innovaciones tecnológicas para evitar las exclusiones desde las mismas.

 

Finalmente quiero agradecer al portal Otras Voces en educación popr esta oportunidad de comunicarme con el magisterio internacional

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España: Evaluar en tiempos de pandemia: la visión de una alumna de 4º de ESO

Europa/España/14 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

Recogemos un texto escrito por Ángela Valverde, estudiante de 4º de educación secundaria en un IES de la Comunidad de Madrid. En él habla de este final de curso y la evaluación que se llevará a cabo en este último trimestre. Ella forma parte del alumnado que, voluntariamente, podría volver a las aulas en la fase 1 de la desescalada en el confinamiento.

Hace más o menos un mes y medio decretaron el estado de alarma debido al Covid-19, un virus que tuvo origen en China y que tiene una gran capacidad de transmisión, tanta que posteriormente ha desembocado en una grave pandemia. A todos nos parecía algo surrealista, algo impensable que sucediera en nuestras vidas, algo que nos ha “roto (literalmente) los esquemas”. A pesar de que al principio me alegré de descansar un poco con el no parar de la rutina de cada día, me he dado cuenta de que ir a clase es un privilegio.

Desde mi punto de vista, como estudiante de cuarto de la ESO, considero que esta situación nos ha afectado enormemente. El Ministerio de Educación y la Consejería de cada Comunidad han intentado poner en común ciertas medidas para el desarrollo del curso. Estas medidas han llegado un poco tarde, creando cierta incertidumbre a los estudiantes y profesores. En líneas generales estoy en desacuerdo con algunas de las pautas globales que se han establecido y pienso que ha habido una gran falta de organización. A continuación, me gustaría desarrollar varias ideas en relación a este tema en esta nueva situación.

En primer lugar, si nos centramos en los criterios de calificación que se podrían seguir para evaluarnos en este último trimestre, creo que deberían puntuarnos mediante trabajos, avanzando materia poco a poco, sin saturarnos. Aunque estemos dando clases virtualmente, tienen que entender que a veces nos pueda costar más asimilar el nuevo temario. En ocasiones algunos alumnos como yo tienen dificultades técnicas de acceso a la plataforma digital y no pueden dar las clases de ciertas asignaturas, aparte de que considero que hay una gran diferencia con respecto a dar las clases presencialmente. Esta evaluación siempre tiene más peso que las anteriores (50%) por lo que debido a estas circunstancias excepcionales yo lo repartiría también con lo que hemos hecho los dos trimestres pasados. Si en algunas asignaturas consideran necesaria la realización de exámenes, creo que deberían quitarle peso en la nota y alternarlo con otro tipo de tareas (trabajos, ejercicios, actividades de entretenimiento…) para así poder hacer la cuarentena más llevadera.

En segundo lugar, para mantener la misma igualdad de condiciones en los alumnos a nivel nacional, opino que todas las comunidades autónomas deberían aplicar las mismas medidas. De esta manera todos iríamos igual de preparados y con los mismos conocimientos el curso que viene. Si bien, aunque las pautas generales las marquen las Administraciones educativas, pienso que los profesores son los más cercanos a los alumnos y, por lo tanto, los que mejor los conocen, los que más saben acerca de sus necesidades y los que están al tanto de ciertos problemas personales. Por ello son los que tendrían que tener la última palabra a la hora de decidir si un alumno necesita otros recursos o ciertas actividades específicas.

El aprobado general no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado se les aprueben las asignaturas

En tercer lugar, en cuanto al programa de cada asignatura en concreto, hay ocasiones en las que resulta un poco imposible llevar a rajatabla el currículo de las materias, y sin duda, considero que Lengua es una de ellas. Normalmente, el currículo es ya muy extenso de por sí, por lo que ahora es más complicado cumplir con él. Veo necesario intentar adaptar los contenidos, como he dicho anteriormente, utilizando otro tipo de actividades evaluables más llevaderas. Con esto, quiero decir que continuemos con los temarios de forma adaptada a esta situación y aunque algunos contenidos no se vean en profundidad, al menos tener una ligera idea de ellos, de forma que en el próximo curso, en el que supongo que se repasarán, podamos desarrollarlos más a fondo.

Por último, acerca del aprobado general, que diría que es lo que más polémica ha causado, no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado durante todo el año se les aprueben las asignaturas y pasen de curso. Esto supondría una gran dificultad para ellos el curso siguiente, ya que no han adquirido los conocimientos necesarios para continuar avanzando y no podrían alcanzar el nivel exigido. Esto les puede crear frustración y desmotivación, ya que no tienen el nivel. Además, en muchas ocasiones perjudicarían a la clase haciendo que fuese más retrasada.

Por otro lado, están los cursos como cuarto de la ESO, que es un año en el que titulamos. En este caso, habría gente que recibiría el título sin merecérselo y sin haber adquirido los conocimientos básicos. Por el contrario, estoy de acuerdo en que a estudiantes de bachillerato que se supone que quieren seguir estudiando se les dé un empujón, especialmente a los de segundo, año que les resulta decisivo para su futuro. En este caso, a aquellos que tengan más dificultades con el temario, si el profesor considera que han trabajado, pero aún así no es suficiente, deberían ser un poco más flexibles con ellos y valorar también todo su esfuerzo.

En conclusión, esta situación requiere un esfuerzo especial por parte de las administraciones, el profesorado y los alumnos, quienes tienen que intentar aportar el máximo para llevar con la mayor normalidad posible esta situación, de forma que sea justa para todos. Esto no quiere decir que los que no trabajan se vean perjudicados, ni que los que sí trabajan salgan beneficiados. Simplemente pido una igualdad justa de condiciones con trabajos asequibles a la situación, ya que aunque no lo veamos así, una simple nota lo cambia todo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/evaluar-en-tiempos-de-pandemia-la-vision-de-una-alumna-de-4o-de-eso/

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Entrevista a Carlos Skliar: «Un mundo en estado de excepción no puede pedirle a la educación normalidad»

Entrevista/14 Mayo 2020/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/eldiariolaeducacion.com

El escritor y pedagogo Carlos Skliar se muestra algo excéptico sobre los aprendizajes que puedan sacarse de esta crisis del Covid-19 que vivimos. El sistema de mercado, dice, es capaz de reponerse de las crisis y la sociedad, en muchos casos, se muestra acrítica con lo que ocurre. Un ejemplo puede ser el modo en el que los sistemas educativos siguen queriendo funcionar con «normalidad» en donde ya no queda nada «normal».

Carlos Skliar es muchas cosas: escritor, pensador, investigador y pedagogo. También es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, CONICET, e investigador del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Argentina. Desde hace años tiene la vista puesta en la infancia y en las diferencias. Ha desarrollado lo que ha dado en llamar pedagogía de las diferencias, de hecho, y reflexiona sobre el papel que estas tienen en el mundo. Hablamos con él para saber cómo está viviendo estas semanas y para reflexionar sobre la educación en estos momentos de pandemia.

La contraposición habitual entre contenidos y competencias la evita para hablar de la necesidad de otros contenidos y formas de hacer, no solo ahora sino en general en la educación. Dar cabida a temas que implican una conversación sobre la vida y la realidad, dejando a un lado aquellos que parecen sacados de «los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas».

¿Cómo está pasando este tiempo en Buenos Aires? ¿Cómo está siendo allí la pandemia, el confinamiento?

En Buenos Aires en particular, y en Argentina en general, hemos tenido la suerte de un Estado presente desde el comienzo, atento a la experiencia dramática de otras partes del mundo y, aun viviendo una situación de pauperización que se venía arrastrando desde hace un tiempo, consciente de que la dicotomía entre salud y mercado es falsa. El confinamiento sigue siendo estricto desde hace más de un mes, en general se lo ha respetado, pero suenan algunas alarmas a propósito de las violencias de género, las violencias hacia niñas y niños, y las difíciles condiciones económicas de quienes no pueden buscar su sustento diariamente,

En España, después de casi dos meses de encierro, niñas y niñas han salido a la calle ¿Cómo está siendo en la Argentina?

Todavía hoy, a fines de abril, las niñas y niños no han podido salir a la calle y ya hay una serie de medidas que indican que pronto lo harán. Se percibe ese aire enrarecido en las calles cuando, al salir por un trámite o una compra o para ayudar en algún centro educativo u hospitalario, no se ven ni niñas, ni niños, ni ancianos. El extrañamiento, para mí, es mayúsculo: el paisaje ciudadano está despojado de sus edades más frágiles, más esenciales.

Durante estas semanas de confinamiento, y las que quedan, aquí se intenta que el curso siga con cierta normalidad. Parece que darlo por terminado (quedan dos meses por delante) es excesivo, injusto. ¿Cómo lo ve usted?

Tengo una opinión desde los márgenes al respecto. Un mundo en estado de excepción, una vida puertas adentro, una sociedad amenazada y el distanciamiento social no pueden pedirle a la educación ni “normalidad”ni “habitualidad”. Por un lado creo que lo que nos salva es cierta ritualidad, sí, pero no una determinada repetición. Me da la sensación que dada la contingencia inesperada es hora que la educación revierta su tendencia dócil y adaptativa a las exigencias de la época anterior (el conocimiento lucrativo, la aceleración del tiempo, la híper-tecnología, el vínculo utilitario entre competencias y mercado, etc.) y pueda concentrarse en dos dimensiones poco reconocidas o bien abandonadas: por un lado la conversación a propósito de qué hacer con el mundo y qué hacer con nuestras vidas, justamente ahora que el mundo vuelve a estar en riesgo y que las vidas se han visto confinadas; por otro lado, el hacer cosas juntos que nos devuelvan el tiempo liberado: la narración, el arte, la lectura, el juego, la filosofía.

¿Cree que en este tiempo se está mirando correctamente a la infancia? ¿Hay margen para un cambio de perspectiva, más cercana a la de sus derechos?

Desde hace un tiempo vengo pensando que la época anterior a la pandemia había ya producido una separación dolorosa entre niñez e infancia, es decir, que la mayoría de los niños habían perdido la posibilidad de una experiencia de tiempo de intensidad, no sometida a la lógica de las finalidades, las utilidades, a la exigencia de rendimiento. No solo la niñez habría perdido su infancia sino la humanidad en general. La solución por los derechos me parece una parte del problema, quizá su carácter más enunciativo, pero creo que hay algo más: insisto en que buena parte de la actividad pre-escolar y escolar debería tener como condimento esencial el “devolver” infancia la niñez, esto es para mí lo más formativo, lo que se recordará con el paso tiempo, lo que hará que una nueva generación no se “adultice” tan rápida y dolorosamente.

En su pensamiento está presente la dicotomía entre vida y mercado, entre lo que es la educación y lo que debería ser. La situación actual, el interés de los gobiernos porque los contenidos curriculares sigan, a pesar de las carencias y dificultades de muchas familias y niñas y niños, ¿qué le parece?

Si entendiéramos por contenidos aquellas preguntas, cuestiones, problemas, encrucijadas que a cada momento pone sobre la mesa educativa, si pudiésemos comprender que esos contenidos no pueden solo parecerse a los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas, si creyéramos de verdad que los contenidos configuran en realidad una conversación serísima sobre el mundo y sobre la vida, sean o no curriculares, dar continuidad tiene un aspecto de ritual que a mi modo de ver debe sostenerse. Pero quizá este procedimiento se ha vuelto obsesivo y poco interesante, reduciéndolo todo a sus formas más banales: dar tareas, exigir su cumplimiento, evaluar, y todo a través de mecanismos virtuales. Entiendo la situación de emergencia y la desorientación que nos provoca. Pero: ¿a esto queda reducida la forma –siempre informe, siempre por hacerse- de la escuela? ¿Y la conversación que debería acontecer, por ejemplo, durante y después de una lectura, de un juego, de una información determinada? ¿Y la compañía de los educadores y de pares? El mercado siempre parece encontrar respuestas a sus crisis, pero la educación no puede someterse a esa lógica ni hacer de cuenta que todo sigue tal cual era. Por el contrario, si hubiera alguna oportunidad en este tiempo, es aquella de mostrar esa “anormalidad”y las causas que la produjeron.

Hace unos días leía una entrevista que le hacían en Página 12. Decía en ella: “Dado el agobio de lo real, ¿qué espacio de libertad se puede crear?”. Hoy, dado el agobio generalizado, ¿qué se respondería a usted mismo?

Los espacios de libertad son siempre condicionales o condicionados, y quizá la palabra libertad hoy suene absurda o esté pisoteada. Cuando pienso en la experiencia de libertad lo relaciono con cierta imagen de apartarse, de refugiarse, de cuidarse de ciertos hechos horrorosos que el mundo viene provocando en las vidas; pero no lo hago en términos individuales, auto-referenciales, solo para quienes pueden ejercer una práctica libertaria personal. En educación esta palabra, como también igualdad o solidaridad, no puede ser sino una idea colectiva, y se refiere a la posibilidad de encontrar en las instituciones esos espacios liberados del trabajo y del peso que supone ser adulto en este mundo. En términos más acotados me parece que se puede oponer esa imagen de experiencia de libertad con la exigencia de rendimiento. Una actividad, que en sus orígenes es ofrecida como experiencia de libertad común y enseguida pasa a tener un aire a exigencia de rendimiento, pierde su sentido de presente y de trascendencia.

¿Cree que en estas semanas se ha revalorizado la relación entre maestros y alumnado o que puede afianzarse la idea de que la educación es posible sin docentes?

Había leído tiempo atrás que en cierta literatura especializada ya se anunciaba la educación sin educadores, y me resultaba curiosa la idea, por no decir absurda. La vida en general, no solo la vida escolar, sería impensable sin maestros, sin aquellos con quienes hacernos preguntas, sin aquellos con quienes pensar en voz alta, sin poder escuchar la narración de lo ancestral y no solo de las novedades, sin tener otras referencias adultas fuera de los padres, sin reunirse alrededor de lo público, sin aprender los modos artesanales en que se construyen los saberes, sin ser cuidados y sin la experiencia de la igualdad. Esto define no solo la necesidad de una figura sino también la necesidad de un espacio como las escuelas. Ahora bien: en esta contingencia los educadores están agotados, están trabajando mucho más que antes, deben preparar incluso lo que no puede prepararse de antemano, sin olvidar que en este lado del mundo las condiciones de esa labor siguen siendo precarias, tanto material como simbólicamente.

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes

¿Cuál puede ser el papel de maestras y maestros estos días?

Los partidarios del vínculo unívoco y absoluto entre educación y nuevas tecnologías, como única forma válida de transmisión en el reinado de las sociedades del aprendizaje, están de parabién.

Las escuelas, los colegios y las universidades están vaciadas –y llenas de fantasmas– en sus espacios pero no en sus dictados: todo se hace a distancia, como era de prever, sin olvidar que antes de la cuarentena buena parte de los sistemas educativos tendían a ello o deseaban hacerlo de una buena vez. La tecno-educación ya había invadido las aulas en buena parte de las prácticas y el mercado había apostado decididamente por la creación de una posibilidad cierta de hacer de las instituciones de formación salas virtuales, salvo bellas y contadas excepciones.

Cuánto de lo humano ya era en sí tecnología es algo que puede y debe discutirse, pero la invasión en estos tiempos críticos de recursos, formas, estrategias, diseños, herramientas, buenas prácticas, todos ellos afiliados a la idea de virtualidad es una preocupación que me resulta insoslayable. ¿Qué queda del educador que toma la palabra y la democratiza a través de los sinuosos caminos de las miradas y las palabras de los estudiantes? ¿Qué queda de las formas conjuntas de hacer arte y artesanía, de tocar la tierra, de jugar, bajo la forma tiránica de la pantalla siempre-encendida?

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes, de replicar horarios y rutinas. Como si pudiéramos reconcentrarnos en un mundo que está en aislamiento y olvidarnos de lo que nos angustia y conmueve. Así vistas las cosas, así condensadas, es factible que la imagen del educador quede completamente desdibujada, sea una suerte de parodia de sí misma, o bien ofrezca a algunos desapasionados por la formación la salida tan buscada a su propio hartazgo. Hay una confusión, deliberada o no, de medios y metas, de lo cerrado y lo abierto, del ejercicio y su posible trascendencia, de la tarea y del arte, del aprender por medio de, a aprender con alguien qué, de la conectividad y del contacto.
Hoy, ahora mismo, si hubiera una potencia en el educador ella es la del cuidado, la compañía, la conversación a propósito del mundo y de la vida, y la hospitalidad. No se trata de contenidos sino de continentes, no es una cuestión de formato sino de urgente presencia. Y no es un problema de estar-ocupados sino de estar-juntos.

Han quedado al descubierto las enormes diferencias en las condiciones de acceso a la educación de la infancia… ¿cree que aumentará la preocupación de los gobiernos una vez que termine el confinamiento?

Casi toda la infancia ha sido ahora dividida entre quienes acceden a internet desde sus casas y quienes no lo hacen y, de aquí, ya se ha vislumbrado una relación con el aprendizaje porvenir. Los gobiernos tienen y tendrán por delante una difícil tarea que es la reconstrucción desde las cenizas. Sin olvidar que los sistemas públicos de salud, de educación, de cultura, ya estaban comprometidos o desahuciados en buena parte del mundo, en estas latitudes habrá una niñez literalmente mucho más empobrecida que antes y habrá que imaginar y reinventar políticas de urgencia.

¿Qué habremos de aprender para salir de esta crisis con sociedades más fortalecidas?

Soy algo escéptico al respecto, porque podría ser que el sistema económico actual se haya visto herido en esta pandemia, y acelere sus procesos de desigualdad para compensar las pérdidas. También es cierto que se escucha por todas partes la idea de que estamos frente a una oportunidad. Que todo esto, cuando acabe, si es que acaba, nos hará mejores. Puede ser, ojalá, incluso me gustaría contribuir y participar en ello. Pero en este momento uno debería ser mucho más cauto o evitar, al menos, ser negligente: hay gente que se ha muerto y otra que se morirá, sobre todo ancianos, y no parece que morirse sea una oportunidad. En todo caso espero que la experiencia de pérdida de confort y seguridad, que la experiencia del hilo tenue que separa la vida de la muerte, que la experiencia de tantas y tantos que han hecho de este tiempo doloroso un tiempo de solidaridad, generosidad y responsabilidad, se imponga por sobre la mezquindad deshumanizante del mercado.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/11/un-mundo-en-estado-de-excepcion-no-puede-pedirle-a-la-educacion-normalidad/

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