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Así son las nuevas reglas con las que Alemania y Austria han reanudado las clases

Europa/Alemania/Austria/07 Mayo 2020/lavanguardia.com

Los centros educativos reabren sólo para algunos cursos

Alemania Austria enviaron este lunes de vuelta a la escuela a miles de niños y adolescentes –es decir, no a toda la población escolar–, dentro de sus respectivos planes de levantamiento gradual de restricciones a la vida pública que se decretaron contra el coronavirus . Aunque en Alemania en las dos últimas semanas habían regresado ya a los pupitres algunos estudiantes de niveles concretos y han comenzado los exámenes del Abitur (la Selectividad alemana), el día oficial de vuelta a la enseñanza presencial pactado por el Gobierno federal y los 16 länder (estados federados) que componen el país era ayer, 4 de mayo.

El modelo de reapertura de centros escolares en Alemania Austria presenta considerables similitudes: han vuelto al cole sólo algunos cursos (mayormente alumnos de instituto), casi sólo para asignaturas troncales, siempre en grupos reducidos, y con estrictas reglas de higiene distancia interpersonal.

Alumnos de cursos decisivos

Hay turnos, en grupos pequeños, se marcan distancias, y se dan sólo materias troncales

El resto de escolares deberá esperar a que la canciller, Angela Merkel, y los presidentes de los länder tomen nuevas decisiones este miércoles en una reunión por vía telemática. Las competencias en Educación son de los länder, y la mayoría de sus responsables querrían que, antes del verano, todos los niños vayan al colegio al menos un día a la semana.

Pero nadie osa pronosticar cuándo se volverá a una normalidad escolar como la de antes del virus, ni siquiera escrutando el horizonte del curso 2020-2021.

Por lo pronto, de cuanto se puso en marcha ayer hay un asunto que mueve a la perplejidad. Tanto en Alemania como en Austria es obligatorio llevar mascarilla en el transporte público y dentro de las tiendas, pero no se ha decretado ese mismo mandato para los escolares dentro de la clase. En Austria, como particularidad, sí es obligatorio llevar mascarilla fuera del aula, en los pasillos del colegio y en el patio.

Un alumno de 10.º  curso (equivalente a 4º de la ESO) limpia su escritorio antes de hacer un examen, en Ettlingen, Alemania
Un alumno de 10.º curso (equivalente a 4º de la ESO) limpia su escritorio antes de hacer un examen, en Ettlingen, Alemania (Getty)

“Al llegar esta mañana todos nos hemos lavado las manos al entrar, y había también desinfectante; los grupos son ahora de 15 alumnos en vez de 30, está todo colocado para que nos sentemos guardando distancias, y en las pausas no se puede salir del aula”, explica Julia Burow, de 17 años, estudiante del instituto Marie Curie de Berlín, a la salida de su primer y breve día de regreso físico a este centro de secundaria del barrio de Wilmersdorf. Vuelve a tener lecciones mañana, porque el martes le toca ir a la otra mitad de la clase. Burow y una compañera de su misma edad, Annika Dittrich, cursan 11.º (el equivalente de 1º de bachillerato en España), uno de los niveles que retomaron clase de nuevo tras siete semanas de cierre, en las que imperó la enseñanza digital.

En Alemania, con una población escolar de 11 millones (el país tiene 83 millones de habitantes), se ha optado por priorizar el regreso escalonado según determinadas casuísticas. Así, volvieron alumnos de fin de ciclo, como los del último curso de primaria, que en Berlín y Brandemburgo es 6.º (como en el sistema español), y en los demás länder es 4.º, si bien no todos los länder decidieron enviar ya a clase ayer a estos escolares de 10 años. También regresaron los alumnos de fin de etapa de escuelas profesionales. Y volvieron también los estudiantes que tienen que hacer el Abitur (Selectividad) en el próximo año académico.

Debate a la vista

La mascarilla no es obligatoria en el aula, pero hay maestros que la llevan y la aconsejan

Ese es precisamente el caso de Annika y Julia. “Me preocupa un poco el desarrollo escolar posterior –admite Annika–. Estas semanas de homeschooling digital no han sido perfectas; a veces falla la conexión, o no tienes el aparato necesario, y en general no es lo mismo que tener al profesor delante. El próximo curso nos toca hacer el Abitur; es importante, nos jugamos mucho”. En el regreso, no se imparten todas las asignaturas, sólo las troncales y las optativas de peso. El resto de materias seguirá en el entorno digital.

“En el reencuentro con mis alumnos de biología de 11.º he visto que algunos tenían mucha necesidad de hablar del coronavirus, otros menos o nada; algunos dijeron que estudiaban bien solos en casa, otros que preferían estar en la escuela”, resume Gerhard Storbeck, profesor de biología y alemán en el instituto Marie Curie. Según Storbeck, en esta fase la escuela debe servir también para “intercambiar experiencias, pues hay alumnos que conocen a alguien que tiene coronavirus, pero para otros es algo muy abstracto, no conocen a nadie que lo tenga”.

Una maestra usa gel desinfectante antes de entrar en una escuela de primaria en Dortmund, este de Alemania
Una maestra usa gel desinfectante antes de entrar en una escuela de primaria en Dortmund, este de Alemania (INA FASSBENDER / AFP)

¿Implicará esto un acelerón de madurez para los adolescentes?

“También, seguramente –sopesa el profesor Storbeck–. Pero por supuesto todos preferiríamos que no fuera por el motivo que es”.

La dinámica de las clases es distinta, más distante, cada uno en su sitio, sin tareas de grupo. Gerhard Storbeck, como muchos otros profesores, se pone mascarilla en clase aunque no sea obligatorio, y se la recomienda a sus alumnos. “Estamos demasiado cerca unos de otros”, alerta. De hecho, la Asociación Alemana de Profesores (DL) considera que la mascarilla debería ser obligatoria en los pasillos, en el patio, y en la parada del autobús escolar.

Cada land dicta sus normas de higiene. Las autoridades de Berlín enviaron a todos los centros escolares varias indicaciones. Así, los picaportes de puertas y ventanas, las barandillas y en general los elementos que se tocan con más frecuencia deben ser limpiados más de una vez al día. Hay que ventilar las aulas a menudo. Los alumnos deben lavarse las manos varias veces, aunque del grifo mane sólo agua fría. También se distribuyeron miles de litros de desinfectante. Para reducir el riesgo de contagio, no hay deportes ni juegos, ni cantos en coro.

Dado el alambicado sistema educativo alemán, resulta imposible dilucidar el número de niños y adolescentes que volvieron ayer a clase. La Oficina Federal de Estadística (Destatis) estima que hay 1,1 millones de alumnos de instituto, pero ayer no regresaron todos los cursos de secundaria, y sí lo hicieron algunos de primaria. En Austria, con una población escolar de 1,1 mi­llones sobre un total de 8,8 millones de habitantes, regresaron a clase 100.000 estudiantes de Matura (la selectividad austriaca) y de fin de ciclo de escuelas profesionales.

Reunión Merkel-länder

Las autoridades aspiran a que antes del verano todos los niños vayan un día por semana a clase

Fuente: https://www.lavanguardia.com/politica/20200507/481010197731/billy-el-nino.html

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Las autoridades educativas en tiempos del coronavirus.

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

El 21 de abril de 2020, Esteban Moctezuma hizo la presentación de las herramientas digitales que los docentes en México podrán usar durante el trabajo a distancia debido a la contingencia sanitaria. Aunque la oferta fue muy buena, como lo denotaba el optimismo del Secretario, para ese entonces, había pasado casi un mes de haberse indicado el cierre de escuelas, no obstante que desde cuando menos un par de meses antes estaba latente la posibilidad de cancelar las clases. Los maestros no esperaron a las autoridades y ya llevaban mucho camino recorrido: desde los que se atrevieron a aprender por su cuenta la implementación de video conferencias o la grabación de clases, hasta los que idearon formas creativas para diseñar y hacer llegar los materiales impresos a sus estudiantes. No faltó tampoco un reclamo de buena parte del magisterio en torno a la utilidad de los recursos presentados, dadas las condiciones de su entorno escolar. La oferta, aunque pertinente para algunos contextos, fue tardía. La autoridad llegó tarde a la cita, los maestros ya tenían tiempo ahí, resolviendo el problema, como en muchas ocasiones sucede, por sus propios medios.

Con ejemplos como el anterior, en términos generales se percibe un alejamiento de las autoridades educativas (mandos medios y superiores gubernamentales) y escolares (directivos, asesores técnico pedagógicos y supervisores) con respecto a la realidad del entorno educativo que les toca dirigir. Aunque en este escrito se refiere a tales figuras de manera generalizada, no se debe dejar de resaltar que existen quienes ejercen su labor con la mayor eficacia y pertinencia, teniendo claro que el valor de su función radica principalmente en que “contribuyen [o deberían contribuir] a la solución de los problemas y las dificultades con las que tropieza la enseñanza y favorecen a la superación continua de maestros y alumnos” (INEE, 2018, p. 36), teniendo presente que su liderazgo pedagógico es fundamental en el logro de los aprendizajes de los estudiantes.

Aunque pudiera parecer un detalle mínimo y que podría solucionarse simplemente presionando el botón de apagado, esta semana la programación televisiva de la estrategia “Aprende en casa” incluyó trabajo académico en pleno Día del Niño. ¿A quién se le ocurre esto? ¿Qué refleja tal acción? Solamente a alguien que, desde su escritorio y sin alguna vez haber pisado un plantel educativo, se olvidó de la máxima conmemoración en las escuelas mexicanas. El Día del Niño es una jornada de fiesta en las instituciones de educación inicial, preescolar y primarias del país, no hay trabajo académico y lo único que importa es reconocer a los niños y hacerles pasar un festejo inolvidable. Ese día hasta los niños que nunca asisten mágicamente reaparecen en la escuela. Desde arriba, no se alcanzó a ver eso. Mientras miles de maestros se esforzaron por hacer llegar a sus alumnos imágenes, videos y cientos de ocurrencias para felicitarlos en su día, la atención de la autoridad educativa se enfocó en aspectos para ella más importante.

No es de ningún modo desconocido que “prevalece en el sistema educativo un modelo de administración excesivamente burocrático” (INEE, 2018, p. 30). La responsabilidad de este problema recae sobre todo en las autoridades escolares y educativas, quienes hacen fluir en cascada la carga burocrática, hasta caer en los docentes. Pareciera que la pandemia y el cierre de escuelas ha provocado una ebullición de oficios, documentos y formularios que llenar por parte de las autoridades y haber borrado los límites de los horarios laborales. Además de las tareas estrictamente necesarias y habituales como las de acreditación de los alumnos, han florecido nuevas como las relacionadas con el registro de comunicación con los padres de familia y una infinidad de tablas y formatos de temas muy variados, las cuales se solicitan, por si fuera poco, de manera descoordinada entre las autoridades.  Ese afán de asentar todo en papeles que en muchas ocasiones no cobran vida y así hacerse visible en el escenario educativo, más que contribuir a la organización del trabajo, distrae a todos los actores educativos de su tarea esencial, es decir, contribuir al aprendizaje de los alumnos.

Así pues, el cierre de escuelas ha puesto de manifiesto que, en muchos casos, los docentes y las autoridades viven dos mundos educativos diferentes. Con la necesidad de practicar la educación a distancia, fue grato observar numerosas experiencias de propuestas innovadoras por parte de docentes para dar continuidad al trabajo escolar; sería interesante conocer en cuántos de esos casos tuvo influencia la figura de las autoridades escolares y educativas. Privilegiar el cumplimiento de tareas administrativas desde las funciones de las autoridades educativas y escolares es una muestra de lo mal enfocada que está su tarea. Al igual que otras fallas de la escuela mexicana que han sido exhibidas por la contingencia sanitaria, la pandemia ha puesto en evidencia la descoordinación, la burocratización y, lo más lamentable, el alejamiento de la realidad escolar, que manifiestan muchos de los que ocupan los cargos de autoridad en el sistema educativo.

Fuente: https://proferogelio.blogspot.com/2020/04/las-autoridades-educativas-en-tiempos.html

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Colombia: En Yopal, niños del campo tomarán clases por radio

América del sur/Colombia/07 Mayo 2020/semana.com

Más de 9.000 estudiantes de la zona rural y por lo menos 26.000 del casco urbano recibirán clases a través de una emisora comunitaria de la capital casanareña. Con esta metodología el gobierno municipal busca cerrar la brecha de aprendizaje en épocas de pandemia.

El 28 de octubre de 2004 fue la última vez que en Colombia se emitió el programa de bachillerato por radio, el cual se transmitía inicialmente por Radio Sutatenza y luego a través de Radio Nacional de Colombia. Una metodología que se implementó desde 1948 y que durante más de medio siglo llevó educación a los hogares colombianos.

En Yopal, la capital del Casanare, a pesar de que durante por lo menos 30 años se gozó de la bonanza petrolera —de la cual ahora solo se perciben algunos rezagos de regalías— no se fortaleció el sistema educativo para el campo y la internet tiene tímidos asomos en zonas rurales, lo que no da abasto con los más de 9.000 estudiantes que asisten a esas escuelas. 

Entrado en rigor el decreto presidencial que ordena el aislamiento preventivo obligatorio en todo el territorio nacional y que cobija a las escuelas, colegios y universidades, la administración municipal de Yopal optó por volver a la educación por radio para acompañar el proceso pedagógico de los menos favorecidos. La estrategia empezará este miércoles 6 de mayo.

Según indica el alcalde de Yopal, Luis Eduardo Castro, “esta estrategia la estamos aplicando para el caso de los establecimientos educativos del sector rural, donde es precaria o nula la conectividad a internet, pero además les allegamos a los estudiantes material didáctico elaborado por los profesores durante las semanas de desarrollo institucional”.

Foto: Leo Rodríguez – Yopal

Para Antonio David Sáenz, trabajador social de la Universidad Bolivariana, “las medidas de confinamiento de la covid-19 ponen al desnudo las brechas de desigualdad social que existen en Colombia; de hecho, las aumentan. Pues no solo se trata de que los estudiantes puedan acceder a información a través de la internet, sino también de entender la afectación que provoca esta crisis al contexto familiar, social y económico de los colombianos, que hace que el ambiente formativo sea o no el más adecuado para el aprendizaje”.

Yesid Jiménez Silva, secretario de Educación de Yopal, añade que “esta estrategia se diferencia del ‘bachillerato por radio’ antiguo, en que los educandos tendrán guías para desarrollar en casa, las cuales llegan por medio de los profesores, quienes recorren horas para llegar hasta las zonas más apartadas”.

Por otra parte, el alcalde Luis Eduardo Castro también aseguró que la administración continúa entregando las ayudas alimentarias a los niños. “A todos los estudiantes les estamos cumpliendo con el Plan de Alimentación Escolar, PAE, el cual consta de un paquete nutricional para 20 días”, aseguró Castro.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/a-la-antigua-en-yopal-ninos-del-campo-tomaran-clases-por-radio/668886

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El Sistema educativo debe aplicar ‘nuevo espíritu’ de enseñanza: Dussel

América/México/06/05/2020/Autor y fuente: aristeguinoticias.com

El sistema educativo debe ser reformado para instaurar una «nueva escuela mexicana» que privilegie la creatividad y el pensamiento crítico entre jóvenes, niñas y niños, sostuvo el filósofo Enrique Dussel. El también académico urgió a las autoridades a llevar a cabo un «cambio radical» en las escuelas con el fin de formar una «nueva juventud» preparada para una nueva realidad tras la pandemia de Covid-19.

 

Fuente: https://m.aristeguinoticias.com/0205/mexico/sistema-educativo-debe-aplicar-nuevo-espiritu-de-ensenanza-dussel-resumen/

Imagen:  https://pixabay.com/photos/artistic-bright-color-colored-2063/

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La digitalización de la vida y sus impactos en el sistema educativo

Si sólo el trabajo del humano crea valor ¿cómo es la apropiación de ese valor que se genera en el espacio virtual? ¿Quiénes son los dueños de estas plataformas, con quiénes deben discutir los trabajadores? ¿Nos pone este escenario ante un complejo y competitivo espacio laboral que será aún más selectivo? ¿El conocimiento está a disposición de todos? ¿qué criterios usamos para el procesamiento de ese conocimiento?

Las plataformas comunicativas y de aprendizaje, el home office y la mediación virtual a partir de aplicaciones, atraviesan la vida diaria de los miembros del planeta, que hoy están viviendo el Covid-19 como un momento bisagra y de transformación en el desarrollo económico, social y político del mundo entero, del cual los trabajadores de la educación son parte.

Según la Cámara de Internet Argentina se registró un aumento del 29% del uso de internet durante la primera semana de aislamiento social preventivo y obligatorio en Argentina cuando los edificios educativos dejaron de funcionar, mientras que a la última semana del mes de abril las herramientas de videollamadas y conferencias han llegado a aumentar un 1.500 %.

Al parecer, el crack sanitario global es un catalizador que obliga a la humanidad a ensayar un nuevo orden de las cosas: un “nuevo orden mundial” se construye y se disputa. El aislamiento y confinamiento obligatorio fue determinado por los gobiernos en casi la totalidad de los países. Los ciudadanos globalizados se constituyen como objeto de esa prueba.

Los estados-nación, aunque algunos tienen más reflejos que otros, no responden con la misma inmediatez con la que el fenómeno se expande. Como jugadores o jugadoras que esperaban en el banco de suplentes, las plataformas y apps salen al campo de juego en la vida global, condicionando y determinando los vínculos sociales.

El coronavirus, según Aram Aharonian, es la primera gran pandemia del capitalismo, que desnuda la crisis de un sistema económico-social tal y como lo conocíamos. La digitalización de la economía, y su correlato en la disputa mundial por el control de la tecnología del 5G y el desarrollo de inteligencia Artificial, forman parte de los objetivos que orientan la lucha intercapitalista.

Quien triunfe en ese conflicto logrará dominar los tiempos productivos dentro de las nuevas relaciones sociales emergentes.

En otras palabras, la batalla intercapitalista principal es la que refiere al acortamiento de los tiempos sociales de producción, para la obtención de un mayor margen de riqueza y de extracción de plusvalía al conjunto de las clases subalternas. Con la llegada del Covid-19 al mundo, se intensificó dicha lucha.

Visualizamos la consolidación de nuevas formas de trabajo, en apariencia simpáticas y de “plena libertad”. Rappi, Glovo, Uber, Pedidos Ya (entre otras) son plataformas que generan nuevas relaciones laborales en donde ya no media el vínculo humano sino la virtualidad.

Se oculta la relación contractual y, sobre todo a quienes tienen el poder de expropiar lo que allí se genera. ¿A quién responden los trabajadores? ¿Con quiénes negocian?. Estos cambios en las relaciones de trabajo no significan otra cosa que mayor explotación y precarización.

Se observa entonces que la realidad se bifurca en dos planos integrados: una dimensión virtual, con una preponderancia cada vez mayor en la cotidianidad; y una dimensión territorial social, una realidad que se materializa en lo geográfico-local.

¿Una fuerza de trabajo prescindible?

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), al mes de abril, hay unos 826 millones de estudiantes en el mundo que no tienen acceso a un ordenador en sus hogares, y unos 706 millones de alumnos que, además, no tienen internet en sus casas.

Las cifras de la Unesco dan cuenta de que más de 1.500 millones de estudiantes han sido afectados por la pandemia, a partir del cierre de centros educativos en 191 países. La clausura temporal de colegios ya afecta alrededor de 90% de la población estudiantil de todo el mundo.

La directora de la Unesco, Audrey Azoulay, dijo en una entrevista que “Estamos entrando en un territorio inexplorado y trabajando con los países para encontrar soluciones de alta tecnología, baja tecnología y sin tecnología para asegurar la continuidad del aprendizaje”.

La pandemia nos empujó a reacomodar en menos de dos meses las estructuras educativas. Sin más, nos dispusimos a construir nuevas formas, a través de la virtualidad. Así vemos como en China están desarrollando la mayor experiencia de enseñanza virtual, donde más 200 millones de estudiantes toman clases por esta vía a partir del uso de internet y redes sociales.

Ejemplo de la confluencia en las redes de la educación es España, uno de los países más afectados por la pandemia, donde el número de conexiones a la plataforma de la Consejería de Educación (EducaMadrid) pasó de las 650.000 ingresos a 1,1 millones en una semana.

El incremento de páginas en la mediateca superó también el millón. En Argentina, el Ministerio de Educación, Educar S.A. y Contenidos Públicos S.A. crearon el portal seguimoeducando.com.ar y, a través del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y las compañías de telefonía han garantizado que será sin costo la navegación por esta plataforma digital.

El sector de trabajadores, profesionales en general y de la educación en particular, creía en su condición imprescindible, en su exclusividad como fuerza de trabajo intelectual y, como dice el experto Luis Bonilla-Molina, estas discusiones sobre las transformaciones estructurales del sistema aparecían “como de ciencia ficción”.

Sin embargo, la pandemia Covid-19 nos muestra que el mundo ya no considera imprescindible la presencia física de los docentes en un aula para que los niños, niñas, jóvenes y adultos se formen o eduquen.

El desarrollo económico del sistema, el desdibujamiento de los estados-nación y la construcción de nuevos territorios globales -locales–virtuales, ha tenido como esperable consecuencia la puesta en jaque del sistema educativo formal, como generador de conocimientos estratégicos y como parte de la superestructura que construye el sentido común de la sociedad.

Por ello, en las plataformas educativas, o educación en línea, el docente se presenta como facilitador más que un formador. Emite el contenido sólo una vez y su reproducción, de forma constante y por un período bastante indefinido, se encuentra disponible en la red. Las ventajas pueden ser varias para los estudiantes devenidos en usuario-clientes que “siempre” pueden acceder a dicho contenido, pero no así para el trabajador-formador.

Aparecen aquí una serie de debates necesarios. La virtualidad es herramienta de la globalidad, pero como tal, está en disputa. El presente contexto de aislamiento, pone sobre los hombros de los trabajadores la responsabilidad de tener, por un lado los conocimientos para trabajar en la virtualidad y por otro, los medios para realizarlo (computadoras, conectividad, etc).

Entonces, cabe preguntarse, si esta nueva forma de educación y trabajo avanza ¿qué pasará con aquellos que no posean ni los conocimientos ni los medios? Un dilema, a resolver, para este nuevo momento de la economía y la sociedad mundial. Preguntas que ameritan seguir profundizando en la búsqueda de respuestas…

La urgente redefinición de la tarea docente frente a las plataformas y apps educativas, requiere pensar y tener capacidad de respuestas colectivas y conectadas, propuestas que contengan la realidad virtual y la realidad territorial local organizada.

No es menor, entonces, el valor que adquiere la dimensión educativa en lo que algunos autores definen como fase digital del capitalismo (datacapitalismo), donde las mercancías principales empiezan a ser, por su naturaleza, “bienes intangibles y no restrictivos”, es decir la información y el conocimiento.

¿Cuáles van a ser las condiciones laborales?, ¿cómo desempeñar la tarea en un momento de nueva explotación?. ¿Las plataformas se configuran como nuevos directivos y organizadores de la educación?. ¿Quién produce y quién se apropia de los contenidos, datos e información vertidas en ellas?

Si sólo el trabajo del humano crea valor ¿cómo es la apropiación de ese valor que se genera en el espacio virtual? ¿Quiénes son los dueños de estas plataformas, con quiénes deben discutir los trabajadores? ¿Nos pone este escenario ante un complejo y competitivo espacio laboral que será aún más selectivo? ¿El conocimiento está a disposición de todos? ¿qué criterios usamos para el procesamiento de ese conocimiento?

Los interrogantes nos obligan a transformarnos, a ser creativos ante nuevas formas que están dejando obsoletos a los esquemas organizativos tradicionales de los sistemas educativos. En ese escenario, las y los trabajadores de la educación y las y los estudiantes, como parte de las clases subalternas, deben poner al descubierto los intereses en disputa.

Deben agudizar nuestra destreza, profundizar la organización educativa en forma colectiva y en red, con proyección local, regional y global.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/la-digitalizacion-de-la-vida-y-sus-impactos-en-el-sistema-educativo/

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¿Por qué se pide el aprobado general?

Por: Jaume Carbonell

Hay razones pedagógicas y de equidad que justifican la aplicación de esta medida excepcional en una situación igualmente excepcional.

El aprobado general suscita bastante consenso en la educación obligatoria, aunque se hable de promoción automática de curso o de no suspender a nadie -que viene a ser lo mismo- y bastante oposición en el bachillerato, la selectividad y la enseñanza universitaria. Los posicionamientos son lógicamente distintos en función de la visión educativa que se tenga y del menor o mayor compromiso para transformarla. Se echa en falta, no obstante, un debate en profundidad sobre el sentido y la trascendencia de esta medida. Abundan más las meras declaraciones que las argumentaciones, y algunas de estas son de escasa consistencia. Veamos un par de ejemplos recientes, en boca de dos destacadas autoridades educativas.

La primera afirma que eso del aprobado general es algo antiguo y obsoleto y que lo que toca es hablar de evaluación continua. Ambas opciones no son necesariamente antagónicas sino que pueden ser complementarias, pero conviene recordar que, al menos en España, la evaluación continua la introduce el franquismo mediante la Ley General de Educación de 1970, mientras que el aprobado general se plantea y se logra parcialmente en el curso 1974-75, como resultado de las luchas del movimiento estudiantil y del profesorado no universitario para conseguir su estabilidad.

Bien es verdad que sobre la evaluación continua existen las más variadas versiones tradicionales, tecnocráticas y renovadoras, aunque también lo es que, sobre todo cuando el alumnado alcanza la enseñanza secundaria y la universitaria, salvo excepciones, se impone el examen puro y duro, y que la cantidad de trabajos individuales y grupales que se realizan -algunos ciertamente interesantes- adquieren un peso menor y/o están sujetos a la aprobación de las pruebas parciales y finales.

La segunda declaración, circunscrita a la universidad, se muestra muy crítica respecto a la posibilidad de aplicar un aprobado general a todos los estudiantes, porque sostiene que sería muy injusto para los que “se están esforzando mucho” por continuar adquiriendo conocimientos en esta situación. Quizás también sería justo considerar que habría que ser solidario con aquellos que a pesar de intentar esforzarse -¡cómo vamos a evaluar esto con precisión a distancia!- son incapaces de hacerlo debido a una serie de condicionamientos tecnológicos, emocionales y familiares. Pero, más allá de estas consideraciones éticas, conviene precisar dos cuestiones.

La primera es que el aprobado general no significa que todo el alumnado vaya a obtener esta misma calificación, pues habrá que tener en cuenta la que obtuvieron anteriormente durante el período presencial y, además, también podrán realizar una serie de trabajos para mejorar la nota final.

La segunda es que el aprobado general no significa que se da el curso por terminado, sino que se pueden y se deben planificar actividades no evaluables pero sumamente atractivas que pueden enganchar al alumnado -en absoluto banales y de mero entretenimiento-, que disciplinan su mente, promueven la cooperación y conectan con la realidad y con las experiencias que están viviendo. Actividades, en suma, que desarrollan contendidos altamente significativos y sustanciosos. Más adelante ilustraremos esta propuesta con algunos ejemplos.

El mensaje -y pienso que tanto estudiantes como familias lo pueden entender, pues durante este confinamiento están dando pruebas de gran madurez- es que todo esto que aprendan ahora les va a ser extraordinariamente útil para cuando regresen a las aulas en septiembre, durante lo que podría calificarse de trimestre puente o de transición entre los dos cursos. En síntesis, no se opta por una evaluación del aprendizaje actual sino por una evaluación para el aprendizaje de futuro. Y, esto, obviamente, supone un cambio radical respecto a la educación convencional, en la teoría y en la práctica.

La reivindicación del aprobado general conlleva, por tanto, una actitud de protesta y de impugnación del sistema educativo actual. Este es el propósito que nos movió a cuatro colegas a publicar hace un par de semanas en estas mismas páginas el “Manifiesto por otra educación en tiempos de crisis. 25 propuestas”, en el que, entre otros puntos, se destaca la obsesión burocrática por las notas, las calificaciones y los resultados y no por la permanencia de los aprendizajes que sirven para una vida digna. En esta línea quisiera enfatizar dos de las razones que nos llevan a considerar esta medida de la promoción automática o del aprobado general –tanto monta- aplicable a todas las etapas educativas, con algunas excepciones relativas a las pruebas específicas de acceso a la universidad o a la realización de algún tipo de prácticas que tendrán que hacerse más adelante. La primera razón tiene que ver con la equidad y la segunda con el modelo pedagógico.

A nadie se le escapa, y se ha argumentado de mil maneras, que las desigualdades sociales y educativas se acrecientan en situaciones difíciles, excepcionales y prolongadas como la del actual confinamiento, hasta que no sea posible el retorno a las aulas. Tiene que ver con la brecha digital: con la dificultad de disponer de las herramientas tecnológicas, de conexión suficiente, de saberlas usar adecuadamente, de tenerlas que compartir con otras personas,.. Pero con ser esto relevante hay otros aspectos tanto o más determinantes como son las condiciones de habitabilidad, el clima familiar debido a incertidumbres y problemas económicos, laborales o de salud que padecen y al capital cultural de los padres y madres a la hora de apoyarles en la realización de cualquier tarea, orientarles en una lectura o un visionado o ayudarles a comprender la situación que están viviendo. Precisamente el alumnado con más dificultades es el que más necesita la escuela presencial, porque es allí donde encuentra la atención para poder progresar a partir sus necesidades específicas Y si el temario sigue, como si nada hubiera ocurrido, con inflación de deberes, aún se descuelga más. Vaya, que en estos casos es cuando la hipotética enseñanza online menos sirve para sustituir la escuela. Puesto que no se dan las mismas condiciones entre el alumnado no nos parece adecuado, ni por razones éticas ni pedagógicas, hacer ningún tipo de evaluación al uso, salvo que sea para mejorar la nota.

Respecto a las razones pedagógicas, en esta misma publicación se han dado a conocer, durante este periodo excepcional, materiales y experiencias de carácter renovador muy creativas y rigurosas que ponen en el centro el valor del proceso de enseñanza para desarrollar las diversas dimensiones de la inteligencia y para observar, conocer e interpretar mejor la realidad más próxima y lejana. En ellas también se trabaja, atendiendo a las distintas etapas evolutivas, la autonomía, el pensamiento concreto y abstracto, la colaboración y una serie de valores como la solidaridad, la ayuda mutua, el respeto y la justicia social. Los tres ejemplos que cuento a continuación quizás pueden ayudar a comprender mejor esta nueva -o no tan nueva- pedagogía que promueve una educación con sentido.

El primero es el proyecto “Investiguemos en casa”, promovido por el Foro Otra Escuela-Red IRES de Sevilla, con la participación de profesorado de universidad y de primaria, y estudiantes de prácticas de Magisterio para diseñar y experimentar secuencias de actividades investigativas, conjuntamente con alumnos y familias. Se trabajan centros de interés relacionados con los aparatos técnicos de la casa, el cocinado y la conservación de alimentos, las instalaciones de agua, luz y gas, el arte en la casa, las edades de las personas, las macetas y los animales domésticos, los tipos de viviendas, los virus humanos, la economía de la familia en momentos del coronavirus, por qué estamos encerrados,…

El segundo se inscribe en la filosofía de los proyectos de trabajo donde se indaga en torno a esta pandemia integrando la saberes de distintas disciplinas: salud, ciencia, historia, geografía, economía, matemáticas, lenguaje,… Así, se van compartiendo distintas preguntas e interrogantes sobre lo que se quiere conocer, se bucea en relatos y novelas históricas que cuentan otras epidemias, se consulta en un atlas los países donde se originó el coronavirus y los más afectados, se manejan datos sobre su evolución, se comentan algunas noticias de prensa, se localizan músicas y poesías, se toman fotografías y se filma el nuevo aspecto de la ciudad o del campo, se recogen voces de los diversos protagonistas implicados, se barajan soluciones para afrontar la pandemia, se piensa en el futuro tras el confinamiento: ¿en qué cambiará la sociedad y nuestras vidas cuando regresemos a las aulas? La conversación se va enriqueciendo con nuevas preguntas, hipótesis y conversaciones. Y, al final, se construye un relato conjunto.

El tercero, nace de la iniciativa “ApSdesdecasa”, una invitación a realizar proyectos de Aprendizaje Servicio -que alterna la formación con el servicio a la comunidad- durante la situación de crisis provocada por el Covid-19. Se confeccionan mascarillas, se escriben cartas y se hacen dibujos para el personal sanitario, se leen textos a la gente mayor por vídeo o teléfono, se organizan actividades musicales y lúdicas entre balcones,… Se trata de cultivar valores como el de la solidaridad, la responsabilidad y la ayuda mutua con el fin de estrechar vínculos entre el vecindario y cohesionar la comunidad. Se brindan, así, infinitas posibilidades de enriquecer cotidianamente la educación para la ciudadanía.

Dejemos de evaluar nuevos temas impartidos durante el confinamiento, y pongamos toda nuestra energía en desarrollar un nuevo aprendizaje que a buen seguro va a fortalecer los estudios del alumnado de cualquier nivel educativo cuando regresen a las aulas. Esta obsesión por las pruebas y calificaciones ya la cuestionó hace siglo y medio Francisco Giner de los Ríos, un sabio liberal -que no neoliberal-, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, con estas palabras: “Que pasen los exámenes para que los alumnos puedan volver a aprender”.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2020/04/29/por-que-se-pide-el-aprobado-general/

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España: El Gobierno descarta la vuelta a las aulas antes de septiembre

Europa/España/03-05-2020/Autor(a) y Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Diario de la Educación

El presidente del Gobierno anuncia las fases de la desescalada del confinamiento referentes al sistema educativo. De momento, es seguro que el curso no se reanudará de manera presencial antes de septiembre. Los cursos finales de etapa (desde la ESO), de manera voluntaria y con reducción de ratio, podrán volver. Prin

Cuatro son las fases de las que ha hablado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, a la hora de llevar a cabo la desescalada: fase 0, 1, 2 y 3. La primera de ellas comenzará el próximo lunes 4 de mayo. Algunas comunidades autónomas, como las insulares, ya comenzarán en la fase 1.

En lo relativo a la educación, queda descartada la posibilidad de una vuelta a las aulas aunque sea dos semanas para finalizar el curso. Se seguirá trabajando de manera virtual en los próximos meses.

Ya en la fase 1, el gobierno tiene previsto que los centros educativos abran sus puertas para ser desinfectados. Además, se prepararán para poder acoger el trabajo administrativo y preparatorio habitual de los docentes a final de curso, así como del personal auxiliar. De igual manera ocurrirá con las universidades, que también abrirán sus laboratorios.

En la fase 2 podrán volver a las aulas las niñas y niños de 0-6 años de las familias que acrediten que sus miembros han de trabajar fuera del domicilio y sin posibilidad de flexibilización. Siempre con limitación del aforo en los centros, informan desde el Ministerio de Educación.

También será el turno para el alumnado de los cursos terminales: 4º de ESO, 2º de Bachillerato, 2º de FP de grado Medio y Superior y último año de Enseñanzas de régimen especial. Podrán acudir al centro, pero siempre con ratios bajas. En el caso de que los grupos tengan más de 15 personas, podrán acudir el 50% de chicas y chicos. La asistencia, confirman desde el Departamento, será «alterna o en semigrupos paralelos». La organización de esos grupos queda ahora en el tejado de los centros educativos.

El alumnado de primaria, en principio, solo volverá a las aulas a partir de septiembre. Eso sí, en esta segunda fase, podrán acudir niñas y niños que hayan estado desconectados durante el confinamiento, así como el que tenga especiales dificultades.

El objetivo de esta vuelta voluntaria a las aulas es el de organizar actividades de repaso para todo el alumnado que pueda y quiera acudir.

Los centros de educación especial también podrán abrir en esta fase y la asistencia de su alumnado tendrá carácter voluntario.

Para el resto del alumnado, informan desde el Gobierno, «los centros educativos prepararán programas de refuerzo educativo a desarrollar en el centro»

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/28/el-gobierno-descarta-la-vuelta-a-las-aulas-antes-de-septiembre/

 

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