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Ninguna escuela de EEUU puede rechazar a un estudiante por ser indocumentado: Conoce los derechos de los estudiantes

Estados Unidos/05 junio 2017/Fuente: Univisiòn

Todos los menores de edad tienen derecho a una educación. Incluso, negar o disuadir de estudiar a estudiantes indocumentados o hijos de padres indocumentados es ilegal. Tanto padres, educadores y estudiantes deben tener sus derechos y responsabilidades claras. Entérate de cuáles son.

Los niños van a la escuela a aprender, los maestros, a enseñar. Parece sencillo, pero esto a veces se pierde en medio del clima político actual, cargado de retórica antiinmigrante. Es importante que tanto padres, estudiantes y educadores tengan claro cuáles son los derechos de los estudiantes en las escuelas, sean estos inmigrantes o no.

Lo más importante es que todos los estudiantes, sin importar su estatus migratorio, tienen los mismos derechos cuando se trata de su educación y de las escuelas. Esto proviene de una decisión de la Corte Suprema de 1982, Plyler v. Doe, que dictaminó que los niños indocumentados o de padres indocumentados tienen el mismo derecho de asistir a las escuelas públicas que tienen los niños que son ciudadanos estadounidenses.

Todo esto además está respaldado por la clausula de Protección Equitativa ( Equal Protection clause, en inglés), parte de la 14va Enmienda de la Constitución, que dice que ningún estado puede negarle a una persona «la protección equitativa de la ley».

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Ahora, en Estados Unidos, los jóvenes no solo están obligados a asistir a la escuela hasta los 18 años. Además, las escuelas públicas no pueden:
  • Negarle la matrícula a un estudiante basándose en su situación legal y/o migratoria, ya sea a principios del curso o durante el año escolar.
  • Tratar a un estudiante en forma desigual al verificar la situación de migratoria solo de ciertos estudiantes.
  • Promover prácticas cuyo resultado es negar el derecho de acceso a los servicios escolares.
  • Requerir que un estudiante o sus padres revelen o documenten su situación migratoria.
  • Interrogar a estudiantes o padres con la intención de obligarlos a exponer y revelar su situación de indocumentados.
  • Exigir que los padres produzcan licencias de conducir u otros documentos de identificación.
  • Exigir que un estudiante obtenga un número de Seguro Social (SS) como requisito de admisión a la escuela.

Si un estudiante no tiene un número de SS, la escuela debe asignarle un número de identificación, según la Asociación de Investigación de Desarollo Intercultural, o IDRA, por sus siglas en inglés. Los adultos sin números de SS que necesitan almuerzo o desayuno gratis solo tienen que indicar que no tienen Seguro Social. Allí debe terminar la conversación.

Sin embargo, escuelas alrededor del país están publicando avisos en sus páginas web y otros sitios web escolares indicando que es necesario tener una tarjeta de SS o un certificado de nacimiento para registrar a los niños en la escuela. Aunque las escuelas pueden solicitar un certificado de nacimiento, no pueden prohibir que los estudiantes se matriculen si no tienen este documento. Esto sería una violación directa de Plyler v. Doe.

Los padres además deben saber que tanto ellos como sus hijos tienen derecho a la privacidad, es decir, el derecho a que no se comparta información de sus hijos, ya se migratoria o de otros temas. La Ley de Derechos Educativos y Privacidad Familiar le restringe a las escuelas compartir información con ICE, o la agencia de Inmigración y Control de Aduanas.

A los estudiantes indocumentados no se debe desalientar asistir.
A los estudiantes indocumentados no se debe desalientar asistir. iStock

¿Por qué EEUU tiene estas políticas de educación hacia los inmigrantes?

Lo que Plyler v. Doe dictaminó fue radical en su momento. La corte dictó que el estatuto de Texas contra el que se entabló la demanda «le impone una vida entera de dificultad y sufrimiento a una clase específica de niños que no son responsables por su estatus discapacitante. Estos niños no pueden ni afectar la conducta de sus padres ni su propio estatus indocumentado».

Además, continúa el texto de la decisión, «la educación pública tiene un rol crucial en mantener el tejido de la sociedad y en mantener nuestra herencia política y cultural. Privar de educación deja una marca negativa inestimable en el bienestar social, económico, intelectual y psicológico del individuo, e impone un obstaculo para la realización personal».

El personal de las escuelas – en especial el director y los que admiten a los estudiantes – deben ser conscientes de que no tienen la obligación legal de hacer que se cumplan las leyes de inmigración del país. Su labor es educar y apoyar a sus estudiantes para ayudarlos a aprender y triunfar como individuos y como miembros de la sociedad.

Fuente: http://www.univision.com/noticias/educacion-publica/ninguna-escuela-de-eeuu-puede-rechazar-a-un-estudiante-por-ser-indocumentado-conoce-los-derechos-de-los-estudiantes
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España: Expertos denuncian la «mediocridad» de la gestión del sistema educativo

España/05 de Junio de 2017/El Mundo

El trabajo denuncia que la selección de los altos cargos educativos no cumple con los requisitos de mérito y capacidad.

Advierte que la falta de calidad de la gobernanza corre pareja a la «mediocridad» de los resultados y apunta a una relación causal entre ambas.

La escuela y la universidad españolas sufren una situación de «estancamiento» y la capacidad de los gobiernos estatal y autonómicos para diseñar, formular e implementar políticas públicas educativas -lo que se conoce por el nombre de gobernanza- se encuentra sumida en una «notable y consistente mediocridad». A estas dos conclusiones ha llegado un estudio que, por primera vez, evalúa desde un punto de vista empírico el nivel de la acción de gobierno de un sistema educativo.

El trabajo La calidad de la gobernanza del sistema educativo español, que ayer presentó la Universidad Camilo José Cela de Madrid, denuncia, entre otras cosas, «la preocupante frecuencia con la que la selección de los altos cargos se ha producido por razones pseudopolíticas, sin que se cumplieran los requisitos imprescindibles de conocimiento y, en algunas ocasiones, de mérito y capacidad». Es una de las razones de que la nota media de la gobernanza educativa española sea sólo de 1,6 puntos en una escala del 0 al 4, una puntuación que describe «una deficiente o muy deficiente calidad».

La investigación está dirigida por el ex presidente del Consejo Escolar del Estado Francisco López Rupérez, que ha desempeñado distintos cargos de responsabilidad durante varios gobiernos del PP, tanto a nivel nacional como autonómico. Ha seguido la metodología Delphi, que consiste en sacar conclusiones tras preguntar con cuestionarios estandarizados a un grupo representativo de 21 expertos compuesto por ex altos cargos de la Administración de distinto signo político, académicos y directores de centros de enseñanza.

El diagnóstico al que llegan es preocupante. Predominan las notas de 0 y 1 y prácticamente nadie otorga calificaciones por encima del 2,5, lo que indica un juicio «predominantemente negativo».

«Mi sensación es que el sistema de gobernanza tiene cosas que están bien y muchos aspectos mejorables. Yo no soy nada catastrofista, pero hay áreas de debilidad», reconoce el rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana, uno de los expertos que participan en el estudio.

¿Qué es lo que falla exactamente? Desde gestores que no tienen una visión estratégica de la educación ni gestionan de una forma eficiente los recursos hasta regulaciones que no son apropiadas, pasando por políticos que no tienen en cuenta la evidencia científica a la hora de legislar o no cuentan con los miembros de la comunidad educativa. Hay un total de 88 indicadores de la calidad de gobernanza que aluden, casi siempre de forma negativa, al Estado y a las comunidades autónomas.

¿Por qué está ocurriendo todo esto? Según López Rupérez el estudio indica, «a modo de conjetura basada en la observación de lo que viene sucediendo con frecuencia en la Administración educativa, que el procedimiento de designación de los responsables de las políticas es uno de los factores que podrían estar en la base de la mediocridad».

Un código de conducta para los políticos

La primera recomendación del estudio es, de hecho, que se elabore un código de conducta inviolable en cuanto a los nombramientos de los altos cargos, que permita concretar la aplicación de los principios constitucionales de mérito y capacidad.

«La política de nombramientos deja mucho que desear. Da la impresión de que cuanto menos relación haya entre el candidato y el puesto, mejor», admite Xavier Gisbert, que fue director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación y embajador educativo de España en EEUU y Canadá durante la época de José Ignacio Wert.

Gisbert, uno de los 21 expertos que ha participado en el trabajo, da un «muy deficiente» al modelo de gobernanza de Wert, en la línea de lo que se reconoce en privado en las filas del PP. Añade que la Lomce «ha contribuido a la consolidación de 17 sistemas educativos diferentes y a una preocupante disminución de la cohesión social». La Lomce es puesta por López Rupérez y otros expertos como ejemplo de mala gobernanza educativa.

El trabajo advierte que la «mediocridad» de la gobernanza corre pareja a la «mediocridad» de los resultados obtenidos por los alumnos. Y apunta a una posible relación causal entre ambas.

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El difícil avance de la educación sexual en Vietnam

Asia/Vietnam/03 Junio 2017/Fuente: Analítica

En la escuela secundaria Truong To, a las afueras de Ho Chi Minh (antigua Saigón), medio centenar de niñas de 14 años debaten sobre los riesgos del embarazo para adolescentes, comparan las señales de la pubertad en chicos y chicas y reflexionan en voz alta sobre qué se debe considerar como abuso sexual.

“Una vez estaba chateando con alguien en Facebook y un chico compartió conmigo una foto íntima. Quería que yo le enviara una mía, pero dejé de hablar con él y desde entonces he dejado de usar Facebook”, dice una de las niñas cuando hablan de cómo frenar los abusos sexuales.

Unos minutos después, la profesora les instruye en técnicas de defensa personal para repeler ataques y escabullirse en caso de agresión y durante media hora todas practican por parejas en el aula, turnándose para los papeles de víctima y agresor.

Escenas como éstas son excepcionales en Vietnam, donde la educación sexual no forma parte del currículo obligatorio y en el mejor de los casos va integrada dentro de otras asignaturas.

La sesión en este colegio está organizada por la ONG Alliance Anti Trafica (AAT), pionera en la educación sexual en Vietnam, la cual desde que comenzó con su programa en 2008 (el primero de esta índole en el país) ha contribuido a la formación de 60.000 adolescentes y aboga por la obligatoriedad de la materia antes de 2019.

“Con el sistema tradicional estudian los órganos reproductores en clase de biología y en la de educación cívica hablan de relaciones amorosas y moralidad. Lo tratan igual que una clase de historia o de matemáticas y nosotros queremos que los chicos y chicas participen y compartan experiencias”, dice Ngan Ta, responsable del proyecto.

Ta explica que el programa se abre paso muy despacio por la falta de recursos, la dificultad de formar a los profesores y las reticencias de algunas autoridades, temerosas de que los menores accedan a estos conocimientos demasiado pronto.

“Según un proverbio vietnamita no hay que enseñarle al ciervo el camino para evitar que corra. El ciervo representa la inocencia, y algunas personas del Gobierno creen que si los niños y adolescentes tienen información sobre sexo lo practicarán antes”, explica Ta.

A pesar de que esta mentalidad conservadora sigue vigente en algunos sectores de la sociedad vietnamita, ATT se ha encontrado con una respuesta positiva de los padres, aliviados al delegar en el colegio un asunto que no saben cómo abordar en casa.

La entidad dedica muchos recursos a la preparación de docentes para llevar a cabo estas sesiones, impartidas en un estilo cercano y abierto muy distinto de los métodos habituales en el sistema vietnamita.

En las clases hablan sin tapujos de métodos contraceptivos, embarazos no deseados y aborto, un problema que Vietnam arrastra desde hace años, con la mayor tasa de Asia (2,5 abortos de media por cada mujer) y muchos casos entre adolescentes y mujeres jóvenes: el 8,4 por ciento de las mujeres de entre 15 y 24 años han sufrido al menos una interrupción del embarazo, según estadísticas oficiales.

Ta también destaca la importancia de la educación para prevenir los abusos sexuales, un problema hasta hace poco invisible que ha ido ganando presencia en la sociedad por varios escándalos recientes.

Según el Ministerio de Asuntos Sociales vietnamita, los casos de abusos sexuales a menores están en aumento en Vietnam, con al menos 1.200 al año.

Los expertos y algunas voces del Gobierno claman por una educación sexual desde edades tempranas para romper el tabú del sexo y evitar que los niños se avergüencen en caso de sufrir abusos.

“Hablamos con los adolescentes sobre abuso sexual porque es la manera de prevenirlo, tienen que acostumbrarse a hablar de estas cosas. Les explicamos cuáles son los límites porque hay muy poca información, la ley en Vietnam es vaga al respecto”, recalca Ta.

La especialista asegura que también puede ayudar contra otra lacra que sufre Vietnam: la trata.

“Muchas mujeres que acaban siendo explotadas sexualmente o vendidas como esposas sufrieron abusos de niñas o adolescentes por falta de información. El conocimiento les hace menos vulnerables”, dice.

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Política de oposición a los docentes

Por: Alberto Sebastián Barragán

A cuatro años de haberse aplicado la reforma educativa, se han levantado las voces para reclamar inconformidad, a grado tal de transformar el impulso inicial de evaluar a los docentes. En efecto, el papel de los profesores es de gran trascendencia, tanto para la vida de los alumnos como para la de las escuelas. Sin embargo, el remedio ha salido más caro que el problema. En este juego de fuerzas ha emergido una serie de acontecimientos que contradice todo discurso educativo. A continuación haremos un listado breve para ubicar en qué lugar nos encontramos.

Remplazo deteriorado. Como es natural en cada año, muchos profesores llegan al periodo de servicio necesario para emprender su retirada. Con 30 años de antigüedad o más, muchos docentes se mantenían en la disyuntiva de seguir trabajando en las aulas o consolidar su jubilación. La Ley del Servicio Profesional Docente aceleró este proceso, ante las primeras aplicaciones de una evaluación ríspida, obligada y acordonada por elementos de seguridad. El efecto ha sido nocivo en las finanzas públicas, ya que también se amplió la demanda por el pago de pensión alimenticia. Además de acelerar la jubilación, la nueva política ha debilitado la preferencia por estudiar una carrera docente en las escuelas normales. De modo que el remplazo intergeneracional de maestros queda supeditado al ritmo convencional de la matrícula en instituciones de nivel superior.

Preparación negada. Las normales se tomaron en cuenta sólo para legitimar la reforma educativa. Los foros de consulta fueron una pantalla que sirvió para presumir la participación de miles de maestros con propuestas para mejorar la formación docente. Dichos trabajos, acumulados en relatorías por regiones, no se consideraron y, peor aún, sirvieron para ventilar los problemas de estas instituciones formadoras de profesores, sin atender las necesidades reclamadas. Ahí se dibujó el primer atisbo de una política magisterial incompleta y desvinculada.

Meritocracia demeritada. La evaluación docente presume estar fundamentada en una lógica meritocrática, pero se distancia mucho de ella. Estos términos de competencias laborales, capacitación o entrenamiento vienen del mercado laboral, donde existen mecanismos de correspondencia. En la industria, la cadena de suministro eslabona todos los pasos de un proceso que empieza desde el emprendimiento de la idea hasta la prestación de un servicio, o la llegada de un producto al cliente final. Esta lógica implica la participación y capacitación de recursos humanos en diferentes áreas. Antes de amenazar con el despido, la industria invierte en capacitación de sus cuadros. Y de la calidad del entrenamiento que ofrece dependen sus productos o servicios. En el sector educativo, las normales tendrían que ser fortalecidas para generar cuadros de nueva generación. Sin embargo, se percibe que la política de formación carece de esta noción de competencia laboral.

Actualización olvidada. Una vez que se postergó y perjudicó la formación inicial de maestros, se transfiere la responsabilidad hacia la formación continua. Se intentó emular la estrategia de peer coaching en educación, que pretendía seguir esta noción de aprendizaje entre pares, o acompañamiento de profesores noveles, o de actualización dentro de una escuela. Más o menos tenían claro el qué, pero se les olvidó el cómo. Entonces, muchos profesores prelados debieron tener asesoría de integración a las escuelas asignadas, realizada por un profesor de más de cinco años de antigüedad, al que no se otorgó ni un programa a seguir y se le prometieron recursos que jamás llegaron. Por si fuera poca la deuda, este intento de autonomía de gestión, envuelto en guías mensuales de consejo técnico, no ha rendido los frutos posibles, salvo en algunas escuelas que ya venían marcando una trayectoria de calidad educativa antes de la reforma.

Oposición al examen. La principal bandera del nuevo modelo educativo es aprender a aprender. No hay que memorizar, más bien hay que tratar de entender. Sin embargo, el examen de ingreso al servicio profesional docente es una prueba estandarizada que no permite observar el desempeño académico del aspirante. Si se realizara una valoración de habilidades docentes, de inicio los egresados normalistas tendrían los mejores resultados, porque para eso están preparados. No obstante, el examen de ingreso pone en los primeros lugares de la lista de prelacióna quienes saben contestar exámenes de opción múltiple, y no necesariamente a quienes serán mejores profesores. Además, estos maestros noveles tendrían oportunidad de participar en los procesos de tutoría, pero que, como han señalado los estudios del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, tienen efectividad de 50 por ciento.

Esta política está degenerando la profesión docente. Más que mejorar los procesos de enseñanza, se está empeñando el interés superior de la niñez. Más que ayudar, la política se ha opuesto al desarrollo de los profesores. Con esta tendencia, cada día se complica más la situación; se agotan el tiempo y los recursos para resolver los defectos y los procesos inviables. Cada vez es más incierto el escenario educativo. A pesar de estar en los últimos lugares de pruebas internacionales, todavía podemos estar peor.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/02/opinion/018a1pol

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¿Cómo se evalúa a los maestros?

Por: Revista Semana Educación 

El año pasado cambió la evaluación docente. Semana Educación le explica en qué consiste el nuevo sistema y hace un balance.

En 2015, el Ministerio de Educación y Fecode llegaron a un acuerdo: definieron cómo cambiar la evaluación docente. Ya no se trataría, como ocurrió entre 2010 y 2014, de una prueba escrita elaborada por la Universidad Nacional de Colombia. La nueva evaluación, se esperaba, empezaría a medir las prácticas del aula, las competencias y las habilidades, para que los exámenes se convirtieran en herramientas formativas, que sirvieran para mejorar el desarrollo profesional de los docentes, según lo afirmaron voceros del Ministerio de Educación.

Así fue como se estructuró la Evaluación con Carácter Diagnóstico Formativa (ECDF), una prueba voluntaria que tiene como finalidad el ascenso y la reubicación salarial, influida en parte por la experiencia chilena. Según el viceministro de Educación Preescolar, Primaria y Media, Víctor Saavedra, el objetivo era identificar las condiciones de los docentes, los aciertos y las necesidades en las actividades del aula, con una prueba implementada por el Icfes. Así, para los docentes que no pasen el examen, existe la opción de tomar cursos de nivelación en facultades de educación acreditadas, con una financiación del Ministerio de Educación de un 70 %.

¿Qué evalúa?

Desde 2015, alrededor de 36.000 profesores han sido evaluados mediante cuatro mecanismos.

– El primero y más importante es la presentación de un video que registre el contexto real de su desempeño durante una clase, en el que se estudia la planeación de los contenidos, la didáctica para transmitir los conocimientos efectivamente, la relación con los estudiantes, y el ambiente del aula (80 %).

– Luego vienen dos encuestas, una realizada por los estudiantes (5 %) y otra, por los compañeros de trabajo (5 %).

– En la última parte, se considera una autoevaluación en la que el educador valora críticamente su desempeño (10 %).

¿Cuál es el balance?

“La nueva evaluación fue un progreso”, así lo aseguró Germán Darío Hernández Rojas, asesor pedagógico del Centro de Innovación Educativa de la Universidad Nacional y el Ministerio de Educación Nacional. Según Hernández, la Universidad Nacional había construido muy juiciosamente unas preguntas que eran cada vez más pertinentes; sin embargo, evaluaban únicamente las capacidades académicas de los profesores. En cambio, la nueva evaluación se enfoca, con más pertinencia, en un aspecto más importante: la práctica docente. Así lo sostuvo el viceministro Saavedra. Según Hernández, “con el acuerdo entre Fecode y el Ministerio de Educación se llegó directamente a la práctica del aula, lo que significa un paso gigante, porque es posible apreciar los contextos y la relación con los estudiantes”.

Evaluar para formar

No obstante, si se compara con Singapur, en donde también se evalúa la práctica en el aula, hace falta trabajar una parte fundamental del proceso evaluativo: el establecimiento de metas, impuestas autónomamente por cada profesor, en un ejercicio autocrítico por mejorar su desempeño y formación. El reto está entonces en que con el tiempo, se logre deslindar la evaluación de la promoción y el aumento salarial, para convertirla en un elemento formativo. Desde luego, para lograrlo es necesario mejorar la remuneración, como lo hicieron en Finlandia, Corea del Sur, Singapur, Ontario —Canadá—, para que la cuestión económica no sea la primera necesidad de los profesores. En Corea del Sur, por ejemplo, los docentes se encuentran entre profesionales mejor remunerados, junto a los médicos, ingenieros y abogados, según lo asegura la Fundación Compartir.

Registrar todas las partes de la docencia

Por otra parte, aunque la nueva evaluación se acercó al ejercicio del aula, solo se concentró en una faceta: las dinámicas internas. Hace falta entender y medir la práctica docente de una manera más amplia, para enriquecer la evaluación. Según Hernández, la prueba no evalúa al docente que planea actividades futuras, con horizontes que van más allá de la clase, que reflexiona sobre el desempeño y la comprensión de sus estudiantes y construye estrategias para mejorar la efectividad del aprendizaje, que sistematiza la información obtenida en la corrección de cuadernos y en las prácticas del aula, y que piensa en cómo evaluar a sus estudiantes holísticamente. Así que cuando Fecode le ganó el pulso al Ministerio de Educación y excluyó al Portafolio de la evaluación, en el que se incluían reflexiones pedagógicas sobre la planeación y la evaluación, se limitaron variables para medir las diferentes facetas del ejercicio docente.

¿Cómo conseguir examinar con retroalimentación?

Por último, es necesario seguir trabajando en el sistema de retroalimentación. Para Sandra Peña, profesora de Ciencias de la Educación de la Universidad Icesi, hay que entender la evaluación como una herramienta para actualizar, mejorar y reestructurar las prácticas pedagógicas. Y si bien el Icfes construyó un banco de preguntas que de acuerdo con los resultados envía recomendaciones, se corre el riesgo de homogeneizar con los mismos estándares para todos los docentes y de limitar el diálogo. El reto es descentralizar la evaluación, llevarla al colegio, para que se discuta y se piense con los pares sobre la pertinencia de las estrategias pedagógicas. Las encuestas de los pares y estudiantes no necesariamente permiten el intercambio de experiencias, y suele pasar que entre pares y directivos “se den suave”, en las pruebas, por el ambiente laboral y para mejorar las posibilidades de ascenso, según afirmó un profesor de un colegio oficial.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/como-funciona-la-evaluacion-docente/526926

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Puerto Rico: Educación reduce a 167 la lista de escuelas que serán cerradas

Centro  América/Puerto Rico/03 Junio 2017/Fuente: El nuevo día

La lista de escuelas públicas que serán cerradas, a partir de agosto, se redujo a 167, según confirmó hoy el Departamento de Educación.

A inicios de este mes, la agencia hizo públicas sus intenciones de cerrar 179 planteles, con miras a identificar ahorros que, según la secretaria del Departamento de Educación,  Julia Keleher, podrían ascender a más de $7 millones. Sin embargo, tras un proceso de evaluación, determinó sacar a 12 planteles de la lista.

Según informó la titular de Educación en un comunicado de prensa, la determinación fue notificada a los planteles que se libraron de la clausura para que avisen a sus respectivos consejos escolares y portavoces comunitarios.

“Nos sentimos satisfechos con el proceso. Hemos aprendido mucho en el camino, pero, sobre todo, nos hemos convencido de que esta es la manera correcta de ejecutar procesos de esta índole y magnitud: a través del diálogo y la comunicación efectiva. Llegamos en enero; en cinco meses hemos realizado grandes ajustes de forma organizada y transparente. Todo lo realizado era necesario, pues hay que ajustar el tamaño del Departamento, según el Plan para Puerto Rico y los requisitos de la Junta de Control Fiscal”, aseguró Keleher, en declaraciones escritas.

La primera cifra que se manejó fue de 370 escuelas.

La funcionaria informó que “este proceso continuará el próximo año escolar”.

“Esta vez, comenzaremos entre septiembre y octubre solicitándole a las escuelas que se incluyan en la lista de posibles planteles a ser consolidados, que realicen su plan de acción o propuestas reales y con tiempo suficiente para que puedan ofrecer ideas factibles que nos brinden la oportunidad de optimizar el sistema educativo”, agregó.

Después de que Keleher anunciara los recintos que iban a ser cerrados, varias protestas conformadas por alumnos, padres e incluso profesores se desarrollaron a lo largo de la Isla. Sin embargo, pese a las peticiones y argumentos de los grupos, la decisión del Departamento de Educación ha sido firme.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionreducea167lalistadeescuelasaserconsolidadas-2326578/

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Otras formas de pensar la escuela

Por: Juana M. Sancho

 Pensar en alternativas a los tiempos escolares, al dentro y y fuera de la escuela, a la propia concepción de lo que es la escuela es un desafío que hemos de enfrentar.

La escuela (desde la infantil a la universidad), como argumentó Foucault, en el tercer volumen de Dits et ecrits (París: Gallimard, 1994), se ha venido configurando como un potente dispositivo. Como una poderosa estructura “que componen los discursos, las instituciones, las habilitaciones arquitectónicas, las decisiones reglamentarias, las leyes, las medidas administrativas, los enunciados científicos, las proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas […] el dispositivo siempre está inscrito en un juego de poder, pero también ligado a un límite o a los límites del saber, que le dan nacimiento, pero, ante todo, lo condicionan” (p. 229).

Y los (nos) condicionan de tal manera, tal el poder del aprendizaje subliminal que nos inoculan las estructuras más profundas del currículo oculto (Michael Apple), que nos impide, incluso a los estudiosos de la educación, pensar en formas de organizar la educación formal que vayan más allá de un edificio con compartimentos estancos arquitectónicos, temporales y de conocimiento. De un docente frente a un grupo y de una evaluación, factual y declarativa, de papel y lápiz.

El dispositivo escolar se ha ‘naturalizado’ de tal manera que, hace algunos años, mi argumentación, basada en la idea de James A. Mecklenburger (1990), de que “la escuela es una ‘tecnología’ de la educación, del mismo modo que los coches son una ‘tecnología’ del transporte” (p. 106), causó un ‘pequeño escándalo’ en la academia. ¡Cómo iba a ser la escuela una tecnología! ¡Estos de tecnología lo convierten todo en tecnología! Entonces ¿qué es? ¿Algo ‘natural’ como los mares, las montañas, los ríos o los osos polares?

De ahí la importancia de proponer este debate. Porque la educación (formal e informal), toda forma de ‘hacer la educación’, toda propuesta y recurso educativo, no es un destino, sino un campo de batalla, un parlamento de las cosas en el que se deciden las alternativas a la civilización. Pero lo que propongo para el debate no se refiere a si incluir en los planes de estudio más ciencias y tecnologías duras o más humanidades y ciencias sociales. Si una enseñanza transdisciplinar o por asignaturas. Si más exámenes de fin de etapa, si repetir o no repetir, etc., etc. Lo que planteo es considerar cómo el giro digital y neoconservador está incidiendo en el propio sentido y papel de la escuela.

En la historia de la humanidad que conocemos, la escuela, como lugar de aprendizaje para toda la población, no cuenta con un largo recorrido. En España, la escolarización obligatoria ‘total’ no se consiguió hasta la década de 1970, aunque la idea de la escuela como “lugar privilegiado” de aprendizaje, está profundamente instalada. Pero, en el mundo actual ¿se puede seguir manteniendo esta idea? E incluso más, ¿están las estructuras escolares preparadas para dar respuesta a las necesidades educativas de la población?

Para explorar la primera pregunta existe un importante volumen de investigación sobre los cambios fundamentales en las formas de aprender y de acceder a la información por parte niños, niñas y jóvenes propiciados por las tecnologías digitales. De su influencia en la generación y profundización de las desigualdades y en la creciente desafección hacia la escuela. De ahí la importancia de que la escuela reconozca y sitúe los saberes del alumnado, tanto para enriquecer sus propuestas como para detectar prácticas y actitudes externas que pueden dificultar el aprendizaje escolar. En la década de 1970, Basil Berstein argumentaba que la escuela no puede compensar por la sociedad, pero sí garantizar que parte del alumnado no tenga que dejar su identidad a la puerta del centro. En estos momentos, mi reflexión sería que la escuela no puede intervenir en la vida cotidiana del alumnado, pero sí intentar que no tenga que dejar una parte importante de sí mismo al entrar a las clases.

La segunda plantea un desafío aún mayor. Controversias como las suscitadas en Cantabria sobre el horario escolar, generan de nuevo nuestra dificultad para desafiar la metáfora organizativa básica de la escuela. ¿Por qué no flexibilizar los espacios y tiempos escolares? ¿Por qué seguir con la rígida separación entre el dentro y fuera de la escuela? ¿Por qué continuar aferrados a calendarios escolares inerciales? ¿Por qué no proponer otras figuras educativas? ¿Por qué no considerar la escuela como un entorno de aprendizaje vivo y educativamente rentable para toda la comunidad? Sí, ya sé que las normas, la legislación, las inercias…, que componen el ‘dispositivo” actual de la escuela, no lo permiten. Pero si no comenzamos a pensar alternativas profundas y disruptivas, jamás lo podremos cuestionar.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/01/otras-formas-de-pensar-la-escuela/

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