En 2014, España destinó tan solo un 4,1% de su PIB a la Educación, por debajo de la media europea, cercana al 5%. El porcentaje es inferior al de países como Irlanda (4,3%), Grecia (4,4%) o Portugal (6,2%) y está a mucha distancia del registrado en Dinamarca, el país de la UE que más invierte en esta partida, con un 7,1% del PIB.
Supone además la cifra más baja del grupo de la Europa de los 15 (los Estados miembro de la UE al cierre de 2003), según refleja el último informa del ‘think tank’ de economistas Fedea, que analiza la evolución del gasto público en el Estado de Bienestar en España durante la crisis y la compara con la media de la UE.
Los expertos distinguen dos fases: una expansiva (de 2007 a 2009) y una de consolidación fiscal (de 2009 a 2014). En la primera, el gasto público en Educación en nuestro país subió un 15% en términos reales y un 0,06% en puntos de PIB; sin embargo, en los cinco años posteriores el gasto se recortó en un 14% en términos reales y en un 0,05% PIB.
Así, el porcentaje destinado a la Educación en 2014 fue similar al de 2007 (4,0%), mientras que en Alemania y Grecia (que hace 9 años destinaban menos dinero público a esta partida que nuestro país) aumentó de forma constante, relegando a España en el ranking.
Menos gasto en Educación y Sanidad, más en intereses de deuda y desempleo
Además de la Educación, España también destinó el año pasado menos dinero público respecto al PIB que la media europea a la Sanidad, con un 6,1% frente al 7,2% promedio de la UE, a pesar de que en este caso la partida se incrementó respecto al 5,7% de 2007.
Sin embargo, debido a las altas tasas de paro, fue uno de los países que más dinero dedicó al desempleo (un 2,4%), tan solo por detrás de Finlandia (2,5%); y al pago en intereses (un 3,1% del PIB), en este caso por debajo de Grecia (3,8%), Italia (4,2%) y Portugal (4,6%).
Por otro lado, en los últimos años, como consecuencia del envejecimiento de la población, se disparó el gasto en pensiones durante los años de crisis: del 7,9% que suponía en 2007, pasó al 11,6% en 2014, prácticamente en línea con la media europea.
República Dominicana/29 septiembre 2016/Fuente: Diario Digital
22 especialistas y gestores de diferentes áreas y niveles del Sistema Educativo ya participan de dicho programa con el compromiso de generar soluciones a necesidades concretas del Sistema Educativo Dominicano.
El Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam) en coordinación con el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) dio inicio a la segunda cohorte del programa de Doctorado en Educación que se desarrolla en alianza con la Universidad de Sevilla, España, institución que titulará con el más alto nivel académico a profesionales participantes que se han comprometido, por medio de estos estudios a generar soluciones a necesidades concretas del Sistema Educativo Dominicano.
Una primera cohorte del Doctorado en Educación -que se desarrolla con el financiamiento del Inafocam en la actualidad- beneficia a trece profesionales y en estos momentos son beneficiados nueve especialistas y gestores, todos seleccionados por sus experiencias en diferentes áreas y niveles del Sistema Educativo, con motivación e interés por la investigación educativa y una actitud favorable para el aprendizaje permanente.
Aunque el programa ya había iniciado en la fase virtual en julio de 2016, ahora –en septiembre, 2016 es cuando se realizó la apertura formal de las clases presenciales, en la Sala Ravelo de la Universidad INTEC.
La actividad estuvo encabezada por Alejandrina Germán, Ministra de Educación Superior Ciencia y Tecnología; Luís Enrique Matos, Director Ejecutivo del Inafocam; José Feliz Marrero, Vicerrector Académico del INTEC y Carlos Marcelo García Director del Programa Doctoral en la Universidad de Sevilla.
Otros funcionarios representantes de las instituciones participantes, estuvieron también presentes en la conferencia “Investigar sobre la Mejora Escolar Retos y Desafíos”, que estuvo a cargo del expositor Dr. Paulino Murillo, catedrático de la Universidad de Sevilla.
José Feliz Marrero, en representación del Intec dio las palabras de bienvenida a los becarios y el agradecimiento a la Universidad de Sevilla y al Inafocam con quienes –a través de su Centro de Innovación de Educación Superior ha reanudado vínculos de cooperación interinstitucional.
Al hablar en el acto de apertura, Alejandrina Germán destacó que desde la Cartera Educativa a su cargo estima altamente pertinente el desarrollo de programas de cuarto nivel en Educación, en respuesta a las necesidades de tan importante sector que impulsa el desarrollo nacional. Expresa finalmente sus altas expectativas de logro respecto a realización de investigaciones en este curso doctoral en el área de educación.
Mientras que en su participación, Luis Enrique Matos valoró la alianza de Inafocam con la Universidad Intec y la Universidad de Sevilla para el desarrollo del programa de Doctorado en Educación. Dijo que Intec es una institución que se caracteriza por “su seriedad y rigurosidad, institucional y académica” y que de igual manera, la Universidad de Sevilla viene precedida de gran prestigio internacional.
El director ejecutivo del Inafocam sostuvo que dada la trayectoria de excelencia de ambas universidades y la garantía de que este programa doctoral está conforme a lo reglamentado por el MESCYT, afirma que “estamos ante personas que tendrán las competencias para participar en los procesos de diseño de políticas educativas e impulsar las estrategias de cambio de la educación, para convertirla en una educación de calidad, que responda a las necesidades actuales y futuras de la sociedad dominicana”.
Carlos Marcelo García de la Universidad de Sevilla presentó los objetivos, contenidos y la metodología con la que se desarrollará el programa de doctorado en Educación destacando la pertinencia y la calidad de las investigaciones que asesora dicha Universidad. Hizo referencia a las tesis que realizan los becarios e la primera cohorte de este doctorado.
Este programa doctoral combina módulos especializados, talleres, seminarios, estancias doctorales de investigación y asesoramiento continuo de parte de los tutores. Es de modalidad semipresencial con soporte de las tecnologías de información y comunicación. La docencia se desarrollará tanto en el INTEC, como en la Universidad de Sevilla en España. Tendrá una duración mínima de tres años.
En el acto estuvieron presentes directivos y encargados del área académica de las mencionadas instituciones, así como educadores que participan en programas de maestría en la actualidad.
Los módulos del primer año serán desarrollados por doctores de la Universidad de Sevilla. Cada módulo tendrá una duración de 20 horas presenciales y 10 horas no presenciales finalizando con un proyecto de investigación como compromiso para el desarrollo de la tesis doctoral. Este proceso será acompañado por un tutor asignado para tales fines.
Para el segundo año se desarrollarán seminarios, jornadas doctorales, congresos nacionales de investigación así como tareas de tutorización con alumnos para el seguimiento de su proyecto de investigación.
El tercer año se concentrará en la realización del trabajo de campo y la elaboración del informe final para la defensa de la tesis que permita su título doctoral.
En su ponencia, el doctor Murillo planteó la importancia de poder incidir –vía la formación docente- en la eficacia y en la mejora escolar, surgiendo ésta última de las necesidades de cada escuela y de su contexto. Llamó, asimismo, a la reflexión sobre el liderazgo educativo, las altas expectativas hacia los logros de aprendizaje, el clima escolar, el desarrollo de actividades orientadas hacia el aprendizaje y sobre la importancia de reflexionar sobre la evaluación y el seguimiento a los procesos institucionales y pedagógicos.
En el acto estuvieron presentes directivos y encargados del área académica de las mencionadas instituciones, así como educadores que participan en programas de maestría en la actualidad.
Singapur/29 septiembre 2016/Fuente: El Confidencial
Cuando estás en lo más alto, lo único que puedes hacer es bajar. Es lo que ha debido pensar la república asiática, que está introduciendo cambios para no perder su posición.
¿Qué haces cuando tu país aparece en el primer puesto en los ‘rankings’ internacionales, es inspiración para otras naciones y la OCDE alaba tus métodos? Muchos quizá se dormirían en los laurales basándose en la lógica de “si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?”, pero los verdaderos innovadores no son así. Especialmente si en sus últimos análisis han sugerido que la situación no es todo lo buena que podría ser y que quizá los buenos resultados estén ocultando problemas que se agravarán con el paso del tiempo.
Es lo que ha ocurrido en Singapur, cuyos estudiantes de 15 años ocuparon el primer puesto en el ‘ranking’ de matemáticas y ciencias, muy por delante de sus vecinos y no digamos ya de países europeos como Reino Unido, en las evaluciones más recientes de PISA. Sin embargo, el trabajo del antiguo director de currículo, enseñanza y aprendizaje del Instituto Nacional de Educación de Singapur, Manu Kapur, ha señalado que quizá las buenas notas hagan quedar muy bien en los ‘rankings’, pero no sirvan de gran cosa a los estudiantes a la larga.
Enseñar no consiste solo en la nota final, sino en equipar a los estudiantes con habilidades para enfrentarse a la vida
“El aprendizaje y el rendimiento no siempre se pueden medir”, explicaba en la introducción de un ‘paper’ publicado en ‘Educational Psychologist’ en el que examinaba el fracaso y el éxito productivos, es decir, si de verdad lo que aprendían los estudiantes de Singapur servía para algo una vez se terminaba el examen. Y en muchos casos no era así: “Si uno ve la adquisición de conocimiento básico sin entendimiento profundo o la capacidad de transmitirlo como un problema, no es duro categorizar la instrucción directa como un éxito poco productivo”.
En otras palabras, como explica en un reportaje publicado en ‘Quartz’, los alumnos exitosos pueden sacar las mejores notas, pero ese conocimiento no se traslada al mundo real como debería. En muchos casos, añade, la obsesión por los exámenes provoca que se obtengan muy buenos resultados que harán figurar a dicha República en los mejores puestos en los exámenes internacionales, pero también, que muchos alumnos sufran un estrés innecesario (un tema que también se ha planteado en relación con los exámenes externos realizados en países como España) y de ahí al fracaso. Incluso aquellos que obtienen sobresalientes pueden no sacar provecho de lo aprendido.
El lado oscuro de la cultura del esfuerzo
Un nuevo vídeo publicado por el Ministerio de Educación de Singapur resume el problema que encuentran muchos estudiantes. Basado en hechos reales, en él, Shirley, una alumna de secundaria, se echa a llorar al ver que su calificación en un examen de matemáticas es de 10 sobre 100. Su profesora se presta a ayudarle de manera individual, y la joven parece empezar a entender el contenido de la asignatura. Hasta llega a explicar a un familiar que el motivo por el que llueve tanto es porque se encuentran en la estación del monzón.
Aquí es donde viene el giro de la historia: cuando vuelve a realizar el examen, no aprueba, sino que obtiene una puntuación de 40 sobre 100. Sin embargo, el mensaje que la profesora ha escrito junto al resultado es “¡bien hecho!” (“well done!”), reconociendo el esfuerzo realizado por la alumna. La conclusión del lacrimógeno spot es que “todo empieza con un profesor”. Pero este no solo tiene como objetivo reivindicar el trabajo de los docentes, sino también, como señala la página de Facebook del Ministerio, que “enseñar no consiste únicamente en centrarse en la nota final, sino en equipar a los estudiantes con habilidades para enfrentarse a los retos de la vida”.
El último estudiante de la clase sabe que ha quedado por detrás de todos sus compañeros porque lo ven en los ‘rankings’
Es fácil entender este anuncio, por lo tanto, como un tirón de orejas a profesores y padres singapurenses, uno de los grandes estandartes de la escuela del esfuerzo. (hay “una obsesión nacional con la educación”, como diría AndrésOppenheimer, con sus pros y sus contras). De ahí que las autoridades educativas del país estén intentando cambiar la percepción que existe sobre los exámenes. El primer gran cambio se ha producido en la manera de evaluar a los alumnos. Como señalaba un artículo publicado en ‘Straits Times’, el sistema –que no se implantará hasta el año 2021– sustituirá las puntuaciones actuales por ocho niveles de capacidad, de manera muy similar a la actual división que existe en España (suspenso, aprobado, notable, sobresaliente).
El objetivo es minimizar la competición entre estudiantes que provoca el sistema actual, en el cual los estudiantes son listados en un ‘ranking’ que los compara a sus compañeros. A través de dicho sistema, el último estudiante de la clase sabe que ha quedado por detrás de todos sus compañeros, lo que según los detractores del sistema es el camino más corto para la desmotivación del mal alumno. Además, los alumnos de Singapur pueden escoger su escuela en función de sus notas, lo que provoca una presión aún mayor por obtener buenos registros.
La nueva reforma intenta, además, tener en cuenta las opciones secundarias de los estudiantes, de manera que la posibilidad de terminar en un centro que no se desea bajo ningún concepto se reduzcan. No obstante, muchos críticos del competitivo sistema educativo de Singapur han señalado que estos cambios son superficiales. Ante ello, el ministro Ng Chee Meng ha respondido que “es mejor que algunas cosas evolucionen poco a poco y no se revolucionen”.
El milagro del último medio siglo
Singapur suele aparecer siempre entre las listas de países-milagro, tanto en lo que se refiere a educación como a economía. Hace apenas medio siglo, los niveles de analfabetismo eran altísimos, pero las diferentes reformas llevadas a cabo le lanzaron a convertirse en uno de los grandes referentes mundiales en educación. Es un caso quizá semejante al de Estonia, un país que en apenas unas décadas pasó de no tener una red de teléfonos a convertirse en uno de los más innovadores del mundo. En ambos casos se construyó sobre la nada; también se trata de países muy pequeños (1.300.000 habitantes en Estonia, algo más de cinco en Singapur) donde resulta fácil implantar nuevas medidas.
Los exámenes miden nuestra habilidad para aplicar lo que sabemos, no nuestra capacidad para inventar o generar nuevo conocimiento
El método de las “matemáticas de Singapur” ha sido utilizado con frecuencia en países occidentales como EEUU, Reino Unido, Canadá o Israel. Este sistema, recogido en los innovadores libros de texto diseñados a principios de los ochenta (hasta entonces, Singapur los importaba), se centra ante todo en la resolución de problemas y los modelos de aprendizaje heurístico. Muchos de los padres estadounidenses que sacaban a sus hijos del colegio para que aprendiesen en casa utilizaban este sistema, que luego fue recogido por los currículos oficiales de otros países con ganas de darle un nuevo impulso a sus metodologías educativas.
Como señalamos en otro artículo, la OCDE señaló en su reciente informe ‘Critical Maths for Innovative Societies’ que Singapur debía ser la inspiración para otras naciones con problemas en rendimiento matemático. La metacognición, la capacidad para reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje, es clave. Otras características que diferencian el currículo educativo singaporense del de otros países es estudiar menos temas pero en mayor profundidad, el proceso de aprendizaje en tres fases (concreto, pictórico y abstracto) o la utilización de modelos visuales para comprender los contenidos matemáticos.
Una profesora utiliza una pizarra inteligente en una clase de guardería en Singapur. (Reuters/Edgar Su)
Desde luego, resulta paradójico que el país que en un día fue referente en el pensamiento abstracto esté recibiendo tantas críticas por aquellos que lo han analizado en profundidad. El Ministerio de Educación sigue señalando que su manera de abordar las matemáticas “tiene en cuenta la adquisición y aplicación de conceptos matemáticos en un amplio abanico de situaciones, incluyendo problemas del mundo real no rutinarios y no concluyentes”.
Kapur no está de acuerdo en dicho veredicto, como él mismo explica en un artículo publicado en ‘Today Online’ a propósito de las recientes reformas en el sistema de evaluación singaporense. Los exámenes estandarizados pueden dar una imagen más o menos aproximada de ciertas capacidades de los estudiantes, pero otras pasan desapercibidas. “Los exámenes miden nuestra habilidad para aplicar lo que sabemos, no nuestra capacidad para inventar o generar nuevo conocimiento”, explicaba.
La forma de realizar exámenes y ‘rankings’ en Singapur para evaluar al rendimiento se ha adoptado en muchos países occidentales
No es el único problema con esta forma de hacer exámenes. “Los tests estandarizados miden el rendimiento sin que tengan recursos como herramientas, expertos, trabajen con los demás, tengan retroalimentación, etc.”. Es decir, las condiciones en las que se trabaja en el mundo real. Por último, los exámenes se realizan en un momento muy determinado, por lo que dicen poco de la capacidad del estudiante para aplicar dicho conocimiento a largo plazo. Es una enmienda a las maneras de enseñar en Singapur, pero también puede aplicarse a los cada vez más habituales exámenes estandarizados que preocupan a los estudiantes de los países occidentales.
Australia se ha vuelto escenario del debate educativo y económico sobre la reducción de tamaños de clase, es decir, clases más pequeñas con menos estudiantes. Sin embargo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en su reporte Education at a Glance 2016, hecho sobre 46 países, muestra que la cantidad de alumnos por aula no causa efectos relevantes en el desempeño académico.
El artículo de Australian Financial Review que recoge los resultados de la OECD, titulado, OECD backs call to stop reducing class sizes, spend resources more effectively, señala que el tamaño de las clases en Australia sigue reduciéndose, con apoyo de la comunidad. En este país los sindicatos docentes impulsaron el proyecto que realizó cambios en los 60’s y 70’s, y que ha continuado haciendo recortes en la década pasada. Sólo del 2005 al 2014, las clases de primaria se redujeron en 1% y las de secundaria en 4%, a pesar que es económicamente contraproducente según The Australian Financial Review, que calculó se ahorrarían aproximadamente 1.2 billones de dólares aumentando dos estudiantes por clase.
En Australia, la cantidad promedio de estudiantes por aula es 24, en primaria y secundaria. Este número es cercano al promedio general calculado por la OCDE. Sin embargo países como Japón y Corea del Sur, con más estudiantes por salón, obtienen mejores resultados en la prueba diseñada por esta organización, Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), que mide las habilidades de estudiantes de 15 años en diferentes países. En Japón las aulas de primaria tienen 27 alumnos y las de secundaria 32. Por su parte, las aulas de primaria en Corea del Sur cuentan con 24 alumnos y las de secundaria con 32 al igual que en Japón.
Curiosamente, los países que tuvieron peores resultados que Australia, casi siempre tienen clases más pequeñas. Gran Bretaña tiene aproximadamente 25 alumnos por clase en primaria y 19 en secundaria, y Estados Unidos tiene clases con 21 alumnos en primaria y 27 en secundaria.
Finlandia, tuvo un mayor rendimiento que Australia en la prueba PISA pero sus clases son aún más pequeñas, con 19 alumnos en las aulas de primaria y 20 en secundaria.
Por ello, el reporte de la OECD insiste en que gobiernos y escuelas necesitan evaluar si vale la pena invertir en la reducción de la relación estudiante-maestro, cuando el mismo dinero se podría invertir en proyectos que traigan mejores resultados. Se pierden oportunidades de invertir en mejores salarios, capacitaciones a docentes e implementación de tecnologías.
Esta evaluación debería realizarse profundamente tomando en cuenta variables económicas pero también el factor humano, porque tener menor alumnado por aula beneficia a estudiantes con entornos de aprendizaje desfavorables, según el reporte de la OCDE. Puede que el fin de estos espacios sea más que nada inclusivo y que las actividades que se desarrollen en estos vayan más allá de estudiar para aprobar la prueba PISA.
Los docentes argentinos realizaron este martes la tercera huelga en lo que va del mes para reclamar que se vuelvan a negociar los salarios, los cuales quedaron afectados por la fuerte inflación del último año.
Docentes agrupados en gremios nacionales llevaron a cabo una nueva jornada de huelga de 24 horas con movilizaciones, una de ellas frente al Ministerio de Educación en Buenos Aires, donde advirtieron que el conflicto puede profundizarse, destacó DPA.
La medida de fuerza fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), Unión Docentes Argentinos (UDA) y los universitarios de Conadu Histórica. Los gremios señalaron que hubo un acatamiento estimado en 90 por ciento en todo el país.
Fuentes gubernamentales consultadas por la agencia de noticias DyN aseguraron que pese al reclamo de los docentes «la paritaria (negociación salarial) docente no será reabierta, aunque continuará el diálogo sobre condiciones laborales».
La huelga de los docentes coincidió con la medida de fuerza de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que agrupa a los auxiliares de la educación, lo que motivó que la protesta tuviera un fuerte impacto en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país.
A su vez, el gremio de docentes privados Sadop y la federación universitaria Conadu realizaron una jornada nacional de protesta para pedir incremento salarial y se concentraron frente al Ministerio de Educación.
La jefa de Ctera, Sonia Alesso, denunció que hay «subejecución presupuestaria y que el ajuste llegó al ámbito de la educación», y advirtió que si no hay respuesta de las autoridades educativas el conflicto «seguramente se profundizará».
El jefe de la UDA, Sergio Romero, dijo que la huelga «es un mensaje claro para las autoridades que siguen llevando adelante su gestión a espaldas de los docentes», y ratificó que el Consejo Directivo del gremio evalúa «nuevas medida de fuerza».
El jefe de los docentes bonaerenses de Suteba, Roberto Baradel, cuestionó que el Gobierno de Mauricio Macri le quite impuestos a «los sectores más ricos y poderosos, mientras los trabajadores sufren caída de sus salarios, en el marco de un ajuste económico y tarifazo (fuerte aumento) en los servicios».
Las protestas se dan en el marco de una fuerte inflación -por encima del 40 por ciento anual- y en una economía en recesión.
Pese a que el Gobierno anunció que el año próximo la inflación estará en torno a un 17 por ciento, las empresas prevén otorgar en 2017 un aumento salarial de 30 por ciento para su personal, según un relevamiento de la consultora Mercer.
España/ 29 septiembre 2016/Fuente: La Nueva España
El consejero Genero Alonso aboga por mantener una prueba análoga a la PAU.
El consejero de Educación del Gobierno asturiano, Genaro Alonso, ha vuelto a advertir este martes de las consecuencias negativas que van a tener las pruebas de evaluación externa, conocidas como ‘reválidas’, recogidas en la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE). Según Alonso, su implantación, tal y como señala la ley, supondrá que los índices de fracaso escolar se dispararán «de modo asombroso».
Según Alonso, las ‘reválidas’ constituyen un «choque brutal» que «echa por tierra el trabajo de profesores y alumnos». Asturias ultima en este momento un recurso judicial que paralice la aplicación del decreto por el que se regulan las evaluaciones finales de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Se presentará ante el Tribunal Supremo en los próximos días, apuntó.
El decreto de julio de este año establece que se implanten las ‘reválidas’ de cuarto curso de ESO y de segundo de Bachillerato, ambas pruebas vinculadas a la obtención del curso.
Alonso, que también ha criticado que las pruebas tengan que ser sufragadas por las comunidades autónomas, subrayó que el Gobierno central debería convocar una reunión sectorial sobre el asunto, porque son muchas comunidades autónomas las que se oponen a un modelo que está causando «muchas incertidumbres» en familias y alumnos.
Como alternativa transitoria, Alonso se ha mostrado partidario de mantener una aprueba «análoga» a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), en sustitución de la prevista ‘reválida’ de segundo de Bachillerato. «Mi esperanza es que la fortuna esté de nuestro lado y que podamos no aplicar revalidas», remarcó el consejero.
Los principales retos de Honduras para combatir la pobreza de manera eficaz son mejorar la educación e incrementar los ingresos y la productividad, dijeron hoy expertos reunidos en un foro en Tegucigalpa.
Los principales retos de Honduras para combatir la pobreza de manera eficaz son mejorar la educación e incrementar los ingresos y la productividad, dijeron hoy expertos reunidos en un foro en Tegucigalpa.
Pese a que Honduras ha mejorado sus indicadores económicos, la pobreza en el país «se mantiene alta y difícil de reducir», dijo a Efe el economista del Banco Mundial (BM), el peruano Marco Hernández.
«No es importante solo crecer, sino asegurarse (de) que ese crecimiento se comparte en toda la sociedad, que todos tengamos los mismos beneficios», señaló Hernández.
En Honduras el 65 % de sus 8,5 millones de habitantes vive en situación de pobreza.
El país centroamericano también debe aumentar la productividad para aumentar los ingresos y salarios, señaló el economista, quien dijo que es necesario tener una educación de calidad y mejorar la funcionalidad de las instituciones estatales.
«Siempre podemos mejorar la productividad del país y esta no solo se hace por el lado de los trabajadores», quienes deben «mejorar su educación y su salud», sino también implementar políticas que permitan atraer más inversiones privadas, subrayó.
El economista afirmó que para romper el ciclo del crimen y el bajo crecimiento económico es necesario tener «reglas de juego claras» y un escenario donde no haya impunidad en Honduras, que el sistema judicial sea «fuerte» y esté «complementado» con políticas de seguridad por parte del Estado.
Además son necesarias políticas públicas «transparentes y eficientes», lo mismo que elementos que puedan «contribuir» para que la sociedad civil tenga «acceso a oportunidades», como una educación de calidad y salud.
Hernández participó este martes, junto al director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), el guatemalteco Jonathan Menkos, en el Foro «Estabilidad, crecimiento y desarrollo en Honduras», auspiciado por la fundación alemana Friedrich Ebert.
Señaló que en Honduras casi el 80 % de los menores de 15 años vive en pobreza; un 60 % tiene inseguridad alimentaria y uno de cada cuatro niños sufre desnutrición.
Honduras tiene la «necesidad de un crecimiento (económico) alto», y un gran impulsor puede ser la «estabilidad macroeconómica», ya que es «imprescindible» mantener una política económica estable, enfatizó.
Menkos dijo a Efe que Honduras no podrá reducir su pobreza «si no redistribuye mejor los frutos del crecimiento económico» y puso como ejemplo que el 10 % de la población hondureña con mayores recursos «se queda con 38 % de los ingresos totales» del país, mientras los más pobres «perciben menos del 10 %» de los ingresos.
Explicó que la pobreza se puede reducir a través de la generación de empleo y el incremento de los ingresos de los trabajadores para «compensar (el alto costo) de la canasta básica».
El economista instó a Honduras a «apuntalar políticas públicas» que permitan reducir las desigualdades y aumentar las oportunidades de la población.
Se manifestó a favor de «invertir más» en la educación para mejorar la calidad de este sistema y, por ende, reducir la pobreza.
El director del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh, privado), Mauricio Díaz, indicó a Efe que el país debe «revisar» las políticas públicas, ya que en los últimos 15 años ha invertido cerca de 13 millones de dólares para frenar la pobreza, pero este flagelo continua en un nivel elevado.
Agregó que sin las remesas enviadas por los hondureños que viven en el exterior, principalmente en Estados Unidos, el índice de pobreza en Honduras «sería más alto», y señaló que por ello el país requiere de «mayor inversión» tanto pública como privada.
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