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Especialistas: El concepto calidad educativa es un enjambre de artimañas.

Por: Laura Poy Solano. La Jornada. 17/08/2016

La reforma ha generado afectaciones no sólo laborales, sino a las escuelas, advierten

‘‘La evaluación, enredo en el que a nadie le puede ir bien’’, comentan en la Universidad Pedagógica.

Especialistas e investigadores afirmaron que los efectos generados por la implementación de la reforma educativa, discutida y aprobada en 12 días por un acuerdo entre partidos políticos que hoy ‘‘están llamando a modificar lo mismo que votaron’’, han generado múltiples afectaciones no sólo a los derechos laborales del magisterio, sino a las propias escuelas, que se acercan ‘‘peligrosamente a sucharterización (privatización)’’, y al papel del maestro como agente del cambio social.

Reunidos en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) para analizar las modificaciones a los artículos tercero y 73 constitucionales, y su impacto en la educación superior, destacaron que se enfrenta una reforma que es resultado de un largo proceso sociohistórico.

No se trata, dijeron, de un proyecto que se inició en diciembre de 2012, sino se remonta al menos a dos décadas antes. Su antecedente más visible es la llamada Alianza por la Calidad de la Educación, de 2008, así como las múltiples reformas curriculares de educación básica y media superior que se aplicaron en México desde el sexenio foxista.

En mesas de debate, donde se discutió desde la función social de las universidades ante la reforma educativa, y la necesidad de que ‘‘no permanezcan en silencio si no queremos conceder callando’’, hasta los retos que implican las políticas públicas de financiamiento para la formación universitaria, las investigadoras Lucía Rivera y Tatiana Coll, expertas en el sistema educativo, analizaron los principales ejes de la reforma educativa.

Destacaron que más allá del concepto de calidad educativa que se busca emplear para justificar las principales modificaciones constitucionales a la normatividad que rige al sector, la evaluación se ha convertido en uno de sus elementos más visibles; sin ser el único, ‘‘ha generado múltiples opiniones y rechazos, pues se ha evidenciado que más que un proceso cotidiano de enseñanza-aprendizaje se ha convertido en un enjambre de artimañas’’.

Lucía Rivera destacó que la evaluación, tal como está planteada en la Ley General del Servicio Profesional Docente, ‘‘es un enredo en el que a nadie le puede ir bien. Se trata de un proceso de precariedad laboral que se está viendo como algo normal en el sistema educativo’’.

A su vez, Tatiana Coll destacó que la evaluación impuesta desde el gobierno federal es un ejercicio de ‘‘poder” que depende de un sistema muy articulado construido a lo largo de décadas, y que ‘‘está generando los resultados que ellos esperaban, porque entre otras falacias es evidente que el Estado nunca perdió la rectoría del sistema educativo’’.

Agregó que han sido los propios organismos responsables de su implementación, como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), los que ‘‘han tenido que reconocer que se cometieron errores’’.

Algunos de ellos, afirmó, llegan al absurdo de plantear una evaluación obligatoria en cuatro fases, entre ellas aplicar un examen estandarizado, pero también elaborar reportes de aprovechamiento de alumnos, de planeación pedagógica y de desempeño docente, lo que generó, estimó, más de un millón 500 mil cuartillas tan sólo de los 150 mil maestros que ya fueron evaluados.

Por ello cuestionó el esquema aplicado, pues destacó: ‘‘Cabe preguntarnos qué evaluadores leyeron esa cantidad de material, y cómo aseguraron criterios objetivos y respetuosos de la diversidad socioeconómica en que se desempeñan miles de profesores’’.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/08/12/politica/004n1pol
Fotografía: vanguardia
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Ecuador: El tiempo apremia para detener la disolución impuesta del sindicato de docentes UNE

www.ei-ie.org/17-08-2016/

Con la decisión del gobierno de Ecuador de disolver la Unión Nacional de Educadores pendiente de ejecución en cualquier momento, la Internacional de la Educación reitera su petición a sus afiliadas de actuar de inmediato y apoyar a sus compañeros y compañeras de Ecuador.

Las afiliadas pueden emprender ya las siguientes acciones:

• Movilizar a sus miembros para entregar a las autoridades ecuatorianas una petición a través de LabourStart;

• Enviar una carta oficial de protesta al Ministro de Educación de Ecuador;

• Contactar a la embajada de Ecuador en su país y entregar una copia de la carta de protesta, solicitándole además que interceda ante las autoridades ecuatorianas; y

• Dar máxima visibilidad a este llamamiento urgente recomendándolo a compañeros y compañeras, a miembros sindicales y a los contactos de sus redes; y colgándolo en su sitio web y en todas las redes sociales.

“La Internacional de la Educación reitera su petición al gobierno de Ecuador de respetar sus compromisos internacionales como signatario de los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y de detener los procedimientos judiciales contra la UNE, una medida que viola los compromisos internacionales del país”, recordó el Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen.

La OIT:Una medida que solo debe tomarse en casos de extrema gravedad”

“Me gustaría recordar que la disolución de organizaciones sindicales es una medida que solo debe tomarse en casos de extrema gravedad, y como resultado del fallo de un tribunal y como último recurso, tras haber agotado otras vías menos drásticas”, reiteró el Director General de la OIT, Guy Ryder, cuya intervención directa habían pedido la UNE y la IE a través de unacarta con fecha del 5 de agosto dirigida al Ministro de Trabajo de Ecuador, Leonardo Berrezueta Carrión.

Los docentes sindicalistas de Ecuador también recibieron el apoyo de otras afiliadas de la IE, como la National Education Association, de EE. UU., y el Japan Teachers’ Union.

El Comité Regional de la IE para América Latina, que se reúne en Buenos Aires, Argentina, del 10 al 12 de agosto, hará pública una resolución urgente en solidaridad con los compañeros y compañeras de Ecuador que luchan por su derecho a sindicarse.

Antecedentes

Según la UNE, el gobierno ecuatoriano pretende disolver el sindicato por las declaraciones públicas realizadas en la Conferencia de la OIT y el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas este año en las que se explicaba, con detalles y pruebas, cómo el gobierno está impidiendo de forma sistemática la libertad de asociación.

Las medidas para disolver la UNE aparentemente se basan en la aplicación de una regulación específica, el Decreto 16, relacionada con los nuevos y numerosos requisitos para el registro de organizaciones sin ánimo de lucro. En su carta del 21 de julio, el Ministerio de Educación del Distrito Metropolitano de Quito comunicó a la UNE que el sindicato quedaría disuelto según el artículo 24 del Decreto 739 por “no cumplir con lo dispuesto en la Constitución, la ley y esta normativa, o por llevar a cabo acciones prohibidas”. El Decreto 739 es un instrumento regulador para la aplicación del Decreto 16 previo. Sin embargo, en su misión a Ecuador de enero de 2015, el Ministerio de Trabajo garantizó de forma explícita a la OIT que el Decreto 16 no se aplicaría a los sindicatos. La UNE dispone de un plazo de 15 días para rebatir los cargos en su contra, sin que se les hayan concretado cuáles son dichos cargos.

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Guía de análisis crítico del modelo educativo 2016

Por: Oswualdo Antonio González

Con las evidencias públicas que se tienen hasta este momento, se puede afirmar que el actual sexenio será recordado por su vacío en materia educativa, así como por su actuación frente a la resistencia magisterial, caracterizado por el asesinato y encarcelamiento de educadores.

El grupo en el poder público, fue incapaz de diseñar un Modelo educativo propio, a lo más que pudieron llegar fue a la presentación de tres documentos caracterizados por su generalidad y una promesa: de que se va a implementar al finalizar el actual sexenio.

Otra característica de este gobierno es su capacidad de mentir, basta con recordar el perdón oficial por la Casa Blanca, la promesa que las gasolinas bajarían de precio, por mencionar dos ejemplos. En el caso de la evaluación docente, finalmente Aurelio Nuño y el INEE reconocieron que era punitiva y que iban a reformarla en un lapso de 45 días.

En este marco presentamos ésta guía para analizar el llamado Modelo educativo presentado por Aurelio Nuño. Coincidimos con las voces críticas que plantean que su presentación es una estrategia para intentar desactivar las crecientes movilizaciones magisteriales-populares contra la Reforma educativa. Igualmente afirmamos que la denominada consulta es un ejercicio demagógico, ya que las actuales autoridades han mostrado un perfil autoritario, con una evidente falta de capacidad para debatir públicamente e incapaces de respetar acuerdos. No se puede esperar nada de un ejercicio de participación, cuando el enfoque del Derecho a la educación solo se ha usado para que las autoridades judiciales justifiquen el ataque a los derechos laborales de los maestros, pero está totalmente ausente del Modelo educativo presentado.

A pesar de lo anterior, se decide presentar esta guía como una alternativa a la planteada por la autoridad educativa federal, ya que se dedican 2 sesiones en la Fase intensiva de los Consejo Técnicos Escolares a realizar actividades sin ninguna utilidad para el ciclo escolar 2016-2017. Esta guía es una opción para aprovechar esas dos sesiones.

Para descargar la guía en el siguiente link: GuíadeAnálisisCríticoModEduc

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En el aula Desempeño docente y aprendizaje

Por. Carlos Mancera

Con abundancia de razones se ha insistido en los atributos que la evaluación posee y que nos permiten conocer diversos aspectos que intervienen en el proceso educativo. Desde luego, nos proporciona información sobre la eficacia del trabajo docente, pero también arroja elementos para reforzar o corregir los supuestos en los que se basan las políticas públicas que rigen al sistema educativo.

Si la evaluación es un instrumento que ha de servir al mejoramiento de la educación, conviene entonces aprender de la información obtenida a partir de las primeras evaluaciones practicadas en cumplimiento del mandato inscrito en el contexto de la reforma educativa. Las evaluaciones de maestros y alumnos de 2015 muestran resultados sumamente interesantes. Permiten acreditar la correlación entre el desempeño de los docentes y el resultado obtenido por sus alumnos en la educación básica. Donde hay mejores maestros hay alumnos que acreditan el aprendizaje y viceversa. Esto reafirma la importancia que el desarrollo profesional de los maestros tiene para el avance educativo en el país.

Los resultados de las evaluaciones

La gráfica 1 muestra la correlación entre los resultados en la prueba de desempeño docente y las calificaciones obtenidas por los alumnos en lenguaje y comunicación en la prueba matricial del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) de tercero de secundaria. Es posible apreciar que cuanto más alto es el porcentaje de maestros de educación básica con desempeño bueno y destacado, tanto mayor es el porcentaje de alumnos de tercero de secundaria con al menos el nivel de logro III en lenguaje y comunicación.

Para interpretar esta gráfica se describe a continuación en qué consiste la evaluación del desempeño de docentes así como de los alumnos.

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La evaluación del desempeño docente se llevó a cabo en el marco de la Ley General del Servicio Profesional Docente en noviembre y diciembre de 2015. Esta evaluación contiene cuatro componentes: en el primero, el director de la escuela emite un informe de cumplimiento de responsabilidades profesionales del docente; en el segundo, el docente recupera una muestra de los trabajos realizados en el aula y conforma un expediente de evidencias de enseñanza; en el tercero, el docente presenta un examen de conocimientos y competencias basado en casos; en el cuarto, el docente elabora una planeación didáctica argumentada.

Estos cuatro componentes de la evaluación del desempeño permiten una apreciación más completa del quehacer de los maestros que otras evaluaciones efectuadas en el pasado. En algunas de estas evaluaciones se aplicaron exámenes de opción múltiple para medir, sobre todo, los conocimientos de disciplina que los maestros enseñan, así como los aspectos generales referidos al sistema educativo y a la docencia. En otras evaluaciones pasadas se consideró que el desempeño docente se podía medir por los resultados de los alumnos en su grupo. La evaluación de 2015 se distingue de las anteriores principalmente por pedir a los maestros evidencias sobre el trabajo que llevan a cabo con los alumnos y el enfoque de competencias basadas en casos, así como porque debieron exponer por escrito un ejercicio de planeación pedagógica argumentada destinada a la atención del grupo.

Los niveles que se pueden obtener en la prueba de desempeño docente son cuatro: insuficiente, suficiente, bueno y destacado.

La evaluación del desempeño de los alumnos

PLANEA tiene entre sus propósitos informar a la sociedad sobre el estado que guarda la educación en función del aprendizaje de los estudiantes. Uno de los elementos de PLANEA es la denominada Evaluación de Logro referida al Sistema Educativo Nacional (ELSEN) que el INEE aplica cada cuatro años a muestras representativas de estudiantes del país en sexto de primaria y tercero de secundaria. La ELSEN tiene un diseño matricial que sirve para evaluar un conjunto amplio de contenidos del currículo. Cada alumno evaluado contesta solamente un subconjunto del total de reactivos que integran la evaluación; los subconjuntos de reactivos permiten conocer lo que saben los alumnos de un espectro amplio de contenidos.

Los resultados del ELSEN son agrupados en cuatro niveles de acuerdo al logro de los aprendizajes clave del currículo: en el nivel I, los estudiantes tienen un logro insuficiente; en el nivel II, los estudiantes alcanzan un logro apenas indispensable; en el nivel III, los alumnos tienen un logro satisfactorio; en el nivel IV, los alumnos tienen un logro sobresaliente.

En 2015 los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán no participaron en la ELSEN. Para llevar a cabo el ejercicio que ahora se presenta fue necesario suplir esta falta de información. Para tal fin se imputaron a estas entidades resultados que se basaron en la posición que ocuparon en evaluaciones anteriores con un diseño análogo al de ELSEN. Éstas fueron EXCALE, que el propio INEE aplicaba anteriormente, y PISA de la OCDE. El estado de Tabasco fue utilizado como referente para inferir la posición de las cuatro entidades en que no se aplicó ELSEN, por la cercanía de los resultados que en el pasado obtuvieron consistentemente en EXCALE y PISA. Los eventos educativos que en los últimos años han tenido lugar en las cuatro entidades en que no se aplicó ELSEN, permiten inferir que su posición relativa a Tabasco no haya variado significativamente o, por lo menos, que no haya mejorado.

Los resultados de los alumnos que se presentan corresponden a la evaluación de lenguaje y comunicación. Como se ha señalado, por el diseño matricial de ELSEN, la medición del dominio de capacidades es más profunda que en las demás evaluaciones nacionales. Las capacidades de lenguaje y comunicación se desarrollan progresivamente en la vida escolar. No son atribuibles a un solo maestro en un solo grado, son producto de una trayectoria escolar en que intervinieron maestros de preescolar, primaria y secundaria. Por esta razón el análisis estadístico que se presenta incluye los resultados en la evaluación del desempeño de todos los docentes de educación básica que fueron evaluados en 2015 y no sólo los de maestros de tercero de secundaria.

El número total de maestros evaluados fue de 88 mil 768 que es un número altamente representativo. Por su parte, el diseño de la muestra de alumnos que participa en ELSEN también asegura la representatividad de los resultados para cada entidad federativa. La calidad de las muestras hace posible establecer correlaciones válidas entre las evaluaciones de maestros y de alumnos.

Los datos de la gráfica 1 muestran una correlación positiva entre el desempeño de los maestros y el logro de los alumnos. Esta afirmación es válida a la inversa: a un desempeño más bajo de los maestros, corresponden resultados análogos por parte de los alumnos, como se ilustra en la gráfica 2.

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Es importante destacar que parece no haber estudios que en el pasado hayan encontrado una correlación tan significativa entre el desempeño de los docentes y el de los alumnos en las evaluaciones nacionales. Ello no debe interpretarse en el sentido de que ahora sea más importante el desempeño de los docentes para explicar los resultados de los alumnos. Más bien debe ser leído en cuanto a que la calidad de las evaluaciones ha mejorado y que por ello se permite acreditar lo que todos pensamos: el desempeño de los maestros incide sustancialmente en los aprendizajes de los alumnos.

Como país hemos logrado avances relevantes en la evaluación de la educación nacional; un quehacer especializado que hace tan sólo un par de décadas comenzaba a despuntar. Durante la mayor parte del siglo XX la medición del avance en la educación básica estuvo asociada al crecimiento en la cobertura y la matrícula. Hoy contamos con instrumentos cada vez más confiables para conocer la calidad de la educación en sus dimensiones clave. También debe reconocerse que conforme se sigan perfeccionando los instrumentos de medición del desempeño y la forma en que son aplicados, los resultados permitirán inferir conclusiones más firmes o hasta formular una nueva hipótesis sobre la forma en que se correlacionan el desempeño docente y de los alumnos.

En las gráficas 1 y 2 se puede apreciar que la ubicación de los estados no coincide exactamente con la recta que estima el desempeño de los alumnos en función del desempeño de los maestros. Ello significa que el desempeño docente no es la única variable que explica el desempeño de los alumnos. Es un resultado que no sorprende puesto que hay otros factores que influyen, como la marginación, la infraestructura, el equipamiento, la disponibilidad de recursos en las escuelas y la calidad de la gestión, sin menoscabo de otros. Sin embargo, también es claro que las rectas de regresión permiten estimar en qué zona de la gráfica se ubicarán las entidades federativas en función del desempeño docente.

Podría sugerirse que también existe una correlación importante entre niveles de marginación y desempeño de los alumnos. La gráfica 3 parecería dar sustento a dicha hipótesis: a una mayor marginación corresponden resultados más bajos de los alumnos.

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 A la luz de estos datos puede argumentarse válidamente que si se controlaran los resultados de los alumnos derivados de la marginación, desparecería o disminuiría el efecto que el desempeño docente puede tener en los resultados. En esta hipótesis la explicación última del bajo desempeño de los alumnos en las zonas pobres del país obedecería a la marginación. El problema de conformarse con esta hipótesis es que llevaría a que no se actuara suficientemente para mejorar el desempeño de los maestros en donde la pobreza es mayor.

La buena educación es reconocida como una vía privilegiada para el rompimiento del círculo intergeneracional de la pobreza. Al ser los maestros el factor más importante en la educación escolar de los alumnos, es indispensable mejorar su desempeño para disminuir la pobreza. Se trata de una prioridad insoslayable. La gráfica 4 muestra que esta prioridad no está suficientemente atendida: si la marginación es más grande el desempeño docente es más bajo.

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¿Qué explica la correlación entre marginación y desempeño docente? La respuesta muy probablemente obedezca a una diversidad de factores. Algunos de ellos pueden estar asociados a la pobreza misma. Es el caso de las dificultades que representa el trabajo en comunidades aisladas y de bajos niveles socioeconómicos, y la menor calidad de la infraestructura escolar, la falta de recursos didácticos en las escuelas y demás factores análogos.

Otros factores que pueden conducir a un menor desempeño de los maestros en estados con mayor marginación son de tipo institucional. Ejemplo de ello puede ser la debilidad del gobierno educativo que se traduce en la desorganización administrativa o la incapacidad para asegurar las condiciones de disciplina y trabajo que son indispensables para el desarrollo profesional. La frecuente pérdida de días de clase y, más recientemente, los problemas en la aplicación de las diversas evaluaciones educativas son expresiones de la debilidad del gobierno educativo.

Todos estos factores que asocian a la marginación con el bajo desempeño docente deben ser atendidos. La educación pública existe para asegurar que todos los niños y jóvenes, sin importar su origen, tengan acceso a una educación integral que comprenda los aprendizajes que requerirán a lo largo de la vida. Una vía privilegiada, quizás la más importante, consiste en que contemos con mejores maestros en todo el país. En la calidad de los maestros está uno de los factores clave para la equidad educativa y para romper el círculo intergeneracional de la pobreza. Hay maestros que en las circunstancias más difíciles logran un buen desempeño; es algo que se debe intentar con todos los maestros.

Por todo lo expuesto no puede sino reconocerse la importancia que la reforma educativa ha puesto en el servicio profesional docente. Ha sido un acierto del constituyente la modificación al artículo tercero de la Constitución para asegurar que sean los candidatos idóneos quienes ingresen al servicio y sean promovidos a puestos de dirección y supervisión. Igualmente relevante es la evaluación del desempeño y el reconocimiento a los maestros como instrumentos que favorezcan el mejoramiento de nuestros profesores. La Ley General del Servicio Profesional Docente, que es reglamentaria del artículo tercero, establece un conjunto de medidas que facilitan el desarrollo profesional, tales como el Servicio Técnico de Asistencia a las Escuelas, la oferta de formación continua en función de los requerimientos de los maestros y las escuelas, el intercambio de experiencias entre maestros, la apertura de opciones profesionales y la evaluación interna que llevan a cabo las escuelas.

Nada más equivocado que continuar sosteniendo que la reforma educativa es sólo una reforma laboral. La reforma considera aspectos adicionales al quehacer docente, dirigidos a brindar apoyo al quehacer del magisterio como es el ubicar a la escuela en el centro del sistema educativo, el programa de las Escuelas al CIEN, la dotación de recursos directos a las escuelas, la posibilidad de un planteamiento pedagógico que supere las prescripciones curriculares excesivas que inhiben las capacidades de decisión pedagógica en las escuelas y una revisión de la función de la supervisión que fortalezca la dinámica educativa.

Pero aun si solamente se tuviera en cuenta la parte del servicio profesional docente y se abstrajeran todos los demás elementos de la reforma en curso, ésta no dejaría de ser profundamente educativa. Sin duda toca aspectos laborales porque éstos forman parte del desarrollo profesional de los maestros, pero aquello que le da sentido es la certeza de que todos nuestros maestros, en especial aquellos de los estados con más altos índices de marginación, deben ser apoyados e impulsados en su desarrollo como los profesionistas que más pueden contribuir al avance de sus regiones y del país. Este esfuerzo con los maestros debe ser complementado por una tarea eficaz de todos los demás actores que tienen responsabilidad en la educación.

Es indudable que las políticas en curso deberán continuar mejorando para alcanzar los fines propuestos y de que para ello también habrá que invertir más recursos públicos y seguir perfeccionando los instrumentos de la política pública. La ventaja es que ahora se cuenta con una plataforma constitucional que permitirá fortalecer el desempeño de los maestros a fin de que los niños y jóvenes logren mejor los aprendizajes necesarios para el siglo XXI.

Fuente: http://www.nexos.com.mx/?p=28795

Imagen: http://www.nexos.com.mx/wp-content/uploads/2016/06/02-aula.jpg

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¿Puede y debe ser evaluado el profesorado?

Europa/España/Agosto del 2016/José Gimeno Sacristán/politica.elpais.com

por: José Gimeno Sacristán

Una vez más ocurre. Es al final de la legislatura cuando el Gobierno se plantea la necesidad de abordar la formación, la carrera docente y la evaluación del profesorado.

La razón de la preocupación por estos temas se asienta en la creencia de que el profesorado tendrá más reconocimiento si está bien formado y es evaluado, así como más dispuesto a implicarse en estrategias de innovación.

Lo que se conoce como carrera docente consiste en un sistema de promoción por una escalera de grados en dirección ascendente, que son acumulados. Los profesores pueden optar o no a esa posibilidad. Se mejora el salario de quienes logran superar los requisitos previstos y a quienes no lo logren, o no quieran ascender, no se les “castiga”.

Se presupone que con ese ascenso mejoran las buenas prácticas de los profesores. Un supuesto que no siempre se da en la realidad, Por eso se piensa que, en verdad, estos mecanismos sirven más bien como instrumentos de la política de redistribución salarial.

Cuando no se puede, o no se quiere mejorar las remuneraciones de todo el colectivo docente, se establece la distinción por méritos reconocidos para unos y no para otros. Y con los “malos” profesores, ¿qué hacemos?

Para hacer de la evaluación un instrumento para la mejora de la calidad de la enseñanza se recomienda:

En primer lugar, que entre los méritos reconocidos se contemple la valoración de la práctica del profesorado en el aula y en el centro, pues, de lo contrario, el procedimiento tenderá a burocratizarse.

El profesorado teme ser valorado, a veces por inseguridad profesional. Pero no le faltan motivos para resistirse cuando hemos conocido algunas formas de proceder, por ejemplo de la inspección; cuando desde la Administración se difunden modos burocráticos de planificar y desarrollar el currículo, ajenos a lo que son las prácticas largamente experimentadas en la educación, y cuando se le culpa al profesor de los malos resultados que obtienen los alumnos.

En segundo lugar, existe una dificultad técnica para establecer la carrera docente, pues se ha de determinar qué se acepta por mérito. ¿La antigüedad? ¿Los certificados infinitos de asistencia a cursos de los cuales nada sabemos de su enjundia? ¿La adquisición de titulaciones más altas que las necesarias? ¿El aprendizaje de idiomas?  ¿El ejercer el oficio en situaciones de especial dificultad? ¿Contribuir a la formación del profesorado novel? ¿Participar en proyectos de investigación? … o cuándo se les quiere condicionar el pago de salarios a los resultados académicos de los alumnos(as).

En tercer lugar, el rol de los docentes es bastante parecido en todos ellos, pues las prácticas se han estandarizado muy notablemente en las instituciones. Esa homogeneidad es una dificultad para determinar qué distingue claramente a unos profesores de otros. Aunque, no obstante, se tiene evidencia –especialmente la tienen los alumnos- de notorias singularidades entre el profesorado.

Es indudable que existen apreciables diferencias en las formas de desarrollar el currículo, las maneras de controlar la dinámica del grupo, que realicen o no actividades complementarias, o que incorporen adecuadamente las nuevas tecnologías.

Fuente:

http://politica.elpais.com/politica/2015/12/08/actualidad/1449602673_246482.html

Fuente Imagen: http://fotos02.laprovincia.es/2015/07/01/318×200/catedratico-jose.jpg

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Apagón Pedagógico Global (APG)

Las reformas educativas en clave de resistencias

Una vorágine de mutaciones culturales presiona a los sistemas escolares en el siglo XXI, impulsando su transformación de manera acelerada; lo que permanece invariable, en la inmensa mayoría de lugares del mundo, es el sistema económico, político, social y cultural de explotación del hombre por el hombre.

El cambio educativo suele venir en presentaciones de reformas y en algunos casos de revoluciones. A veces las reformas son lo más revolucionario posible en un momento histórico dado; en otros casos las reformas sólo intentan impedir revoluciones y contradicen la propia esencia etimológica de ‘acción para volver a formar’ reproduciendo las mismas políticas y prácticas que enuncian cambiar.  Muchas reformas son en realidad contrarreformas que procuran eliminar o minimizar el impacto en la acumulación de capital, de importantes conquistas sociales. Dialécticamente hablando, todos estamos de acuerdo en cambiar constantemente, sólo que algunos abiertamente aspiramos que la transformación sea el camino para construir otro mundo posible de solidaridad y justicia social en el cual el ser humano deje de ser considerado un simple consumidor de mercancías.

 

Respecto al cambio educativo actual Unesco (2015) plantea:

 

Vivimos tiempos turbulentos. El mundo está rejuveneciendo y aumentan las aspiraciones a los derechos humanos y la dignidad. Las sociedades están más conectadas que nunca, pero persisten la intolerancia y los conflictos. Han aparecido nuevos centros de poder, pero las desigualdades se han agravado y el planeta está bajo presión. Las posibilidades de un desarrollo sostenible e inclusivo son muy amplias, pero las dificultades son arduas y complejas. El mundo está cambiando: la educación debe cambiar también. (p.3)

 

En el presente, es creciente el interés del capitalismo globalizado por generar una centralización de las reformas educativas a escala mundial que le permita introducir de la manera más homogénea y rápida los cambios educativos que demanda el modelo de producción del siglo XXI. En contraposición, ciudadanos y magisterio entienden cada vez de manera más nítida, la urgencia de construir una agenda internacional alternativa en defensa de la educación pública.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los países miembros de la ONU en Septiembre de 2015, expresan la tensión actual entre aspiraciones ciudadanas e intereses del gran capital. Los ODS o nueva versión de las llamadas metas del milenio[i], incorporan en esta oportunidad un objetivo específico dedicado a la educación, el cuatro, que contiene diez metas[ii] las cuales exigen ser leídas, valoradas y trabajadas con una clara visión política.

Hasta hace tan solo un par de décadas, el proceso de reformas había construido una imagen-pinza pública de cambios “generados” desde el nivel nacional, los cuales en la medida que fueran progresistas contarían con el respaldo de los organismos internacionales especializados en la agenda educativa. Hoy, se construye una imagen pública para las transformaciones educativas diametralmente opuesta. Las reformas educativas aparecen ahora como resultantes de un consenso mínimo internacional que guiará los procesos de cambio de los sistemas escolares nacionales.

No es una novedad que el centro capitalista le imponga a la periferia la ruta de las adaptaciones que requiere el modelo de producción y sus sistemas de engranaje, en este caso el educativo. La variante en el presente viene dada por el hecho de legitimar ante el público en general, los mecanismos de determinación de la agenda de cambios desde el propio centro de gobernanza global.

Ministerios de Educación Nacionales -o sus equivalentes-  aparecen ahora interpelados a cambiar; ya sea conforme a las orientaciones que dictan los organismos económicos internacionales o, en la dirección convergente que acordaron sus gobiernos a través de los ODS, cuyo monitoreo, supervisión y evaluación –en el último de los casos- está a cargo del sistema de Naciones Unidas.

Al ser los sistemas escolares parte sustantiva de los mecanismos de gobernabilidad de los Estados Nacionales, ello impone dinámicas de alianzas y acuerdos entre perspectivas e intereses comunes a escala planetaria por parte de quienes gobiernan; lo cual debería hallar un correlato entre quienes resistimos. El curso que tomen los cambios educativos en cada lugar dependerá, en gran medida, de la correlación de fuerzas que caracterice al mundo político en un momento histórico dado y de las tensiones existentes entre las clases en esa sociedad.

Pero, ¿cuál es el lugar de enunciación de las reformas educativas? Ante todo es importante destacar el papel de la ex URSS en el triunfo del paradigma de la educación para todos y todas. En 1917 los bolcheviques toman el poder en la Rusia Zarista e inician la revolución socialista en uno de los países más atrasados, económicamente hablando, sin acueductos, electricidad y con muy pocas escuelas. En solo décadas logran concretar una política pública que hasta ese momento parecía ser una utopía a nivel mundial: hacer llegar la educación a todo el territorio de Rusia y la Unión Soviética, es decir lograr la masificación educativa en un país. La educación para todos y todas dejó de ser una aspiración de ilustrados, maestros(as), sectores progresistas y políticos radicales en el mundo, para convertirse en un paradigma emergente de la gestión pública.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial creció la esperanza de los pueblos del mundo respecto a las posibilidades de la educación para evitar otra confrontación a gran escala y como camino para mejorar sus sociedades. No es osado señalar que la educación de masas es una conquista del socialismo, independientemente de la degeneración burocrática y liquidacionista de la experiencia soviética desde el periodo post leninista.

Por ello, el surgimiento del paradigma mundial de la educación de masas debemos ubicarlo en el marco de las tensiones propias de la crisis capitalista que llevó a las dos guerras mundiales del siglo XX y la insurgencia de la revolución rusa.

En ese contexto, al finalizar la Segunda Guerra Mundial los sectores capitalistas más conservadores se vieron forzados a aceptar, no sólo la creación de la UNESCO, sino el impulso de la masificación de la educación a escala planetaria.

Con la creación de la ONU se estructuran un conjunto de organismos especializados en las distintas áreas de gobierno e interés político, los cuales fueron delineados a partir de los acuerdos de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas (1944). En el caso de la educación se asume que la tarea central le corresponde a UNESCO, quien puede establecer alianzas en determinados casos con otras agencias dependientes del sistema de Naciones Unidas e incluso más allá.

Sin embargo, con el desembarco del neoliberalismo educativo en la década de los ochenta del siglo XX, organismos económicos globales como el Banco Mundial (BM) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, decidieron fortalecer sus oficinas de educación y asumir un mayor protagonismo en las propuestas, diseños y orientación de las reformas educativas globales. De esa etapa hasta el presente han evolucionado adquiriendo un protagonismo central que amenaza, incluso, la continuidad de convergencia de la agenda educativa en UNESCO.

Es necesario señalar que UNESCO sigue siendo -por carencia de otro espacio mundial similar o parecido-  el lugar privilegiado para expresar las tensiones entre lo económico, lo político, lo pedagógico y lo social; por ello, mantiene su carácter progresivo respecto a las instancias económicas señaladas. El creciente protagonismo en la agenda educativa de los organismos económicos globales amenaza con sustraerle a UNESCO su papel de líder en el sector, dejándole sólo protagonismo en cultura y comunicación.

Hoy en casi todos los sistemas educativos del mundo se habla de calidad de la educación como preocupación central de las reformas y el mecanismo hegemónico que se está utilizando para determinar su curso es el modelo del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o PISA (por sus siglas en inglés). PISA es diseñada y puesta en marcha por la OCDE, convirtiéndose su propuesta en el paradigma de la medición y estandarización educativa a nivel global. La direccionalidad estratégica de la política educativa suele ser decidida por el centro de poder del sistema mundo derivado del acuerdo de Bretton Woods (1944)[iii].

La bitácora de las reformas educativas se inicia en las reuniones del G7 (o G8); su memorándum activa al Fondo Monetario Internacional (FMI) quien delinea la ruta de solución a los “problemas” y transformaciones que requieren los sistemas educativos nacionales para satisfacer las demandas del modelo de producción. Estas recetas generan demandas concretas para los sistemas escolares, vistos como lugares donde se forma la mano de obra especializada y/o calificada que requiere el capital en la coyuntura.

El Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otros, estructuran y coordinan las políticas económicas y sociales, así como escenarios presupuestarios financieros por regiones y países, para los sistemas educativos a partir de los acuerdos del G7 (ó G8) y el FMI.

Luego, estas decisiones y orientaciones son legitimadas ante el público en general, mediante documentos, discursos, libros, declaraciones, noticias, estudios, que circulan de manera profusa en la organización y desarrollo de Conferencias internacionales, regionales, especiales, sectoriales organizadas según la magnitud de la transformación requerida, en la telaraña de instituciones pertenecientes a:

(1) el sistema de Naciones Unidas (UNESCO, FAO, UNICEF, PNUMA, entre otras);

(2) muchas organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales;

(3) las cada día más influyentes Fundaciones Filantrópicas pertenecientes a grandes magnates industriales y financieros.

 

Los debates, acuerdos y resoluciones que acompañan esta operación son difundidos de manera profusa en formatos de noticias, estudios especializados, artículos de opinión, programas especiales de TV y radio, colecciones bibliográficas, videos, hasta en canciones y películas por parte de la industria cultural. El propósito es construir hegemonía cultural que propicie la cimentación de consenso social, respecto a la inminente necesidad de emprender cambios en una determinada dirección y  sector, en este caso el educativo.

Esta dinámica permea los debates nacionales y construye “viabilidad política” para emprender los cambios: La narrativa de presentación en cada país, solía ser la propia de un clamor de la ciudadanía local, ocultando –en la mayoría de los casos- su lugar de enunciación real, la teleología del cambio propuesto y la dependencia nacional respecto a centros de poder económico mundial. Estas iniciativas que antes se imponían bajo el formato inicial de “Comisiones Nacionales de Currículo” y “Comisiones de Estado para la Reforma Educativa”; hoy suelen presentarse como “Comisiones por la Calidad Educativa” y, la narrativa que las alimenta es la de la estandarización de los aprendizajes.

 

Reformas, contrarreformas y educación publica

Las reformas y contrarreformas educativas se convirtieron en los mecanismos que expresaban las tensiones entre educación para élites y educación para todos y todas. Desde la perspectiva de los intereses del gran capital se procuró hipotecar las reformas educativas a los requerimientos del modo de producción; desde las resistencias al modelo capitalista, las reformas fueron consideradas oportunidades para avanzar en el concepto de educación pública, gratuita, popular y de la calidad incluyente.

Al analizar los procesos de reformas educativas generadas desde el surgimiento del Sistema de Naciones Unidas podemos identificar tres grandes ciclos, un número similar de operaciones de control de destino y cinco modas.

El primer ciclo fue el de la masificación de la educación. Éste aparece vinculado a la reestructuración del mundo capitalista post segunda guerra mundial; el cual demandaba mano de obra más especializada, burocracia gubernamental capaz de absorber y comunicar los nuevos códigos de gobernanza mundial y, la generación de una inmigración masiva de sectores de la población del campo a la ciudad en los países de la periferia capitalista que posibilitara la industrialización de la agricultura.

El segundo ciclo, es el de las reformas educativas neoliberales que se inicia en los ochenta con la crisis de las deudas externas, la revolución de las Tecnologías de la Comunicación y de la Información y, la reestructuración económica global. El propósito de este ciclo es la promoción de la privatización y la mercantilización educativa como mecanismos para liberar al sector público de la “carga” presupuestaria que implicaba la educación pública.

El tercer ciclo, se inicia a finales de los noventa e inicios del siglo XXI; siendo éste el ciclo el de la estandarización de la evaluación de docentes y estudiantes, la expansión acelerada de la mercantilización, la virtualización de la educación y del Apagón Pedagógico Global (APG).

En este ciclo se concreta el abandono de la agenda de la educación superior o universitaria por buena parte de los organismos educativos internacionales, dejando a merced del mercado y los rankings universitarios el destino del sector. UNESCO, por ejemplo, una vez culminada la primera Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) paradójicamente cierra su dirección de educación superior.

Por otra parte, en las últimas décadas se distinguen tres grandes operaciones de control de destino caracterizadas por: (a) la creciente centralización internacional de la agenda de reformas de los sistemas escolares nacionales, (b) la homogenización de las narrativas ciudadanas y gubernamentales respecto a la educación y, (c) la determinación del uso de los recursos del PIB y el presupuesto público en educación a través de la imposición de las llamadas “tendencias” del cambio.

En el primero de los casos se logra construir una lógica mediante la cual las Conferencias Mundiales, Regionales y/ o  Sectoriales constituyen el espacio privilegiado para consensuar las rutas marco de las reformas educativas nacionales. En ese sentido se oculta el papel de la economía en la orientación estratégica de las reformas, dotando a algunos organismos internacionales del sector educación con una especie de aureola de “neutralidad” que les faculta para elaborar documentos base, permeados por la agenda económica en educación, los cuales son presentados con el lenguaje propio de los educadores y el sector educativo.

En el segundo, se logra construir un sentido común de lo educativo que tiene como rango distintivo “despolitizar” el debate en el sector. La despolitización procura ocultar la dependencia de los sistemas educativos respecto a las agendas de dominación política global. Si éstas se ocultan resulta más limitadas las posibilidades de que emerjan propuestas alternativas al modelo hegemónico de dominación, de neo colonización cultural y –como lo alerta Henry Giroux- de conformación de zombis políticos como sustitutos de la ciudadanía crítica. Un indicador claro de ello, son las dinámicas mediante las cuales los sistemas escolares fueron abandonando -progresiva y aceleradamente- –   las finalidades, tareas y estrategias vinculadas al pleno desarrollo de la personalidad que les caracterizó a sus inicios.

En el tercero, se logra consensuar la determinación de un monto mínimo del PIB (6%) y del presupuesto público (20%) para el sector de educación. Detengámonos brevemente en este último aspecto. Esta conquista de carácter progresivo, que sintetizaba una aspiración histórica del magisterio y sus organizaciones sindicales para garantizar el funcionamiento de robustos sistemas escolares nacionales y la ampliación de la cobertura de la educación pública, comenzó a ser vista como una importante porción del presupuesto público por parte de las grandes transnacionales del sector y para los empresarios locales.

Cada vez más economistas, administradores, especialistas en informática, comienzan a ocupar los cargos de Ministros de Educación o sus equivalentes; en muchos casos ya ni los viceministros del sector son educadores, ni tienen experiencias mínimas de aula en los sistemas escolares.

El Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Corea (2015)   -donde se consensuaron las metas y el Marco de Acción 2030 para el sector-   contó con la casi nula presencia de docentes en comparación con el protagonismo de los directores de los organismos económicos globales, los representantes de la filantropía empresarial y grandes transnacionales del sector educativo[iv]. En este sentido, el logro más importante de este Foro que fue consensuar un monto mínimo del PIB y del presupuesto para alcanzar metas en EPT 2030, resultó ser un escenario privilegiado para allanarle el camino a las grandes transnacionales del sector tecnológico y de la medición estandarizada, quienes entienden el 6% PIB y el 20% del presupuesto público educativo, como un mercado global a disputar.

Hoy buena parte de este monto –del PIB y el presupuesto público en educación-  está siendo invertido en la compra de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia, el cual va a parar a las finanzas de las grandes trasnacionales informáticas. Otra porción es destinada a la aplicación de las pruebas estandarizadas (PISA y Ranking universitario, como ejemplos) cuyos resultados vienen prediseñados con orientaciones  para las políticas públicas educativas. Crecientes montos del presupuesto educativo se destinan en compras de materiales bibliográficos a los grandes consorcios editoriales, así como a las corporaciones de alimentos que invaden el mercado de las llamadas políticas compensatorias y los programa sociales que se viabilizan a través de la educación. Finalmente, otra porción importante del PIB y el Presupuesto Público del sector se utiliza en infraestructura y actualización de las condiciones de planta física para albergar plataformas tecnológicas. Todo en nombre del necesario cambio educativo.

Paradójicamente, en momentos en los cuales se logra acordar un piso mínimo de inversión en educación, se genera una desinversión en salarios y condiciones de trabajo de los docentes y, en requerimientos que emanen de la determinación de necesidades, prioridades y aspiraciones desde las propias escuelas.

Analizados los ciclos y las operaciones de control a distancia, veamos ahora el último de los elementos: las modas educativas.  Ellas se convierten en elemento discursivo central sobre el cuál gravitan las reformas educativas en cada uno de los ciclos y operaciones de control.

 

Las modas educativas que fragmentan la pedagogía

El fragmento es la herramienta ontológica y epistemológica predilecta del capitalismo para imponer su dominio. Por su parte el análisis de la realidad como totalidad y la dialéctica entre lo global y lo local, emergen como antítesis de ese proceso epistémico de dominación. Por caminos distintos a los de otros campos profesionales, la pedagogía se auto constituyó en la ciencia o la convergencia de ciencias que estudian al ser humano en su proceso de aprendizaje no limitándose a lo cognitivo, sino relacionando la organización escolar con la realidad histórica, política, económica y social concreta.

Esta comprensión de la relación entre el todo y las partes, dota a la pedagogía de perspectivas políticas no siempre compatibles con el sistema. Por ello, se inicia un proceso inducido desde esferas económicas, tanto en el magisterio como en las políticas públicas, de ruptura con la posibilidad de interpretación holística de la realidad. Las modas y “novedades discursivas acompañan y hacen “creíbles” para el público en general, las contrarreformas educativas que debilitan los avances progresistas precedentes.

Desde los años cincuenta del siglo XX las reformas dejan de hablar de las pedagogías, sustituyéndolas en distintos momentos por alguno de sus componentes como epicentro de la actividad de cambio educativo. Se habla de la importancia de trabajar un determinado fragmento de la pedagogía y se desacredita el potencial del conjunto de ellos actuando en la cotidianidad educativa. No desconozco con ello que detrás de cualquier enfoque pedagógico subyace una ontología y una epistemología política que condiciona su teleología. Lo que pretendo subrayar es el desarrollo de contrarreformas educativas que se fundamentan en modas educativas para romper cualquier posibilidad de interpretación de la realidad como totalidad.

Primero fue la moda de las didácticas (´50s), seguida de la moda de la formación de directores, supervisores y planificadores (´60s), posteriormente las modas del gerencialismo y la evaluación cualitativa (´70s). En la década de los ochenta del siglo pasado desembarca la moda educativa de más larga duración, la del currículo, la cual se instaló en los sistemas escolares durando casi treinta años, además con concepciones curriculares separatistas de las políticas y prácticas pedagógicas.

En cada una de estas modas se nos dijo que el fragmento era el epicentro de la actividad pedagógica y el elemento más importante para las reformas educativas. El común identificador de las modas educativas lo constituye, la concepción nomotética del ser humano, la invisibilización de la tríada contexto-docente-estudiante en interacción, y especialmente, la ruptura con la interpretación de la relación entre lo general y lo particular, del todo con las partes, de lo escolar con el contexto, es decir de la totalidad con lo cotidiano del hecho educativo.

Esta dinámica logró permear la estructura y el diseño organizacional de muchos Ministerios de Educación, los cuales cuentan, con direcciones de planificación, currículo, evaluación, supervisión, entre otros, pero no cuentan con una instancia organizacional que las integre; peor aún aparecen separadas administrativamente en vice ministerios distintos que no se articulan entre sí. El objetivo de romper con la mirada integral e integradora del hecho educativo fue realizado mediante la imposición de modas a partir de fragmentos de la pedagogía.

La moda más reciente es la de la evaluación de los sistemas educativos (dos primeras décadas del siglo XXI) con dos aristas centrales: la del rendimiento de los aprendizajes; limitándolo a cuatro áreas (lectura y escritura, matemáticas, tecnología y nociones de ciencia) y, de los docentes (uso del tiempo escolar, rendimiento estudiantil, mecanización de la carrera docente). En el caso de la educación superior se impone el modelo de los rankings. Se pretende ahora  decir que lo importante son los resultados de estas evaluaciones y clasificaciones.

A tal punto han logrado construir hegemonía para sus propósitos que buena parte de las reformas y/o contrarreformas educativas que vienen generándose gravitan y son determinadas por los resultados de las pruebas PISA/OCDE y los rankings universitarios surgidos del tejido de sistemas estadísticos internacionales promovidos por el Banco Mundial y la OCDE.

Paralelo a las modas educativas, y con el propósito de destruir cualquier resistencia a la regresión educativa en marcha, se ha generado una renovada ofensiva contra el magisterio y la idea de planteles escolares. Estos mecanismos buscan socavar y destruir el espacio de la educación pública. Veamos las expresiones de cada una de ellas.

 

La docencia una profesión en riesgo de desaparición

La dominación y las resistencias son procesos objetivos y subjetivos, que se expresan en la realidad social, en este caso educativa. Los docentes somos actores/autores fundamentales en la construcción de ciudadanía no domesticada, interpretación científica del mundo, el aprender a aprender y el desarrollo del pensamiento crítico. Si se indaga con meridiana precisión, encontraremos que detrás de cada proyecto emancipatorio colectivo ha sido notoria la presencia de docentes, quienes coadyuvaron a abrir -desde las ideas y el ejemplo de sus posiciones- el camino. Por ello, el capitalismo desprecia tanto a los docentes.

El capitalismo ha querido arrebatar hasta la identidad a quiénes ejercen la docencia. Los apologistas del capitalismo han señalando, en distintos momentos y regiones –incluso desde paradigmas aparentemente progresistas-  que, por ejemplo, no es correcto llamarse maestro o profesor. Esta línea discursiva se complementa con la que señala que “cualquiera puede dar clase y no se requiere mayor formación profesional que aquella propia de la transferencia de conocimientos” –como si la docencia y la pedagogía fueran simples tecnologías de enseñanza de contenidos-  o que “la docencia es una seudo profesión de paso, es decir, para ejercerla mientras se alcanza el dominio de otra profesión de larga duración”.

Lo que está ocurriendo en muchos países donde se presentan las contrarreformas neoliberales de nueva generación (siglo XXI), no es otra cosa que un gigantesco ensayo del gran capital para aplicar la más feroz involución educativa en el plano de la educación pública con un capítulo especial en la eliminación de la profesión que lo ha caracterizado: la docencia. Si logran imponerlo en algunos países procurarán generalizarlos como nuevo modelo para América Latina y el Mundo.

Estas contrarreformas en marcha en distintas latitudes del planeta, son para el capitalismo en educación del presente, lo que en los noventa fue la Chile de Pinochet. El centro de las reformas neoliberales de nueva generación apuntan a la destrucción de la profesión docente atacando:

(a) El prestigio, la tradición y el reconocimiento social de los centros de formación profesional, especialmente aquellas caracterizadas por su perfil crítico como las normales y muchos institutos pedagógicos;

(b) la estabilidad laboral, que en las décadas precedentes había logrado un estatus singular en buena parte de las legislaciones nacionales; el Caballo de Troya que utilizan para ello son las evaluaciones docentes, la imposición de nuevos modelos de sistemas de ingreso y ascenso, el horizonte difuso de los sistemas de jubilaciones y pensiones docentes, muchos de ellos generados en la frontera de lo extra jurídico.

Paralelo a ello, en muchos lugares se está procediendo a la creación de un “ejército de reserva docente” que trabajaría por periodos cortos de 1 a 6 años, para lo cual son preparados mediante modelos Fast Track de enseñanza de técnicas básicas de transferencia de conocimiento. Finalmente, mediante el impulso de modelos de virtualización educativa.

Si no son necesarios docentes, no existe razón en las políticas públicas para financiar o poner en marcha normales o universidades pedagógicas. Para su progresiva sustitución se diseñan programas de formación docente inicial y de formación permanente de los docentes en servicio, paralelos o independientes a los que se realizan en las normales o universidades pedagógicas en la Región.

Los administradores de los sistemas educativos nacionales comienzan a aplicar el modelo norteamericano de formación docente Fast Track,  cuyo rasgo más distintivo es la sustitución de lo pedagógico por tecnología de la enseñanza administrados por ahora en la mayoría de los casos, por y desde los Ministerios de Educación Nacional o sus equivalentes, pero que seguramente serán privatizados en el corto plazo;

(c) a las organizaciones sindicales autónomas del magisterio. Para ello coaptan, condicionan o desprestigian a las direcciones sindicales más patronales, persiguen  a las más combativas y colocan nuevos mecanismos y obstáculos para limitar la sindicalización y las posibilidades de procesar cotizaciones sindicales. Sindicatos débiles o sumisos no serán herramientas eficaces del magisterio para resistir;

(d) el concepto de lo público, abriendo paso a la idea de mercado educativo. La profundización de las iniciativas de mercantilización y privatización educativa son crecientes, en las cuales el docente es un simple asalariado condenado a trabajar un fragmento de la mercancía educativa, objetivada en títulos.

El propósito de cada una de estas iniciativas no es otro que poder mostrar que se pueden administrar y llevar adelante sistemas educativos sin maestros(as), sin profesoras(as) y sin la profesión docente. Pero la ofensiva de las contrarreformas de nueva generación no se detiene allí. El nuevo espacio de desmantelamiento de la educación pública es el plantel y el aula como lugares de encuentro y construcción del imaginario colectivo de los sistemas escolares masificados.

 

Plantel educativo o pantalla virtual: la tecnología acecha a la escuela

Si la prospectiva planificadora de los sistemas educativos, desde la lógica capitalista, ya no requiere normales ni universidades pedagógicas porque la docencia deja de ser una profesión, el capítulo siguiente de la contrarreforma neoliberal será la destrucción del plantel escolar como espacio educativo socialmente construido para la enseñanza-aprendizaje durante los siglos XIX y XX.

La virtualización juega un papel especial en esta tarea. Un dato ilustra esta tendencia, durante el año 2014 desde el Banco interamericano de Desarrollo (BID) se promovió el modelo de enseñanza de “pirámide invertida” que en esencia y síntesis planteaba que dada la proliferación de computadores caseros y portátiles, los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas electrónicas, así como la expansión de la internet y el wifi, estaba llegando el momento de desarrollar un modelo de aprendizaje “casero” basado en videos masivos y uniformes de enseñanza, en el cual la escuela se convierta fundamentalmente en un espacio de evaluación.

Evidentemente, ello se alimenta de la tendencia a sustituir inversión en infraestructura escolar por servicios tecnológicos  -hardware y software- para mantener la expansión económica de la industria de las tecnologías de la comunicación y la información a escala global.  La disputa por las partes del PIB y el presupuesto público en educación es cada vez más feroz y como en los demás campos confronta al capital nacional con el trasnacional.

 

Apagón Pedagógico Global (APG)

Todos los procesos descritos anteriormente nos han permitido señalar, desde hace ya varios años, el riesgo cierto, que en el marco de las transformaciones del capitalismo mundial del siglo XXI se genere un Apagón Pedagógico Global (APG). En la carta que el 9 de julio de 2015 doscientos treinta y seis educadores e investigadores educativos de todo el mundo le entregáramos a la señora Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, así lo alertamos. Esta tendencia a generar un APG se expresa en:

(a) la fragmentación de la pedagogía, en el impulso de modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan generando una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad;

(b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier titulado puede ejercer la docencia, rompiéndose la noción de profesionalidad en el sector y de carrera docente e, incluso cuestionando la existencia de normales y universidades que forman docentes;

(c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo, con alternativas que golpean la noción de educación pública, como lo son la virtualización, la educación en casa o el concepto de espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes de plantel y aula;

(d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (pensamiento lógico matemático / lectura y escritura), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) creando la noción que el resto de los aprendizajes son de segundo orden. Todo aquello que apunte al desarrollo integral del ser, individual y social, y la construcción de ciudadanía pasa a ser accesorio y prescindible. La estandarización de los criterios y valores de estas cuatro áreas de aprendizajes se presentan como equivalentes a la calidad educativa como aspiración ciudadana colectiva.

No es osado ni delirante plantear que de continuar esta tendencia al APG capitalista en educación, en las próximas décadas podría desaparecer la escuela y la escolaridad como las hemos conocido en los últimos siglos. El sustituto de los sistemas educativos pareciera ser una especie de apartheid educacional que llevaría la exclusión educativa a un nivel inimaginable en el presente, conduciendo a la humanidad a una barbarie civilizacional sin precedentes.

El giro economicista de las contrarreformas educativas que se está imponiendo de manera abierta y sin medias tintas, obliga a abrir un debate mundial respecto a su impacto en el corto y mediano plazo.

No es tiempo de lecturas románticas o aparentemente “despolitizadas”. Ni las reformas educativas ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son neutros y los resultados de su implementación dependerán en buena medida de la orientación política que alcance la sociedad mundial en el corto y mediano plazo..

Lo que está en juego, es el futuro de la educación pública de masas en el mundo. Es tiempo de revisar, analizar y proyectar el papel de las resistencias en la actual coyuntura de las reformas y contrarreformas educativas a escala global. Las reformas educativas que no se piensan, diseñan y aplican democráticamente con los y las docentes, terminan en dominación y conflictos para las sociedades.

Quizá sea tiempo de soñar con una organización de los educadores a nivel mundial que no esté atrapada por las lógicas de los partidos del status quo mundial ni por las trasnacionales económicas; es tiempo de pensarnos desde el protagonismo central de los docentes de aula. Las resistencias son la única garantía de una educación pública para todos y todas como camino para construir juntos otro mundo posible.

 

Lista de referencias y trabajo recientes vinculados

Bonilla-Molina, L. (2015). Calidad de la educación: Ideas para seguir transformando la educación. Ediciones CIM. Caracas Venezuela.

Bonilla-Molina, L (2016). Educación en la agenda para la elección del nuevo(a) Secretario (a) General de Naciones Unidas. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/ archivos/99542

Bonilla-Molina, L. (2016). No dejemos solos a las maestras y maestros(as). (Carta a los candidatos a la secretaría general de la ONU). Disponible en http://questiondigital.com/?p=34137

Bonilla-Molina, L. (2016). La universidad Latinoamericana ¿Tiene falla de origen?  Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/101099

Bonilla-Molina, L. (2016). Universidad, apertura, cierre de carreras y programas de formación. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/108540

Giroux, Henry (2011). Zombie Politics and Culture in the Age of Casino Capitalism. Series: Popular Culture and Everyday Life – Volume 23- EEUU.

ONU (2016). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education

UNESCO (2015). Replantear la educación: ¿Hacia el bien común mundial? Ediciones Unesco. París. Francia.               Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/ 0023/002326/232697s.pdf

UNESCO  (2016). Unesco Science Report: Towards 2030.  Ediciones Unesco. Paris Francia.  Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235406e.pdf

[i] Su análisis específico escapa a los propósitos y límites de extensión de este trabajo por lo que lo desarrollaré en otro artículo.

[ii] Ver las metas en  http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

[iii] La Conferencia de Bretton Woods deliberó en Julio de 1944 sentando las bases del sistema monetario, financiero y de gobernabilidad que rige al capitalismo mundial desde ese momento.

[iv] Esto generó una firme carta de rechazo de centenares de educación en el mundo, la cual me correspondió consignar el 9 de julio de 2015 ante la Directora General de la UNESCO y actual candidata a la Secretaria General de la ONU Dra. Irina Bokova.  Pueden leer y firmar la carta en la siguiente dirección electrónica https://www.change.org/p/maestros(as)-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion

 

Publicado originalmente en la Revista Viento Sur N° 147

 

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