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EcoInclusión es la gran ganadora del #DesafíoGoogleOrg

19 Noviembre 2017/Fuente:mba /Autor: AmericaEconomía.com

Al igual que las ONGs, en Google también nos hacemos esas grandes preguntas y creemos que la tecnología puede y tiene que cumplir un rol fundamental para resolverlos. Así llegamos a la final del Desafío Google.org con la satisfacción de estar ayudando a encontrar esas respuestas.

Cinco ganadoras nacionales, elegidas por el voto del público para representar a Argentina, Chile, Colombia, México y Perú, participaron de la gran final regional en Ciudad de México donde un notable jurado seleccionó a los ganadores del certamen.

Luego de un intenso debate EcoInclusión, de Argentina fue elegida como la gran ganadora del Desafío Google.org. Recibirá US$ 150.000 (que se suman a los US$350.00 que ya ganó en la etapa nacional) para la fabricación de ladrillos ecológicos de bajo costo a través del reciclaje de botellas de plástico PET.

En segundo lugar quedó Movimiento Peruanos Sin Agua que recibirá US$150.000 adicionales para desarrollar su sistema de captación de agua de niebla y aguas subterráneas para poblaciones con acceso limitado a este recurso y en tercero, Patrulla Aérea Civil Colombiana, que ganó US$100.000 extra para continuar llevando atención médica y quirúrgica a zonas vulnerables, de difícil acceso y sin hospitales. Las ONGs Corporación Red de Alimentos de Chile y Sin Fronteras de México llevarán un premio adicional de US$50.000 cada una.

El jurado, compuesto por Rigoberta Menchú, embajadora de buena voluntad de la UNESCO y ganadora del Premio Nobel de la Paz; Gabriel Baracatt, director Ejecutivo de Fundación Avina; Anamaría Schindler, responsable de Ashoka para América Latina, los artistas Shakira y Diego Luna; la presidenta de Google.org, Jacquelline Fuller, y yo, Adriana Noreña, vicepresidenta de Google para Hispanoamérica, evaluamos cada proyecto teniendo en cuenta su impacto social, su grado de innovación, la factibilidad técnica de realización y su escalabilidad.

Además todas las ONGs ganadoras, un total de 15 seleccionadas en los cinco países que participan del certamen, también recibirán el apoyo de un grupo de voluntarios de Google que los acompañará durante el proceso de hacer realidad su idea.

Para el Desafío Google.org, América Latina será un hito. No solo fue la primera vez que el certamen se desarrolla en forma regional, sino que recibimos un récord de más de 2300 proyectos que abordaron temas educativos, medioambientales, de salud y derechos civiles, entre muchos otros. Y además, con un total de US$5.85 millones en donaciones, será el monto más grande otorgado por el certamen en todo el mundo.

Este certamen ya recorrió un largo camino, pero todavía queda mucho por hacer. Estamos orgullosos de poder encontrar respuestas a los problemas de la sociedad. Pero en ese camino también encontramos nuevas preguntas, que seguiremos trabajando para ayudar a responder.

Fuente de la noticia: https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/ecoinclusion-es-la-gran-ganadora-del-desafiogoogleorg

Fuente de la imagen: https://mba.americaeconomia.com/sites/mba.americaeconomia.com/files/styles/article_main_i

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Pluralismo reflexivo: debates y tensiones en nuestra cultura

José Joaquín Brunner

El pluralismo afirma y da expresión al principio de la diversidad de los valores, las culturas, los dioses y los modos de vida. Supone una visión abierta frente a la historia (las historias) de las civilizaciones y una celebración de la variedad. Acepta por tanto en el seno de la sociedad, en las esferas pública y privada, una coexistencia pacífica de diversidades no solamente toleradas, sino acogidas, celebradas y expresadas.

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Tópicos propios de la teoría y práctica del pluralismo están cada vez más presentes en nuestra sociedad. Discutimos si es posible sentarse a la mesa a conversar con un cómplice pasivo de la dictadura. Si los representantes de una derecha “cavernaria” merecen nuestro respeto en la esfera pública. Si los mapuches son portadores de un principio de legitimidad nacional y, por ende, deberíamos aceptar la idea de un Estado plurinacional. Si la Pontificia Universidad Católica de Chile, y sus congéneres de igual confesión, deben ser reconocidas como auténticas universidades para participar en la esfera de la razón pública. Si el PC merece ser admitido por las instituciones democráticas a pesar de su defensa del chavismo, del régimen castrista y del capitalismo de partido único de la República Popular China. Si puede haber establecimientos de educación obligatoria K-12 de carácter religioso, de identidad y misión filosóficamente definida o con identidad cultural de raíces étnicas. Si acaso el Estado democrático debería promover activamente las libertades de culto, la diversidad de concepciones de mundo y una pluralidad de maneras de orientar la propia vida de acuerdo a valores autónomamente asumidos.

Mi respuesta personal a todas las anteriores cuestiones es clara y definidamente que sí.

Reacciono frente a estos asuntos de manera semejante al filósofo inglés Isaiah Berlin, quien en una entrevista recuerda una oración hebrea que se reza, cuenta él, al ver un monstruo: “Bendito sea el Señor nuestro Dios, que introduce la variedad entre sus criaturas”. Y luego explica que él se sitúa en la tradición de quienes rechazan “la idea surgida en el Siglo de las Luces en el sentido de que el hombre, en cualquier país y en cualquiera época, tiene valores idénticos”. Para esa tradición, remata, “al igual que para mí, la pluralidad de las culturas es irreductible”.

Rechaza por lo mismo con igual energía los nacionalismos agresivos y el universalismo abstracto; aquel que pretende uniformar las culturas en nombre de una racionalidad superior, habitualmente aquella provista por la razón instrumental fundada en la ciencia y la tecnología.

Por el contrario, sostiene Berlin, la variedad es una virtud. Y el pluralismo —“que entraña la posibilidad de innumerables ideales incompatibles que atraen la devoción humana”—, una vez aceptado como modo de vida, resulta difícil de aplastar por una fuerza autoritaria.

Su optimismo histórico es evidente. Cree que siempre, “tarde o temprano, la gente se tiene que rebelar contra la uniformidad y los intentos por establecer soluciones globales de cualquier tipo”. En cambio, aboga por el reconocimiento de perspectivas diferentes e incombinables. Sin embargo, al mismo tiempo, afirma la necesidad —y cree en la posibilidad— de “un mínimo de valores comunes”. Ésta es la única forma, piensa, de preservar la paz entre las naciones y evitar que las diferencias que trae consigo la aceptación amplia del pluralismo terminen destruyendo la sociedad.

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Este breve recorrido de la mano de Berlin muestra de inmediato lo difícil que resulta vivir en medio del pluralismo y la diversidad de valores. Veamos algunas encrucijadas.

Al pluralismo se opone la uniformidad; la idea de que sería mejor una sola cultura global, regida por algún principio universal como la razón científica, o una fe religiosa, o la ideología secular de un partido único.

Al contrario, el pluralismo afirma y da expresión al principio de la diversidad de los valores, las culturas, los dioses y los modos de vida. Supone una visión abierta frente a la historia (las historias) de las civilizaciones y una celebración de la variedad, como en la oración hebrea. Acepta por tanto en el seno de la sociedad, en las esferas pública y privada, una coexistencia pacífica de diversidades no solamente toleradas, sino acogidas, celebradas y expresadas.

Al mismo tiempo, según Berlin, el pluralismo no es incompatible con una base común mínima de valores que serviría para proteger el pluralismo, en primer lugar, y para promover un elemental consenso moral que facilite la integración social más allá de la solidaridad orgánica creada por la división del trabajo y por los intercambios de mercado.

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Las discusiones recientes en torno a la despenalización del aborto en tres causales son un ejemplo de deliberación pública en torno a una materia donde chocan “ideales incompatibles que atraen la devoción humana”, al mismo tiempo que dan cuenta de un esfuerzo por elaborar un mínimo ético común sobre cuya base resulte posible legislar y convivir en paz.

De hecho, durante el intenso debate en torno a dicho proyecto se tematizaron públicamente motivos científicos, religiosos, ideológicos, técnicos y de preferencia personal que parecían difíciles de articular en un acuerdo mínimo. Con todo, finalmente, tal acuerdo se logró y expresó en términos prácticos en el terreno político-legal, incluso admitiendo una objeción de conciencia —individual e institucional— en el marco de la ley.

El conflicto de valores subsiste, por consiguiente, lo mismo que la inconmensurabilidad de los valores en juego y de las visiones ético-filosóficas divergentes sobre los que aquellos se fundan. Continuará, pues, existiendo una tensión en estos ámbitos, igual que una discusión en los medios de comunicación, la academia, las iglesias, los hospitales, entre los profesionales de la salud y del derecho, en los tribunales de justicia y en el seno de las familias.

Pero, desde el punto de vista de la democracia deliberativa, qué duda cabe, se dio un importante paso mediante la elaboración de un acuerdo de convivencia cultural. Se alcanzó un equilibrio ético inestable; se energizó la conciencia moral de las personas, grupos e instituciones, y se instituyó una perspectiva cultural de integración en torno a un asunto que, en el mundo contemporáneo, es objeto de similares procesos conflictivo-deliberativos en diversos países.

Miradas las cosas en perspectiva temporal más larga, el acuerdo establecido (por ahora) significa asimismo el resultado de procesos evolutivos y de cambio en el plano de la ética social de diferentes grupos. Refleja una cierta liberalización de pautas evaluativas y unos procesos intersubjetivos de aprendizaje. Además, el reconocimiento de la complejidad de ciertas situaciones que antes se prefería mantener a la sombra de las virtudes públicas como vicios privados.

Todo esto ha conducido, eventualmente, a nuevos tipos de consensos ético-jurídicos y a una mayor reflexividad del pluralismo cultural de la sociedad chilena en este ámbito. Muestra que, incluso las convicciones que comprometen de manera más vital y emotiva la razón y el juicio moral de las personas y sus creencias religiosas, se hallan sujetas al influjo del medio ambiente, a los cambios generacionales, a nuevas evidencias científicas, al razonamiento de grupos e instituciones, y al discernimiento de las personas y de las comunidades étnicas y de fe. De allí que la clasificación de una “derecha cavernaria” en relación con este tema no pasó de ser una boutade (“intervención pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar”) del ilustre Vargas Llosa.

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El reciente intercambio de opiniones en torno a la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) sirve también para reflexionar sobre el pluralismo en las sociedades contemporáneas. (Debo declarar en este punto que me formé en dicha universidad y que luego fui exonerado de ella en septiembre de 1973).

Nadie duda que esta institución constituye, ante todo, una importante contribución al campo académico-científico, intelectual y cultural del país. Es una de las dos universidades líderes chilenas y goza de amplio reconocimiento internacional, especialmente a nivel de la región iberoamericana. Es, asimismo, una importante fuente del pluralismo de dicho campo institucional, el cual, a su turno, es un pilar del pluralismo político y cultural de la nación.

Además, realiza sus aportes en conformidad con la lógica de valores y con la autonomía propia del campo académico. Digamos así: la PUC es reconocida dentro de las comunidades disciplinarias y profesionales —desde historiadores a biólogos, de ingenieros a médicos y abogados— como un miembro legítimo que actúa de buena fe (bona fide) en el campo universitario.

Efectivamente, posee todos los atributos mediante los cuales se reconoce hoy a las universidades en el mundo democrático: (i) Autonomía (organizacional, académica, financiera y de recursos humanos) de acuerdo a los indicadores establecidos por la Asociación Europea de Universidades; (ii) Libertades humboldtianas de enseñanza, investigación y aprendizaje, según la auto-comprensión —y con las tensiones— con que dichas libertades se cultivan en las organizaciones universitarias contemporáneas; (iii) Principios institucionales conformados a las mejores tradiciones universitarias y a los retos del futuro, tal como estos principios se expresan en la Declaración de Glion: La universidad ante el milenio, suscrito a fines del siglo pasado por un grupo de las más prestigiosas universidades de los países desarrollados; (iv) Pertenencia a prestigiosas asociaciones universitarias internacionales, como es el caso de Universitas 21, con exigentes criterios de inclusión y excelencia para las instituciones miembros, y (v) Generación de bienes públicos y efectivo compromiso con el desarrollo nacional.

De manera que —más allá de estrechas disputas legalistas (¡que apasionan a los grupos dirigentes del país!)— no puede sorprender que la PUC aparezca, a la luz de cualquier análisis serio, como una institución pública por su misión, trayectoria, vocación, contribuciones y resultados. Ni que, como consecuencia de lo anterior, haya sido cofinanciada por el Estado chileno desde hace más de sesenta años, ininterrumpidamente, bajo los más diversos gobiernos.

Su carácter misional, más aún confesional, en calidad de universidad católica y pontificia, produce sin duda ciertas peculiaridades que una sociedad pluralista debe aprovechar (¡antes que condenar!) para enriquecer su discusión reflexiva.

Por ejemplo, cuenta la PUC con una facultad de teología que, como ya enseñaba Kant en su tiempo, ejerce la razón pública en asuntos que, decía él, interesan no sólo al Estado, sino además, a la Iglesia (protestante). Por eso, proponía que la antigua facultad reina de la universidad medieval, debía ahora, al momento de nacer la universidad moderna, situarse en un lugar jerárquicamente subordinado a la facultad de filosofía, la única que podía evaluar y juzgar con independencia el trabajo de las facultades profesionales, incluyendo junto a la de teología, a las de derecho y medicina.

Hoy, la querella de las facultades ha desplazado su eje hacia tensiones o contradicciones posmodernas (o propias de la modernidad tardía), tales como aquellas existentes entre la cultura de las ciencias y la cultura de las humanidades, o entre las ciencias naturales y las ciencias humanas, o entre la formación general (liberal) y la formación profesional y técnica.

Es decir, con el creciente pluralismo en todas las esferas de la sociedad, incluido el campo universitario, el viejo conflicto de las facultades profesionales (comprendiendo a la de teología) con la facultad de filosofía, se ha vuelto más diferenciado, sutil, entrecruzado y complejo, convirtiéndose en un conflicto multiforme: entre múltiples tribus disciplinarias, racionalidades científicas, orientaciones de valor, concepciones de mundo, modelos formativos, estilos de trabajo académico, poderes académicos, lenguajes esotéricos, asignaciones presupuestarias, etc.

Efectivamente, en los sistemas académicos contemporáneos hay por doquier una enorme variedad; un acentuado pluralismo que crece con la complejidad de las organizaciones. Conflictos entre ciencias más o menos dogmáticas o normativas, entre enfoques epistemológicos, entre formas y tipos de conocimientos, entre sensibilidades hacia lo sagrado y lo profano, ente reglas de la tribu y control de territorios del saber, entre especialidades emergentes y declinantes, entre escuelas y tendencias, entre principios jerárquicos y de participación horizontal, entre localismo y cosmopolitismo, etc.

En medio de tales tensiones y de la variedad generadas por el pluralismo interno de las universidades y su entorno exterior, los resultados formativos de las instituciones tienden a ser múltiples y variados también. Lo mismo ocurre con la PUC. Por ejemplo, durante los últimos cincuenta años ella ha dado origen —al menos parcialmente— a un número significativo de élites públicas, políticas y técnicas, como han sido las del MAPU, del gremialismo-UDI, de una sociología de impronta cultural católica, de los Chicago Boys, de la escuela CIEPLAN, de RD y otras. Sin mencionar su influencia, otra vez variada, en campos profesionales especializados como el de la medicina, la ingeniería, el derecho, la administración de empresas, la arquitectura, las comunicaciones. Y algo similar ocurre en campos especializados de las ciencias, las humanidades y las artes. Resulta difícil imaginar que estos resultados pudieran haberse obtenido en una universidad monista, uniforme, monocolor y rigurosamente vigilada por la autoridad eclesiástica.

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¿Significa todo esto que el pluralismo intrainstitucional transcurre en la PUC de una manera perfectamente armoniosa, pacífica, sin roces o querellas, rupturas y conflictos?

Sería francamente infantil suponerlo. Y no sólo en el caso de la PUC. Pues en estas instituciones, sobre todo si poseen un marcado carácter misional, la forma de gobierno tiende a ser más compleja a veces; la evaluación entre pares más exigente en cuanto a atributos biográficos, de trayectoria y fidelidad a valores comunitarios; los roces entre movilidad académica disputada y patrocinada (habituales en toda universidad) más frecuentes; los códigos de control moral más explícitos y exigibles; el peso de ciertas doctrinas más gravoso; el conflicto entre racionalidades weberianas más agudo; la tentación de ejercer censuras —implícitas o explícitas— mayor; los conflictos ideológicos más complicados y diferenciados, el choque de los dioses más fuerte y dramático.

Cualquier académico, de cualquier universidad, reconoce estos fenómenos como propios de las organizaciones y la profesión a las que pertenece. Sin duda, puede haber matices en la forma como se manifiesta la diversidad y se compone el pluralismo subyacente, según si se trata de una universidad jesuita o de tradición masónica, liberal o conservadora, estatal o privada, del Opus o de impronta empresarial, de élite o popular, de derecha o de izquierda, de base científica pesada o de artes liberales, de espíritu crítico o conformista, de horizonte nacional o internacional, tradicional o innovadora. Pero en todos los casos se producirán similares tensiones y contradicciones, según muestra la vasta literatura que hoy existe sobre tribus académicas y sus culturas disciplinarias y profesionales.

Por eso, pensar que el pluralismo y la diversidad de una universidad u otra pueden entenderse de manera monista y simplificada, a través de estereotipos jurídicos o morales, con criterios gruesos y superficiales, sólo conduce a trivializar estos asuntos. Algo similar, como vimos antes, ocurre con los debates morales sobre la despenalización del aborto. O sobre cualquier asunto que movilice la razón, las emociones y las creencias personales.

Cuando tales trivializaciones tienen lugar, las sociedades —en vez de aprender y avanzar en reflexividad— se estancan y reducen su potencial de aprendizaje. De allí que, ante lo diferente y diverso que continuamente produce el pluralismo, nuestra oración debe ser: “Bendito sea el Señor nuestro Dios por la variedad de sus criaturas, y no de temor, rechazo o banalización”.

Fuente del articulo: http://ellibero.cl/opinion/pluralismo-reflexivo-debates-y-tensiones-en-nuestra-cultura/

Fuente de la imagen: http://ellibero.cl/wp-content/uploads/2017/10/Pluralismo-645×400.jp

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Sin educación.

Por: Natalia K. Denisova.

Muchos son los cambios que suceden en nuestro alrededor. Es normal que la sociedad se transforme, pero lo anormal es el cariz que adquieren algunas de estas transformaciones. Cada vez son más las personas que viven en un espacio-tiempo indefinido: con dificultades ubican en el mapa la ciudad donde viven y con aún mayor esfuerzo responden a las preguntas sobre el pasado de España. Numerosas razones tenemos para explicar este analfabetismo del siglo XXI, pero una es determinante: es el fracaso de la educación cuyas consecuencias actuales son graves, pero lo peor está por venir.

El reciente debate en el Congreso de los Diputados sobre el “adoctrinamiento” en los colegios de Cataluña y, muy probablemente, en otras comunidades autónomas no trae buenas noticias. Cs ha fracasado estrepitosamente con su propuesta de revisar los programas educativos. La reacción de los partidos es verdaderamente preocupante: el PP se abstuvo, el PSOE y Podemos votaron en contra junto con los nacionalistas. Los comentarios de estas fuerzas políticas para justificar su silencio o protesta son de una sandez insuperable: la iniciativa de los de Ciudadanos fue tachada de “sobreactuación”, “sensacionalista” y acusada de “alimentar la división” y sembrar “odio y sectarismo”.

Hagan lo que hagan los políticos, cierren o no los ojos ante un problema de tal calado, el fracaso educativo ya no consiste únicamente en el adoctrinamiento nacionalista. Lo más preocupante es que hay una creciente mayoría de la población española desconoce las nociones básicas de historia y geografía de España. Ya no hace falta el adoctrinamiento para propagar las medio-verdades sobre la historia nacional. Desde hace muchos años contemplamos en todos los aspectos de nuestras vidas, como la palabra “español” ha sido desterrada del vocabulario cotidiano. Hablamos de lo gallego o de lo leonés, de lo burgalés o castellano. Lo que antes se señalaba como la cultura española y los creadores españoles, ahora se atomizó, se separó entre sus patrias chicas de tal manera que es difícil hablar del arte español, sin mencionar sus respectivas provincias.

Parece que las fuerzas políticas no quieren darse cuenta de que la educación se les ha ido de las manos en toda España. Nadie ahora ni en los próximos años se va a ocupar de esta cuestión fundamental. En este contexto de analfabetismo generalizado quién se atrevería a explicar en Cataluña que no hubo la “unión” de Cataluña y Aragón en el siglo XII por el sencillo hecho de que no existía ni siquiera el término “Cataluña”; que los catalanes nunca han sido un reino, pero siempre tenían a un rey ya ora el de Aragón ora el monarca de España.

Fuente: https://www.elimparcial.es/noticia/182774/opinion/sin-educacion.html

Imagen: http://www.masaborreguera.com/educacion/fotos/educacion-espana.jpg

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Gestionar y educar: ¿Cómo enfrentar a dos de tres imposibles?

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://www.educaweb.com

Por: Silvia Gabriela Vásquez

Freud planteó la imposibilidad de educar, gobernar y curar.  La sociedad da por sentado que el director de escuela cumplirá con eficiencia su misión, desafiando, día a día, no uno sino dos de estos imposibles freudianos.

Repensar la función del director  

«La innovación es el resultado de un sabio y frágil equilibrio entre el saber acumulado y la necesidad de repensarlo» (Carbonell, 2001)

Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo con respecto a los centros escolares es en que los alumnos están allí para formarse.  Otro de los supuestos que suele aceptarse sin discusión es el que sostiene que los docentes están allí para enseñar.

Más adelante retomaremos esta división entre quien enseña y quien aprende con la intención de desarmarla.  Por ahora nos centraremos en el director (protagonista del presente monográfico) ya que su función no parece tan clara.

¿Qué significa, en su caso, dirigir? ¿Administrar? ¿Dar órdenes? ¿Tutelar? ¿Conducir? ¿Regir? ¿Representar? ¿Hacer que las normas sean respetadas? ¿Organizar?

El burnout del directivo

«Cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian» (Wayne Dyer)

El director ha elegido una profesión «imposible», aunque no por ello menos practicada: se le pide que gobierne y, como si fuera poco, que eduque al mismo tiempo.

Si bien tendemos a culpar a la sobrecarga de trabajo como causa inevitable del burnout, dicho estrés se asocia más con la superposición y ambigüedad de roles que con la duración de la jornada laboral.  Por otra parte, algunos investigadores, entre ellos, Moreno y Peñacoba (1996), colocan el acento en la pérdida de la motivación emocional y cognitiva frente a actividades que en otro momento han sido importantes para la persona.

La sensación de no ser capaz de cumplir con las múltiples tareas demandadas suele aparecer cuando el director compara sus resultados con los ideales, evaluándolos como insuficientes. Trabajar en equipo favorece el encuentro con miradas distintas que detectan y valoran los pequeños avances, estimulando a avanzar y tornando más liviana la carga de la autocrítica.

La experiencia suele demostrar que en un ambiente en el que todos aprenden a desarrollar el propio potencial, beneficiándose a su vez con los aportes de otros, hay menos lugar para que se instale el burnout. Por fortuna, esta buena noticia es válida aún para aquellos que dedican una gran cantidad de horas a sus empleos.  Gracias a la escucha y la cooperación se logra mantener o recuperar el sentido, la vocación y la pasión originales, alejando los síntomas de agotamiento o desgaste.

¿Cómo debería prepararse un profesional para dirigir y educar con eficacia?

«Si gestionar se redujese sólo a operar (…) a partir de los recursos con que se cuenta, entonces no quedaría mucho margen para dar respuesta a todas las situaciones –sobre todo a aquellas que resultan inéditas– que se presentan a diario en las escuelas» (Marturet y Bavaresco, 2010)

Se espera de un director que lidere, que convierta los dilemas en problemas con solución posible para hacer que las cosas marchen; que no improvise, pero que sea flexible;  que tenga visión de conjunto; que sepa detectar prejuicios, generar diálogos que los evidencien, discutirlos, mediar y prevenir futuros inconvenientes; que fomente espacios de convivencia amable; que resuelva conflictos; que fije límites; que impulse la capacitación del profesorado; que articule recursos con personas e ideas; que conciba proyectos innovadores y viables; que los comunique, los implemente, los evalúe…

Es fundamental que los directores reciban instrumentos durante su formación académica para afrontar su compleja tarea con mayor seguridad (por ejemplo participando en cursos sobre liderazgo o asistiendo a talleres de resiliencia como los que compartimos en UdeMM desde hace casi una década) y en especial, que tengan la oportunidad de escuchar y observar in situa quienes se ocupan de gestionar centros.

Ningún libro podría contener las innumerables situaciones que los directivos deben resolver en su labor cotidiana. Gestionar es más que utilizar los recursos disponibles en los intentos de solución ante problemas cotidianos. Exige, entre otros requisitos, «crear las condiciones para», estar presente, ser tutor, inaugurar espacios, inspirar a otros, orientar, proteger…

Uno de los roles que el director desempeña con sus docentes y estudiantes es el de «quitamiedos«. Se denomina así a los guardarrailes, dispositivos de guía o vallas de protección que se colocan en algunas carreteras como medida de seguridad vial para indicar el borde de la calzada, el sentido de circulación, la presencia de una curva u otros obstáculos. Llegado el caso de una mala maniobra, absorben el impacto de los vehículos devolviéndolos a la vía.  Para que estos sistemas de contención cumplan con su objetivo (y no resulten ineficaces o, en el peor de los casos, ocasionen aquello que tratan de evitar) deben fabricarse con el material adecuado y colocarse a la altura precisa.

El director de una institución educativa funciona a la manera de un «quitamiedos»: contiene a los profesores y a los alumnos, les advierte acerca de la cercanía de desviaciones del proyecto institucional o los riesgos de «caer al vacío» y, ante un error o inconveniente, en lugar de «encausar» (señalar o culpar), absorbe el impacto, encauzando a todo el equipo para que retome el camino inicial con una mayor autoconfianza.

De esperanzas y de huellas: a esperar también se aprende  

«Ningún cambio educativo es posible si no se cuenta con profesores en diálogo e interacción entre sus prácticas y la teoría» (Anijovich, 2007)

En las primeras líneas de este artículo decíamos que si había algo en lo que todos concertábamos con respecto a los establecimientos educativos era en que los alumnos estaban allí para aprender.  A esta altura queda claro que los docentes y los directivos también.  Nuestra tarea no es inabordable pero jamás dejará de ser perfectible y debemos aprender, sobre todo, a esperar… porque tal como les ocurre a los maestros, los frutos provenientes de una gestión siempre se revelan a largo plazo.

Nos gusta creer que aquello que un profesor brinda en sus clases perdura, de lo contrario, nuestros esfuerzos no tendrían razón de existir.  Sin embargo, acaso no permanezca el contenido disciplinar propiamente dicho, sino el modo en que ha tenido lugar el milagro del aprendizaje.

Un director dispuesto a continuar aprendiendo propicia tanto la puesta en práctica de la teoría como la teorización a partir de la experiencia y consigue que en sus aulas predomine el pensamiento crítico sobre la memorización, la reflexión sobre la impulsividad y la acción sobre la palabra vacía.  Sabe que, en educación, la huella que se deja nunca es inmediata, por eso confía su siembra, solidariamente, a aquellos que lo acompañan hoy y que, tal vez, habrán de sucederlo mañana…

Fuente artículo: http://www.educaweb.com/noticia/2016/11/10/gestionar-educar-como-enfrentar-dos-tres-imposibles-10629/

Foto: http://impactoevangelistico.net/imagenes/upload/enero2016/aprendamos-educar-nuestros-hijos-20160112153831.jpg

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Género y Patriarcado: Políticas de género y derechos humanos

Por: Daniel Fernández Ahumada

Ponencia de Daniel Férnandez Ahumada, filósofo argentino estudioso de la teoría sociológica del patriarcado, que impartío recientemente en el XVIII Congreso Nacional de Filosofía en San Juan (Argentina).
La eficacia en la aplicación de DdHh indicará el valor de su universalización, aunque para garantizarlos, antes deberíamos caracterizar de dónde provienen y qué los aplica. Idéntica situación acecha a las denominadas Políticas de Género. Pasar sin más a un tratamiento metodológico de la interacción conceptual enunciada en el título, indicaría que conocemos en qué consiste el mundo en que vivimos, aunque esta sería una pretensión de certeza o una falsa atribución.

Políticas de género, postulados y divergencias

En un documento de la CEPAL 2014, se plantea: “Avanzar hacia la igualdad de género y el cumplimiento del rol que le compete al Estado en esta tarea es el propósito en que se funda la propuesta de matriz para la recopilación de políticas públicas…A través de esta matriz se pone a disposición de los actores del Estado y de la sociedad civil…Se trata de una matriz que considera…Teniendo la igualdad como horizonte, por medio de la matriz se sugiere evaluar… En el presente documento se expone, por una parte, el enfoque analítico desde…las políticas analizadas de siete países de la región:..para enfrentar la violencia contra las mujeres del Brasil y del Uruguay, garantía de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo de Colombia, las políticas de paridad y alternancia de género del Estado Plurinacional de Bolivia y de Costa Rica, la reforma tributaria de Chile y el gasto etiquetado para las mujeres de México.” En el documento se repite cinco veces la palabra matriz en la primera o segunda línea de cada uno de los cuatro párrafos, lo cual podría indicar una intención. En el tercer párrafo se afirma lo siguiente: “Teniendo la igualdad como horizonte, por medio de la matriz se sugiere…”. Esta frase evita utilizar un verbo, por caso, igualdad que será ‘lograda por medio de la matriz’, se decide suprimir la acción ubicando una coma, lo cual no desambigua y permite leer ‘teniendo la igualdad como horizonte por medio de la matriz se sugiere’… El fundamento da por sobreentendido el contenido del concepto igualdad, sin especificar límites, garantías ni sentido final de aplicación. Sin embargo, cuando al final del texto se cita a Bolivia, contrapone igualdad a dos conceptos empleados por esta nación, paridad y alternancia, los que sí muestran límites a la aplicación. Género posee potencia propia que no necesita de la palabra igualdad, ya que por sí se ubica en el lugar que cuestiona la diferencia. Igualdad vendría a reforzar la propia tendencia inherente en género, y al afianzarla nos queda una doble afirmación, lo que por sí también podría albergar una especificidad de aplicación distinta de la enunciada.

En cambio, si atendemos al problema civilizatorio que por sí acarrea la subalternidad feminal actual, mediante los conceptos paridad y alternancia, veríamos que paridad excluye la posibilidad de que se sustituya la diferencia por una igualdad extrema incluida en el concepto género, y alternancia señala cómo utilizar las oportunidades, garantizando que la aplicación no se deslizará, por ejemplo, afectando la continuidad de la división biológica de nacimiento.

Patriarcado

Es un acierto del feminismo de Abya Yala denominar sistema de dominación y patriarcado a esta, ya que la civilización de derecho materno euroasiática del Neolítico, desenterrada por la arqueóloga Marija Gimbutas, obra validada publicada en 1974 como Diosas y dioses de la Vieja Europa, expone su antítesis: ésta violenta, jerárquica, guerrera, aquélla de cierta complejidad, armónica, igualitaria y pacífica. El matriarcado es la posterior transformación jerárquica que sufrieron las sociedades maternales igualitarias cuando las hordas pastoriles arias comenzaron a devastarlas. El patriarcado es el primer y único sistema conocido de dominación sobre la vida humana, devenido omniabarcante, de cuyo origen pastoril han devenido todos los subsistemas socioeconómicos posteriores conocidos. Surgió del despliegue progresivo de la mayor fuerza física del macho humano elevada a principio organizador del orden social, que se impuso generando jerarquías, una primigenia casta de machos fuertes, y mediante ella terror. Este tríptico impuso el sentido apropiador de bienes y personas, lo que evolucionó hacia lo que conocemos como propiedad privada y esclavitud, pautó la sexualidad, impuso restricciones a la corporalidad, a la naturaleza biológica de la especie y al cuerpo feminal en especial. El patriarcado postuló dos grandes relatos autolegitimadores, el mítico-político griego ario y el religioso de origen semita, y su estructura, principios y propósitos siguen plenamente vigentes en el capitalismo, al que insufló su lógica racional endógena surgida de la lógica propia del despliegue de la fuerza.*

Configuración vigente

El relato patriarcal mítico-político adoptó un ideal de perfección andrógino, y el religioso un ideal creacionista al modo natural del nacimiento. En ninguno de los dos relatos aparece conformidad respecto a la naturaleza propia de lo humano. A la amplitud de lazos afectivos se le aplicó monogamia, a la mujer se la postuló como racionalmente inferior, se exacerbó el valor del hombre, se anuló la armonía, se postuló inferior al orden comunal, se postuló a los humanos como seres exclusivamente sociales, se promovió que la separación de la naturaleza desplazara los vestigios biológicos de los comportamientos, se señaló como responsable al Estado de Naturaleza, se pautó la corporalidad. Ya en la Modernidad capitalista, luego del fatídico siglo XVI, comenzó el debate, que el hombre es bueno por naturaleza, que no, que es necesario contractualizarla para disciplinarla, la Razón mental desvinculada del cuerpo, se inventó el ego, hasta que mediante la ciencia biológica el comando postuló que la criatura humana es congénitamente conflictiva, y el psicoanálisis popularizó el supuesto –actualmente rechazado- mediante el Tanatos. Desde allí, todos los males siguen siendo atribuidos a la humanidad.

Últimos cincuenta años

En los años sesenta se expandió el movimiento feminista, Khun postulaba el carácter social del criterio de validez científica, en 1974 apareció la obra de Gimbutas, también el Antiedipo, y como respuesta se promovió el feminismo Cyborg Queer, la moda unisex, la promoción de la homosexualidad masculina per se falocrática, la psicología en versión freudiano-lacaniana, lo real virtual, imposibilidad de la verdad, vigencia del relativismo, supuesta caída de los grandes relatos, globalización, fin de la Historia, desplazamiento de la palabra sexo, reduccionismo biologicista, promoción del transgenerismo entendido como vía libertaria, manipulación genética, trasplante de órganos, inteligencia artificial, robótica.

El sistema de dominación patriarcal aun profundamente dividido, se conmocionó ante el desenterramiento de la civilización maternal, que por comparación simple lo dejaba mal parado y como responsable de los problemas del mundo en que vivimos. A partir de allí el movimiento feminista se dividió en dos grandes campos, el que lucha por la recuperación de la soberanía de los cuerpos señalando al patriarcado, y el que decide aprovechar lo tecnológico para experimentar una era post-humana. Dos campos, uno que acusa al patriarcado y otro que acusa a la humanidad, y en el ambiente, la promocionada versión freudiana que posibilita que la guerra sea entendida como connatural a la especie.   

Cyborg Queer y ciberfeminismos 

Atendamos un instante a VNS Matrix, Manifiesto de la Zorra Mutante, 1991: «Succionado, absorbido por un vórtice de banalidad… acabas de perderte el siglo XX. Estás al borde del milenio… Lo cautivador es la mezcla de fundidos. El contagio ardoroso de la fiebre del milenio funde lo retro con lo posmo, catapultando cuerpos con órganos… donde el código dicta el placer y satisface el deseo». Los ciberfeminismos aun con matices, plantean que la sexualidad de una criatura humana no está determinada por la biología base de la especie. Esta afirmación de indeterminación indica varios supuestos: -que el distrofismo de la especie no produce diferencia en los comportamientos.. –que conoce la complejidad de la diferencia específica entre hombres y mujeres.. -atribuye que los comportamientos prosociales humanos dependen en exclusiva del orden social-cultural civilizatorio.. -ignora que el patriarcado es producto de sólo uno de los tres despliegues conocidos de la naturaleza biológica de la especie.. –ignora que los ostensibles comportamientos prosociales de las mujeres, tales como amparo, cooperación y asistencia recíproca, surgen de la especial conformación de su naturaleza biológica.. -afirma por confusión, que la naturaleza biológica de la especie es subalterna, la responsabiliza de bloquear el deseo, de comportarse como una muralla que enturbia el acceso a la identidad sexual.. -postula que la naturaleza biológica bien podría ser considerada nociva o desechable.. -imagina que la sexualidad binaria de la mujer arraigada en que nace de otra mujer, es homologable a la del hombre.. -postula la hibridación biológica de la especie al apoyar que lo cautivante es la mezcla de fundidos.. -afirma que sabe en qué consiste la sexualidad humana.. -imagina a la indeterminación como ideal emancipatorio.

Un propósito ciberfeminista: cómo abordar la construcción de ese sujeto post-humano, inesencial, desde una perspectiva feminista, desde la perspectiva propia de la mujer. Por qué decide construir una subjetividad post-humana si desconoce la que desecha. Cómo se imagina feminista algo que postula desde lo inesencial la disolución de la diferencia. Ignora que la subjetividad feminal excede a la que procede de una racionalidad meramente mental. Las mujeres muestran una mayor amplitud porque son portadoras de especialización biológica para albergar vida en formación y ser madres, lo que eleva los logros de la mayor capacidad orgástica feminal a niveles cualitativamente distintos que los del hombre, lo que se tradujo en comportamientos sociales inclusivos, así como en excepcionalmente eficaces milenarios logros civilizatorios. La racionalidad de las mujeres incluye el cuerpo individual en sentido amplio y profundo, así como el cuerpo en común propio del ser mujeres madres fuentes de vida. Pareciera ignorar que la alienación en la mujer no se completa porque posee una subjetividad corporal o una corporalidad subjetiva y una racionalidad corporal ampliada (rca) irreductible a la dominación, mediante la que enfrenta con éxito relativo el ataque patriarcal contra los cuerpos activos, e impide que se imponga al cuerpo feminal otro objeto de culto que lo someta por completo. No comprende que postular refugiarse en lo inesencial post-humano surge de la confusión defensiva de su propia rca. Afirma que alguien es mujer cuando se siente mujer, aunque esta afirmación abre paso a la psiquiatrización de decisiones y comportamientos. Muestra que el patriarcado operó imposibilitándole comprensión acerca de los conceptos humanidad, emancipación y mujer.

Conclusiones

Cuál es la base material de aplicación si se niega el punto de partida de nuestra materialidad. Pareciera que los ciberfeminismos fluyen desde una percepción de realidad asfixiante y enigmática, escurridiza y brutal, que somete y maniata y que se les muestra como un irreal aterrorizante y omniabarcante. Abandonan el campo de lucha feminal. Una respuesta desesperada y justificada típica de la ausencia de comprensión acerca de que huyen del patriarcado para reproducir patriarcado. Impotentes, llaman a refluir hacia un adentro real ilusorio desde el que logremos diseñarnos como respuesta libertaria que decidió imaginar que conoce lo que le asfixia. Ha renunciado a lo humano sin reconocer que lo responsabiliza porque le resulta inasible, incomprensible, omnipresente y peligroso. Se trata de un planteo conservador de apariencia revolucionaria. Desde el referido documento de la CEPAL, se podría estar promoviendo una vía institucional complementaria del planteo ultraindividualista descripto. Aquí, las políticas de género no garantizan promover la efectiva igualdad humana mediante paridad y alternancia.

Muestra un vacío incapaz de garantizar una barrera contra la manipulación genética o tecnológica que decida aplicarse a la naturaleza biológica de la especie. Si las estrategias institucionales no dependiesen estrictamente de derechos sino de la adecuación a uno de los relatos patriarcales, la humanidad quedaría a la deriva y en pleno derecho de ejercer ciudadanía con el propósito de detener la tendencia oculta que la ubica en riesgo de disolución. Si la aplicación de derechos humanos es ilimitada, se transforma en un derecho de aquello capaz de interpretación al infinito, eso que logra sus fines generando sentido común estratégicamente predeterminado, mediante promoción, persuasión o fuerza, y eso es patriarcado. En el marco de una civilizatoria restricción, hoy la humanidad carece de garantías que efectivamente prioricen y defiendan la vida.  


Notas bibliográficas 

*Homo Sapiens Patriarchalis Quo Vadis.- -CEPAL, 2014, Políticas públicas para la igualdad de género: un aporte a la autonomía de las mujeres, en w.cepal.org/es…

-Ana Martínez Collado, Tecnología y construcción de la subjetividad. La feminización de la representación cyborg (web).

-Declaración de científicos de diversas especialidades y partes del mundo, patrocinados por la UNESCO, en rechazo a que la violencia y la guerra son connaturales a la especie. Sevilla, 16 de mayo de 1986. Texto incluido en el sitio web de la bióloga española Casilda Rodrigañez Bustos.

-Fernández Ahumada, Daniel O., Homo Sapiens Patriarchalis Quo Vadis, ed. La luna qué, Buenos Aires, 2016.

-Gimbutas, Marija, Diosas y diosas de la Vieja Europa, ed. Siruela, Madrid, 2014. -Rodrigañez Bustos, Casilda, El asalto al Hades, página web oficial de la autora.-

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=232736
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Película: La torre de Suso

Reseña: La torre de Suso (2007), dirigida por Tom Fernández), trata del alcoholismo social en un grupo de amigos, además sirve para analizar las relaciones entre padres e hijos, el compañerismo y la solidaridad.  A partir de esta película se pueden realizar propuestas didácticas sobre los efectos del alcohol, la respuesta ante la presión del grupo y la responsabilidad en diferentes tipos de relaciones.

Video:  

Link de Descarga: https://youtu.be/74ywNHoI0sU

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TALIS: la evaluación como puntapié a nuevas reformas educativas

Por: Izquierda Diario

Hasta este viernes se estará desarrollando la evaluación TALIS en la Ciudad de Buenos Aires. Es una evaluación de la OCDE sobre las «percepciones» de la docencia en torno a su práctica profesional.

“El TALIS es (…) una encuesta internacional enfocada al entorno del aprendizaje y a las condiciones de trabajo de los maestros en las escuelas; su objetivo es llenar las importantes lagunas de información en las comparaciones internacionales de los sistemas educativos. TALIS ofrece una oportunidad para que maestros y directores den su aporte en el análisis educativo y en el desarrollo de políticas en algunos de los principales ámbitos de la política”.

Así es presentado este mecanismo evaluador en la web de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Este organismo internacional, junto al BID (Banco Interamenricano de Desarrollo) y al BM (Banco Mundial), están cada vez más presentes en Argentina no por casualidad. El presidente del BM, Jim Yong Kim, visitó el mes pasado nuestro país y fue entrevistado por Alejandro Fantino en Animales Sueltos. Durante esta entrevista sostuvo que “los países que avanzan son aquellos en los que sus ciudadanos están dispuestos a sacrificarse”.

Estas entidades buscan que Cambiemos cumpla con las exigencias que forman parte de los acuerdos contraídos para ser beneficiarios de los préstamos que nos endeudan a tasas siderales. Se plantean así exigencias de reformas para bajar los costos laborales de las empresas por medio de la destrucción de los convenios colectivos de trabajo y del descrédito de las organizaciones sindicales para que el movimiento trabajador se vea debilitado en su capacidad de reacción. Al mismo tiempo exigen una drástica reducción del déficit fiscal haciendo que el Estado recorte los presupuestos de educación, salud y desarrollo social que son definidos como un gasto y no como una inversión.

El Gobierno de la CABA, un laboratorio de la política educativa nacional

Para cumplir con los requisitos de los organismos internacionales, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de Educación, Soledad Acuña, impulsan la toma de las evaluaciones Talis en 200 escuelas primarias y 150 secundarias de gestión estatal y privada seleccionadas por muestreo. La presentan como una “encuesta de percepciones” acerca de la enseñanza y el aprendizaje dirigido a docentes y directivos. Cabe destacar que se da en el marco de un paquete de reformas estructurales del sistema educativo contempladas dentro del Plan maestro.

En la página del Gobierno de la Ciudad sostienen que la encuesta “tiene como propósito central la elaboración de un diagnóstico acerca del entorno de aprendizaje y de las condiciones de trabajo de los docentes y directivos de escuelas de la Ciudad, que recupere sus puntos de vista, con el fin de contribuir a la definición de políticas para fortalecer la docencia” y sostienen que los objetivos del estudio son “explorar cómo perciben los docentes y directivos que su tarea es reconocida, valorada y acompañada, y si las necesidades de desarrollo profesional son atendidas, indagar las valoraciones sobre la enseñanza, las prácticas pedagógicas usuales, el liderazgo y la conducción de la escuela, la gestión del tiempo escolar y las prácticas de evaluación y de retroalimentación y describir el entorno de aprendizaje, el clima escolar, las oportunidades de innovación en el aula, las instancias de trabajo colaborativo entre docentes y la disponibilidad de acompañamiento profesional”.

A primera vista pareciera que la vocación de diálogo siempre esgrimida por Cambiemos es real y que están abriendo un espacio para la intervención de la docencia en el armado de políticas para reformular el sistema educativo. Pero ante las declaraciones de los propios funcionarios esto queda rotundamente desmentido. Por ejemplo, el Ministro de Educación Nacional, Alejandro Finocchiaro en una entrevista que brindó a Clarín sostuvo que «la resistencia a la nueva secundaria es política, se va a implementar igual».

Por otra parte, la realización de esta evaluación de percepciones del cuerpo docente, si dejáramos de lado el hecho de que es realizada por organismos internacionales que buscan tener injerencias políticas, pareciera que vendría a funcionar como una suerte de mecanismo que recaba información para establecer un diagnóstico con el objetivo de elaborar políticas educativas adecuadas. Es innegable que nadie puede tomar buenas decisiones sin tener una caracterización acertada del estado de situación del que parte. El problema es que Cambiemos ya tiene realizado un diagnóstico previo a esta consulta que fue explicitado en diferentes oportunidades. El objetivo de estas evaluaciones es justificar medidas de reformas ya definidas con anterioridad.

Al leer el cuestionario no se puede dejar de observar una impronta tendenciosa destinada a que se confirmen los juicios de los que ya parten, que se basan en estudios internacionales realizados en otros países de la región: que los docentes eligen la carrera porque ofrece estabilidad laboral y que esto genera un cuerpo docente sin incentivo a capacitarse o dar mejores clases. Su análisis es que al no sufrir la incertidumbre laboral, están cómodos y entonces no buscan innovar en sus clases que son magistrales, expositivas y que no hacen partícipes a los estudiantes como sujetos activos de su proceso de aprendizaje.

No hace falta explicitar lo engañoso de hacer una encuesta para dictaminar un resultado cuando el diagnóstico ya está hecho de antemano en base intereses económicos determinados. Tampoco hace falta explicitar que es poco serio hacer una encuesta para establecer un punto de partida para la elaboración de lineamientos políticos partiendo de “percepciones” o “valoraciones” que giran en torno a cómo se concibe que funciona el sistema educativo actual o a cómo creen los docentes que está valorizado su rol socialmente o cómo creen que dan clases sus compañeros, etc.

Un diagnóstico para una reforma del sistema educativo o del sistema de salud no debería partir del análisis de datos subjetivos, perceptuales o valorativos sino de un análisis de datos duros, materiales. Debería partir del explicitación de los niveles de inequidad social y económica que hay en nuestro país. La pobreza estructural generada por salarios de miseria o por el alto índice de trabajos informales y precarios debería ser un dato fundamental a tener en cuenta para pensar y estructurar sistemas educativos que den respuesta y cuestionen los estragos generados por el sistema económico y político en el que vivimos. La pobreza no es un estado mental o una percepción como nos quieren hacer creer desde las neurociencias tan en boga en estos tiempos, es una realidad material objetiva que impacta en el sistema educativo y sanitario que son caja de resonancia de las miserias del capitalismo.

Sin embargo, para este Gobierno y los organismos internacionales es más conveniente descargar la culpa sobre “el docente o sobre el médico ineficaz” que asumir que lo que está caduco es el sistema económico porque, de aceptar esto, habría que animarse a pensar y construir un mundo bajo una planificación socialista de los recursos en base a las necesidades de las grandes mayorías y no en función de las ganancias de unos pocos.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/TALIS-la-evaluacion-como-puntapie-a-nuevas-reformas-educativas

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