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Entrevista: “El maestro será la profesión del futuro»: Marcelo Cabrol

Por: Semana

El gerente del sector social del Banco Interamericano de Desarrollo habló con SEMANA y explicó cuáles son los retos que le deparan a la educación encaminada a el futuro.

SEMANA: ¿Para usted cuál sería el gran reto que tiene la educación hoy en día?

Marcelo Cabrol (M.C.): Cómo preparar a la gente para los trabajos del futuro. Y quiero ser súper claro. No es que esté pensando que la educación solamente y unívocamente llega a un trabajo sino porque muchas de las competencias y muchas de las habilidades y muchas de las capacidades que los trabajos del futuro van a requerir son habilidades humanas, no tecnológicas. Además de cómo va a responder la educación ante la automatización del trabajo del futuro. La educación va a tener que hacer cosas distintas a la que está haciendo hoy, preparar para los trabajos de futuro es un buen ejemplo de lo que la educación debería estar haciendo.

SEMANA: ¿Cuáles son las competencias más importantes que los estudiantes deben desarrollar para estar listos para los trabajos del futuro?

M.C.: Primero hay que hablar de la automatización que es una tendencia importante. Todo mundo habla de robots pero en realidad estamos en inteligencia artificial y ya se está hablando de automatización de los trabajos del futuro. Muchos jóvenes van a estar trabajando en estructuras laborales completamente distintas a las que tenemos hoy.

SEMANA: ¿En se diferencian los trabajos de hoy con los que se proyectan para el futuro?

M.C.: La única predicción que te puedo hacer con ciento por ciento de certeza es que los trabajos van a cambiar, ¿qué trabajos van a cambiar? depende de una combinación, adopción y marco regulatorio de la tecnología. Esencialmente lo primero que tenemos que pensar lo qué pasará con los trabajos que la automatización vaya destruyendo cambiando o construyendo.

SEMANA: ¿Cuál es la profesión del futuro?

M.C.: Los maestros son la profesión del futuro porque lo único que no va a poder replicar la máquina, la inteligencia artificial es lo que el maestro del futuro es. Yo creo que el futuro de la educación no es enseñar programación, porque si es así probablemente lo que estoy enseñando para los próximos dos años es un producto perecedero, la educación no puede ser así. El maestro del futuro va a enseñar habilidades blandas que solo se logra por interacción humana.

SEMANA: ¿Qué tan lista está la empresa en países como Latinoamérica para recibir personas que no tienen un título universitario sino entrenado o capacitado en competencias?

M.C.: Más listos de lo que uno piensa. Madres comunitarias en Colombia haciendo estimulación temprana propiamente pagada y propiamente capacitada son una forma efectiva de dar educación para la primera infancia. Y no se les está pidiendo un certificado ni título universitario. Entonces se está pidiendo una capacitación y capacitación normalmente inicial en el trabajo evolutivo. Se va a mover rápidamente esta adquisición por competencia y no por diploma.

SEMANA: ¿Qué se necesita en un sistema educativo como el de Colombia, en qué se debería estar pensando?

M.C.: El problema que tenemos es que cuando los chicos pobres terminan cuarto grado, están dos años atrasados en lectura y casi tres años en la habilidad de comprender. Primero dediquémonos a que los chicos aprendan lo que tienen que aprender. Se tiene que solucionar la conversación a fondo de que no podemos cambiar la forma en que hacemos educación y de cómo formamos a los maestros.

SEMANA: ¿Con qué herramientas se puede solucionar?

M.C.: Eso se soluciona primero con una convención seria sobre ese tema porque en educación tendemos a escaparnos al futuro. La tecnología, la automatización, la nueva escuela etcétera, es el futuro. Un currículo único probablemente sea la solución. Pero una conversación honesta sobre cómo es la educación del futuro y que traemos del pasado tiene que estar sobre la mesa. Pero también es necesario empezar a ver formas distintas de actuación.

SEMANA: ¿Qué ha pasado con los sistemas educativos, cómo detener este proceso de inyectar tecnología sin avanzar?

M.C.: Tendríamos que aprender de la tecnología para hablar de tecnología. No estamos como hace diez años atrás. Y no es porque las computadoras cuesten más baratas o porque tengamos el móvil. Es por el software y el contenido que uno tiene accesible a través de la tecnología. Lo que el sistema educativo no ha hecho es entender el software. La gran explotación que los sistemas están haciendo de los contenidos que están allá afuera es el gran pecado. Entonces si mi hipótesis es que si nosotros aceleramos la investigación la aplicación y el uso de los contenidos que hoy existen tendríamos un cambio interesante en la educación en Latinoamérica.

SEMANA: Las nuevas generaciones son nativos digitales, ¿pero cómo enseñarles a usar de forma adecuada las tecnologías?

M.C.: La falla no es sobre la tecnología, es sobre la capacidad colaborativa de crear un proyecto usando la tecnología. Se deben aprovechar mejor las competencias digitales para enseñar las cosas que tenemos que enseñar. La tecnología es una forma de pensar la organización, la función de producción escolar, de una manera innovadora si la tecnología no pasa ese test de ácido no sirve para nada.

SEMANA: ¿Qué país en Latinoamérica podría ser un referente en este proceso?

M.C.: Uruguay, todavía con un paradigma fuertemente basado en conectividad y con muy poca aplicación descentralizada de contenidos. El país todavía piensa que el uso de la conectividad y los aparatos para usar contenido centralizado y descentralizar es la solución.

SEMANA: ¿Qué le deparará el futuro a Colombia siendo un país rural?

M.C.: Cuando volvemos a educación rural hay dos respuestas. La primera es que tenemos que pensar el sistema educativo como parte de un paquete de desarrollo territorial. Si no hay mercado sin ruta, si no hay diversificación productiva, etcétera. Probablemente no va a haber nada que en educación evite lo que está pasando en América Latina que es una migración fuerte a las ciudades.

El gran desafío para la Educación rural es tomar estos sistemas que ya están aprobados y replicarlos. Tenemos que encontrar esta combinación en las áreas rurales de un currículo estructurado con un trabajo colaborativo. El mismo problema de hace 25 años atrás es que los maestros más calificados nunca van al área rural y si van están en apuro por escaparse.

SEMANA: Existe también el tema de ver la educación independiente del entramado de lo que es una sociedad…

M.C.: Pero los sistemas educativos no se preguntan sobre esto, son súper endogámicos. El gran tema de la educación en el mundo latinoamericano es que son endogámicos, trabajan muchas veces en un vacío de lo que está pasando alrededor.

Entonces el Gobierno extiende la oferta educativa haciendo escuelas nuevas. Pero los gobiernos no tienen la capacidad y el sistema educativo tampoco, por ejemplo haciendo nuevas escuelas donde ni siquiera llega el agua. La tecnología es un factor de cambio completo de paradigma o no es nada.

SEMANA: La tecnología se supone que cambia el sistema, pero seguimos pensando y utilizando el mismo modelo de años atrás…

M.C.: Yo no creo que sea un tema de nativos digitales, creo que es un tema de liderazgo. Es decir somos los adultos los que tenemos que estar listos a cambiar y paradójicamente los no nativos digitales o los recientes nativos digitales nos estamos dando cuenta de que o mutamos las cosas que hacemos o morimos.

SEMANA: ¿Cuál es el futuro de la educación?

M.C.: Los cambios de lo que pasa alrededor de la educación la van a obligar a cambiar. Mi predicción en cinco años, es que en algunos segmentos del sistema educativo no vamos a reconocer lo que va a pasar en América Latina. Entonces, No la tecnología no es la solución a todo, pero no se puede descartar.

Fuente de la Entrevista:

https://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-con-el-gerente-del-sector-social-del-bid-marcelo-cabrol/563814

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RD y seis países latinoamericanos analizarán en Ecuador los retos de la educación

República Dominicana/21 de Abril de 2018/El Día

Rectores y directivos del áreas de educación de Argentina, Perú, República Dominicana, México, Colombia, Chile y Ecuador se reunirán la próxima semana en Quito para analizar los nuevos retos de la educación y contribuir a su transformación digital, informaron hoy a Efe los organizadores.

La cita anual de la RedTikal 2018, que tendrá lugar entre el 23 y 24 de abril y que se desarrollará en Escuela de Negocios de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), reúne a los expertos en el encuentro denominado ““Universidad y sociedad ante los nuevos retos- papel de la RedTikal” RedTikal es una iniciativa de la Escuela de Organización Industrial (EOI), la primera Escuela de Negocios de Europa, que junto a otras instituciones asociadas, universidades y escuelas de negocios del mundo, se reúnen para compartir buenas prácticas, explican los organizadores del encuentro en un comunicado.

La cita pretende afianzar relaciones con las universidades y escuelas de negocios que son miembros de la RedTikal y generar propuestas académicas y de investigación para mejorar las prácticas en América Latina referentes a áreas como- tecnología, innovación y conocimiento.

“Con el objetivo principal de potenciar la transformación de las industrias educativas en la nueva era digital, los asistentes serán parte de ponencias, paneles sobre emprendimiento y programas de máster en universidades de investigación, teniendo también la posibilidad de conocer distintas oportunidades de movilidad estudiantil”, añaden en el escrito.

Leonardo Izquierdo, coordinador del área administrativa de la UTPL, compartirá la experiencia de impartir programas de cuarto nivel en Latinoamérica, a fin de intercambiar opiniones con los representantes de las demás instituciones de educación superior que se den cita al evento.

Fuente: http://eldia.com.do/rd-y-seis-paises-latinoamericanos-analizaran-retos-de-la-educacion/

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Desafíos en educación

Por: Ricardo Paredes

El efecto de la tecnología en el trabajo es parte de una discusión incipiente, pero no instalada en la política pública. Según Mckinsey, en breve la tecnología reemplazará hasta el 80% de los trabajos como los conocemos y casi todos mutarán. El cambio en las demandas de competencias y la diversa capacidad de adaptación a ellas, en parte por la heterogeneidad del sistema educativo, podría producir una fractura social insospechada.

Para limitar la agudización de la desigualdad y pobreza, es urgente prepararse para el cambio. Debemos replantear el sistema educativo a las necesidades productivas, lo que está en línea con las aspiraciones de mayor inserción social y cultural. La literatura respecto de las “competencias del siglo XXI” destaca la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico, lo que implica cambiar la forma de enseñar, pasando de transmitir contenidos a formar en habilidades y competencias. Con ellas las personas podrán “separar la paja del trigo”, descartar información falsa, cuestionar argumentos, generar los propios y comunicarlos. Ello es la esencia de la capacidad de aprender por uno mismo, de reinventarse, de participar activamente en la sociedad.

Sabemos que el mundo cambia tan drásticamente, que la enseñanza de un oficio acotado a lo práctico tiene un plazo corto de validez. Y que la adquisición de competencias a través del autoaprendizaje, de módulos específicos a lo largo de la vida se favorece cuando existen competencias genéricas, particularmente la del pensamiento crítico. Existe también consenso que el modelo actual es ineficaz para desarrollar estas competencias y que la pedagogía casi no se ha adaptado para abordar el desafío.

Pasar de un aprendizaje basado en conocimientos a uno basado en competencias requiere de un cambio en la forma de enseñar y de competencias de los maestros y algunas experiencias del sector técnico profesional tienen mucho que aportar. Éstas muestran que estudiantes poco adaptados para la clase tradicional pero ávidos de aprender, se adaptan fácilmente a la enseñanza por desafíos; que alumnos que muestran falencias en métodos de enseñanza abstractos, tienen enorme capacidad para llegar al mismo aprendizaje a través de experiencias prácticas y que la mayor dificultad de un cambio radica en transformar a los profesores.

Un sistema que integre formalmente dichas competencias requiere de su medición. La literatura que diagnostica pensamiento crítico en educación es escasa, con muestras pequeñas aplicadas al mundo desarrollado y a nivel escolar. Prácticamente no existen mediciones de pensamiento crítico en educación superior, excepto la que dice que la capacidad de comprensión lectora y el lenguaje son claves en su desarrollo.

En Duoc UC estamos abordando el desafío de medir pensamiento crítico, para luego seguir la mayor tarea de mejorarlo. Sabemos que flexibilizar es particularmente difícil desde la universidad, por lo que una buena experiencia en el mundo técnico profesional puede permitir un salto en el paradigma educativo actual, fundamental para el desarrollo futuro.

Fuente: http://www.latercera.com/opinion/noticia/desafios-en-educacion/136701/

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Es hora de descolonizar la ciencia

Por: Palino Betancourt Figueroa

El médico británico Ronald Ross acababa de regresar de una expedición a Sierra Leona en diciembre de 1899, cuando dio una conferencia en la Cámara de Comercio de Liverpool sobre su experiencia combatiendo la malaria, que con frecuencia mataba a colonos ingleses. En dicha conferencia indicó: “en el próximo siglo, el éxito del Imperio dependerá en gran medida del éxito del microscopio”.

Al utilizar su microscopio para identificar cómo se transmitía la malaria, se dio cuenta de que su descubrimiento prometía salvaguardar la salud de las tropas y oficiales británicos en el trópico. A su vez, esto permitiría a Gran Bretaña expandir y consolidar su dominio colonial. Las palabras de Ross también señalaron cómo se usó la ciencia para argumentar que el imperialismo estaba moralmente justificado porque reflejaba la buena voluntad británica hacia las “personas colonizadas”. Implicaba que las ideas científicas podrían emplearse para promover la salud y la higiene entre los sujetos coloniales, así el Imperio fue visto como un proyecto “benevolente y desinteresado”.

Ross, quien ganó el Premio Nobel de Medicina por su investigación sobre malaria, resumió claramente cómo los esfuerzos de los científicos británicos se entrelazaron con el intento de su país por conquistar una cuarta parte del mundo. En este sentido, Rudyard Kipling también lo describió en la oda La Carga del Hombre Blanco, que era la modernización, evangelización y educación de los aborígenes. Por ello, la ciencia en ese momento era una herramienta práctica e ideológica cuando se trataba de los imperios. La extracción de materias primas de las minas y plantaciones coloniales iba de la mano con la extracción de información científica y especímenes. Es así, que personas como Charles Darwin en el Beagle, el botánico Joseph Banks en el Endeavour o el geólogo Roderick Murchison, desarrollaron sus trabajos científicos gracias a la expansión del imperio británico, permitiendo, en algunos casos, recopilar información no solo sobre especímenes y minerales, sino también sobre la política local.

De esta manera, los avances en ciencia y tecnología durante este período impulsaron y fueron impulsados por su dominio político y económico del resto del mundo, la ciencia occidental moderna estaba indisolublemente entretejida con el colonialismo y se construyó efectivamente un sistema que explotó a millones de personas, al tiempo que ayudó a justificar y sostener esa explotación.

Como resultado, en los últimos años se ha visto un número cada vez mayor de llamados a “descolonizar la ciencia”, llegando incluso a abogar por eliminar por completo la práctica y los hallazgos de la ciencia moderna. Hacer frente a la influencia persistente del colonialismo en la ciencia es muy necesario. Pero también existe el peligro de que los intentos más extremos de hacerlo puedan ponernos en manos de los fundamentalistas religiosospolíticos (caso Venezuela) y ultranacionalistas. Por ejemplo, algunos nacionalistas indios, incluido el primer ministro actual del país, Narendra Modi, han enfatizado las glorias científicas de la antigua civilización hindú.

Los intentos de descolonizar la ciencia deben cuestionar las afirmaciones intransigentes de superioridad cultural, ya sea que provengan de ideólogos imperiales o de los representantes actuales de los gobiernos poscoloniales. Debemos encontrar una forma de eliminar las desigualdades promovidas por la ciencia moderna, asegurándonos de que sus enormes beneficios potenciales funcionen para todos, en lugar de dejar que se convierta en una herramienta para la opresión.

Los imperios prácticamente han desaparecido, pero los sesgos culturales y las desventajas que impusieron aún se mantienen.

Los imperios prácticamente han desaparecido, pero los sesgos culturales y las desventajas que impusieron aún se mantienen. Si miramos las estadísticas sobre la forma en que se lleva a cabo la investigación a nivel mundial, veremos cómo continúa la jerarquía científica creada por el colonialismo; las clasificaciones anuales que se publican de universidades tienden a favorecer a sus propias instituciones. Las revistas académicas de las diferentes ramas de la ciencia están mayoritariamente dominadas por EE. UU. y Europa. Debido a esto, la mayor parte de Asia, África y Latinoamérica se ve en un juego de convergencia con el mundo desarrollado o como dependiente de su experiencia científica y ayuda financiera.

Algunos académicos han identificado estas tendencias como evidencia de la persistente “dominación intelectual” y las han calificado como una forma de “neocolonialismo“. Varios esfuerzos bien intencionados por cerrar esta brecha han tratado de ir más allá de los legados del colonialismo. Por ejemplo, la colaboración científica entre países puede ser una forma fructífera de compartir habilidades y conocimientos, y aprender de los conocimientos intelectuales de los demás. Pero cuando una parte del mundo económicamente más débil colabora casi exclusivamente con socios científicos muy fuertes, puede tomar la forma de dependencia, si no de subordinación.

En algunos casos, el papel más común de los científicos en países subdesarrollados fue la recolección de datos y el trabajo de campo, mientras que los colaboradores extranjeros aportaron una cantidad significativa de la ciencia analítica. Esto fue tratado en un estudio en el 2003, sobre colaboraciones internacionales de unos 48 países en desarrollo, sugiriendo que los científicos locales con demasiada frecuencia llevaban a cabo “trabajo de campo en su propio país para los investigadores extranjeros” y del 60 al 70% de los científicos de los países desarrollados, no reconocieron a sus colaboradores en los países más pobres como coautores en sus reportes.

Para finalmente dejar atrás el bagaje del colonialismo, las colaboraciones científicas deben ser más simétricas y estar basadas en mayores grados de respeto mutuo. Necesitamos descolonizar la ciencia reconociendo los verdaderos logros y el potencial de nuestros científicos. Deberíamos cuestionarnos si la ciencia ha hecho lo suficiente para disipar los prejuicios modernos basados en conceptos de raza, género, clase y nacionalidad.

Fuente: http://efectococuyo.com/opinion/es-hora-de-descolonizar-la-ciencia

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Reconocen a emprendedoras mexicanas por proyectos de cultura y educación

México/14 de Abril de 2018/MBA

Se trata de nueve alumnas de Laboratoria que propusieron dos proyecto: por un lado, el acoso y pornografía en menores; y por otro, la promoción del turismo y cultura en México.

Nueve alumnas de Laboratoria, centro de capacitación de emprendimiento para mujeres de escasos recursos, fueron reconocidas en la categoría de educación y cultura durante el ­hackathon más grande del mundo realizado en Talent Land 2018, evento que se llevó acabo en Guadalajara, Jalisco.

Entre más de 301 equipos participantes y más de 900 desarrolladores, las jóvenes estudiantes destacaron por sus emprendimientos tecnológicos que responden a problemáticas reales que se enfrentan día a día. Por un lado, el acoso y pornografía en menores; por otro, la urgente promoción del turismo y cultura en México.

Las ganadoras recibieron 50.000 pesos (US$ 2.733) como premio por obtener el primer lugar en la categoría educación y cultura, monto que les ayudará a implementar la tecnología y mejorar sus proyectos.

El primer proyecto lleva por nombre Winwin y es una plataforma web que busca educar a los niños entre cinco y 11 años ante los peligros en internet, como el acoso sexual o la pornografía infantil. Dicha tecnología utiliza juegos y videos que ayudan a los menores a ser más conscientes acerca de los riesgos cibernéticos.

De acuerdo con la UNICEF, se calcula que hay más de 17.000 páginas web que muestran imágenes de abusos a niños; de los cuales 73%, son menores de 10 años.

La segunda propuesta ganadora es Black Cornios, aplicación que promoverá el turismo en Guanajuato a través de sus museos. En este estado hay 51 recintos culturales; sin embargo, no son tan conocidos y su número de visitantes es bajo para garantizar su sobrevivencia.

Los proyectos también fueron reconocidos por su capacidad de liderazgo. La metodología de enseñanza de Laboratoria enfoca parte de su programa en el desarrollo de habilidades blandas, lo cual hace que sus estudiantes desarrollen destrezas de comunicación y trabajo en equipo.

Laboratoria es el emprendimiento social de tecnología líder en América Latina que empodera a mujeres de escasos recursos, brindándoles acceso a educación y trabajo en el sector digital.

Actualmente, Laboratoria tiene cinco sedes: Lima, Perú; Santiago, Chile; Ciudad de México, Guadalajara, y São Paulo, Brasil. Hasta el momento se han capacitado a más de 600 mujeres en dos años; de las cuales, más de 80% ya se encuentra laborando en corporativos como Microsoft, Google, Walmart, AXA, Scotiabank, entre otras.

Fuente: https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/reconocen-emprendedoras-mexicanas-por-proyectos-de-cultura-y-educacion

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Redes sociales: comunicación y educación

Por: Gustavo Hernández Díaz

“La educación debe mediar entre el hombre y las redes sociales, entre el hombre y las comunidades virtuales. Urge comprender el hecho educativo y el proceso comunicacional desde la misma cultura. Saber cómo interactúa la gente con las tecnologías desde sus mestizajes culturales populares y urbanos”

Preguntas necesarias

Lo primero que se aprecia en Redes sociales: comunicación y educación, coedición de ABediciones/Ucab y la Fundación Empresas Polar (2017), es su planteamiento pedagógico sobre el papel de las tecnologías en la sociedad de la comunicación. Dicho de otro modo, la educación debe mediar entre el hombre y las redes sociales, entre el hombre y las comunidades virtuales. Urge comprender el hecho educativo y el proceso comunicacional desde la misma cultura. Saber cómo interactúa la gente con las tecnologías desde sus mestizajes culturales populares y urbanos.

También es oportuno destacar que para el Dr. Manuel Moreno Castañeda, rector de la Universidad Virtual de Guadalajara, México, Redes sociales: comunicación y educación desarrolla una serie de interrogantes sobre la pedagogía de la comunicación. “Entre las preguntas que pueden hacerse los investigadores que aquí presentan sus trabajos y los posibles lectores, algunas tienen que ver con el potencial de las tecnologías como recursos para mejorar los procesos de aprender y enseñar; y, otras más específicas, con las posibilidades mediáticas más recientes, por ejemplo: ¿las redes subliman o mejoran la comunicación humana? ¿Podrían las redes sociales generar un cambio educativo que supere la forma tradicional de enseñanza en el contexto de las universidades públicas? ¿Cuáles son las ventajas del uso de las redes sociales electrónicas en el entorno educativo universitario?”.

e-Pedagogía

La red social ha cambiado nuestras vidas con la presencia de la interactividad, rapidización y el desasosiego líquido (Zygmunt Bauman). Es por ello que Ruth Díaz Bello sostiene: “el objetivo es tomar conciencia de esas transformaciones que se han sucedido en nuestras vidas que nos permitan liderar nuevos cambios, para hacer los ajustes que nos permitan sacar provecho de las potencialidades que se anuncian con los desarrollos tecnológicos de la información y la comunicación”.

Para Guillermo Moreno Galindo la calidad educativa puede describirse de esta manera: “a) equidad entendida por oportunidades de educación para todos y de la misma forma; b) uso adecuado del tiempo y de los recursos; c) impacto de esa enseñanza en la transformación individual y social del aprendizaje”.

Según Mariano Fernández y Vanessa Miguel, “las redes de conocimiento deberían sustentarse en el papel de la investigación científica como eje de producción de conocimientos socialmente válidos, los cuales permiten hacer frente a la sobrecarga informativa o infoxicación”.

Ángel Alvarado se pregunta si las redes sociales forman o solo informan (o en tal caso desinforman). “El carácter formativo o informativo que pudiese ser asignado a las redes sociales en el campo educativo está determinado por el uso que haga y promueva el docente de ellas, de sus conceptos y posturas sobre la enseñanza y el aprendizaje, en fin, con su hacer e identidad pedagógica”.

Rosa Amaro de Chacín discierne sobre un par de conceptos: didáctica medial y gestión del aprendizaje. “Aproximarnos a una didáctica medial para referirnos al ámbito de la didáctica en el cual se concreta la configuración de propuestas innovadoras que implican críticamente la tecnología”. Una gestión exitosa del aprendizaje en la virtualidad “pasa necesariamente por prever un diseño pertinente, didácticamente fundamentado, flexible, ajustado a la naturaleza del aprendizaje en la virtualidad”.

Comprender la red

Alejandra Fernández expone un tema muy novedoso en el campo de la educación y que se refiere a la importancia de la curaduría de contenidos. “Se entiende la curaduría (que no curación) como el proceso de buscar, encontrar y seleccionar contenidos con el objetivo de organizarlos en porciones para uso de una institución, organización o colectivo”.

Ana Beatriz Martínez González y Nayesia María Hernández Carvajal sugieren cuatro tipos de competencias digitales (e-skills): “1.-Tecnológica: alfabetización y apropiación pertinente, uso y gestión de dispositivos. 2.-Comunicativa: relacionarse y colaborar en entornos digitales. 3.-Informacional: evaluación, curaduría de contenidos. 4.-Aprendizaje: generar conocimiento en procesos y productos, al transformar la información en conocimiento y utilizarlo de manera adecuada”.

Para Omar Miratía las redes sociales cumplen con algunas funciones en el ámbito educativo. Tres de ellas: “1.-Se pueden compartir contenidos de forma libre y abierta bajo licencia: Creative Commons. 2.- Permiten compartir y socializar la información y el conocimiento. 3.- Fomentan los valores de trabajo colaborativo y cooperativo”.

Saber más en un click

Yoraima Salazar, Milagros Cruz y María del Carmen Martínez proponen, entre otros asuntos, un decálogo sobre el uso de las redes sociales:

1. Lee las condiciones de aviso legal y política de privacidad.

2. Trata con respeto a los otros usuarios.

3. Solo debes descargar los contenidos, copiar o imprimir cualquier contribución para tu uso personal y privado.

4. Toma conciencia de tu reputación on-line.

5. Respétate y respeta al resto de usuarios en tu comportamiento.

6. Aprende a expresar emociones y estados de ánimo.

7. Resuelve con firmeza la presión de grupo: tú eres el dueño de tus decisiones.

8. Reflexiona antes de publicar datos personales en internet.

9. Si algún contenido es inconveniente, o de alguna manera algo lesiona los derechos del usuario (información, privacidad, etc.) usa las herramientas de denuncia.

10. Las redes ofrecen distintas opciones para configurar la privacidad.

Reportes y redes

Antonio Silva Sprock y Julio Ponce Gallegos estudian la influencia de los estilos de aprendizaje en la generación de técnicas instruccionales. Hay que entender la cotidianidad escolar, la forma en que están aprendiendo los alumnos y la modalidad de estrategia educativa que puede resultar más apropiada en un momento dado.

Raymond Marquina destaca las ventajas sobre el uso de dispositivos móviles y de las redes sociales. “Una estrategia educativa que plantee el uso adecuado de redes sociales y dispositivos móviles para el desarrollo de actividades de aprendizaje fuera del aula de clases, permite a los estudiantes aprovechar mejor el tiempo libre fuera de la institución con la intención de invertir el aula (flipped classroom) y desarrollar en conjunto con el profesor las actividades de mayor valor”.

El trabajo de Jacqueline Panvini se enmarca en el campo de la educación para la salud. “La experiencia de la comunidad virtual de aprendizaje para la Puericultura y Pediatría, dirigida en un principio a los estudiantes del cuarto año de Medicina de la Escuela José María Vargas de la Facultad de Medicina de la UCV, proporcionó resultados altamente satisfactorios e inesperados, los cuales pudiesen reproducirse en otras asignaturas”.

Gustavo Mizraim González se refiere a la influencia de las redes sociales en la comunicación organizacional. “Las redes sociales se han convertido en una herramienta de comunicación e información imprescindible en las empresas. Por esto la gestión de las organizaciones requiere estar cada vez más focalizada en el uso de las tecnologías 2.0, sin perder las relaciones interpersonales y la adecuación de las redes a la cultura corporativa”.

Sobre las redes sociales en la escuela de Economía de la UCV, María Rita Amelii reporta lo siguiente: “Con respecto a la actividad desarrollada por los profesores, al momento de este estudio unos pocos manifiestan utilizar las redes sociales, y los que así lo hacen, las valoran como medios para mantenerse comunicados, por lo tanto, no podemos decir que su uso ha permeado la actividad docente aún”.

Pedro Certad constató que las redes sociales son eficaces en el manejo de los conceptos básicos de la química en bachillerato. “Siendo la química una ciencia ubicada en las ciencias abstractas, la adopción de estas estrategias ayuda a la comprensión de conceptos y experiencias, acercándolos a través de la búsqueda y la indagación a este conocimiento. Asimismo, en esta búsqueda se despiertan habilidades y actitudes que conforman entonces las competencias científicas en el estudiante”.

P.D. Reconocimiento muy especial a las profesoras Ana Beatriz Martínez González y Nayesia María Hernández Carvajal de la Universidad Central de Venezuela, quienes han hecho posible la compilación académica de una serie de trabajos teóricos y empíricos sobre Redes sociales: comunicación y educación. No es cualquier tipo de compilación la que nos brindan estas distinguidas profesoras. Se observa en este libro la “convergencia disciplinaria entre la educación y la comunicación” a lo Henry Jenkins y, desde luego, la presencia de la “inteligencia colectiva” del filósofo Pierre Lévy. En esta dirección, Ana y Nayesia afirman: “en este libro se expone el producto del trabajo colaborativo que venimos realizando alrededor del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación superior un grupo de colegas de diversas facultades de la Universidad Central de Venezuela conjuntamente con la Universidad de Los Andes y la Universidad Metropolitana”.

Fuente del Artículo:

http://www.el-nacional.com/noticias/entretenimiento/redes-sociales-comunicacion-educacion_229762

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Manual para evitar ‘tecnologías machistas’

Eapaña/07 de Abril de 2018/Por. Pablo Romero/Público

La tecnología es un mundo mayoritariamente masculino, algo que genera sesgos preocupantes en campos como la inteligencia artificial, el ‘machine learning’ o el ‘big data’. Para acabar con ello se necesitan, obviamente, mujeres.

Inteligencias artificiales machistas y racistas, productos que no tienen en cuentarealidades para cualquier mujer, denuncias contra la ‘testosterona digital‘. El mundo se mueve ya sobre una capa digital creada, sobre todo, por hombres. En el sector tecnológico faltan ellas -sólo una de cada cinco personas que trabajan en las TIC en Europa son féminas- y supone un problema que reconoce hasta el propio Gobierno. Para evitar el sesgo machista que padece la esfera digital, todo un reflejo de nuestra sociedad, sólo hay un camino: atraer a más mujeres.

Partamos de una premisa: la tecnología en sí no es machista. El problema es de dónde aprende la tecnología. “Estamos hablando todo el rato de inteligencia artificial, de ‘machine learning’, de ‘deep learning’, de ‘big data’ y todos estos términos de moda, y el problema es la mayor parte del funcionamiento de toda esta tecnología se extrae de grandes colecciones de datos que generamos los usuarios”, comenta Lorena Fernández, ingeniera informática y directora de Identidad Digital de la Universidad de Deusto, en una conversación telefónica con Público.

“El problema es que estamos en una sociedad sesgada, todos y todas tenemos un montón de estereotipos en la cabeza, y la tecnología lo que hace es acrecentar esos sesgos ya que está procesando grandes cantidades de esa información que generamos”, añade Fernández.

Sin embargo, esta experta no cree que los algoritmos sean neutros, aunque  a menudo esa falta de neutralidad no es intencionada. Ella no cree que existan algoritmos intencionadamente machistas, sino que en muchas ocasiones no se ha tenido en cuenta ese posible sesgo en su elaboración, dado que el mundo tecnológico es, mayoritariamente, un mundo de hombres. “No sólo hay sesgos machistas, sino racistas, religiosos… la interseccionalidad, es decir, cómo te apartan en base a algunos conceptos como el género o la raza, en la tecnología es brutal”, afirma esta experta.

Más mujeres, por favor

Faltan mujeres en tecnología, y en general falta diversidad en los equipos humanos que trabajan en este sector. Para Fernández, la principal consecuencia de ello es que cuando surge un problema no se piensan en soluciones desde todas las perspectivas. “Por ejemplo, hace unos años hubo un proyecto europeo que consistía en un programa de reconocimiento de voz, pero la persona de la Comisión Europea que tenía que validarlo era una mujer y con su voz no funcionaba; había sido desarrollado por un equipo masculino que no había tenido en cuenta esa posibilidad, no se había probado”.

Los sesgos machistas en tecnología no son inmediatamente detectables

Además, los sesgos –machistas, racistas o de cualquier otro tipo- en tecnología son “sutiles”no son inmediatamente detectables. Es decir, la brecha salarial o los problemas para ascender socialmente son aspectos inmediatamente reconocibles (techos de cristal que, a menudo, se podrían llamar de cemento), pero el hecho de que un algoritmo tenga un sesgo machista no lo es tanto.

Por ejemplo, en un experimento de 2015 se mostró cómo un anuncio de un puesto de trabajo muy bien retribuido era mucho más visible para hombres que para mujeres en internet, algo que pone en cuestión la neutralidad de los anuncios segmentados en la red. Que la mayoría de las mujeres no pudieran ver ese anuncio por el simple hecho de ser mujeres ya estaba condicionando un posible ascenso social, un porvenir mejor.

¿Por qué hay tan pocas?

Hay una larga serie de factores por los que faltan mujeres profesionales en los campos científicos y tecnológicos. Por un lado, existe una enorme cantidad de estereotipos en el imaginario social. Existen algunos estudios significativos al respecto, como por ejemplo el programa “dibuja a una persona científica” de la Northwestern University (EEUU). En él se puede comprobar cómo durante las décadas de 1960 y 1970 el 99,4% de los niños dibujaron a un científico masculino;  esa proporción cayó a un promedio de 72% en los dibujos realizados entre 1985 y 2016.

El problema también tiene que ver con la educación formal e informal de las niñas. Por un lado, Fernández, -que es además mentora de InspiraSTEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico tecnológica entre las niñas- identifica un problema de confianza en ellas, en parte por “los mensajes que reciben de su entorno son del tipo ‘no seas mandona’ frente a las ‘dotes de liberazgo’ de un niño, o bien ‘qué guapa eres’ frente a ‘qué listo eres’, o ‘eres muy trabajadora’ frente a ‘eres brillante’”.

Imagen de Wiki Women Editors Project. | Chenspec (CC)

Imagen de Wiki Women Editors Project. | Chenspec (CC)

Por otro lado, existe un contexto social, como muestra un reciente estudio publicado en Science que analiza datos PISA y constata cómo en los países con mayor desigualdad social hay menos niñas que niños con alto nivel en matemáticas.

Además, las mujeres tienen que esquivar un importante factor familiar. “A veces es el entorno más cercano quien se preocupa por que quizá terminen en un campo hostil, por el mero hecho de ser la única en clase o en el puesto de trabajo”, comenta Fernández. Esta ingeniera informática confiesa que ella misma empezó trabajando, como administradora de sistemas, en una empresa en la que el armario de los servidores estaba en el baño masculino porque a nadie se le había ocurrido antes que esto fuera a ser un problema.

Una carrera de obstáculos

La lista de impedimentos que tienen que sortear las féminas para desarrollar su carrera científico tecnológica sigue y es casi interminable: desde los juguetes y su función como asignadores de roles –es interesante la labor de GoldieBlox, una compañía de juguetes y contenidos orientados a futuras ingenieras- hasta ya de adultas con asuntos como la conciliación laboral y familiar, los ya mencionados ‘techos de cristal’, los sesgos a la hora de reclutar candidatos o candidatas a un puesto laboral o de responsabilidad, o simplemente la falta de referentes para las niñas: “No puedes imaginar ser lo que no ves”, comenta Fernández.

Por esa razón, ella misma ha reunido un directorio de mujeres tecnólogas que han hecho historia, una interesante lista que sigue creciendo, y que sirve como referencia y como merecido homenaje.

“Aunque no tenga una ideología premeditada detrás, la tecnología tiene derivadas sociales y produce cambios; si la tecnología es construida desde perspectivas más diversas, creo que va a ser más rica”, apunta Fernández, y sostiene que “aunque no se trata sólo de una cuestión de género, es básico que no desperdiciemos la creatividad del 50% de la sociedad que se está quedando fuera del diseño y de cómo pensamos la tecnología”.

Un caso concreto: la ciberseguridad

¿Por qué no hay más mujeres trabajando en ciberseguridad, por ejemplo, cuando las féminas son las principales víctimas de fraudes y robos de identidad en la red? Esto se lo ha preguntado recientemente la socióloga e investigadora estadounidense Winifred Poster en un editorial en Nature.

Sólo el 11% de todas las personas dedicadas a la ciberseguridad son mujeres

En su texto, Poster pone de manifiesto el hecho de que en todo el mundo sólo el 11% de las personas dedicadas profesionalmente a la ciberseguridad son mujeres (PDF), y reivindica un mayor reconocimiento de la aportación histórica de las mujeres a la ciberseguridad, sin paternalismos y admitiendo que, en este campo, ellas suelen estar más preparadas que ellos en campos más diversos.

“Tenemos que pelar en todos los sectores para abordar estos problemas desde un mayor número de puntos de vista”, comenta Fernández, que añade: “La ciberseguridad, junto con la robótica y la inteligencia artificial, es una de esas ramas que van a ser claves a nivel mundial, se van a tener que realizar grandes inversiones en personas que desarrollen esa tecnología, y si de nuevo caemos en el error de hacer estos desarrollos desde una sola perspectiva habrá problemas que no se aborden”.

Fuente: http://www.publico.es/sociedad/cibersociedad-manual-evitar-tecnologias-machistas.html

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