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Inclusión e igualdad, claves de la educación virtual en pandemia

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Si algo nos ha dejado claro el último año es que toda nuestra vida ha cambiado de un momento para otro, y cada vez es más evidente que muchas de esas transformaciones han venido para quedarse.

Lo vemos en la forma en que nos relacionamos con amigos y la familia, en el trabajo, en los cambios en nuestras prioridades vitales, y aunque no se hable tanto de ello, también en la educación.

Bien porque seamos docentes, estudiantes de cualquier nivel y ámbito educativo, como padres o madres, o por tener algún conocido estudiando: la pandemia ha hecho que la educación tal como la conocíamos hasta el año pasado nunca más volverá a ser igual.

Como ya explicaron las investigadoras María del Mar Sánchez y Paz Prendes, la educación virtual tiene sus propias reglas y dinámicas que la convierten en un modelo pedagógico que no es efectivo para emular el aprendizaje en entornos presenciales y síncronos tradicionales.

Desequilibrios educativos

Precisamente ese rápido, abrupto y desestructurado paso de la enseñanza presencial a la educación en confinamiento ha provocado profundos desequilibrios en el sistema educativo: desde la falta de acceso a ordenadores y conexión a internet hasta la ausencia de conocimientos y competencias por docentes y estudiantes para adaptarse adecuadamente al modelo en línea, pasando por los riesgos de una digitalización capitalista de la educación, entre otros.

Este panorama nos muestra la complejidad del traspaso de los modelos educativos presenciales a las diferentes modalidades en línea y, por tanto, la necesidad de una mirada amplia que permita analizar e intervenir de manera holística en la resolución de estos problemas.

Desde hace décadas, una rama importante de la sociología de la ciencia y la tecnología se dedica a desvelar la “magia” que hay detrás de los experimentos tecnocientíficos y las discusiones políticas, concluyendo que aquella compleja fórmula matemática para describir un agujero negro o la presentación final de una nueva y farragosa ley, en realidad son el resultado de una compleja relación laboral y académica entre científicos y becarios, el descarte de decenas de experimentos anteriores que salieron mal, la obtención (o no) de una nueva financiación o el éxito en el convencimiento de otros grupos para que apoyen la iniciativa.

Ni buena, ni mala, ni neutra

La conclusión de estos estudios es que necesitamos atender y comprender las pequeñas acciones locales en detalle para poder dar cuenta de fenómenos tan globales y complejos como los científicos o los políticos. Así lo acabaría resumiendo uno de los fundadores de la sociología de la ciencia, Melvin Kranzberg: la tecnología no es buena ni mala, pero tampoco es neutra, es decir, cualquier innovación o hito científico o político no es bueno ni malo a priori, necesitamos comprenderlo en su complejidad y en su contexto para poder valorarlo.

Este punto es relevante para analizar lo ocurrido durante este año con la educación y la pandemia. Extrapolando el argumento de Kranzberg a lo que ya hemos explicado y que todas y todos hemos vivido de diferentes modos, podemos afirmar que la educación virtual no es buena ni mala, pero tampoco es neutra. Y para analizar el cambio educativo sin reducirlo a ese proceso mágico y abrupto, necesitamos analizar la complejidad de los sistemas educativos y atender a las comunidades educativas locales.

Igual que ocurre con los análisis sociológicos de laboratorios o parlamentos, resulta ingenuo reducir el traspaso de la educación presencial a la virtual a la conexión de estudiantes y profesores a una pantalla y una conexión a internet.

Algunos juegan con ventaja

Para evitar la brecha digital o para garantizar la igualdad de oportunidades en el nuevo modelo educativo debemos tener en cuenta la existencia de condiciones que sitúan “en ventaja” desde la línea de salida a algunas personas frente a otras: la mayor habilidad con las nuevas tecnologías, la posibilidad de dedicarse a las labores educativas sin atender a la familia o a un trabajo, el apoyo económico y cultural de los convivientes a la óptima adecuación del estudiante al contexto virtual o la mayor capacidad para atender durante un largo periodo a las indicaciones de una pantalla.

No todas y todos los estudiantes y docentes tienen algunas de esas ventajas, porque no todas las personas somos iguales y, por tanto, el cambio en el modelo educativo debe partir del reconocimiento de esta diversidad.

Pero ¿cómo hacer esto? Si bien existen diversas maneras, enfoques y alternativas, todos ellos deberían pasar por la escucha de las necesidades que docentes, estudiantes, madres, padres, equipos directivos y técnicos educativos han tenido durante este proceso.

Nadie es más experto en un proceso educativo, en enseñar y aprender y en las características de sus estudiantes que aquel docente, aquella alumna o aquel tutor que diariamente hacen el esfuerzo por enseñar y aprender virtualmente en un contexto pandémico sobrevenido. Estos actores forman las comunidades educativas locales, y deben formar parte de las actuaciones políticas educativas que les están afectando e interpelando directamente.

Aprovechemos esta situación

Solo así se puede juzgar el papel de la educación virtual. No es buena ni mala (a priori), pero tampoco es neutra. Por tanto, nada es más prioritario que aprovechar este acontecimiento tan relevante a nivel mundial para hacer un análisis profundo con el fin de garantizar la inclusión y la igualdad en cada contexto y en cada comunidad educativa particular.

Ningún momento es mejor que el actual, en el que el reparto de los fondos europeos para superar la pandemia mediante la transformación digital nos brinda la oportunidad de hacer de la nuestra una sociedad más responsable, justa y democrática para con su sistema educativo y alineada con los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030.

Fuente: https://theconversation.com/inclusion-e-igualdad-claves-de-la-educacion-virtual-en-pandemia-158007

Imagen:  mmi9 en Pixabay

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El futuro de la Educación: por una evaluación continua y una escuela segura

Por:  magister.com

La Educación es la puerta que abre infinidad de posibilidades para avanzar, aprender de nuestros errores y mejorar la sociedad futura. Con la crisis de la pandemia de la Covid-19, vimos cómo los centros educativos tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas y se vieron obligados a mantener la continuidad de la enseñanza a través de las herramientas digitales. Los colegios no estaban preparados para este cambio repentino y se vio que no era posible evaluar a los alumnos en esas circunstancias, dada la evidente brecha digital. A raíz de ello, nos encontramos ante una necesidad urgente de acelerar la digitalización de los centros así como la de replantearnos el actual sistema de evaluación.

En nuestro país, el sistema de evaluación por el que se determinan las competencias de los alumnos es una herencia de la época de la revolución industrial y está enfocado principalmente en obtener una calificación. La nota o resultado final es lo importante y no el proceso del aprendizaje, perdiéndose así muchos matices que se quedan sin valorar. En pleno siglo XXI quizás sería conveniente replantearse si un número garantiza la progresión, el entendimiento y el avance de los estudiantes.

Esta presión por obtener una buena calificación suele desembocar más en la frustración del estudiante que en la motivación por su aprendizaje. Así lo hemos descubierto tras realizar un estudio cualitativo interno en colegios de todo el país para conocer qué técnicas de evaluación y enseñanza promueven más la evolución del alumnado, así como para saber si se ha producido algún cambio en la percepción de las asignaturas troncales tradicionales, tanto por parte de los propios docentes como de las familias. En base a los resultados de esta investigación pudimos comprobar que el inglés se ha convertido en uno de los ejes principales, por encima incluso de las matemáticas o de la lengua propia. Asimismo, pudimos observar en este estudio que, de cara a potenciar el aprendizaje del idioma, los docentes consideran esencial integrar su enseñanza en el día a día del aula, esto es, en una evaluación continua.

La evaluación continua y actualizada, adaptada al nivel específico de cada alumno, permite que pueda desarrollar diversos conocimientos relacionados con la lengua extranjera. De este modo, en lugar de estudiar para obtener una calificación, se pueden centrar en integrar los conocimientos, mejorar en base a sus capacidades e ir avanzando de acuerdo a su nivel actual. Se trata de un sistema de evaluación que desde Macmillan estamos promoviendo de la mano de Capman Testing Solutions, con la implementación de TOEFL Young Students, un programa de evaluación continua, con el fin último de que los alumnos sean capaces de mejorar día a día a lo largo de toda su etapa educativa.

La evaluación continua y actualizada, adaptada al nivel específico de cada alumno, permite que pueda desarrollar diversos conocimientos relacionados con la lengua extranjera

Comentaba al inicio que la Educación nos abre infinidad de posibilidades, pero para que esas posibilidades se nos presenten, debemos fomentar la implantación de un sistema de evaluación que motive a los estudiantes a querer seguir aprendiendo, en lugar de conformarse una vez obtenida la calificación. Este cambio de perspectiva que planteamos en el aprendizaje de idiomas, en un futuro se puede replicar en otras áreas para que el sistema de evaluación no sea un obstáculo para el estudiante, sino un trampolín hacia su futuro.

Por otro lado, debemos tener muy presente que la motivación y el deseo de prosperar de los alumnos necesita de una escuela en la que se sientan integrados y seguros. En este sentido, es fundamental trabajar desde la prevención para evitar situaciones de acoso escolar y de ciberacoso. Es necesario, en primer lugar, formar a los docentes con estrategias eficaces para prevenir, intervenir y hacer seguimiento de los casos de acoso. En segundo lugar, ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional y a reconocer sus propios sentimientos y los de sus compañeros, reforzando su sistema de valores para afrontar el acoso. Por último, ofrecer a los padres información sobre el acoso escolar dándoles pautas para que puedan identificarlo y tener un papel clave en la comunicación escuela-casa. Sobre estos tres pilares esenciales actúa KiVa, un programa de prevención del acoso escolar desarrollado por la Universidad de Turku, Finlandia, y exportado a otros países como el nuestro para reducir los casos de acoso en las escuelas y fomentar la creación de espacios seguros para todos.

No cabe duda de que para que un cambio se asiente hay que ir sembrando poco a poco las semillas para que germinen. La Educación no puede ser un sistema estanco, debe evolucionar, adaptarse a las necesidades presentes de docentes, estudiantes y familias; debe anticiparse para que ningún alumno se sienta excluido y, lo que es más importante, para que todas esas posibilidades que nos brinda la Educación se abran para las generaciones venideras de una manera más sólida.

Augusto Di Marco es director General de Macmillan Education Iberia.

El futuro de la Educación: por una evaluación continua y una escuela segura

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INEGI: desenmascarando la fantasía educativa.

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

El 23 de marzo de 2021 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED), cuyo objetivo general se centra en el conocimiento del impacto por la cancelación provisional de clases presenciales, en la experiencia educativa de niños y jóvenes de 3 a 29 años de edad. Aunque ofrece una mirada general sobre el acontecer educativo durante la pandemia, centrándose en temas como la dinámica de la matrícula o el uso de tecnología, la información que arroja la consulta contrasta con la postura oficial, caracterizada por el optimismo y los resultados favorables.

De acuerdo con la encuesta, sólo 5.3% de la población objetivo manifestó emplear la televisión digital en sus actividades escolares o clases a distancia. Llama poderosamente la atención este dato al ser los programas televisivos uno de los componentes principales de la oferta oficial: se esperaría, después de que fueron destinados varios cientos de millones de pesos a televisoras privadas para ampliar la cobertura de las clases remotas, un mayor uso de este medio de comunicación. El dato podría motivar sospechas en cuanto a la calidad de las clases por televisión, su desestimación por alumnos y padres de familia e incluso un posible descarte, por parte de los docentes, de los procesos de enseñanza.

La pandemia ha golpeado la matrícula: se estima que 1.8 millones de estudiantes, de entre quienes cursaron el ciclo 2019-2020, ya no se inscribieron al 2020-2021 tan solo por razones relacionadas con la pandemia o la falta de recursos. Tal cifra supera a los 1.1 millones que, para el ciclo escolar 2017-2018, abandonaron la escuela de primaria a media superior (MEJOREDU, 2020, p. 136). Es importante tener en cuenta que la encuesta fue realizada en diciembre de 2020, previo a la fase más aguda de la pandemia en México (enero), por lo que la cantidad de niños y jóvenes fuera de la escuela podría ser considerablemente mayor actualmente. Se ha insistido a los docentes que busquen por todos los medios posibles continuar la comunicación con sus alumnos, pero ¿qué estrategia ha realizado la autoridad para contener la avalancha de estudiantes expulsados? ¿A cuántos de esos alumnos se podrá recuperar?

Hace algunas semanas la SEP emitió un comunicado en el que señaló que, de acuerdo a un estudio, nueve de cada 10 estudiantes habían aprendido con la estrategia educativa a distancia. En su momento, Esteban Moctezuma, compareciendo ante el Senado, refirió que la pandemia no había afectado la calidad de los aprendizajes. La consulta del INEGI hace dudar de tales aseveraciones: entre quienes no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 por causas asociadas al COVID- 19 (435 mil estudiantes), 26.6% señaló a la poca funcionalidad para el aprendizaje de las clases a distancia como el motivo principal que los llevó a dejar la escuela.

Los elogios del discurso oficial a la labor del profesor, si bien merecidos en muchísimos casos, son peligrosos cuando pretenden transmitir una imagen de perfección y así soslayar oportunidades de mejora. En ese sentido, la consulta del INEGI complementa las expresiones favorables de las autoridades, haciendo alusión a desventajas que podrían estar relacionados directamente con la acción docente: 27.1% de los informantes de la encuesta ha señalado la falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos como una de las principales desventajas de las clases a distancia, mientras que 18.8% al exceso de carga académica y actividades escolares. Si bien la estrategia educativa a distancia se ha mantenido en pie, de manera general, gracias al ímpetu del profesorado, vale la pena también reconocer y trabajar sobre los yerros cometidos en esta empresa.

Como se observa, el resultado de la encuesta realizada por el INEGI dibuja un panorama mucho más complejo del que se reconoce en los discursos oficiales. Pone de manifiesto problemas para los que se esperarían acciones específicas por parte de toda la comunidad educativa, empezando por el abandono escolar. El golpe que la pandemia ha dado a las escuelas merece pues una bien pensada estrategia de recuperación. El regreso a clases, en el momento que se tenga que dar, debería estar precedido por una reflexión profunda en torno a los fines y medios de la reactivación escolar presencial.  Es de celebrarse que una consulta como ésta ponga sobre la mesa de debate la voz, muchas veces ignorada, de las familias mexicanas. Al igual que otros ejercicios realizados en sectores académicos, la encuesta efectuada por el INEGI brinda elementos para desenmascarar una postura que pretende minimizar los efectos de la pandemia y, mediante una escasa autocrítica, asumir que todo lo realizado va por buen camino.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

Fuente e Imagen: http://proferogelio.blogspot.com/2021/03/inegi-desenmascarando-la-fantasia.html

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¿Cómo educar a los niños en la era digital?

Por: ABC

Claves para un uso de la tecnología saludable según Isabel Ortín, responsable del Departamento de Orientación del Colegio Logos.

En un mundo en el que los niños están «creciendo digitalmente», es importante ayudarlos a aprender conceptos saludables sobre el uso digital. Los padres juegan un papel importante en la enseñanza de estas habilidades.

Los medios y los dispositivos digitales son una parte integral de nuestro mundo actual. Los beneficios de estos dispositivos, si se usan de manera moderada y apropiada, pueden ser muy numerosos. Pero se ha demostrado que el tiempo cara a cara con la familia, los amigos y los profesores juega un papel fundamental e incluso más importante en la promoción del aprendizaje y el desarrollo saludable de los niños.

La pandemia del coronavirus (COVID-19) fue un recordatorio contundente de que las escuelas no son solo lugares de aprendizaje académico. Son parte del tejido social de nuestras vidas y ha quedado evidenciado el importante papel que desempeñan para garantizar el bienestar de la comunidad.

La prisa por el aprendizaje remoto cuando las escuelas cerraron, resaltó tanto las inmensas oportunidades del mundo digital, como también nos recordó lo esencial que es el contacto físico. Los seres humanos son sociales y prosperan en la conexión presencial.

Tal y como señala Isabel Ortín, responsable del Departamento de Orientación del Colegio Logos, centro privado internacional de la Comunidad de Madrid, “la clave está en hacer un buen uso de la tecnología, sobre todo en esta época actual donde los acontecimientos mundiales nos han obligado a todos a trabajar, estudiar, reunirnos y aprender desde dispositivos y ordenadores. Es evidente que el uso de las nuevas tecnologías se ha incrementado, sirviendo en muchos casos de calmante emocional para niños y adolescentes”.

«Desde Colegio Logos somos conscientes de la importancia de la tecnología como instrumento de una enseñanza-aprendizaje que conecta a los alumnos con la vida real, pero siempre desde el punto de vista pedagógico y con supervisión», recalca.

De esta forma, Ortín da algunas claves que puedan ayudar a los padres para hacer un uso consciente de la tecnología, y, sobre todo, a cómo educar a los niños en esta era digital para lograr con éxito una educación en valores:

—Educar desde el ejemplo. El progenitor debe ser el primero en entender el funcionamiento de la tecnología y sus alcances, utilizarla de manera responsable y evitar pasar muchas horas con el ordenador o el móvil. Esto es determinante, ya que, los niños aprenden del ejemplo y si ven a sus padres muchas horas al día con un dispositivo, verán esta actividad como algo normal.

—Crear un espacio familiar para compartir actividades digitales como ver vídeos, películas, jugar, aprender… Con ello, además de reforzar vínculos entre padres e hijos, les permitirá observar qué es lo que les divierte y les mantiene atentos a los dispositivos.

—Es importante conocer qué sitios web visitan con frecuencia, con quién chatean a diario o si no lo hacen, y, sobre todo, observar el comportamiento que tienen los niños cuando están frente a estos dispositivos electrónicos.

—La adjudicación de un horario para el consumo de tecnología también es importante. Aunque parezca algo complejo si los niños no pueden salir a jugar fuera de casa, en estos casos se pueden ofrecer alternativas de juegos y recreación offline que fomenten su creatividad y la interacción con los miembros de la familia.

—Hacer uso de los programas de control parental para evitar que se encuentren contenidos inadecuados para su edad.

—Algunos estudios demuestran que los niños pequeños aprenden mejor con la interacción bilateral, que estimula su lenguaje y otras destrezas. Con ayuda de la tecnología también se puede lograr ese aprendizaje, pero es importante la participación de los padres durante el proceso.

Prestarle atención a lo afectivo y lo emocional

La era digital ha traído consigo un distanciamiento de lo afectivo y «los niños siguen necesitando del desarrollo emocional y psicológico para un crecimiento sin dificultades, lo que implica que los padres entiendan la necesidad de poner límites desde el cariño», señala Isabel Ortín.

Tal y como recalca, «es necesario estar presentes no solo de manera física, sino que los niños sientan la presencia emocional y la empatía ante sus necesidades, sus miedos y sus emociones. Los padres que pasan mucho tiempo conectados a sus dispositivos, aunque estén al lado de sus hijos, se encuentran ausentes. Situación que hace que muchos niños lleguen a utilizar la tecnología como calmante emocional».

Un dispositivo tecnológico «jamás podrá sustituir la interacción afectiva y emocional que se logra del contacto del niño con el medio que le rodea, de ahí surgirán las experiencias y aprendizajes, pero no podemos obviar que actualmente la tecnología forma parte de toda esa interacción. Los padres deben estar atentos ante las situaciones que surgen del manejo de la tecnología, habrá errores en el uso que pueden manejarse de forma empática y afectiva, sacando de ello un aprendizaje significativo para el niño y los padres», finaliza Isabel Ortín.

El Colegio Logos es un colegio internacional y bilingüe, localizado en la zona noroeste de Madrid, pionero en el uso de las tecnologías en las aulas desde el año 1990 y que está posicionado entre los 5 mejores colegios de España, según el Ranking El Mundo 2020. Un colegio que se basa en la internacionalización, en la educación con valores, en la innovación educativa y el espíritu deportivo.

Fuente  e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-educar-ninos-digital-202102241447_noticia.html

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Uñac: «Nunca vamos a poder suplir el vínculo de los docentes con los alumnos». Argentina

América del Sur/Argentina/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El Gobernador encabezó el acto de regreso a las aulas que se realizó en Caucete, durante la inauguración de la escuela Arturo Beruti, en medio de la pandemia.

En la mañana de este lunes, San Juan celebró el inicio del ciclo lectivo 2021, que marca la vuelta a las aulas de modo presencial, aunque parcial, del alumnado en medio de la pandemia por coronavirus. Si bien la intensa lluvia caída durante la madrugada obligó a suspender las actividades en varios establecimientos, en otros volvieron a verse los guardapolvos blancos. En ese contexto, las autoridades de la provincia, encabezadas por el gobernador Sergio Uñac, realizaron un acto en la escuela Arturo Beruti, de Caucete, que fue inaugurada.

Y agregó: «El Covid, fundamentalmente el año pasado, ha dejado grandes enseñanzas a la sociedad mundial, a los argentinos y a los sanjuaninos. Quizás una de las más importanteses que es altamente necesario que el docente pueda ser la guía de los alumnos. Este año hemos logrado la presencialidad, gracias al esfuerzo de todos. La tecnología ha sido algo sumamente importante, pero nunca vamos a poder suplir la presencia de las docentes y los docentes sanjuaninos y su vínculo con los alumnos».

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Unac-en-el-inicio-de-clases-Nunca-vamos-a-poder-suplir-el-vinculo-de-los-docentes-con-los-alumnos-20210301-0033.html

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Mundo: La tecnología ‘Industria 4.0’ para el mundo post-COVID está impulsando la desigualdad: UNCTAD

Mundo/26-02-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Los países en desarrollo deben adoptar tecnologías innovadoras que han sido una herramienta fundamental para abordar la pandemia de COVID-19 o, de lo contrario, enfrentar desigualdades aún mayores que antes, dijeron  el jueves expertos en desarrollo económico de la ONU en la UNCTAD  .

“Muy pocos países crean las tecnologías que impulsan esta revolución, la mayoría de ellos se crean en China y Estados Unidos, pero todos los países se verán afectados por ella”, dijo Shamika Sirimanne, jefa de la División de Tecnología y Logística de la UNCTAD . «Casi ninguno de los países en desarrollo que estudiamos está preparado para las consecuencias».

El llamamiento, que se destaca en un nuevo informe de la UNCTAD  , se refiere a todas las cosas digitales y conectivas, las llamadas «Industria 4.0» o «tecnologías de frontera», que incluyen inteligencia artificial, macrodatos, blockchain, 5G, impresión 3D, robótica drones, nanotecnología y energía solar.

La edición de genes, otro sector en rápida evolución, ha demostrado su valor en el último año, con el desarrollo acelerado de nuevas vacunas contra el coronavirus .

Ayuda para drones

En los países en desarrollo, las herramientas digitales se pueden usar para monitorear la contaminación del agua subterránea, entregar suministros médicos a comunidades remotas a través de drones o rastrear enfermedades usando macrodatos, dijo Sirimanne de la UNCTAD.

Pero “la mayoría de estos ejemplos se mantienen a nivel piloto, sin que nunca se amplíen para llegar a los más necesitados: los pobres. Para tener éxito, la implementación de la tecnología debe cumplir las cinco A: disponibilidad, asequibilidad, conciencia, accesibilidad y capacidad para un uso eficaz «.

Ampliación de la brecha de ingresos

Con un valor de mercado estimado de $ 350 mil millones en la actualidad, es probable que la variedad de soluciones digitales emergentes para la vida después de COVID valga más de $ 3 billones para 2025, de ahí la necesidad de que los países en desarrollo inviertan en capacitación e infraestructura para ser parte de ella, Sirimanne. mantenido.

“La mayoría de las tecnologías de la Industria 4.0 que se están implementando en países desarrollados ahorran mano de obra en tareas rutinarias que afectan los trabajos de habilidades de nivel medio. Recompensan las habilidades digitales y el capital ”, dijo, señalando el aumento significativo en el valor de mercado de las plataformas digitales líderes en el mundo durante la pandemia.

Dividendos de innovación

“Las mayores ganancias las han logrado Amazon, Apple y Tencent”, continuó Sirimanne. «Esto no es sorprendente dado que un número muy pequeño de empresas muy grandes proporcionaron la mayoría de las soluciones digitales que hemos utilizado para hacer frente a varios bloqueos y restricciones de viaje».

Expresando optimismo sobre el potencial de los países en desarrollo de seguir la nueva ola de digitalización en lugar de verse abrumados por ella, el economista de la UNCTAD restó importancia a las preocupaciones de que la creciente automatización de la fuerza laboral corría el riesgo de dejar sin trabajo a las personas de los países más pobres.

Esto se debe a que “no todas las tareas de un trabajo están automatizadas y, lo que es más importante, a que se crean nuevos productos, tareas, profesiones y actividades económicas en toda la economía”, dijo Sirimanne.

‘Polarización laboral’

«Los bajos salarios … para las habilidades en los países en desarrollo más las tendencias demográficas no crearán incentivos económicos para reemplazar la mano de obra en la manufactura, todavía no».

Según la UNCTAD, durante las dos últimas décadas, la expansión de los trabajos con salarios altos y bajos, un fenómeno conocido como «polarización laboral», ha llevado a una reducción de solo un dígito en los trabajos de calificación media en los países desarrollados y en desarrollo (de cuatro y seis por ciento respectivamente).

“Por lo tanto, se espera que los países en desarrollo de ingresos bajos y medianos bajos estén menos expuestos a los posibles efectos negativos de la IA y los robots en la polarización del trabajo”, explicó Sirimanne.

No obstante, el organismo de comercio y desarrollo de la ONU advirtió que parecía haber pocas señales de que la desigualdad galopante se desacelerara en la nueva era digital, señalando datos que indican que la brecha de ingresos entre los países desarrollados y en desarrollo es de 40.749 dólares en términos reales en la actualidad, frente a los 17.000 dólares. en 1970.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/02/1085652

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Aulas conectadas: la tecnología como herramienta de aprendizaje y unión

Por: Educación 3.0

Carlos Casado, experto pedagógico de Promethean Iberia, reflexiona en este texto acerca del gran desafío que ha supuesto la pandemia tanto a nivel emocional como educativo para docentes y alumnado.

Si algo se ha puesto de manifiesto desde que comenzó la pandemia, el pasado mes de marzo, es que los docentes tienen una altísima capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias. Impulsados por la vocación y el sentido de la responsabilidad, y conscientes de que la educación es un proceso continuo y cambiante, han aceptado el reto que la alerta sanitaria ha supuesto y han demostrado una capacidad de reacción inmediata, realizando un enorme esfuerzo para no dejar atrás a ningún alumno y cumplir con el programa previsto.

La tecnología, un aliado

Es natural que los profesores hayan encontrado obstáculos que les han impedido transmitir el mensaje del modo en que hubieran deseado, pero también han hallado un importante aliado a través del uso de nuevos desarrollos tecnológicos, al tiempo que han descubierto nuevas formas de comunicarse con sus alumnos. En este contexto, la tecnología educativa ha resultado más útil que nunca y se ha configurado como una herramienta integradora y enriquecedora que ha ayudado tanto a profesores como alumnos a reinventarse de la noche a la mañana. Y todo ello a pesar del lógico agotamiento de tener que utilizarla durante tanto tiempo y no siempre en las mejores condiciones.

Solo el tiempo dirá cuántas de estas prácticas, a propósito del uso de las nuevas tecnologías para la educación, formarán parte de la rutina de los docentes y hasta qué punto el cambio hacia una nueva formación híbrida como la que se ha instaurado en muchos centros se convertirá en permanente. Lo que sí está claro es que la situación vivida y el ejemplo que nos llega por parte de profesores y alumnos nos ha permitido aprender hasta qué extremo, como sociedad, estamos todos conectados.

Y en parte, precisamente, se trata de permanecer conectados. O, mejor dicho, de plantear nuevas formas de conexión que eleven el nivel de interacción necesario para expandir nuestras capacidades. Gracias a la tecnología actual, hemos creado comunidades de conocimiento que nos permiten trabajar en equipo, contribuir a alimentar bases de datos con información útil y compartirla en tiempo real en cualquier momento y lugar.

En comunidad

En última instancia, el beneficio de cada nuevo desarrollo está dirigido a cualquier persona, pues todos somos miembros de la comunidad educativa, de una u otra forma. No hay que perder de vista que la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades no tiene fronteras, no solo en cuanto al espacio y el momento, sino tampoco en cuanto a la edad: continuamos aprendiendo cada día hasta el final de nuestras vidas. Probablemente, nadie duda de este hecho, pero hay que reconocer que no contábamos con que, ya de adultos, las lecciones nos podían seguir llegando de los profesores.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/aulas-concectadas-tecnologia-herramienta-de-aprendizaje/

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