No van a la escuela y no tienen tiempo para jugar, no se alimentan y no reciben cuidados adecuadamente. En la actualidad a 168 millones de menores de edad se les niega la oportunidad de ser niños debido a que se encuentran en situación de trabajo.
De esa cantidad, 120 millones tienen entre 5 y 14 años de edad, mientras que 85 millones realizan labores en situaciones peligrosas.
La pobreza, la escasez de trabajos para los adultos, la falta de protección social y la incapacidad para asegurar que asistan a la escuela, son las raíces de esta lamentable cifra mundial.
Por si fuera poco, existen 400 millones de niños esclavos en todo el mundo, de los cuales 85 millones están envueltos en situaciones peligrosas, en especial las niñas.
Educación para combatir el trabajo infantil
Este 12 de junio, para el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la atención se centra en lograr una educación de calidad para luchar contra este flagelo.
El objetivo resulta acertado, pues según la UNESCO, 58 millones de niños en edad de escolarización primaria y 63 millones de adolescentes en edad de escolarización secundaria no van a la escuela.
La persistencia del trabajo infantil aún es un muro que no ha podido ser derribado. Las cifras de la UNESCO indican que 121 millones de menores en el mundo no están matriculados en la escuela y los que sí lo están no asisten regularmente.
Para que este problema sea superado se requiere de acciones por países que identifiquen a los niños en situación de trabajo infantil y los saquen de ese contexto. Para ello, la mejor opción es brindarles una educación de calidad.
Edad mínima legal para trabajar
Con la intención de evitar que los niños empiecen a trabajar demasiado temprano, se estableció el convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la edad mínima de admisión al empleo.
Bolivia, una excepción a la norma
En junio de 2014, el Senado boliviano aprobó un nuevo código de la niñez y adolescencia que contempla el trabajo infantil a partir de 14 años, pero admite excepciones para niños de 10 años que trabajen por cuenta propia, es decir, que no depende de un empleador.
Este tema generó una fuerte polémica, pero la realidad es que históricamente, en los países andinos como Bolivia y Perú, es normal que los niños colaboren con las tareas del hogar y ayuden a mantener a sus familias.
Una vocera de la oficina andina de Save The Children, explicó en aquella oportunidad que «en esta región los niños son considerados parte activa de la sociedad y de la economía familiar y desde pequeños cumplen un rol en la comunidad».
De hecho, antes de fijarse la edad mínima en 10 años, la Unión de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (Unatsbo), una especie de sindicato de trabajadores infantiles que agrupa a más de diez mil menores, ya protestaba porque se bajara el límite a los 12 años.
Fue tan fuerte la protesta de los menores de Unatsbo que el presidente Evo Morales tuvo que intervenir a favor de los jóvenes. «Mi experiencia, mi posición: no debería eliminarse el trabajo de niñas, niños y adolescentes, pero tampoco deberían explotar o incitarlos a trabajar. Algunos trabajan por necesidad, pero además eliminar el trabajo de niños es como eliminar que tengan conciencia social», fueron la palabras del mandatario.
El asunto quedó zanjado. El nuevo Código del Menor fue promulgado por la Asamblea Nacional y el senador Adolfo Mendoza lo explicó de forma sencilla: «el límite de edad definido de manera formal por el Código del Niño, Niña y Adolescente es de 14 años, y allí se abren dos excepciones: trabajo por cuenta ajena, a partir de los 12 años, que es lo que permiten los convenios internacionales, y trabajo por cuenta propia a partir de los 10 años».
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, reconoció que elaborar la ley fue en desafío por que el Estado había firmado un conjunto de convenios internacionales sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes, pero reiteró que «existe una realidad boliviana, una modalidad propia de lo que es el trabajo y la situación de los niños y adolescentes del país”.
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Así es el trabajo infantil en el mundo
En el Sur de Asia, 17 millones de niños son obligados a trabajar, de los cuales 5,8 millones corresponden a la India, 5 millones a Bangladesh y 3,4 millones a Pakistán, según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Resalta que estos tres países están entre las diez principales naciones proveedoras de la Unión Europea (UE) de productos de confección.
La directora del programa de los derechos laborales fundamentales de la OIT, Corinne Vargha, indicó que «a pesar de que ha habido una disminución en el número de niños que trabajan a nivel global, la mayoría de ellos se encuentran en Asia y el Pacífico. La magnitud del problema en el Sur de Asia es particularmente preocupante».
De acuerdo al informe, la mayoría de los niños trabajan en actividades agrícolas. En el caso de India y Pakistán destaca la presencia de menores en los campos de algodón, siendo estos dos países grandes productores mundiales.
Mientras que en Bangladesh investigaciones recientes revelaron casos alarmantes de explotación de niños en fábricas textiles y en la manipulación de productos tóxicos para la curtiduría de pieles, sin usar ningún tipo de protección.
Además, un reportaje de la BBC, transmitido el año pasado, sobre la fabricación de prendas de la marca de ropa Zara en Bangladesh obligó a la compañía a cerrar sus talleres en ese país.
En los países de este continente, destaca la trata de niños y niñas, el reclutamiento de menores en conflictos armados, la minería en pequeña escala, el trabajo peligroso en la agricultura, la explotación sexual comercial y el trabajo doméstico.
Cada año el problema se agrava a causa de la pobreza extrema, el elevado crecimiento demográfico, la propagación del VIH/SIDA, las crisis alimentarias, así como los conflictos y la inestabilidad política.
En el caso de Europa, los niños son secuestrados para luego ser utilizados como mano de obra barata o son explotados sexualmente en redes de prostitución, sobre todo en Europa del Este.
Asimismo, en América del Norte y América Latina, muchos niños son víctimas de la prostitución y son explotados cada vez más por los narcotraficantes. Según la Organización Internacional del Trabajo, hasta el 2014, en América Latina y el Caribe 12,5 millones de niños formaban parte de la fuerza laboral, de los cuales 9,5 realizan trabajos peligrosos.
Latinoamérica lidera en avances
De acuerdo al informe de la OIT, en los últimos años se ha logrado reducir en 7,5 millones el número de niños en trabajo infantil, pero se necesitarán al menos 40 años para lograr el objetivo de la erradicación.
En aras de avanzar hacia ese objetivo, en octubre del año pasado los ministros de Trabajo y representantes de 25 países de América Latina y el Caribe suscribieron en Lima, capital de Perú, la declaración de constitución de una iniciativa para que la región quede libre de trabajo infantil en 2020 mediante la cooperación intergubernamental.
La «Iniciativa Regional América Latina y El Caribe Libre de Trabajo Infantil» fue firmadapor representantes de Argentina, Bahamas, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.