América Central/República Dominicana/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do
Durante el encuentro virtual «Juventudes: cultura y desarrollo» auspiciado por el Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo (Centro Montalvo), en el cual participó como invitado especial Franklin Tejeda, punto focal de UNESCO en el país y moderado por Amín Matías. Fue realizado con motivo al Día Internacional de la Juventud.
Jóvenes de diversos puntos del país demandaron mayores oportunidades de empleo y educativas debido a las brechas que persisten y que han aumentado con la pandemia del covid-19. También abogan por una oferta educativa que promueva la cultura como canal de desarrollo.
Durante el encuentro virtual «Juventudes: cultura y desarrollo» auspiciado por el Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo (Centro Montalvo), en el cual participó como invitado especial Franklin Tejeda, punto focal de UNESCO en el país y moderado por Amín Matías. Fue realizado con motivo al Día Internacional de la Juventud.
Tejeda expuso sobre el papel de la juventud como pilar de la cultura para un desarrollo sostenible para la generación y transmisión de valores, fortalecimiento de las identidades y potenciar las capacidades y autonomía de las personas.
Indicó que es necesario impulsar la cultura para el desarrollo sostenible, el cual implica un equilibrio entre crecimiento económico, bienestar social y el medio ambiente.
Sostuvo que el desarrollo sostenible está llamado resolver las desigualdades y llevar bienestar a toda la sociedad, sobre todo, a grupos vulnerables.
Citó que es necesario posicionar en la agenda pública la cultura como clave del desarrollo por los bienes y servicios que aporta al PIB, es decir, que no se vea solo como un gasto.
Dijo que a través de la cultura se pueden generar empleos y combatir las desigualdades además del bienestar intelectual que representa el conocimiento y apreciación cultural.
Tejeda planteó que es necesario que desde la educación haya programas para profesionalizar la enseñanza y aprendizaje cultural, así como promoción del patrimonio intangible dominicano que se puede perder sin la transmisión y vivencia generacional.
Apoyo
Luego de la exposición, varios jóvenes de diversos puntos plantearon sus situaciones, demandas y aspiraciones. Una de ellas fue Betania, desde Jimaní, quien planteó la desigualdad que viven los jóvenes sobre todo en la región sur, las cuales aumentan cuando se es mujer y afrodescendiente. Planteó una descolonización mental.
Vanessa Rodríguez habló de las amplias brechas que viven los jóvenes del campo en materia educativa y digital, sobre todo, en medio de esta pandemia donde muchas actividades deben realizarse de manera virtual.
Pidió políticas para reducir la deserción y la migración desde el campo hacia las ciudades, muchas veces para vivir en condiciones precarias. En similares términos se manifestó Katherine Cabrera quien demandó acciones concretas para cerrar esas desigualdades.
Maicon Florián Ramírez se quejó de que los jóvenes son minimizados y reprimidos en sus aportes sociales.
Ezequiel de la Cruz planteó las limitaciones de la pobreza y enajenación que padece ese segmento lo que dificulta la promoción de la cultura.
Reyes Suero y Elvis Crisóstomo demandaron acciones concretas en materia de juventud y mayor inversión gubernamental para la promoción cultural en las zonas rurales y fronteriza.
En tanto que los gestores culturales Segundo Maldonado y Darío Solano insistieron en que haya más educación para la cultura porque de ello se derivan cambios en el ser humano y un empoderamiento juvenil para impulsar las transformaciones sociales necesarias.
El encuentro también contó con la participación de entidades como Casa de la Cultura El Carril, Confederación Nacional de Mujeres del Campo (Conamuca) y el apoyo MISEREOR
Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/jovenes-centro-montalvo-reclaman-mas-oportunidades-de-empleo-y-educacion-8849392.html
Las dos instituciones lanzarán consultas en línea y seminarios enfocados en América Latina y el Caribe con el objetivo de contribuir a las transformaciones sociales y para que la educación aporte a este objetivo. En estas instancias intervendrán líderes de pensamiento provenientes de la política, la academia, las artes, la ciencia y la educación.
Ambas instituciones lanzarán conjuntamente una serie de seminarios y consultas en línea enfocadas en América Latina y el Caribe, que buscan explorar las transformaciones, profundas y fundamentales que son posibles para la organización futura de las sociedades, la política, la economía e incluso las culturas, e indagar sobre el papel que puede jugar la educación para facilitar dichas transformaciones.
El programa Futuros de la educación. Aprender a transformarse es un esfuerzo ambicioso que reúne a grandes líderes de pensamiento provenientes de la política, la academia, las artes, la ciencia y la educación, quienes forman parte de una Comisión Internacional orientada a reunir aportes de diferentes procesos de consulta y elaborar un informe mundial sobre los Futuros de la Educación. Esta iniciativa pretende catalizar un debate global sobre cómo replantear el conocimiento, la educación y el aprendizaje en un mundo de creciente complejidad, incertidumbre y fragilidad
Con la mirada puesta en 2050 y más allá, los seminarios y consultas organizados por la OREALC/UNESCO Santiago y la Fundación Santillana buscan discutir el papel de la educación para repensar cuatro ejes fundamentales del devenir humano identificados por la Comisión Internacional de los Futuros de la Educación:
El primero refiere a la sostenibilidad humana y del planeta, y aborda la necesidad de asumir una responsabilidad colectiva y colaborativa para garantizar la sostenibilidad de la vida en el planeta, ámbito en el que la educación juega un papel clave en el cambio de mentalidades y en la modificación de prácticas.
El segundo eje está orientado a la producción, acceso y gobernanza del conocimiento, donde se discutirá, entre otros temas, cómo concebir el conocimiento como un bien común mundial, fomentando el intercambio intercultural de manera inclusiva.
El tercero se enfoca en cómo fomentar la ciudadanía y la participación a partir y a través de la educación y el aprendizaje, para reforzar la capacidad de acción colectiva y fortalecer el compromiso con los valores democráticos, el respeto al pluralismo, la diversidad y la libertad de pensamiento y expresión.
El cuarto hace referencia a la seguridad laboral y económica, entendiendo que ambos son centrales en la dignidad y prosperidad de las personas, y que los cambios en la naturaleza del trabajo hacen más urgente la necesidad de fomentar el aprendizaje a lo largo de la vida.
Esta serie de seminarios y consultas en línea se realizarán en español y portugués, y contarán con la participación de destacados panelistas en diálogo entre sí y con los asistentes. Entre los conferencistas figurarán, además de representantes de la señalada Comisión Internacional, expertos con perfiles de investigación, responsables de políticas públicas, docentes y otros actores de la sociedad civil.
La educación es la prioridad principal de la UNESCO porque es un derecho humano esencial y es la base para consolidar la paz e impulsar el desarrollo sostenible. La UNESCO es la organización de las Naciones Unidas especializada en educación y su Sector de Educación proporciona un liderazgo mundial y regional en la materia, fortalece los sistemas educativos nacionales y responde a los desafíos mundiales de nuestra época mediante la educación, con un enfoque especial en la igualdad de género y África.
La Agenda Mundial de Educación 2030
En calidad de organización de las Naciones Unidas especializada en educación, la UNESCO ha recibido el encargo de dirigir y coordinar la Agenda de Educación 2030. Este programa forma parte de un movimiento mundial encaminado a erradicar la pobreza mediante la consecución, de aquí a 2030, de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. La educación, fundamental para alcanzar todos estos objetivos, cuenta con su propio objetivo específco, el ODS 4, que se ha propuesto “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y
promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. El Marco de Acción de Educación 2030 ofrece orientación para la aplicación de este ambicioso objetivo y sus compromisos.
Estima una reducción de las matrículas en educación superior de hasta el 3,5%, porcentaje que representa 7,9 millones de alumnos.
La UNESCO advierte de que 24 millones de estudiantes en todo el mundo, desde el nivel de preescolar hasta el ciclo superior, podrían no volver a la escuela en 2020 como consecuencia de los cierres provocados por el COVID-19, según el informe ‘Education in the time of COVID-19 and beyond’, que ha sido presentado este martes.
El documento se presenta en el marco de #SalvarNuestroFuturo, campaña plural coordinada por 10 organizaciones, entre otras la UNESCO, que se ha propuesto sensibilizar acerca de la situación de emergencia que atraviesa la educación en el mundo e instar a que se aumenten las inversiones en el sector, para construir mejores sistemas educativos, más inclusivos y resilientes, de cara al futuro.
Según el informe, la mayoría de los alumnos en situación de riesgo, unos 5,9 millones, se encuentra en Asia Meridional y Occidental, mientras que otros 5,3 millones de estudiantes corren el mismo peligro en el África Subsahariana. Ambas regiones ya se enfrentaban a graves problemas educativos antes de la pandemia, por lo que la UNESCO considera probable que su situación empeore considerablemente.
La educación superior podría experimentar los mayores índices de abandono, así como una reducción de matrículas de hasta el 3,5%, lo que redundaría en una pérdida de 7,9 millones de alumnos. El segundo nivel más afectado sería la enseñanza preescolar, en la que se ha previsto una pérdida de matrículas del 2,8%, es decir, unos 5 millones menos de niños escolarizados.
Y según las mismas proyecciones, el nivel de primaria podría perder el 0,27% del alumnado y el de secundaria el 1,48%, lo que equivaldría a 5,2 millones de niñas y 5,7 millones de niños que dejarían los estudios en ambos niveles.
Las estadísticas compiladas por la UNESCO muestran que casi 1.600 millones de alumnos de más de 190 países –el 94% de la población estudiantil del mundo– se vieron afectados por el cierre de las instituciones educativas en el momento más álgido de la crisis, una cifra que hoy se ha reducido a 1.000 millones. Alrededor de 100 países todavía no han anunciado en qué fecha volverán a abrir sus escuelas.
«Estas conclusiones ponen de relieve la urgente necesidad de velar por la continuidad del aprendizaje para todos, especialmente de los más vulnerables, ante esta crisis sin precedentes», declara la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay.
148.000 millones de dólares de déficit
En el informe se pide a las autoridades nacionales y la comunidad internacional que aúnen esfuerzos para situar a la educación en la vanguardia de los planes de recuperación y proteger las inversiones en el sector educativo.
Precisamente, según los cálculos de la UNESCO, la pandemia ampliará en un tercio el déficit en la financiación necesaria para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Educación, acordados por la comunidad internacional para 2030, en los países de ingresos bajos y medios-bajos, una brecha que en la actualidad alcanza ya la «impresionante» cifra de 148.000 millones de dólares estadounidenses.
Para esto, la UNESCO convocará, antes de que termine el año en curso, una sesión especial de la Coalición Mundial para la Educación.
El informe también pone de manifiesto que el cierre de escuelas no solo afecta a la educación, sino que también impide el suministro de servicios esenciales para los niños y las comunidades, entre otros el acceso a una alimentación equilibrada, y limita la capacidad de los padres para acudir al trabajo. Asimismo, las medidas de clausura incrementan el riesgo de que las niñas y mujeres puedan padecer violencia doméstica.
«La tarea de evitar que esta crisis del aprendizaje se transforme en una catástrofe generacional debería ser una prioridad para los dirigentes del mundo y para todos los interesados del sector educativo», señala el informe, al insistir en la función de la educación como motor del progreso económico, el desarrollo sostenible y la paz duradera.
«Nos enfrentamos a una catástrofe generacional»
Durante la presentación del documento, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que la pandemia ha causado el trastorno más grave registrado en los sistemas educativos en toda la historia y amenaza con provocar un déficit de aprendizaje que podría afectar a más de una generación de estudiantes.
«Ya nos enfrentábamos a una crisis de aprendizaje antes de la pandemia –afirma Guterres–. Ahora nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría despilfarrar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y agravar las desigualdades más arraigadas».
Propuestas para atenuar los efectos de la pandemia
El informe contiene, asimismo, recomendaciones orientadas a atenuar los efectos de la pandemia en cuatro ámbitos. El primero de ellos es eliminar la propagación del virus y formular planes integrales para la reapertura de los centros escolares, que abarca las medidas sanitarias y de seguridad, la atención a las necesidades de los niños marginados, el planeamiento conjunto y la celebración de consultas con docentes, padres y comunidades.
El segundo punto es proteger la financiación de la educación y colaborar para atenuar las repercusiones negativas, seguido de incrementar la resiliencia de los sistemas educativos con miras al desarrollo justo y sostenible, prestando atención a la equidad y la inclusión, con medidas orientadas a abordar las necesidades de los estudiantes más vulnerables y marginados, y a garantizar que las presiones económicas y las costumbres relativas al género no impidan que las niñas vuelvan a la escuela.
Por último, la UNESCO insta a replantear la educación y dinamizar el cambio positivo en materia de enseñanza y aprendizaje, en el que las soluciones deben abordar las pérdidas en materia de aprendizaje, evitar el abandono escolar, en particular de los más marginados, y velar por el bienestar social y emocional de alumnos, profesores y demás personal docente.
Entre otras prioridades figuran la mejora del apoyo que se presta a la profesión docente, la supresión de las barreras que estorban la conectividad, la inversión en tecnologías digitales y la flexibilización de los itinerarios de aprendizaje.
Según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado por la Unesco en 2019, detectó que en Argentina hace falta promover el pensamiento crítico y la resolución de problemas, consideradas como “habilidades para el siglo XXI”. También concluyó que se «debe avanzar» en programas educativos con mayores contenidos referidos a la equidad de género y al cambio climático.
Preocupantes conclusiones del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE)
Según las conclusiones del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) realizado por la Unesco en 2019 con datos obtenidos durante 2018 en 19 países de la región, en Argentina se «debe avanzar» en sus programas educativos a mayores contenidos referidos a la equidad de género y al cambio climático, además de promover el pensamiento crítico en el área de Lengua.
Pero también advirtió sobre la necesidad de desarrollar la resolución de problemas, creatividad y el manejo de la tecnología, que forman parte de las “habilidades para el siglo XXI”.
De los 39 conceptos que identifica el organismo para una “educación para la ciudadanía mundial”, solo 21 figuran en los núcleos de aprendizajes prioritarios (NAPs) de tercer y sexto grado, en los cursos analizados, reveló el portal Infobae.
El adelanto del estudio tomado a alumnos de tercer y sexto grado, cuyos resultados finales estarán el año próximo y muestra que en 2018 el concepto de equidad de género «no aparece en los documentos de las áreas disciplinares analizados para el caso de Argentina, a diferencia de la mitad de los países estudiados«, destacó la agencia Télam
El ERCE 2019 es una investigación a gran escala que evalúa no sólo los logros de aprendizaje de los estudiantes de América Latina y el Caribe sino también lo que se espera que aprendan los estudiantes de tercero y sexto grado de la región.
La investigación de la UNESCO, que contó con el apoyo de UNICEF y la participación técnica del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, se centró en 19 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
El informe precisa además que en los países en el que aparece la equidad de género «esta se aborda generalmente en los apartados orientadores de los currículos, y no como un contenido programático«.
Otro punto clave adelantado por la UNESCO en su informe es que si bien los conceptos de «Medio ambiente» y «Sustentabilidad» aparecen en los documentos curriculares de Argentina y de todos los otros países analizados, el Cambio climático y las ideas de reciclar, reducir, reutilizar o los procesos sustentables (verdes) y el «Carbono» no aparecen en los programas de enseñanza.
UNESCO hizo hincapié además que en la Argentina y en otros países de la región la mención al pensamiento crítico, especialmente en el área de Lengua para saber distinguir los diversos textos, tiende a aparecer «en un nivel declarativo» y no «en los contenidos programáticos, que facilitan una integración más intencionada en las aulas.»
«Es importante aunar esfuerzos para fortalecer una educación integral en Argentina, y estos conceptos son parte fundamental en su consolidación» dijo Carlos Henríquez, Coordinador general del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) en la OREALC/UNESCO Santiago, en declaraciones que reprodujo Télam.
Explicó además que «la escuela es uno de los principales agentes socializadores, por lo cual se deben garantizar oportunidades de desarrollar conductas integradoras, como reconocer la diversidad, adquirir valores como la empatía y la fraternidad, y conocer problemas mundiales«.
“A la luz de estos resultados, se espera que los diferentes actores educativos de Argentina revisen los conceptos ausentes, evalúen cómo conectar los instrumentos curriculares con la Agenda 2030, y dispongan de orientaciones y material pedagógico para que maestros y maestras puedan integrar estas temáticas en sus aulas, con el fin de que todo estudiante pueda desarrollar los valores de la educación para la ciudadanía Mundial y el desarrollo sostenible”, añadió a Infobae.
Por último, Henríquez remarcó que Argentina, al igual que la mayoría de los países vecinos, todavía bajos resultados en las pruebas de lengua y matemática.
“Sin resolver estas competencias básicas será difícil avanzar hacia las habilidades del siglo XXI. Este es un gran desafío que enfrentan todos los países de nuestra región”, concluyó.
En Alemania, la responsabilidad de proporcionar educación sexual a niñas y niños no es un papel exclusivo de la familia, sino un deber del Estado. A partir de la educación básica, los alumnos comienzan a recibir información sobre la educación sexual.
Por ley, los 16 estados federados de Alemania están obligados a promover la educación sexual en las escuelas, en colaboración con instituciones encargadas de asuntos familiares. Para ello se basan en un catálogo educativo vigente a nivel nacional. La Central Federal de Educación en Materia de Salud (BZgA), creada en 2003 en Alemania como centro especializado de la Organización Mundial de la Salud, es la principal responsable de implementar esas directrices, que, a su vez, son guiadas por los Patrones para la Educación Sexual en Europa (2010).
Los padres y madres son informados antes de que comiencen a impartirse los temas relacionados con la educación sexual, pero no tienen derecho a decidir de manera directa si sus hijos o hijas deben o no acudir a dichas clases. Una ley sanciona a los padres o madres que permitan o promuevan que sus hijos o hijas falten a la escuela.
En 2013, un padre fue encarcelado por prohibir que una de sus hijas recibiera educación sexual en una escuela de Renania del Norte-Westfalia. En 2017, la familia, de origen ruso, decidió regresar a Siberia por no estar de acuerdo con el sistema educativo alemán.
Además de enseñar acerca de métodos anticonceptivos y aspectos biológicos implicados en la sexualidad, maestros y alumnos también discuten temas como la igualdad de género, los valores sociales, y las emociones relacionadas con la sexualidad y las relaciones humanas.
Se aborda la educación sexual desde una perspectiva holística, considerando los distintos aspectos de la sexualidad. Por eso, en la mayoría de los estados federados, la educación sexual está integrada a otras materias como ética, biología, religión y ciencias sociales. En algunos estados alemanes, hay materias específicas de educación sexual.
El índice de uso de la píldora anticonceptiva es alto entre las jóvenes alemanas, así como el uso del preservativo en los hombres, lo cual contribuye a que haya niveles relativamente bajos de embarazo adolescente en el país. Cuanto mejor sea la educación sobre el tema, menor es la probabilidad de contraer enfermedades sexuales transmisibles, o de que se produzca un embarazo precoz.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco), la educación sexual es un tema urgente en las escuelas, y de ninguna manera incentiva el comportamiento sexual de riesgo. Por el contrario, los futuros jóvenes tendrán más responsabilidad sobre su salud sexual y reproductiva.
Unesco ha alertado que existen 258 millones de niños y jóvenes totalmente fuera del sistema educativo.
La crisis sanitaria mundial ha obligado al cierre de escuelas y universidades, afectando a un número sin precedente de estudiantes. Maestros y padres han sentido también el peso de la Covid-19.
El cierre de las escuelas en más de 180 países ha mostrado las desigualdades en materia de educación.
Es tiempo para que los garantes de la educación consigan experiencias de este periodo.
Covid-19: ¿Crisis del aprendizaje?
En 2017, Jim Yong Kim, médico surcoreano nacionalizado en Estados Unidos, y presidente en ese entonces del Banco Mundial, detallaba sobre lo que definía como una crisis del aprendizaje. Kim hacía referencia a que “la escuelas primarias y secundarias no les ofrecen a los estudiantes las herramientas necesarias para prosperar en la vida”. Y es que, según una investigación del propio Banco, se apreciaba ya, desde entonces, lo que definían como “una escolarización sin aprendizaje”.
Kim decía que “no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia para los niños y los jóvenes de todo el mundo”. La investigación mostraba cómo, por ejemplo en Kenya, Tanzanía y Uganda, cuando se les pidió a los alumnos de tercer grado que leyeran una frase sencilla como “El perro se llama Fido”, en inglés o en suajili, el 75 por ciento de los evaluados no entendió lo que leía. En las zonas rurales de la India, casi el 75 por ciento de los alumnos de tercer grado no pudo resolver una resta con números de dos dígitos como 46 − 17, y en quinto grado, la mitad aún no era capaz de hacerlo.
En Brasil, si bien las habilidades de los estudiantes de 15 años habían mejorado, al ritmo actual de avance les llevaría 75 años alcanzar el puntaje promedio en matemática de los países ricos. En lectura, les llevará 263 años. Si bien en 2017 se alertaba sobre la crisis en el aprendizaje, ¿qué sucede ahora cuando una pandemia ha obligado al cierre de todos los niveles formales de educación en 189 países, debido al confinamiento?
Antes de la pandemia… ¿ya había pandemia?
Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo hay, estadísticamente, 670 millones de analfabetos. En su discurso ante la reunión anual de la Unión Interparlamentaria en la sede de la ONU, en enero de 2020, el presidente de la Asamblea General, el nigeriano Tijjani Muhammad-Bande, lamentó que, actualmente, uno de cada cuatro países no asigna el 4 por ciento de su producto interno bruto (PIB) ni destina el 15 por ciento de la inversión pública a la educación.
Por su parte, la presidenta de la Unión Interparlamentaria, la mexicana Gabriela Cuevas Barrón, expuso que 258 millones de niños no estarán escolarizados en 2030; que en la actualidad se necesitan 69 millones de docentes en todo el mundo; y que se requieren 39.000 millones de dólares en el mundo para construir escuelas y mejorar capacidades.
Era enero de 2020, cuando la pandemia del coronavirus no había transmitido golpes tan fatales en todas las regiones del planeta. ¿Qué sucede hoy, apenas seis meses después?
La internet: ¿Solución para todos?
Hubo un momento –el 12 de abril de 2020- en que, según la Unesco, más de 1.578 millones de educandos, el 90.1 por ciento de la matricula mundial, cesaron las actividades docentes. Una de las primeras medidas –léase soluciones- tras el cierre de escuelas y universidades en todo el mundo, fue la educación virtual. Pero las diferencias, que aparecían por todas partes, también se mostraban aquí.
El sitio de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) – agencia de Naciones Unidas especializada en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) – muestra, en su último informe, no solo al equipamiento y los costos, sino también al estado del conocimiento y las aptitudes necesarias para avanzar con las tecnologías en el mundo.
En el informe, es fácil observar las enormes brechas digitales que existen, lo que hace pensar que el planeta no está preparado para la educación virtual. Pero… ¿cuál era, según el informe, la situación del acceso a internet en el momento mismo de aparecer la pandemia?
1.- En términos generales, la mitad de la población mundial usa Internet y menos de la mitad de los hogares tiene una computadora.
2.- Estimaciones globales sugieren que 826 millones de estudiantes no tienen computadora en casa, 706 millones no tienen acceso al Internet en casa y 56 millones no tienen cobertura de redes móviles 3G/4G» (Instituto de Estadísticas de la Unesco, 2020).
3.- En 2018, 57,8 por ciento de los hogares tenía conexión de Internet, 48,3 por ciento en los países en desarrollo y 17,8 por ciento en los países menos desarrollados.
4.- En 2019, Internet tenía una penetración de 53,6 por ciento en el mundo. 86,6 por ciento de los usuarios estaba en los países desarrollados y 19,1 por ciento en los PMD.
5.- 6.500 millones de personas (85,5 por ciento de la población mundial) carecen de una conexión fiable a Internet de banda ancha (PNUD, abril 2020).
6.- En 40 de los 84 países para los cuales hay datos, menos de la mitad de la población tiene competencias digitales básicas, como copiar un archivo o enviar un correo electrónico con un adjunto.
Quizás pueda pensarse que las mayores insuficiencias están en el África subsahariana, pero el informe muestra que notables diferencias hay por todo el planeta, incluso en los países desarrollados donde existen también notables disonancias. Un mundo así no ha podido responder por igual a los embates de una pandemia.
Sistema de respuesta en América Latina: Mapeo regional-país por país
24 países de América Latina y el Caribe, actualizado al 17 de junio de 2020.
Los que nunca han asistido a un aula
Por estos días, es común en los medios leer cifras de estudiantes que están fuera de las aulas a causa de la pandemia… pero ¿cuál es la cifra de estudiantes que, independientemente de la pandemia, no ha asistido nunca a un aula?
Según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). el dato más voluminoso es que hay 258 millones de niños y jóvenes totalmente fuera del sistema educativo, y la pobreza fue el principal obstáculo para su acceso.
De ellos, 93 millones (31 por ciento de población en edad escolar) están en África subsahariana; 94 millones en Asia meridional y central (21 por ciento); 33 millones en Asia oriental y sudoriental (9 por ciento); 15 millones en África del norte y Asia occidental (17 por ciento); y casi 12 millones en América Latina y el Caribe. De la población no escolarizada, 15 por ciento son niños y niñas con discapacidades.
La ONU, en un documento titulado “Shared responsibility, global solidarity: Responding to the socio-economic impacts of Covid-19″ (Responsabilidad compartida, solidaridad global: Respuesta a los impactos socioeconómicos de Covid-19), ha estimado que, entre 42 y 66 millones de niños y niñas podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este año.
De igual forma, las Naciones Unidas, en un texto publicado este 2020 bajo el título “The Impact of Covid-19 on Children” (El impacto de Covid-19 en los niños) ha proyectado que, en solo un año, se pueden revertir los últimos dos a tres años de avance en la reducción de la mortalidad infantil, y se espera que la desnutrición ascienda a 368.5 millones de niños en 143 países que normalmente dependen de los Programas de Alimentación Escolar.
Ya en marzo de 2020, el Programa Mundial de Alimentos calculaba que 300 millones de alumnos de primaria habían dejado de recibir sus alimentos al haberse suspendido sus clases. Unesco ha señalado, además, que la inactividad física, el acceso restringido a espacios al aire libre, la escasez de espacios interiores abiertos y un mayor tiempo frente a las pantallas, debilitará de manera general el sistema inmunológico. Stefanía Giannini, subdirectora general de Educación de la Unesco, y Anne-Birgitte Albrectsen, directora ejecutiva de Plan Internacional por la Covid-19, han agregado que es posible el aumento en las tasas de deserción escolar que afectará de manera desproporcionada a las niñas adolescentes, a la vez que se arraigarán las brechas de género en la educación y llevará a un aumento en el riesgo de explotación sexual, embarazo precoz y matrimonio infantil forzado.
Las preguntas que rondan
Ante estadísticas y previsiones de organismos internacionales que pueden resultar alarmantes, y teniendo en cuenta, además, el contraste de algunos países u organismos que sí han ofrecido respuestas acertadas, varias preguntas comienzan a rondar:
¿Qué estrategias o modalidades educativas, una vez reabiertas las escuelas, van a perdurar? ¿Qué habilidades tendrán el vigor de programar trasformaciones en los sistemas educativos del mundo? ¿Qué hacer con los millones de niños para los que siempre –no solo ahora, en tiempos de pandemia- la escuela ha permanecido cerrada?
Fuente de la reseña: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/covid-problema-sanitario-crisis-educacion-20200720-0063.html
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