La vida de un niño soldado después de ser liberado

Reseñas/10 Octubre 2019/El país

Los menores reclutados a la fuerza en un conflicto sufren el rechazo de la sociedad, y en muchas ocasiones el de su familia, además de traumas físicos y psicológicos. En lo que va de año, 44 han sido rescatados en Nigeria

François —nombre ficticio— tenía 15 años cuando fue liberado, después de dos años como niño soldado en la República Centroafricana. A dos días de reencontrarse con su madre biológica, después de haber pasado por una familia de acogida y haber hecho un curso de FP de carpintería, le preguntaron qué quería hacer en el futuro. No lo dudó: «Quiero volver a la escuela». François es uno de los 300.000 menores víctimas de reclutamiento forzoso en todo el mundo, según datos de Unicef, que cambió su infancia y su educación por un fusil y que, años después, volvía a su vida después de ser escapar.

El grupo de 23 niños y dos niñas liberados el pasado 3 de octubre en Nigeria.
El grupo de 23 niños y dos niñas liberados el pasado 3 de octubre en Nigeria. REUTERS/KOLAWOLE

Desde 2015 se han liberado 10.000 niños y niñas de grupos armados en todo el mundo, según el informe El fin del uso de niños reclutados en conflictos armados, de Unicef. La última operación de rescate ha sido la de 23 niños y dos niñas en Nigeria que permanecían bajo custodia administrativa por su supuesta vinculación con grupos armados y la organización terrorista Boko Haram. Con estos últimos 25 casos, ya son 44 los menores liberados en el país africano en lo que va de 2019.

«Necesitan pasar de la vida militar a la vida civil de nuevo. Muchas veces al ser liberados llegan a los centros de tránsito sin saber quiénes son”, explica Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef España. “Si ni siquiera los adultos están preparados para una guerra, las consecuencias psicológicas para un niño son terribles”, asegura María José Pinzón, experta y defensora de los derechos humanos y de la infancia. “Cuando su propia casa o su escuela pueden ser atacadas sin reparos; cuando los refugios tradicionales se convierten en objetivos, ¿cómo pueden los menores de edad escapar de la brutalidad de la guerra?”, explica Virginia Gamba, representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados de la ONU. “Este panorama demuestra el flagrante desprecio de las partes en conflicto por el derecho internacional, lo que hace que los civiles, especialmente los más pequeños, sean cada vez más vulnerables a la violencia y el abuso y a ser utilizados”.

Las niñas, doble víctimas de la guerra

Al igual que los niños, las niñas soldado tienen oficios y tareas que no necesariamente son la de empuñar un fusil: son porteadoras, cocineras y en la mayoría de los casos, se las aísla del resto y se las convierten en esclavas sexuales, o incluso se las casa forzosamente con los miembros del grupo armado o la milicia en la que han sido reclutadas. En Sierra Leona un 60% de las niñas soldado se convirtieron en bush wives —esposas de la selva—, fenómeno que también se ha documentado en Liberia o Angola, según explica la organización Save The Children. Las niñas que han sido esclavizadas sexualmente y han sido madres, también viven la estigmatización social de que sus hijos cuenten con un progenitor del ejército o del grupo armado enemigo, lo que las convierte en “las dobles víctimas del conflicto”, según la experta Cobas, al ser antiguas niñas soldados y madres de un hijo ya marcado desde su nacimiento.

Vuelta a la vida civil y el rechazo de la comunidad

El primer paso, una vez liberados del grupo armado o militar, es pasar por un centro de tránsito, donde se les suministra los elementos básicos de higiene y medicamentos, y se les somete a un estudio físico y psicológico. En el caso de las niñas, este suele ser más pormenorizado por haber estado en un mayor riesgo de sufrir violencia sexual durante su cautiverio. «El periodo que permanezcan aquí, cuanto más corto sea, mejor. Lo siguiente será volver con su familia», explica Cobas. El gran problema de los programas de reinserción de los reclutados es que no está claro el papel que debe adoptar la sociedad en su conjunto, poco preparada para acoger adecuadamente a estos niños en su comunidad, asegura Pinzón. “Los niños soldado son considerados asesinos, y socialmente van estar estigmatizados siempre. Nadie quiere que sus hijos vayan al colegio con un exguerrillero”, explica Pinzón.

Importante después para que el menor recupere su infancia es buscar y encontrar a su familia biológica. Pero la tarea resulta muchas veces difícil. A veces están lejos o han muerto a causa del mismo conflicto que llevó al menor a la guerrilla o el Ejercito. En casos muy extremos, el primer acto en un escenario de guerra es el de matar a los padres, lo que ayuda a manipular al hijo o hija y conseguir, así, que el repudio de su familia y su comunidad perdure. “El odio forma parte del conflicto”, dice Cobas.

En el caso de que la familia no desee su regreso, el plan B son las familias de acogida, dispuestas a dar cobijo a estos niños en el periodo de transición, que suele durar entre 2 y 3 años. «Luego toca volver a la escuela lo antes posible o a una formación profesional», explica Cobas. Los programas de reinserción de los niños y niñas reclutados forzosamente ofertan distintas opciones, desde carpintería, fontanería, electricidad  en función de la demanda de cada región. Una de las formaciones profesionales preferidas de muchos de estos niños y niñas en República Centroafricana es el curso de Mecánica. «Se les enseñan a conducir, y para muchos niños y niñas conducir es símbolo de poder y quieren sentir ese poder. Es importante verles cómo eligen su propio camino”. Su propio camino, como el que llevó a François a la escuela, de nuevo.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/10/07/planeta_futuro/1570463862_316980.html

Comparte este contenido:

La guerra contra los niños de Iraq

Counterpunch.org
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Los niños iraquíes son las víctimas de la terrible situación política en que se halla sumido el país desde antes del comienzo de la guerra liderada por EE. UU. Los efectos negativos sobre los niños se iniciaron con las duras sanciones de las Naciones Unidas contra el régimen de Saddam Hussein, considerablemente agravados por la guerra, cuyas consecuencias aún se sufren.

Incluso ahora, apenas pasa una semana en Iraq sin que los signos de violencia dejen tanto a niños como adultos con cicatrices físicas y mentales permanentes. Expertos como el Dr. Haithi Al Sady, del Centro de Investigación Psicológica de la Universidad de Bagdad, han advertido del alto número de niños que sufren trastornos de estrés postraumáutico (TEPT).

El TEPT puede tener consecuencias devastadoras en los cerebros infantiles, afectando negativamente en su desarrollo. Puede conducir a una reducción del área del cerebro conocido como hipocampo, que es fundamental para el procesamiento de la memoria y las emociones. Además, si no se trata, el TEPT puede provocar una amplia variedad de problemas de salud mental a lo largo de toda la vida.

La mayoría de los niños iraquíes que presentan problemas de salud mental se quedarán sin recibir tratamiento, ya que el número de psiquiatras infantiles en el país en insuficiente para atender con todos los que necesitan asistencia. El Dr. Haidr al-Maliki, que fue psicólogo militar durante el régimen de Sadam Husein, trabaja en la actualidad como psiquiatra infantil en el Hospital Ab Ibn Rushed de Bagdad. Es uno de los escasos psiquiatras infantiles que quedan en el país.

Un informe de UNICEF: “Nowhere to Go” [Ningún lugar adonde ir], detalla los efectos de la continuada violencia sobre los niños iraquíes. Según este informe, cinco millones de niños, en una población infantil total de 20 millones, necesitan ayuda humanitaria. Uno de cada cinco niños presenta retrasos en el crecimiento y más del 7% de los niños menores de cinco años sufren emaciación, una enfermedad que hace que el tejido muscular y el adiposo se “atrofien”.

Los niños están expuestos a metales pesados y neurotoxinas como consecuencia de las explosiones de las bombas y otras municiones, ya que ese armamento afecta no sólo a los atacados, también a quienes viven en las cercanías. Además, la contaminación provocada por el uranio empobrecido y otras poluciones relacionadas con los usos militares son probablemente la causa del aumento de malformaciones congénitas y cáncer. La Dra. Mozhgan Savabieasfahani, toxicóloga iraní, ha encontrado niveles “alarmantes” de plomo en los dientes de “leche” o “temporales” de los niños iraquíes con defectos congénitos.

La guerra y la continuada violencia en el país han tenido un impacto muy grave en la educación de los niños. Según los estudios de UNICEF, tres millones de niños no asisten a la escuela de forma regular y 1,2 millones de niños no asisten nunca. Además, la mitad de todos los colegios de Iraq necesitan de urgentes reparaciones.

Las infraestructuras de agua y saneamiento, dañadas por los intensos bombardeos y que aún no han sido reparadas, junto a un sistema sanitario debilitado, ponen en peligro la salud y supervivencia de los niños. Al menos el 70% de los niños desplazados (de un total de 1,5 millones) han perdido un curso entero de colegio. Los niños que sufren discapacidades no tienen acceso a la educación.

Entre enero de 2014 y mayo de 2017, 1.075 niños murieron asesinados y 1.130 resultaron heridos o mutilados. Además, 231 niños fueron reclutados para los combates. A pesar de las leyes contra el trabajo infantil, un gran número de niños se ven obligados a trabajar para poder satisfacer sus propias necesidades básicas y ayudar a sus familias.

Las fuerzas ocupantes británicas y estadounidenses y el gobierno iraquí no han cumplido sus deberes más básicos para con los niños de Iraq, según la Convención de la ONU sobre los Derechos de la Infancia. Iraq, Gran Bretaña y EE. UU. han firmado dicha Convención, pero EE. UU. es el único país estable en el mundo que no la ha ratificado. Los otros dos países son Somalia y Sudán del Sur.

Hay un imperativo moral de ayudar a los niños iraquíes para que tengan vidas normales. La guerra liderada por EE. UU. causó daños tremendos en la infraestructura sanitaria pública y en el tejido social del país. Aunque la guerra contra Iraq ha terminado, el ataque despiadado contra los niños iraquíes prosigue su curso.

El Dr. Cesar Chelala es asesor de salud pública internacional y ganador de varios premios de periodismo, entre ellos, el Overseas Press Club of America de 1979 por el artículo “Missing or Disappeared in Argentina: The Desperate Search for Thousands of Abducted Victims”.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2017/12/22/the-war-on-iraqs-children/

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.

Comparte este contenido:

Los niños víctimas de la guerra toman control de la ONU

23 noviembre 2017/Fuente:

Basel y Nance, dos niños víctimas de la guerra en Siria, dejaron su país, pero aseguraron que no olvidarán de los 6 millones de menores que aún viven en esa situación.

La sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) fue apoderada este lunes por más de 150 niños. El objetivo: dar voz a los millones de menores de edad en el mundo que viven en países en guerra y no tienen acceso a la educación, alimentos y atención médica.

«Nuestro país no es seguro para los niños», expresaron Nance, de 10 años, y Basel, de 12, quienes tuvieron que huir de Siria junto a su familia, debido a la guerra en ese país, donde han fallecido entre 320.000 y 450.000 personas, mientras que cinco millones se fueron para vivir como refugiados en otras naciones.

El evento se realizó a propósito del Día Mundial de los Niños y fue organizado por Unicef, que en un informe reveló que 180 millones de menores, 1 de cada 12, tienen más posibilidades de vivir en la pobreza o de morir de forma violenta que sus padres cuando eran niños.

 ¡Necesitamos la esperanza de los niños más que nunca!@antonioguterres en el . en la sede de la ONU para hablar por los que siguen desprotegidos. @isabelamoner@UNICEFenEspanol
👇http://bit.ly/ONUDiaNiños201117 

Basel detalló que en 2015 supo que su familia se mudaba a Canadá y admitió que le daba miedo «porque Canadá parecía muy lejano». Actualmente, afirma estar orgulloso de ser sirio y canadiense.

Por su parte, Nance sólo tenía 4 años cuando salió de Damasco hacia Jordania. Hace un año llegó a Estados Unidos (EE.UU.), donde está feliz con su nueva casa,  amigos y su escuela.

Para ambos la seguridad se tradujo en felicidad, «pero nunca nos olvidaremos de los 6 millones de niños que todavía se ven afectados por la guerra en Siria», aseveraron.

El 20 de noviembre es el Día Universal del Niño, aniversario de una Declaración histórica que ilumina el camino para protegerlos. 📹👇

Emmanuel Elisha Ford es ciego de nacimiento y tiene problemas de movilidad. Su demanda desde la ONU fue que todos los niños con discapacidad tengan la mismas oportunidades.

Entre los presentadores del evento estaban los niños actores, Jaden Michel (de origen dominicano) y la española Dafne Keen, quienes alzaron su voz a favor de los niños que son olvidados en las guerras.

«Ahora mismo hay niños en el mundo que se sienten olvidados, sin esperanza, sin ayuda. Este asiento dirá a mi generación que somos importantes para el mundo porque somos importantes para ti», dijo Jaden.

Keen, de 12 años, dijo que como secretaria general de la ONU «lo primero que haría para los niños sería, cada vez que la gente piensa en empezar otra guerra, pensar que los niños no son de otro bando, son los afectados, pero no son nuestros enemigos».

Actriz española Dafne Keen fue una de las presentadoras del evento. | Foto: ONU

Sobre los refugiados que llegan a Europa proveniente de países en conflicto, la actriz añadió: «Me parece fatal porque lo que están haciendo es dejar a niños y gente sin hogar y creo que todo el mundo tiene derecho a un hogar, a amor y a paz».

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/Los-ninos-victimas-de-la-guerra-toman-control-de-la-ONU-20171120-0050.html

Comparte este contenido: