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Uruguay: Se lanza libro que recoge siete miradas académicas sobre el suicidio y reclama dejar de mirar para el costado

América del Sur/ Uruguay/Leo Lagos

Las cifras son alarmantes, pero el tabú nos impide aceptar la realidad: en Uruguay son más las personas que se suicidan que las que pierden la vida en siniestros de tránsito. Mientras que para enfrentar las muertes en las calles y rutas se toman medidas como la tolerancia cero al alcohol y se realizan campañas públicas, para el suicidio la única gran estrategia que se adopta es la del avestruz.

No son superhéroes que luchan en solitario contra la maldad del mundo. Tampoco son salmones que nadan contra la corriente. Sin embargo, un poco de eso tienen. Pablo Hein es docente e investigador del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar). Cristina Larrobla es investigadora y docente en la Unidad de Salud Mental en Comunidad de la Facultad de Medicina de la Udelar. Ambos son miembros del Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, una unidad multidisciplinaria que involucra a las facultades de Medicina, Ciencias Sociales, Humanidades y Ciencias de la Educación, Información y Comunicación, Psicología y a la Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Me reciben en una pequeña oficina atiborrada de ejemplares de 70 años de suicidio en el Uruguay: 7 disciplinas, 7 entrevistas y 7 encuentros, libro financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica en su colección Art. 2, que recoge material del Programa de Comprensión Pública de Temas de Interés General y que se presenta hoy a las 9.00 en la sede de ASSE.

La publicación es necesaria y oportuna: por más esfuerzos que se hayan realizado, la tasa de suicidio de Uruguay sigue siendo la más alta de América Latina. Los números, lejos de bajar, parecen estar aumentando. En julio el Ministerio de Salud hará públicas las cifras de suicidios de 2016. Pablo Hein no es optimista: “Lamento decirlo, pero hay altas probabilidades de que las cifras hayan aumentado respecto de 2015, que ya fue un año de pico de suicidios”. Eso es lo que resulta alarmante: los dos picos de suicidios en las últimas décadas en Uruguay se registraron en 2002, en plena crisis, y en 2015, tras diez años de bonanza económica. ¿Por qué los uruguayos decidimos matarnos? ¿Por qué no hacemos nada por los que se matan a nuestro lado? Despejada la crisis económica como único factor explicativo, ¿no es tiempo de hacer algo al respecto? ¿Por qué no hablamos del asunto?

“El presidente de la República ha dicho varias veces que no hay que hablar del tema porque es un tema que se contagia. Nosotros, desde el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, pensamos que no es así”, dijo Hein. La línea de argumentación del presidente viene de larga data y parte de la premisa de que el suicidio es un fenómeno que genera imitación. “Si bien hablar del tema puede ser un factor de riesgo, por ejemplo, en los suicidios de cantantes populares para los adolescentes, y la OMS [Organización Mundial de la Salud] tiene un manual específico para los medios de comunicación acerca de cómo comunicar esas muertes, hay estudios empíricos que indican que la sociabilización del tema es provechosa”, aclaró Larrobla. De hecho, uno de los tantos mitos asociados al suicido afirma que los medios tienen prohibido informar sobre las muertes autoinfligidas. Hein retrucó: “En los medios hay ignorancia. Piensan que no se puede informar. Si el periodismo nacional viera lo que es el periodismo español, el periodismo francés o el periodismo alemán, dejaría de hacer eso de no informar sobre el suicidio”.

La sociedad es la culpable

Pensar que el suicidio se contagia como una enfermedad infecciosa es una de las tantas maneras que la sociedad elige para perpetuar el tabú ante la muerte y no ver lo que le disgusta. Otra consiste en pensar que se trata de un asunto de la psiquiatría. Pero Hein acotó: “El suicidio es un fenómeno de la sociedad. Ni siquiera se puede trasladar únicamente al entorno familiar. No son los López o los Hein, que no vieron un problema que tenía su hijo. Tratamos de silenciar el tema, que es de toda la sociedad, y se lo atribuimos a una familia específica”. Larrobla complementó: “También tiene que ver con patrones sociales de lo que es público y lo que es privado, con qué es lo que los medios hacen público y qué no. Lo mismo venía pasando con el tema de la violencia doméstica, que hoy se empieza a visibilizar. Antes era un tema privado: si se era un buen profesional o un buen gobernante, no importaba lo que la persona hacía en la casa con la mujer o con los hijos. Ese manejo de lo público y lo privado nos sirve como excusa para no visibilizar el problema y no hacernos cargo de él”. Hein considera que el problema es más profundo: “No todos los suicidios son sociales, pero tampoco son todos económicos, ni todos debidos a desórdenes mentales. Uruguay no tiene que discutir sólo el tema del suicidio, sino el tema de la muerte, el de quién controla la muerte y el del poder médico que hay en torno a ella”. Ante esto, hizo un llamado a la acción: “Es momento de sacarse el miedo. Es tiempo de políticas integradoras que trasciendan las recetas o los manuales psiquiátricos o psicológicos. ¡En la Comisión Honoraria de suicidio no hay ningún asistente social! Está el Mides [Ministerio de Desarrollo Social], pero no está la Facultad de Ciencias Sociales ni la de Comunicación. ¿No será tiempo de empezar a pensar la comunicación del suicidio?”.

La pregunta de Hein resonó unos segundos y antes de que el sonido de sus palabras dejara de rebotar en la habitación, fue por más: “El único informe sobre suicidio, que salió al aire el año pasado en Canal 10, duró tres minutos y 20 segundos. Terminó con una psiquiatra diciendo que el suicidio es un tema meramente psiquiátrico”. Si uno lee el libro 70 años de suicidio en el Uruguay queda claro que eso no es así. Pero resulta que esos discursos son funcionales: expían de toda culpa a la sociedad en general y a quienes deciden las políticas. “Si a la sociedad se le dice que el suicidio es un tema de neurotransmisores, todos nos quedamos tranquilos. Pero después viene la Ballena Azul y la gente no entiende por qué hay adolescentes que se suicidan”, argumentó Hein, que no esquivó el bulto: “Capaz que es porque les pongo la vara muy alta en las clases y se sienten frustrados. O capaz que es porque a mis hijos les transmito, hasta inconscientemente, ciertos niveles de consumo desmedido”. Larrobla dijo que los medios de comunicación no siempre callan: “El único caso de suicidio que los medios publican es el del que comete feminicidio y luego se autoelimina. Para ese no hay tabú, y además te describen con lujo de detalles cómo hizo para matar a la madre delante de los hijos y cómo hizo luego para pegarse un tiro él”. Y una vez más, los medios deforman la realidad: “En términos estadísticos, es más alto el fenómeno de los hombres de entre 35 y 45 años que se matan sin matar a la pareja”, ilustró Hein. Entre los hombres de esa edad el divorcio es un factor de riesgo mayor que entre las mujeres, pero tal vez el hecho no sea tan atractivo para los medios de comunicación, ya que no les permite vender una historia con un culpable que hace algo aborrecible.

Un poco irónicos

Larrobla dijo que esto “va de la mano de la visibilización de la violencia de género”. “En la medida en que se sacó el velo de ese tabú, se habla más del tema. Pero con el suicidio cuesta más”, agregó. Tendemos a repetir que la gente se suicida más los domingos; sin embargo, los datos indican que no es así. También repetimos que la gente se suicida más en invierno. Hein aclaró: “Eso es una gran mentira uruguaya, que además es funcional, porque el invierno no se puede cambiar. Entonces nos quedamos tranquilos. La gente se suicida más en noviembre y diciembre, que es el período en el que uno evalúa su año”. Es más, el suicidio en Uruguay presenta características que se mantienen estables en el tiempo y que permitirían desplegar acciones más concretas que quejarse del opresivo invierno: “En Uruguay hay un suicidio cada 14 horas. ¿Quién el próximo que se va a matar? No te sé decir si es un jugador de fútbol, una profesional o un ama de casa. Pero te puedo decir que el mes que viene se van a matar más hombres que mujeres, más adultos mayores que jóvenes, más adolescentes que adultos, sin contar los ancianos, más hombres divorciados que hombres casados, que las mujeres que se suiciden van a ser tanto solteras como casadas. El suicidio es un fenómeno muy predecible en los grandes números”. Larrobla acotó: “La historia personal, la individualidad y la subjetividad tienen un peso muy importante, y son los elementos que hacen más difícil detectar y poder prevenir el suicidio. Podés hacer una campaña de prevención pensando en esos perfiles muy generales, pero no podés saber quién va a intentar suicidarse en los próximos diez minutos”.

Para Hein, los uruguayos somos un poco irónicos: “Festejamos cosas como la baja de la mortalidad infantil, pero no nos angustiamos por otras, como la tasa de suicidio adolescente”. Luego acribilló a la diaria con datos: “En 2015 hubo 208 homicidios. Unas 500 muertes por accidente de tránsito y 569 muertes por suicidio según cifras oficiales. Siempre hubo, salvo en el año 2012, más muertes por suicidios que por homicidios o por accidentes de tránsito. Entonces, Uruguay es irónico: piensa en los homicidios y en las muertes en el tránsito, pero no piensa con la misma intensidad y con la misma sociabilización en el suicidio. ¿Por qué no nos estamos diciendo ‘cuidate de vos mismo’, ‘cuidá al que tenés cerca’?”. Larrobla sentenció: “Este no es un tema exclusivo de psiquiatras y psicólogos. Todos podemos ser vehículo de referentes y de derivaciones oportunas. Lo que demuestran muchos estudios es que hablar de manera correcta, con los elementos necesarios y con un buen sistema de derivación en red, es un factor protector. Lo que no se habla, se actúa”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/6/se-lanza-libro-que-recoge-siete-miradas-academicas-sobre-el-suicidio-y-reclama-dejar-de-mirar-para-el-costado/

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La violencia de género comienza con la palabra

Por: Abigail Lasalle

No empieza con el golpe, ni con el empujón, sino que comienza con destrozar la confianza de la mujer o del hombre.

La violencia de género es un flagelo que nos atañe a todos como sociedad. Necesitamos comenzar a trabajar desde la base hacia lo más grande, en primer lugar la educación, en todos los estamentos del Estado, desde las oficinas públicas y las escuelas. El Estado debe participar en cuidarnos a todas las mujeres y también a los hombres, porque si bien las cifras hablan de una cantidad de mujeres que mueren, siempre se deja de lado a los varones, que también son víctimas de la violencia de género con la diferencia que no hay denuncias por la vergüenza que sienten por ser varones que son maltratados, ultrajados, que les pegan dentro de sus casas, no hacen siquiera mención a lo que viven.

También hay que destacar que cada vez son más jóvenes las mujeres víctimas de violencia de género porque las adolescentes mantienen el primer noviazgo, la primera relación antes. Consideran que los celos están buenos, porque «me quiere mi novio«, o «mirá como me cuida» y en realidad, la violencia comienza justamente con la palabra, no es el golpe, no es el empujón, es comenzar a destrozar la confianza de la mujer o del hombre en cualquiera de los géneros, estamos hablando. Y entonces, si ya revisan el celular, si revisan el correo electrónico, si eligen la ropa que nos vamos a poner, ya eso también es violencia de género.

Por eso, es necesaria la educación en Argentina y por eso, es necesario que todos, desde los más chiquitos hasta los más grandes podamos concientizar a nuestros hijos, abuelos, sobrinos, primos de lo que se necesita para que este flagelo se termine.

El año pasado, a tan solo seis meses de la llegada de Mauricio Macri al gobierno nacional se presentó el plan nacional para la erradicación de violencia de género en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Un plan que involucraba al Estado, a los gobiernos municipales, a los gobiernos provinciales con un afán de poder terminar este tipo de flagelos que nos carcome día a día.
Sin embargo, con el pasar de los días y el pasar de las horas nos encontramos que el presupuesto destinado a ese plan de la erradicación de la violencia de género no fue tal, no lo respetaron, por ende no se pudieron hacer todas las tareas y promesas que se habían realizado  en junio en el Salón Blanco, y  muchísimas mujeres todavía siguen yendo a las comisarías a plasmar sus denuncias por el maltrato familiar y tampoco son recibidas.

Se sigue sin respetar el perímetro que invoca la Justicia y encontramos que simplemente el Estado y la Justicia acompañan al maltratador, al violador y las leyes estarían puestas solamente para el que hace las cosas mal. En este caso pareciera que las mujeres  y los hombres maltratados hiciéramos las cosas mal.

Considero que es necesario empezar con lo más fácil que tenemos en la mano, que es la educación y poder llevarla a todos los lugares. Por otro lado, también hay que hacer meya en los varones, hombres de la casa, los varones hermanos, primos, abuelos, sobrinos, tienen que participar de este movimiento. Tienen que comenzar a escuchar el pedido de las mujeres y aquellos empresarios o personalidades muy importantes de la política argentina comenzar este debate seriamente y a decir por qué las mujeres cobramos el 20% menos que los varones, que llegar a los mismos puestos de trabajos nos cuenta muchísimo, porque nos consideran que como somos mamás tal vez no prestamos atención al trabajo como corresponde o como haría un hombre porque tienen un poco mas de libertad. Esa sociedad machista tiene que terminar, porque estamos en el siglo XXI, estamos teniendo otro tipo de mirada en el mundo y no podemos quedarnos en la prehistoria en este caso.

El reclamo de Ni una menos es irrisorio, lo que se está pidiendo, lo que se está reclamando es mantener a las mujeres con vida, parece mentira que en este momento de nuestras vidas y del siglo, estar solicitando, pidiendo, reclamando que nos queremos a todas vivas, que queremos que se termine la violencia y que por sobre todas las cosas las mujeres  y los varones somos personas, no somos cosas, en eso tenemos que trabajar también, empezar a debatir si queremos ser personas y tratadas como tales.

Fuente: http://www.diagonales.com/4659-La-violencia-de-genero-comienza-con-la-palabra.note.aspx

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Argentina: Los docentes universitarios paran el 14 y 15 de junio

Argentina/05 de Junio de 2017/

La Conadu Histórica convocó hoy a un nuevo paro nacional de 48 horas que se realizará el 14 y 15 de junio en demanda de respuestas a los reclamos paritarios y un incremento salarial «satisfactorio» para el sector.

El gremio docente universitario Conadu Histórica convocó hoy a un nuevo paro nacional de 48 horas que se realizará el 14 y 15 de junio en demanda de respuestas a los reclamos paritarios y un incremento salarial «satisfactorio» para el sector.
El sindicato de profesores universitarios decidió profundizar el ‘plan de lucha‘ en un plenario de secretarios generales del gremio que se realizó hoy en Buenos Aires.
Conadu Histórica resolvió realizar una nueva huelga de 48 horas «con tomas, carpas y actos‘ para el 14 y 15 de junio, en el marco de los 99 años de la Reforma Universitaria.
«La decisión se tomó ante la persistente negativa del Ministerio de Educación y de la Secretaria de Políticas Universitarias en ofrecer un incremento salarial satisfactorio», sostuvo en un comunicado
El plenario de Conadu Histórica también decidió llamar a una consulta nacional para decidir «la no toma de exámenes en julio y el no inicio del segundo cuatrimestre de continuar la falta de respuestas y el congelamiento salarial de hecho».
Asimismo, la entidad advirtió que Plan Maestro Educativo, el reconocimiento de trayectos académicos y el ajuste presupuestario constituyen «una verdadera contrarreforma universitaria».
Finalmente, el Consejo Directivo Nacional convocó a manifestarse mañana en todo el país contra la violencia de género, con las consignas «Ni Una Menos» y «Vivas y con derechos nos queremos».

Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-6-2-18-52-0-los-docentes-universitarios-paran-el-14-y-15-de-junio

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Argentina, 3 de Junio: las trabajadoras de la educación tenemos que decir presente

Argentina/01 junio 2017/Fuente: La Izquierda Diario

Este 3 de junio, las docentes vamos nuevamente a las calles de Mendoza para luchar por la Emergencia en violencia de género, contra el ítem aula y educación con perspectiva de género.

Hace 2 años, escribimos acá: Ministros de educación posan para la foto #NiUnaMenos; a propósito de la foto de los ministros de educación bajo la consigna: «ni una menos a las aulas».

Dos años pasaron, cambió el gobierno, algunos nombres se repiten, muchos no. En la foto está, incluso, Bullrich, actual Ministro de Educación y Cultura de la Nación.

De entonces a esta parte más de 600 mil jóvenes se siguen «perdiendo» en el paso de la primaria a la secundaria. La mayoría siguen siendo mujeres.

Sobre la aplicación y reglamentación de la Ley de Educación Sexual Integral, no se avanzó un ápice. Es más, Bullrich salió a sugerir que la religión debería incluirse en la escuela pública. Desde el principio, uno de los lugares que sufrió despidos, recortes y desmantelamiento por parte de este gobierno fue el programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, con recortes y cesantía de docentes del área de implementación de Educación Sexual Integral en las escuelas y la formación constante. El límite es presupuestario e ideológico. No es de extrañar, sus hijos van a la ultracatólica y cara escuela Oakhill School, de los Legionarios de Cristo. Cierre de programas, falta de presupuesto y negación a discutir la Ley de Emergencia en Violencia de Género. En aquel 3 de junio, las estadísticas afirmaban que una mujer era víctima de femicidio cada 30hs; mientras que a dos años, el dato es aún más escalofriante: cada 18hs muere una mujer por el hecho de ser mujer.

Si de Mendoza se trata, aquí, en las tierras gobernadas por «el mejor alumno de Macri»; las del Ítem Aula; las de los pedidos de desafuero y procesamiento de legisladores de izquierda por apoyar la lucha de los trabajadores, las mujeres y la juventud; las del nombramiento de un juez acusado por todo el movimiento de mujeres de fallar con claro contenido homofóbico y misógino; las de los curas abusadores del Próvolo; las mujeres podemos decir que ni las fotos, ni las declaraciones de los funcionarios han aportado nada a la lucha por nuestros derechos.

En 2 años han avanzado en los ataques a las mujeres trabajadoras de la educación. El Ítem Aula en Mendoza, como hemos denunciado acá: El “Ítem aula” es violencia contra las mujeres; en particular afecta a las mujeres. Cuando aplauden sus consecuencias sobre el presentismo, «legalizan y festejan una larga cadena de maltratos hacia un sector donde la mayoría son mujeres. Mujeres trabajadoras que tienen que esconder dolencias propias, o de sus hijos para no perder un «incentivo» que representa un 10 % de su sueldo. Así han bajado los niveles de ausentismo y las denuncias por violencia de género. Parece «normal», pero no lo es. La realidad de las trabajadoras de la educación es de un maltrato cotidiano. Debemos trabajar dos o tres cargos porque los salarios son bajos, hacer malabares para ver dónde dejar a los niños, para trabajar educando a otras decenas de niños y luego continuar en la casa con las “tareas del hogar”. Claro que además, fuera de horario hay que corregir pruebas y preparar actividades y planificaciones. Todo como si fuera lo más normal. Sumemos a esto: trabajar enfermas o dejar enfermos a los niños en casa».

Fue este año, en el discurso inaugural de las sesiones legislativas que el gobernador Cornejo hizo su balance de la aplicación del nefasto Ítem. Sin ninguna estadística pública, afirma que bajó el ausentismo docente. Estas declaraciones demuestran una cínica negación con respecto a la realidad de las y los docentes, en su mayoría mujeres. El ítem aula es una extorsión económica para que las mujeres vayan a trabajar igual a pesar de estar enfermas, o que enfermen sus hijos. Además de representar un claro ítem anti huelga. La implementación del ítem aula se trata claramente de violencia de género ejercida por parte del Estado sobre todas las trabajadoras de la educación.

Frente a esta realidad, estamos difundiendo la propuesta del Frente de Izquierda: reducir la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana, con un salario igual a la canasta familiar. Proponemos 4 horas frente al curso y 2 horas de trabajo pedagógico. Porque estamos cansadas de soportar que políticos millonarios como Cristina, Mauricio o Cornejo nos acusen de ser “vagos”, de trabajar “4 horas y tener 3 meses de vacaciones”, desconociendo nuestra realidad y poniéndonos a la comunidad en contra. Las direcciones sindicales son también responsables cuando una y mil veces calculan los aumentos y salarios en base a 2 cargos, o cargos con antigûedad. Nosotros y nosotras insistimos: ningún docente por debajo de la canasta familiar. Ningún docente sin trabajo. Basta de vivir para trabajar. La educación pública vale más que sus ganancias.

Ni hablar cuando Cornejo se refirió al Estado como garante de justicia y el nombramiento de José Valerio a la Corte Suprema de Justicia. Ese juez con un prontuario caracterizado por fallos machistas y homofóbicos no es justamente el que puede garantizar los derechos de las mujeres.

En Mendoza, como en todo el país, miles de mujeres nos movilizamos masivamente contra la violencia machista y exigiendo que se declare la Emergencia en violencia de género. Fuimos miles en las marchas de Ni Una Menos, durante el Paro Nacional de Mujeres del 19 de octubre del 2016 y el Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo de este año. Cornejo, como Macri y todos los gobernadores de Cambiemos, pero también las gobernadoras del FPV, que reprimieron a las docentes que luchan por su salario en el sur, desligan completamente al Estado de su responsabilidad sobre la violencia que sufrimos las mujeres, dentro de esta sociedad machista y patriarcal.

Es por todo esto que las mujeres debemos continuar con nuestra lucha en las calles, sumando fuerzas, apostando a la organización en nuestros lugares de trabajo, de estudio y los barrios. Queremos fortalecer nuestra lucha en todos los terrenos, por eso vamos con todo con la pre candidatura de Noelia Barbeito para encabezar las listas del FIT de la provincia, para que la voz de las mujeres, de los trabajadores y la juventud de Mendoza llegue nuevamente al Congreso de la Nación. Para que haya una de las nuestras, como cuando levantó su voz dentro de la Legislatura en nombre de las decenas de miles de maestras que dijimos «no al ítem aula». Por eso nos organizamos en la Agrupación Pan y Rosas en todo el país. Las docentes impulsamos nuestra Corriente 9 de abril para pelear por nuestros derechos como mujeres trabajadoras, organizándonos para recuperar nuestra herramienta sindical, junto a docentes como las de Lavalle, que valientemente se han levantado al grito de «ni una menos, vivas las queremos» buscando incansablemente a Johana y Soledad.

Le exigimos al Estado y sus funcionarios, que hipócritamente se sacan fotos, que garanticen las medidas mínimas ante la violencia cotidiana. Queremos que la tierra tiemble, porque nos preparamos para conquistar la igualdad ante la vida, de la mano a una lucha más profunda contra el machismo. Esta lucha va de la mano, codo a codo con la lucha contra este sistema explotador y opresor.

Por eso este 3 de junio, con fuerza y con razón, volveremos a gritar: #NiUnaMenos

Fuente: http://laizquierdadiario.com/3J-las-trabajadoras-de-la-educacion-tenemos-que-decir-presente

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VIH y violencia de género en Sudáfrica

Sudáfrica/25 mayo 2017/Fuente: nwnoticias

Son hombres que violentan a sus mujeres por tomar antivirales VIH o proponer usar un condón.

MIRANDA tenía cuatro meses de embarazo y estaba muy nerviosa cuando se hizo su primera prueba de VIH. Desde hacía mucho temía un diagnóstico positivo, y poco después de entrar en la tienda de campaña donde ofrecían exámenes gratuitos, en un paradero de taxis del centro de Johannesburgo, sus temores quedaron confirmados.

Miranda —quien pidió usar un seudónimo para proteger su seguridad y privacidad— nunca se había hecho una prueba. “[Pensé] esto no puede pasarme… [Pero] parte de mí sabía que era verdad. No pude manejarlo muy bien”. Y su pareja, tampoco. “Decía que fui yo quien lo llevó [el VIH] a nuestra casa y se ponía violento”.

Tras el diagnóstico, Miranda fue referida a Safe and Sound, un programa para reducir la violencia contra mujeres embarazadas en Sudáfrica, donde este problema es inquietantemente común. De todas las mujeres registradas en el programa (concluido en julio de 2016), casi ninguna había hablado con otra persona sobre la violencia sufrida, informa Abigail Hatcher, investigadora principal de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Witwatersrand, quien también está afiliada con la Universidad de California, San Francisco.

La experiencia de Miranda con un compañero que se vuelve violento debido a su diagnóstico de VIH es muy frecuente en Sudáfrica donde, según las estadísticas gubernamentales, cerca de la quinta parte de las mujeres en edad reproductiva son VIH-positivas. Las mujeres negras presentan la mayor prevalencia de VIH en Sudáfrica, con una tasa de 31.6 por ciento, según datos de la ONU; y las mujeres de 20 a 24 años tienen una prevalencia tres veces mayor de VIH que los hombres del mismo grupo etario. ¿A qué se debe esta brecha de géneros? Además de la violación y la violencia sexual, la conducta coercitiva o controladora —como que el hombre se niegue a usar condón o a restringir otras formas de control de la fertilidad— puede aumentar el riesgo de contagio con VIH. Las mujeres VIH-positivas y con parejas violentas tienen 50 por ciento menos probabilidades de tomar los medicamentos antirretrovirales que las que tienen relaciones no violentas, lo cual las pone en condiciones de salud muy precarias, reveló un estudio de 2015 a cargo de Hatcher y sus colegas.

Sudáfrica tiene un historial pésimo en violencia contra las mujeres. Entre 40 y 50 por ciento de las sudafricanas afirma haber experimentado violencia a manos de sus parejas sexuales. ¿Cómo se relaciona esta violencia con el VIH? Algunas mujeres que participaron en Safe and Sound dijeron que sus parejas se volvieron violentos después de que ellas revelaron su estatus VIH-positivo. En otros casos, los hombres recurrieron a la violencia al verlas tomar sus medicamentos para VIH o al usar un condón, cosa que los hizo recordar la condición de sus mujeres como portadoras del virus. Solo una cuarta parte de las participantes en el programa manifestó haber usado condón en el último encuentro sexual, por temor a la reacción de sus compañeros.

Sihle —quien pidió usar solo su nombre de pila para proteger su privacidad— llegó a Safe and Sound después de estar a punto de abortar por las complicaciones del estrés. Mientras sufría los abusos del hombre que la dejó embarazada, se enteró de que era VIH-positiva, pero no se lo dijo por temor a que la acusara de infidelidad. El maltrato físico persistió durante toda la gestación, hasta que decidió abandonarlo. Dice que, de haberse quedado, “es probable que ahora estuviera muerta”.

África es “el continente que lleva la mayor carga mundial de VIH”, afirma la UNICEF, la agencia de la ONU de protección para la infancia, y eso se traduce en niñas y mujeres jóvenes, eminentemente. Vivian López, especialista en VIH de la UNICEF, señala que las adolescentes y mujeres jóvenes de todo el mundo tienen el mayor riesgo de contraer VIH, y un informe reciente de la UNICEF halló que tres de cada cuatro nuevas infecciones por VIH ocurren en niñas de 15 a 19 años. Según la ONU, solo una cuarta parte de las niñas y un tercio de los niños de Sudáfrica entienden, claramente, cómo se transmite y cómo prevenir el contagio del virus.

Sudáfrica ofrece una prueba de VIH a todas las mujeres gestantes y, de ser positiva, se inicia de inmediato el tratamiento para prevenir la transmisión del virus. La prevención de la transmisión materno-fetal es una historia de éxito notable en la lucha de Sudáfrica contra el VIH: entre 2014 y 2015, solo 1.5 por ciento de los bebés nacidos en ese país tenían el virus, mientras que el incremento en el uso de antirretrovirales condujo a una caída de 20 por ciento en la mortalidad infantil.

López agrega que la desigualdad de género es un factor que contribuye a la elevada tasa de infección de VIH entre las mujeres jóvenes del continente, como también lo son las numerosas relaciones sexuales entre hombres y mujeres jóvenes (casi siempre de 15 a 24 años) en Sudáfrica. Esas relaciones, en que el hombre halaga a su pareja con regalos, dinero y viajes, tienen un lado oscuro: ellos se niegan a usar condón, y ellas corren el riesgo de ser tratadas con violencia, pues los hombres creen tener el derecho de usarlas sexualmente a cambio de proporcionar beneficios financieros. Pero ambos pueden terminar contrayendo VIH.

Se ha invertido mucho dinero y esfuerzo en volver poco atractivos a esos “sugar daddies”, como se les conoce en la región. Una estrategia utiliza programas que proporcionan ingreso continuo a las familias pobres o rurales, y López dice que esto ha contribuido a reducir la transmisión de VIH y las conductas sexuales de riesgo, así como a mantener a las niñas en la escuela.

Países de todo el mundo necesitan programas como Safe and Sound, pues la violencia contra las mujeres VIH-positivas puede conducir al deterioro de la salud mental, y algunas dejan de tomar medicamentos y desarrollan tendencias suicidas, informa Hatcher. Miranda cuenta que se sintió angustiada y deprimida tras el diagnóstico de VIH. No dejó de tomar el medicamento, pero temblaba cada vez que lo hacía, esperando una reacción violenta de su pareja. Safe and Sound ayudó a que ella y su compañero recibieran terapia para hablar de sus problemas.

Cuando concluyó el programa Safe and Sound, Miranda buscó un espacio permanente donde hablar con otras mujeres que comprendieran sus dificultades. Dice que rara vez se habla de VIH en los medios sudafricanos, donde los funcionarios “solo tocan el tema de pasada”. Agrega que “si toda esa gente de los medios tiene miedo de encararlo, ¿cómo esperas que se sienta la gente que lo tiene?”.

Sihle señala que más mujeres podrían beneficiarse con programas parecidos. Tanto Miranda como Sihle aseguran que el programa las ayudó a confrontar sus diagnósticos, y a llevar vidas más sanas. “Si no haces lo que se supone que debes hacer —tomar las medicinas y cuidar tu salud— morirás muy pronto”, advierte Miranda. “No puedes hablar de la luz al final del túnel si ni siquiera entras en el túnel. Sabía que [mi diagnóstico de VIH] no era una sentencia de muerte. Hagamos que sea lo más normal posible”.

Fuente: http://nwnoticias.com/#!/noticias/vih-y-violencia-de-genero-en-sudafrica

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La violencia de género es una lacra oculta en Senegal

Senegal/22 mayo 2017/Fuente: El País

La Asociación de Juristas Senegalesas recibe la Medalla de la Cruz Roja por defender a las mujeres.

La violencia machista es un ejemplo de ese desconocimiento. “Los maridos pegan a sus mujeres y el asunto suele quedar dentro de las paredes de la casa. En nuestra cultura tradicional se establece que la mujer no puede decir nada porque para ir al Paraíso hay que obedecer al hombre”, explica. Kanté advierte de que la violencia en el matrimonio “es un delito y si la víctima es la mujer es un agravante penado con dos años de prisión. Hay que denunciar y afortunadamente las mujeres empiezan a hacerlo”.

Su posición, considerada radical en parte de la sociedad, ha llevado a que las miembros de la AJS sean calificadas despectivamente de “mujeres libres”, “insumisas” o “lesbianas”, pero eso no inmuta a Kanté. “Hay un aspecto en la legislación que tenemos que cambiar ya. Si una mujer rechaza sexualmente a su marido esto es causa suficiente de divorcio para él. En este país se producen muchas violaciones fruto de la pobreza, de la promiscuidad, de la creencia de los hombres de que pueden poseer a las mujeres a su antojo. Pero también existen en el matrimonio y no están tipificadas como tal, están invisibilizadas”, añade.

Otro caballo de batalla de Kanté es el aborto, que en Senegal sólo está autorizado en caso de peligro para la vida de la mujer o el bebé. “Hay que ampliar los supuestos a casos de violación, incestos y otros. Hay mucha interrupción del embarazo clandestina porque sólo es para ricos, los pobres no pueden acceder, y las consecuencias son nefastas, muertes, infecciones. Esta sociedad no está preparada para un aborto totalmente libre, sobre todo porque los líderes religiosos se oponen, pero las mujeres creemos que hay que ampliar los supuestos”, explica.

Senegal vive en la aparente contradicción de ser un país firmemente anclado en sus tradiciones y a la vez abierto a influencias externas, lo que se pone de manifiesto, por ejemplo, en el hecho de que cuente con una progresista ley de paridad, “un paso adelante pero insuficiente” a juicio de Kanté, y que sin embargo las prácticas homosexuales estén penadas con la cárcel. Otra muestra es la mutilación genital femenina. La ley la prohíbe, pero la tradición hace que se siga practicando de manera clandestina. “Son prácticas nefastas, pero la gente no denuncia. El Estado debe seguir sensibilizando y los ciudadanos tienen que acudir a la Justicia, nosotros no podemos actuar si no nos llegan los casos”.

La juez sabe bien de las dificultades que sufren las niñas para desarrollar una carrera profesional. Sus padres, de origen humilde, llegaron a Dakar procedentes de Ziguinchor e hicieron todo lo posible por darle unos estudios. “Yo tenía que dictarle la lección a mi madre cada día y hasta que no tuve quince años no me di cuenta de que ella, en realidad, no sabía leer. Me cogía los libros y cuando me veía dudar me hacía empezar de nuevo, pero en realidad ella no estaba leyendo, no sabía. Eso me impresionó”.

“Este no es un país igualitario pese a lo que digan las leyes. En la sociedad senegalesa hay una preponderancia de lo masculino, los hombres siguen creyendo que son superiores”, apunta, deslizando una crítica sobre una práctica común en muchos países de mayoría musulmana. “La poligamia, por ejemplo, es sinónimo de violencia porque no hay igualdad en ella. Puede que no sea física, pero es moral. Por mi trabajo y experiencia puedo decir que esta costumbre es fuente de enormes problemas que acaban en mi despacho”.

En la actualidad, la Asociación de Juristas Senegalesas colabora con la Cruz Roja Española en un proyecto para divulgar y defender los derechos de las mujeres del que Kanté habla con entusiasmo. “Hemos conseguido buenos resultados. La violencia de género ya es un tema de debate del que antes apenas se hablaba, por ejemplo”, observa.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/11/africa_no_es_un_pais/1494472010_500907.html

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Mujeres atrapadas en las redes digitales

Por: Cristina Sen

El ‘sexting’, tipificado como delito en el 2015, será incluido en la nueva ley contra la violencia de género.

Las nuevas tecnologías crean nuevas formas de comunicarse y relacionarse, propagan el mundo, lo bueno y lo malo, reproduciendo por tanto con otras formas pero el mismo fondo el grave problema de la violencia machista. El uso de estos recursos ha ampliado el perímetro en el que se puede producir esta violencia, entendida no como agresión física sino psicológica, como el afán de control o venganza. Por ello, el Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial incluyó el pasado mes de noviembre los nuevos delitos de acoso y sexting en la Guía de Criterios de Actuación Judicial frente a la Violencia de Género.

El objetivo es ampliar el concepto de violencia de género y, por tanto, es un primer paso para actualizar durante esta legislatura la Ley Integral de Violencia de Género. De hecho, la reforma del Código Penal realizada en el 2015 incorporó como nuevos delitos el sexting –envío de mensajes, watsaps, imágenes o videos para dañar la intimidad y la imagen de una persona- y el stalking–el acoso y persecución utilizando las nuevas tecnologías– para dar respuesta a los problemas que se generan en las redes.

La Guía del Observatorio del CGPJ recuerda que el sexting y el stalking deben vincularse también a la violencia de género, entendida como la que se ejerce sobre una persona en función de su sexo o su género que perpetúa roles según estereotipos sexuales que niegan la dignidad humana. En el caso del sexting, o la pornovenganza, la reforma del Código Penal especifica que es delito la difusión de imágenes que aunque fuesen grabadas con consentimiento no cuentan con el permiso de la víctima para ser difundidas. La pena es de tres meses a un año de prisión.

Peritos informáticos señalan que aún hay demasiado desconocimiento sobre los delitos tecnológicos

Encarni Iglesias creó la asociación y la plataforma Stop Violencia de Género Digital después de sufrir ella misma el acoso de su ex pareja en las redes y en el teléfono móvil.

Amenazas constantes, comentarios denigrantes en Facebook visibles para mucha gente que le llegaron a hacer muy difícil salir de casa. Iglesias cuenta que casi por casualidad dio con una asociación de peritos informáticos que le ayudó a hacer frente a este ciberacoso. Poco después, se animó ella misma a estudiar la materia y montó la plataforma de asesoramiento y ayuda.

“Aunque estas violencias estén catalogadas como delito la posibilidad de tener sentencias condenatorias aún depende demasiado del juez que lleva el caso”, señala.

Hay un desconocimiento de los temas tecnológicos, subraya, y también hay cuestiones difíciles de probar ya que las evidencias digitales pueden ser manipuladas. Pero, sobre todo, recuerda que internet y las redes sociales han entrado en todas las casas sin que la gente sea consciente de las repercusiones de un mal uso.

“En estos momentos estamos ayudando a una mujer que durante siete años ha sido acosada en WhatsApp y Facebook y no era consciente”. Llegan casos de todo tipo, hombres que cuelgan las fotos de sus ex parejas con el número de teléfono en páginas de contacto, explica a modo de ejemplo.

En su informe del 2015, la ONU alertó de la ciberviolencia contra mujeres y niñas al señalar que el 73% de las mujeres han estado expuestas o han experimentado violencia machista en las redes. Un tipo de violencia que aún amplia más las fronteras de las agresiones ya que trascienden la esfera de lo privado, mensajes que se multiplican amparados en el anonimato y se perpetúan. “La violencia en línea ha subvertido la promesa positiva original de libertad en internet y, en demasiadas ocasiones la ha convertido en un lugar escalofriante que permite la crueldad anónima y facilita actos perniciosos contra mujeres y niños”, advierte ONU Mujeres.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170413/421660064458/sexting-acoso-delito-ley-violencia-genero.html

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