Page 20 of 24
1 18 19 20 21 22 24

La consigna del silencio

Miedo y vergüenza, algunos obstáculos creados a partir de estereotipos de género

Por: Carolina Vasquez Araya

Las agresiones sexuales no deben señalar a la víctima sino al hechor. Urgen medidas de prevención.

Todo ser humano que haya sufrido una agresión sexual ha sido tocado en lo más profundo de su integridad. En esto no hay excepciones y, si las hay, suelen ser muy raras. Un niño, niña, adolescente o adulto víctima de tal escarnio difícilmente podrá borrarlo de su memoria, guardando esa imagen con una dolorosa sensación de repugnancia y culpabilidad. Y el silencio. Ya sea por miedo a las consecuencias sociales y familiares o porque sobre ellos pende la amenaza de una cruel revancha, el silencio tras la violación parece haber sido históricamente la marca de identidad de los crímenes de tal naturaleza y los depredadores cuentan con ello.

Durante la semana pasada y como eco de mi columna anterior sobre el incesto, he recibido más información sobre ese tipo de casos. Por las características de quienes me han compartido situaciones similares existentes en su entorno –personas instruidas con posibilidad de actuar- he podido observar el inmenso poder del silencio incluso en ámbitos de cierto nivel cultural, en los cuales se supone que los prejuicios ya han perdido su fuerza. Sin embargo, ahí están; todavía bien instalados en una suerte de umbral de la privacidad, algo así como una cápsula en donde el valiente intruso que desea denunciar termina por arriesgar más que el hechor.

Esto no es nuevo. No en el incesto y tampoco en otra clase de agresiones sexuales, como lo demuestra el largo silencio que ha precedido a las recientes denuncias de la industria cinematográfica en contra de algunos de sus gurús más poderosos. Ahí no se trataba de niñas indefensas en manos de un depredador, sino de mujeres plenamente conscientes de sus derechos, pero quienes guardaron el mismo silencio oneroso de la mayoría de víctimas. Vergüenza, dolor, impotencia y miedo a las consecuencias de hablar, parecen ser la nota constante.

Si en mujeres poderosas la violencia sexual tiene ese efecto intimidatorio, ¿qué podemos esperar en una niña, un niño o una mujer atados a una relación de poder caracterizada por los abusos? ¿Cómo es posible que un ciudadano ignore los pasos a seguir para realizar una denuncia anónima sobre un crimen de tal magnitud? Esto solo revela que ese silencio continúa alimentado por una carga enorme de prejuicios y estereotipos capaces de re victimizar de manera continuada a quienes sufren estos atropellos, abandonándolas a la voluntad de quien o quienes los agreden.

Urge hacer algo al respecto. Es imperativo iniciar campañas masivas de prevención de la violencia sexual en hogares, escuelas, templos, iglesias, hospitales y todo espacio en donde exista un menor en riesgo o un adulto ignorante de los pasos a seguir para denunciar. Urge reforzar la capacitación de los elementos de policía, investigación y administración de justicia para quitar ese velo de duda ante la palabra de un menor, una duda que desde el primer momento ampara a los perpetradores y coloca a las víctimas en una posición de riesgo.

Si las madres no denuncian por el siempre presente temor a quedar sin sustento económico, buscar la manera de darles acceso inmediato a los bienes familiares, los cuales usualmente se encuentran bajo control absoluto de la pareja abusadora, lo cual también está tipificado en la ley Contra el Femicidio y Otras formas de Violencia contra la Mujer como violación de sus derechos económicos. Buscar rutas y soluciones viables a esta realidad cada día más espeluznante debería ser una tarea prioritaria para juristas y expertos, cuyo aporte sirva para liberar y dar esperanzas de justicia reparadora a tantas víctimas inocentes cuyas voces permanecen en el más profundo silencio.

Blog de la autora: http://www.carolinavasquezaraya.com

 

Comparte este contenido:

Ecuador: El Ministerio de Educación emprende acciones frente al caso de violencia sexual en Guayaquil

Quito / 18 de octubre de 2017 / Fuente: https://educacion.gob.ec

Valoraciones, sanciones y acompañamiento a las víctimas, son algunas de las disposiciones de la máxima autoridad de Educación

“Repudiamos absolutamente la violencia contra la niñez y la adolescencia, y cualquier acto que pueda violentar los derechos de nuestros niños y jóvenes, y nos comprometemos a sancionar estos actos”, dijo el ministro de Educación, Fander Falconí, al confirmar las acciones emprendidas para enfrentar el caso de denuncias por violencia sexual registrado en la Unidad Educativa Réplica “Aguirre Abad”, de Guayaquil.

Falconí explicó que se han tomado medidas inmediatas para atender la situación y resaltó que se trabaja constantemente en el cumplimiento de las acciones enmarcadas en la política de protección de derechos de los menores, dentro del Plan Nacional de Convivencia Armónica y Cultura de Paz “Más unidos, más protegidos”.

El funcionario señaló que en este caso se evidenciaron “omisiones negligentes e irresponsables” por parte de autoridades del plantel y del distrito, por lo que fueron retiradas de sus funciones, como parte de las decisiones tomadas.

Entre las disposiciones ante este caso están: la intervención de la unidad educativa; la evaluación psicométrica de los docentes y personal administrativo; la valoración psicológica de todos los estudiantes del plantel; la atención personalizada de ayuda psicológica a las víctimas y el acompañamiento a los padres denunciantes.

Además, se dispuso el inicio de los procesos administrativos sancionatorios contra autores, cómplices y encubridores y la gestión de los trámites pertinentes ante la Fiscalía y judicaturas correspondientes para evitar que los casos queden en la impunidad.

“Una sociedad tiene que cuidar de su bien más preciado que es la niñez”, enfatizó el Ministro, al recordar que es importante tener en cuenta la corresponsabilidad de todos en la protección de los menores.

Fuente noticia: https://educacion.gob.ec/el-ministerio-de-educacion-emprende-acciones-frente-al-caso-de-violencia-sexual-en-guayaquil/

Comparte este contenido:

Paraguay: Por mejor educación sexual

Paraguay/09 de Octubre de 2017/ABC.com.py

Una organización que conglomera a varios grupos de adolescentes y jóvenes exigen una mejora de la educación integral de la sexualidad en la sociedad y centros educativos. Como argumento, dan alarmantes datos sobre abusos y embarazos de adolescentes.

Alejandra Amarilla, coordinadora juvenil “Somos Pytyvõhára”, conversó con radio ABC Color y explicó de qué se trata la reunión. “Son grupos de adolescentes y jóvenes organizados, movimientos estudiantiles, comité de niños y niñas que conversan sobre la educación integral de la sexualidad”, contó.

“Nos parece importante a raíz de los embarazos de adolescentes, de los abusos sexuales. Este año hicimos un proceso, con talleres, y este sería como el cierre”, detalló.

Según datos oficiales dados a conocer por los organizadores del evento, cada día nacen, en promedio, 54 bebés de madres adolescentes de entre 15 y 19 años y dos bebés de niñas menores de 15 años. En los últimos 10 años, hubo un incremento del 62,6% de embarazos en estas niñas menores de 15 años.

La violencia sexual es, muchas veces, la causante de los embarazos prematuros. En el 2015 hubo 668 partos de niñas menores de 15 años. En Clínicas, por ejemplo, hubo en 2016 1.995 partos de los cuales 263 fueron de adolescentes. Cada año hay 150.000 embarazos y el 20%, es decir, 30.000, son de mujeres adolescentes.

“Son cifras alarmantes. Hay una falta de información”, afirmó Amarilla, quien dijo además que dada la experiencia de la conversación con los adolescentes y jóvenes recabaron la información que la educación sexual en las escuelas y colegios es deficiente. “Hay información desfasada, incompleta. Muchos docentes no están preparados para enseñar. Se habla con muchos mitos, tabúes. Nosotros, como adolescentes y jóvenes exigimos la educación integral de la sexualidad”, concluyó Amarilla.

El grupo “Somos Pytyvõhára” y la Base Educativa y Comunitaria de Apoyo (BECA) hacen este sábado un taller llamado “Ñemongeta Guasu por nuestros derechos”. El encuentro, que se realiza en el hotel Santo Domingo de Asunción hasta las 16:00, aborda el tema de la educación integral de la sexualidad.

Fuente: http://www.abc.com.py/nacionales/por-mejor-educacion-sexual-1638569.html

Comparte este contenido:

EEUU: las razones por las que Betsy DeVos quiere relajar las reglas sobre la violencia sexual en los campus

«Si todo es agresión sexual, entonces nada es agresión sexual», dice la polémica Secretaria de Educación de Trump

Si todo es aagresión sexual, entonces nada es agresión sexual — Betsy DeVos

Se conoce como la ‘Dear Colleague Letter’ porque así comienza. En abril de 2011, el presidente Obama escogió esa fórmula de cortesía para abrir una carta dirigida a las instituciones educativas de EEUU con una intención clara: recordarle a directores, rectores y demás autoridades administrativas en el mundo de la enseñanza su obligación de respetar las protecciones contempladas en la ley contra la discriminación sexual (la llamada Title IX) a la hora de tratar las denuncias de violencia sexual en sus centros.

“Desde hace tiempo reconocemos la educación como el gran elemento igualador de América”, reza aquel escrito en su primer párrafo. “El acoso sexual de estudiantes interfiere con el derecho del estudiante a recibir una educación libre de discriminación y, en el caso de existir violencia sexual, es un crimen”.

Betsy DeVos ha pedido a su departamento que revise las líneas de actuación de Obama, que considera demasiado duras, empezando por rebajar «sus definiciones ambiguas e increíblemente amplias de asalto y acoso sexual»

Vía RAINN

Con aquellas cuatro páginas Obama salía al paso de un problema que durante la última década se ha tratado con regularidad en los medios norteamericanos con categoría de epidemia.

La limitada amplitud de los sondeos sobre el tema y su propia naturaleza hace que siempre sea difícil medir la incidencia de la violencia sexual en los campus norteamericanos. Según a quién preguntes, esa violencia es virtualmente inexistente o una lacra brutal. El consenso, eso sí, apunta más hacia el segundo de esos extremos.

Las cifras más aceptadas indican que una de cada cinco mujeres y uno de cada dieciséis hombres son víctimas de algún tipo de agresión sexual durante su etapa universitaria. Además, entre el 80 y el 90 por ciento de las víctimas ni informan de lo sucedido ni lo denuncian. Y las que sí lo hacen, muchas veces se encuentran con unos centros que tratan sus denuncias con desdén, con recelo o de formas abiertamente inadecuadas.

Vía RAINN

A la luz de esos números, la Dear Colleague Letter fue vista como una llamada a la acción a nivel nacional, un golpe de atención que demandaba una postura más dura contra la violencia sexual.

Obama recordaba que, de acuerdo a la Tittle IX, las instituciones educativas están obligadas a investigar las alegaciones de agresión sexual dentro de los 60 días posteriores a la denuncia. Además, reforzaba la protección de las víctimas al apelar en estos casos a una controvertida inversión de la carga de la prueba: en vez de usar el “culpable más allá de la duda razonable” como baremo, como sucede en las juzgados de lo penal, la carta abogaba por rebajar el listón a la “preponderancia de la evidencia estándar”, o cuando más del 50 por ciento de las evidencias apuntan a la culpa.

Dicho de un modo más simple, para que se entienda: en caso de denuncia de violencia sexual en un centro educativo, el acusado no debe ser tomado por inocente hasta que se pruebe su culpabilidad, sino más bien lo contrario. Y eso no gustó ni a conservadores ni al activismo pro derechos de los hombres ni a asociaciones por los derechos civiles.

Desde la publicación de la Dear Colleague Letter, el Gobierno ha conducido 435 investigaciones en universidades y colegios universitarios por la posible mala gestión de casos de violencia sexual

Los números parecen darle la razón al anterior presidente. No existen cifras que permitan decir que se ha experimentado un descenso notable en el computo global de agresiones sexuales entre estudiantes, pero diversos sondeos y organizaciones activistas coinciden en señalar que las víctimas denuncian hoy más que antes y que los casos denunciados se tratan hoy con mayor rapidez y diligencia, por lo general, que hace unos años. Las cosas parecen ir mejor.

Además, desde la publicación de aquella carta, el Gobierno ha conducido 435 investigaciones en universidades y colegios universitarios por la posible mala gestión de casos de violencia sexual. Eso sí, a día de hoy solo 75 de esos expedientes han sido resueltos. 360 permanecen abiertos.

La lógica DeVos, o la protección positiva del supuesto agresor

A pesar de esa sensación general de mejora, la cuestionada secretaria de Educación de Donald Trump atribuye a la Dear Colleague Letter un claro efecto pernicioso.

A través de la intimidación y la coerción, el sistema fallido ha empujado a las escuelas a excederse”, dijo DeVos el jueves durante un discurso en la Universidad George Mason de Arlington, Virginia. “Con la mano pesada de Washington desequilibrando su balanza, la triste realidad es que la Dama de la Justicia no es ciega en los campus de hoy”.

La intimidación y la coerción a la que alude se refiere a la amenaza lanzada por Obama de retirar las ayudas públicas a aquellas instituciones educativas que no abordaran las denuncias de agresión sexual con suficiente ahínco o la debida diligencia. Y eso, opina DeVos, ha derivado en un sistema inclinado a sancionar en exceso, por miedo a perder sus fondos públicos.

Haciendo suyos los argumentos del ‘movimiento por los derechos de los hombres’, DeVos considera que el enfoque promulgado por Obama está generando sus propias víctimas en la forma de estudiantes —casi siempre varones— injustamente acusados o injustamente castigados por sus centros, y por tanto debe ser revisado.

Una sola violación ya es una violación de más. Un solo asalto sexual ya es un asalto de más. Un solo caso de una persona acusada a la que se le niega un procedimiento adecuado ya es un caso de más”, dijo DeVos.

Una sola violación ya es una violación de más. Un solo asalto sexual ya es un asalto de más. Un solo caso de una persona acusada a la que se le niega un procedimiento adecuado ya es un caso de más — Betsy DeVos

En su discurso, Betsy aludió a un par de casos absurdos y extremos para avalar su deseo de cambios. Entre ellos está el de una pareja californiana que fue denunciada por una tercera persona. “Esta es la historia de un atleta, su novia y el sistema fallido”, relató DeVos de forma dramática.

La pareja estaba ‘forcejeando de forma juguetona y ruidosa’, según su propio relato, pero un testigo pensó otra cosa y reportó el incidente al coordinador de la universidad. La joven aseguró repetidamente a los funcionarios del campus que no había sufrido abuso y que no había ocurrido ningún tipo de mal comportamiento. Pero por culpa del sistema fallido, los administradores de la universidad le dijeron que ellos sabían mejor lo que había pasado. Apartaron al joven del equipo de fútbol y le expulsaron de su facultad. ‘Cuando dije la verdad’, cuenta la joven, ‘fui estereotipada y me dijeron que era una mujer ‘maltratada’, me hicieron sentir menospreciada”.

Esa realidad existe. Hombres acusados de forma injusta. Hombres que ven su reputación destruida de forma instantánea por una acusación que luego se demuestra infundada. Pero es una realidad residual, minoritaria.

DeVos se agarra a esos casos para pedir cambios. El Departamento de Educación va a revisar las líneas de actuación de Obama, que considera demasiado duras, empezando por rebajar “sus definiciones ambiguas e increíblemente amplias de asalto y acoso”. Porque “ si todo es acoso, entonces nada es acoso”, dice.

Hay que asegurar que el propósito de la ley sea concretado de una manera que reconozca tanto los derechos de las víctimas como los de aquellos que han sido acusados — Betsy DeVos

Aunque en su plática nombró repetidamente a las víctimas, la idea que ha cuajado en las cabezas de la mayoría de medios y de todo tipo de organizaciones feministas y de defensa de las víctimas de violencia sexual es más bien la contraria: su reforma, de la que no ha dado detalles, parece surgir de un deseo de incrementar las protecciones de los supuestos agresores.

Ya lo dijo hace unos meses en el discurso de toma de posesión de su cargo: “Hay que asegurar que el propósito de la ley sea concretado de una manera que reconozca tanto los derechos de las víctimas como los de aquellos que han sido acusados”.

Suena justo sobre el papel. El problema es que las cifras no terminan de refrendar esa supuesta necesidad imperiosa de cambios.

Frente al 20% de mujeres que sufren algún tipo de agresión sexual durante su etapa universitaria — algunos sondeos elevan la cifra hasta el 25%, una de cada cuatro estudiantes—, el número de denuncias falsas relacionadas con violaciones y otros cargos sexuales en centros educativos se sitúa estadísticamente entre el 2 y el 10%, con una mayor propensión a situarse en la mitad inferior de esa horquilla.

Asociaciones de víctimas habían escrito a DeVos expresando su temor ante posibles cambios. Los fiscales generales de 20 Estados habían urgido por escrito a DeVos a mantener las protecciones existentes al considerarlas adecuadas. Al final, parece que esas cartas no van a servir de nada.

Fuente: http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/betsy-devos-secretaria-educacion-trump-relajar-guidelines-violencia-campus_0_2043995603.html

Comparte este contenido:

Colombia: 116 estudiantes de la Universidad Nacional afirmaron haber sido víctimas de abuso sexual

América del sur/Colombia/02 Septiembre 2017/Fuente: Semana

De acuerdo con un estudio adelantado por la institución se evidenció la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchas estudiantes.

Por estos días ha estado en boca de todos el tema del acoso sexual del que son víctimas varios estudiantes en el contexto universitario. De acuerdo con una encuesta realizada en 2016 por la Universidad Nacional se evidenció que el 54 % de las 1.602 estudiantes encuestadas ha sido víctima de algún tipo de violencia sexual en el campus o en alguna actividad relacionada con la universidad.

De esa cifra, solo 60 mujeres, el 3,7% de la muestra, admitió haber denunciado el caso de acoso, abuso o violación.

Según el documento, 22 dijeron haber sido obligadas a tener relaciones sexuales por la fuerza, tres de ellas en más de dos ocasiones. Al mismo tiempo, 116 respondieron que habían sido besadas, acariciadas, tocadas u obligadas a mantener relaciones sexuales mientras estaban en estado de alicoramiento o inconscientes. De estas, 86 dijeron haber pasado por esta situación una única vez y 30, más de dos veces.

La forma más repetida de acoso fueron los piropos en el campus universitario. 862 estudiantes afirmaron haberlos recibido una o más veces. Le siguen los abrazos y las caricias sin consentimiento (lo reportaron 628 mujeres de la muestra), regalos incómodos (377), mensajes inapropiados con contenido sexual (295), llamadas sexuales indeseadas (234).

Por otro lado, el salón de clases fue el lugar donde se reportaron más casos de violencia sexual, seguido por los sitios de fiestas o las salidas recreativas con compañeros, la plaza del Che y las zonas en obra. “Esto muestra que el acoso sexual y/o actos sexuales no consentidos no están precisamente relacionado con lugares oscuros o aparentemente peligrosos, las mujeres suelen ser violentadas en lugares donde hay una percepción generalizada de seguridad”, señala el estudio.

A pesar de que parte de esta información fue publicada en enero de este año, salió a la luz pública gracias a una investigación reciente del portal Vice sobre los estudios que se han realizado en las universidades del país y en donde se evidencia la magnitud de este fenómeno. En los últimos 9 años ha habido 10.830 denuncias por el delito de acoso sexual realizada por estudiantes, según le dijo la Fiscalía General de la Nación a ese medio.

Los estudios realizados en todo el país arrojan la misma conclusión: la violencia sexual es un problema grave en las universidades del país al que hay que prestarle especial atención.

Por esta razón, la Universidad Nacional adelantó este estudio, titulado “Rompiendo el silencio: análisis de encuesta sobre violencia sexula a estudiantes mujeres”, con el fin de visibilizar este fenómeno.

“En la Universidad Nacional de Colombia, como en la mayoría de universidades colombianas, la violencia sexual por mucho tiempo ha pasado desapercibida o quienes la padecen guardan silencio por temor a ser re victimizadas”, dice el documento.

“Todas las universidades están relacionadas con la violencia sexual y lo que se hizo desde la sede en Bogotá fue tener un estudio que nos permitiera conocer la percepción en nuestros campus” dijeron fuentes de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional según el diario El Espectador.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/estudiantes-victimas-de-violencia-sexual-en-la-universidad-nacional/538015

Comparte este contenido:

Escalada masiva de la violencia sexual en Sudán del Sur

Sudán del Sur/31 julio 2017/Fuente: África Fundación

Según reporta Aministía Internacional en un nuevo informe, miles de mujeres, niñas y hombres de Sudán del Sur, que han sido violados en ataques sexuales por motivos étnicos durante el conflicto en curso, están luchando contra la angustia mental y el estigma sin tener a dónde acudir para pedir ayuda.

El informe se basa en entrevistas a 168 víctimas de violencia sexual en Sudán del Sur y en campamentos de refugiados en la vecina Uganda, donde se encuentra la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en el mundo.

El nuevo informe de Amnistía Internacional, titulado «No permanezca en silencio», descubre graves actos de violencia sexual contra miles de personas en todo el país desde que comenzaron las hostilidades en diciembre de 2013.

«Esta es una violencia sexual premeditada a gran escala. Las mujeres han sido violadas en grupo, agredidas sexualmente con palos y mutiladas con cuchillos «, dijo Muthoni Wanyeki, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno y los Grandes Lagos.

10 defensores de los derechos humanos de Sudán del Sur, cuyas identidades han sido ocultadas, han trabajado junto a Amnistía Internacional en este informe.

Según el documento, los autores provienen de ambos lados del conflicto, enfrentando a las fuerzas progubernamentales del presidente Salva Kiir, un Dinka, contra las fuerzas de oposición del ex primer vicepresidente, Riek Machar, un nuer, y sus respectivos grupos armados aliados.

El nuevo informe describe la magnitud de la violencia sexual en Sudán del Sur como «masiva».

Algunas de las agresiones sexuales no ocurren durante los combates, sino entre los millones de personas que se refugian del conflicto.

Para realizar este informe se entrevistó también a 16 víctimas varones, algunos de los cuales dijeron que habían sido castrados o tenían sus testículos perforados con agujas.

Muchas víctimas manifestaron sufrir pesadillas, pérdida de memoria, falta de concentración, y habían pensado en venganza o suicidio – todos los síntomas comunes del trastorno de estrés postraumático.

«Algunos de los ataques parecen diseñados para aterrorizar, degradar y avergonzar a las víctimas y, en algunos casos, impedir que los hombres de grupos políticos rivales puedan tener descendencia», dijo Wanyeki.

«El gobierno del sur de Sudán debe tomar medidas deliberadas para detener esta epidemia de violencia sexual, comenzando por enviar un claro mensaje de tolerancia cero, ordenando inmediatamente una investigación independiente y efectiva de los ataques que se han producido y asegurando que los responsables sean sometidos a juicios justos», agregó.

El año pasado, por ejemplo, las Naciones Unidas reportaron un 60% de aumento en la violencia de género en Sudán del Sur, con el 70% de mujeres que se encuentran en los campos de la ONU en la capital, Juba, violadas desde el comienzo de la guerra civil a mediados de Diciembre 2013.

Fuente: http://www.africafundacion.org/spip.php?article28210

Comparte este contenido:

Uruguay: ONU: educación y trabajo para combatir violencia sexual en conflictos armados

Uruguay/22 de Mayo de 2017/El Espectador

El subsecretario José Luis Cancela en representación de Uruguay, como presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, encabezó el debate y remarcó el rol del Estado y la sociedad civil contra este flagelo.

En su ponencia, el subsecretario de Relaciones Exteriores, José Luis Cancela, calificó la violencia sexual como una de las peores agresiones contra la dignidad humana, que se manifiesta en esclavitud sexual, prostitución, matrimonios forzosos, embarazos, abortos o esterilización forzada.

Para combatir este tipo de violencia, Cancela subrayó tres líneas de acción: el empoderamiento de la mujer a través del acceso a la educación, al trabajo y a los procesos de toma de decisión, la recuperación y reintegración de las víctimas a la sociedad y la gestión de las instituciones estatales, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Al cierre de su intervención, el Cancela abogó por la rendición de cuentas y la necesidad de justicia para que los crímenes no queden impunes y la comunidad local pueda consolidar la paz.

Fuente: http://www.espectador.com/politica/351651/onu-educacion-y-trabajo-para-combatir-violencia-sexual-en-conflictos-armados

  

Comparte este contenido:
Page 20 of 24
1 18 19 20 21 22 24