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A propósito de las nuevas masculinidades

Por Rubín Morro

“Para llegar a la igualdad entre los géneros es necesario terminar con la separación de los espacios masculinos y femeninos. Hace falta una mayor participación de la mujer en el espacio social y una inserción masculina más igualitaria y equitativa en el espacio privado” (Revista Cubana de Salud Pública).

Los temas de orientación e identidad sexual, y su diversidad, no siempre se tratan con la seriedad y responsabilidad que implica esta verdad social, lo cual merece reconocimiento, visibilidad y tolerancia desde la perspectiva de género, para llegar a una completa convivencia sin discriminación y estigmatización, lo cual es un enorme reto de la sociedad.

La nueva masculinidad nada tiene que ver con la pérdida de las características del hombre, de su sexualidad o de su hombría como suele llamarse. Al contrario, se busca que el hombre adquiera toda su dimensión humana, su sensibilidad, su enorme potencialidad social. La nueva masculinidad está enmarcada en una nueva concepción del hombre, una nueva personalidad y actitud, a partir del ser humano, de exteriorizar sus sentimientos, afectos y emociones. Una construcción social que ubica al hombre en plena igualdad frente a su par de género. Valga aclarar que el sexo no define el género.

La sociedad, en su mayoría, estamos frente a unos estereotipos muy marcados del machismo. A través de miles de años en el curso de la historia humana, donde tanto el hombre como la mujer se nos han asignado papeles o roles determinados, según el sexo. Enorme equivocación. A la mujer el trabajo doméstico, la cocina, los hijos, el cuidado de su marido y si es posible el trabajo público o laboral. Al hombre, es el de los negocios, el protector, el “mandamás”, y para rematar no puede expresar sentimientos, porque atenta contra su condición de varón, se nos prohíbe en esta absurda concepción exteriorizar emociones y afectos.

Estas imposiciones derivadas de un patriarcado enraizado es una cruel realidad, muy a pesar de los logros de reconocimiento y visibilización de nuestra condición sexual. A partir de esto, se crean unos equivocados valores, al punto que cuando el hombre se ocupa de ciertas labores destinadas discriminatoriamente a la mujer, o muestra afectos o síntomas de debilidad, es catalogado como una niña y en el peor de los casos de homosexual. Presiones sociales con honda estigmatización.

La Nueva masculinidad entonces, pretende hombres más humanos, que exteriorice sus naturales vulnerabilidades y fortalezas, que exprese sentimientos, que comparta el trabajo en el hogar, en la vida de pareja, que se ocupe de sus hijos en plena igualdad con su compañera. El nuevo hombre debe buscar su plena realización como ser humano en condiciones de igualdad con las mujeres.

Tanto la mujer como el hombre han sido protagonistas y sujetos políticos activos en el desarrollo de la sociedad, en lo cultural, económico, político y social. En correspondencia es esencial la igualdad de oportunidades y disfrute, sin desconocer la diferencia o diversidad, es decir, siendo distintos biológicamente, con características únicas de acuerdo a nuestra orientación e identidad.

Por último, el antiguo patriarcado, ahora reforzado con el modelo económico neoliberal, cuya esencia es la economía de mercado, impone que lo que existe debe ser rentable y ante la voracidad y la codicia, tanto el hombre como la mujer son salvajemente explotados, siendo más ostensible en el caso de las mujeres. El feminismo y las nuevas masculinidades debe luchar mancomunadamente, desde la perspectiva de género, buscando su visibilización y reconocimiento.

¿Cómo humanizar la hombría y que esta sea la gran virtud, pero que además acepte y respete la participación de las mujeres?. ¿Cómo ser hombres y a la vez justos?, este es el gran dilema que nos tiene que llevar a una nueva masculinidad en una integración e interacción total respecto de las mujeres en total igualdad y equidad.

Fuente: http://www.mujerfariana.org/vision/377-a-proposito-de-las-nuevas-masculinidades.html

Imagen tomada de: https://aecosextremadura.files.wordpress.com/2013/11/nevas-masculinidades-2.jpg

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La cultura de la violencia de género

Ilka Oliva Corado

Existe,  lo vemos todos los días, está enraizada en los patrones de crianza, en el sistema patriarcal, en los factores socioculturales: la violencia contra las mujeres es real y también se acepta algo  como natural en  nuestra sociedad misógina y machista. Para la violencia de género no existen fronteras territoriales ni distinción de clase social, color, credo y grado de escolaridad. Es imperceptible debido a que es  solapada.

Una violencia que se ejerce a todo nivel,  que es ilimitada y que no sorprende. Que no  asombra, no indigna, no encoleriza. La cultura de la violencia de género tiene sus cuñas en los estereotipos, en las religiones creadas para oprimirla, en una educación patriarcal, en un sistema que  invisibiliza a la mujer como ser humano y la denigra constantemente: que la abusa en sus derechos y la excluye de la justicia.

Esa cultura que va desde la negación a  los derechos laborales, a la igualdad social, al aborto. A la educación, salud, progreso.  Que a la víctima la re victimiza, que al victimario lo aplaude por macho alfa. Normas establecidas que tienen que ver con la doble moral, hipocresía,  miedo y el vivir de apariencias. Razones por las cuales no se denuncian los abusos emocionales, físicos, sexuales y en consecuencia los  feminicidios.

Y cuando una víctima se atreve a denunciar resulta siendo juzgada por la sociedad que la acusa de culpable. Ni qué decir de un sistema de justicia que la sentencia y deshonra acusándola de mentirosa, dejando libre al agresor. Mismo agresor que en venganza va y la asesina en los terribles e innumerables feminicidios que a ninguna sociedad importan.

La cultura de la violación sexual, también naturalizada que como toda respuesta nos dice: es mujer. Es mujer no pasa nada, es tan solo una mujer: un objeto, un rastrojo, una esclava.  Esa cultura que va desde la asignación de roles, colores. Que nos dice cómo debemos pensar,  cómo comportarnos, qué sí y qué no hacer conforme a nuestro género. Y que si nos salimos de la norma entonces lo que nos suceda es completamente nuestra culpa. Aún viviendo bajo los parámetros marcados por el patriarcado también nos acusa y nos culpa. A nivel mundial la existencia de leyes que esclavizan a la mujer.

La cultura de la violencia de género que nos dice que las mujeres somos el sexo débil, que no podemos practicar deportes asignados para hombres, que no podemos ejercer profesiones  u oficios que milenariamente han sido asignados a hombres. Que nos dice que nuestro rol en la vida es el de ser madres, limpiar la casa y cuidar de nuestros hijos. Satisfacer sexualmente a nuestros hombres. Vivir para ellos.  ¡Y pobre de la que decida salir de la norma y amar a otra mujer! Porque se le denigra, se le golpea, se le viola y asesina. Y peor aún: era tan solo una lesbiana que no llegaba siquiera a ser mujer. Caso cerrado desde que entra el cuerpo a la morgue.

Esa violencia que está en la escuela, en la televisión, en la radio, en el arte, en todo. En todo lo que nos rodea.

La forma en que los noticieros manejan la información en casos de violencia de género: con sesgo, estereotipos y patriarcado. Mujeres que a conveniencia personal apoyan el patriarcado, decidiendo con esto vivir en la sumisión de por vida y en las sombras.

Esa cultura que nos niega la realización personal y a vivir en nuestro propio albedrío.

Hay mucho qué decir de la cultura de la violencia de género desde cualquier plataforma, y sus razones y sus consecuencias y a quiénes beneficia. ¿Qué es lo que no nos permite reaccionar ante esta atrocidad? ¿Qué es lo que no nos permite denigrarnos y despertar en masa cada vez que se viola a una niña, adolescente o mujer? ¿Cuando se le golpea y asesina? ¿Qué es lo que no nos permite crear la cultura de la prevención? ¿La reestructuración de la sociedad y de los patrones? ¿Qué es lo que no nos permite respetarnos? ¿Valorarnos como seres humanos iguales en derechos?

¿Qué tan profunda es nuestra indiferencia que no nos duele y  no nos enfurece cada vez que sabemos de un feminicidio? ¿De una mujer agredida? ¿De una injusticia en los derechos laborales? ¿De un Estado que no invierte en políticas de desarrollo para la mujer? ¿Cuándo dejaremos de vivir con estereotipos, con religiones misóginas y opresoras?  ¿Cuándo vamos a cambiar normas patriarcales para criar niños sanos que no violenten en ninguna de las etapas de su vida?

 ¿Cuándo vamos a vernos con la certeza de ser tan solo una partícula en la inmensidad del tiempo? ¿Y que tan fugaz es nuestro paso por la tierra que vamos a poner todo nuestro empeño en que la equidad y el derecho a ser y a vivir en el libre albedrío no se castiguen?  ¿Cuándo tendremos la entereza para cambiar la cultura de la violencia de género por la  del respeto?

Son tantas las maneras, los arquetipos en que todos ejercemos la violencia de género que muchas veces no nos damos cuenta que lo estamos haciendo, porque es algo que está ahí de planta,  tan naturalizado como el aire que respiramos, como el pulso cardiaco, el parpadear.  Pero la violencia de género es  algo aprendido por lo tanto se puede cambiar.  Por supuesto que tenemos la capacidad para  eliminar el patriarcado, el machismo, la misoginia y la indiferencia. La pregunta es: ¿cuándo lo haremos?

Fuente del articulohttps://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/02/la-cultura-de-la-violencia-de-genero/

Fuente de la imagen: http://tribunainterpretativa.com/wp-content/uploads/2013/11/violencia-de-g%C3%A9nero_elefectogalateacom.jpg

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Entrevista a Javier Ómar Ruiz (Colombia): “Una masculinidad alternativa garantizaría que los procesos de reconciliación sean efectivos y que no haya repetición”

Fernanda Sánchez Jaramillo

Rebelión Fernanda Sánchez Jaramillo: En su libro Matar, rematar y contramatar: las masacres en Colombia, la antropóloga María Victoria Uribe describe escenas de horror como ésta: “El mecanismo de este nuevo orden es colocar afuera lo que es de adentro, es decir exhibir o mostrar lo más íntimo y poner de arriba lo que es de abajo, y viceversa. Con respecto a esto último, la inversión total se producía al poner en el sitio de los órganos sexuales la cabeza y al colocar los órganos sexuales en la boca”. i ¿Qué relación tienen estas expresiones de “conquistas” y abusos contra el cuerpo del otro y la masculinidad?

Javier Ómar Ruiz: Esos ejercicios de guerra son casos patológicos pero hacen parte de las expresiones del machismo y de hombría que llega a niveles de barbarie.

Para que un hombre haga eso tuvo que pasar por un proceso de socialización en patrones patriarcales de masculinidad el cual empieza con pautas elementales de crianza masculina.

Esas pautas tienen como fin desconectarnos de la sensibilidad, de la expresividad emocional, excepto de la rabia, la cual sí podemos expresar porque está conectada al odio y la venganza.

La socialización en patrones patriarcales limita las emociones del hombre, lo desconecta del dolor -y eso implica desconectarse del cuerpo de uno y del otro-, vincula al hombre a lo público, donde puede hacer lo que quiera, y está basada en una masculinidad “falocéntrica”, del poder de la penetración. Además, la relación con el cuerpo es descuidada. No existe una ética del cuidado del cuerpo de uno, mucho menos de otra persona.

Todos los hombres reciben la misma socialización. ¿Qué se necesita para que un hombre use una motosierra?: ser hombre. Lamentablemente, los hombres tienen los componentes para llegar a hacer eso.

Cortar los genitales a otro hombre es la manera más perversa de dominación. En ese ejercicio de demostración de hombría, si soy el vencedor en la guerra, le cortó simbólicamente su poder al vencido: sus genitales. Los hombres incurren, mayoritariamente, en la sevicia y eso está relacionado con la masculinidad desarrollada en el proceso de socialización.

FSJ: ¿Qué relación hay entre la masculinidad patriarcal y la violencia ejercida –principalmente- contra mujeres, niñas, y niños y grupos minoritarios ya sean étnicos, sociales o políticos en nuestro país?

JOR: El sistema patriarcal nos impone una lógica de poder, de jerarquías, de clase, masculinidades hegemónicas versus masculinidades subordinadas, como la de los homosexuales. Esto da lugar para que en ejercicios de poder patriarcal -en esa relación entre lo diferente y lo hegemónico- haya la posibilidad de la discriminación, del asesinato, etc.

FSJ: ¿Qué opina de la violencia sexual contra las mujeres por parte de paramilitares, y en menor medida, guerrilla en el marco del conflicto armado?

JOR: En la vida cotidiana el conflicto armado es el punto de llegada de situaciones conflictivas en que nos movemos los hombres criados en “plataformas” que privilegian prácticas guerreristas.

El lenguaje cotidiano está cargado de guerrerismo. Nos movemos en principio en imaginarios culturales y de “género” y la sexualidad y la violencia sexual hacen parte de ese ejercicio, así como el maltrato verbal y psicológico.

“En caso de guerra cualquier hueco es trinchera”, es la idea que se instala en el imaginario cultural y de ahí se llega al ámbito de la guerra, del conflicto -del endurecimiento corporal, la rigidez física y mental- con todas las condiciones favorables para arreciar más esa “ideologización”.

En la mujer se enfoca ese concepto de lo más frágil. Por eso se violenta lo más frágil de la sociedad y de paso se envía un mensaje a los familiares de esas mujeres, como quien dice: “mire aquí estoy yo papá”.

FSJ: ¿Cómo reciben sus talleres, que promueven diferentes masculinidades, en regiones donde se han afianzado estereotipos machistas?

JOR: Hasta ahora no hemos tenido ninguna reacción negativa frente a la intervención que hacemos. Hay dos razones por las cuales hemos sintonizado con los hombres: la primera, que somos hombres los que desarrollamos el trabajo, hablamos de la misma historia y experiencias de crianza y la segunda, encuentran un discurso que interpreta sus necesidades y las canaliza en posibilidades de cambio. Nuestra metodología es corporal, vivencial, emocional y ayudamos a descargar el alma, les decimos que esos mandatos patriarcales van en contra vía de la vida.

En el trabajo que adelantamos recoge el sentir y la necesidad de muchos hombres que consideran importante tomar distancia del modelo patriarcal para acercarse a otras posibilidades de ser hombre, algunos lo venían haciendo por intuición.

Hay hombres que han tomado distancia del modelo guerrerista. Por ejemplo, los objetores de conciencia. Este proceso es también una apuesta política de sociedad, para que esto sea una transformación cultural.

FSJ: ¿Por qué es importante desarrollar nuevas masculinidades en el marco del actual proceso de paz y de un eventual postconflicto armado en Colombia?

JOR: Porque existe la variable “género” que es protagonista del conflicto armado. En una propuesta de base tiene que incorporarse otra propuesta de paz y otro modelo, de lo masculino, y lo femenino, los derechos de mujeres y hombres.

Cuando se piensa en un modelo de desarrollo para la paz, se piensa en lo colectivo y en una masculinidad alternativa que favorezca prácticas de paz y una cultura de paz.

¡Lo que hay es trabajo! Apostarle a un modelo de sociedad desde masculinidades alternativas. En la masculinidad patriarcal el modelo de desarrollo que impera es la depredación de la naturaleza; en cambio, una sociedad para la paz debe operar en una cultura de paz, en la ética del cuidado de las personas, mujeres, niños y la naturaleza, en el tema del medio ambiente, se debe incluir el tema de “género”.

Debemos llegar a un modelo de sociedad, a un modelo de economía, de relaciones humanas, un sistema educativo diferente. “Pongámosle a todo un enfoque de “género” que incorporará derechos de las mujeres y nuevas masculinidades”.

FSJ:¿Cómo podría incorporarse la masculinidad alternativa al proceso de postconflicto armado y reconciliación?

JOR: Una ruta sería que a partir de ese acuerdo de paz se diseñen políticas publicas que incorporen perspectivas de masculinidades alternativas. También es importante que haya interlocución con hombres de masculinidades alternativas y replantear enfoques educativos centrados en propuestas de paz, y cuidado de la naturaleza, repensar desde las masculinidades alternativas y desde las mujeres, desde ambas perspectivas.

FSJ: ¿Qué papel jugaría ésta masculinidad en los procesos de reconciliación y en la garantía de no repetición de las violencias en las cuales los hombres han sido principales protagonistas?

JOR: Una masculinidad alternativa garantizaría que los procesos de reconciliación sean efectivos y que no haya repetición. Un hombre que haya repensando su masculinidad no va a repetir, va a ser militante de su nueva identidad. Una masculinidad alternativa le permitiría pedir perdón, asumir su responsabilidad política y reconciliarse.

FSJ: ¿Podrá esa “nueva” masculinidad romper con la relación viciada entre masculinidad, violencia y poder establecida en el marco del conflicto armado?

JOR: Sí yo creo que sí. Desde las masculinidades liberadoras se pueden romper esas relaciones entre poder, masculinidad y violencia.

FSJ: ¿Cuál es la actitud de un hombre cuya masculinidad es redefinida cuando está fuera de cualquier grupo armado que lo validaba colectivamente? ¿Cuál es su reto?

JOR: Nosotros diseñamos un proyecto con reinsertados, de diferentes grupos, y la experiencia fue valiosa, para hombres y mujeres, por la posibilidad de mejorar su calidad de vida. Ese trabajo realizado con familias nos mostró una ruta de trabajo a seguir, pero lamentablemente el gobierno no ofreció las condiciones para continuar con el proceso.

FSJ: ¿Es difícil convencer a un hombre de la importancia de expresar sus emociones y desmontar esa idea erróneas de que sensibilidad es igual a debilidad?

JOR: No los convencemos, les damos la oportunidad para que lo hagan y ellos lo hacen. La metodología que hemos usado durante los 20 años de trabajo ha sido “entrar por el cuerpo”, las emociones y luego ofrecer la teoría. Ellos se sintonizan con su propia historia y con nuestra metodología.

Nota:

i Uribe, María Victoria. Matar, rematar y contramatar: las masacres en Colombia. 1990, página 187.

Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitarias

Fuente: http://generoconclase.blogspot.com/2014/09/entrevista-javier-omar-ruiz-colombia.html

Imagen tomada de: http://images.eldiario.es/autores/felipe-g-gil/Organizacion-Multidisciplinaria-Latinoamericana-Estudios-Masculinidades_EDIIMA20140520_0075_5.jpg

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Advierte la Unicef en Brasil que es inadmisible la banalización de violencia sexual

 Brasilia, 27 may (RHC)

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Brasil consideró inadmisible que la violencia sexual continúe banalizándose y catalogó de inaceptables las violaciones colectivas de adolescentes ocurridas en Río de Janeiro y Piauí.

Los recientes casos de estupros colectivos constituyen graves violaciones de los derechos humanos y se suman a las altas estadísticas de violencia contra niñas y jóvenes registradas en ese país, señaló el organismo internacional en un comunicado difundido en Brasilia.

Refiriéndose a los hechos acaecidos en los estados de Río y Piauí, advirtió la Unicef que la divulgación masiva de la violación ocurrida en la urbe carioca, donde 33 individuos abusaron por la fuerza de una joven de 16 años, también refleja otro hecho alarmante y demuestra la naturalidad conque son vistos estos crímenes.

La exposición y el enjuiciamiento moral a que fueron expuestas las víctimas en las redes sociales deben ser un motivo permanente de indignación, subrayó el organismo de la ONU.

Unicef Brasil señaló, además, que la sociedad de esa nación suramericana tiene ante sí la gran tarea de promover y consolidar una cultura de equidad y de respeto a los derechos de todos los niños y niñas para que estos puedan crecer libres de violencia.

Fuente: http://www.radiohc.cu/noticias/internacionales/94909-advierte-la-unicef-en-brasil-que-es-inadmisible-la-banalizacion-de-violencia-sexual

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Ley 5077, arma contra la violencia sexual en escuelas guatemaltecas

Ciudad Guatemala. Por Isabel Soto Mayedo*/PL | 27 mayo de 2016

Durante los últimos tres años sumaron 59 las denuncias por violaciones y agresiones sexuales en centros educativos de Guatemala y lejos de disminuir esa problemática tiende a aumentar, refieren este viernes registros del Ministerio Público (MP).

De hecho el titular del Ministerio de Educación (Mineduc), ûscar Hugo López, informó que de enero a mayo de este año van ocho quejas por casos de esa naturaleza en varios departamentos del país, donde es notable la incidencia de estos crímenes más allá de los espacios destinados a la enseñanza.

El problema de la violencia sexual es enorme y nosotros debemos llamarlo por su nombre: una plaga, un flagelo, opina el director de Misión Internacional de Justicia, Bradley Curtis, para quien esta es una forma de violencia particularmente repugnante y traumática.

En Guatemala las denuncias por violencia sexual llegaron a 11 mil 299 en 2015, lo cual indica que cada día 31 personas fueron victimizadas de ese modo y que cada 46 minutos ocurrió una violación sexual, alertó la organización humanitaria.

Esa cantidad de denuncias representó el doble de los homicidios reportados en el año, cinco mil 677 según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), pero esas estadísticas esconden subregistros.

Por cada víctima que denuncia una violación sexual, ocho callan al sentirse culpables del daño infringido a su integridad, por temor a represalias del victimario -más si es un adulto y/maestro- y por el estigma social que supone una violación, entre otros factores, coinciden especialistas.

ATACAR AL MAL

El MP y Misión Internacional de Justicia concuerdan en que 64 por ciento de las denuncias de agresiones sexuales muestran que los más vulnerables ante esos hechos son niños y adolescentes y que 90 por ciento de los abusos contra ellos ocurre en la casa y en la escuela.

«Este asunto es grave mas no existe en Guatemala una ley que prevenga la violencia sexual en los centros educativos. Incluso, el Mineduc carece de un protocolo que regule, en la práctica, la selección del personal capacitado para atender esos casos», lamentó el subjefe de la bancada legislativa del partido Convergencia, Leocadio Juracán.

En una conversación sostenida con Prensa Latina, en la capitalina Casa Cervantes, el otrora secretario general del Comité Campesino del Altiplano (CCDA) manifestó su preocupación por un problema que gana rango de recurrente y afecta sobre todo a las niñas, aunque también a los varones.

De igual modo compartió la iniciativa presentada por él el 13 de mayo de 2016 al Congreso de la República, que dispone aprobar una Ley Contra la Violencia Sexual en Centros Educativos de Guatemala, para prevenir y brindar asistencia a los menores de edad víctimas del delito en escuelas o colegios.

«La propuesta, registrada con el número 5077, sentará las bases legales para superar la tradicional complicidad ante este tipo de violencia y de convertirse en ley con el voto favorable de los legisladores viabilizará la adopción de una política real de combate a estos crímenes en los centros educativos», explicó Juracán.

A su juicio la aprobación de este cuerpo jurídico impulsará la generación de mecanismos de coordinación entre las distintas entidades para prevenir, enfrentar y atender de manera adecuada a las víctimas con tal que estas no opten por prescindir de disfrutar el derecho a la educación.

«Se trata de una ley con la cual se pretende cumplir con los deberes que el Estado toma como fundamentales y con los compromisos asumidos a nivel internacional para la protección de la niñez», señaló.

Y añadió que «con esta norma procuramos dotar al Estado de Guatemala y a la población de una institucionalidad que permita tratar de forma sistemática la violencia sexual contra niñas y niños en las escuelas, así como eliminar las condiciones que pueden propiciar la producción y distribución de pornografía infantil».

-INICIATIVA 5077

La iniciativa 5077 está estrechamente vinculada con lo refrendado por los artículos 2 y 51 de la Constitución Política de Guatemala, relativos a los deberes del Estado para con sus habitantes y en particular con los menores de edad.

Además, parte del presupuesto que este país es signatario de la Convención sobre los Derechos del Niño -adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989-, en virtud de la cual debe legislar en aras de proteger a la infancia contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental.

La propuesta contempla como «niña o niño: todo ser humano menor de 18 años de edad o quien como producto de alguna condición clínica no alcance un desarrollo físico o mental adulto.»

Al mismo tiempo define por violencia sexual contra la niñez todo acto derivado de una relación de poder o confianza, que implique el sometimiento o victimización de un infante por placer sexual, estimulación o gratificación a un adulto o joven.

En ese sentido alude a los actos deshonestos, la explotación sexual, el exhibicionismo, la exposición o participación en pornografía, prostitución y a la penetración vía vaginal, anal o bucal, sea con el pene o con cualquier objeto.

Por otra parte condena la violencia, sea con contacto o sin este, y delimita como tal hasta los comentarios sinuosos o sexualmente explícitos, las llamadas o mensajes obscenos o insinuantes de conductas sexuales.

En modo paralelo el proyecto mandata a abarcar entre las víctimas al núcleo familiar del niño o niña directamente afectado por dichos actos y establece que la atención a esas situaciones estará a cargo de un Consejo Nacional de Protección a la Niñez Contra la Violencia Sexual en los Centros Educativos.

En la instancia confluirían delegados del Mineduc, del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, del Procurador de los Derechos Humanos, de la Procuraduría General de la Nación, del Ministerio Público, del Inacif, de la Policía Nacional Civil y del Congreso.

Pero a su vez participarían especialistas designados por la Facultad de Sicología de la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala.

El consejo debe ser instaurado dentro de los dos meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley, especifica el texto, para que en corto plazo emita un reglamento interno de funcionamiento, políticas y protocolos de atención a los casos de violencia sexual así como los relativos a la atención a la víctima, su familia y compañeros de aula

La preparación y orientación de las capacitaciones, la prevención de la problemática, el seguimiento a cada denuncia, la evaluación de los niveles de incidencia de esta y de los protocolos diseñados para frenar el fenómeno, igual serán responsabilidades de ese equipo.

Asimismo el plan de ley prevé regular el proceso de selección del personal administrativo, docente y operativo en los centros educativos, y delimita que los cargos de director y directora «solamente podrán ser ejercidos por personas con especialidad en administración educativa p psicología, o carrera afín».

«En ningún caso podrá ser nombrado o contratado para ocupar un cargo administrativo, docente u operativo en un centro educativo las personas que hayan sido condenadas en sentencia firme y ejecutoriada por algún delito sexual o por actos de violencia intrafamiliar», enuncia el artículo 10.

Mientras que el 12 mantada a todo el personal empleado en las escuelas a denunciar cualquier anomalía o acto de violencia contra los infantes, en tanto el 13 ordena fijar un número telefónico gratuito para formular estas denuncias, que podrán realizarse de manera anónima.

Particular atención merece el apartado relacionado con la atención sicológica a las víctimas, la cual deberá ser garantizada por el Mineduc a partir de la integración de una unidad especializada que ayude a superar los efectos sicosociales de la violencia sexual, evitar la revictimización y que el menor abandone el aula.

«En los casos en que los causantes de la violencia sexual sea otro u otros niños o niñas, la atención se orientará a determinar las causas de tales conductas y a tomar las medidas necesarias para poder superarlas sin afectar su acceso a la educación», acota el artículo 15 de la iniciativa 5077.

-LEY NECESARIA

Para Juracán, la incidencia de las violaciones sexuales en colegios y escuelas de Guatemala no puede verse de manera aislada de la compleja realidad que enfrenta el sector educacional en todo el país, pero de manera particular en las zonas rurales.

«Durante una reunión efectuada con el ministro se analizó la situación de los técnicos especializados en telesecundaria y los malos manejos que sólo fortalecieron la corrupción en torno al proceso de calificación, selección y contratación de personal en el Mineduc», abundó.

A la vez adelantó que el Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco (Msicg) planifica presentar en un corto plazo varias acciones tendentes a eliminar los pilares que sustentan la discriminación en esa cartera de Gobierno en detrimento de la educación, la niñez, y los trabajadores.

La intención del Misicg es compartida por Juracán y los otros diputados de la Bancada de la Dignidad Convergencia, que desde el 14 de enero probaron su disposición a batallar por la aprobación de instrumentos legales que frenen abusos, reviertan la impunidad y fortalezcan el sistema de aplicación de justicia.

Con relación a la educación, la perspectiva es garantizar también la contratación regular y estable de los más de tres mil técnicos especializados de Telesecundaria, quienes atienen a cerca de 150 mil estudiantes a nivel nacional sobre todo en el área rural.

Esto debe marchar aparejado a la creación de condiciones propicias para la labor de los maestros, ampliar la cobertura de la educación y la calidad de la enseñanza, así como de su efectividad para el desarrollo de los estudiantes.

La inclusión de la ciudadanía, y sobre todo de los perjudicados con estos y otros problemas en la labor de búsqueda de soluciones, es una de las constantes que distinguen el desempeño de quienes como Juracán pretenden darle un giro al trabajo en el Congreso de la República en esta VIII Legislatura.

Esta corriente, en la que prevalecen Sandra Morán, Álvaro Velázquez, Walter Félix y Amílcar Pop, es para muchas personas una suerte de aurora que pese a chocar constantemente con los nubarrones de los malos hábitos arrastrados dentro del órgano parlamentario pudiera hacer progresar ciertos cambios en Guatemala.

*Corresponsal de Prensa Latina en Guatemala

Fuente: http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/resumen/203843/ley-5077-arma-contra-la-violencia-sexual-en-escuelas-guatemaltecas

Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/3b/20081123120727-violencia-de-genero.jpg

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Canadá: Columbia Británica introduce proyecto de ley para evitar acoso sexual dentro de las universidades

NM/Jueves, 28 de abril de 2016/Por: Redacción NM

Columbia Británica ha introducido una legislación que obliga a las universidades a tener políticas contra conductas sexuales inapropiadas a raíz de las acusaciones de que las normas implementadas en las escuelas no sobreviven a la violencia de los campus.

La provincia presentó un proyecto de ley el miércoles para obligar a las instituciones postsecundarias a escribir y mantener las políticas para prevenir y responder a la mala conducta sexual, incluyendo el asalto sexual, el acoso y elvoyeurismo.

La primera ministra Christy Clark dijo a la salida de la legislatura que lo que sucede con la violación y la violencia sexual es que los violadores se ven favorecidos por el silencio y la vergüenza de las víctimas.

“Las mujeres necesitan saber que siempre vamos a estar a salvo cuando informamos. Nunca debemos desalentarnos de hacer eso. Es especialmente importante para los jóvenes en el campus que están iniciando su vida fuera de la escuela secundaria y en el mundo de los adultos”, comentó Clark, según un reporte de Metro News.

La Ley de Política de mala conducta y violencia sexual entraría en vigor un año después de la aprobación real, dando a las instituciones un tiempo para establecer sus políticas. La ley también obligaría a las universidades a que desarrollen políticas con el aporte de los estudiantes y su correspondiente revisión al menos una vez cada tres años.

El proyecto de ley presentado por el gobierno de Clark amplía la definición de violencia sexual, incluyendo la distribución no consentida de contenidos sexuales explícitos a través de fotos, videos, así como amenazas relacionadas a la conducta sexual.

Clark dijo que espera que el número de incidentes reportados suba los primeros años después que la ley entre en vigor, debido a que más estudiantes estarán reportando las situaciones.

Fuente: http://nmnoticias.ca/166939/columbia-britanica-introduce-proyecto-ley-evitar-acoso-sexual-dentro-las-universidades/

Imagen: https://www.google.com/search?q=Canad%C3%A1:+Columbia+Brit%C3%A1nica+introduce+proyecto+de+ley+para+evitar+acoso+sexual+dentro+de+las+universidades&biw=1366&bih=623&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwjW6bDoybXMAhXKGB4KHTfiBvsQ_AUICCgC&dpr=1#tbm=isch&q=proyecto+de+ley+para+evitar+acoso+sexual+dentro+de+las+universidades&imgrc=HaXqb2HQDT-aJM%3A

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El tendedero de palabras contra la violencia sexual, el trabajo de Mónica Mayer en México

La artista y activista, referente del feminismo en México, habla sobre su exposición El tendedero, que se exhibe en el MUAC.

Animal Político/ Eréndira Aquino/ abril 24 2016

Mónica Mayer es la “artivista” –artista y activista– mexicana que, desde la década de los setenta, ha sido referente a nivel nacional e internacional del arte feminista. Su más reciente exposición, Si tiene dudas… pregunte, comienza con un grantendedero lleno de papeles rosas en los que mujeres comparten experiencias en torno a la violencia sexual que han vivido en espacios públicos de la Ciudad de México.

“El tendedero es una pieza que empezó en 1978, fue una de las primeras exposiciones de arte contemporáneo en el Museo de Arte Moderno. Le preguntamos a mujeres de distintas edades, clases sociales y rumbos de la ciudad qué detestaban de la ciudad”, explica Mónica.

“No era una pregunta ingenua, era para hablar del tema, porque muchas veces cuando preguntas ‘¿qué es lo que más detestas?’ contestan cosas como ‘nada, la basura’, pero cuando profundizas cuestionando ‘¿no te molesta cuando te manosean en el transporte o en la calle?’ ya dicen cosas como ‘¡Sí, eso es horrible!’ Así, se convierte en una cuestión activista, de concientización para quien participa y para quien lo lee después”, cuenta sobre la obra.

Mujeres narran cómo fue la primer situación de acoso que sufrieron

Después de haberse presentado en el Museo de Arte Moderno viajó a San Francisco, California, donde fue realizado una vez más y posteriormente “guardado”.

A partir de entonces, Mónica se dedicó a realizar performance y obras de técnicas como pintura, dibujo y medios mixtos, acerca de diferentes temas relacionados con la agenda política del feminismo en México, que van de la violencia sexual en espacios públicos a la legalización del aborto y los diferentes significados de la maternidad.

40 años después, ¿Un contexto distinto?

Según la encuestadora Parametría, siete de cada diez personas han visto que acosan a una mujer en la calle.

Asimismo, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) de 2015, indica que más de 979 mil personas han sufrido algún abuso y hostigamiento, estupro, violación o acoso sexual; de ellos, sólo el 91% de las víctimas acudió a denunciarlo.

Conforme los resultados obtenidos por Parametría, 14% de los encuestados dicen que las mujeres son culpables, por provocarlo, 67% respondieron que “es un problema de la sociedad” y sólo 16% consideran que es culpa de los hombres que las acosan.

“A mí me preocupaba mucho cómo presentar una obra de hace cuarenta años en un contexto en el que la situación esta igual, o no sé si peor, porque parece estar normalizada”, comenta Mónica acerca de El tendedero.

Y es que después de casi cuarenta años, la obra fue “revivida” en 2007; a partir de entonces, se presentó en cuatro ocasiones: en el MOCA (Museum Of Contemporary Art) de Los Ángeles, en la Universidad Iberoamericana, frente al Palacio de Bellas Artes y en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM.

Sin embargo, las preguntas que presenta actualmente “El tendedero” son diferentes, “porque el arte es 80% su contexto y 20% lo que se propone como artista”.

Las preguntas que actualmente se presentan en la obra son: ¿cuándo fue la primera vez que te acosaron?, ¿te han acosado en la escuela o la universidad?, ¿cuál es tu experiencia de acoso más reciente? y ¿qué has hecho o qué harías frente al acoso?

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Llamado a la acción

“La última pregunta se incorporó para llamar a la acción y no nada más quedarnos en la queja, porque en México tenemos un problema de pasividad aprendida ante el acoso. Tenemos una cultura de no responder, muchas veces por miedo, un miedo justificado”, agrega.

“Nosotras tenemos que cambiar nuestro comportamiento en términos de no quedarnos calladas, porque si te están acosando y nunca dices nada, tampoco se comprenderá que eso no es un comportamiento adecuado. Tenemos que cambiar nuestra presencia en el espacio público, que sea más segura y encontrar mecanismos sociales para estar mejor”, explica.

Actualmente, El tendedero, así como otras piezas se encuentran en la exposición Si tiene dudas… pregunte, dentro del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, ubicado en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2016/04/el-tendedero-de-palabras-contra-la-violencia-sexual-el-trabajo-de-monica-mayer/

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