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Desafío a la violencia contra mujeres de color y su invisibilidad: un imperativo marxista

Por: Lilia D. Monzo/Peter McLaren.

Nos estamos adentrando en una era en la que la avaricia desenfrenada, el racismo, el sexismo y otras formas de odio vuelven, una vez más, a ser proclamadas descaradamente y sin remordimientos. Este giro desde lo que en su día se asociara negativamente con el racismo y los intentos de evitar ser etiquetado como racista se ha hecho cada vez más evidente en EE. UU. a partir de 2014, cuando sorprendentemente no hubo castigo ni sanción a una serie de asesinatos de hombres de raza negra desarmados a manos de policías de raza blanca (Monzó y McLaren, 2014). En algunos de estos casos, los agentes de policía mostraron una auténtica falta de compasión por dichos hombres en los últimos instantes de sus vidas. La cobertura nacional de estos hechos dejó claro a potenciales detractores y predadores que el racismo aún prevalecía y estaba profundamente arraigado en la sociedad de EE. UU. La supremacía de la raza blanca y el veneno misógino que el esperanzado republicano estadounidense Donald Trump está vendiendo en su campaña presidencial de 2016 no se veía desde que la presidencia de Ronald Reagan calificara a millones de desempleados estadounidenses como potenciales estafadores del estado de bienestar y creara la idea de que el fraude al estado de bienestar era una epidemia nacional. La idea de la reina del bienestar, una perezosa mujer de raza negra que vive a costa del dinero de los honestos contribuyentes (de raza blanca), se originó en la base de la inconsciencia estructural de Estados Unidos (Litchman, 1982).

Con horribles acusaciones que tachan a todos los mexicanos que inmigran a EE. UU. de criminales y violadores y que se oponen a la entrada de musulmanes al país, Donald Trump ha construido una campaña alimentada por el miedo al «otro» y conseguido muchos seguidores. En la ciudad de Ferguson, Missouri, se desató el miedo y la angustia y se unieron por todo el país comunidades de aliados de raza blanca y de color para protestar contra este ataque racista hacia las personas de raza negra. Somos defensores de estos esfuerzos por apoyar a nuestros hermanos de raza negra, pero también queremos aludir a uno de los objetivos sistemáticamente invisibles de esta y otras formas de violencia.

Las mujeres y las niñas de color son también víctimas desproporcionadas de violencia: violencia de Estado, doméstica, sexual y simbólica. Este asalto racial y misógino contra las mujeres de color apenas ha recibido atención nacional o internacional (Crenshaw et al., 2015; Watson, 2014). Por ejemplo, mujeres y niñas de raza negratambién están siendo asesinadas a manos deagentes de policía de raza blanca que salen impunes. El caso de Aiyana Stanley-Jones, una niña de siete años que en 2010 recibió un disparo mortal en Detroit de un agente de policía de raza blanca que se encontraba realizando un asalto contra otro sospechoso, fue llevado a juicio dos veces en cuatro años y en ambas ocasiones el jurado no llegó a un acuerdo respecto al veredicto. El 2 de marzo de 2014 Gabriella Nevarez, de 22 años, murió a causa de un disparo de la policía que afirmaba que ella había provocado una persecución a gran velocidad y había intentado embestir su coche contra el vehículo policial. Testigos dicen que la chica perdió el control de su vehículo después de haber recibido el disparo. A Sandra Bland, de 28 años, que apareció en un vídeo clavada en el suelo y rodeada deagentes de policía, la llevaron a una celda en la prisión de Texas y la hallaron muerta tres días más tarde.

El 17 de junio de 2015 un hombre de raza blanca armado asesinó a 9 feligreses en una iglesia a la que suele acudir público de raza negra en Charleston. Aunque este incidente fue correctamente tachado de terrorismo contra la comunidad negra, apenas se mencionó que de las nueve víctimas, seis de ellas eran mujeres (Crenshaw et al., 2015). Los medios de comunicación tienden vincular los perfiles étnicos elaborados por la policía y la brutalidad policial contra comunidades de color a actos contra hombres de raza negra o piel oscura. Sin embargo, informes de detenciones policiales revelan una desproporción racial similar entre hombres y mujeres de raza negra. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York, de todas las detenciones policiales de hombres, el 55,7 % eran de raza negra (en comparación a un 10,9 de raza blanca), y de todas las detenciones policiales de mujeres, el 53,4 % eran de raza negra (respecto a un 13,4 de raza blanca) (Crenshaw et al., 2015)).

La brutalidad policial contra mujeres de color a menudo adopta la forma de un abuso físico y/o sexual. Tomemos los ejemplos de Marlene Pinnock, golpeada en la cara por un oficial de carreteras de California, Keyarika Diggles, a la que dieron una paliza en una comisaría de policía de Texas, y el vídeo de Dejerria Becton, una adolescente inmovilizada por un oficial de policía en una fiesta mientras lloraba llamando a su madre (Crenshaw et al., 2013). Mientras se podría percibir que las mujeres están siendo «incluidas» en esfuerzos antirracistas a favor de comunidades concretas, nuestra sociedad androcéntrica a menudo fracasa al reconocer las diferencias que afectan a las mujeres de prácticamente cualquier sector. Las soluciones para acabar con los perfiles étnicos elaborados por la policía y la violencia contra las mujeres de color requieren un enfoque diferente. Mientras el racismo puede inspirar temor hacia hombres de raza negra y piel oscura, lo que lleva a una respuesta por parte de agentes de policía de raza blanca a «disparar primero y hacer preguntas luego», el racismo contra las mujeres de color suscita la deshumanización y la objetivización sexual. Según un investigador, lasagresiones sexuales son un «gran problema» entre los agentes de policía. Informar y documentar el problema es difícil, pero aun así, hay informes que sugieren que el 9 % de todos los informes de policía no abordan adecuadamente el abuso sexual producido (Carpenter, 2014). Su invisibilidad societaria y presunta carencia de voz las convierte en principales objetivos de agresiones sexuales, abuso físico y otras formas de violencia.

Las mujeres inmigrantes, pobres y aquellas que no hablan inglés también son susceptibles de sufrir agresiones sexuales, acoso sexual y otras formas de violencia, ya que se las considera incapaces de manejarse dentro del sistema judicial. Las mujeres indocumentadas son especialmente vulnerables a las peticiones de sus jefes y agentes de inmigración, quienes solicitan favores sexualeso consiguen silenciar potenciales informes de violación bajo la amenaza de la deportación(Hing, 2008). El sentimiento en contra de los inmigrantes y el hipernacionalismo que llevamos viendo en EE. UU. desde el 11S tacha a los inmigrantes de «criminales» a pesar de que la migración hacia países industrializados es consecuencia de guerras, desplazamientos y pobreza a menudo causados por el capitalismo transnacional (Monzó, McLaren, y Rodriguez, en prensa). Este nacionalismo, generado por mensajes en contra de los inmigrantes en los medios de comunicación, apoya la degradación sistemática de los inmigrantes y justifica la violencia contra ellos bajo la idea de que se lo merecen.

Los últimos logros para la población GLBTQIA y el creciente apoyo a la comunidad transexual y con diversa identidad de género han traído consigo repercusiones significativas para las mujeres transexuales de color. Según un informe de 2013 elaborado por la Coalición Nacional de Programas Anti-Violencia (2014), el 72 % de las víctimas de homicidios de la población GLBTQIA eran mujeres transexuales y el 89 % de las víctimas de dichos homicidios era de color. En todos estos casos, los ataques infligidos a las mujeres transexuales fueron brutales: disparos, quemaduras o puñaladas. Según un análisis de Fusion (2015), en 2015 fueron asesinadas 21 mujeres transexuales, 17 de las cuales eran de raza negra o latina. Mientras el número de muertes de mujeres transexuales sigue aumentando desde el año pasado, aún no queda claro si este aumento se debe a la existencia de más delitos motivados por el odio o a un incremento de la consciencia y documentación (Kellaway y Brydum, 2016).Además, estos son solo los datos de mujeres transexuales asesinadas. Hay otras que fueron atacadas y sobrevivieron. Es difícil saber el número, ya que cabe la posibilidad de que ahora se las identifique con un género distinto. La lista de víctimas incluye a Elisha Walker, de veinte años, golpeada hasta la muerte en Detroit, Michigan; Mercedes Williamson, de diecisiete años, apuñalada y cuyo cuerpo se encontró quemado en los terrenos de detrás de la casa del padre de su asesino en el Condado de George, Mississippi; o Ashton O’Hara, golpeada hasta la muerte en Detroit, Michigan; o Tamara Domínguez, asesinada por un conductor que la golpeó en repetidas ocasiones con su coche (Kellaway y Brydum, 2016).

La violencia contra las mujeres musulmanas también está en auge. Aunque esto ha sido así desde el 11S, la situación ha empeorado durante el año pasado. En París se registraron treinta y ocho ataques por odio después de los ataques del 2015 y dieciocho tras el tiroteo de San Bernardino, California (Siemaszko, 2015). Estos incidentes llevados a cabo por extremistas son injustamente atribuidos a todos los musulmanes. Aunque estos actos criminales no pueden ni deben ser justificados, la mejor manera de evitarlos en el futuro es buscar sus causas: el imperialismo de Estados Unidos y su deseo de garantizar los intereses corporativos en Oriente Medio (McLaren, 2015). En occidente, nuestras respuestas al sufrimiento nacional han sido buscar un chivo expiatorio en lugar de responsabilizarnos del rencor mundial contra occidente. No hemos hecho balance público sobre nuestra culpa en el desarrollo de grupos extremistas como el ISIS. Las mujeres musulmanas que llevan velo son los principales objetivos. Ejemplos de estos crímenes de odio contra las mujeres musulmanas incluyen a una mujer que fue empujada frente a un tren subterráneo en Londres, una niña de sexto grado que fue golpeada por unos chicos que intentaban quitarle el velo mientras la llamaban ISIS en un colegio de Nueva York. Además, han aparecido numerosos titulares de prensa en los que se habla de mujeres musulmanas que llevan el velo seguidos de sospechas de que podrían ser «nuevos terroristas» (Tinsley, 2015).

Otra horripilante forma de violencia de género es la trata de blancas (Abogados por los Derechos Humanos, 2016). La trata, especialmente con fines sexuales, es un próspero negocio en todo el mundo.A pesar de que la existencia de las tratas es difícil de demostrar debido a la naturaleza oculta de esta monstruosidad, un informe de 2012 estimaba que 20,9 millones de personas y 15,8 millones de mujeres fueron víctimas en todo el mundo. Aunque este tráfico también afecta a los hombres, la inmensa mayoría de las víctimas son mujeres y niñas que tienen que hacer frente a una pobreza desproporcionada y a una discriminación que a su vez afecta negativamente a empleos deplorables y falta de oportunidades educativas. Aunque los datos demográficos son escasos, la mayoría de las mujeres y niñas que llegan a Estados Unidos provienen de países en vías de desarrollo, principalmente de Latinoamérica, ex miembros de la Unión Soviética y países del sudeste asiático (Milo y Park, 2002). Los traficantes escogen a sus víctimas: mujeres jóvenes y pobres, especialmente vulnerables por sus necesidades económicas. Normalmente lesocultan la verdadera naturaleza del trabajo para el que son contratadas y luego les obligan contra su voluntad a realizar trabajos sexuales. En otras ocasiones, atraen a las mujeres con falsas promesas de trabajo. Las tácticas utilizadas para retener y controlar a las mujeres en la industria sexual incluyen la esclavitud, el aislamiento, el control económico, la violencia física y amenazas, abusos y violaciones (Abogados por los Derechos Humanos, 2016).

Aunque la violencia de género es un problema latente en todo el mundo y alcanza proporciones epidémicas que sobrepasan ampliamente desastres que aparecen en los medios, solo algunos casos reciben atención nacional. De hecho, una de cada tres mujeres es acosada física o sexualmente al menos una vez en la vida por hombres que dicen «amarlas» (División de las Naciones Unidas para el Adelanto de las Mujeres, 2008). Es sorprendente que, con estos datos, extraídos de informes propios, parece probable que se subestimen, obstaculizados por el estigma social, el ostracismo, más violencia e incluso la persecución legal que sufren a menudo las mujeres que se atreven a denunciar su situación.

La visibilidad social está siempre relacionada con las condiciones sociales y materiales que crean su posibilidad. Es decir, lo que somos capaces de ver o escogemos está relacionado con las ideologías, valores y creencias producidas dentro de un modo de producción dado. La violencia que afecta a las mujeres de color en todo el mundo es una realidad vergonzosa aparentemente aceptable, dado que rara vez escuchamos algo acerca de la naturaleza sistemática de sus formas específicas de opresión. De hecho, defensores de la justicia social rara vez reconocen que cualquier forma de violencia adquiere características particulares cuando se trata de mujeres de color debido a que viven una existencia de género y racial, que produce distintas maneras en que las personas se relacionan con ellos. Dado que nuestro mundo capitalista se ha construido a imagen del hombre occidental y en su beneficio, estamos condicionados a ver el mundo a través de una lente androcéntrica occidental. Como tal, a menos que especifiquemos un grupo subyugado, organizamos el mundo por defecto con los hombres como protagonistas y estructuramos las condiciones sociales, económicas y políticas de modo que les beneficien.

Si la violencia explícita y sin escrúpulos contra las mujeres de color tratada anteriormente es tan penetrante que rara vez se inflama nuestra conciencia colectiva, entonces las formas cotidianas más sutiles de violencia simbólica no las detectan ni extraños ni, a menudo, las propias mujeres de color. Una forma particularmente invisible de la violencia simbólica es la exclusión de las mujeres de color y sus conocimientos particulares en los espacios de poder, espacios donde se toman las decisiones importantes, redes de trabajo, donde se desarrollan los avances y la tecnología (Monzó y SooHoo, 2014). Esto ocurre, por supuesto, en todas las razas, géneros y clases. Sin embargo, no hay duda de que se presenta con mayor frecuencia entre las mujeres de color, en particular en mujeres de raza negra y latinas, cuyas ideas (que proceden de un lugar de mayor marginación) a menudo son percibidas como demasiado diferentes, tal vez incluso amenazadoras, para las prácticas normales e ideológicas. Aunque aparentemente estas formas más comunes de violencia no son tan dañinas como las mencionadas anteriormente, son endémicas en la percepción subconsciente de que las mujeres de color tienen menos conocimientos intelectualmente dignos o que los que tienen son de menor valor (Monzó, 2015). La exclusión de las mujeres de color de los contextos de poder y el silenciarlas para que no puedan explicar al mundo sus puntos de vista, elimina la posibilidad de que surjan nuevas ideas: ideas enraizadas en las experiencias particulares de opresión, incluidas ideas sobre la forma y los procesos mediante los cuales la opresión que experimentan toma forma, lo que ayudaría el diseño de políticas, leyes, programas y otras estrategias que pudieran reducir significativamente la violencia que sufren (Monzo, 2014).

Por supuesto no podemos adoptar solamente métodos reaccionarios para acabar con la violencia contra las mujeres de color. Existe la necesidad de establecer estrategias proactivas que impliquen el conocimiento consciente y la inclusión de todas las mujeres y personas de color y de todos aquellos que actualmente viven bajo los dictados de la clase dominante. Emprendemos una ofensiva que simultáneamente va en contra de las estructuras capitalistas, el racismo, el sexismo, la normativa heterosexual y de género y otras formas de opresión, pero con un conocimiento consciente de que estas tienen especificidad dentro del modelo de producción capitalista (McLaren, 2015). Esto no significa que estas formas de opresión terminen automáticamente como resultado de una revolución social, sino que son imposibles de erradicar dentro de la estructura capitalista existente porque el capitalismo depende de ellas para sostener su sistema de explotación. Por supuesto esto significa también que tenemos que deteriorar las estructuras que posibilitan que el capitalismo continúe, estructuras que mantienen las prácticas racistas que se construyen sobre la opresión de las mujeres, incluida la familia: una institución que sirve para controlar a las mujeres y que al hacerlo se perpetúa también en la siguiente generación de la buena clase trabajadora racista y sexista.

Esto es un reclamo para ampliar nuestros objetivos (al otorgar puntos deventaja a las mujeres de color), no para remplazarlos. No estamos de acuerdo con la noción postmoderna en la que no se puede trabajar con otros hombres y mujeres para acabar con nuestra opresión porque las mujeres de color se enfrentan a formas de opresión. De hecho, nuestro argumento es todo lo contrario: ampliar nuestros objetivos requiere la inclusión de todas las voces hacia el objetivo común de erradicar todas las formas de opresión.

Una comprensión histórica sobre cómo esas estructuras funcionan de manera coordinada desde el capitalismo para oprimir a las mujeres de color y a otros grupos específicos nos lleva a la conclusión de que debemos comenzar a llamar a nuestra opresión y nuestra visión a favor del cambio social. Las nociones generales sobre justicia social no solo esconden la especificidad de la experiencia entre los oprimidos y, por tanto, nos convierte en sospechosos y resentidos los unos con los otros, también esconden lo que representamos. Cada vez más el término de justicia social ha sido incorporado para reflejar una visión de izquierda liberal que busca simplemente mejorar las condiciones de los oprimidos para que puedan tener más oportunidades y una mejor calidad de vida. Sin embargo, esta noción de justicia social se resiste a reconocer que el capitalismo no puede ser reformado para evitar la explotación y para promover la igualdad de oportunidades (Marx, 1906/2011).Los que luchan por este enfoque mantienen la visión de que algunos seres humanos están más motivados que otros y merecen tener más (cosas) en la vida. Todavía se suscriben a la narrativa capitalista de la meritocracia. Hay que reconocer que esta narrativa se basa en mentiras: la mentira de que el objetivo de la acumulación del capitalismo puede ser reducido y que el capitalismo «reformado» servirá a los intereses de la clase trabajadora, la mentira de que los salarios a cambio de trabajo son un intercambio equitativo en lugar de una sistema de explotación en el que los trabajadores se convierten en propiedad (capital) de los capitalistas y la mentira de que, aunque el capitalismo no es perfecto, es el mejor sistema que puede existir y que una alternativa al capitalismo donde no existan las clases y en pos de una mayor libertad e igualdad no es posible. Como pedagogos críticos marxistas revolucionarios denunciamos de manera inequívoca estas mentiras (Allman, 1999; McLaren, 2015, 2006).

Paulo Freire (1970, 1994), uno de los filósofos fundadores de la pedagogía crítica, estaba comprometido con la idea del amor no como una emoción encerrada en el corazón de un individuo, sino como una relación social que evidencia un verdadero valor para el «otro», el reconocimiento del valor de la diferencia que trae el «otro». Freire argumentaba que este amor era fundamental para la praxis dialógica que conduciría a la comprensión de la palabra y el mundo y para el impulso y la acción necesarios para la transformación. Un amor que intenta cambiar al «otro» a su imagen no es más que una expresión de amor propio. El verdadero amor exige no solo que reconozcamos el posicionamiento social y económico del «otro» y cómo se relaciona con nuestro propio posicionamiento y con la estructura de la dominación en el mundo, sino hacer todo ello desde nuestro poder para transformar esas relaciones de dominación. El amor, sostenía Freire, es necesario para que la esperanza florezca. Sin amor por el «otro», por la humanidad y el mundo no podemos reunir la esperanza necesaria para arriesgar nuestros corazones y nuestras vidas para transformar el mundo (McLaren, 1999).Para amar, debemos ser capaces de ver realmente al «otro»como un ser humano completo, magnífico en su existencia en el mundo, que merece ser oído y digno de confianza para comprometer su capacidad y potencial humano, igualmente valioso, siempre inacabado, pero imbuido de una responsabilidad y un potencial únicos para marcar el curso de la historia. Este amor revolucionario es necesario para poner fin a la violencia de hoy contra las mujeres de color y todos los demás grupos sociales y en contra de la estructura capitalista que produce esta violencia. Con amor y esperanza vamos a empezar a trabajar juntos hacia un mundo mejor a través de las diferencias sociales que se han creado para mantenernos divididos al servicio de la forma de producción capitalista. Como pedagogos críticos revolucionarios, estamos a favor de un mundo libre de clases y organizados en torno a la libertad de asociación laboral en el que todos los organismos vivos son reconocidos como interdependientes y en el que cada uno de nosotros es socialmente responsable para el otro, una sociedad en la que las mujeres de color, las mujeres de raza blanca y todos los hombres independientemente de su orientación sexual, identidad de género, u otro marcador de diferencia puedan valorarse mutuamente y vivir juntos, y amar verdaderamente a los demás lo suficiente para hacer de nuestra historia una de igualdad, libertad y solidaridad.

 

Bibliografía:

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Crenshaw, K.W. & Ritchie, A.J. with Anspach, R., Gilmer,R. & Harris, L. (2015). Say her name: Resisting police brutality against Black women. New York: African American Policy Forum, Center for Intersectionality and Social Policy Studies.

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Lilia D. Monzo (Cuba)
Doctora en Educación por la Southern California, USA.
Docente asistente en la Chapman University, USA.
monzo@chapman.edu

Peter McLaren (Canadá)
Doctor en Educación por la Universidad de Toronto, Canadá.
Docente en la Champan University, USA.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/desafio-a-la-violencia-contra-mujeres-de-color-y-su-invisibilidad-un-imperativo-marxista/

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Violencia de Género. 1 de cada 10 niñas en el mundo ha sufrido violencia sexual

Por: Plan Internacional

Según la ONG Plan International. Alrededor de 150 millones de niñas en todo el mundo (es decir, una de cada 10) han sufrido violaciones o algún tipo de violencia sexual y la mitad de las agresiones de este tipo las sufren las menores de 16 años, según denunció este jueves la ONG especializada en infancia Plan International con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este viernes.
Esta organización recordó que las niñas sufren en mayor medida formas de discriminación y violencia de género como el matrimonio infantil (que afecta a 15 millones de menores cada año), la mutilación genital femenina (con 200 millones de niñas y mujeres víctimas) y los embarazos adolescentes (que suponen la principal causa de muerte entre las menores de 19 años).
“La violencia de género es una pandemia que viola los derechos de las niñas en todo el mundo. Plan International solicita el compromiso de los gobiernos para poner en marcha las partidas y acciones necesarias para cumplir las promesas realizadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que marcan como meta eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en el ámbito público y privado para 2030”, explicó Concha López, directora general de Plan International en España.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida, si bien algunos estudios nacionales indican que hasta el 70% de las mujeres son víctimas de actitudes violentas por parte de un compañero sentimental en algún momento de su vida.
Por otro lado, Plan International subrayó que la violencia de género en las escuelas es una violación de los derechos humanos y del derecho a la educación, y limita la participación y el acceso de las niñas a una educación segura y de calidad, además de incrementar las tasas de abandono y fracaso escolar.
Según el estudio ‘Escuchad nuestras voces’, elaborado por esta ONG en 2014 con entrevistas a niños y niñas de 11 países (Bangladesh, Pakistán, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Egipto, Uganda, Zimbabue, Benín, Camerún y Liberia), un 28% de las menores nunca se siente segura en el camino al colegio y una de cada cuatro jamás se siente cómoda usando los aseos de las escuelas.

Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/VIOLENCIA-GENERO-NINAS-SUFRIDO-SEXUAL_0_1693031221.html

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China urge en ONU combatir violencia sexual en conflictos

Asia/China/28 de octubre de 2016/
Wu Haitao, representante adjunto de China en la Organización de Naciones Unidas (ONU), urgió a la comunidad internacional a unirse contra la violencia sexual en los conflictos y pidió proteger los derechos legítimos de las mujeres, divulga hoy el Gobierno.

De acuerdo con la prensa oficial, Wu hizo el llamado durante un debate del Consejo de la Seguridad sobre mujeres, paz y seguridad.

El representante chino reflexionó sobre la necesidad de que la comunidad internacional combata las atroces acciones de las fuerzas extremistas y terroristas que violan los derechos de las féminas y en ese sentido instó a la lucha mancomunada contra ese flagelo.

El enviado resaltó la urgencia de promover la solución política de los conflictos regionales para crear un entorno favorable a la protección de los derechos de las mujeres.

Del mismo modo Wu pidió a todas las naciones ayudar a los países que atraviesan por la reconstrucción posterior a un conflicto para apoyarlos en la promoción del desarrollo económico y social y para proteger mejor los derechos e intereses de las mujeres.

Enfatizó que este Gobierno está dispuesto a trabajar con el resto de la comunidad internacional para seguir impulsando la implementación de los objetivos relacionados con mujeres, paz y seguridad y a realizar perennes esfuerzos para obtener mayores avances en la causa a favor de ese grupo poblacional.

Tomado de: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=36805&SEO=china-urge-en-onu-combatir-violencia-sexual-en-conflictos

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Argentina. Paro Nacional de mujeres, trans, travestis y lesbianas

América del Sur/Argentina/Kaos en la red

Tras la violación y asesinato de la joven Lucía Pérez, perpertrados recientemente en Mar del Plata, diversas organizaciones convocan a un paro nacional, el próximo 19 de octubre de 13 a 14 horas en los trabajos. A las 17 habrá una movilización desde el Obelisco a Plaza de Mayo y las organizadoras llaman a “en lo posible ir vestidas de negro”. “Lucía tenía 16 años, cursaba el quinto año en la Escuela Media N° 3 de Juan B. Justo al 600, le gustaban los animales y tenía sensibilidad para el arte”, relató su madre en una entrevista. #nosotrasparamos #niunamenos #vivasnosqueremos

Agencia Para la Libertad, periodismo es intervención social
El 19 de Octubre #NosotrasParamos contra la violencia femicida y contra la precarización de nuestras vidas
Paro de mujeres dijimos desde #NiUnaMenos con la rabia por el femicidio de Lucía en Mar del Plata. Y en el mismo día, el odio de una madre mata a su hija lesbiana, y al día siguiente, dos adolescentes son acuchilladas en La Boca. Con los cuerpos todavía movilizados por el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario y con la bronca de la represión que sufrimos latente, la idea empezó a salir de las redes para convertirse en una asamblea que alojó la sede de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Fuimos cientos de mujeres organizadas -casi 50 organizaciones y sindicatos representados- y muchísimas más no encuadradas en ninguna agrupación pero con la misma voluntad de organizarse para decir otra vez: ¡Basta! Y juntas decidimos parar: las que tienen un empleo formal y las que no, las cooperativistas, las precarizadas, las que trabajan en tareas de cuidado y no reciben salario, las desocupadas, las estudiantes, las artesanas, las artistas, todas.
Esta vez, el cese de actividades será por una hora, entre las 13 y las 14. Y ahí donde estemos saldremos a la calle, a la puerta de nuestros lugares de trabajo rentados o no
para hacernos visibles.
Porque detrás del aumento y la saña de la violencia femicida también hay una trama económica, la falta de autonomía de las mujeres nos deja más desprotegidas a la hora de decir no y nos convierte en blancos móviles de las redes de trata o cuerpos “baratos” para el tráfico de drogas y la venta al menudeo.
Porque si el desempleo promedio en Argentina es del 9,3 por ciento, para las mujeres es del 10,5
Porque el 76% del trabajo doméstico no remunerado lo hacen las mujeres.
Porque las tareas de cuidado que asumimos nos exponen a mayor precarización laboral.
Porque en los trabajos precarizados la brecha salarial aumenta del 30 al 40 por ciento con respecto a los varones.
Porque el 20% de las mujeres que reciben salario a cambio de su trabajo se desempeñan en tareas domésticas -después seremos mayoritariamente maestras y enfermeras, todos trabajos fundamentales pero desjerarquizados.
Porque cuando tenemos hijos o hijas tenemos que cuidarlos nosotras y la tasa de actividad baja del 54 al 39%.
Porque las licencias por maternidad son cortas y prácticamente no hay guarderías en ningún lugar de trabajo, ni estatal, ni privado.
Por todo esto, el 19/10 #NosotrasParamos, para decir otra vez #NIUnaMenos y que #VivasNosQueremos
13-14hs cese de actividades en los trabajos, ruidazo, cuelgue de banderas y salida a la puerta de los lugares de trabajo y/o estudio.
17 hs. Corte en 9 de julio con movilización desde el Obelisco a Plaza de Mayo
Invitamos a todas a sumarse y a vestirse de negro para hacer visibles nuestros reclamos en las casas, en las plazas, en las oficinas, en las fábricas, en las calles, en las cooperativas, en todos lados #NosotrasParamos #NiUnaMenos #VivasNosQueremos
Comisión de prensa Nosotras Paramos

Fuente: http://kaosenlared.net/argentina-paro-nacional-de-mujeres-trans-travestis-y-lesbianas/

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ONU aboga por la igualdad de género en las universidades

22 de septiembre de 2016/Fuente: ONU

Las responsables de la UNESCO y de ONU Mujeres, junto con representantes de universidades y empresas, abogaron hoy por una mayor presencia femenina en los centros de enseñanza superior en todo el mundo, así como en puestos de decisión, tanto en el ámbito académico como administrativo.

Durante la presentación de un informe sobre este asunto y en el marco de la campaña “HeforShe”, lanzada hace dos años, la actriz Emma Watson, embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, aludió a la influencia que la experiencia universitaria puede tener en la vida adulta de numerosas personas.

Para muchas mujeres en el mundo, sin embargo, el acceso a la universidad está limitado o incluso lejos de su alcance y en ocasiones quienes acuden a ellas pueden ser víctimas de violencia sexual.

“Esa experiencia universitaria debe dejar claro que la seguridad de las mujeres, de las minorías y de cualquiera que pueda ser vulnerable es un derecho, no un privilegio. Un derecho que será respetado por una comunidad que cree y apoya a los sobrevivientes”, declaró la actriz británica.

En esta iniciativa, lanzada el año pasado y que promueve la igualdad de género, participan diez jefes de Estado, diez consejeros delegados de grandes empresas y una decena de universidades. El compromiso es avanzar en la equiparación de género en el terreno administrativo y académico y en erradicar la violencia sexista en los campus.

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, aludió por su parte a los cambios positivos que los Objetivos de Desarrollo Sostenible deben generar para las mujeres y las niñas durante los próximos quince años y subrayó la colaboración que debe darse entre las Naciones Unidas, el sector privado y el mundo académico para lograrse esas metas.

Fuente: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=35851#.V-KwR4jhDIU

Imagen: static.un.org/News/dh/photos/large/2016/September/20-09-16heforshe.jpg

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Las palabras erradas

Por. Carolina Vásquez Araya

En días recientes, el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, pronunció una frase desafortunada: “Las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas, pero no es que hayan abusado de ellas, muchas veces las mujeres se ponen como en un escaparate, provocando”. Poco después, durante una visita a un hogar para madres víctimas de violencia y abandono, pidió perdón a las allí presentes afirmando que nunca había sido su intención ofender a la mujer; todo lo contrario, contaban con todo su apoyo y simpatía.

Sin embargo, este faux pas del Arzobispo limeño no pasó inadvertido a los medios de prensa, a algunos funcionarios de gobierno y tampoco a las organizaciones de mujeres -quienes recientemente se habían manifestado contra la violencia sexual- dado que el prelado es conocido por su postura conservadora, abiertamente contraria a la diversidad sexual y, por razones obvias, al aborto.

“Cipriani hace apología de la violencia en un país de violadores” publicó en Twitter la joven congresista Indira Huilca, socióloga y reconocida activista por la igualdad de género. No obstante, es importante señalar que el desliz del cardenal no es único ni es el más ofensivo. Desde muchos foros –religiosos, institucionales, sociales y empresariales- se reproduce con excesiva facilidad el estereotipo sexista cuyo objetivo es minimizar la gravedad del delito de violación para insertarlo entre los “usos y costumbres” de sociedades patriarcales, cuya estabilidad consideran preciso preservar para beneficio de un sector poseedor del control casi absoluto.

Estos conceptos, reconocibles por lo abundantes en el diario vivir, son reproducidos por hombres y mujeres por igual, consolidándose en el imaginario social y formando parte de los valores aceptados por todos. De acuerdo con ellos, las mujeres deben ser obligadas a resguardar su integridad no exponiéndose a la agresión, en lugar de reprimir y castigar a los agresores. Esto revela una conducta social proclive a aceptar la agresión sexual desde la masculinidad como un derecho adquirido por naturaleza y no como una desviación de la conducta.

En Guatemala, la situación no es diferente. Si la congresista peruana afirma que Perú es un país de violadores, ha de saber que también lo son los demás países del continente, como los europeos y asiáticos. En fin, en donde se quiera voltear la mirada hay naciones en donde reina un machismo crudo y violento en donde la mujer se encuentra en desventaja, y en donde para hacer respetar sus derechos ha de enfrentar un fuerte muro de compadrazgo e impunidad. Las estadísticas de violencia intrafamiliar, maternidad forzada, violaciones y feminicidios cada día son más reveladoras de esta realidad.

En fecha reciente, el Centro de Epidemiología del Ministerio de Salud de Guatemala realizó un estudio con metodología similar a la utilizada para una epidemia como el zika o los indicadores de nutrición. El resultado -aún incompleto por ser una tarea de largo aliento- arroja resultados aterradores: “es un mal que se extiende indiscriminadamente y de forma intensa”, afirman. Y sin duda el interés de las instituciones por identificar los alcances de la violencia sexual podría marcar una enorme diferencia en el enfoque de este drama humano.
Guatemala posee aún un sistema colonialista en grandes extensiones de su territorio, en donde destaca la absoluta ausencia de Estado con las graves consecuencias implícitas por esta deficiencia, en los temas de salud, justicia, seguridad y respeto de los derechos humanos. Es tiempo de reparar esos vacíos.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Las-palabras-erradas-20160808-0006.html

Imagen:

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Las dramáticas cifras de la violencia en Afganistán

Afganistán/26 de julio de 2016/Fuente: bbc

«Tengo 10 años. Cuando jugaba en las calles de mi pueblo, algo explotó».

«Sentí un fuerte ruido y una onda viniendo hacia mí, como el viento».

Este es el testimonio es de un niño que sobrevivió a una explosión el 27 de mayo en Pul-i-Khumri, en la provincia afgana de Baghlan.

«Me impactó la metralla y caí al suelo».

«No me acuerdo de qué pasó después».

En la explosión murieron cuatro niños y otro resultó herido.

Niños afganosImage copyrightREUTERS
Image captionEn Afganistán 388 niños murieron en los primeros seis meses del año.

En lo que va de año, 388 niñoshan muerto en Afganistán y 1.121 han resultado heridos.

La cifra total de víctimas infantiles, entre muertos y heridos, es de 1.509.

Una minibomba en el suelo cerca de la ciudad de Herat, en AfganistánImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionLos niños caen víctimas con frecuencia de aparatos explosivos que no han estallado y fueron abandonados cerca de sus casas.

La Organización de Naciones Unidas, que recopila periódicamente datos de las víctimas civiles en Afganistán, calificó las cifras de «alarmantes y vergonzosas».

Estas son algunos de los datos que recoge el informe de mitad de año de la Misión de Asistencia de la ONU en el país asiático:

  • 1.601 civiles murieron entre enero y junio de este año, de los cuales 388 fueron niños y 130 mujeres
  • 3.565 civiles resultaron heridos en el mismo periodo, incluyendo 1.121 niños y 377 mujeres
  • 157.987 afganos han sido desplazados desde el inicio de 2016, un 10% más que en el mismo periodo del año pasado
  • Se estima que en la actualidad hay 1,2 millones de afganos desplazados por la violencia
  • Al menos 63.934 personas murieron o resultaron heridas por la violencia en Afganistán desde que Naciones Unidas empezó a contar, en enero de 2009

Violencia sexual y ataques a escuelas

El informe recoge también episodios de violencia sexual contra niños.

Naciones Unidas tuvo conocimiento de al menos dos incidentes, aunque cree que por las consideraciones culturales y el estigma que rodea a las víctimas, los casos reportados son muchos menos que los reales.

Mujeres afganas en PakistánImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionMillones de afganos han abandonado el país mientras que unos 1,2 millones son desplazados internos.

En uno de los incidentes, uno de los comandantes de la policía local secuestró a un niño de 16 años cuando estaba en su casa y se lo llevó durante tres días, durante los que lo violó varias veces.

Naciones Unidas también confirmó que una unidad de la policía utilizó a un niño como guardaespaldas y para explotarlo sexualmente en la provincia de Baghlan.

Niño afganoImage copyrightAP
Image captionAlgunos niños son explotados sexualmente en el contexto del conflicto. Este niño trabaja limpiando zapatos en Kabul.

El informe menciona el «bacha bazi», una práctica de algunos comandantes y otros hombres poderosos asociada con la explotación sexual y el abuso de niños pequeños.

Aunque en descenso con respecto al mismo periodo del año anterior, durante los primeros seis meses de este año se documentaron 46 incidentes relacionados con la educación, la mayoría casos de intimidación y amenazas.

«Elementos antigubernamentales cerraron todas las escuelas del distrito. No quieren que las niñas vayan a la escuela», explicó el director de un colegio de niñas en el distrito de Zurmat, según recoge el informe.

«Todas estas niñas serán analfabetas durante toda la vida, a pesar de que lo que quieren es ser médicos, enfermeras, ingenieras y profesoras».

«Sufrirán toda la vida».

Reclutamiento de niños

Naciones Unidas recibió también denuncias de reclutamiento de niños por parte de elementos antigubernamentales y fuerzas de seguridad afganas.

Se registraron 15 incidentes de reclutamiento y el uso de 34 niños en el conflicto.

De ellos, 26 fueron utilizados por el Talibán, cuatro por otras fuerzas que luchan contra el gobierno y cuatro por parte de la policía local afgana.

Al menos tres niños fueron usados como atacantes suicidas, incluido un niño de nueve años, quien sufría supuestamente un trastorno mental y murió cuando su cinturón explosivo explotó prematuramente el 30 de marzo en la provincia de Kandahar.

¿Quién es responsable?

«Elementos antigubernamentales», es decir, los grupos militantes rivales de los Talibán y del autodenominado Estado Islámico, son responsables del 60% de las víctimas en Afganistán.

RefugiadosImage copyrightAFP
Image captionMuchos afganos han huido de la violencia y se encuentran en Pakistán.

Pero en lo que va de año, 1.189 bajas son «atribuibles a fuerzas progubernamentales», un aumento del 47% con respecto al mismo periodo del año pasado.

Las víctimas sucumben en ataques terrestres, ataques suicidas o son alcanzadas por dispositivos explosivos improvisados.

«Todas estas niñas serán analfabetas, a pesar de que lo que quieren es ser médicos, enfermeras, ingenieras y profesoras»

Director de una escuela en Zurmat

Los niños se ven desproporcionadamente afectados por restos de artefactos explosivos de la guerra mientras juegan.

Ese fue el caso de los hijos de un hombre cuyo testimonio recoge el informe de Naciones Unidas.

«Había salido a comprar cosas para mis hijos. Cuando llegué a casa, vi a mucha gente reunida», explicó este hombre.

Niños en AfganistánImage copyrightEPA
Image captionEl número de víctimas civiles en Afganistán aumenta cada año.

«Entré y vi a los niños sobre la cama y gente llorando».

Dos niños murieron y otro resultó herido cuando jugaban con artillería sin explotar en una zona de enfrentamientos entre la policía afgana y fuerzas antigubernamentales en la provincia de Zabul el 6 de mayo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, dijo que debe ponerse fin «a la impunidad reinante de la que que disfrutan los responsables de las víctimas civiles, sin importar quiénes sean».

«La historia juzgará»

Desde que empezó la retirada de las tropas internacionales de Afganistán en 2011 y el final oficial de la misión de la OTAN en diciembre de 2014, el número de víctimas civiles en Afganistán aumenta cada año.

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«La historia y la memoria colectiva del pueblo afgano juzgará a los líderes de todas las partes de este conflicto por su conducta verdadera»

Tadamichi Yamamoto, representante especial de Naciones Unidas para Afganistán

Tadamichi Yamamoto, representante especial de Naciones Unidas para Afganistán, dijo que cada víctima representa «una ausencia de compromiso» y debería provocar «pasos concretos» para reducir el sufrimiento de los afganos.

Niños afganosImage copyrightREUTERS
Image captionLa ONU pidió el fin «a la impunidad reinante» en Afganistán.

«La historia y la memoria colectiva del pueblo afgano juzgará a los líderes de todas las partes de este conflicto por su conducta verdadera», afirmó Yamamoto.

El informe también documenta otras violaciones de derechos humanos y abusos, incluidos secuestros y ejecuciones sumarias.

Defensores de derechos humanos, periodistas, abogados y jueces también han sido objeto de ataques.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-36882220

Imagen: http://ichef-1.bbci.co.uk/news/660/cpsprodpb/DBA6/production/_90503265_gettyimages-522443048.jpg

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