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ACNUR advierte del hacinamiento y falta de fondos ante la agudización de la crisis de desplazamiento en Sudán del Sur

África/Sudan del Sur/ 13 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

Con miles de refugiados huyendo de Sudán del Sur, los países vecinos están sufriendo la presión derivada del elevado número de personas desplazadas y de la grave falta de financiación necesaria para atenderlas. La región acoge ya a 930.000 refugiados y su número aumenta cada día. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está muy preocupada porque a pesar de que la población refugiada crece, los fondos para cubrir sus necesidades básicas se están agotando.

El estallido de la violencia en Yuba en julio parece haber inclinado la balanza contra una inminente solución política del conflicto en Sudán del Sur. Hay numerosos informes de enfrentamientos armados esporádicos, violaciones de derechos humanos, incluyendo violencia sexual y de género por parte de grupos armados, y sobre el empeoramiento de la inseguridad alimentaria, lo que inflige un inmenso sufrimiento. Las condiciones de seguridad son impredecibles, debido a los informes de la reanudación de los combates en los estados de Ecuatoria Central y Occidental, Bahr el Ghazal Occidental, Alto Nilo y partes de Unity.

Lo que agrava aún más la situación es el deterioro de la economía, que ha sufrido un aumento de la inflación sin precedentes, del 600 por ciento en el último año. Esta es la situación cuando se acerca el aniversario del acuerdo de paz, firmado en agosto de 2015. En áreas consideradas previamente estables, como Gran Ecuatoria y Gran Bahr-el-Ghazal, unas 200.000 personas se han visto obligadas a huir de la violencia.

Uganda y Sudán han recibido 110.000 y 100.000 recién llegados respectivamente en 2016, sumando conjuntamente más del 90 por ciento de las llegadas contabilizadas en la región durante este año. La mayoría de los que huyeron a Sudán llegaron en los primeros seis meses del año debido a los combates en áreas previamente estables en el estado de Bahr el Ghazal Occidental, así como al deterioro de la seguridad alimentaria. Además de los números de refugiados, hay 1,61 millones de personas desplazadas dentro de Sudán del Sur.

En el caso de Uganda, tres cuartas partes de los refugiados llegaron tras el estallido del conflicto en julio, alcanzando picos de más de 8.000 personas en un día. Los testimonios de los recién llegados, de los cuales el 90 por ciento corresponden a mujeres y niños sobre todo de Yuba y otras partes de Ecuatoria Central, señalan un colapso del orden público en las zonas de las que son originarios. Los refugiados describen una violencia incontrolada, que incluye asesinatos, enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos armados, robos y extorsiones por parte de estos últimos, que además impiden la salida de quienes no pueden pagar, así como agresiones sexuales a las mujeres. Los refugiados también cuentan que estos grupos armados están secuestrando niños mayores de 12 años en los colegios y amenazando a la población. También se apunta a un alza de las desapariciones de personas.

El Gobierno de Uganda ha abierto un nuevo asentamiento en el noroeste del país, en Yumbe, con capacidad para más de 100.000 personas. Se necesitan fondos de manera urgente para acelerar la reubicación de más de 45.000 refugiados que están en centros de recepción y de tránsito sobrecargados y severamente congestionados. Con tanta gente viviendo en un espacio tan limitado, la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades es alta. Los equipos de ACNUR están supervisando de cerca la situación, pero se necesitan más recursos para responder eficazmente. Con algunos centros de recepción a más de cinco veces su capacidad, resultan críticas las intervenciones en materia de protección, particularmente las centradas en la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género, incluyendo servicios psicosociales. El elevado número de refugiados está sobrecargando los servicios locales de salud y educación.

El desarrollo del asentamiento Maaji III, que se abrió a principios de año, se ha visto paralizado, dejando a las instalaciones sin infraestructuras ni servicios básicos clave: por ejemplo la atención médica se está proporcionando en tiendas de campaña. En Adjumani, a unos 20 km de la frontera con Sudán del Sur, el abastecimiento de agua potable se hace a través de camiones cisterna -lo que ya de por sí resulta caro- hasta que se disponga de los recursos necesarios para perforar más pozos y ampliar los sistemas hídricos para que lleguen a las nuevas áreas de asentamiento. Adicionalmente, se precisará una inversión adicional importante para abrir nuevos asentamientos en los distritos de Adjumani y Yumbe.

Las lluvias torrenciales obstaculizan los esfuerzos de ayuda, retrasando las labores de reubicación y provocando daños en las carreteras. Se teme que, en caso de que se produzcan brotes de enfermedades, las capacidades y recursos existentes resulten insuficientes para responder de manera eficaz.

Ante la desesperada necesidad de la población de refugiados sursudaneses, cuyo número asciende ya a 930.000, ACNUR se enfrenta a una crítica escasez de fondos. Con un 20% de los fondos necesarios recibidos -122 millones de dólares sobre 608,8 millones- que ACNUR necesita para proporcionar asistencia a los refugiados en Sudán del Sur y en los seis países de asilo, muchas actividades se han visto suspendidas para poder proporcionar apoyo esencial a los recién llegados. Las regiones remotas de Uganda, Sudán, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana son las más afectadas por esta escasez, ya que ACNUR no contaba previamente allí con personal. Etiopía y Sudán, que han experimentado una afluencia masiva de llegadas, se han visto asimismo fuertemente afectados.

ACNUR elogia la generosidad de los países que mantienen sus fronteras abiertas a los refugiados sursudaneses y les proporcionan terrenos para establecerse. En particular, la Agencia aplaude la generosa legislación y el régimen normativo ugandés sobre refugiados, que entre otros beneficios permite a los refugiados tener libertad de circulación, derecho a buscar empleo y pone a su disposición parcelas de tierra en los que construir sus hogares y poder cultivar.

ACNUR apela a la comunidad internacional a que apoye a los países de asilo para proteger y asistir a los refugiados sursudaneses. La continuada escasez de fondos supondrá mayores desventajas para mujeres, niños y hombres que necesitan urgentemente de ayuda para superar el trauma del desplazamiento forzado y emprender la senda de la recuperación, la dignidad y la autosuficiencia. La incapacidad para proporcionar alimentos, cobijo, servicios básicos, asistencia psicosocial, educación y medios de subsistencia aumenta y prolonga la vulnerabilidad de la población refugiada.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-advierte-del-hacinamiento-y-falta-de-fondos-ante-la-agudizacion-de-la-crisis-de-desplazamiento-en-sudan-del-sur/

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Canadá y el asunto indígena: pasos hacia un nuevo futuro

Canadá/11 agosto 2016/Fuente: Bez

El Gobierno canadiense anuncia la puesta en marcha de una investigación federal independiente sobre la violencia y desaparición de mujeres indígenas. Esta medida pone de nuevo el foco en un conflicto social que persigue a la historia del país. Medidas como estas dan esperanzas a la población aborigen y ayudan a alcanzar la reconciliación que tanta falta hace en el país norteamericano.

En Canadá a la población indígena se la conoce como first nation (primera nación). Son los herederos de aquellas gentes que habitaron la tierra de las Rocosas, el Yukatán y cabalgaron en las llanuras de Saskatchewan.

Hace una semana, Carolyn Bennet, la ministra para Asuntos Indígenas, anunciaba que se iba a formar una comisión independiente para llevar a cabo una investigación federal en torno a las desapariciones y asesinatos de mujeres indígenas en Canadá. La violencia que han sufrido y continúan sufriendo las mujeres en las comunidades indígenas del país norteamericano ha sido descrita como una crisis de derechos humanos por distintas organizaciones.

Las tasas de violencia contra la mujer en estas comunidades son preocupantemente altas. Según los últimos informes, entre los años 1980 y 2014, 1017 mujeres indígenas han sido asesinadas en el país y cerca de 170 continúan desaparecidas.

Según informes de agencias de investigación, las mujeres indígenas de más de 15 años tienen un 3,5 más de probabilidades de sufrir violencia que sus congéneres. Del mismo modo, nacer mujer indígena en Canadá supone tener cinco veces más probabilidades de morir de forma violenta.

La situación de desprotección que vive la mujer indígena canadiense es el resultado de todo un sistema en el que la población aborigen del territorio se encuentra discriminada y perdida. La impronta que el colonialismo canadiense ha dejado en estas comunidades se puede percibir en el desarraigo y problemas socioeconómicos a los que se enfrentan. No hay más que pasearse por las calles de ciudades de la Columbia Británica para comprobar la brecha que existe entre la población blanca y los indígenas. Los problemas socioculturales a los que las comunidades de indios canadienses tienen que hacer frente en su día a día les han llevado a una situación de marginalización. Se ha extendido un desarraigo entre los individuos, creado una pérdida de identidad que daña a las distintas comunidades de Canadá.

Aculturamiento y ruptura con sus raíces

Esto tiene su origen en la etapa de los años cincuenta/sesenta, en la que se desarrollaron planes de aculturamiento de la población indígena a lo largo y ancho del territorio. Durante estos años se vivió una segregación constante de esta primera nación. Los colonos expusieron a los indios a abusos, diferenciación, y políticas muy agresivas con su cultura.

Destacan las consecuencias que tuvieron los programas educativos por los cuales los menores eran alejados de sus familias, internados en centros de educación para ser posteriormente adoptados de manera forzosa por familias blancas. Con el fin de educar a este grupo en la cultura del progreso, los colonos y sus programas de aculturamiento marcaron el futuro de muchas generaciones.

Aquellos niños, ahora adultos, sufrieron infinidad de abusos -fisicos y psiquicos- en todo este proceso. Estos traumas han pasado de padres a hijos creando un problema generalizado entre toda la población indígena. Durante todo ese proceso, los lazos con su cultura se rompieron. Los indígenas han sido asimilados por el desarrollo del país. En la actualidad un 54% de la población indígena canadiense reside en ciudades. En ellas es infinitamente más complejo para ellos encontrar lazos con el pasado de sus comunidades.

Ante ello, la mayoría de indígenas entra en una situación de pérdida completa o parcial de su identidad. Conscientes de su origen, son incapaces de hallar un vínculo con el pasado nativo del que tanto han oído hablar. Lo que se conoce como segundas generaciones son los hijos de aquellos niños traumatizados que, pese a los calvarios que vivieron, sí llegaron a conocer sus raíces. Por el contrario, esta nueva generación de jóvenes tiene que abrirse camino en un mundo que les recuerda quienes son mientras muchos de sus mayores buscan refugio en drogas y alcohol huyendo de su pasado.

Suicidios y violencia de género

La tasa de suicidio entre la población indígena es notablemente más alta que la del resto de canadienses. Actualmente el suicidio y las autolesiones son la principal causa de muerte entre la población indígena por debajo de 44 años. Entre mujeres, 35 de cada 100.000 mujeres indígenas cometerá suicidio frente a las cincono indígenas. En el lado masculino las cifras se disparan, 126 de cada 100.000 indios cometerán suicidio, y solo 24 de cada 100.000 no-indígenas lo hará.

Dentro de toda esta situación, la investigación federall en torno a las muertes de mujeres indígenas pone algo de luz sobre la situación general de toda la comunidad india de Canadá. La muerte violenta de mujeres y las desapariciones tienen una relación directa con las condiciones de vida en las que estas han crecido. Los entornos familiares y socioculturales de pérdida de identidad en los que muchas mujeres viven ponen en riesgo constante su integridad física y psicológica.

Si bien la investigación no solventará el daño causado a al menos dos generaciones de indios, sí que supone un paso más en el proceso de reconciliación que Ottawa lleva a cabo desde hace unos años. El reconocimiento del problema de la violencia que sufren las mujeres aborígenes es un modo más de reconocer el error que se ha cometido con estas gentes. Día a día, con el fomento de investigaciones gubernamentales de esta índole, las comunidades indígenas se alejan de la última posición a la que fueron relegadas para volver a ser la primera nación que un día fueron.

Fuente: http://www.bez.es/798657331/Canada-asunto-indigena-pasos-hacia-nuevo-futuro.html

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The Racist Killing Machine in the Age of Anti-Politics

In the Castile case, the police fired into the car with a child in the back seat–a point rarely mentioned in the mainstream press. At the same time, the power of violence as a tool for expending rage and addressing deeply felt injustices has resulted in a young black man mimicking the tools of state violence by deliberately killing five police officers and wounding seven others in Dallas, Texas. This is a horrendous and despicable act of violence but it must be understood in a system in which violence is disproportionately waged against poor blacks, immigrants, Muslims, and others who are now defined as excess and pathologized as disposable. The killings in Dallas speak to a brutal mindset and culture of mistrust and fear in which violence has become the only legitimate form of mediation

In the increasingly violent landscape of anti-politics, mediation disappears, dissent is squelched, repression operates with impunity, the ethical imagination withers, and the power of representation is on the side of spectacularized state violence. Violence both at the level of the state and in the hands of everyday citizens has become a substitute for genuine forms of agency, citizenship, and mutually informed dialogue and community interaction.

Etienne Balibar has pointed out that “as citizenship is emptied of its content,”[i] the right to be represented is ceded to the financial elite and the institutions of repression or what Althusser once called the “repressive state apparatuses.” Under such circumstances, politics is replaced by a form of “antipolitics” in which the representative and repressive machineries of the state combine to objectify, dehumanize, and humiliate through racial profiling, eliminate crucial social provisions, transform poor black neighborhoods into war zones, militarize the police, undermine the system of justice, and all too willingly use violence to both to punish blacks and to signal to them that any form of dissent can cost them their lives. But such apparatuses do more, they willfully exclude and repress the historical memories of racial violence waged by both the police and other racist institutions.[ii] They have no choice since such histories point to the deeply embedded structural nature of such violence as a reproach to the bad cops theory of racist violence.

What we are observing is not simply the overt face of a militarized police culture, the lack of community policing, deeply entrenched anti-democratic tendencies, or the toxic consequences of a culture of violence that saturates every day life. We are in a new historical era, one that is marked a culture of lawlessness, extreme violence, and disposability, fueled, in part, by a culture of fear, a war on terror, and a deeply overt racist culture that is unapologetic in its disciplinary and exclusionary practices. This deep seated racism is reinforced by a culture of cruelty that is the modus operandi of neoliberal capitalism–a cage culture, a culture of combat, a hyper masculine culture that views killing those most vulnerable as sport, entertainment, and policy.

The United States is in the midst of a crisis of of governance, author­ity, and representation and as historical narratives of injustice and resistance fade there emerges a further crisis of individual and collective agency, along with a crisis of the identity and purpose regarding the very meaning of governance. As democratic public spheres disappear and the state increasing turns to violence to address social problems, lawlessness becomes normalized and violence becomes the only form of mediation. This is fueled by a discourse of objectification, and a race-based culture of pathology, which often finds expression not only in police violence but also in scattered mass shootings and a tsunami of everyday violence in America’s major cities, such as Chicago. Politics has been emptied out, lacking any representative substance, and opens the social landscape to the dangerous forces of right-wing populism and ultra-nationalism, both of which are deeply racist in their ideological discourse and their relationship to those excluded others.

Americans are witnessing not simply the breakdown of democracy but the legitimization of a society in the grips of what might be called a politics of domestic terrorism, a kind of anti-politics that rejects the underlying values of a democracy and is unwilling to reclaim its democratic tendencies while deepening its civic principles. The U.S. is deep into the entrails of an updated authoritarianism and until that is recognized under such circumstances violence will escalate, people of color will be killed, whites will claim they are the real victims, and the discourse of racial objectification will become, as it has, a visible if not embraced signpost of an anti-politics that defines the varied landscapes of power and institutions of everyday life.

The ultimate mark of terrorism both domestic and foreign is a hatred of the other, a certainty that defines dialogue, an ignorance that embraces the power of the mob and the redemptive force of the savior. As America moves dangerously close to embracing such an authoritarian social order and the politicians who endorse it, indiscriminate and intolerable violence will assume a kind of legitimacy that allows people to look away, refuse to recognize their own powerlessness, and align them with a barbarism in the making. All of this bears the weight of a history in which such indifference is easily transformed into the worst forms of state violence. The face of white supremacy and state terrorism, with its long legacy of slavery, lynching, and brutality has become normalized, if not supported by one major political party, a large percentage of the public endorsing Donald Trump, and a corporate and financial elite wedded only to increasing their power and profits. We are in a new historical era that is widening the scope and range of violence-an expansive age of disposability that widens the net of those considered expendable if not dangerous.

Some conservatives such as David Brooks have argued that the collapse of character and the rise of a form of political narcissism are producing deeply troubling forms of authoritarianism.[iii] That analysis is too facile, and ignores the underlying social, economic, and political conditions that concentrate power in very few hands, distribute wealth largely to the upper 1 percent, eliminate social services, and destroy those institutions capable of producing a culture of critique, empathy, and engaged citizenship. The old age of the social contract and social democracy is dead; the economic foundations that once supported large segments of the working class have been destroyed by the forces of globalization; and the promise of a collective ethical imagination has given way to the tawdry self-indulgence and self-interest that drives a consumer and celebrity culture. Not only have too many Americans become prisoners of their own experience, they also  have become passive in the face of state violence, a culture of extreme violence, and a web of mainstream cultural apparatuses that trade in violence as sport and entertainment.

Racism is one register of such violence, but in the age of cell phones and video cameras it has become more visible, and its brutalizing imagery contains the possibility for mobilizing social formations such as the Black Lives Matter Movement to both expose and eliminate its underlying ideologies and structures. At the same time, such blatant acts of racism offer a false sense of community to those being organized around hate and anger, resulting in a blind devotion to false prophets, such as Donald Trump, who trade in fear and despair.

Let’s hope that the current crisis we are witnessing as it appears to unfold daily will transform cries of collective outrage into a social movement that is organized around a call for economic and social justice, one less intent on calling for reforms than for eliminating a neoliberal economic order steeped in corruption, racism, and violence.

Notes.

[i] Etienne Balibar, “Uprisings in Banlieues,” Equaliberty, [Durham: Duke University, 2014] pp. 252

[ii] See, for instance, Jerome H. Skolnick, The Politics of Protest: Task Force on Violent Aspects of Protest and Confrontation of the National Commission on the Causes and Prevention of Violence 2nd Revised edition (New York: NYU Press, 2010). Also see Jonathan Simon,Governing Through Crime: How the War on Crime Transformed American Democracy and Created a Culture of Fear (New York: Oxford University Press, 2009).

[iii] David Brooks, “The Governing Cancer of Our Times,” The New York Times, [February 26, 2016] Online: http://www.nytimes.com/2016/02/26/opinion/the-governing-cancer-of-our-time.html?_r=0

  • Articulo tomado de: http://www.counterpunch.org/2016/07/08/the-racist-killing-machine-in-the-age-of-anti-politics/

 

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Un Cura del S. XVII más feminista que tú

Por Marina Pibernat

En general, poco se habla de lo que conocemos como “querella de las mujeres”; ya sea en la enseñanza obligatoria, en las universidades o en los medios de comunicación. Esto es así a pesar de que la querella de las mujeres fue un intenso debate en los campos filosófico, político y literario que abarcó toda Europa durante la segunda mitad de la Edad Media y toda la Edad Moderna. El objeto de debate era la supuesta inferioridad natural de la mujer y, lo que es lo mismo, la supuesta superioridad natural del hombre. Como es de esperar, los participantes fueron mayoritariamente hombres. Pero allá por 1400 una mujer, Christine de Pizan, intervino con La Ciudad de las Mujeres, aportando por primera vez ideas ya propiamente feministas, reivindicativas de la igualdad entre hombres y mujeres.
Puede que a veces nos cueste pensar en términos de feminismo en períodos anteriores a la Ilustración, pero lo cierto es que las demandas de justicia social por parte de las mujeres – y hombres, como veremos – son muy anteriores a la articulación de lo que denominamos feminismo. ¿Tan raro sería que así fuera? ¿Debemos asumir las feministas que las mujeres que nos preceden asumieron impertérritas su destino subalterno? Si hubiera sido así, ¿en dónde se habría podido gestar el feminismo?
Precisamente este largo pasado “pre-feminista”, que entronca con la Ilustración y que vemos recogido en la extensa querella de las mujeres, es mantenido en los márgenes de la oficialidad; en el enésimo intento de hacer de las mujeres una especie de presencia fantasmagórica, que está pero no está, en toda la historia del pensamiento filosófico y de la acción política. De este modo, a las vivas no nos queda otra que dialogar con unos fantasmas que sólo parecen manifestarse ante nosotras para movernos los muebles que la oficialidad ha puesto en nuestras cabezas.
Unos siglos antes de que Chistine de Pizan escribiera La Ciudad de las Mujeres, muchas ya habían decidido llevar una existencia material y espiritual al margen de las estructuras de subordinación de la época, y a pesar de los discursos médicos y filosóficos que las concebían como física y moralmente débiles respecto de los hombres. Las llamadas Beguinas – Beatas, en el Reino de Castilla – si bien eran mujeres de espiritualidad y conocimiento, eran también laicas, ya que no eligieron la vida monacal porque rechazaban formar parte de la jerarquía de la iglesia, o de cualquier otra, como el matrimonio. Existieron beguinatos, como llamamos a las comunidades informales que constituyeron esas mujeres, en toda Europa, naciendo en Flandes a finales de s.XII.
Las mujeres de los beguinatos no sólo se dedicaban a la vida contemplativa y espiritual, también a la enfermería, la enseñanza y a otras actividades comerciales e industriales para poder vivir, incluyendo el pedir limosna. El origen social de las beguinas era muy diverso, desde campesinas hasta nobles, pasando por las hijas de la incipiente burguesía que se empezaba a conformar en las ciudades. Con el tiempo, hacía finales de la Edad Media, las beguinas serían perseguidas por la Inquisición, y muchas de ellas se integrarían en la Orden Jerónima; otras seguirían su camino de independencia, y continuarían siendo perseguidas.
Muchas de ellas pudieron intervenir en la querella de las mujeres a través de la escritura desde la corriente humanista – que supuso el acceso a la educación para muchas mujeres – o plasmando sus propias experiencias. Así, las beguinas representaron la vertiente más social de la querella de las mujeres, en contraposición a su vertiente académica, dominada por hombres y basada en los textos clásicos que se referían a la mujer como un ser incompleto, un hombre castrado. Los textos aristotélicos se había convertido en lectura obligatoria en las universidades desde el s. XIII.
En la segunda mitad del s. XVII, un joven parisino destinado por su familia burguesa a la carrera eclesiástica, llamadoFrançois Poulaine de la Barre y nacido en 1647, tuvo que hacer lo que cualquier estudiante de la historia conoce bien y tragar con los contenidos oficiales del programa. Pero todo aquello que caía fuera del ámbito académico era discutido igualmente en los salones literarios de la ciudad, organizados por mujeres aristócratas cultas del movimiento preciosista. Él participó en ambos espacios de debate intelectual.
Pronto se sintió atraído por la nueva filosofía cartesiana, y en 1673 hizo su aportación a la querella de las mujeres conDe la Igualdad de los Sexos, discurso físico y moral en el que se destaca la importancia de deshacerse de los prejuicios. En ella, Poulaine de la Barre aplicaba el racionalismo cartesiano llevándolo más allá, hasta el ámbito social y de las costumbres, político al fin y al cabo. Así, se anticipó a la Ilustración, y lo hizo desenmascarando el prejuicio según el cual la razón de las mujeres es naturalmente inferior a la de los hombres.
La desigualdad de bienes y de condiciones de vida hace que muchas personas juzguen que los seres humanos no somos iguales. Si buscamos en qué se fundan estas opiniones hallaremos que sólo están basadas en el interés o en la costumbre”.
Ciertamente esto parece encajar con una visión materialista de la conciencia, según la cual el contexto social, cultural y económico determinan nuestras visiones sobre el mundo y sobre los seres humanos. Además de hacer notar la influencia del medio social, este filósofo apuntó a lo que mucho más tarde llamaríamos interseccionalidad diciendo que:
No hemos observado lo que pueden hacer en nosotros los hábitos, las prácticas, la educación y el estado exterior, es decir, la combinación de factores como el sexo, la edad, la fortuna o el cargo que nos ubican en la sociedad”.
Todo esto, pues, influye en la forma de observar las verdades que se nos presentan, y es por esto que Simone de Beauvoir, más de tres siglos después, encabezaría su obra El Segundo Sexo (1949) con dos citas. La primera, de Pitágoras: “Hay un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer”. Y la segunda: “Todo cuanto han escrito los hombres sobre las mujeres debe ser sospechoso, pues son a un tiempo juez y parte”, de Poulaine de la Barre.
Con su obra de 1673, pues, nuestro cura francés fue el primero en toda la historia de la filosofía en convertir a la mujer en el sujeto epistemológico de referencia para así desvelar el prejuicio de la naturalización de la desigualdad sexual, es decir, la subordinación de la mujer. Y es precisamente relevante el hecho de que atribuyera a la cultura la desigualdad social entre hombres y mujeres, mientras que afirmaba que naturalmente son iguales en capacidades, virtud o inclinación al vicio.
En 1674 se editó un París otra obra suya, La Educación de las damas para la formación del espíritu en las ciencias y las costumbres, en la que profundizó en la cuestión de que la inteligencia no tiene sexo; y, consciente de la influencia de ese “estado exterior” al que se refirió, en la idea de una necesaria educación e instrucción de las mujeres. Se trataba de una propuesta cartesiana de método educativo como base de una educación igualitaria y universal.
Uno de los grandes filósofos de la Ilustración, ya en el sigo XVIII, que trató la cuestión de la educación en relación con la igualdad fue el misógino Rousseau – que aquí no merece negritas -. Es bien sabida la segregación con la que este filósofo trató la cuestión de las mujeres y su educación, especificado en el capítulo “Sofía” de su “Emilio” de 1762. Es por esto que Celia Amorós ha definido la obra de Poulaine de la Barre como la senda perdida entre Descartes y Rousseau. Unos planteamientos radicales y muy novedosos de igualdad entre hombres y mujeres, que tristemente parece que cayeron en saco roto, por lo menos en cuanto al discurso académico y político oficiales.
Poulaine de la Barre siguió pensando y escribiendo fiel a sus planteamientos filosóficos, lo que le llevó a enfrentarse con la jerarquía eclesiástica, a dejar el catolicismo y a pasarse al calvinismo, a casarse y tener hijos. Esto le costó el repudio de su familia y el exilio en Ginebra, donde murió en 1725. Aristóteles – que tampoco merece negritas aquí – sigue siendo lectura obligatoria en todas la universidades. No así nuestro cura francés, cuyos radicales postulados forman parte de esta fantasmagórica presencia femenina pero también feminista – en la que encontramos mujeres pero también hombres – por ser permanentemente expulsada del hilo oficial de cualquier rama del conocimiento filosófico, histórico y socio-cultural.
No hace falta detenernos extensamente en la necesidad feminista de reconstruir los hilos genealógicos de la acción política de las mujeres y del pensamiento filosófico feminista que el discurso oficial se ha encargado de ir cortando. Indudablemente Poulaine de la Barre formaría parte de estas genealogías. Si hemos querido traer aquí algunas de las tesis de este cura del s. XVII es por rescatar un importante referente entorno al debate entre cultura y naturaleza en relación al estudio del género. Somos unas cuantas personas las que percibimos un aumento de los postulados que naturalizan unas diferencias sexuales que son en realidad diferencias sociales, y en parte lo hacen apelando a la biología, al cuerpo o a la reproducción.
Poulaine de la Barre dejó claro que las diferencias biológicas no suponían racionalmente ninguna diferencia que explicara las desigualdades sociales entre hombres y mujeres, que creerlo provenía de prejuicios erróneos; aunque quienes lo sustentan pasen por grandes sabios, cuando en el fondo dicen lo mismo que cualquier ignorante. Incluso en el mismo seno del feminismo encontramos ahora visiones que definen a la mujer en función de su corporeidad y su biología antes que por su historia y sus concepciones filosóficas y antropológicas. Así, caen en el mismo error una y otra vez, probablemente por simple desconocimiento; relegando otra vez a la mujer al ámbito de lo natural, de lo biológico y, en última instancia, de lo inmutable. Y es en esta supuesta inmutabilidad, lógicamente ahistórica, que el prejuicio patriarcal lleva aferrándose miles de años. Y es que si partimos de lo inmutable, jamás podremos pensar en realizar cambios. Que todo esto sea así es más fácil cuando a la sociedad se le niega la historicidad de las concepciones sociales de lo que es la mujer o el conocimiento de la participación femenina en las revoluciones políticas, sociales y culturales.
No deja de ser irónico que un cura parisino de la Edad Moderna, de cuando aún no existía propiamente el feminismo, fuera más feminista que muchos – ya no digamos curas – hombres y mujeres, algunas hasta autodenominadas feministas, que en la actualidad siguen haciendo gala del mismo prejuicio que Poulaine de la Barre hirió de muerte sin otra herramienta que su razón. La conocida antropóloga Margaret Mead, una relevante personalidad en las teorías de la construcción del género como producto socio-cultural, ya dijo que frente al cambio social y al temor que éste provoca es fácil recurrir a explicaciones de tipo biológico que dan sensación de inmutabilidad.
Ninguna teoría o explicación científico-filosófica que no parta de la idea de cambio o que no pueda asumir la historicidad de sus propios términos tiene nada que ver con el feminismo. Es necesario que el feminismo combata este tipo de concepciones; ya que precisamente la teoría feminista debe esforzarse en obligar al conocimiento a replantearse a si mismo y a sus objetos de análisis. Dejaremos para otro día la cuestión del feminismo como epistemología, cuya primera muestra podemos ver en los textos de este contestatario cura parisino del s. XVII, François Poulaine de la Barre.
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Fuentes:
De Beauvoir, S. (1949) El Segundo Sexo. Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia, 2014, Madrid.
Mead, M. (1977) Cultura y Compromiso. Gedisa Editorial, 1990, México.

Rivera Garretas, M. M; (1996). La querella de las mujeres: una interpretación desde la diferencia sexual. Política y Cultura, primavera, 25-39.

Los textos de Poulaine de la Barre son difíciles de encontrar tanto en edición física como digitalizada. En este enlace se puede acceder a parte de su obra «De la Igualdad de los Sexos» de 1673.

Fuente: http://ladyaguafiestington.blogspot.com/2016/06/un-cura-del-s-xvii-mas-feminista-que-tu.html
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Sobre el enfoque de género. La verdad

Por. Jesús A. López Aguilar

La categoría de género designa los aspectos psicológicos, sociales y culturales que resultan de la construcción de lo femenino y lo masculino, y establece los roles y normas para los hombres y mujeres, que se aprenden a través de la socialización. Tales como los hombres no lloran, las mujeres no trepan árboles, los hombres no barren, las mujeres no juegan con carritos sino con muñecas, etc

Algo que siempre trato de transmitir, a todas las personas con las que tengo algún tipo de relación como docente, es que el conocimiento es como es y no de otra manera. He cultivado aquella actitud contenida en una célebre frase de Nicolás Copérnico que reza así: “Para saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no sabe hace falta tener conocimiento”, siempre con la idea de que los seres humanos debemos ser sensibles ante el conocimiento, rendirle culto y aprender de quienes han dedicado tiempo, estudios académicos, formación y producción de tipo científico.

Esto que inicio comentando lo hago porque a raíz de la actual discusión sobre la propuesta de Ley 61, sobre el tema de la educación sexual, se han comentado, publicado y difundido una serie de aseveraciones falsas. Y lo que distingue a cualquier científico es la precisión y validez de sus ideas, así como la confiabilidad de las mismas.

En mi caso personal, he dedicado unos 20 años de mi vida profesional al estudio y análisis de lo que se denomina como Enfoque de Género, habiendo realizado estudios académicos en el área de la Planificación de Políticas Públicas con Enfoque de Género y, posteriormente, también he realizado estudios sobre el Enfoque de Género aplicado al campo de la salud pública.

Nada más lejos de la realidad todo aquello que se ha dicho, que no puedo negar que ha ganado fuerza sobre temas completamente falsos y mal fundamentados; ahora, me sorprendo cuando escucho la expresión “Ideología de Género”, algo que por falso me suena mal, porque es un concepto que nadie especializado en el tema conoce. En la actualidad, en los países de diferentes regiones del mundo, incluido Panamá, el Enfoque de Género es un tema que se estudia a nivel universitario, con una amplia gama de ofertas académicas que se ocupan de proveer el conocimiento necesario para llevar a la sociedad el avance académico e intelectual que ha permitido a otras naciones progresar en temas de equidad, igualdad social, participación política, derechos humanos, etc., gracias a la aplicación de este enfoque teórico-práctico de la realidad.

Se puede comprender que cuando no se conoce algo se puede sentir temor, mostrar resistencia o plantear inexactitudes, pero de ahí a querer validar un discurso con planteamientos carentes de solidez científica y calidad intelectual es algo que me provoca mucha tristeza, pero también me siento como todos aquellos grandes personajes de la historia que alguna vez osaron desafiar el mito con la realidad y fueron, prácticamente, proscritos por las autoridades que se imponían a fuerza de falsedades que más me parecen indicar una gran actitud oscurantista.

Si queremos hacer uso de ciertos conceptos debemos aprender a manejarlos bien y con corrección. Por lo tanto, lo que cuenta es la exactitud del conocimiento y su utilidad, y el género es un excelente indicador para mirar mejor, a profundidad, la forma en que la relación asimétrica entre hombres y mujeres causa daños a la salud de hombres y mujeres de forma diferenciada.

Pero, cuando hablamos de género y salud ¿de qué hablamos? Pues, hacemos mención de una serie de categorías de análisis de la realidad, que parten de cómo a los hombres y mujeres nos han socializado de diferente manera y eso ha producido a nivel real y a escala simbólica una serie de separaciones y discriminaciones que han traído como consecuencia la forma en que hombres y mujeres han sido enseñados para comportarse y vivir en la sociedad parte, eso no tiene ABSOLUTAMENTE NADA que ver con genitalidad o acciones de tipo coital. Tan es así que desde que los niños y niñas nacen ya se plantean las expectativas asignadas a cada uno, simbolizadas por los colores, los juguetes, los gestos que se espera de cada uno, etc.

Uno de los factores sociales determinantes a estudiar son las relaciones de poder donde predomina la violencia, la subordinación y la discriminación. El enfoque o perspectiva de género devela estas relaciones desiguales, mediante el análisis de categorías como “sexo” y “género”. Por ejemplo, en Panamá, la violencia doméstica es un buen ejemplo de violencia de género, pero eso no se dice.

La categoría sexo se refiere a las características biológicas que traemos al nacer y que nos definen como hombres o mujeres. La categoría de género designa los aspectos psicológicos, sociales y culturales que resultan de la construcción de lo femenino y lo masculino, y establece los roles y normas para los hombres y mujeres, que se aprenden a través de la socialización. Tales como los hombres no lloran, las mujeres no trepan árboles, los hombres no barren, las mujeres no juegan con carritos sino con muñecas, etc. esto es lo que se conoce como representaciones de lo femenino y lo masculino; asocian lo femenino a la maternidad, la familia, la belleza, la inseguridad emocional, dependencia del varón y lo masculino a la fuerza, la inteligencia, el trabajo, la seguridad emocional y la independencia material y afectiva del varón, etc.

La categoría de género rompe con la idea de una esencia masculina o femenina natural, ya que somos producto de un medio que dicta nuestras pautas de conducta, y estas se vuelven naturales por obra del medio social, que define todo lo que somos como personas.

Pero, hay que aclarar algo. La Teoría de Género (ya que el término de Ideología de Género no existe), NO GUARDA relación con la diversidad sexual de las personas, eso es otro tema, ya seamos heterosexuales (como somos la mayoría, ya que nos casamos o convivimos con personas del sexo contrario), o personas homosexuales, gays, lesbianas, trans, intersexo, etc., y quien asevere esto está mintiendo rotundamente.

Aplicado al campo de la salud, el Enfoque de Género nos ayuda a entender por qué los hombres morimos más que las mujeres por causas violentas, por qué consumimos más alcohol, tabaco, drogas ilegales; así mismo, este enfoque nos permite pensar acerca de la razón por la que los hombres sufrimos más Infecciones de Transmisión Sexual, VIH, suicidios, etc., así como un amplio número de situaciones que nos colocan en desventaja al ser socializados para ser promiscuos, violentos e inexpresivos, allí nos sirve de mucho, dicho enfoque científico-social, para comprender la realidad y plantearnos su transformación.

No obstante, ahora han salido muchas personas a decir que la Ideología de Género (reitero que es un término incorrecto) si se llega a enseñar en las escuelas es para promover la homosexualidad y lesbianismo, lo cual no es cierto. Retomo los ejemplos mencionados antes y cómo se aplica el enfoque de género, que nos enseña que si mostramos a los varones un mundo diferente, muchas, o todas las situaciones sociales que producen enfermedad y muerte específicas de los varones, se podrían controlar y disminuir las muertes por accidentes de tráfico, los suicidios y las adicciones. Del mismo modo, sucedería con las mujeres. Las diferencias de género producen violencia doméstica, maltrato infantil, violaciones y abuso sexual infantil. Nada que ver con la señora que vino hace unos días atrás a expresar cosas que no son ciertas. Considero que más claro que esto no se puede expresar, pero si todavía persisten en el error ya no se puede hacer más nada.

Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/opinion/sobre-el-enfoque-de-genero-la-verdad-1036986

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Guatemala crea aplicación para la seguridad de estudiantes

Guatemala/04 agosto 2016/Fuente: 20

El gobierno de Guatemala anunció el miércoles la creación de una aplicación de cómputo para dispositivos móviles con el fin de prevenir la violencia y el bullying escolar.

El presidente Jimmy Morales dijo que la idea es «la disminución y la erradicación de la violencia a la familia y a los niños. Permitirá que la comunidad educativa sea actor clave para prevenir acciones de riesgo que pongan en peligro la seguridad de los estudiantes».

Oscar Hugo López, ministro de Educación, explicó que la aplicación, llamada VozApp, promueve acciones de protección integral dirigidas a niños, adolescentes y jóvenes. Informó también sobre la celebración dentro del sistema educativo del país del día 16 de junio de cada año como «Día de la protección integral de la niñez, de la adolescencia y juventud».

Dicha declaratoria para la conmemoración de ese día especial está dedicada a Ángel Ariel Escalante, de 12 años, quien murió el 16 de junio de 2015 luego de que desapareciera de su escuela y su padre lo encontrara dos días después en un barranco, mal herido. Según informó el padre entonces, el niño era acosado por pandilleros para que se uniera a grupos delincuenciales pero se negó, por lo que fue agredido.

La aplicación fue realizada con el apoyo de la oficina de Unicef en Guatemala.

Pedro Cruz, de la organización Alertos-Ciudades Seguras, dijo a The Associated Press que fue desarrollada con el apoyo del sector empresarial.

«El sector empresarial está desarrollando tecnología para promover el desarrollo del país y en su contribución a la educación en Guatemala», afirmó.

Cruz explicó que la aplicación servirá para que cualquier persona pueda reportar algún asunto de inseguridad cercana a un centro educativo, e indicó que por ahora sólo estará disponible en el sistema Android.

«Las pandillas ponen en riesgo la seguridad y asistencia de los alumnos (a la escuela)», afirmó Morales, por lo que la aplicación ayudara a la comunidad a denunciar esto y a las autoridades a responder con acciones.

Fuente noticia: http://www.20minutos.com/noticia/56162/0/guatemala-crea-aplicacion-para-la-seguridad-de-estudiantes/

Fuente imagen: http://cmas.siu.buap.mx/portal_pprd/work/sites/comunic/resources/LocalContent/12364/2/gal_appMujer.jpg

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La CNTE: maximalismo o negociación

Por: Gilberto Guevara Niebla

Existe una confusión no aclarada respecto a los fines que persigue el movimiento que encabeza la CNTE. ¿Quiere eliminar todas las medidas tomadas desde 2012 en el campo de la educación obligatoria? ¿O quiere solamente suprimir el sistema de evaluaciones de los docentes?

Si se trata de lo segundo: eliminar las evaluaciones docentes, se plantea un conflicto real entre sus aspiraciones y el interés de la sociedad que claramente apoya la evaluación periódica de los docentes (en 91.4 por ciento, según la Cesop, junio 2016).

¿Se quiere realmente echar abajo todas las medidas y acciones que han tomado las autoridades educativas desde 2012 a la fecha?

La reforma comprende muchos elementos: la centralidad de la escuela, el nuevo currículum, el programa de escuelas de tiempo completo, la reforma de la formación inicial, el sistema de asistencia técnica a la escuela, el nuevo programa de becas, la política de impulsar la profesionalización de los docentes, el nuevo protagonismo pedagógico del supervisor, la nueva política de financiamiento, los nuevos programas de formación continua, la nueva política de reconocimiento a los docentes destacados, el programa de acceso a estímulos salariales, el programa Escuelas al Cien, etcétera.

¿Se quiere acabar con todo esto? Si es verdad, estamos ante un imperdonable fenómeno de oscurantismo —o ludismo. Si no es así, lo que la CNTE quiere realmente es eliminar solo el sistema de evaluaciones docentes. Si este es el caso, cabe preguntarse: ¿Quieren los líderes de la coordinadora eliminar las evaluaciones de docentes? ¿Se quiere borrar del sistema educativo mexicano cualquier modalidad de evaluación docente? Si se elimina el conjunto de las evaluaciones se estará regresando al viejo molde de gestión de la carrera docente donde privó la corrupción y la arbitrariedad. No todas las evaluaciones son iguales.

La evaluación de ingreso se ha realizado año con año sin problemas. Lo mismo las evaluaciones de promoción a puestos de dirección, supervisión, tutores y asesores técnico pedagógicos. Ambas han tenido aceptación general.

La molestia principal del magisterio gira en torno a la llamada evaluación del desempeño, una evaluación por la cual han de pasar, obligatoriamente, todos los docentes, al menos una vez cada cuatro años. La evaluación de desempeño se aplicó por primera vez en los días finales de noviembre y los iniciales de diciembre de 2015.inee

Fue un primer ejercicio, sin precedente alguno. Hubo en su realización fallas de orden logístico y tropiezos de orden práctico, administrativo, que suscitaron a veces mucha molestia entre los concursantes. Por añadidura, la evaluación de desempeño fue perturbada por la violencia de la coordinadora y las acciones de sabotaje que perpetraron tanto los seguidores de la CNTE como algunos líderes menores del SNTE.

La formulación maximalista es un juego de todo o nada y de rechazo a soluciones parciales. Esta rigidez —aunque parezca lo contrario— es el verdadero punto débil de la coordinadora. Para todos es evidente que una solución parcial es razonable, sin embargo, un desenlace semejante es difícil de asumir por un movimiento que nació asociado a una postura radical y que tiene problemas para disminuir su velocidad o detenerse. De no flexibilizarse, estará en peligro de diluirse.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-cnte-maximalismo-o-negociacion/

Imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/06/cnte-5junio2-e1433548725759.jpg

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