Canadá y el asunto indígena: pasos hacia un nuevo futuro

Canadá/11 agosto 2016/Fuente: Bez

El Gobierno canadiense anuncia la puesta en marcha de una investigación federal independiente sobre la violencia y desaparición de mujeres indígenas. Esta medida pone de nuevo el foco en un conflicto social que persigue a la historia del país. Medidas como estas dan esperanzas a la población aborigen y ayudan a alcanzar la reconciliación que tanta falta hace en el país norteamericano.

En Canadá a la población indígena se la conoce como first nation (primera nación). Son los herederos de aquellas gentes que habitaron la tierra de las Rocosas, el Yukatán y cabalgaron en las llanuras de Saskatchewan.

Hace una semana, Carolyn Bennet, la ministra para Asuntos Indígenas, anunciaba que se iba a formar una comisión independiente para llevar a cabo una investigación federal en torno a las desapariciones y asesinatos de mujeres indígenas en Canadá. La violencia que han sufrido y continúan sufriendo las mujeres en las comunidades indígenas del país norteamericano ha sido descrita como una crisis de derechos humanos por distintas organizaciones.

Las tasas de violencia contra la mujer en estas comunidades son preocupantemente altas. Según los últimos informes, entre los años 1980 y 2014, 1017 mujeres indígenas han sido asesinadas en el país y cerca de 170 continúan desaparecidas.

Según informes de agencias de investigación, las mujeres indígenas de más de 15 años tienen un 3,5 más de probabilidades de sufrir violencia que sus congéneres. Del mismo modo, nacer mujer indígena en Canadá supone tener cinco veces más probabilidades de morir de forma violenta.

La situación de desprotección que vive la mujer indígena canadiense es el resultado de todo un sistema en el que la población aborigen del territorio se encuentra discriminada y perdida. La impronta que el colonialismo canadiense ha dejado en estas comunidades se puede percibir en el desarraigo y problemas socioeconómicos a los que se enfrentan. No hay más que pasearse por las calles de ciudades de la Columbia Británica para comprobar la brecha que existe entre la población blanca y los indígenas. Los problemas socioculturales a los que las comunidades de indios canadienses tienen que hacer frente en su día a día les han llevado a una situación de marginalización. Se ha extendido un desarraigo entre los individuos, creado una pérdida de identidad que daña a las distintas comunidades de Canadá.

Aculturamiento y ruptura con sus raíces

Esto tiene su origen en la etapa de los años cincuenta/sesenta, en la que se desarrollaron planes de aculturamiento de la población indígena a lo largo y ancho del territorio. Durante estos años se vivió una segregación constante de esta primera nación. Los colonos expusieron a los indios a abusos, diferenciación, y políticas muy agresivas con su cultura.

Destacan las consecuencias que tuvieron los programas educativos por los cuales los menores eran alejados de sus familias, internados en centros de educación para ser posteriormente adoptados de manera forzosa por familias blancas. Con el fin de educar a este grupo en la cultura del progreso, los colonos y sus programas de aculturamiento marcaron el futuro de muchas generaciones.

Aquellos niños, ahora adultos, sufrieron infinidad de abusos -fisicos y psiquicos- en todo este proceso. Estos traumas han pasado de padres a hijos creando un problema generalizado entre toda la población indígena. Durante todo ese proceso, los lazos con su cultura se rompieron. Los indígenas han sido asimilados por el desarrollo del país. En la actualidad un 54% de la población indígena canadiense reside en ciudades. En ellas es infinitamente más complejo para ellos encontrar lazos con el pasado de sus comunidades.

Ante ello, la mayoría de indígenas entra en una situación de pérdida completa o parcial de su identidad. Conscientes de su origen, son incapaces de hallar un vínculo con el pasado nativo del que tanto han oído hablar. Lo que se conoce como segundas generaciones son los hijos de aquellos niños traumatizados que, pese a los calvarios que vivieron, sí llegaron a conocer sus raíces. Por el contrario, esta nueva generación de jóvenes tiene que abrirse camino en un mundo que les recuerda quienes son mientras muchos de sus mayores buscan refugio en drogas y alcohol huyendo de su pasado.

Suicidios y violencia de género

La tasa de suicidio entre la población indígena es notablemente más alta que la del resto de canadienses. Actualmente el suicidio y las autolesiones son la principal causa de muerte entre la población indígena por debajo de 44 años. Entre mujeres, 35 de cada 100.000 mujeres indígenas cometerá suicidio frente a las cincono indígenas. En el lado masculino las cifras se disparan, 126 de cada 100.000 indios cometerán suicidio, y solo 24 de cada 100.000 no-indígenas lo hará.

Dentro de toda esta situación, la investigación federall en torno a las muertes de mujeres indígenas pone algo de luz sobre la situación general de toda la comunidad india de Canadá. La muerte violenta de mujeres y las desapariciones tienen una relación directa con las condiciones de vida en las que estas han crecido. Los entornos familiares y socioculturales de pérdida de identidad en los que muchas mujeres viven ponen en riesgo constante su integridad física y psicológica.

Si bien la investigación no solventará el daño causado a al menos dos generaciones de indios, sí que supone un paso más en el proceso de reconciliación que Ottawa lleva a cabo desde hace unos años. El reconocimiento del problema de la violencia que sufren las mujeres aborígenes es un modo más de reconocer el error que se ha cometido con estas gentes. Día a día, con el fomento de investigaciones gubernamentales de esta índole, las comunidades indígenas se alejan de la última posición a la que fueron relegadas para volver a ser la primera nación que un día fueron.

Fuente: http://www.bez.es/798657331/Canada-asunto-indigena-pasos-hacia-nuevo-futuro.html

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