2 ideas divertidas para despertar la imaginación de los niños con cuentos

Por Rocío López Valdepeñas 

Como maestros, tenemos la oportunidad de mostrar a nuestros alumnos que la lectura es una pasión, más allá de la obligación y la cotidianidad, más allá de lo práctico y lo puramente material. Solo así la lectura puede potenciar nuestras habilidades creativas e imaginativas y además hacernos pasar un rato divertido y agradable en clase.

Me gustaría recomendaros dos ideas sencillas y muy divertidas para transformar esa “tarea impuesta” en una experiencia gratificante, una aproximación a los libros y a la lectura de forma amena y positiva. Ambas actividades pueden hacerse en Ciclo Inicial y Ciclo Medio de Primaria.

El libro sin nombre

Agrupa a los alumnos en grupos de 3 o 4 personas. Toma tantos cuentos como grupos haya y da uno cada equipo. Eso sí, antes de hacerlo, viste los libros que seleccionaste con una “chaqueta”, envuélvelos con papel blanco para que no se vea la portada ni el título.

Haz que los niños lean el cuento sin descubrirlo todavía. Esto hará que no tengan ninguna impresión previa y puedan apreciar su contenido de otra forma.Pídeles que analicen varios elementos, como pueden ser los siguientes: qué han apreciado de los personajes, cómo es el texto, si les ha gustado la historia, qué parte es su favorita, qué parte es la más emocionante, si volverían a leerlo, a quién podría gustarle, etc. Si son muy pequeños, deberás leerles tú el cuento y acotar la reflexión con preguntas muy concretas.

Una vez visto y hablado el cuento, pídeles que entre todos decidan cuál debería ser el título para ese libro. Es muy importante que negocien y traten de ponerse de acuerdo. Para ello, han de tener en cuenta los estos aspectos:

  • ¿Quién queremos que lea el libro?
  • ¿Con ese título, lo escogerá esa persona en una librería o biblioteca?
  • ¿Por qué este es mejor que ningún otro título?

¿Cómo lo vestimos?

Una vez nos hemos decidido por un título u otro, vestiremos el cuento: Le fabricaremos una buena sobrecubierta. Esto nos servirá también para hablar con nuestros alumnos de sus partes.

Así, daremos una hoja de papel a cada uno y tendrán que arreglárselas para que encaje bien con el libro. A continuación repartiremos distintos útiles plásticos: acuarelas, colores, rotuladores, punzones, tijeras, etc.

Finalmente, les daremos dos indicaciones únicamente, que la sobrecubierta incluya el título que decidieron y que después puedan argumentar por qué la han ilustrado de esta forma.

 

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