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El cambio curricular en el Salvador en los años noventa.

Por: Luis Armando González. El Salvador. 25/02/2018

En 1995, la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo hizo pública su propuesta de reforma educativa; desde ese momento, se dio impulso a una reforma de la educación cuyos resultados más inquietantes no estaban contemplados, en su totalidad, ni en el contenido del documento elaborado por la Comisión ni, seguramente, en los ideales y propósitos de varios sus integrantes. Asimismo, objetivos importantes, de un fuerte carácter humanista y transformador, plasmados en el citado documento, se quedaron nada más como letra impresa, sin implicaciones en la realidad educativa del país.

A proposito de la reforma educativa salvadoreña de los años noventa es oportuno hacer notar que en algunos documentos, incluso de importancia internacional, se dan datos discutibles acarca de la misma e incluso datos equivocados sobre la historia salvadoreña. Por ejemplo, en el libro Perspectivas sobre la reforma educativa. América Central en el contexto de las políticas de educación en las Américas,  editado por Juan Carlos Navarro, Katherine Taylor,  Andrés Bernasconi y Lewis Tyler (publicado en 2000 por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto de Harvard para el Desarrollo Internacional), se habla de una reforma educativa en 1993, dando a entender que ésta comenzó antes, pero no se hace mención alguna a la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo. Se afirma que “ya en 1993 el proceso de reforma educativa manifiesta características creativas y decisiones de mucha visión”(p. 349), lo cual es absolutamente falso, pues esa reforma sólo cobró fuerza a partir de 1995. Asimismo, se menciona en el texto  la “Constitución de 1995”, cuando en El Salvador la Constitución vigente entonces (al igual que ahora) era la de 1983.

Por otra parte, llama la atención que en su balance de las razones que impulsaron las reformas educativas de los años noventa, en Centroamérica, su autor –Juan B. Arrien — apunta una serie de factores que aparecen, de una u otra forma, en la propuesta que la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo entregó al Presidente Calderón Sol en 1995.

“La globalización con su impacto positivo o negativo en los aspectos financieros, sociales, políticos, institucionales, ambientales y culturales de la sociedad, y el reto de la inserción de los países de América Central en la competitividad internacional, sin atentar contra las soberanías nacionales.

El impacto de la tecnología y de los patrones de la modernidad.

La necesidad de superar la situación de pobreza y formas de exclusión de amplios sectores de la población.

El compromiso y nuevos paradigmas derivados de las grandes cumbres mundiales organizadas por las Naciones Unidas y centradas en el desarrollo humano sostenible y las exigencias impuestas por las nuevas sensibilidades colectivas como la paz, democracia, derechos humanos, enfoque de género, medio ambiente, etc.

El desgaste de los propios sistemas educativos con limitaciones y déficit importantes en la atención y en los procesos y resultados de aprendizaje.

La convicción generalizada respecto a la educación como factor clave y decisivo del desarrollo político, social, económico y cultural de los países.

El valor del conocimiento, inteligencia y capacidad de aprender como el capital del futuro en una sociedad mundial educadora.

El imperativo de mejorar la equidad, calidad, pertinencia y eficiencia de los sistemas educativos para influir en la equidad social y en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

La necesidad de generar y ampliar procesos de consensos sociales entre el estado y la sociedad civil, de participación de las comunidades y actores educativos del sector privado, por ejemplo, así como la aplicación de nuevos modelos de gestión descentralizada y protagonismo local” (p. 353).

O sea, en la Propuesta de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo se entretegían ideales de una reforma educativa, con un fuerte carácter humanista, pero también objetivos de una reforma educativa inspirada en el paradigma neoliberal, de contornos difusos en El Salvador de aquel momento, pero ya con un predominio claro en Sur América en donde la reforma económica neoliberal era boyante desde los años ochenta. Para el caso, Chile era en ese entonces el país emblemático del predominio del paradigma neoliberal en los años ochenta, tal como lo destacó Naomi Klein en su libro La doctrina del shock. Pero, además de ello, Chile contribuyó a la difusión de ese paradigma –no sólo para apuntalar procesos de reforma económica, sino también procesos de reforma educativa— en países como El Salvador de los años noventa, cuyos grupos empresariales emergentes –“los ricos más ricos de El Salvador”, los llamó María Dolores Albiac— estaban embelesados con el “milagro” económico chileno. Economistas graduados como Maestros y Doctores, principalmente, aunque no excluisivamente, en  universidades estadounidenses –formados con el rigor del cientificismo neoclásico y embebidos de las creencias y valores del economicismo neoliberal—, se convirtieron, como asesores o investigadores de fundaciones y gremios empresariales, no sólo en los ideólogos de los ricos más ricos, sino en los propagadores furibundos del credo neoliberal.

Así las cosas, no fue extraño que la reforma educativa que se iniciaba en El Salvador a mediados de los años noventa también tuviera como objetivo –un objetivo que quizás no era muy nítido en ese entonces, y que se fue haciendo más claro en la medida que la reforma iba avanzando— responder a las necesidades de los grupos  emergentes de poder económico en la recién iniciada postguerra. Estos últimos tenían el propósito de implementar, ya desde finales de los años ochenta, un modelo económico centrado en los servicios, la industria maquilera y las remesas que, siguiendo las recetas neoliberales probadas en otras países –por ejemplo, en Chile—, poco a poco se fue abriendo paso hasta convertirse, dos décadas después, en el predominante.

La reforma educativa siguió de cerca este afianzamiento de un modelo económico neoliberal, adquiriendo sus rasgos definitorios –desde el economicismo de sus marcos conceptuales, pasando por el practicismo e instrumentalismo de sus métodos de enseñanza/aprendizaje, hasta la identificación de sus objetivos con la formación personas aptas para el consumo y con las destrezas adecuadas para insertarse en el nuevo modelo económico— en paralelo con la consolidación de aquél. La experiencia salvadoreña, por cierto, no constituyó ninguna excepción a lo sucedido en los años ochenta y noventa en América Latina, pues el conjunto de las reformas educativas en la región se dieron en el contexto de la globalización neoliberal. Como anotan Jorge M. Gorostiaga y César G. Tello,

“La reforma – en muchos casos a través de la sanción e implementación de nuevas leyes generales de educación – fue un fenómeno común a casi todos los países latinoamericanos, en un movimiento que proponía los cambios educativos más profundos desde la instauración de los sistemas educativos nacionales de fines del siglo XIX y principios del XX. Estas reformas se produjeron en el marco de procesos de reestructuración neoliberal del Estado y la economía que incluían la apertura al comercio internacional y el fomento de la inversión extranjera, con el apoyo de diferentes organismos internacionales”.

Esos mismos autores destacan la perspectiva  “economicista” de algunas de esas reformas, según la cual la educación debe apuntalar la competitividad económica y la inserción “exitosa” de las economías nacionales en el orden económico mundial. Citan, al respecto, documentos del Banco Mundial (BM) y del Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (PREAL) que ilustran este economicismo educativo.

“Una de las principales debilidades de los países de ALC en el mercado mundial actual es la falta de capital humano, lo cual ha limitado severamente su capacidad de dedicarse a la investigación y de introducir innovaciones tecnológicas. Por lo tanto, sus posibilidades de responder al desafío de la competencia internacional dependerán de la rapidez con que puedan diversificar sus economías, actualizar las habilidades de su fuerza laboral actual, y preparar a los niños para adaptarse a las circunstancias económicas cambiantes cuando ingresen al mundo laboral” (Banco Mundial, 1999).

“El Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (PREAL, 2001), enfatiza, en algunos pasajes con un tono dramático, la obligación de ‘avanzar al ritmo de las necesidades de la economía global’. A pesar de que se menciona repetidas veces la importancia de la educación para el fortalecimiento de la democracia y el aumento de la equidad, el acento parece puesto en el desarrollo económico y en la competencia con otros países. Se señala que Latinoamérica no está preparando a sus alumnos para competir en una economía globalizada. Además, se plantea la necesidad de otorgar poder de decisión a las escuelas, con metas de rendimiento y mecanismos de rendición de cuentas establecidos a nivel central, instando a que éstas participen en pruebas estandarizadas internacionales, ya que ‘la competitividad internacional exige que cada país tenga una clara comprensión del rendimiento de los alumnos’”.

Fue esa perspectiva economicista la que permeó a la reforma educativa salvadoreña a medida que la misma se implementaba. En ese proceso, se abandonaron los propósitos humanistas planteados en el documento que le dio origen, en tanto que una filosofía de la educación inspirada en los ideales y objetivos del neoliberalismo terminó por modearle y marcarle sus derroteros. Sólo unos pocos analistas cayeron en la cuenta de la tensión existente entre el humanismo y el neoliberalismo en la Propuesta de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo –con la daba inicio la reforma educativa de los años noventa en El Salvador. Cabe destacar aquí la contribución de Ricardo Ribera, quien en un artículo publicado en 1995 –y titulado precisamente “Entre el humanismo y el neoliberalismo. Análisis político-filosófico del informe de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo” — planteó con lucidez crítica esa tensión. Una tensión que terminó por resolverse, en los 15 años siguientes, a favor del neoliberalismo.

Fotografía: transparenciaactiva

*Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-cambio-curricular-en-el-salvador-en-los-anos-noventa/

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Jóvenes en El Salvador: “Vidas frustradas”

El Salvador/Autora: Alina M. Lotti/CubaSí

Crimen, miseria y exclusión social caracterizan la sociedad salvadoreña actual. De ahí el sueño de fundar una nueva universidad pública y gratuita, que beneficie a las grandes masas.

Las estadísticas sobre los jóvenes en El Salvador resultan escalofriantes. Al margen de que cada año alrededor de 50 mil solicitan su ingreso a la universidad y apenas unos seis mil son admitidos, todos los días entre 12 y 15 pierden la vida a causa de la violencia en las calles o por la acción de pandillas criminales.

Ese es el motivo principal de la lucha que desde hace algún tiempo vienen realizando Sabas Clavel Fuentes y Mónica Fernández Rubio para crear una nueva universidad pública, inspirada en la figura del Padre Rutilio Grande, una “apuesta por la prevención de la violencia y el desarrollo equitativo», con énfasis en la formación agropecuaria y agroindustrial como eje del desarrollo productivo.

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Mónica y Sabas, dos impulsores de la nueva universidad encaminada a satisfacer las necesidades en materia educativa de los sectores más pobres de la sociedad salvadoreña. (Foto: Agustín Borrego)

Sabas, profesor jubilado de Matemática y Ciencias Naturales, y Mónica, misionera española quien desde 15 años reside en la nación centroamericana, forman parte del proyecto Una Mesa Común para Todas y Todos, que impulsa la creación de la nueva institución en beneficio del pueblo.

Invitados a participar en el reciente Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, ambos llegaron a Cuba con el objetivo de recabar solidaridad internacional, firmar Cartas de Intención con diversas instituciones y así tener la posibilidad de trasladar a El Salvador la experiencia cubana en materia educativa.

Hace tres años que presentaron en la Asamblea legislativa la propuesta. A pesar de que ya han recogido 40 mil firmas de aprobación, hasta la fecha los diputados no se han pronunciado al respecto.

Al referirse a la situación que vive hoy el país, Sabas explicó que solo un 8,3 % de la población tiene acceso a estudios universitarios y apenas el 2 % de quienes residen en las zonas rurales.

El proyecto anhelado ya tiene nombre: Universidad Nacional Padre Rutilio Grande y apuesta por la prevención de la violencia y la equidad 

Los que ingresan —dijo— lo logran mediante exámenes en la Universidad Estatal de El Salvador (pública), los demás van a las calles, y algunos que cuentan con determinadas facilidades económicas acceden a las privadas.

En El Salvador está el crimen organizado, hay bandas de asesinos. Por eso la importancia de cambiar la mentalidad de los jóvenes, que el neoliberalismo impulsa hacia la guerra. Allá los ricos son injustos, no pagan impuestos, «quizás si lo hicieran no sería necesario andar buscando ayuda».

De ahí la propuesta de fundar otra universidad pública, gratuita, que ofrezca 65 carreras en las facultades de Agricultura y Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales y Humanidades, Ingeniería y Arquitectura, Jurisprudencia, Ciencias Económicas y Arte y Cultura.

“Queremos iniciar con la primera de estas para potenciar la agricultura en las áreas rurales, ya que somos un país eminentemente agrícola y necesitamos profesionales capaces de formar a los campesinos para que cambien la manera arcaica de trabajar la tierra. Hoy la tecnología es atrasada y si preparamos a los jóvenes en este campo entonces la seguridad alimentaria sería una realidad en El Salvador”.

En relación con el nombre que llevará la institución, Mónica subrayó que el Padre Rutilio Grande fue un sacerdote jesuita, quien fuera asesinado en 1977, «muy amigo de Monseñor Romero*. Realmente una persona que marcó el destino de El Salvador, un mártir que posiblemente sea beatificado por el Papa Francisco”.

Comentó el intento de fundar esta entidad educativa, idea que nació en el municipio de Aguilares, situado a unos kilómetros al norte de la capital. “La nueva universidad podría significar un cambio en El Salvador, y resolver problemas históricos que vienen de muy lejos, quizás desde mis bisabuelos, con tanta destrucción y  abuso que tuvo su origen en la época de la conquista y la colonia.

“Desde ahí arrastramos en Latinoamérica una herencia muy negativa, unos paradigmas de abuso en los temas de género, en lo racial y, por supuesto, en lo socio-económico. Por lo tanto, hay que revertir esta situación. Y la educación puede apostar a ese cambio pacífico”.

Comentó que es la segunda ocasión que visita Cuba y siempre le entusiasma la idea. “En un evento como Universidad una aprecia una perspectiva amplia, interesante, hay presencia de todos los continentes y constituye una oportunidad maravillosa para intercambiar experiencias, y fortalecernos mutuamente.

“Aquí recibimos una respuesta solidaria de las universidades cubanas. Nuestro propósito es que cuando se apruebe la ley para fundar la universidad podamos tener el apoyo de las instituciones cubanas, pues se trata de echar a andar desde cero una nueva Casa de Educación Superior. Nos sentimos muy contentos y satisfechos con este acercamiento inicial y nos vamos con la certeza de que Cuba apoyará nuestro sueño”.

Fuente: http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/74131-jovenes-en-el-salvador-%E2%80%9Cvidas-frustradas%E2%80%9D

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El Salvador: Resultados de la PAES cambiarán al mejorar el proceso educativo

Centroamérica /EL Salvador / 26.02.2018 / Fuente: www.laprensagrafica.com.

Los resultados de la Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES) no han presentado mejoras significativas en casi una década, sino más bien se mantienen estáticos y pareciera que el sistema educativo sale reprobado; por lo que diputados miembros de la comisión de cultura y educación de la Asamblea Legislativa consideran que no habrá cambios, si no se hacen mejoras en al sistema.

En 2017, un total de 81,016 estudiantes de bachillerato se sometieron a la prueba y el promedio nacional fue 5.36, apenas 10 centésimas mayor al resultado de 2016, que fue de 5.26.

Diputados que participaron en el foro de LA PRENSA GRÁFICA consideran que es importante apostarle a la formación docente y trabajar desde la educación inicial para tener resultados diferentes.

“Está pasando eso, principalmente, por la deficiencia en el traslado de conocimientos a los estudiantes. Deben de haber docentes más comprometidos en la formación del estudiante. Yo sé que hay buenos docentes, yo sé que hay docentes que se esfuerzan, docentes que se actualizan, docentes que están analizando día con día el tema educativo, para actualizarse; pero también hay docentes que no”, dijo Mario Tenorio, diputado por el partido GANA.

Más que pensar en una medida técnica para cambiar el rumbo de los resultados de la PAES, se tendría que ver la formación docente y la motivación que se le da al estudiante. “Es decir, vamos a ver mejores resultados en la prueba PAES si el entorno sobre el cual el estudiante se forma es un entorno apto, es un entorno al menos básico para que este reciba su formación”, agregó.

Incluso es de la idea de que se debe evaluar si es necesario eliminar la prueba como requisito de graduación de bachillerato, como es actualmente.

La prueba se aplica desde 1997, cuando se obtuvo un promedio de 6.1, el siguiente año el resultado fue de 6.4 y se mantiene como el promedio más alto en los 20 años de aplicarse. De 2013 a 2017 ha oscilado entre 5.2 y 5.3.

Para el diputado Omar Cuéllar, del FMLN, el bajo resultado es un problema del sistema educativo y recordó que antes de 2009 se aplicaba una curva que aumentaba un punto a los resultados. “Necesitamos fortalecer las áreas de Ciencias Naturales, las áreas de Matemáticas. Pero eso significa tener condiciones apropiadas para irnos desarrollando”, dijo.

Otro de los aspectos de la prueba es que los resultados difieren entre las instituciones públicas y las privadas, estas últimas generalmente con mejor promedio.

“Yo quisiera expresar que se está rompiendo el mito de que siempre las instituciones privadas salen mejores que las instituciones públicas. Hemos tenido un avance importantísimo en el departamento de La Unión, en donde hubo uno de los mejores promedios en los últimos tres años”, añadió el legislador del partido oficial.

Educación inicial

En algo en que lo que coinciden los legisladores es que para mejorar los resultados de bachillerato en el futuro se debe trabajar en la educación desde los primeros años de la infancia.

“Es en la etapa donde adquieren las normas, cómo asimilan esos conocimientos nuestros niños en la etapa inicial”, dijo Lucía Ayala de León, diputada del partido ARENA y secretaria de la comisión de cultura y educación.

El sistema educativo habría atendido ya a 22,000 niños y niñas de cero a tres años y a 240,000 en parvularia, que sería un aumento de 5 % la cobertura en ese nivel con respecto a 2009.

No obstante, para la parlamentaria de ARENA también hace falta reformar las leyes de educación para garantizar que los estudiantes avancen de nivel educativo solo si han adquirido las competencias respectivas.

“En muchos centros educativos de educación pública no exigen el kínder, la preparatoria no la exigen, llegan a primer grado sin saber leer y escribir. Y es por ello que vemos estos resultados en la PAES, que la verdad son lamentables, porque quedamos reprobados, no llegamos ni al 6”, añadió De León.

En este aspecto, Tenorio indicó que se necesita modernizar las leyes General de Educación, de la Carrera Docente y la de Educación Superior, que fueron creadas en 1994.

“A esas leyes solo se le han ido estableciendo reformas. Ahí se encuentra el tan traído y llevado Artículo 18 de la Ley de la Carrera Docente, que es el que establece la forma de seleccionar a los docentes para que ingresen al sistema educativo nacional y que ha sido objeto de largas discusiones”, sostuvo.

Abordar las reformas a los cuerpos normativos quiere, a su juicio, una discusión más sería. “Yo siempre pienso que la educación no debe de tener un color político o no debe de tener bandera política. La educación es un compromiso de todos”, agregó Tenorio.

Por otro lado, sobre la idea de generar una política pública que permita al Gobierno comprar cupo a instituciones privadas para ampliar la cobertura, que fue una inquietud expresada por un miembro de la Asociación de Colegios Privados, los tres legisladores consideran que no es viable.

Indicaron que es el Estado el garante de brindar la educación a la niñez. Lo que proponen es un sistema de becas y avanzar en la gratuidad en la Universidad de El Salvador (UES) para los que provienen de colegios privados.

Fuente de la noticia: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Resultados-de-la-PAES-cambiaran-al-mejorar-el-proceso-educativo-20180223-0138.html

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El Salvador: Asamblea aprueba la creación del Instituto Nacional de Formación Docente

El Salvador / 25 de febrero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: El Urbano News

Con 58 votos la Asamblea Legislativa aprobó la creación del  Instituto  Nacional de Formación Docente  (INFOD) que tendrá por objeto la formación inicial y permanente de profesionales para el ejercicio de la carrera docente, la formación postgrado en diferentes especialidades  y la actualización de sus conocimientos.

El INFOD garantizará la calidad educativa mediante la aplicación de métodos pedagógicos, tecnológico s y de investigación novedosa y de aprendizaje continuo, que permita alcanzar  altos estándares profesionales.

El  Instituto contará con un Consejo Superior de Directores que estará compuesto por un representante del Ministerio de Educación, que ejercerá la presidencia del Consejo y quien tendrá voto de calidad , un representante de la Universidad de El Salvador , un representante de las instituciones de educación superior autorizadas para impartir formación docente, un representante del sector magisterial , el cual será elegido por votación directa por los docentes en servicio del sector público  y un profesional independiente calificado del sector educación, seleccionado por el Ministerio de Educación previa convocatoria pública

La comisión de Cultura y Educación, responsable del dictamen favorable que dará vida al INFOD, llevó a cabo un proceso intenso de consulta con todas aquellas instituciones vinculadas al tema, tales como universidades, asociaciones y gremiales, cuyos insumos fueron tomados en cuenta para la redacción de la Ley  en cuestión.

Las diputadas y diputados dieron su beneplácito a  este cuerpo legal que está encaminado a mejorar la calidad educativa de los presentes y futuros maestros del país.

Fuente de la Noticia:

Asamblea aprueba la creación del Instituto Nacional de Formación Docente

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La historia oculta del programa EDUCO

El Salvador / 25 de febrero de 2018 / Autor: D. Brent Edwards Jr. / Fuente: El Faro

El programa Educación con Participación de la Comunidad (EDUCO) no fue eficiente. Sus resultados en exámenes fueron peores que con el sistema tradicional. Pero las agencias internacionales neoliberales lo siguen promoviendo como ejemplo, escondiendo sus intenciones ideológicas y sus debilidades de ejecución.

La Educación con Participación de la Comunidad (EDUCO) fue un programa educativo emblemático que atrajo la atención internacional hacia El Salvador entre 1991 y 2011. Su objetivo declarado era aumentar el acceso a la educación para los niños de El Salvador, y se basó en una forma extrema de descentralización.

En contraste con muchos otros países en el momento, el Ministerio de Educación de El Salvador (MINED) transfirió la responsabilidad legal de la gestión de asuntos educativos del gobierno central al nivel local. De repente, en numerosas comunidades en todo El Salvador, consejos comunitarios formados por cinco padres o madres, conocidos como Asociaciones Comunales de Educación (ACE), se hicieron responsables de llevar a cabo algunas de las tareas más importantes y fundamentales de la política educativa, como la contratación y despido de maestros y la administración de presupuestos escolares. Era, en realidad, una versión exagerada de la neoliberalización de la educación.

Desde sus inicios, EDUCO fue adaptado por países vecinos (Nicaragua, Guatemala y Honduras), estudiado por diseñadores de políticas de todo el mundo y presentado en las publicaciones de alto perfil de las organizaciones internacionales como el Banco Mundial, la UNESCO y el Banco Interamericano de Desarrollo. Los partidarios de EDUCO lo han promovido como una política naturalmente superior, y en el proceso han producido una historia de los orígenes del programa y sus logros. Esta narrativa dominante, o «historia oficial», se puede encontrar en publicaciones presentadas por el MINED, el Banco Mundial y varios consultores del Banco Mundial (especialmente en sus evaluaciones de programas, que se citan con frecuencia). Esa narrativa ha sido recogida y reproducida por muchos autores y comentaristas que abordan cuestiones relacionadas con la educación.

Pero la historia que cuentan los promotores de EDUCO es incorrecta. Oscurece lo que yo considero una historia oculta, más fidedigna.

La historia política de EDUCO

En varias publicaciones, pero más recientemente en mi nuevo libro The Trajectory of Global Education Policy: Community-Based Management in El Salvador and the Global Reform Agenda , proporciono evidencia que revela esta historia oculta. Mi investigación se llevó a cabo principalmente durante el periodo 2011-2012 cuando estuve afiliado a la UCA con una beca Fulbright. Consulté los acervos de la biblioteca de la UCA, los archivos de La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy, el MINED, FUSADES, USAID, el Banco Mundial y una colección de documentos personales de la consultora de la UNESCO que concibió la idea de seguir el camino de dejar la administración de la educación en manos de la comunidad. Complementé mi investigación de archivo con 82 entrevistas con actores clave.

Los defensores de EDUCO lo describen como un simple caso de formulación de políticas racionales en el que el MINED simplemente quería encontrar una manera de mejorar el acceso de los niños a la educación después de una década de guerra civil. Pero, si bien esto era parte de la historia, muchos otros factores estaban en juego:

Primero, al final de la guerra el gobierno salvadoreño y sus formuladores de políticas educativas enfrentaban presiones que influyeron fuertemente en la dirección de la reforma educativa. Después de una década de guerra civil, y en el contexto de un presupuesto drásticamente reducido para la educación, una de las únicas formas de acceder a la financiación de la educación era a través del Banco Mundial. Sin embargo, para recibir la aprobación de un préstamo del Banco Mundial, generalmente los países tenían que adoptar reformas económicas neoliberales rígidas. Fue por esta razón que el MINED, bajo el liderazgo de Cecilia Gallardo, nombrada ministra en agosto de 1990, consideró primero imitar la reforma educativa chilena, en la que los padres recibían vales para enviar a sus hijos a escuelas privadas. Sin embargo, la misma Ministra se dio cuenta de que este modelo no funcionaría en El Salvador debido a las limitaciones del MINED y también a la segura resistencia del sindicato de maestros a la privatización de la educación.

A fines de 1990 una consultora de la UNESCO convenció al MINED y al Banco Mundial que experimentaran con la gestión basada en la comunidad. Esta idea surgió del estudio de la consultora sobre las condiciones del sistema educativo de El Salvador en los catorce departamentos. La consultora descubrió que durante la guerra civil, ante la ausencia de educación proporcionada por el gobierno, muchas comunidades se organizaron y contrataron maestros con una compensación mínima.

Por lo tanto, uno de los secretos irónicos de EDUCO es que la inspiración para sus iniciativas de descentralización provino, al menos en parte, de las áreas controladas por el FMLN, donde el descuido del gobierno se combinaba con una filosofía de organización comunitaria democrática para producir educación autónoma basada en la comunidad.

Tanto el MINED como el Banco Mundial se resistieron a imitar un enfoque que tenía orígenes en las comunidades del FMLN, pero finalmente se dieron cuenta de que podían adaptarlo a sus necesidades. El Banco Mundial razonó que la retórica de la solidaridad podría eliminarse y que la gestión basada en la comunidad podría enmarcarse en torno a conceptos favorables al neoliberalismo como la rendición de cuentas, la eficacia y la eficiencia. La idea era que la rendición de cuentas resultaría de la contratación de docentes por contratos de un año, renovables a discreción de las ACE. Este sistema sería, sobre el papel, más efectivo a través de una mejor calidad de enseñanza y mejores resultados en los exámenes, porque los maestros se ausentarían en teoría con menos frecuencia y tratarían de realizar sus tareas mejor por temor a perder sus trabajos. Finalmente, la eficiencia sería el producto de una mejor gestión del presupuesto por parte de las ACE porque supuestamente solo comprarían los suministros que necesitaba su escuela local.

Para el MINED, EDUCO cumplió con otros dos objetivos políticos que convenientemente quedan fuera de la historia oficial. Primero, ese diseño permitiría al gobierno socavar y subvertir el sistema educativo que el FMLN había construido durante la guerra, y que se estima que atendió a más de 13,000 estudiantes con una coalición de aproximadamente mil educadores populares, principalmente en los departamentos de Morazán, Chalatenango y Cabañas. Debido a que el programa EDUCO requería que las ACE contrataran maestros con credenciales oficiales (es decir, un certificado de enseñanza), las comunidades del FMLN no podían contratar a sus educadores populares.

La segunda agenda política que satisfizo EDUCO fue el debilitamiento del sindicato de maestros, que el gobierno de ARENA consideraba aliado del FMLN. Este objetivo se logró al exigir que las ACE contrataran maestros que no fueran miembros del sistema de carrera oficial del MINED, lo que significaba que no eran elegibles para unirse al sindicato.

Un plan anterior a los Acuerdos

Hacia fines de 1990, el MINED y el Banco Mundial comenzaron a implementar EDUCO. Lanzaron un breve programa piloto en seis comunidades a principios de 1991, y poco después se comprometieron completamente con el programa. A mediados de 1991 el Banco Mundial aprobó los fondos para el programa, lo que significaba que EDUCO se implementó incluso antes de que se firmaran los Acuerdos de Paz en 1992, y antes de que comenzara oficialmente el proceso de reforma educativa de posguerra.

A lo largo de la década de 1990, EDUCO recibió un apoyo inmenso, no solo en la forma de 69.3 millones de dólares en préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, sino también por medio de consultorías y evaluaciones. El Banco Mundial impuso en el programa varios requisitos relacionados con la evaluación, su marco legal, documentación e incluso la forma en de comerciarlo. Siguiendo las directrices del Banco Mundial, el MINED organizó una campaña radial y periodística para dar a conocer el programa y reducir la posible oposición.

Un aspecto final de la historia oculta de EDUCO es el papel de los Estados Unidos y el contexto de la Guerra Fría. EDUCO nunca hubiera existido de no haber sido por la creación de FUSADES y FEPADE, ambos financiados en parte por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional en los años ochenta. Estas organizaciones permitieron el surgimiento de nuevos actores políticos receptivos a las reformas neoliberales orientadas al mercado, incluyendo al presidente de ARENA, Alfredo Cristiani (1989-1994), y la ministro Cecilia Gallardo, que estaba vinculada a la cúpula del partido ARENA. Al menos 17 personas más afiliadas a FUSADES obtuvieron posiciones clave en el gobierno de Cristiani, desde donde aceleraron las reformas neoliberales.

Un economista del Banco Mundial incluso tomó un año sabático para asumir el cargo de Ministro de Hacienda en el gobierno de Cristiani.

El escándalo del legado de EDUCO

Aunque los defensores de EDUCO hacen una variedad de afirmaciones sobre su éxito, una lectura atenta de la evidencia revela que no produjo mejores resultados educativos. Por el contrario, tuvo efectos negativos en los resultados de las pruebas. El Banco Mundial y sus consultores han presentado interpretaciones irracionalmente favorables de los datos.

No existe evidencia que indique que EDUCO fue más eficiente, que condujera a una forma más sólida de participación comunitaria, o que promoviera la rendición de cuentas entre los docentes y las ACE. Si bien la evidencia disponible muestra una gran variación en el rendimiento y las actividades de las ACE, también muestra que los padres tuvieron en muchas comunidades problemas con los requisitos de documentación y con su propia inexperiencia en el seguimiento y la gestión de los docentes.

Además, no existe evidencia que respalde la afirmación de que la función principal de las ACE, es decir, la contratación y el despido de profesores, se realizara de manera significativa. Un estudio producido por el MINED muestra que a menudo el proceso de contratación no lo orientaban las ACE, sino más bien respondía a sugerencias de otros profesores, directores de escuela o personal en las oficinas departamentales. Este hecho revela una seria debilidad en EDUCO, porque el proceso de contratación se presenta como una de sus características más importantes y exitosas.

Se puede decir mucho más sobre EDUCO en la práctica. Por ejemplo, las escuelas EDUCO eran, en promedio, más desfavorecidas que las escuelas públicas tradicionales (en términos de recursos disponibles y proporciones entre maestros y estudiantes), y con frecuencia recibían un apoyo mínimo de las oficinas departamentales del MINED. El punto más importante es que, en general, ninguna de estas deficiencias de EDUCO se conoce, ni en El Salvador ni a nivel internacional. Por el contrario, EDUCO vive como una fantasía, un ejemplo ficticio de gestión exitosa basada en la comunidad. Gracias a los estudios producidos y difundidos ampliamente por el Banco Mundial, junto con el incansable apoyo de muchos representantes del MINED que trabajaron con EDUCO durante la década de 1990, este programa continúa siendo citado como una forma de mejorar la rendición de cuentas, la eficacia y la eficiencia en la educación.

El engaño es que a pesar de que la realidad práctica de EDUCO no fue positiva, el legado basado en una historia oficial continúa apoyando reformas educativas. Y a la vez, desvía la conversación de cómo hacer que la participación comunitaria funcione más genuinamente en la práctica.

Fuente del Artículo:

https://elfaro.net/es/201802/ef_academico/21445/La-historia-oculta-del-programa-EDUCO.htm

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Paradigmas educativos

Por: Óscar Picardo Joao

El sistema educativo que tenemos fue diseñado entre el Medioevo (pizarra y Magister) y la era industrial (currículum y grados) y muchos intelectuales o influencers contemporáneos como: Daniel Pink, Ken Robinson, Peter Gray, Salman Khan o Seth Godin, señalan que la educación está desactualizada y es ineficaz.

Se han identificado al menos seis problemas principales de los sistemas educativos –según NEXT School, Big Picture School–: 1.- Valores de la era industrial: privilegiando el mecanicismo y la individualidad; o el seguir instrucciones y la limitada cooperación entre pares. 2.- Falta de autonomía: Limitada interdisciplinariedad, creatividad y multimedia; el libro de texto es la guía. 3.- Aprendizaje poco auténtico: Caracterizado por la irrelevancia, la memorización y el enfoque bancario (Freire). 4.- El aula sin pasión: La jornada escolar se desarrolla entre rutinas, y altamente homologada. 5.- Aprendizajes: sin respuesta a inteligencias múltiples o intereses de los estudiantes; autoridad del docente y del libro de texto. 6.- Pedagogía y evaluación: ¿quién es el protagonista?, ¿cómo medimos?, ¿cuál es el baremo?; se enseña privilegiando el modo magistral y se evalúa para controlar con escalas poco reales.

Pero la vida y el trabajo real es muy distinto a la escuela y a la universidad…; el mercado laboral demanda trabajo en equipo, creatividad, capacidades y sobre todo uso de los conocimientos y capacidades para resolver problemas, cosa que no se ve en las aulas. En las experiencias cotidianas sociales, económicas, políticas o laborales, no están escondidos o guardados los recursos (como en los exámenes); están ahí, para que sean utilizados; debes dialogar con otros –que posean otros talentos– para tener una mirada multidisciplinaria.

Si bien el docente es un factor determinante de lo educativo, las herramientas tecnológicas que poseemos actualmente son un complemento fundamental y en no pocos casos compiten con aburridas clases; aprender con MOOC o con tutoriales de YouTube, buscar en Google, simular con Math Lab, imprimir en 3D, crear grupos de trabajo en redes sociales, leer con realidad aumentada, construir con robótica y arduino, programar o diseñar de modo digital son experiencias fundamentales para los niños y jóvenes actuales.

Debemos trabajar en el nuevo paradigma de la “Era de la Información y el Conocimiento” (Educación 4.0) o la escuela será cada vez será más obsoleta, aburrida, irrelevante y propiciará más deserción. Esto no implica una revolución radical, sino una planificación prospectiva inteligente que implique al menos cuatro pasos: a) capacitación y diálogo con los docentes; b) revisión y adecuación curricular paulatina; c) adquisición de nuevos equipos y laboratorios; y d) dudar de la eficacia de los sistemas actuales de evaluación, promoción y normas de convivencia.

La escuela y la universidad pueden y deben cambiar, y para ello es necesario un diálogo eficaz con los stakeholders y actores externos de los sistemas, sin olvidar: ¿para qué y para quién graduamos estudiantes?

Fuente: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Paradigmas-educativos-20180213-0154.html

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Banco Mundial: Aprender, clave para el futuro de los jóvenes centroamericanos

Banco Mundial – Centro América/ 13 de febrero de 2018/Por Seynabou Sakho. Directora del Banco Mundial para Centroamérica/Fuente: http://www.bancomundial.org 

¿Sabían que, con cada año adicional de escolarización, los ingresos de una persona aumentan entre un 8% y un 10%? Esto significa que dejar la escuela tiene consecuencias sobre los individuos, ya que los hace más vulnerables a la pobreza, pero también sobre los países porque afecta su crecimiento. Es por ello que resulta fundamental invertir en prevenir la deserción escolar, un ámbito donde si bien América Latina y el Caribe ha logrado avances en los últimos años, todavía enfrenta retos. Según datos del Banco Mundial, uno de cada tres jóvenes en la región no alcanza el nivel secundario superior.

En Centroamérica estas cifras son todavía más altas, particularmente en las escuelas rurales, las zonas indígenas y los hogares de bajos ingresos. Según nuestro último informe sobre gasto público y social en el istmo, si bien el porcentaje de adolescentes que empiezan la secundaria es alto, muchos de ellos desertan antes de finalizar la secundaria baja (37% en Guatemala, 42% en Honduras y 43% en Nicaragua) o la secundaria alta (un 53% en Costa Rica, un 55% en El Salvador y un 57% en Panamá).

En términos de calidad también existen retos. De los 72 países y economías que participaron en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de 2015, los 10 países participantes latinoamericanos obtuvieron puntajes por debajo del promedio para su nivel de ingresos.

Todo esto amenaza el aprendizaje. Y sabemos que aprender es la verdadera clave para el futuro de los jóvenes, ya que permite que se adquieran los conocimientos necesarios para obtener empleos de calidad. Dicho de otra forma, es el factor fundamental para generar oportunidades, poner fin a la pobreza y contribuir a que las brechas sociales se cierren.

A pesar de ello, garantizar el aprendizaje sigue siendo un desafío en muchos países, según el último Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018 que publicamos. De acuerdo al documento, después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir o hacer operaciones matemáticas básicas. Esto no solo supone una oportunidad desaprovechada sino también una gran injusticia. Pues los niños y jóvenes con los que la sociedad está más en deuda son aquellos que más necesitan de una educación para prosperar en la vida.

Conscientes de ello, los países centroamericanos han trabajado para resolver la crisis del aprendizaje en diferentes ámbitos, desde la educación básica hasta la superior. En este esfuerzo cuentan con la contribución del Banco Mundial, que viene apoyando a la región a través de proyectos de inversión y donaciones. Por ejemplo, ayudando a mejorar el acceso y la calidad del sistema público de educación superior en Costa Rica, enfocándonos en la calidad docente y la infraestructura escolar de la educación básica en Nicaragua y buscando fortalecer la eficiencia del gasto en los programas educativos en Panamá.

En El Salvador concentramos los esfuerzos en mejorar la tasa de acceso, retención y graduación de estudiantes de primaria y secundaria mediante la adopción del Modelo de Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno. En Honduras contribuimos con la elaboración del Plan de Educación 2017-2030 y en Guatemala ayudamos a desarrollar sistemas de alerta temprana para prevenir el abandono escolar.

Además de los recursos financieros, el Banco Mundial ha apoyado a la región con análisis y estudios que buscan identificar los desafíos para lograr una educación de calidad, como el “Análisis institucional y del gasto social en América Central” y “Abandono escolar en Centroamérica: un panorama de las tendencias, las causas y las intervenciones prometedoras”.

Estos esfuerzos han permitido que los estudiantes dispongan de nuevas escuelas, bibliotecas y salas de estudios, que los docentes hayan adquirido nuevas habilidades pedagógicas y que más jóvenes accedan a la educación superior. También ha fomentado la inclusión y el empoderamiento de los jóvenes, tal y como me comentaba una estudiante en una reciente visita a una escuela de San Dionisio, en el departamento de Matagalpa, Nicaragua.

A pesar de los logros, debemos seguir trabajando. En primer lugar, para asegurar el aprendizaje de las materias básicas como lectura y matemáticas. Pero también para que las nuevas tecnologías sean parte integral de los sistemas educativos y abran nuevas oportunidades de aprendizaje a través de las plataformas online. Todo ello poniendo un especial énfasis en las poblaciones más vulnerables, como los indígenas, cuya educación es una prioridad en el nuevo proyecto que estamos preparando para apoyar el Plan de Desarrollo Integral de Pueblos Indígenas de Panamá.

Sobre todos estos temas discutimos el pasado 1 de febrero con representantes de los Ministerios de Educación de Centroamérica en un evento que tuvo lugar en Managua para analizar los desafíos y oportunidades de la calidad educativa en el istmo. Con ello reiteramos nuestro compromiso con los jóvenes y con la educación, un pilar fundamental para que ellos y sus familias puedan escapar de la pobreza.

Seynabou Sakho es Directora del Banco Mundial para Centroamérica

Fuente:

http://www.bancomundial.org/es/news/opinion/2018/02/01/aprender-clave-para-el-futuro-de-los-jovenes-centroamericanos

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