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México: Declaración Patrimonial y de Intereses, ¿las y los Docentes estamos obligados a presentarla?

Por: Juan Antonio Guerrero Orrostieta

«Las y los docentes, no administran recurso o deuda pública, tampoco son representantes populares…»

Éstos días se ha generado una importante inquietud respecto a este tema entre Trabajadores de la Educación a lo largo y ancho del país, por lo cual nos dimos a la tarea de investigar un poco más acerca del mismo, llegando a la conclusión de que las y los Docentes NO ESTAMOS OBLIGADOS A PRESENTAR DECLARACIÓN PATRIMONIAL Y DE INTERESES, otorgando varios argumentos.

Según datos de los espacios gubernamentales, la declaración patrimonial consta en que las y los servidores públicos deban presentar la información respecto de la situación y estado actual de su patrimonio, de su cónyuge y de sus dependientes económicos; y, que en cuanto a la de intereses, respecto a sus relaciones personales, familiares y de negocios, a fin de evitar un conflicto de interés, y que afecte el desempeño imparcial de su empleo, cargo o comisión.

Está estipulado en el artículo 108 de nuestra Carta Magna (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos) que los Servidores Públicos, son los representantes de elección popular, miembros del Poder Judicial de la Federación, los funcionarios y empleados, y en general, toda persona que desempeñe un empleo, cargo o comisión en el Congreso de la Unión o Administración Pública Federal así como servidores públicos de los organismos descentralizados; en el penúltimo párrafo establece también que las Entidades Federativas precisaran el carácter de servidores públicos (del orden estatal) que serán responsables por el manejo indebido de recursos públicos y la deuda pública, estando todos estos obligados a presentar su Declaración Patrimonial y de Intereses.

Entonces, podemos comentar en un primer momento que las y los docentes no administramos recursos públicos ni partidas económicas, mucho menos deuda pública.

Lo que da origen a éstas acciones, es el hecho de establecer principios, bases y procedimientos para que las Entidades se coordinen con la Federación para prevenir, investigar y sancionar faltas administrativas y hechos de corrupción, a través de los Sistemas de Anticorrupción, por medio de bases de datos que ayuden al Sistema Nacional de Fiscalización, ejercicio que obviamente es necesario en la agenda política en los diferentes espacios de Gobierno.

El “Acuerdo del Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción” plantea que deberá haber una serie de formatos “aprobados” por la misma instancia para que las y los trabajadores puedan presentar estos datos, situación que en el área Educativa no existe.

Algunas instancias que ya van avanzadas en estás herramientas, se informa de todos los bienes Muebles – conjunto de menaje de casa, joyas, obras de arte, vehículos, maquinaria, semovientes y otros – e Inmuebles – casa habitación, departamento, edificio, local comercial, predio rústico, predio urbano, ejido, rancho, granja u otros – propiedad del servidor público, de su cónyuge o dependientes económicos adquiridos de cualquier forma. De todo lo anterior se desprenden o complementan datos como lo son: ampliación o mejoras; dinero en efectivo y cuentas de inversión; gravámenes o adeudos que afecten el patrimonio declarado; ingreso promedio mensual a la fecha de declaración; ingreso neto recibido después de la última presentación de declaración; aplicación de los ingresos del manifestante, conyugue y/o dependientes; y, observaciones y aclaraciones. Todo lo anterior y ante el contexto que permea en todos los espacios de nuestra República en materia de inseguridad y violación de las bases de datos personales ya existentes, puede resultar un atractivo – de muchas maneras ilícitas – para quienes puedan ingresar a observar de manera detallada las posesiones de cualquier trabajador o trabajadora de la educación y lo cual pondría en un serio riesgo su integridad y la de su familia.

Una vez especificado lo anterior, cabe mencionar que en ninguna Ley, Reglamento, Manual o Norma se establece de manera EXPLÍCITA que las y los docentes estén obligados a presentar información alguna respecto a los bienes con los que se cuenta, por lo que jurídicamente hablando y apegados a las máximas del Derecho, no es un deber hacerlo e incluso puede representar serias violaciones por parte de quienes demanden la entrega de dicha información.

Básicamente, la Declaración Patrimonial y de Intereses, se puede ver cómo una herramienta Fiscal relacionada a la Declaración Anual de Impuestos, ya que corrobora que las percepciones están acorde a las posesiones y que va los contribuyentes estén en el régimen fiscal correcto de acuerdo a la información proporcionada, en otras palabras, que estén pagando los impuestos correspondientes en cuanto a ingresos y bienes.

Pol último, y como argumentos finales de este análisis, podemos llegar a la conclusión que:

  1. Ninguna ley obliga explícitamente a las y los trabajadores de la Educación a presentar ésta información.
  2. No existen manuales aprobados por parte del SNA o SEA para el vaciado de los datos en SEP o las Secretarias de Educación Estatales.
  3. Las y los docentes, no administran recurso o deuda pública, tampoco son representantes populares o de alguna de las instancias mencionadas en el 108 Constitucional.
  4. No existe la orden de algún juez por la investigación o comisión de algún delito que obligue a presentar información personal.
  5. No existe certeza de donde pueda ir a parar la información que pueda ser proporcionada.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Bienvenido al Estado Suicida

Por: Vladimir Safatle

Vos sos parte de un experimento. Tal vez sin darte cuenta, pero sos parte de un experimento. El destino de tu cuerpo y tu muerte son parte de un experimento de tecnología social, de una nueva forma de gestión. Nada de lo que está sucediendo en este país, que se confunde con nuestra historia, es fruto de la improvisación o del voluntarismo de los agentes de comando. Incluso porque nunca nadie intentó entender los procesos históricos buscando aclarar la intencionalidad de los agentes. Saber aquello que los agentes creen que están haciendo es realmente lo que menos importa. Como dije más de una vez, generalmente lo hacen sin saber.

Este experimento del que vos sos parte, al que te empujaron a la fuerza, tiene nombre. Se trata de la implementación de un “estado suicida”, como dijo alguna vez Paul Virilio. O sea, Brasil mostró definitivamente cómo es el escenario de implementación de un estado suicida. Una nueva etapa de los modelos de gestión inmanentes al neoliberalismo. Ahora, su rostro  es más cruel, su fase más terminal.

Se equivoca quien cree que esto es solo la ya tradicional figura del necroestado nacional. Caminamos en dirección a un más allá de la temática necropolítica del estado como gestor de la muerte y de la desaparición. Un estado como el nuestro no es apenas el gestor de la muerte. Es el actor contínuo de su propia catástrofe,  el cultivador de su propia explosión. Para ser más preciso, es la mezcla de la administración de la muerte de sectores de su propia población y del coqueteo continuo y arriesgado con su propia destrucción. El fin de la Nueva República terminará en un macabro ritual de emergencia de una nueva forma de violencia estatal y de rituales periódicos de destrucción de cuerpos.

Un estado de esta naturaleza sólo apareció una vez en la historia reciente. Este se materializó de forma ejemplar a través de un telegrama. Un telegrama que tenía número: Telegrama 71.  Con este telegrama, en 1945, Hitler proclamó el destino de una guerra ya perdida. En él escribía: “Si la guerra está perdida, que la nación perezca”. Con él, Hitler exigía al propio ejército alemán que destruyese lo que restaba de infraestructura, convalidando la derrota de la nación alemana. Como si ese fuese el verdadero objetivo final: que la nación perezca por sus propias manos, esas manos que antes habían desencadenado la guerra. Este era el modo nazi de dar respuesta a una rabia secular contra el propio estado y contra todo lo que en algún momento había representado. Celebrando su destrucción y la nuestra. Existen varias formas de destruir un estado y una de ellas, la forma contrarrevolucionaria, es acelerar en dirección a su propia catástrofe, aunque se lleve consigo nuestras vidas. Hannah Arendt nos habló del hecho espantoso de que aquellos que adherían al fascismo no vacilaban en transformarse en sus propias victimas, aun cuando el monstruo terminara devorando a sus propios hijos.

Sin embargo, el foco del espanto no debería estar puesto allí. Como decía Freud: la misma autodestrucción de la persona no puede ser completada sin alguna satisfacción libidinal. Ese es en verdad el verdadero experimento, un experimento de economía libidinal. El estado suicida logra hacer de la revuelta contra un estado injusto de cosas, contra las autoridades que nos excluyen, un ritual de destrucción de sí en nombre de la creencia en la voluntad soberana y en la preservación de un liderazgo que debe escenificar su omnipotencia en el mismo momento en que ya está clara como el sol su impotencia miserable. Si el fascismo fue siempre una contra-revolución preventiva, no olvidemos que ha sabido transformar la fiesta de la revolución en un ritual inexorable de auto-inmolación sacrificial. Hacer que el deseo de transformación y de diferencia se conjugue con una gramática de sacrificio y de autodestrucción: esa ha sido siempre la ecuación libidinal que funda el estado suicida.

El fascismo brasilero y su nombre propio, Bolsonaro, han encontrado una catástrofe para llamar a la suya. Se presenta en la forma de una pandemia que exigiría de la voluntad soberana y de su paranoia social compulsivamente repetida, que fuese sometida a la acción colectiva y a la solidaridad genérica, teniendo en cuenta la emergencia de un cuerpo social que no debería dejar a nadie librado a su suerte en su camino directo al Hades. Ante la sumisión a una exigencia de autopreservación que toma de la paranoia su teatro, sus enemigos, sus persecuciones, sus delirios de grandeza, la elección resulta, no obstante, en el flirteo con la muerte generalizada. Si aún precisásemos alguna prueba de que lidiamos con una lógica fascista de gobierno, esta sería la definitiva. No se trata de un estado autoritario clásico que usa la violencia para destruir a sus enemigos. Se trata de un estado suicida de tipo fascista que sólo encuentra su fuerza cuando afronta la posibilidad de su propio final.

Es claro que dicho estado se funda en la mixtura tan nuestra de capitalismo y esclavitud, de publicitario de coworking, de rostro joven e indiferencia asesina para con la muerte, reducida a efecto colateral del necesario buen funcionamiento de la economía. Algunos comienzan a oír a empresarios, a dueños de restaurantes, a publicitarios –puercos trasvestidos en nuevos heraldos de la racionalidad económica- decir que peor que el miedo a la pandemia debería ser el miedo al desempleo. En verdad ellos están delante de los señores de esclavos que aprendieron ahora a hablar business english. La lógica es la misma, solo que extendida a toda la población. El ingenioso experimento ya no puede detenerse. Y nadie va a generar un drama nacional porque algunos esclavos mueran. Al final, ¿qué significan 5.000, 10.000 muertes si estamos hablando de “garantizar empleos”, más aún, de garantizar que todos continúen siendo expoliados y masacrados en acciones sin sentido y sin fin, en cuanto trabajan en las condiciones más miserables y precarias jamás imaginadas?

La historia de Brasil resulta de la instrumentalización contínua de esta lógica. La novedad es que ahora se aplica a toda la población. Poco tiempo atrás, el país dividía a los sujetos entre “personas” y “cosas”, o sea, entre aquellos que serían tratados como personas -cuya muerte provocaría luto, narrativa, conmoción, y aquellos que serían tratados como cosas, cuya muerte es apenas un número, una fatalidad, frente a la cual no habría razón alguna para llorar. Ahora llegamos al punto de consagración de esta lógica. La población es apenas un suplemento descartable frente a un proceso de acumulación y de concentración a todas vistas indetenible.

Es claro que siglos acumulados de necropolítica han permitido que el estado brasilero adquiera ciertas habilidades. Él sabe que uno de los secretos de este juego es hacer desaparecer los cuerpos. Retirar números de circulación, cuestionar datos, colocar los muertos por coronavirus en otra rubrica, abrir fosas en lugares invisibles. Bolsonaro y sus amigos, llegados desde los sótanos de la dictadura militar, saben cómo operar con esa lógica. El viejo arte de administrar y gestionar la desaparición, que el estado brasilero sabe hacer tan bien. De cualquier forma, there is no alternative. Ese era el precio a pagar para que la economía no detuviese su marcha, para que los empleos fuesen garantizados. Alguien tenía que hacer el sacrificio. La única cosa graciosa es que siempre son los mismos los que pagan. La verdadera cuestión es otra, a saber: ¿quién es aquel que nunca paga por los sacrificios y a la vez sermonea tras un evangelio bastardeado de azotes?

Pues vean qué cosa más interesante. En la República Suicida Brasilera no hay chance alguna de hacer que el sistema financiero vierta sus lucros obscenos en un fondo común para el pago de salarios de la población confinada, ni de implementar un impuesto constitucional sobre grandes fortunas para tener a disposición parte del dinero que la elite vampirizó del trabajo compulsivo de los más pobres. No, esas posibilidades no existen. There is no alternative: ¿será necesario repetirlo una vez más?

Esta violencia es la matriz del capitalismo brasilero. ¿Quién financió la dictadura y la creación de aparatos de crímenes contra la humanidad con los cuales se torturaba, violaba, asesinaba y se hacían desaparecer cadáveres? ¿No había ahí dinero del Banco Itaú, Bradesco, Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, Fiesp, o sea, de todo el sistema financiero y empresarial que hoy tiene garantizadas sus ganancias por los mismos que ven nuestras muertes como un problema menor?

En la época del fascismo histórico, el estado suicida se movilizó a través de una guerra que no podía detener. O sea, la guerra fascista no era una guerra de conquista. Era un fin en sí mismo. Como si fuese “un movimiento perpetuo, sin objeto ni objetivo”, cuyos impasses sólo llevan a una aceleración mayor. La idea nazi de dominación no está ligada al fortalecimiento del estado, sino a una dinámica en constante movimiento. Hannah Arendt diría esto: “La esencia de los movimientos totalitarios es que puedan permanecer en el poder mientras estén en movimiento y transmitan movimiento a todo aquello que los rodea”. Una guerra ilimitada que implica la movilización total de todo agente social, la militarización absoluta en dirección a un combate que se torna permanente. Guerra, sin embargo, cuya dirección no puede ser otra que la pura y simple destrucción.

Sólo que el estado brasilero nunca necesitó de una guerra porque siempre fue el gestor de una guerra civil no declarada. Su ejército no sirve para otra cosa que para atentar cada cierto tiempo contra su propia población. Esta es la tierra de la contrarrevolución preventiva, como decía Florestan Fernandes. La patria de la guerra civil sin fin, de los genocidios sin nombre, de las masacres sin documentos, de los procesos de acumulación de Capital hechos a través de balas y de miedo contra quien se movilice en otra dirección. Todo esto aplaudido por un tercio de la población, por tus abuelos, tus padres, por aquellos cuyos circuitos de afectos están sujetos a ese deseo inconfesable de sacrificio de los otros y de sí por generaciones. Pobres de aquellos que todavía creen que es posible dialogar con quien en este momento estaría aplaudiendo a los agentes de la SS.

Porque las alternativas existen, pero si fueran implementadas serían otros los afectos que se pondrían en circulación, fortaleciendo a aquellos que rechazan tal lógica fascista, permitiéndoles finalmente imaginar otro cuerpo social y político. Tales alternativas pasan por la consolidación de la solidaridad genérica que nos hace sentirnos parte de un sistema de mutua dependencia y de apoyo, en el cual mi vida también depende de la vida de aquellos que son parte de “mi grupo”, que están en “mi lugar”, que tienen “mis propiedades”. Esta solidaridad que se construye en los momentos dramáticos les recuerda a los sujetos que participan de un destino común que debe sustentarse colectivamente.

Algo muy diferente del “si yo me infecto es problema mío”. Mentira atroz, porque, en verdad, será un problema del sistema público de salud, que no podrá atender a otros porque necesita cuidar de la irresponsabilidad de uno de los miembros de la sociedad. Pero si la solidaridad apareciese como afecto central, es la farsa neoliberal la que caería, esta misma farsa que debe repetir, como decía Thatcher, que “no existe esa cosa llamada sociedad, apenas existen individuos y familias”. Sólo que el contagio, Margareth, es el fenómeno más democrático e igualitario que conocemos. Este nos recuerda, al contrario, que no existe esa cosa de individuo y familia, que existe la sociedad que lucha colectivamente contra la muerte de todos y siente colectivamente cuando uno de los suyos cree que vive solo.

Como dije antes, las alternativas existen. Pasan por suspender el pago de la deuda pública, por gravar finalmente a los ricos y proporcionarles a los más pobres la posibilidad de cuidar de sí y de los suyos, sin preocuparse por volver vivos de un ambiente de trabajo que será foco de diseminación, que será la ruleta rusa de la muerte. Si alguien supiera realmente cómo hacerlo en las huestes del fascismo, recordaría lo que sucede con uno de los únicos países del mundo que rechaza seguir las recomendaciones para combatir la pandemia: este sería objeto de un cordón sanitario global, de un aislamiento en tanto posible foco no controlado de la proliferación de una enfermedad de la cual los otros países no quisieran contagiarse. Ser objeto de un cordón sanitario global debería ser algo realmente muy bueno para la economía nacional.

Mientras tanto nosotros luchamos con todas las fuerzas para encontrar algo que nos haga creer que la situación no es tan mala, que todo se trata de derrapes y sinsabores de un insano. No, no hay insanos en esta historia. Este gobierno es la realización necesaria de nuestra historia de sangre, de silencio, de olvido. Historia de cuerpos invisibles y de Capital sin límites. No hay insanos. Al contrario, la lógica es muy clara e implacable. Esto ocurre solamente porque cuando es necesario radicalizar siempre hay alguien en este país que dice que todavía no es el momento. Frente a la implementación de un estado suicida sólo nos restaría una huelga general por tiempo indeterminado, un rechazo absoluto a trabajar hasta que este gobierno caiga. Sólo nos restaría quemar las fábricas de los “empresarios” que cantan la indiferencia de nuestras muertes. Sólo nos restaría hacer que la economía pare de una vez utilizando todas las formas de contra violencia popular. Sólo nos restaría parar de sonreír, porque ahora sonreír es consentir. Pero ni siquiera un miserable pedido de impeachment es asumido por quien dice ser parte de la oposición. Sería difícil no acordarnos de estas palabras del evangelio: “Si la sal no sala, de qué sirve entonces”. Debe servir sólo para hacernos olvidar el gesto violento de rechazo que debería estar ahí cuando intentan empujar nuestra carne a su propio cadalso.

Fuentes:                 http://lobosuelto.com/bienvenido-al-estado-suicida-vladimir-safatle/

                                  Texto publicado originalmente en la sección Pandemia crítica de la editorial n-1 edições (n-1

                                  edições.org)

                                 ** Traducción libre: Florencia Carrizo y Franco Castignani para Los ejercicios posibles

                                 FOTO: Renata Molinari, Sin Cuerno, 2019

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El abc de la deuda contra los pueblos

Por: Eric Toussaint

Desde 2010, Grecia nos muestra cómo se priva de libertad a un país y a un pueblo mediante la obligación de pagar una deuda claramente ilegítima. Desde el siglo XIX, de América Latina a la China, pasando por Haití, Grecia, Túnez, Egipto y el Imperio Otomano, la deuda pública fue utilizada como arma de dominación y de expoliación. Al fin y al cabo, es la combinación de endeudamiento y libre comercio lo que constituye el factor fundamental de la total subordinación de las economías periféricas partir del siglo XIX. Las clases dominantes locales se asociaron a las grandes potencias financieras extranjeras para someter a los países y a sus pueblos a un mecanismo de transferencia permanente de riquezas de los productores locales hacia los acreedores, ya sean éstos nacionales o extranjeros.

Contrariamente a una idea preconcebida, no son, generalmente, los países endeudados periféricos los que provocan las crisis de deuda soberana. Esas crisis se desencadenan en primer lugar en los países capitalistas más poderosos, o son el resultado de sus decisiones unilaterales que arrastran, de rebote, crisis más generales en los países periféricos endeudados. No es el exceso de gastos públicos lo que lleva a una deuda a niveles insostenibles, sino las condiciones impuestas por los acreedores locales y extranjeros. Los tipos de interés reales fueron abusivamente aumentados y las comisiones cobradas por los banqueros, particularmente, onerosas. La consecuencia no podía ser otra: los países que se endeudaban no eran capaces de pagar sus deudas, así que tenían que recurrir constantemente a nuevos préstamos para pagar los antiguos. Y cuando no lo conseguían, las potencias acreedoras tenían el derecho de recurrir a una intervención militar para hacerse reembolsar.

Las crisis de la deuda, y su desarrollo, están siempre controladas por la acción de los grandes bancos de las principales potencias económicas y por los gobiernos que los sostienen.

Durante los últimos dos siglos, varios Estados repudiaron con éxito sus deudas argumentando que eran ilegítimas u odiosas. Fue el caso de México, Estados Unidos, Cuba, Rusia, China o Costa Rica. Los conflictos alrededor del pago de la deuda dieron lugar a la elaboración de la doctrina jurídica de la deuda odiosa que siempre es de actualidad.

DEUDA ODIOSA

Según la doctrina jurídica de la deuda odiosa cuya teoría desarrolló Alexander Sack en 1927, una deuda es odiosa cuando se juntan dos condiciones esenciales:

1.- La ausencia de beneficio para la población: la deuda no fue contraída en nombre del interés del pueblo y del Estado, sino contra su interés y/o por el interés personal de dirigentes y de personas próximas al poder.

2.- La complicidad de los prestamistas: los acreedores sabían (o estaban en condiciones de saberlo) que los fondos prestados no beneficiaban a la población. Según esta doctrina, la naturaleza despótica o democrática de un régimen no debe tenerse en cuenta.

Sack, padre de la doctrina, dice claramente que se pueden atribuir a un gobierno regular deudas odiosas. Sack escribió: «Una deuda regularmente contraída por un gobierno regular (puede) considerarse como incuestionablemente odiosa,…». Sack definía un gobierno regular de la siguiente manera: «Debemos considerar un gobierno regular el poder supremo que existe efectivamente dentro de los límites de un territorio determinado. Que ese poder sea monárquico (absoluto o limitado) o republicano; que proceda de la ‘gracia de Dios’ o de la ‘voluntad del pueblo’; que exprese la ‘voluntad del pueblo’ o no, del pueblo entero o solamente de una parte de éste¸ que se haya establecido legalmente o no, etc., todo esto no tiene importancia para el problema que nos ocupa».

Sack escribió que una deuda puede considerarse odiosa si, uno, las necesidades, a causa de las cuales el anterior gobierno había contraído la deuda en cuestión, eran ’odiosas’ y francamente contrarias a los intereses de la población de todo o parte del antiguo territorio y, además, los acreedores, en el momento de la emisión del préstamo, habían estado al corriente de su destino odioso. Y, prosigue, «establecidos estos dos puntos, correspondería a los acreedores la tarea de probar que los fondos producidos por los citados préstamos habían sido, de hecho, utilizados no para necesidades odiosas, dañinas para la población de todo o de parte del Estado, sino para necesidades generales o especiales de ese Estado, que no ofrecen un carácter odioso». Esta doctrina fue aplicada varias veces a lo largo de la historia.

UN POCO DE HISTORIA

Los acreedores, ya sean poderosos Estados, organismos multilaterales a su servicio o al de los bancos, supieron perfectamente maniobrar para imponer su voluntad a los deudores. Desde la primera mitad del siglo XIX, un país como Haití sirvió de laboratorio. Fue la primera república negra independiente ya que se libró del yugo francés en 1804. Sin embargo, París no había abandonado sus pretensiones sobre Haití, y consiguió una indemnización real para los esclavistas: los acuerdos firmados en 1825 con los nuevos dirigentes haitianos instauraron una deuda de independencia monumental, que Haití ya no pudo pagar a partir de 1828 y que estuvo más de un siglo para poder saldarla. Eso hizo imposible cualquier forma real de desarrollo.

La deuda también fue utilizada por Francia para someter a Túnez en 1881, o al Reino Unido para someter a Egipto, puesto que las potencias acreedoras se valieron de las deudas impagadas para dominar a países que hasta ese momento habían sido soberanos. Fue un caso similar el de Grecia en los años 1830, cuando fue creada, ya con la carga de una deuda que la encadenaba al Reino Unido, a Francia y a Rusia. La isla de Terranova, que en 1855 se había convertido en el primer dominio autónomo del Imperio Británico, mucho antes que Canadá o Australia, renunció a su independencia después de la grave crisis económica de 1933 para hacer frente a sus deudas y, finalmente, fue unida a Canadá en 1949, cuando éste aceptó hacerse cargo del 90% de la deuda de Terranova.

LA DEUDA DE LOS AÑOS 1960-1970

El proceso se reprodujo después de la II Guerra Mundial, cuando los países de América Latina necesitaron capitales para financiar sus desarrollos y cuando los países asiáticos primero, y luego los africanos, accedieron a la independencia durante los años 1960. La deuda constituyó un instrumento muy importante para imponer políticas neocoloniales. Después de la II Guerra Mundial ya no se permitió recurrir a la fuerza contra un país deudor y por lo tanto se comenzaron a utilizar otros medios.

Los préstamos masivos otorgados, a partir de los años 1960, a un número creciente de países de la periferia (comenzando por los aliados estratégicos de las grandes potencias como el Congo de Mobutu, la Indonesia de Suharto, el Brasil de la dictadura militar, y hasta países como México y Yugoslavia) tuvieron la función de lubrificante de un potente mecanismo de toma de control de países que habían comenzado a adoptar, con verdadero éxito, políticas independientes de sus antiguas metrópolis y de Washington.

Tres grandes actores incitaron a esos países a endeudarse, engolosinándoles con tipos de interés relativamente bajos: los grandes bancos occidentales que tenían un exceso de liquidez, los países del Norte que querían relanzar sus economías en crisis después del auge del precio del petróleo de 1973 y el Banco Mundial con el objetivo de reforzar la zona de influencia geopolítica de Estados Unidos y de no dejarse marginar por los bancos privados. Las clases dominantes locales también incitaron al aumento de la deuda y obtuvieron beneficios sin que el pueblo resultara beneficiado.

LAS ELUCUBRACIONES TEÓRICAS SOBRE LA NECESIDAD DE RECURRIR AL ENDEUDAMIENTO EXTERNO

Según el enfoque dominante que se enseña en las universidades, al ahorro es previo a la inversión y es insuficiente en los PED. Por lo que la escasez de ahorro es un factor explicativo fundamental para el bloqueo del desarrollo y es necesario el aporte de financiación exterior. Paul Samuelson, en Economics (Samuelson, 1980), se basa en la historia del endeudamiento de Estados Unidos en los siglos XIX y XX, para determinar cuatro etapas diferentes que conducen a la prosperidad:

1. Una nación endeudada joven y emprendedora (desde la guerra revolucionaria de 1776 hasta el fin de la guerra civil en 1865);

2. una nación endeudada madura (desde 1873 hasta 1914);

3. una nueva nación acreedora (desde la Primera Guerra Mundial a la Segunda);

4. una nación acreedora madura (años 1960).

Samuelson y sus émulos plantaron en un centenar de países que constituían el Tercer Mundo, después de la II Guerra Mundial, el modelo de desarrollo económico de Estados Unidos, desde finales del siglo XVIII hasta la Segunda Guerra Mundial como si la experiencia de Estados Unidos fuera simple y llanamente imitable para todos esos países.

En lo que concierne a la necesidad de tener que recurrir al aporte de capitales extranjeros (bajo la forma de préstamos y de inversiones extranjeras), uno de los asociados de Walt W. Rostow, Paul Rosenstein-Rodan, emplea la fórmula siguiente: «Los capitales extranjeros refuerzan la formación del capital nacional, es decir que esos capitales serán invertidos totalmente; la inversión conllevará un aumento de la producción. La función principal de la entrada de capitales extranjeros es ayudar a la formación del capital nacional y que alcance un porcentaje que pueda ser mantenido sin ayuda exterior suplementaria» (Rosenstein-Rodan, 1961). Esta afirmación contradice a la realidad: no es cierto que los capitales extranjeros refuercen la formación de capital nacional, ni que sean totalmente invertidos. Una gran parte de esos capitales salen rápidamente del país hacia el cual se dirigieron temporalmente (fuga de capitales, repatriación de beneficios).

No es cierto que los capitales extranjeros refuercen la formación de capital nacional, ni que sean totalmente invertidos. Una gran parte de esos capitales salen rápidamente del país al que se dirigieron temporalmente

Otro error monumental de Paul Rosenstein-Rodan, que fue director adjunto del departamento económico del Banco Mundial entre 1946 y 1952, cuando hizo predicciones correspondientes a la fecha en la que una serie de países llegaría al crecimiento autosostenido. Según Paul Rosenstein-Rodan, Colombia debería haber alcanzado ese Estado en 1965, Yugoslavia en 1966, Argentina y México entre 1965 y 1975, India a comienzos de los años 1970, Pakistán, tres o cuatro años más tarde; Filipinas después de 1975. Los hechos demostraron la vacuidad de esas afirmaciones.

La planificación del desarrollo, bajo el punto de vista del Banco Mundial y del establishment universitario en Estados Unidos, condujo a una impostura pseudocientífica basada en ecuaciones matemáticas que quisieron otorgar legitimidad y credibilidad a la determinación de que los PED debían depender de la financiación exterior. He aquí un ejemplo, formulado muy seriamente por Max Millikan y Walt Whitman Rostow en 1957: «Si la tasa inicial de inversión interna en un país representa el 5 % del ingreso nacional, si los capitales extranjeros llegan a una tasa constante equivalente a un tercio del nivel inicial de inversión interna, si el 25 % de cualquier ingreso suplementario es ahorrado y reinvertido, si la ratio capital/producto es de 3 y si el tipo de interés de la deuda externa y los dividendos repatriados son equivalentes al 6 % por año, cuando hayan pasado catorce años el país estará en condiciones de no pedir más préstamos al exterior y podrá mantener una tasa de crecimiento del 3 % sobre la base de sus propios ingresos» (Millikan y Rostow, 1957). En ningún caso, esa afirmación ha sido confirmada y los países continuaron recurriendo a la deuda externa.

Realmente, esos autores, favorables al mantenimiento del sistema capitalista global por Estados Unidos, se negaban a contemplar la aplicación de profundas reformas que habrían permitido un desarrollo no subordinado a la financiación externa.

EVOLUCIÓN DE LA DEUDA DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO EN LOS AÑOS 2000

A partir de 2003-2004, el precio de las materias primas y de los productos agrícolas comenzó a aumentar en un contexto de fuerte demanda internacional. Eso permitió a los países exportadores de tales productos aumentar su recaudación, sobre todo en divisas (dólar, euro, yen, libra esterlina). Algunos Países en Desarrollo (PED) aprovecharon para elevar sus gastos sociales mientras la mayoría invirtió sus ingresos en la compra de bonos del Tesoro de Estados Unidos, financiando por este medio a la principal potencia mundial.

Por otro lado, el aumento de los recursos de algunos países, debido al aumento de ingresos en divisas y de la afluencia de inversores privados, antes del estallido de la crisis de 2007-2008, hizo perder peso a instituciones como el Banco Mundial y el FMI.

Otro factor reforzó ese fenómeno: China, en plena expansión, se transformó en el taller del mundo y acumuló enormes reservas de cambio, lo que le permitió aumentar significativamente la financiación de los países en desarrollo. Sus préstamos entraron en competencia con los de las instituciones financieras multilaterales y de los países industrializados.

En los años 2000, la reducción de los tipos de interés en el norte redujo la cuota de la deuda en el sur. Los bancos centrales de los países más industrializados procedieron a una rebaja de sus tipos de interés, sobre todo después de la crisis que estalló en América del Norte y en Europa occidental a partir de 2007-2008, y a la inyección masiva de liquidez en el sistema financiero para rescatar a los grandes bancos y empresas endeudados, lo que implicó indirectamente una reducción del coste de la refinanciación para los países en desarrollo. Esa financiación a bajo coste, junto a la afluencia de capitales del norte a la búsqueda de rendimientos más altos frente a unos tipos de interés bajo en el norte y a una recaudación por exportación elevada, dio a los gobiernos de los países en desarrollo una peligrosa sensación de seguridad.

La situación comenzó a degradarse a partir de los años 2016-2017, ya que el tipo de interés creciente fijado por la FED (pasó de 0,25 % en 2015 a 1,50 % en octubre de 2019), y los beneficios fiscales para las grandes empresas estadounidenses ofrecidos por Donald Trump, conllevaban una repatriación de capitales hacia Estados Unidos. Además, los precios de las materias primas tendieron a bajar, lo que disminuyó los ingresos de los países en desarrollo exportadores de bienes primarios y volvió más difícil el pago de la deuda, ya que se efectúa principalmente en dólares o en otras divisas.

Desde 2018- 2019, una nueva crisis de la deuda afecta directamente a países como Argentina, Venezuela, Turquía, Indonesia, Nigeria, Mozambique…La devaluación de las monedas de esos países encarece el coste del pago de sus deudas que se efectúa, casi siempre, en dólares.

PANORAMA GLOBAL DE LA DEUDA EN EL SUR

Estos últimos años estuvieron caracterizados por un aumento significativo de la deuda externa en términos absolutos. Se triplicó entre 2000 y 2017. La mayor parte de este aumento se concentró en el sector privado.

En el caso de la deuda pública externa, el volumen aumentó, pero con menor intensidad, que el de la deuda externa de las empresas privadas.

ÁFRICA

Con respecto al África subsahariana, los flujos salientes hacia el extranjero, mediante el servicio de la deuda y la repatriación de los beneficios de las transnacionales, son muy elevados. En 2012, la repatriación de los beneficios de la región más empobrecida del planeta representó el 5 % de su PIB contra el 1 % de la ayuda pública al desarrollo. En ese contexto, conviene preguntarse: ¿quién ayuda a quién?

Si se toma en cuenta el saqueo de los recursos naturales de África por las grandes sociedades privadas, la fuga de cerebros, los bienes mal adquiridos acumulados por las clases dominantes africanas y colocados en los países desarrollados, la manipulación de los precios de transferencia por las sociedades transnacionales privadas… se verá claramente que África está exangüe.

Las relaciones europeas con África constituye un ejemplo de relaciones neocoloniales. Éstas se desarrollaron más allá de los acuerdos ACP de Cotonou. Actualmente, la UE impone otros marcos más importantes en sus relaciones con ÁFRICA, un marco de asociación de la UE para las migraciones —el plan de acción de La Valette con los procesos de Jartum y de Rabat— y hay que añadir los marcos y tratados bilaterales que los países europeos mantienen con países o regiones de África. Sin olvidar que 15 países africanos todavía tienen el Franco CFA como moneda, pero que, para 8 de entre ellos se transformará en el ECO.

Muchos ciudadanos y ciudadanas de los países del Norte no saben hasta qué punto las condiciones y cláusulas impuestas en esos tratados ponen las bases de una nueva crisis de la deuda en los países en desarrollo. Algunos hechos esenciales que la mayoría de la gente ignora son los siguientes:

• Que mientras el volumen total de la ayuda al desarrollo que Europa envía a África todos los años es de aproximadamente 21.000 millones de dólares. Migrantes africanos y africanas, residentes en Europa, envían más de 30.000 millones de dólares, o sea casi un 50 % más de la ayuda al desarrollo.

• Que los fondos actualmente disponibles en el Fondo de Inversiones Europeo para todo el continente africano se estiman en 3.300 millones de dólares, o sea el equivalente al coste de un proyecto de infraestructura de mediana envergadura como, por ejemplo, un puerto.

Además, el nuevo presupuesto propuesto por la UE que cubre el período 2021 a 2027 prevé adjudicar más de 34.900 millones de dólares a diversos mecanismos de control migratorio. Finalmente, Europa gastará más para patrullar sus fronteras que lo que da a África como ayuda al desarrollo, o lo que corresponde a las pérdidas comerciales que África tiene con Europa. El impacto de esos tratados sobre los resultados comerciales es también notable. Desde 2003 hasta 2014, África siempre tuvo una balanza comercial excedentaria con Europa, mientras que desde 2015, la tendencia se invirtió y se llegó a un déficit de cerca de 30.000 millones de dólares.

El discurso de los medios dominantes y de los gobiernos consiste en decir que hay un exceso de deuda, demasiado gasto público de los Estados y, en consecuencia, que hay que pagar la deuda y reducir esos gastos públicos. En el CADTM intentamos ante todo preguntarnos de dónde vienen las deudas, si los objetivos perseguidos a través de la acumulación de deudas eran legítimos, y si fueron contraídas de manera legítima y legal. Este es el enfoque que intentamos tener y es cierto, en efecto, que no es el que aparece en los medios dominantes. Estos no ven ningún interés en este punto de vista y, además, opinan que esta cuestión está desconectada de la realidad.

A pesar del optimisto del Banco Mundial y del FMI, la deuda continúa representando un serio obstáculo para la satisfacción de los derechos humanos

El sistema deuda de hoy reproduce toda una serie de mecanismos de dominación de los Estados poderosos sobre los Estados más débiles. Hay que añadir que también las clases dominantes de los países endeudados se benefician del endeudamiento. Animan a los gobernantes a pedir prestado en el mercado interno y en el extranjero, pues el empréstito contribuye a que los impuestos, que pesan sobre la burguesía, no sean elevados. Compran títulos de la deuda de su país a fin de obtener un rendimiento garantizado por el Estado y un alto rendimiento.

A pesar de los discursos optimistas del Banco Mundial y del FMI, la deuda de los PED continúa representando un serio obstáculo para la satisfacción de los derechos humanos y las necesidades fundamentales de sus habitantes. Las desigualdades aumentaron profundamente y los progresos en el desarrollo humano fueron muy limitados. Hace falta luchar para liberarse del sistema deuda.

Ámérica Latina y Caribe

En América Latina y en el Caribe, la deuda externa se multiplicó por 165 veces entre 1970 y 2012. Durante ese período, la región transfirió a sus acreedores un total de 3.253 billones de dólares.

América Latina presenta uno de los saldos negativos de deuda externa más elevados entre los continentes en desarrollo en el período 1985-2017.

EL IMPACTO DEL PAGO DE LA DEUDA SOBRE LA UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS PÚBLICOS.

LA SITUACIÓN DEL PAGO DE LA DEUDA DEL SUR GLOBAL

Si tenemos en cuenta la evolución, entre 2015 y 2017, los gastos gubernamentales para 50 países de ingresos bajos, se constata un aumento de los gastos relativos al pago de la deuda, una reducción de los gastos en materia de salud y un estancamiento en materia de educación.

Se constata también que entre 2015 y 2017, se produce un aumento de los gastos públicos ligados al pago de la deuda pública en África, en Asia del Sur y en general en todos los países de ingresos bajos.

Según Milan Rivié, en referencia al FMI, en julio de 2019 entre los países de ingresos bajos, nueve estaban en situación de sobreendeudamiento y 24 a punto de serlo, o sea el 39 % del total. Y eso es una prueba de la incapacidad (y de la ausencia de voluntad) de las instituciones financieras internacionales (IFIs) de responder con eficacia y por un largo tiempo al sobreendeudamiento. La mitad de esos países aplicaron al pie de la letra las políticas de ajuste de la Iniciativa para países pobres muy endeudados PPME, lanzada por el G7, el Banco Mundial y el FMI en 1996. Y según una ONG alemana, 122 países estarían, en realidad, en una situación de endeudamiento crítico.

ES POSIBLE NEGARSE A PAGAR UNA DEUDA ILEGÍTIMA

En realidad, es totalmente posible resistir a los acreedores, como se comprobó en México durante la presidencia de Benito Juárez, quien se negó a asumir, en 1867, las deudas que el régimen del emperador Maximiliano había contraído ante la Société Générale de París dos años antes para financiar la ocupación de México por el ejército francés. En 1914, en plena revolución, cuando Emiliano Zapata y Pancho Villa luchaban en la ofensiva, México suspendió completamente el pago de la deuda externa considerada como ilegítima, reembolsando solamente, entre 1914 y 1942, sumas simbólicas con el único fin de ganar tiempo. Entre 1934 y 1940, el presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó sin indemnización la industria petrolera y los ferrocarriles, y expropió más de 18 millones de hectáreas a los grandes terratenientes para devolvérselos a las comunidades indígenas. La tenacidad dio buenos resultados: en 1942, los acreedores renunciaron a cerca del 90 % del valor de los créditos y se contentaron con una pequeña indemnización por las empresas que habían sido expropiadas. México logró tener un gran desarrollo económico y social durante las décadas de 1930 a 1960. Otros países como Brasil, Bolivia y Ecuador suspendieron con éxito los pagos a partir de 1931. En el caso de Brasil, la suspensión selectiva de pagos continuó hasta 1943, año en que un acuerdo permitió reducir la deuda en un 30%.

Países como México, Brasil, Bolivia y Ecuador suspendieron con éxito los pagos a partir de 1931

Más recientemente, en Ecuador, el presidente Rafael Correa instauró en julio de 2007 una comisión de auditoría de la deuda pública. Después de 14 meses de trabajo, esta comisión remitió unas conclusiones que demostraban el carácter ilegítimo e ilegal de una gran parte de la deuda pública. En noviembre de 2008, el gobierno decidió suspender unilateralmente el pago de los títulos de la deuda vendidos en los mercados financieros internacionales y que tenían vencimiento en 2012 y en 2030.

Finalmente, el gobierno de ese pequeño país salió vencedor de una prueba de fuerza con los banqueros norteamericanos poseedores de esos títulos. Luego compró por 900 millones de dólares títulos que valían 3.200 millones de dólares. Al hacer eso, el Tesoro Público ecuatoriano economizó 7.000 millones de dólares sobre el capital prestado y sobre los intereses que quedaban por pagar. De esa manera, el gobierno ecuatoriano pudo liberar nuevos medios financieros que permitieron aumentar los gastos sociales. Sin embargo, Ecuador no fue objeto de represalias económicas. Es evidente que el rechazo a pagar una deuda ilegítima constituye una medida necesaria pero en sí misma insuficiente para generar desarrollo. Para lograrlo, es necesario aplicar un programa coherente. Se trata de generar recursos financieros al aumentar los recursos del Estado a partir de los impuestos que respeten la justicia social y ambiental (Millet y Toussaint, 2018).

Fuente e imagen: EL SALTO DIARIO    https://contrahegemoniaweb.com.ar/el-abc-de-la-deuda-contra-los-pueblos

Traducido  por: Griselda Pinero

 

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Socializar los costos: Pensiones, deuda pública y captura del Estado en El Salvador

Por: Saira Barrera y Armando Álvarez.

Fantástica actividad interactiva para aprender a realizar debates. Haced clic en la imagen para acceder a ella.

 

Como parte de la serie de investigaciones “Élites, desigualdad y captura del Estado” impulsada por Oxfam y CLACSO, estudiamos la captura del Estado en la política de endeudamiento público en El Salvador. Donde centramos nuestra atención en la deuda pública generada por el costo de transición de la reforma previsional de 1996 en la cual se pasó de un sistema de reparto público a un sistema de capitalización individual privado.

Para comprender los principales hallazgos, es necesario contextualizar que durante el 2017 El Salvador tuvo serios problemas de deuda pública, lo que provocó que en abril de ese mismo año el Estado cayera en impago. Al igual que en muchos otros países, la principal explicación que se dio a nivel mediático fue un gasto público muy elevado, por lo que las políticas económicas recomendadas fueron los recortes de gasto generalizado.

La investigación permitió identificar los problemas de la deuda pública con los costos de transición de la reforma de pensiones de 1996 y las post-reformas que se dieron para aumentar las bajas tasas de reemplazo que el sistema privado de capitalización individual otorgaba.

Los principales beneficiarios de este proceso de endeudamiento fueron las Administradoras de los Fondos de Pensiones (AFP), que han estado vinculadas con los grandes conglomerados financieros. Por su parte, la población en general fue la principal afectada, pues al no haber una reforma tributaria que dotara de mayores ingresos al Estado, los ajustes fiscales se hicieron principalmente a través de congelamientos del gasto público en áreas tan sensibles como educación, salud e inversión. La austeridad fue (y sigue siendo) un subterfugio para mantener intactos los privilegios de las AFP y para evitar dotar de progresividad al sistema impositivo. En pocas palabras, las reformas previsionales han sido un mecanismo de redistribución regresivo en El Salvador.

¿Qué mecanismos de Captura del Estado se identificaron?

  • Mecanismo político: la puerta giratoria. En la investigación se pudo constatar que funcionarios públicos de los gobiernos del partido de Alianza República Nacionalista (ARENA), quienes estuvieron directa e indirectamente vinculados con el proceso de la reforma de pensiones, pasaron a formar parte de las juntas directivas de las AFP que ellos mismos habían promovido. Es decir, algunos de los funcionarios que promovieron la privatización del sistema de pensiones se beneficiaron de este proceso. Por otro lado, algunos de estos funcionarios también formaron parte de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), uno de los principales tanques de pensamiento de El Salvador que contribuyó a nivel ideológico a identificar el problema de la deuda con el despilfarro en el gasto público.
  • Mecanismo mediático: el respaldo de los principales generadores de opinión pública. Se dio seguimiento a los dos periódicos de mayor circulación en El Salvador: El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica. Se retomaron los editoriales publicados durante las semanas cercanas de las reformas previsionales, en ellos se pudo constatar el respaldo al sistema privado de pensiones, a los recortes del gasto público, etcétera.
  • Mecanismo académico:el caso de la Fusades. Se estudió la postura de la Fusades durante las diferentes reformas previsionales, lo que permitió constatar cómo el tanque de pensamiento pasó de señalar la necesidad de una reforma fiscal para solventar los costos de transición al sistema de pensiones, a formar parte durante el 2017 de una iniciativa que promovió la idea de que la deuda pública era generada por el despilfarro del gobierno y, además, promovió la reforma de pensiones realizada durante ese mismo año que dejó intacto los intereses de las AFP y comprometió aún más las ya bajas tasas de reemplazo.

Desafíos para combatir la Captura del Estado en el sistema de pensiones

Uno de los enormes desafíos que deben enfrentar las sociedades para combatir la captura en los sistemas de pensiones, es la educación previsional. En las distintas reformas previsionales estudiadas, la clase trabajadora tenía poco conocimiento en relación al funcionamiento del sistema de pensiones y en relación a las reformas que se estaban proponiendo. Lo anterior dificulta que la clase trabajadora pueda manifestar su postura frente a las reformas que la benefician o perjudican respectivamente y, adicionalmente, facilita que subterfugios como la necesidad de las políticas de austeridad encuentren cabida en el ideario de las personas.

Un segundo desafío al momento de combatir este tipo de captura es que, al menos para el caso de El Salvador, las AFP forman parte de importantes conglomerados financieros que guardan una relación muy estrecha con el Estado (a través de la deuda pública, por ejemplo). Esto les otorga una enorme capacidad de negociación. Para realizar un contrapeso, es necesario que la clase trabajadora se encuentre organizada.

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org/socializar-los-costos-pensiones-deuda-publica-y-captura-del-estado-en-el-salvador/

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Filosofía de la UBA se prepara para la asamblea interestudiantil

América del Sur/Argentina/11.09.18/Fuente: laizquierdadiario.com.

En medio de la semana de toma, la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA se prepara para la gran asamblea de este jueves a las 18 hs. en Plaza de Mayo, el centro político del país

En la última asamblea del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA (CEFyL), se votó continuar la toma de la Facultad hasta el Viernes donde una nueva asamblea resolverá la continuidad de la medida.

La asamblea del CEFyL votó participar de la asamblea interestudiantil convocada para este Jueves a las 18 hs. en Plaza de Mayo donde confluirán estudiantes universitarios de distintas facultades así como secundarios y terciarios, para votar un plan de lucha frente al ataque del Gobierno y el FMI al conjunto de la educación pública.

Brenda Hamilton, presidenta del CEFyL y militante de En Clave Roja (PTS + Independientes) sostuvo que «queremos ser miles en la asamblea del Jueves para impulsar un plan de lucha conjunto de toda la comunidad educativa fmque enfrentamos los planes de ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI. Porque nos dicen que no hay plata para educación pero destinan millones de dólares por día a los intereses de la deuda pública.»

«Por eso, estudiantes de todo el país decimos que queremos plata para educación y no para la deuda que es la verdadera sangría del déficit fiscal del que tanto le gusta hablar a este Gobierno de empresarios especuladores», agregó Hamilton.

«Desde En Clave Roja propondremos a la asamblea participar de un corte en el Obelisco el Miércoles a las 8 hs. para confluir con los trabajadores como los del Astillero Río Santiago que también vienen enfrentando el ajuste del macrismo. Queremos poner en pie la fuerza de la unión entre estudiantes y trabajadores que en la historia de nuestro país ha llegado a protagonizar hechos como el Cordobazo, tirando abajo ministros de Economía y dictaduras militares», apuntó la presidenta del CEFyL.

La facultad ubicada en Puan 480 ya se pronunció, asamblea mediante, a impulsar el corte del próximo Miércoles en conjunto a sectores de trabajadores en lucha. El plan de ajuste recae no solo en educación, sino que es un saqueo abierto al pueblo trabajador encabezado por el FMI y Macri, en conjunto con peronistas y radicales en el Congreso, las burocracias atornilladas en los sindicatos, y los rectores universitarios y agrupaciones estudiantiles en nuestras facultades.

A pesar de ello, los estudiantes vienen expresando su fuerza y predisposición a luchar para vencer a lo largo y ancho del país, organizándose en asambleas, comisiones de base y tomas de facultades.

Fuente de la noticia: http://laizquierdadiario.com/Filosofia-de-la-UBA-se-prepara-para-la-asamblea-interestudiantil

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El desempleo comienza a ser un problema serio

Por Diego Penizzotto

“El paro de hoy le va a costar a los argentinos casi 29 mil millones de pesos. La única manera de sacar adelante nuestro país es trabajando” lanzó el Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne desde su cuenta personal de Twitter el último lunes durante el paro nacional convocado por la CGT.

La respuesta no tardó en llegar. Desde las centrales obreras señalaron que a diario se pierden u$s 250 millones por los intereses de la deuda pública y reclamaron al Ministro que atienda el reclamo de los trabajadores.

Distintos datos originadas en fuentes diversas, permiten advertir a priori que la situación en el mercado de trabajo comienza a ser delicada. Las estadísticas aún no reflejan por completo los efectos de la devaluación y la baja en el nivel de actividad. Significa que la situación puede ser aun más grave en el segundo semestre.

Finalizada la primera parte del año, el escenario muestra paritarias cerradas en torno al 15%. Mientras tanto, no solo el gobierno abandonó la meta en el acuerdo firmado con el FMI, el cual contempla una banda de inflación de entre el 27% y el 32% para este año, sino que la mayoría de los consultores privados ya estiman un piso inflacionario de 30%, lo cual duplica la meta original. Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, indica que la pérdida de poder adquisitivo en 2018 será de entre el 7% y el 19% dependiendo del acuerdo paritario en cada convenio colectivo.

La contracara a la problemática de los trabajadores registrados, es aun más preocupante. Los datos del Ministerio de Trabajo dados a conocer esta semana, dan cuenta de que en los primero cuatro meses de 2018, se perdieron 94.500 puestos de trabajo registrados. Solo en el mes de abril, se perdieron 28.600 puestos.

También esta semana, el Indec publicó los datos del mercado de trabajo para el primer trimestre del año, confirmando la tendencia: el desempleo trepó hasta el 9,1%. Implica que existen 1.183.000 personas que buscan trabajo y no lo consiguen y que dicha cifra se incrementó en 34.000 personas respecto al primer trimestre de 2017.

El mapa del desempleo

Reducir la problemática del mercado de trabajo solo a la cifra de desempleo, es un reduccionismo que no aporta demasiado al análisis. Más valioso es escudriñar el detalle del informe publicado por Indec, del cual surgen conclusiones sorprendentes.

En primer lugar, es necesario resaltar que las personas que sufren problemas de empleo representan una proporción mucho mayor al 9,1% de la Población Económicamente Activa (PEA). Según el organismo oficial, existe un 15,1% de la PEA catalogado como “ocupados demandantes”. Se trata de personas que tienen trabajo pero siguen buscando empleo. Allí se incluyen tanto a quienes se consideran “sub ocupados” por trabajar menos horas de las que desean, y a quienes tienen un trabajo de tiempo completo pero mantienen la búsqueda de empleo porque sus condiciones laborales actuales no les satisfacen. Se trata de otras 1.960.000 personas. En total, existen mas de tres millones de habitantes con problemas de empleo en Argentina, lo que significa casi un 25% de la PEA. Para encontrar una situación similar, hay que remontarse hasta el segundo semestre de 2016, al inicio de la gestión Macri (ver infograma).

En segundo lugar, los datos referidos al desempleo son todavía más relevantes si se los desglosa por sexo, edad, nivel de estudios y tiempo buscando empleo.

El segundo infograma muestra que el desempleo golpea por igual a mujeres (50,6%) y varones (49,4%). El mismo gráfico permite advertir que la mitad mas uno de los desempleados en Argentina, tiene menos de 29 años. El informe de Indec agrega que entre las mujeres de 14 a 29 años, el desempleo llega al 20,9%, mientras que entre los varones de 14 a 29 años, alcanza el 15,3%.

En cuanto a la calificación, una premisa histórica del mercado laboral, es que tener al menos la educación secundaria completa es condición necesaria para obtener empleo. Sin embargo, los datos muestran que en el primer trimestre de 2018, el 60% de los desempleados en Argentina, tiene educación secundaria completa, educación superior incompleta o educación superior completa. En pocas palabras, el desempleo afecta más a quienes tienen mayor grado de calificación.

Otro dato llamativo refiere al tiempo de búsqueda. La estadística oficial indica que 4 de cada 10 desempleados busca trabajo desde hace más de un año, lo cual revela el problema estructural de inserción que presenta el mercado de trabajo en Argentina.

Es revelador además, colocar las cifras en su contexto geográfico. Fuera del Gran Buenos Aires, donde el desempleo llega al 10,7%, la región más afectada es la Pampeana donde el ratio es 8,6%. La menos alcanzada es Cuyo donde el indicador es 4%, mientras que en la Patagonia llega al 6,6%. Por último, se observa que el desempleo tiene características urbanas. En los aglomerados de más de 500.000 habitantes la falta de trabajo llega al 10%, mientras que en las ciudades de menos de 500.000 es solo de 5,8%.

Datos
1.183.000
Las personas desempleadas en el primer trimestre del 2018. Otros 1.960.000 trabajan pero siguen buscando empleo.
23,4%
del total de los desempleados en Argentina es jefe de hogar a cargo del núcleo familiar.
40%
del total de los desempleados busca trabajo desde hace más de un año. Hay otro 26% que comenzó a buscar trabajo durante el 2018.
Fuente del artículo: https://www.rionegro.com.ar/pulso/el-desempleo-comienza-a-ser-un-problema-serio-CI5318657
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La deuda ha jugado un papel determinante en la historia

Por: Eric Toussaint

En toda una serie de acontecimientos históricos mayores, la deuda soberana era un elemento determinante (vease : http://www.cadtm.org/Repudio-de-las-deudas-soberanas). Fue el caso, a partir de comienzos del siglo XIX, en los Estados que luchaban por su independencia, en América latina desde México a Argentina o Colombia (http://www.cadtm.org/La-deuda-y-el-libre-comercio-como y tambien: http://www.cadtm.org/La-deuda-de-America-latina-y-sus). Para financiar la guerra de la independencia, esos países nacientes contrajeron préstamos con los banqueros de Londres en condiciones leoninas, que les condujeron en realidad a un nuevo ciclo de subordinación.

Otros Estados perdieron completamente, de forma oficial, su soberanía. Túnez tenía una autonomía relativa en el Imperio otomano, pero se había endeudado con los banqueros de París (http://www.cadtm.org/Francia-se-apodero-de-Tunez-usando). Claramente, utilizando el arma de la deuda, Francia justificó su puesta bajo su tutela, y su colonización. Diez años más tarde, en 1882, Egipto perdió también su independencia, primero ocupado por Gran Bretaña que quería recobrar las deudas contraídas por el país con los bancos ingleses, antes de ser transformado en colonia (http://www.cadtm.org/La-deuda-como-instrumento-para-la).

No se trata de un complot global y sistemático. Cuando los republicanos independentistas griegos y latinoamericanos acudieron a Londres para tomar prestados fondos, lo que iba a ocurrir luego no estaba previsto por la monarquía británica. Pero las grandes potencias percibieron muy rápidamente el interés que podían tener en el endeudamiento exterior de un país para justificar una intervención militar y una puesta bajo tutela, en una época en la que estaba permitido hacer la guerra para recuperar una deuda.

La crisis de la deuda griega del siglo XIX presenta similitudes con la crisis actual

Los problemas comenzaron como consecuencia de la primera gran crisis bancaria internacional, que estalló en Londres en diciembre de 1825. Los bancos, debilitados, no quisieron seguir prestando, igual que tras la crisis de Lehman Brothers en 2008. Los Estados nacientes como Grecia habían tomado prestado en condiciones tan abusivas, y los montantes percibidos eran tan bajos en relación a los montantes realmente tomados prestados, que eran incapaces de devolver sus créditos sin nuevos préstamos. Cuando los bancos dejaron de prestar, Grecia no fue ya capaz de refinanciar su deuda. Sus reembolsos se interrumpieron en 1827.

Es ahí donde el «sistema deuda» se parece al de hoy: las monarquías francesa, británica y el zar de Rusia -la troika- se pusieron de acuerdo en conceder un préstamo a Grecia y le permitieron nacer como Estado independiente, lo que les vino bien, pues desestabilizaba al Imperio otomano. A cambio, firmaron en 1832 un «convenio sobre la soberanía de Grecia». Creaba en Grecia una monarquía, cuando los independentistas querían una República. El rey elegido, Otón I, era un príncipe bávaro de 15 años, que no hablaba griego y jamás había puesto sus pies en Grecia. El documento estipula que esta monarquía tenía como deber consagrar prioritariamente en su presupuesto el reembolso de una deuda contraída con las tres potencias, vía el banco Rothschild de Paris, a fin de reembolsar a los banqueros londinenses. Los gastos asumidos por la troika para instalar esta monarquía, con el reclutamiento de 3500 mercenarios bávaros para hacer una guerra «de independencia», debían también ser reembolsados por Grecia.

Muestro así que a comienzos del siglo XIX, solo el 20% del montante prestado a Grecia llegó efectivamente a Grecia. El resto fue a las comisiones cobradas por el banco Rothschild, al pago de los mercenarios, a sus gastos de desplazamiento a Grecia y a otros gastos para la instalación de la monarquía (ver: http://www.cadtm.org/Grecia-nacio-con-una-deuda-odiosa).

Luego Grecia vivió en una situación de subordinación permanente. Cayó en ella de forma aún más fuerte a partir de 2010. De nuevo, se reunieron poderes públicos para recaudar fondos que sirvieran para reembolsar a los acreedores privados. En este caso, los bancos franceses, alemanes, belgas y holandeses (ver : http://www.cadtm.org/Documentos-secretos-del-FMI-sobre y http://www.cadtm.org/Grecia-los-bancos-en-el-origen-de).

La historia muestra igualmente una especie de alianza objetiva entre las clases dominantes de los países endeudados y los Estados prestamistas

No podemos comprender la historia del sistema sin considerar el papel de la clase dominante local. Esta empuja a las autoridades a pedir prestado en el interior y en el extranjero, pues el préstamo contribuye a que los impuestos, que pesan sobre la burguesía, no sean elevados. Se comporta también como rentista, invirtiendo ella misma en los bonos de Estado emitidos por su país.

Cuando el régimen del liberal-demócrata mexicano Benito Juárez repudió una parte de las deudas contraídas anteriormente por los conservadores, algunos burgueses demandaron la naturalización francesa, a fin de que Francia interviniera militarmente para derrocarle, en nombre del reembolso a sus ciudadanos (http://www.cadtm.org/Mexico-demostro-que-es-posible).

Sigue ocurriendo hoy. A finales de 2001, cuando Argentina suspendió el pago de su deuda, la burguesía argentina se ofuscó, porque una gran parte de la deuda emitida por Wall Street estaba en manos de capitalistas argentinos.

La noción de deuda «odiosa», nacida en los años 1920, no provenía de la izquierda, de aquellas personas a las que hoy llamamos «altermundialistas». ¿De dónde viene?

Durante el siglo XIX, hay una serie de repudios de la deuda. En particular en los Estados Unidos. En 1830, cuatro Estados de los Estados Unidos se ven afectados por disturbios sociales que derrocan a sus gobiernos corrompidos y repudian la deuda que éstos habían contraído con banqueros corruptos. Los proyectos de infraestructuras que supuestamente debía financiar no fueron realizados a causa de la corrupción.

En 1865, cuando los «nordistas» ganaron contra los «sudistas», decretaron que estos últimos debían repudiar las deudas contraídas con los bancos para financiar la guerra (es el contenido de la 14ª enmienda a la Constitución de los Estados Unidos). Una deuda considerada como «odiosa», pues fue contraida para defender el sistema esclavista.

A finales del siglo XIX, los Estados Unidos rechazaron igualmente que Cuba, independiente como consecuencia de su intervención militar, reembolsara la deuda que España había contraído en Paris en nombre de su colonia. Los Estados Unidos la consideraron como «odiosa», pues sirvió para financiar la dominación de Cuba y las guerras que los españoles realizaron en otras partes.

Y cuando en 1919, Costa Rica repudió una deuda contraída por el exdictador Tinoco, en beneficio exclusivo de su familia, fue un antiguo presidente de los Estados Unidos quien intervino como árbitro y ratificó el repudio. Pues el dinero tomado prestado estaba destinado a intereses personales.

Sobre la base de toda esta jurisprudencia, Alexander Sack, un jurista ruso, exiliado tras la revolución bolchevique, elaboró una doctrina jurídica. Afirmaba que un Estado sigue estando comprometido por las deudas contraídas por el régimen anterior, pero añade una excepción: si la deuda ha sido contraída contra el interés de la población y los acreedores eran conscientes de ello, o habrían debido serlo haciendo las comprobaciones oportunas, puede ser decretada odiosa y ser repudiada.

Esta doctrina emana pues de un profesor conservador, que quería defender los intereses de los acreedores, pero igualmente decirles que hay que prestar atención y mirar para quién y porqué prestan. Confirma, al hacerlo, que hay claramente una posibilidad para los Estados de repudiar una deuda si ésta es odiosa (http://www.cadtm.org/Desmitificar-a-Alexandre-Nahum).

La deuda griega es «odiosa»

La Troika reclama desde 2010 a Grecia préstamos que fueron claramente concedidos contra el interés de la propia ciudadanía griegas, puesto que se le impusieron medidas que degradaron el ejercicio de sus derechos fundamentales y de sus condiciones de vida. Se ha demostrado que el dinero prestado partió inmediatamente hacia los bancos extranjeros o griegos responsables de la crisis. Y se puede probar que los gobiernos de la Troika eran perfectamente conscientes de ello, pues fueron ellos los que dictaron el contenido del memorándum. Fueron sido actores directos (http://www.cadtm.org/Informe-preliminar-del-Comite-de).

Deuda ilegítima en Francia

Los trabajos de los colectivos de auditoría (CAC), presentados en abril de 2014, identifican que el 59% de la deuda francesa es ilegítima (https://www.audit-citoyen.org/2014/…). No ha servido a los intereses de la población de Francia, sino a los de una minoría que ha gozado de regalos fiscales y a los de los bancos que han sacado tasas de interés demasiado elevadas.

Tras un repudio, los Estados pueden encontrar bancos dispuestos a prestarles

La idea extendida según la cual un Estado no puede repudiar su deuda so pena de no poder ya pedir prestado se muestra en realidad falsa. México, por ejemplo, repudió su deuda en 1861, 1867, 1883, 1913 y en cada ocasión encontró nuevos prestamistas. Porque ciertos bancos no dudan en implicarse cuando ven que un país ha recuperado una buena salud financiera suspendiendo el pago de la deuda o repudiándola.

Portugal en 1837 repudió su deuda. Esto no le impidió contraer 14 préstamos sucesivos con los banqueros franceses (http://www.cadtm.org/El-repudio-de-la-deuda-de-Portugal). Los Soviets repudiaron en febrero de 1918 las deudas contraídas por el Zar porque habían servido para hacer la guerra. Se decretó un bloqueo, pero fue levantado después de 1922, porque los británicos decidieron prestarles para que Rusia comprase material británico. Alemania, Noruega, Suecia y Bélgica siguieron el ejemplo. Incluso Francia renunció al bloqueo, cuando 1,6 millones de franceses habían comprado títulos rusos al Crédit Lyonnais, repudiados tras la revolución. Fueron los grandes productores de la metalurgia francesa quienes presionaron para que Francia prestara a los soviets, pues veían que las compras les pasaban ante sus narices (http://www.cadtm.org/Centenario-de-la-Revolucion-Rusa-y).

Conclusión

La anulación de la deuda ilegítima es una condición indispensable para liberar medios para poner en pie una política de transición ecológica. ¡Pero es insuficiente! Repudiar deudas y no realizar otras políticas referidas a los bancos, la moneda, la política sobre los impuestos, las prioridades de inversión y la democracia… sería volver a un ciclo de endeudamiento. El repudio debe inscribirse en un plan de conjunto.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235254&titular=la-deuda-ha-jugado-un-papel-determinante-en-la-historia-

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