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Publicación de libro: ‘Capitalismo, SOCIOLOGÍA, ESCUELAS y PEDAGOGÍA: etnografías a las clases y culturas de clases sociales’

España / 1 de abril de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: El Comunista

El autor es el canario, Antonio Javier Gómez y Jiménez, titulado doctor en pedagogía y sociología.

Esta obra es la tesis doctoral que trata sociología del sistema educativo. Muestra sutil virus capitalista que está y se reproduce en instituciones escolares.

Lucha de clases sociales, desigualdad, género, relación conflictiva clase social explotadora, y subalterna; proletariado frente a clase capitalista dominante o/y dirigente, presente ello del acontecer en vida escolar (curriculum, contenidos académicos, enseñanza inconsciente, oculta; formación docente, evaluación, actividades extraescolares, fracaso escolar: falacias, enigmas y certezas de problemática social gestionada con malicia).

Socializar en derecho a educación formal ha sido estudio y propuesta de interesantes teorías (reproducción cultural, correspondencia,teoría de resistencia,y desde ámbito marxista,Gramsci,Bourdieu, Bersntein,Willis,Althusser).

La tesis-Excelent/CumLaude- las actualiza, expone resultados:investigación conjunta, holística,en acción. Durante tránsito laboral pedagògico (indiscreto) en 2 escuelas en ámbito colonial y capitalista,isla Tenerife. Desarrollando por novedad estudio de biografías y autobiografía, y etnografías.

Libro ya disponible en https://www.morebooks.de/?locale=es

Fuente de la Reseña:

Publicación de libro: ‘Capitalismo, SOCIOLOGÍA, ESCUELAS y PEDAGOGÍA: etnografías a las clases y culturas de clases sociales’

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Colombia: “La educación no es mercancía”: lo que siguen exigiendo los universitarios del país

América del Sur/Colombia//www.semana.com/

La gratuidad educativa, el endeudamiento por créditos, la financiación y la lucha contra ‘Ser Pilo Paga’ ya han ocupado por años la agenda de los movimientos estudiantiles de las IES públicas. Ahora hacen un llamado a paro nacional de la educación superior.

A pesar de los años, a la comunidad estudiantil aún la siguen acogiendo los mismos problemas: el endeudamiento de miles de estudiantes con Icetex y distintas instituciones financieras, el poco acceso a la educación superior, la precaria financiación de la universidades públicas y ahora se le suma el programa Ser Pilo Paga.

El pasado 19 de marzo finalizó el Encuentro Nacional de Estudiantes de Educación Superior (ENEES). A la sede de Bogotá de la Universidad Nacional llegaron poco más de 1.500 estudiantes de distintas universidad públicas de todo el país para debatir los temas que hoy tienen en jaque al sector.

Para Andrés Salazar, representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional, los problemas aún siguen siendo los mismos porque no se ha trabajado en lo que realmente se debe. Según él, el debate educativo se ha planteado netamente en la financiación sin tener en cuenta los problemas de fondo y sin considerar a la educación como un derecho fundamental.

Además, afirma que el Icetex y Ser Pilo Paga son una respuesta a la idea de que el problema del acceso a la educación es individual, y por el contrario, «la respuesta colectiva al problema es invertir en la gratuidad para garantizar un acceso mucho más equitativo y universal».

Sin embargo, como lo mencionó Alejandro Barón, representante estudiantil de la Universidad del Valle, por más que se quiera abordar el tema desde otras perspectivas, siempre se llega a un mismo tema: el modelo de financiación que no ha podido resolver las problemáticas que se vienen denunciando desde años atrás.

Jhonatan Camargo, representante estudiantil de la Universidad del Atlántico, cree que además de la grave situación financiera, la politización de la educación superior tampoco ha permitido que los problemas estructurales se solucionen.

“La democracia que da la Ley 30 le otorgó a la educación superior para escoger a los rectores es una democracia casi que de papel, en el caso de mi universidad, quién ocupa el cargo es del grupo Cambio Radical y así nos encontramos que la politización prioriza lastimosamente lo que son los escenarios de contratación que a la final se convierten en negocios de las redes clientelistas que mantienen a los rectores en las direcciones”.

Mientras que para Andrés Collazos, representante estudiantil de la Universidad Tecnológica de Pereira, la responsabilidad del Estado con la educación superior es cada vez más bajo, “tampoco existe un compromiso de los gobiernos con los problemas que aún siguen vigentes”.

Para Harold González, representante de la Universidad Popular del Cesar, los gobiernos que han pasado en los últimos años por el poder solo han mercantilizado la educación superior, siendo esta un derecho fundamental de todo colombiano.

Así mismo, Alejandro Barón aseveró que “las instituciones como el Icetex con proyectos como Pilo Paga han sido lesivos para la educación pública porque solo tienen un afán de mostrar que se están ampliando las opciones de cobertura pero en realidad no se están resolviendo los problemas para garantizar permanencia, bienestar y garantizar que el proceso académico y formativo sea de manera eficiente”.

De igual forma, en el encuentro se planteó la discusión de la financiación de la oferta y de la demanda, “al financiarse la oferta, se invierte en infraestructura, planta docente, administración, seguridad y demás para las IES públicas, mientras que si se financia la demanda, con programas como Ser Pilo Paga, se empieza a ver la educación no como un derecho sino como una mercancía” explicó Salazar.

Es aquí cuando entra a tomar protagonismo el programa bandera de la administración que está por culminar en el mes de agosto. En 2015 arrancó la primera versión de Ser Pilo Paga y hoy cuenta con su cuarta versión y 40.000 beneficiarios. Sin embargo, una de sus grandes críticas es el presupuesto total que se destina para este, que rodea un total de 3.5 billones de pesos, dinero que en su mayoría llega a las universidades privadas del país. Mientras que el presupuesto de las universidades públicas está en el margen de los 17.000 millones de pesos.

“El problema de Ser Pilo Paga es que el recurso del programa sale del fondo que antes estaba dedicado a las universidades públicas, ahora por esa vía se han disminuido la cantidad de recursos que llegan a las mismas. Existen  dos fugas: el capital financiero y el capital humano que está captando el programa”.

En noviembre del año anterior, el Ministerio de Educación anunció cambios en el programa para asegurar el ingreso de por lo menos el 30 por ciento de los pilos a las universidades públicas, dentro de las 47 instituciones acreditadas que los ‘pilos’ podían elegir, 15 de estas eran públicas. Pero, para Salazar eso no puede ser posible, “el diseño mismo del programa está hecho de forma tal que siempre el estudiante va a tener más incentivos para irse a la universidad privada”.

Según Harold González, Ser Pilo Paga e Icetex son brazos articulados para imponer la Ley 30. “Como universidad estamos muy afectados, no estamos acreditados, y por esto no podemos acceder a un crédito del Icetex, hay un sesgo aquí, y se está negando el derecho de muchos estudiantes que se quieren seguir educando en la institución”.

Andrés Collazos, afirmó que lo que se quiere lograr es un entendimiento por parte de los entes que rigen la educación pública «no solo estamos exigiendo dinero, sino un apoyo a la resolución de los problemas de financiación que nos han llevado a la crisis».

Por esto, la movilización estudiantil de educación superior del país alzó su voz para dar un paso contundente a la gratuidad y mermar el flagelo por el que hoy siguen pasando los jóvenes que quieren acceder a la educación superior.

Como lo dice la declaración final del encuentro los estudiantes proponen, “un modelo de financiación basado en los principios de la universidad y gratuidad de la educación superior, que garantice condiciones de acceso, permanencia y graduación. Levantamos la bandera de un sistema nacional de becas y matrícula cero para estudiantes de las IES públicas como paso conducente hacia la gratuidad”.

Además aclararon su descontento y lucha contra este programa además del rechazo al Sistema Nacional de Educación Terciaria y al proyecto de Ley 262 que crea el Sistema de Financiación Contingente al Ingreso.

Finalmente hicieron un llamado a un paro nacional de la educación superior que confronte la crisis actual de la misma. “Convocamos al estudiantado a la Jornada Nacional de Protesta los próximos días 24 y 25 de abril con un cese de actividades académicas en todo el país”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/propuestas-de-estudiantes-de-universidades-publicas-para-la-crisis-de-educacion/561645 

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Colombia: Declaración final: Encuentro Nacional de Estudiantes de Educación Superior #ENEES 2018

Colombia / 25 de marzo de 2018 / Autor: COMOSOC / Fuente:  Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia

A cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba, nos encontramos alrededor de dos mil estudiantes de múltiples y diversos procesos de las diferentes instituciones de educación superior del país, en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá los días 17, 18 y 19 de marzo, con el firme propósito de unir nuestros esfuerzos y voluntades por la defensa de la educación superior como un derecho fundamental y un bien común.

“Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resulto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.”

Manifiesto Liminar, Federación Universitaria de Córdoba 1918

A cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba, nos encontramos alrededor de dos mil estudiantes de múltiples y diversos procesos de las diferentes instituciones de educación superior del país, en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá los días 17, 18 y 19 de marzo, con el firme propósito de unir nuestros esfuerzos y voluntades por la defensa de la educación superior como un derecho fundamental y un bien común.

El Encuentro Nacional de Estudiantes de Educación Superior -ENEES-, representa un nuevo momento de la unidad y el renacer de la esperanza, la imaginación y la alegría de las jóvenes generaciones de estudiantes colombianos, dispuestas a conquistar la conciencia y el corazón de las inmensas mayorías del pueblo colombiano para luchar por un proyecto de país soberano, democrático y en paz.

La educación superior en Colombia atraviesa una prolongada y profunda crisis producto del modelo neoliberal que se evidencia en la desfinanciación de las Instituciones de Educación Superior –IES- Públicas; el endeudamiento de miles de familias colombianas con créditos educativos del ICETEX e instituciones financieras; el desvío de recursos públicos para la financiación de instituciones privadas; el desmonte progresivo del bienestar universitario que impide brindar condiciones materiales dignas para garantizar la permanencia y culminación de los programas académicos por las y los estudiantes.

La asfixia presupuestal tiene como efecto el detrimento de la planta docente y con ello de la calidad, la investigación y la formación académica al interior de las instituciones de educación superior. Toda esta situación tiene una repercusión directa en el acceso a la educación superior por parte de sectores populares del país, distintos grupos étnicos y diversidades sexuales.

Frente a esta situación, exigimos plena financiación a la educación superior, el reconocimiento y pago de la deuda histórica que ha provocado el desfinanciamiento de las universidades públicas y cuyo monto asciende a cerca de 16 billones de pesos. Estos recursos son fundamentales para el mejoramiento de las condiciones de infraestructura, formalización de la planta docente, investigación y bienestar de nuestras Casas de Estudios.

Manifestamos nuestro rechazo al Sistema Nacional de Educación Terciaria y a los proyectos de Ley 262 que crea el Sistema de Financiación Contingente al Ingreso y, el proyecto de Ley 275 que convierte el programa Ser Pilo Paga en política de Estado. Estas iniciativas legislativas profundizan las lógicas de mercantilización y privatización de la educación superior mediante el fortalecimiento del subsidio a la demanda y, con ello, el endeudamiento de miles de jóvenes y familias en el país, al tiempo que desvía recursos públicos hacia el sector privado agudizando la crisis presupuestal de las IES públicas. Hacemos un llamado al estudiantado a estar alerta ante la intención de aprobación de dichas iniciativas legislativas.

Exigimos el retiro de estos proyectos y el desmonte del “Ser Pilo Paga”, garantizando la permanencia, graduación y no endeudamiento de las y los estudiantes que han accedido a este programa. A su vez, proponemos un modelo de financiación basado en los principios de la universalidad y gratuidad de la educación superior, que garantice condiciones de acceso, permanencia y graduación. Levantamos la bandera de un sistema nacional de becas y matrícula cero para estudiantes de las IES públicas como paso conducente hacia la gratuidad.

Por otra parte, la ausencia de democracia y autonomía en instituciones públicas y privadas cierra espacios de participación y vocería estudiantil, además de atar a las instituciones educativas a intereses particulares aislados de las necesidades que presenta la sociedad colombiana. Respaldamos los procesos constituyentes de reformas democráticas al interior de las IES como los que se adelantan en la Universidad Distrital y la Universidad de Nariño, donde nos jugamos el derecho constitucional a la autodeterminación de las comunidades académicas.

Llamamos a la lucha por la democracia y la autonomía universitaria. En los próximos días se elegirán en 23 universidades rectores y autoridades académicas, exigimos del gobierno garantías democráticas vinculantes para que la comunidad educativa pueda por fin definir sobre su destino. Nos solidarizamos con la movilización de las y los estudiantes de la Universidad Autónoma del Caribe contra la corrupción en dicha institución y las pretensiones de intervención del Ministerio de Educación Nacional desconociendo de las propuestas de la comunidad universitaria para darle solución a la crisis.

Expresamos nuestro absoluto rechazo a la estigmatización de las universidades públicas y la criminalización del movimiento estudiantil. Las declaraciones del Alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, sobre los hechos presentados en la Universidad Pedagógica Nacional son irresponsables, violan la autonomía universitaria y atentan contra la integridad de la institución y sus estudiantes. No aceptamos la imposición de la fuerza pública en las IES como forma de resolver los conflictos; en nuestras Casas de Estudios privilegiamos el diálogo y la confrontación racional de las diferencias, es decir, el debate argumentado de las ideas.

Por otra parte, manifestamos nuestro dolor y repudio frente al sistemático asesinato de líderes sociales, defensores de DDHH, excombatientes y sus familiares a lo largo y ancho del país. La construcción de paz y reconciliación exigen el respeto a la vida y el derecho a la protesta. Exigimos al Estado colombiano las acciones y garantías correspondientes para que estos condenables hechos no se sigan presentando. A su vez, exigimos la libertad de las y los prisioneros políticos, en particular, del movimiento universitario.

El ENEES convoca al estudiantado de todas las instituciones de educación superior del país a fortalecer desde las bases los espacios asamblearios y las expresiones gremiales unitarias en aras de avanzar en la conquista de los objetivos programáticos del movimiento estudiantil. A su vez, hace un llamado a la más amplia confluencia de la comunidad académica, al movimiento educativo y de los diferentes sectores de la sociedad colombiana que históricamente han sido vulnerados y despojados de sus derechos, a proponer e impulsar estrategias conjuntas de pedagogía, comunicación y movilización que permitan consolidar procesos de lucha en defensa de las aspiraciones del estudiantado y del movimiento social popular.

Frente a las lesivas políticas que profundizan las desigualdades sociales y que afectan profundamente a la educación superior, convocamos a la realización del II Encuentro Nacional de Estudiantes de Educación Superior, para el segundo semestre del presente año, los días 14, 15 y 16 de septiembre, con el objetivo de darle continuidad al proceso de unidad estudiantil por la defensa de nuestras Casas de Estudios.

El proceso de movilización se orientará hacia la acumulación de la fuerza estudiantil y la consolidación de un espacio amplio y democrático de articulación y coordinación nacional. El momento exige el fortalecimiento de la dinámica de movilización y la preparación de las condiciones para llamar a la realización de un paro nacional de la educación superior que confronte la crisis actual de la misma. Convocamos al estudiantado a la Jornada Nacional de Protesta los próximos días 24 y 25 de abril con un cese de actividades académicas en todo el país por la defensa del derecho a la educación, como también a sumarse a la agenda de movilización emanada de este encuentro.

Somos la Generación del Centenario, dispuestos a escribir nuestra propia historia bajo el legado de los gigantes de Córdoba y de las precedentes generaciones que entregaron todo por transformar la educación. Reafirmamos nuestro férreo compromiso por conquistar para el pueblo colombiano educación pública, gratuita y digna para toda la juventud. Queremos vivir en un Macondo en paz, digno y feliz.

¡Seamos realistas, hagamos lo imposible!
¡Nos aguarda un futuro mejor, si el presente es de lucha!

Bogotá, marzo 19 de 2018

Link para descargar la Declaración Final en formato pdf:

http://comosoc.org/IMG/pdf/declaracio_n_final_enees.pdf

Fuente de la Noticia:

http://comosoc.org/declaracion-enees-01-2018

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Carreras ‘low cost’ de dos años: este será el futuro de la universidad

Por: Hector G. Barnés

La educación superior se encuentra en un momento de transición, en el que se verá obligada a replantearse sus objetivos, a quién va dirigida, cuáles son sus vías de financiación y cuál es su rol dentro de la sociedad. Una de las tendencias más polémicas de los últimos años es el aumento del precio de las matrículas, que junto con la reducción de becas, está dejando fuera a muchos estudiantes de entornos menos favorecidos. En España, según el informe ‘La universidad española en cifras 2015/2016’, alrededor de 70.000 estudiantes ven alteradas sus expectativas de acceso a las ayudas, lo que puede provocar su expulsión.

Algo muy semejante ocurre en Reino Unido, donde el Ministro de Educación Jo Johnson acaba de tantear una propuesta innovadora: flexibilizar la oferta para los estudiantes con carreras de dos años que condensen en este tiempo lo que ahora suelen aprender en tres. De esa manera, los alumnos se ahorrarán unas 5.500 libras (unos 6.246 euros) en matrícula, además de otros gastos añadidos como el hospedaje o la comida (que valora en unas 25.000 libras). Es una forma de “romper el molde” de un sistema en el que apenas hay alternativas para los estudiantes, ha afirmado Johnson.

Los dos años costarán unas 22.000 libras, mientras que ahora tres cursos salen por 27.750. El mayor ahorro es en alojamiento y manutención

El objetivo del plan, recuerda el ministro, es que estos estudiantes reciban la misma formación y las mismas asignaturas, solo que en un curso menos. Además, esto les dará una ventaja adicional, al poder entrar un año antes al mercado laboral. Sin embargo, bajo este plan de beneficio para el alumno, hay una clara apuesta por el ahorro de recursos para el Estado, que podrá presumir de tener más universitarios. Según asegura Johnson, es una respuesta a la crítica de muchos alumnos que no creen que estén recibiendo una educación acorde con el alto coste que implica. Las cuentas son las siguientes: los dos años costarán 11.100 libras al año (22.200 en total), mientras que el máximo anual está en 9.250 (lo que hace 27.750 en total por tres cursos).

Esta propuesta persigue otros objetivos. Por una parte, atraer a estudiantes adultos, cuyo número ha descendido en los últimos años, y que renuncian a estudiar en la universidad por falta de tiempo. Algo que, en opinión del ministro, es importante en un entorno en el que los trabajadores deben aprender nuevas habilidades para reciclarse en el mercado laboral: “Esta política será particularmente atractiva para estudiantes mayores que deseen mejorarse sus habilidades y adaptarse a los cambios en la economía y que puedan querer pasar la educación superior a un ritmo mayor”.

Algunos pros, muchas contras

Las opiniones en contra de esta propuesta no se han hecho esperar. La primera y más sonada ha sido la de la secretaria de Educación en la sombra, Angela Rayner, que ha argumentado que no hay evidencias claras de que esta reducción de años vaya a “detener la sangría en estudiantes a tiempo parcial o a producir mejores resultados”. Es más, el hecho de que la matrícula de cada año sea más cara puede causar un efecto aún más pernicioso. Por ahora, tan solo un 0,2% de los estudiantes participan en los cursos acelerados que ya existen, y que son ofrecidos por centros como la Universidad de Middlesex, la de Greenwich o la de Derby.

Para algunos profesores es “un intento arriesgado de minar el mercado” que puede producir títulos de menor calidad que sirvan para maquillar las cifras

Una de las síntesis más completas sobre los pros y los contras ha sido recabada por Phil Baty, director editorial de ‘Times Higher Education’, una de las grandes publicaciones académicas del mundo. Este le preguntó a sus seguidores de Twitter qué pensaban sobre la medida, y muchos objetaron dudas razonables, aunque con algún matiz a favor. Entre los contras, el más obvio es que es imposible que los resultados sean los mismos. Una profesora llamada Sally Andrews, de la Universidad tecnológica Nanyang, recuerda que hay habilidades que se deben desarrollar lentamente a lo largo del tiempo; otro docente matiza que tal ritmo dificulta llevar la teoría a la práctica.

Para un usuario llamado Sjoerd Levelt, la duración de los cursos tiene como objetivo que los estudiantes reflexionen sobre lo que están aprendiendo, o que dediquen tiempo a sus trabajos. No es lo mismo, en definitiva, tener dos semanas que tres días para preparar un proyecto, lo que dañaría el aprendizaje incluso aunque los contenidos fuesen los mismos. Además, “los profesores deben responder al contexto”, recuerda. Como recuerda David Morris de la Universidad de Greenwich, muy pocas universidades se verán dispuestas a ofrecer carreras que les proporcionen menos ingresos, además de tratarse de “un intento arriesgado de minar el mercado”. Además, recuerdan que esto eliminaría gran parte de la vida académica no oficial, como la participación en organizaciones o la colaboración en proyectos estudiantiles.

El precio de las universidades inglesas se ha disparado en los últimos años. (iStock)
El precio de las universidades inglesas se ha disparado en los últimos años. (iStock)

Ese es otro problema: que dicho cambio dispare la figura del profesor interinoo por horas, que tendrán que llenar los huecos que deja el profesorado contratado, y que por sus convenios tan solo pueden dar un número limitado de horas lectivas. Esto puede tener grandes efectos negativos en los departamentos de investigación: “No veo a los académicos de las universidades de Londres sosteniendo la mayoría de sus actividades de investigación”, asegura Matthew Robb. “Si tratas a los académicos como ratones en la noria te quedarás con los desesperados y la basura”, recuerda Charles Knight. Robb apunta otra posibilidad, que es “quedarte con los profesores bien pagados y cargarte a los investigadores basura”.

En España, el proceso de reconfiguración de la estructura universitaria ha sido parecido al propuesto en Reino Unido. El conocido como “decreto 3+2” impuso un modelo de grados de tres años acompañados por un máster de dos. El Sindicato de Estudiantes lamentaba que esto produciría una devaluación de los títulos de grado, “papel mojado en el mercado laboral”, lo que obligaba a los estudiantes a gastar mucho más en másteres, cuyos créditos son mucho más caros. Una devaluación, y no flexibilización, que también presienten los detractores ingleses, que recuerdan cosas como que “sería como darle un título a alguien por completar un cursillo”. ¿Una profecía autocumplida?

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-12-15/carreras-low-cost-dos-anos_1491591/

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Tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

Centroamérica / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Luis Armando González / Fuente: Radio La Primerisima

Imitando a las universidades privadas y a las escuelas de administración de las empresas estadounidenses en particular, los burócratas y los políticos de Gran Bretaña y de la Europa continental han adoptado una jerga empresarial que recuerda a la neolengua orwelliana para la gestión universitaria modelaba según el patrón de una corporación empresarial; y los más triste de todo, con ello respaldan la lógica de los resultados y logros rápidos”

Zygmunt Baumann y Leonidas Donskis, Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida.

No cabe duda que los conceptos científicos, particularmente los muy extensos, sí ayudan a cambiar las ideas extracientíficas”.

Thomas Kunh, La tensión esencial.

Introducción

Se ofrecen aquí algunas hipótesis y orientaciones metodológicas generales en torno a las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica. La indagación acerca de las tendencias de las políticas educativas en la región exige el examen, como punto de partida, del contexto económico en el cual se gestaron las políticas educativas vigentes en la actualidad, lo mismo que el estudio del paradigma economicista del cual se nutrieron los gestores de aquéllas.

La hipotesis general que se propone en estas páginas es que lo específico de las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa es su carácter fuertememente economicista, no sólo por su finalidad –hacer de la educación un soporte del modelo económico terciarizado que despuntaba en el marco de la globalización neoliberal—, sino por su filosofía educativa –una filosofía educativa inspirada en conceptos, hábitos y valores de cuño economicista neoliberal— y por sus consecuencias –dar pie a una privatización y mercantilización de la educación que debilitó extraordinariamente la educación pública.

Se trata, obviamente, de un planteamiento polémico. Pero en ningún ámbito como en el educativo es necesaria la polémica y el debate, especialmente cuando las fallas saltan a la vista. Hemos dado demasiadas cosas por supuestas en educación; por ejemplo, que hay conceptos, creencias y valores que deben aceptarse sin hacerse cuestión de ellos. Nada más contrario a la educación que la aceptación acrítica de lo dado. El acomodamiento a las modas educativas se ha convertido en cómplice de burocracias que, trabajando en función de un capitalismo rentista1, han convertido en dogmas educativos “respetables” lo que no son si no nociones tomadas de un economicismo, muy cuestionable desde criterios científicos y éticos, que se han integrado en un “constructivismo” igualmente débil en sus fundamentos filosóficos2.

Comenzamos, pues, con un planteamiento acerca de la necesidad de reflexionar sobre las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica, para luego hacer una valoración sobre la relación entre reformas económicas neoliberales, economicismo neoclásico y educación. Cerramos en el documento con discusión acerca de las tendencias que se pueden identificar, en estos momentos, en las políticas educativas en la región.

  1. La necesidad de reflexionar sobre tendencias de las políticas educativas en Centroamérica

 

En el momento actual, el examen de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica se impone como una necesidad imperiosa. Los modelos educativos implementados después de la salida de las crisis y conflictos de los años ochenta han revelado, a estas alturas, severas deficiencias no tanto en cobertura, sino en la calidad de la educación3en todos sus niveles. Es evidente, en algunos países, la debilidad de la educación en los ámbitos científicos y técnicos, pero también en sus fundamentos filosóficos, éticos y humanistas. Lo mismo que es evidente el deterioro de la profesión docente, comenzando con una formación inicial docente poco sólida, hasta llegar a procesos de formación continua sumamente laxos y fuertememente orientados hacia un didactismo al que le es ajena la reflexión crítica sobre los dinámicas sustantivas de la realidad natural y social.

En algunos países, esas deficiencias han sido analizadas (o lo están siendo) de forma sistemática, y se han impulsado (o se están impulsando) cambios en orden a corregir sus fallas más significativas, por ejemplo en la formación docente4, en los contenidos y metodologías curriculares, y en el acceso a las tecnologías de la información y comunicación.

En otras naciones, reconociendo algunas falencias en los modelos educativos vigentes, los diagnósticos no son todo lo sistemáticos y realistas que debieran, y en consecuencia se introducen mejoras, según criterios de ensayo y error, que no tocan lo medular de aquéllos. En estas últimas naciones, hace falta una reflexión crítica sobre el conjunto de los procesos educativos y la lógica que los gobierna; hace falta una valoración –y no sólo un análisis— de los cambios educativos5, y las políticas a que los mismos dieron lugar, fraguados en los años ochenta y noventa, a la luz de su impacto no sólo en la calidad de la educación, sino también en la dinámica cultural y social.

Como quiera que sea, lo que no se puede negar es que las reformas educativas (y las políticas educativas) realizadas y ejecutadas en la era del postconflicto regional están siendo puestas en cuestión desde diferentes flancos y con distinta profundidad en cada una de las naciones centroamericanas.

Hay un importante debate educativo, ahogado muchas veces por otros debates –por ejemplo, el suscitado por la violencia y la inseguridad—, del cual se están generando diagnósticos, planteamientos críticos y propuestas de acción que, cabe esperar –no sin una gran dosis de optimismo—, den lugar a una reforma educativa (y las políticas educativas pertinentes) de nuevo calado, que permita superar lo que es para muchos una crisis educativa de enormes proporciones en países como El Salvador, Guatemala y Honduras.

2. Transformación económica y reforma educativa

Así las cosas, preguntarse por las tendencias de las políticas educativas en la región centroamericana supone, ante todo, reflexionar sobre las características de los modelos educativos que se diseñaron e implementaron al calor de la gran transformación económica inciada, con variantes nacionales, a finales de los años ochenta y principios de los noventa6, y que, consolidada como un modelo de acumulación centrado en la apertura comercial, la liberalización de los mercados financieros y el turismo –con una extraordinaria dependencia de las remesas y las maquilas en el caso salvadoreño7—, subordinó a sus necesidades el quehacer educativo, impregnándolo de una lógica privatizadora y mercantil.

La tesis de la mercantilización de la educación –que no sólo se escucha en Centroamérica8—es incomprensible sin hacerse cargo, por un lado, de la redefinición de los modelos económicos tradicionales –centrados en la agricultura y la industria— a partir de las exigencias de la terciarización de los aparatos económicos impulsada en el marco, y según los criterios y reglas, del neoliberalismo9. Y, por otro, de la ofensiva economicista de los años ochenta y noventa que permeó no sólo el quehacer económico y político, sino el conjunto de las prácticas, hábitos y creencias populares.

2.1. El economicismo de las reformas y las políticas educativas

El paradigma neoliberal10, con sus nociones del éxito fácil, consumismo, privatización, individualismo, acumulación, rendimiento, emprendedurismo, competencia…, y toda la gama de conceptos, palabras, creencias y estilos de comportamiento que son propias de ese paradigma se introdujeron con fuerza inusitada en la vida social y cultural (no sólo económica y política), impactando con particular eficacia el quehacer educativo en prácticamente todos sus componentes y niveles.

La tesis de la ofensiva de la economía neoclásica de los años ochenta sobre las ciencias sociales, planteada por Adam Przeworski11, se debe extender al pensamiento y a las prácticas educativas: la educación cayó en las redes de un economicismo de cuño neoliberal –del que por cierto aún no sale— no sólo por la lógica de rentabilidad que la terminó por caracterizar, sino por la “contaminación” de la filosofía de la educación (fines de la educación, contenidos curriculares, metodologías y didácticas de enseñanza, conceptos y valores educativos) de nociones, objetivos, propósitos y aspiraciones provenientes de la concepción económica que se erigió en dominante a lo largo de las décadas de los años ochenta y noventa.

Quizá el concepto de mayor influencia educativa desde los años noventa sea el de “competencia”, cuya carga economicista es indiscutible, como también es indiscutible el modo cómo intelectuales de las más diversa procedencia, incluidos figuras de izquierda, le han rendido un culto que ha resultado, en algunos contextos, verdaderamente vergonzoso. Una de las deudas pendientes del pensamiento crítico latinoamericano es el examen riguroso de la visión educativa sustentada en el “enfoque por competencias”, sus supuestos filosóficos y sus repercusiones en la educación.

Es un enfoque que no sólo se ha naturalizado, sino que se ha convertido en criterio de validación del ejercicio docente en todos los niveles del sistema educativo. Asimismo, el “enfoque por compencias” se ha convertido en un mecanismo para excluir del sistema a quienes o no lo conocen o se resisten al mismo por considerarlo insuficiente para apuntalar un proceso educativo sólido en lo congnoscitivo y éticamemente comprometido con la solución de los problemas sociales, económicos y culturales más graves.

En virtud de las exigencias planteadas por la transformación de los aparatos económicos y por el predominio creciente del paradigma neoliberal en el pensamiento social, político y cultural, en los años ochenta y noventa, se impulsaron reformas educativas encaminadas a articular de mejor manera el quehacer educativo con el modelo económico emergente.

El estudio a fondo de cada experiencia nacional seguramente arrojará modulaciones a la afirmación anotada; pero cabe sospechar que, en términos generales, se la pueda seguir sosteniendo como criterio de interpretación de la lógica de fondo de las políticas educativas emanadas de las reformas realizadas –a veces de forma abierta, como en el caso de El Salvador en los años 1996-1997, y a veces sin anunciarlas como tales— en el contexto, por un lado, de la transformación económica de los años ochenta y noventa, y, por otro, de la hegemonía del paradigma económico neoliberal.

2.2. La lógica neoliberal en la educación: la experiencia salvadoreña

En general, en los años noventa, la lógica neoliberal se impuso no sólo en el ámbito de la economía, sino también en el conjunto de la vida social y cultural. ¿En qué consiste esa lógica?

a) En la sujeción de las prácticas sociales a las reglas del mercado, con la subsiguiente mercantilización de la vida social. O sea, en virtud de esa sujeción, todo queda convertido en una mercancía que puede ser comprada o vendida.

b) En la privatización de todo, es decir, la conversión de bienes y prácticas sociales en propiedades individual o corporativa. La consecuencia de ello es que, por un lado, todo debe tener dueño y, por otro, los bienes públicos tienden a desparecer, siendo sometidos a una proceso de privatización.

El caso de El Salvador es extremo en el predominio de este espíritu privatizador en la vida social: desde el fin de la guerra civil (1992) ha sido indetenible la práctica de convertir en espacios privados espacios públicos (como calles, avenidas, pasajes, parques y zonas verdes) que, de la noche a la mañana, aparecen con verjas y portones por decisión de grupos de vecinos que habitan en las inmediaciones de los mismos12.

c) El debilitamiento del Estado, al cual se le van restando no sólo capacidades económicas, sino responsabilidades sociales, que precisamente se descargan en cada individuo del cual depende su propio bienestar y su propia seguridad13. En virtud de la lógica neoliberal, cada individuo es dueño de su destino, mismo que depende de lo que le haya tocado en suerte en esa rueda de la fortuna que es el mercado. Es problema de cada cual resolver las dificultades y trampas que la vida le depare, aunque estas sean generadas por un ordenamiento económico excluyente y empobrecedor.

d) La desaparición del ciudadano y el surgimiento del consumidor. El primero tiene derechos y deberes; el segundo capacidad o incapacidad de comprar o de vender algo. Si no tiene capacidad de compra, queda fuera del mercado y de los bienes que el mercado ofrece. Si tiene capacidad de compra, tiene “derechos de consumidor”: puede consumir las mercancías que se le ofrezcan y puede reclamar si las mismas no tienen la calidad debida o fallan en algún aspecto.

e) Consumismo extremo: el neoliberalismo alienta una cultura de consumir para llevar una vida fácil, ligera, cómoda, light,  sin más límite que la capacidad de compra al crédito o al contado. Si se paga un precio por un bien o un servicio, la idea es que el “cliente” gane en disfrute y en comodidad. Es un consumismo que, alentado por una cultura de marcas, atenta contra la ciudadanía, tal como lo hizo notar Naomi Klein en su libro No logo. El poder de las marcas14.

¿Cómo operó esta lógica en El Salvador, en el plano educativo?

En el caso de El Salvador, en los años noventa se realizó una proceso de reforma educativa inserto en el esquema neoliberal. Los gestores de esta reforma buscaron poner al sistema educativo en función de un modelo económico terciarizado y maquilero, y lo hicieron imbuidos, consciente o inconscientemente, del paradigma económico neoclásico. Para realizarla, había que formular una filosofía educativa que marcara el horizonte de la reforma que se estaba impulsando.

Esta nueva filosofía educativa –que se empapó del economicisimo predominante—, se caracterizó  por lo siguiente:

  1. El cambio del docente formador (del profesor) al docente facilitador, lo cual se hizo a partir de una “crítica” aparentemente sólida a las debilidades del docente tradicional. Junto con un rechazo a la educación bancaria y memorística (no se dudó en recurrir a Paulo Freire para sostener esta crítica), se desvirtuó el rigor, esfuerzo y disciplina intrínsecos a cualquier proceso de conocimiento (científico, literario o filosófico), cayendo en un facilismo poco propicio para el cultivo de las destrezas intelectuales superiores. La arremetida contra la “memorización” lo fue en contra de uno de los fundamentos de la identidad individual y colectiva: la capacidad de recordar. También se puso en jaque esa conquista humana sin la cual no hay educación: la palabra dicha y la palabra escuchada, la palabra escrita y la palabra leída (en una pizarra o en un libro). El diálogo socrático, pilar esencial de cualquier proceso educativo, fue ahogado por el practicismo didáctico y el uso de recursos tecnológicos en los cuales al profesor sólo le correspondía ocupar el lugar de “facilitador”15.
  2. La potenciación de la didáctica en detrimento de los contenidos cognoscitivos y críticos, bajo el supuesto de que había que orientar la educación hacia la práctica, o como se dice en la jerga didactista prevaleciente hacia el “saber hacer”, el “saber aprender” y el “aprender a aprender”. Se cayó en un “didactismo” de graves consecuencias para la educación, pues en virtud del mismo se dejaron de lado contenidos científicos, literarios y filosóficos sustantivos, lo mismo que se ahogó la reflexión crítica sobre la realidad y el compromiso con un conocimiento orientado a su transformación.

 

  1. El énfasis en hacer de la educación un proceso “suave”, “amigable”, light, en el que todos pueden construir el conocimiento en igualdad, pues nadie sabe más –y el facilitador menos que nadie—. Esta visión de la educación se nutrió de (y a su vez reforzó) la cultura de la globalización16 que se impuso con contudencia a lo largo de los años noventa y primeros años del 2000. Este trasiego de conceptos, valores, creencias, aspiraciones y hábitos desde la cultura globalizada hacia la educación, y viceversa, es algo a lo que no se le ha dado la debida atención, pero que reclama un examen detallado.

 

 

  1. Los estudiantes y sus padres, madres o tutores vistos como clientes, como consumidores individuales de bienes educativos, que les servirían para su éxito individual. Obviamente, ello dependiendo de su capacidad de pago, pues cada cual recibe la educación que pueda comprar.

 

  1. La implantación, como creencia compartida socialmente, de la que la educación que se paga (privada) es mejor que la gratuita (pública), y que entre más costosa es la mensualidad de mayor calidad y prestigio es la educación recibida. No sólo se introdujo una tajante separación entre la educación pública y privada, sin igualdad posible entre ambas en prestigio y reconocimiento social, sino una jerarquía entre las instituciones privadas, de la más cara a la más barata, y una competencia entre ellas por asegurarse las clientelas estudiantiles que hicieran rentable el negocio educativo.

 

 

  1. El deterioro de la educación pública que, de ser el principal foco de la educación en el pasado, se convirtió en el espacio para quienes no podían tener un lugar en el mercado educativo, es decir, para quienes no podían comprar los servicios ofrecidos por las empresas educativas privadas. Se dio por descontado que quienes no pudieran acceder a estas últimas no podrían presumir jamás de la educación recibida en las instituciones públicas, pues haber estudiado en ellas no sólo revelaba su situación de precariedad socio-económica (o sea, su condición de “perdedores”), sino la imposibilidad de salir de ella por no haber accedido a los conocimientos y habilidades –y también las relaciones y prestigio que dan las instituciones caras— que se requieren para triunfar en el mercado.

 

El deterioro de la infraestructura escolar pública, el descuido de la formación profesional docente, el ahogo presupuestario y la presión gremial en torno a demandas económicas, reforzaron en el imaginario social la idea de la inferioridad de la educación pública respecto de la privada, reforzando las ansias de las familias por buscar a toda costa alejarse de la posibilidad de enviar a sus hijos e hijas a escuelas públicas. Son los sectores medios los que más eco han hecho de esta visión, creyendo con los ojos cerrados que el éxito en la vida de sus hijos e hijas está en función de la inversión realizada en las colegiaturas escolares.

 

Se cayó en un círculo vicioso, del cual no sólo ha salido perdiendo la educación pública, sino la educación en general: el mito de que la educación privada es de calidad, y la pública no, ha impedido caer en la cuenta de que la primera, pese a las cuotas altas y a los lujos y comodidades en sus edificios, no ha escapado al empobrecimiento científico, filosófico y ético de la educación.

 

Antes bien, la educación privada ha sido una de sus generadoras, pues el facilismo, la falta de rigor académico y la implantación de valores consumistas, competitivos y poco críticos, han emanado de quienes la han auspiciado. Y lo que es peor, la visión educativa privada y privatizadora contagió el quehacer de la escuela pública, que no sólo fue vista y entendida como un instrumento que debe estar al servicio del mercado, sino que asumió, además de sus conceptos, palabras, creencias y hábitos, sus propósitos: en primer lugar, forjar consumidores y clientes de las empresas establecidas; y, en segundo lugar, crear una mano de obra lista para integrarse a las empresas que así lo demandaran en el marco de la transformación económica de los años noventa (maquilas, call center, comercio, servicios financieros).

2.3. Educación y economía: la particularidad del cambio educativo de los años ochenta y noventa

La subordinación de los sistemas educativos a las exigencias de los aparatos económicos no es un invento de los promotores de las reformas económicas neoliberales17. El modelo agroexportador dio pie a un quehacer educativo que le era funcional, y lo mismo sucedió con el modelo agroindustrial18. Desde las materias y las carrerras técnicas profesionales, pasando por los contenidos curriculares, hasta el calendario escolar y académico, no se entienden sin hacer referencia a los modelos económicos vigentes o emergentes en cada época histórica particular.

Sin embargo, lo singular de las reformas educativas y las políticas educativas de los años ochenta y noventa es su filosofía y orientación marcadamente economicista, lo cual las distingue de otros procesos de cambio educativo en los que los propósitos económicos coexistían e incluso se subordinaban a propósitos políticos e incluso culturales y religiosos.

Se trata, en las reformas y políticas educativas de los años ochenta y noventa, de un proceso de cambio educactivo no sólo orientado casi exclusivamente por objetivos económicos, sino embuido de un paradigma economicista que, como se dijo arriba, ha contaminado el quehacer educativo de una manera extraordinaria. Hablamos, pues, de reformas y políticas educativas de carácter economicista en sus objetivos, en su conceptualización y en su ejecución. Esa es la gran novedad del cambio educativo de los años noventa, respecto de otras reformas y transformaciones edicativas del pasado.

Es decir, en el pasado de la educación en Centroamérica, si bien es cierto que ella tenía un eje que la subordinaba a los aparatos económicos prevalecientes o emergentes, también tenía anclajes en exigencias políticas y culturales emanadas de los grupos de poder, especialmente en la línea asegurar la sumisión a la autoridad y el mantenimiento del orden establecido, que muy probablemente tenían la primacía respecto de las exigencias económicas.

Parte del éxito del economicismo y el mercantilismo predominantes es hacernos creer que han existido en todos los tiempos y lugares, con lo cual logran imponerse como algo “natural”.

El análisis histórico nos enseña que, si bien nuestro tiempo es fuertemente economicista y mercantilista, en otras épocas fueron otros los paradigmas (creencias, nociones, valores y aspiraciones) que prevalecieron. Se trató de paradigmas políticos y culturales en los que la nación, la patria, el orden, la autoridad y las jerarquías sociales eran lo esencial, y la educación bebió de ellos y se puso en función de sus objetivos.

Hasta las transformaciones economicas de los años ochenta y noventa, y la hegemonía creciente del economicismo y el mercantilismo en la cultura colectiva –incompresibles sin la globalización neoliberal y su cultura—, fueron otras las matrices conceptuales (no economicistas, no mercantilistas y no privatizadoras) y otros los objetivos (no principalmente o exclusivamente económicos) que sustentaron las reformas y las políticas educativas19.

De tal suerte que sin entender los fines (casi) exclusivamente económicos y el predominio del paradigma neoliberal en las reformas y políticas económicas de los años ochenta y noventa no se las pueda explicar a cabalidad en su singularidad y novedad. Tampoco se podrán entender los efectos negativos que ello ha tenido no sólo en la calidad de la educación, sino en la integración social y cultural. Al convertir a la educación en instrumento expreso de un modelo económico emergente, el economicismo y el mercantilismo vulneraron su anclaje social, cultural y político, erosionando sus capacidades como mecanismo de integración.

3. Reflexión final: el estudio de las tendencias de las políticas educativas

En síntesis, es ineludible el examen a fondo de la dinámica económica prevaleciente o emergente en una época determinada para entender las políticas educativas, lo mismo que los procesos de reforma educativa.

Y ello porque, en general, los sistemas educativos se han configurado históricamente a partir de un anclaje con los modelos económicos prevalecientes, lo cual es particularmente evidente en el contexto de la emergencia y consolidación de los modelos económicos de carácter neoliberal y globalizado.

Así, en el caso de las tendencias de las políticas educativas en Centroamérica es de rigor analizar, como punto de partida, el contexto económico de las reformas educativas de las que emanaron las políticas educativas vigentes en la actualidad. Y, a partir de este análisis, se debe hacer el esfuerzo por vislumbrar las dinámicas futuras de la educación en la región centroamericana.

También es ineludible el examen de los paradigmas predominantes (económicos, políticos, culturales) pues las matrices conceptuales –la filosofía educativa— de las reformas y las políticas educativas se nutren de ellos, lo mismo que sus fines y objetivos fundamentales. Así, es imposible entender a cabalidad las políticas educativas operantes en el presente sin hacerse cargo del predominio del paradigma neoliberal y del modo cómo este contaminó la filosofía de la educación que sostiene las políticas educativas vigentes.

¿Cuáles són, pues, las dinámicas de las políticas educativas de cara al futuro en Centroamérica? O sea, ¿cuáles son las tendencias de las políticas educativas en la región?

Para responder a esa pregunta se debe reconocer, ante todo, la existencia de un incipiente replanteamiento de los modelos económicos establecidos, los cuales han comenzado a revelar algunas de sus fisuras más profundas. Tanto del lado de determinados grupos empresariales como del lado de determinados actores políticos (de distinta filiación ideológica) se hace patente la preocupación por los límites de unos modelos económicos estancados productivamente, dado su anclaje en los servicios financieros, el comercio, el turismo, las maquilas y las remesas.

La crisis financiera de 2007-200820 sacó a relucir, de manera dramática, la inviabilidad de unas economías que descansan en la intensificación del consumo de servicios financieros, sin atender a la inversión productiva y a la innovación científica y tecnológica.

Hay grupos empresariales que han comenzado a presionar a los gobiernos para apuntalar un giro educativo que posicione, como algo central del quehacer educativo, a la ciencia y a la tecnología. Aquí, de nueva cuenta, lo que predomina es la visión economicista de la educación, tanto por los objetivos que se buscan con ella como por las matrices conceptuales que deben orientarla. En el caso de El Salvador, el modelo económico terciarizado está en crisis y las formas emergentes de actividad económica que vislumbran algunos de los grupos de poder exigen un replanteamiento de la educación, en función de una nueva agenda económica21.

Desde la derecha política vinculada a los grupos empresariales emergentes se suele respaldar esta demanda de una reforma educativa que se traduzca en una potenciación, desde la educación, del giro económico que aquéllos están promoviendo. En algunas instituciones educativas privadas, creadas expresamente para articularse con el aparato económico predominante, ya se realizan las adecuaciones pertinentes para dar respuesta a estas nuevas demandas empresariales.

Por su parte, la educación pública no sólo está sometida a la tensión que le provocan esa demandas, a las que de alguna manera intenta dar respuesta, sino que también está sometida a otras tensiones surgidas de objetivos que, desde una visión política de izquierda o de centro izquierda, se le imponen ahí donde las derechas políticas no gobiernan (o temporalmente dejaron de hacerlo).

Es decir, los gobiernos progresistas de la región, sin romper totalmente con el marco de políticas educativas fraguadas en los años ochenta y noventa –y sin renunciar a responder, desde los sistemas educativos, a las demandas de los grupos empresariales emergentes— han intentado generar enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas educativas de un carácter distinto al de los vigentes, pero sin romper totalmente con ellos.

Entre los aspectos novedosos de estos enfoques, marcos conceptuales, objetivos y políticas destacan la apuesta por la inclusividad educativa; la visión de que la educación debe estar en función de la humanización y dignificación de niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres, y no en función de un modelo económico o de la reproducción de relaciones sociales y políticas de desigualdad; la idea de que el conocimiento científico (y sus implicaciones tecnológica) es esencial en el proceso educativo, pero que este es incompleto sin los saberes humanísticos y sin una ética de compromiso por parte de alumnos, profesores y padres de familia; la exigencia de apuntalar, desde la educación, los derechos humanos, la democracia y la participación ciudadana; la preocupación por articular al sistema educativo con las dinámicas de integración social y cultural22; y por último, el cultivo de un saber comprometido con la solución de los graves problemas de la realidad nacional. Como se ve, se trata de una visión de la educación no sólo distinta, sino contraria a la fraguada al calor de las reformas económicas neoliberales y del predominio del paradigma economicista.

Lo que sucede es que se trata de una visión de la educación que no ha sido traducida en un conjunto de reformas que las conviertan en un cuerpo de políticas educativas que le cambien el rostro a los sistemas educativos establecidos. Éstos, en lo fundamental, siguen operando según el marco de políticas fraguadas en las reformas educativas de los años ochenta y noventa.

De lo anterior, se pueden identificar tres grandes tendencias en las políticas educativas en Centroamérica: a) la primera es la de la continuidad de las políticas diseñadas en los años ochenta y noventa; b) la segunda, la del diseño e implementación de nuevas políticas educativas, coherentes con la filosofía y objetivos de las vigentes, pero orientadas a potenciar las áreas científico-técnicas, a tono con la emergencia de dinámicas empresariales vinculadas a la producción y no a los servicios; y c) una tercera, que apunta a un conjunto de acciones animadas por una nueva visión de la educación –no economicista, sino humanista, crítica y con sólidos fundamentos científicos, filosóficos y éticos— que pueden dar lugar una reforma educativa de envergadura, con el subsiguiente cuerpo de políticas educativas que le de viabilidad. Esta última tendencia está fuertemente condicionada por la contituidad de las gestiones de gobiernos progresistas que son las que han promovido cambios educativos desde una nueva visión de la educación.

Estas tres tendencias, al estar presentes en los sistemas educativos en estos momentos, tesionan a los ministerios de educación de la región. Por supuesto que el carácter de cada una de ellas es distinto en cada nación, lo cual depende de, al menos, estos factores: a) la manera como se concretó la reforma económica neoliberal y se instauró el modelo económico nacido de ella en cada país; b) la irradiación del paradigma economicista en el quehacer educativo; c) la forma cómo desde las reformas y las políticas educativas se encararon las dos dinámicas anteriores; d) las tradiciones institucionales y educativas propias de cada nación; e) la naturaleza de los gobiernos que administraron las reformas económicas y las reformas educativas de los años ochenta y noventa (y las políticas educativas surgidas de estas últimas); f) los movimientos docentes y su resistencia –o su no resistencia— a las reformas educativas de carácter neoliberal; y g) la naturaleza de los gobiernos que en el presente tienen que hacer frente, por un lado, al deterioro de los aparatos económicos terciarizados, por otro, a las deficiencias educativas (calidad de la educación, debilidades en la formación docente inicial y en servicio, deterioro de la infraestructura) y, por últlimo, a la erosión de la convivencia social no sólo por razones de inseguridad y violencia, sino por desigualdades socio-económicas de larga data.

Sin duda alguna, el estudio de cada uno de los casos nacionales enriquecerá, con evidencia firme, lo que aquí se ha esbozado de forma sumamente genérica. Como resultado de ello, seguramente contaremos con elementos de juicio más fundamentados para defender y proponer una reforma educativa de envergura (de la cual emanen las políticas educativas correspondientes), en la cual los sistemas educativos de la región –anclados en el cultivo de un conocimiento científico y filosófico, crítico y emancipador—, se pongan en función de la dignidad, bienestar y felicidad de sus ciudadanos.

San Salvador, 13 de octubre de 2017

Texto de la ponencia para el “Primer Congreso latinoamericano y del Caribe sobre metodologías para el análisis de reformas y políticas educativas”, realizado en Xalapa, Veracruz (México), del miércoles 29 de noviembre al sábado 2 de Diciembre del 2017.

1 L. A. González, “Capitalismo rentista”. En https://www.alainet.org/es/articulo/186841

2 L. A. González, “Educador: ¿facilitador o problemarizador?” En Educación, conocimiento y emancipación. San Salvador, EDIPRO, 2014.

3 L. A. González, “Una reflexión sobre la calidad de la educación”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/una-reflexion-sobre-la-calidad-de-la-educacion

4 Por ejemplo, en El Salvador desde 2009, con el gobierno de Mauricio Funes, se inició un trabajo de largo aliento en la potenciación de la formación docente, efuerzo que ha continuado a partir de 2014, con el triunfo electoral de Salvador Sánchez Cerén. No se ha resuelto en este país el gran desafío de contar con una institución formadora de docentes de carácter público, pese que el tema ha estado presente desde 2011, cuando se ensayó la creación de la Escuela Superior de Maestros, proyecto que por diversas razones no prosperó. Una nueva iniciativa, en la misma dirección, es la creación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) que, cabe esperar, prospere en la dirección deseada.

5 Fueran calificados esos cambios o no como “reformas educativas”.

6 Cfr., E. Ganuza, R. Paes de Barrios, L. Taylor, R. Vos (Eds.), Liberalización, desigualdad y pobreza: América Latina y el Caribe en los 90. Buenos Aires, Eudeba, PNUD, CEPAL, 2001; L. A. González, “Exclusión versus inclusión: democratizaciòn y reforma económica cen Centroamérica”. En Sociedad y política. Reflexiones desde El Salvador.San Salvador, UDB, 2015, pp. 210-227.

7 Cfr., L. A. González, “El círculo vicioso de las remesas”. ECA, No. 684, 2005, pp. 997-999.

8 Cfr., Cfr., L. A. González, “El problema del mercantilismo de la educaciób superior”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/tribuna/el-problema-del-mercantilismo-en-la-educacion-superior

9 Cfr., N. Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Buenos Aires, Paidós, 2007.

10 Cfr., L.A. González, “Globalización y neoliberalismo”. ECA, 1999,pp. 53-67.

11 Cfr., Adam Przeworski, “Marxismo y elección racional”. https://es.scribd.com/document/206479827/Marxismo-y-eleccio-n-racional-Przeworski-docx

12 Cfr., L. A. González, “Defensa de los espacios públicos”. https://www.alainet.org/es/articulo/185223

13 Cfr., L. A. González “Responsabilidades del Estado ante la sociedad”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/opinion/columnistas/responsabilidades-del-estado-ante-la-sociedad

14 Barcelona, Paidós, 2001.

15 Cfr., L. A. González, “Educador ¿faciltador o problematizador?”.http://abacoenred.mayfirst.org/wp-content/uploads/2015/10/educador_-_facilitador_o_problematizador.pdf

16 Cfr., L. A. González, “Implicaciones culturales de la globalización”. ECA, No. 703-704, 2007, pp. 377-396.

17 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

19 Incluso en als reformas impulsadas al calor de los proceso de industrialización por sustitución de importaciones, de los años 50 y 60, del siglo XX, los objetivos económicos, con todo y ser esenciales, no fueron los únicos, pues estuvieron acompañados de propósitos políticos y culturales (por ejemplo, a los objetivos de la modernización autoriraria de los gobiernos militares salvadoreños de la época).

20 L. A. González, “Crisis financiera muncial: su impacto social y político en Centroamérica”. En Sociedad y política…, pp. 228-257.

21 L. A. González, “Educación y modelo económico”. http://www.contrapunto.com.sv/archivo2016/columnistas/educacion-y-modelo-economico

22 L.A. González, “Cultura, educación e integración social en El Salvador”. San Salvador, CENICSH, Cuaderno de Trabajo, No. 1, junio de 2009.

Fuente del Artículo:

http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/7406

Fuente de la Imagen:

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Australia: TAFE crisis spreads to international students

Australia/Diciembre de 2017/Fuente: The Advertiser

Resumen: El Departamento de Educación Federal se ha puesto en contacto con TAFE para buscar la seguridad de que los estudiantes podrán completar su estudio o recuperar su dinero. Pero los expertos de la industria están preocupados por el impacto de la crisis actual en el principal fabricante de dinero del estado, que inyectó más de $ 1.4 mil millones en la economía de SA en el último año. La educación internacional fue la segunda exportación más grande de Australia del Sur después del vino el año pasado. El presidente de Educación Adelaide, Bill Spurr, advirtió que el asunto podría poner en peligro la industria. Dijo que el organismo, que comercializaba Adelaide como un centro de excelencia educativa en nombre de los gobiernos y las instituciones, había recibido llamadas de agentes extranjeros preocupados por los acontecimientos.

The Federal Education Department has contacted TAFE to seek assurance the students are going to be able to complete their study or get their money back.

But industry experts are concerned about the impact of the ongoing crisis on the state’s major money maker, which pumped more than $1.4 billion into SA’s economy in the past year. International education was South Australia’s second largest export after wine last year.

Education Adelaide chair Bill Spurr warned the matter could jeopardise the industry.

He said the body, which marketed Adelaide as a centre of education excellence on behalf of governments and institutions, had been taking calls from overseas agents concerned about the unfolding events.

“News spreads fairly fast through social media in the international education industry,” Mr Spurr said.

“It’s essential it’s fixed quickly and students cannot be left out of pocket. It’s disappointing but I’m sure it will be fixed up by TAFE because international education is too important as a sector.”

Skills Minister Susan Close promised the TAFE SA international team would contact affected students. International students were understood to have been emailed last week.

“I have been advised by TAFE SA that there are four affected qualifications that are offered to international students,” Dr Close said.

“My main priority is to ensure all students receive the support and advice they need and there is minimal disruption to their studies.

“International students have special concerns and requirements in terms of travel, visas and accommodation and I am committed to working with them to minimise any inconvenience.”

Federal Education Minister Simon Birmingham wanted to assure international students there was a “safety net” in place to ensure none were left “high and dry”. He said the State Government should work hard to minimise the impact the “debacle” could have on the state’s reputation.

Fuente: http://www.adelaidenow.com.au/news/south-australia/tafe-crisis-spreads-to-international-students/news-story/3ae24bdb6d20bfc61b48b9307375c109

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Enrique Dussel – Educación, neoliberalismo y Filosofía de la Liberación

Argentina / 3 de diciembre de 2017 / Autor: GEEN Grupo de estudios / Fuente: Youtube

Publicado el 3 oct. 2017

Conversatorio: «Educación, neoliberalismo y Filosofia de la Liberación» Enrique Dussel y Grupo de Estudios de Educación y Neoliberalismo (G.E.E.N.). Departamento de Filosofa. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad de Chile. Santiago de Chile. 23 de agosto de 2017.

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=ztTVXB-ub04

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