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Video Henry Giroux: «Toda educación es una lucha para elegir qué tipo de futuro queremos para los jóvenes»

Una entrevista al fundador de la pedagogía crítica Henry Giroux sobre el sentido de la educación, la sospecha ante la neutralidad, la ideología neoliberal y el hecho de que la incertidumbre actual puede ser un motor para repensar y generar nuevas posibilidades.

Fuente:https://www.cccb.org/es/multimedia/videos/henry-giroux-toda-educacion-es-una-lucha-para-elegir-que-tipo-de-futuro-queremos-para-los-jovenes/231870

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Entrevista a Henry Giroux. Autor y conferenciante.

Por: Víctor Saura

«Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas»

Los maestros son una amenaza para el Estado neoliberal porque enseñan a pensar. El poder financiero intenta controlar la escuela y la universidad con múltiples estrategias. Y a medida que aumentan las especialidades lo hace el analfabetismo en la comprensión del mundo. El neoliberalismo, la inequidad y la corrupción están ganando la partida, dice Henry Giroux, pero todavía queda alguna esperanza.

Henry Giroux (1943) es considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la educación. En su web hay una foto donde se le puede ver de joven con Paulo Freire, de quien fue amigo, colaborador y traductor, y es ahora uno de los grandes albaceas de su legado, como máximo exponente de lo que se conoce como pedagogía crítica. Autor o coautor de más de 60 libros, Giroux pasó por varias universidades de EE.UU. hasta que en 2004 recaló en la Universidad de McMaster, en Canadá, el país de sus padres. Esta semana ha estado en Barcelona, ​​para abrir la 1ª Conferencia Internacional de Investigación en Educación, una iniciativa promovida desde la Red Española de Institutos de Investigación en Educación y que ha organizado el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Barcelona ( IRE-UB). Conversamos con Giroux justo después del acto inaugural en el Paraninfo de la UB.

Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?

Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.

Cuando habla de sociedades autoritarias, ¿en qué tipo de sociedades está pensando?

Los hay de muchos tipos, pero creo que hoy en día lo que vemos son dos cosas. La primera es el colapso de las democracias liberales, por haber pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo. Las políticas de austeridad, autoridad e inequidad masiva, de la riqueza y del poder, de la descapitalización de los bienes públicos, todas estas fuerzas empujan a la sociedad a ser mucho más represiva, más preocupada en el control de la población que en la resolución de problemas. Y, en segundo lugar, estamos viendo el surgimiento de sociedades que básicamente cambian seguridad por libertad. Os daremos seguridad pero no podrá haber libertad. Hablo de la aparición de lo que llamamos democracias en Hungría, Turquía, India, Polonia… En estos países vemos el surgimiento de movimientos sociales de derechas que usan un lenguaje de pureza racial porque básicamente son neonazis disfrazados. Y, cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación. De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).

¿Esto dijo?

Sí, esto es una cita textual. Y eso se traduce en políticas que vacían de fondos públicos aquellas instituciones que podrían hacer llegar la educación a toda esta gente. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que los maestros pueden ser un peligro.

Usted subraya la importancia del lenguaje para entender el mundo, pero ¿no cree que es un abuso del lenguaje hablar de fascismo? Por ejemplo, en el caso de Trump, que está pasando por un impeachment y en caso de que lo supere deberá pasar por unas urnas para ser reelegido, ¿no le parece una exageración?

No creo que sea una exageración, creo que el fascismo llega de muchas maneras. La gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades. El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras. Si crees que el fascismo está muerto en realidad te pasan dos cosas: que te conviertes en su cómplice, y que no puedes aprender de la Historia, has dejado de tener una relación crítica con la Historia. Y eso sí es un peligro.

La gente que vota Trump creció con los sistemas educativos del pasado, mientras que parece que usted nos esté diciendo que en el pasado el mundo era mucho mejor.

Yo no intento absolver el pasado, lo que digo es que estamos enterrando los frutos del pasado, es muy diferente. Trump no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la riqueza y el poder. En el pasado el neoliberalismo se ocultaba en la sombra, en medio de un lenguaje que reclamaba justicia e igualdad, pero esto ya no le hace falta. El presidente de EEUU ya no reclama la justicia, sino que reivindica la desregulación y la ignorancia. Él es un ignorante.

¿Era tan pesimista hace unos años, cuando Estados Unidos tenía el primer presidente negro de su historia?

Que Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para la irrupción de una persona como Trump. Me sorprendió que Trump fuera capaz de usar el lenguaje del populismo teniendo en cuenta lo que representa. Quiero decir, el hombre es un billonario, y en cambio puede hablar de atacar el capitalismo global, y llega al poder y recorta de forma masiva los impuestos a los ricos. Y desregula todas las leyes que ponen límites a lo que pueden hacer las grandes corporaciones. Lo que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. ¿Sabe de qué le hablo?

Aquí tenemos otras cosas, pero la conocemos.

Es la emisora ​​con más audiencia. Y el 95% de las emisoras de radio en Estados Unidos son de derechas, propiedad de corporaciones muy poderosas. Los medios de derechas van locos por publicar historias que son totalmente demenciales, teorías de la conspiración y cosas así. Y esto hace que los medios del mainstream parece que sean de izquierdas. De repente, parece que el New York Times sea un oasis donde encontrar verdades, y eso que hablamos de un medio que apoyó la guerra de Irak y que siempre ha estado en la órbita del poder financiero. Los medios alternativos están cogiendo mucha importancia en los últimos 2000 años, y ahora, con Trump, son más importantes que nunca.

Pero, entonces, ¿usted no ve mucha diferencia entre Trump y Obama?

Sí que la veo. Trump es peor. Lo que se debe entender de alguien como Obama, o incluso Hillary Clinton, es que, a pesar de estar sometidos a Goldman Sachs y los intereses financieros, creen en un mínimo Estado del Bienestar. Un mínimo. Creen que no puedes tirar todos los leones, mientras que Trump dice «tire todos los leones». Esta es la diferencia. Los niños pobres con Trump no tienen comida gratis debido a los recortes en el Estado del Bienestar, con él los ataques sobre los bienes públicos son abrumadores. Yo habría votado Hillary Clinton, no porque apoye sus políticas, sino que cualquier persona habría sido mejor que Trump. Lo siento, pero Trump es un fascista, un supremacista y nacionalista blanco. Clinton habría sido el mal menor. Por lo menos, con ella millones de personas que están cayendo en la pobreza habrían tenido un seguro médico. Pero, al mismo tiempo, no creo que ésta sea la única respuesta, no renuncio a una reestructuración radical a cambio de una reforma. La reforma es un tema temporal. Una reestructuración radical es una estrategia a largo plazo. No es lo mismo.

Usted defiende que el gran capital intenta controlar la escuela y la educación superior, una idea que aquí comparte un sector de la comunidad educativa. ¿Me puede decir a través de qué instrumentos se hace esta operación?

Hay muchos. Primero, la privatización. Hay intentos de privatizar la educación pública. En segundo lugar, vacían de recursos la educación pública, y como lo hacen dicen: «¿Ves cómo no funciona?, la única solución es privatizarla». En tercer lugar, imponen grandes restricciones a lo que es el aprendizaje hasta convertir a los maestros en técnicos, con esquemas contables que son enormemente represivos, por decirlo suavemente. En cuarto lugar, crean escuelas charter, y con ello se desvía dinero público a organizaciones privadas. En quinto lugar, se refieren a estas escuelas como «escuelas gubernamentales», con lo que ello implica, ya que cualquier cosa relacionada con el gobierno básicamente se considera malvada. O sea que tienen un montón de métodos para hacerlo. Y aún pueden ir más lejos.

¿Cómo?

Hay que mirar al tema de las clases sociales, que es realmente la categoría que falta en torno a la educación. No es sólo que la gente tenga menos acceso, es que los estudiantes pobres, negros y blancos, están sufriendo en estas escuelas que los hacen formar parte de lo que se conoce como the school-to-prison pipeline (el oleoducto de la escuela a la prisión). Las escuelas se han militarizado. Hay más policía, más medidas de seguridad y se podría ir aún más lejos con la excusa de la violencia que hemos visto en las escuelas en los últimos diez años, desde Colombine. En las escuelas se ha dejado de lado el aprendizaje crítico porque lo importante son las medidas de seguridad. Hay un boom del sector de la seguridad, las escuelas están generando un negocio de millones de dólares para las empresas que fabrican detectores de metales e instalan circuitos internos de televisión. Mientras los directores invierten miles de dólares en cámaras recortan los salarios de los maestros y atacan a los sindicatos de docentes. Todo ello, en el nombre de la seguridad. Por eso las escuelas terminan siendo moldeadas a imagen de las cárceles. Es lo que yo llamo el castigo de la prisión (prison punishment creep), estamos haciendo la mudanza de la prisión en la escuela.

¿Y en la educación superior?

Allí pasan otras cosas. Por ejemplo, ves que se están contratando más burócratas para administrar que profesores para enseñar, en especial en Estados Unidos. El sistema de gobernanza se está modelando según la cultura de los negocios, no según la cultura de la democracia. Cada vez vemos emerger una burocracia más interminable y sin sentido, por lo menos a la educación superior de Estados Unidos y del Reino Unido, donde los profesores ya no tienen tiempo para escribir, y donde cada vez tienen más contratos temporales. Como he dicho en la charla, el 70% del profesorado universitario de EEUU tiene un contrato temporal. Los sistemas de gobernanza son reaccionarios, el profesorado cada vez pinta menos, y el dinero cada vez está menos en las disciplinas de humanidades y más en las relacionadas con el negocio y el capital. Por lo tanto, la universidad está siendo reimaginada como una agente de las corporaciones. En el pasado un ethos democrático guiaba estas universidades, con todos sus problemas, al menos, había un ethos donde había un bien público, pero ahora este lenguaje está tan muerto como el mito de la virgen María.

Giroux, durante la parte de coloquio de la conferencia inaugural

Ha mencionado también, como un aspecto negativo, que el profesor universitario es cada vez más un especialista. ¿A qué se refiere?

Nos están haciendo personas menos cosmopolitas, menos atentas a todo este abanico de realidades que necesitamos aprender para ser capaces de adquirir un lenguaje para la comprensión de la sociedad.

O sea ¿que tenemos más graduados universitarios que nunca pero están poco capacitados para entender la realidad?

Tienen un conocimiento menos exhaustivo sobre el mundo en el que viven. Están atrapados en su especialidad. Y las especialidades en algunos aspectos pueden ser estranguladoras, porque no equipan a los estudiantes para entender el contexto en el que operan estas especialidades. ¿Qué significa ser un doctor y no tener ética? ¿Qué quiere decir que seas un ingeniero armamentístico y no tengas ninguna conciencia sobre el dolor que causan las armas que fabricas? ¿De qué sirve ser un especialista en tantas profesiones y no tener que pensar más sobre desigualdades, pobreza o sobre los desastres ecológicos que están teniendo lugar para acabar con el planeta en 10 años? Todo esto es una forma de analfabetismo. Seguro que es gente muy lista en su disciplina, pero es estúpida en cuanto a entender el mundo en términos globales, mientras se crean las condiciones para que ellos prosperen en su especialidad. ¿De qué te sirve haber sido formado como cirujano ocular si vives en Florida y en diez años ya no lo podrás hacer porque el océano la engullirá?

¿Será esto lo que explica por qué personas con estudios superiores pueden acabar votando Trump?

Esto sería una explicación. Pero creo que hay otra, y es que Trump impulsa unas políticas que benefician a los intereses egoístas de esta gente, como el hecho de pagar menos impuestos. Cuando te defines como un contribuyente y no como un ciudadano, como resultado de la especialización en la que te encuentras, y rechazas considerarte ciudadano, es aquí donde acabas yendo. Te acabas definiendo sólo por tus intereses y dejas de ser un ciudadano para convertirte en un enemigo de la democracia.

¿No cree que en el mundo occidental hay mucha gente que protesta y que, por tanto, se considera muy crítica con el sistema, pero que al mismo tiempo no tiene la más mínima conciencia de que vive en la parte del mundo privilegiada?

La crítica puede servir para la mejora de la humanidad o para tus intereses particulares; claro que se puede ser crítico con algunas cosas y al mismo tiempo muy reaccionario. Porque no eres o no quieres ser consciente de que tus privilegios están basados ​​en la explotación de otra gente. Esto ocurre cuando no puedes entender hasta qué punto está mal repartida la riqueza en este mundo. ¡Hay tres personas que poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial! Este tipo de problemas atraviesan las fronteras nacionales. Aquí hay tres temas: primero, que la gente tiende a pensar en ella misma ante todo; en segundo lugar, que no se da cuenta que el Estado ya no les protegerá más, porque los virus no entienden de fronteras, como tampoco lo haría una guerra nuclear; y en tercer lugar, su crítica contribuye al problema porque lleva a la gente a creer en una justicia propia, basada en una especie de pureza política que en realidad es sólo reaccionaria.

Estaría bien acabar la entrevista con algún signo de esperanza…

Yo tengo mucha esperanza en la gente joven, a raíz de lo que veo que está pasando en Hong Kong o en Chile. También en Ecuador, o en Brasil, o en Estados Unidos o quizás aquí mismo. Estamos al final de un siglo de explotación y contradicciones que la gente no puede soportar más. Mucha gente ya no piensa en mejorar el mundo, sino en sobrevivir. Estamos en la lógica de la supervivencia, y esto empuja a la gente hacia un lenguaje que es muy diferente del que tenía hace años. Creo que los jóvenes, en todo el mundo, empiezan a darse cuenta de que les están robando la democracia. Cada vez hay más gente manifestándose en el mundo contra un sistema económico que es absolutamente explotador, y que está ligado a la corrupción, a las diversas formas de represión policial y gente que pasa hambre porque simplemente no está siendo pagada adecuadamente. Este sistema que pone en peligro el Estado del Bienestar y promueve el auge del Estado del Castigo. Ver toda esta lucha me da esperanza.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/08/los-maestros-son-una-amenaza-porque-ensenan-a-hacer-preguntas/

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Henry A. Giroux: «La producción de conocimiento hoy está en manos de banqueros y monopolios corporativos»

Redacción: El Economista

Crítico cultural y uno de los teóricos fundadores de la pedagogía crítica. Escribe sobre la complejidad política de EEUU con Donald Trump a la cabeza, se posiciona como un pedagogo que denuncia las injusticias sociales y económicas. Defensor de la democracia radical, se opone al neoliberalismo, el militarismo, el imperialismo y el fundamentalismo religioso. Ha sido investigador en la McMaster University de Ontario (Canadá) y es uno de los 50 pensadores que han contribuido a la educación del siglo pasado (Fifty Modern Thinkers on Education: From Piaget to the Present, Routledge, 2002).

La enseñanza para muchos conservadores a menudo se trata simplemente como un conjunto de estrategias y habilidades para usar, con el fin de enseñar el tema. En este contexto, la enseñanza se convierte en sinónimo de un método, técnica o práctica de una habilidad artesanal. Por otro lado, la pedagogía crítica debe verse como un proyecto político y moral. Éticamente, la pedagogía crítica enfatiza la importancia de comprender lo que sucede en las aulas y otros entornos educativos. Lo más importante es que se necesita mucho para comprender la relación entre cómo aprendemos y cómo tratamos a los agentes individuales y sociales. Es no solo enseñar a los estudiantes cómo pensar y comprender con un sentido de responsabilidad individual y social, lo que significa ser responsable de las propias acciones, como parte de un intento más amplio de involucrarse en la vida pública democrática.

En su libro «La guerra del neoliberalismo contra la educación superior», identifica el amplio proyecto del neoliberalismo como el modo clave de gobierno, política e ideología, que amenaza la educación pública. ¿Cuáles son sus mayores preocupaciones?

El neoliberalismo es un sistema político y económico que tiene como objetivo consolidar los intereses del futuro. Capitalismo corporativo. Cualquier noción viable de igualdad produce grados masivos de desigualdad económica y comercializa todas las relaciones. Sus políticas de austeridad son despiadadas y legítimas y producen un grado masivo de miseria humana, sufrimiento y una cultura de crueldad. Es necesario reclamar la visión de una democracia radical, traducir los problemas privados a preocupaciones sistémicas, desarrollar una cultura de solidaridad, desarrollar y proteger los bienes públicos.

Usted observa que la pedagogía crítica «… llama la atención sobre las preguntas sobre quién tiene control sobre las condiciones para la producción de conocimiento, valores y habilidades, e ilustra cómo se construyen el conocimiento, las identidades y la autoridad dentro de conjuntos particulares de relaciones sociales». ¿Quién tiene control sobre la producción de conocimiento?

La producción de conocimiento hoy está en manos de banqueros, monopolios corporativos, aparatos culturales convencionales. La producción de conocimiento se lleva a cabo no solo en las escuelas y otras instituciones de educación formal, sino también en las instituciones dominantes que impulsan la fuerza educativa de la cultura y se extienden desde la cultura dominante de la prensa y la pantalla hasta el control de los proveedores de Internet.

Existe una crítica considerable del desarrollo tecnocrático de los maestros que no reconoce los procesos individuales de cada estudiante y situación. Esto se extiende al pensamiento crítico e incluye la educación como un derecho humano. ¿Los textos escolares son editados por empresas corporativas que promueven la disociación entre los maestros y la realidad de la sociedad?

El enfoque puramente instrumental de la enseñanza es una forma de desautorizar y desacreditar a los maestros y socavar las capacidades críticas e imaginativas de los estudiantes. En resumen, es un modelo de administración y enseñanza que imita una pedagogía de la opresión. La educación que es puramente instrumental no tiene vocabulario para enseñar a los jóvenes cómo pensar críticamente, responsabilizar al poder y resistir las ideas aceptadas y eliminar los impulsos disidentes. Los textos producidos por las corporaciones a menudo llevan mensajes ideológicos y políticos que excluyen eventos importantes e intentan educar a los estudiantes como clientes, en lugar de como ciudadanos críticos y comprometidos.

«Cuando las ganancias se vuelven más importantes que las inversiones a largo plazo en los estudiantes, la educación pública sufre»

¿Qué papel deberían tener los gobiernos en la formación del sistema educativo?

Deben tratar la educación como un recurso público valioso, financiar la educación en todos los niveles como financiarían a los militares, pagarles a los maestros un salario alto, proporcionar los recursos que necesitan para enseñar, trabajar con las comunidades y dedicar el tiempo necesario para leer y mantenerse al día con sus campos. Además, deberían hacer que la educación sea gratuita en todos los niveles.

¿Por qué existe tanta diferencia entre los modelos de educación de los países?

Diferentes países invierten en educación de manera que reflejan cuán seriamente ven la educación como un derecho cívico y una necesidad social. Cuando las ganancias se vuelven más importantes que las inversiones a largo plazo en los estudiantes, la educación pública sufre. Cuando la formación se confunde con la educación, se debilita la enseñanza y el aprendizaje. Los países que creen que una ciudadanía informada es crucial para que una democracia funcione invierte en educación, pero países como EEUU y Brasil ven a los ciudadanos informados como una amenaza y definen la educación principalmente a través del lente de una cultura impulsada por el mercado.

Fuente: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/10184967/11/19/Henry-A-Giroux-La-produccion-de-conocimiento-hoy-esta-en-manos-de-banqueros-y-monopolios-corporativos.html

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Revista: Núm. 3 (2019): Trenzar. Revista de Educación Popular, Pedagogía Crítica e Investigación Militante

Por: revista.trenzar.

Artículos de Reflexión

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Educación popular, pedagogía en la formación de escuelas

Educación popular, pedagogía en la formación de escuelas
Mario Hernández
Rebelión

 

Ponencia presentada en el VII Encuentro Internacional de la Economía de los trabajadores/as realizado entre el 25 y 29 de setiembre de 2019

La educación popular (EP) surge a fines de los 60 como un movimiento de renovación y luego de transformación del mundo a través del poder de un saber popular. La educación popular ha pretendido ser un movimiento pedagógico que pretende fundar una educación liberadora, luego un movimiento popular que incorpora un movimiento pedagógico y finalmente una propuesta política a través de la educación al servicio de proyectos, sujetos y movimientos populares de construcción de una nueva hegemonía en el interior de la sociedad capitalista. El pasaje de una educación para el pueblo hacia una educación que el pueblo crea al interior de los movimientos sociales de orientación popular y de los movimientos populares de liberación. La forma propia de la educación popular es el movimiento emergente contestatario que se orienta hacia la realización de su proyecto, sin descuidar la confrontación con la institución consagrada. Para la educación popular el sentido del trabajo pedagógico es convertir el trabajo social de la comunidad local en movimiento popular de dimensión política. Es la posibilidad de la educación de ser no solo comprometida y militante, sino una anticipación de la liberación.

En Pedagogía del oprimido, Paulo Freire desarrolla su propuesta de principios y metodológica.

Allí cuestiona la relación educador-educando dominante en la escuela actual a la que califica de narrativa de contenidos, que implica un sujeto que narra y objetos oyentes (los educandos). El educador se refiere a una realidad estática y compartimentada ajena a la experiencia existencial de los educandos donde aparece como su agente indiscutible cuya tarea es llenar a los educandos con los contenidos de su narración. Estos deben memorizar mecánicamente el contenido narrado y cuanto más y mejor se dejen llenar dócilmente, tanto mejor educados serán. Tal es la concepción “bancaria” de la educación donde el saber es una donación de aquéllos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes. Estas posiciones serán siempre rígidas negando a la educación y al conocimiento como procesos de búsqueda.

Al contrario, Freire propone que la educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando, de manera tal que ambos se hagan, simultáneamente, educadores y educandos. Cuanto más se conviertan los educandos en depósitos, tanto menos desarrollarán la conciencia crítica de la que resultaría su inserción en el mundo como sujetos transformadores de la situación que los oprime, que es lo que pretenden evitar los opresores.

La acción del educador revolucionario debe estar imbuida de una profunda creencia en los hombres y su poder creador, lo cual exige en su relación con los educandos que sea un compañero de éstos. Mientras la concepción “bancaria” que sirve a la dominación, mantiene la contradicción educador-educandos.

La pedagogía crítica se propone convertir la educación en una herramienta al servicio del cambio y la transformación de las sociedades latinoamericanas. En esto consiste la educación popular que desarrolló Paulo Freire. El sujeto oprimido no solo debe liberarse de la opresión mediante el proceso educativo, sino promover cambios en las estructuras existentes y en las relaciones de poder. Así la pedagogía de Freire se convierte en una pedagogía crítica, liberadora y problematizadora del ámbito educativo y social y ofrece una propuesta revolucionaria en tanto el sujeto educando, mediante su participación, se convierte en actor indispensable al redimensionar la realidad social que le es propia. La responsabilidad, percepción, comprensión y conocimiento de la realidad se convierten en un hecho compartido, no obstante, como sostiene Freire: “Esta enseñanza y este aprendizaje tienen que partir, sin embargo, de los ‘condenados de la tierra’, de los oprimidos, de los desarrapados del mundo y de los que con ellos realmente se solidaricen”.

Cuanto más articulada esté la práctica pedagógica con la experiencia y la vivencia de los ámbitos en que los sujetos se forman -es decir, familia, barrio, comunidad, instituciones, espacios, grupos humanos formales e informales, etc.-, mayores posibilidades encontrará el reconocimiento de la identidad cultural y popular de cada individuo, grupo social o comunidad.

En ello juegan un papel fundamental los métodos educativos que rescaten y revaloricen las tradiciones populares y culturales de los educandos, en estrecho vínculo con las prácticas culturales que garantizan el proceso de formación e integración de sus identidades culturales.

El proceso educativo no solo debe consolidar un espacio de aprendizaje cognoscitivo, sino que debe propiciar una experiencia cultural, política, ideológica, estética y ética, en la que los sujetos puedan percibir, problematizar, re-significar y transformar críticamente su realidad social. Desde la articulación de los saberes con las prácticas y vivencias culturales, desde la cotidianidad y los diferentes ámbitos de socialización en los que educando/educador participan, se aportará un aprendizaje diverso y comprometido con las problemáticas y realidades de sus espacios sociales.

La mayoría entiende que la Educación Popular se define por el público hacia el cual va dirigido el esfuerzo educativo, que con tal de ser realizado al interior de los sectores populares corresponde a la Educación Popular. Evidentemente, esta conceptualización tan amplia no es suficiente. Aunque va dirigida hacia los sectores populares, tiene proyectos estructurados en base a un profundo cuestionamiento al sistema educativo tradicional en cuanto estructura reproductora de las desigualdades sociales. Dentro de esta corriente, el cuestionamiento radical apunta a la jerarquía del conocimiento en el sistema formal de educación, a la forma en que éste se aborda en la relación asimétrica entre “el que sabe” y el que “carece” de dicho conocimiento. El esfuerzo educativo se centra en una modificación de la forma en la que se estructuran las clases, colocando el énfasis en la horizontalidad y la desaparición del educador en la figura de un acompañante. Aunque debemos alertar sobre la concepción que pone énfasis en la forma desdibujando la intencionalidad transformadora que debe poseer todo proyecto de Educación Popular. Muchas veces se oculta la evidente asimetría existente entre quienes dominan determinados conocimientos y quienes los desconocen. El extremo son quienes no conducen ni guían, inspirados en definiciones de un Paulo Freire tardío, de Educar con Libertad, por ejemplo, o en posicionamientos teóricos posmodernos.

Entendemos que la Educación Popular es todo proceso educativo intencionado y orientado hacia el campo popular, que tiene por finalidad elevar la conciencia social a un plano político, desde una mirada radicalmente crítica del orden de dominación imperante, y con una perspectiva transformadora revolucionaria de la sociedad.  

¿Por qué una fábrica recuperada o un movimiento social han decidido construir sus propias escuelas?  

El surgimiento de los Bachilleratos Populares (BP) se presenta como una opción educativa en el campo de la educación de jóvenes y adultos, campo totalmente abandonado por las políticas públicas estatales de las últimas décadas en Argentina.

La creación de escuelas desde el campo de lo popular, gestionadas en y desde los movimientos sociales y fábricas recuperadas propone una alternativa pedagógica que rompa con la lógica piramidal y el discurso monolítico de la escuela estatal. A su vez pone en debate la existencia de lo público no estatal, ya que los BP son experiencias educativas, es decir, escuelas públicas populares, no estatales, gestionadas desde movimientos, organizaciones sociales y fábricas recuperadas.

Los BP se constituyen durante la última década y media como reacción y en oposición al modelo neoliberal, como respuesta al abandono por parte del Estado en el campo de la educación de jóvenes y adultos. Sus protagonistas buscan generar nuevos procesos sociales, que tienen como base la democracia y la participación. Desde estas experiencias sostienen una concepción de escuelas como organizaciones sociales, remarcando una nueva forma de desarrollar estas escuelas, pensadas desde la gestión social y enmarcadas en movimientos y organizaciones sociales que tienen como uno de sus objetivos la transformación social y la educación en clave de educación popular, como una de las herramientas para lograrla.

La idea de toda actividad educativa es política, por más pretensión que haya de una educación única, neutra y universal, no existe práctica pedagógica que no sea a su vez una práctica política. La escuela es un ámbito donde se desarrolla un trabajo político pedagógico que parte de una práctica política pedagógica.

Los BP responden a las formas y a los principios políticos de su movimiento y organización y no a normas, reglamentos y estatutos elaborados desde el Estado . A su vez, van generando formas de funcionamiento propias como bachillerato, a partir del trabajo que tienen en asambleas con docentes y estudiantes que se realizan en el horario de clase y en días rotativos para que puedan participar todos los profesores. Las asambleas de profesores también se realizan mensualmente.

Una primera diferencia que podemos establecer entre la propuesta político-pedagógica de los BP en relación a la escuela tradicional, es que ésta funciona en el Estado o desde el ámbito privado y los BP son escuelas gestionadas desde organizaciones y movimientos sociales y no obedecen a los patrones políticos pedagógicos hegemónicos sino que intentan construir un proyecto propio, teniendo en cuenta los objetivos de la organización . No significa que los BP se conviertan en asistencialistas o paternalistas. Quienes llevan adelante esta tarea educativa parten de reconocer la situación de clase de los y las educandos. Es a partir de este reconocimiento y de este reconocerse que se trabaja desde una educación clasista, que no reproduzca las injusticias sociales sino que sea crítica, transformadora y reveladora de las relaciones de opresión. Cada estudiante, docente o integrante de los BP y del movimiento, son fundamentales para lograr el proyecto político pedagógico que se construye.

No creemos que sean la respuesta al capitalismo, ni la alternativa pedagógica por excelencia, pero entendemos que es necesario construir proyectos políticos pedagógicos que apunten a formar sujetos políticos activos para el campo popular. En este sentido, los BP tiene lógicas diferentes no solo desde sus contenidos y objetivos, sino también desde sus prácticas y formas de organización.

En los BP trabajamos con sectores de la clase trabajadora para los que el Estado tiene destinada una educación de baja calidad. En el sistema educativo argentino existe una diferenciación clasista. Desde la reforma educativa de la década del 90 hasta hoy, la avanzada del capital sobre la educación ha sido feroz. La reforma educativa menemista siguió la concepción neoliberal de entender el presupuesto del Estado en educación como un gasto y parándose en el concepto progresista de descentralización educativa, inició el desmantelamiento más profundo que el sistema educativo argentino haya visto jamás. La educación pasó de ser una necesidad a ser un gasto y de ser un derecho a ser un bien de consumo. Por otro lado, los empresarios aprovecharon los agujeros que iba dejando el Estado para acercar a la sociedad sus ofertas educativas financiadas por el propio Estado mediante subsidios. Las escuelas públicas quedaron para los sectores populares, los hijos de la clase trabajadora y algún sector de la clase media y la escuela privada destinada a los sectores medios y más acomodados de la sociedad.

Los BP se presentan como una posibilidad concreta de dar educación de calidad a estos sectores de clase para los que el Estado reserva una educación de bajísimo nivel. Trabajan con jóvenes y adultos expulsados del sistema educativo tradicional.

En todos los BP hay talleres culturales, de oficio, comunicacionales, dentro de la currícula, pero la diferencia no es solo de contenido, los estudiantes también son participantes activos formando parte central en la toma de decisiones en igualdad de posibilidades con los docentes. Vamos reevaluando los programas en forma conjunta, por lo tanto, los estudiantes también definen la didáctica participativamente y no de manera normativa. Somos los docentes quienes ejecutamos y diseñamos el planeamiento de manera colectiva, pero al mismo tiempo lo vamos poniendo a consideración de los estudiantes. Las asambleas, las discusiones, los talleres de formación y los planes de lucha de los que participamos siguen siendo el motor de nuestras experiencias y son parte de nuestra currícula. Entendemos que educar es un acto político y tomamos partido a favor de los intereses históricos del pueblo trabajador. Somos la contracara de la educación privada empresarial que forma un sujeto individualista, aislado de las luchas populares e incapaz de pensarse colectivamente. También ponemos en cuestionamiento la supuesta neutralidad del Estado y de la educación estatal/pública.

Esto no implica desconocer la discusión en torno a la defensa de la asignación de cargos docentes vía acto público, mecanismo que democratiza el acceso al trabajo, pero que no impide que los contenidos políticos e ideológicos de la educación y las decisiones estratégicas las sigan tomando las clases dominantes por medio de sus funcionarios. Intentamos poner de relieve que el Estado es un Estado de clase, y que si bien debe ser el garante de la educación, las organizaciones populares debemos conservar nuestra autonomía política a la hora de desarrollar nuestras experiencias político-pedagógicas.

Creemos que para constituir una Educación Popular, es el Estado quien debe financiar los espacios educativos, mediante un financiamiento directo, que garantice la cobertura de todos los gastos tanto materiales como pedagógicos (salarios, alimentación, infraestructura, libros, computadoras, insumos educativos y servicios como agua, luz, gas, etc.). Los recursos estatales son nuestros, por tanto, tenemos derecho a autogestionar la educación y ser financiados con los recursos que legítimamente nos pertenecen.

Debemos lograr que el trabajo docente no sea realizado únicamente en nuestro tiempo libre sino que sea parte de la producción social, el lugar donde recibimos nuestros ingresos para vivir, permitiendo la sustentabilidad del proyecto de educación transformadora. Planteamos la autogestión como un proceso de autonomía de los trabajadores de la educación, en el que somos los trabajadores en conjunto con la comunidad educativa, quienes gestionamos las escuelas, logrando reproducir nuestra existencia.

Renunciamos a ver al Estado como única fuente de soluciones a la educación, por el contrario, podemos utilizar recursos del Estado para administrarlos y en proyectos político-pedagógicos que construyan relaciones cooperativas, autogestivas y emancipatorias.

El desarrollo de la Educación Popular debiera apoyarse fundamentalmente en los movimientos sociales, pueblo organizado o sociedad civil.

Uno de los problemas más graves que atraviesan las escuelas estatales es la relación con la comunidad, en este plano, al estar insertos en organizaciones barriales, los BP y la comunidad están unidos por lazos estrechos de solidaridad y pertenencia mutua.

Autor: Mario Hernández

 

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CLACSO: Convocatoria a presentar artículos «Paulo Freire. Revista de Pedagogía Crítica»

Redacción: CLACSO

Participa el Grupo de Trabajo Educación popular y pedagogías críticas

La revista publica artículos que aborden temáticas educativas y pedagógicas desde una perspectiva problematizadora, buscando contribuir con investigaciones de alto nivel académico al intercambio de ideas y al debate nacional e internacional.

El número 22 de la revista incluirá un dossier dedicado al ámbito temático: Trabajo docente y (re) construcción de movimiento pedagógico.

Dicho dossier se inscribe en el marco de la realización del Primer Seminario Nacional de la Red Estrado – Chile. La Red de Estudios sobre Trabajo Docente es una instancia de reflexión, investigación y estudio en torno a las transformaciones y condiciones que marcan el ejercicio de la docencia en América Latina. Se plantea como un espacio de pensamiento crítico, donde se interceptan y confluyen movimientos sociales, sindicales y académicos, con preguntas sobre los sentidos, consecuencias y circunstancias del trabajo de las/os educadoras/es en el marco de los procesos globales de reforma y contrarreforma que atraviesan nuestra región. En Chile, desde el año 2000 investigadoras/es y sindicalistas chilenas/os han formado parte de esta red, la cual desde el año 2010 es coordinada por Jenny Assaél, Rodrigo Cornejo, Leonora Reyes (Universidad de Chile) y Vicente Sisto (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso).

El dossier “Trabajo docente y (re) construcción de movimiento pedagógico”, pretende por un lado, recepcionar investigaciones y estudios sobre las condiciones y transformaciones del trabajo docente, con el objeto de interrogar los sentidos, consecuencias y circunstancias que afectan al trabajo del profesorado en la actualidad nacional e internacional; y por otro, interesa recibir artículos que aborden la construcción de movimiento pedagógico en Chile y América Latina, relevando prácticas, saberes y proyectos levantados por profesores/as y trabajadores/as de la educación en clave democratizadora y emancipadora.

Cabe agregar que otros trabajos pertenecientes a áreas temáticas afines también serán recibidos. Las colaboraciones para este número 22 serán recepcionadas hasta el día 30 de Septiembre del 2019.

Las colaboraciones (informes de investigación, artículos, sistematización de experiencias) enviados deberán ser originales y no deben haber sido publicados con anterioridad en otras revistas y/o libros, excepto que el comité editorial autorice expresamente lo contrario. Todos los artículos que publica Paulo Freire son sometidos a evaluación por revisores/as expertos/as bajo el sistema de doble ciego y podrán ser seguidos a través de la plataforma de la revista.

Las contribuciones a la revista deben realizarse ingresando al link http://revistas.academia.cl/index.php/pfr/login registrándose como autor.

Se requiere incluir en el envío los siguientes documentos:

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  • Hoja de presentación del autor/es.
  • Carta de compromiso originalidad y derecho de difusión.

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Le invitamos a visitar los veinte números ya publicados por la revista desde el año 2002 a la fecha. El archivo histórico de nuestra revista se encuentra disponible en la plataforma y es de acceso abierto y gratuito http://revistas.academia.cl/index.php/pfr/issue/archive.

Saludos cordiales

Equipo editorial

Paulo Freire. Revista de Pedagogía Crítica

Facultad de Pedagogía

Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Huérfanos 1886 – Santiago de Chile

22 787 8262

Consultas: revistapaulofreire@academia.cl

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Fuente: https://www.clacso.org/actividad/convocatoria-a-presentar-articulos-paulo-freire-revista-de-pedagogia-critica/

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Entrevista a Henry Giroux: “La pedagogía crítica deja en claro que la educación es central para la política”

Por Fernando Lázaro*

En los últimos años Henry Giroux, uno de los creadores y referentes de la Pedagogía Crítica en el mundo, viene escribiendo sobre la complejidad política de los EEUU con la presidencia de Trump, posicionándose como un pedagogo que denuncia las injusticias sociales y económicas. Cabría preguntarse si la tarea del pedagogo hoy, en el mundo que vivimos, no es trascender la cuestión educativa y denunciar las opresiones a las que estamos siendo sometidos en nuestros países. Conversamos con Henry, desde esa mirada sobre esta América tan compleja que estamos transitando.

1 – ¿Hoy la Pedagogía Crítica es conocida en muchos lugares del mundo, no creés que en muchos de esos lugares la encerraron en términos                          netamente escolares anulando la posibilidad de poder pensarse como una herramienta de lucha en términos sociales?

HAG: Sí, creo que en muchos casos el término ha perdido su amplia relevancia social no sólo por haber sido reducido al ámbito académico, sino también a una regresiva noción de método. Al instrumentalizar la pedagogía crítica, se ignoran sus amplias posibilidades políticas de comprender cómo la pedagogía funciona en el ámbito más amplio de la esfera pública con sus numerosos espacios y dispositivos culturales

  1. Hoy en Brasil el presidente Bolsonaro tiene un proyecto que se llama “Escuela sin partido” con el cual pretende eliminar de las aulas las “ideologías de izquierdas” y todo rastro de nuestro querido Paulo Freire, ¿cómo estás viendo estos procesos que desde el norte se están expandiendo por toda la América?

HAG: Se trata de intervenciones sumamente reaccionarias, diseñadas para despojar a la educación de sus posibilidades emancipatorias y deja bien en claro cuan peligrosa es la pedagogía crítica para los demagogos, quienes temen a su capacidad de convertir la pedagogía en una poderosa herramienta para el aprendizaje crítico y la resistencia política. Quiero decir, la pedagogía de Paulo era peligrosa, porque afirmaba que sin una ciudadanía informada no es posible la democracia, no es posible tener democracia sin un pueblo educado, alfabetizado y dispuesto a tomar riesgos. Él creía que la educación era central en todos los aspectos de la vida. Pienso que lo que Paulo le decía a gente como la del Movimiento Escuelas Sin Partido es “No se trata de educación, se trata de despolitizar al pueblo y convertirlo en pasivo y dispuesto a someterse a la ideología de un estado represor, es decir, se trata de una educación que les niega la capacidad de agencia y vacía a la política de todo significado.” Es un modelo autoritario de dominación, una educación para la dominación y no para la decolonización. A esto se refería cuando propuso su teoría sobre la pedagogía del oprimido. Cuando Paulo Freire definió la “Pedagogía del Oprimido”, lo que estaba diciendo es que la pedagogía puede estar enfocada en la comprensión de la realidad y la búsqueda de la libertad o puede orientarse hacia la comprensión de datos y la dominación. No existe la educación neutral, no existe tal cosa. Lo que, de hecho, debemos preguntarnos aquí es “¿de qué lado te vas a poner?”¿Qué clase de estudiantes querés? ¿Querés estudiantes críticamente imaginativos que llegado el caso tomen sus propias decisiones y opciones políticas o querés jóvenes incapaces de pensar críticamente y por lo tanto susceptibles de ser seducidos por demagogos y dictadores?

  1. ¿Cuál es la función hoy de los profesores como intelectuales, o mejor dicho, qué características deben tener hoy los docentes para enfrentar a estos procesos de derecha?

HAG: Opino que los docentes deben ser portadores de un conocimiento exhaustivo, ser autorreflexivos, estar dispuestos a asumir riesgos, tener conciencia social, ser capaces de enmarcar sus actos en un proyecto teórico, deben creer en la justicia social, deben tener en cuenta las comunidades de las que sus estudiantes forman parte y sus historias, ser capaces de trabajar colectivamente junto a otros dentro y fuera de la escuela, deben creer en la educación como un proyecto de liberación, y por último, pero no menos importante, deben ser capaces de combinar sus roles de ciudadanos con sus roles de educadores para asumir el rol de intelectuales públicos. Pienso que es crucial que reconozcan que la pedagogía debe ser comprendida bajo la luz de determinadas tradiciones teóricas que son el resultado de muchas luchas y que constituyen nociones básicas de algún tipo y la naturaleza contextualizada de los productos en los que se traducen tales tradiciones. Para ser críticos, los educadores deben aprender cómo volver significativo y crítico el conocimiento con el objetivo de hacerlo transformador.

  1. Uno de los debates históricos de la Educación es cómo se construye el conocimiento ¿Qué elementos se ponen en juego en esa construcción, y cuáles son los saberes socialmente válidos?

HAG: El verdadero desafío es reconocer que el conocimiento es una construcción social, tiene raíces teóricas, siempre está alineado de algún modo fundamental con el poder, y es crucial en la lucha de las identidades, valores, agencia, relaciones sociales y poder. Al mismo tiempo, el valor del conocimiento debería ser comprendido en términos de su capacidad de ampliar la creatividad de los estudiantes, de permitirles pensar trascendiendo sus experiencias, ser problematizador, es decisivo en tanto modo de irrumpir en el sentido común, de proporcionar a los estudiantes de la comprensión política, cultural, social, histórica, científica, tecnológica que necesitan para actuar por sí mismos, junto a otros y conducirse en el vasto mundo en su totalidad y exhaustivamente. Claramente, en tiempos en los que la verdad se encuentra bajo ataque, cualquier tipo de crítica es desechada como si fuera una noticia falsa, y la emoción cotiza más alto que la razón. Es fundamental que el conocimiento se construya en torno a racionalidades, modos lógicos y al respeto por las evidencias –científicas y de otros tipos– que priorizan la verdad sobre la ficción, la pruebas por sobre las opiniones y los valores democráticos sobre las concepciones nihilistas fascistas.

  1. En la historia de América Latina han surgido organizaciones y movimientos sociales que tuvieron la decisión de tomar la educación en sus manos: las escuelas zapatistas en México, Warisata en Bolivia, más cerca en el tiempo el MST en Brasil, los Bachilleratos Populares en Argentina, educación que se basa en la resistencia y la lucha contra la opresión y con una tensión constante con respecto al Estado. ¿Qué opinas de estas experiencias que surgen desde abajo en tanto dispositivos que tensionan la hegemonía escolar?

HAG: Estoy completamente a favor de los métodos alternativos de educación que hunden sus raíces en los principios democráticos y emancipadores. Al mismo tiempo, me opongo a ciertos críticos que las ven como los únicos espacios donde la pedagogía crítica puede desarrollarse. La educación tradicional nunca debería abandonarse como espacio de lucha y resistencia. Los docentes deberían respaldar las posturas en las que las estrategias tienen un pie adentro y el otro afuera de los métodos establecidos de educación, debido a que toman en cuenta las tensiones dentro de los mismos. Siempre existen posibilidades para luchar dentro de la escuela tradicional. Al mismo tiempo, crear escuelas alternativas es invaluable porque se incrementa la cantidad de espacios para el avance de las pedagogías emancipadoras y los abordajes de la educación.

  1. ¿Puede la educación impartida desde un Estado Capitalista construirse a partir de la Pedagogía Critica? Recuerdo una frase de Frei Betto que dice que no es posible hacer educación popular en las escuelas del Estado mientras que ese estado sea capitalista, que en ese caso hay que crear otras escuelas. ¿Qué pensás de esta afirmación?

HAG: No creo que el poder en las escuelas estatales se circunscriba exclusivamente a la dominación. En diversos grados, siempre existen espacios de resistencia donde las pedagogías críticas pueden ser utilizadas, los docentes movilizados y los estudiantes expuestos a pedagogías que operan al servicio de la liberación.

  1. Teniendo la posibilidad de leer tus artículos de actualidad política (agradezco que siempre me los envíes) lo interesante es que se escribe desde la mirada de un pedagogo y pienso en Bourdieu cuando decía que la información es muy importante como para dejarla en manos de periodistas y me pregunto hoy ante los embates que estamos sufriendo -desde Trump para abajo- si no hay una necesidad de reconfigurar o mejor dicho de reconstruir los sentidos de la información teniendo en cuenta la fragilidad, y la convivencia política de cierto periodismo con estos gobiernos, cómo podemos desde la pedagogía crítica analizar esta realidad que estamos viviendo.

HAG: Podríamos empezar reconociendo que la educación está enlazada al desarrollo de las identidades, instituciones y esferas públicas cuya tarea es la producción de culturas formativas que permitan a las personas convertirse en ciudadanos críticos y agentes democráticos. La educación proporciona las herramientas pedagógicas y simbólicas que determinan cómo las personas ven el mundo, cómo definen sus propios sentidos de agencia, qué valores habitan al establecer sus relaciones con sí mismas y con los demás. La pedagogía es el medio a través del cual se realiza el tipo de trabajo cultural que produce, a la vez, momentos de identificación y reconocimiento en los que las personas invierten parte de ellos mismos y comienzan a vincular los problemas privados con una comprensión más amplia y sistémica de los problemas sociales. La pedagogía también realiza el “trabajo cultural” que produce nuevas identificaciones de las personas. La pedagogía crítica deja en claro que la educación es central para la política porque está en el corazón, en la raigambre más profunda, de cómo el pueblo se narra a sí mismo, habita un sentido de agencia y determina en gran medida si se someterá a las fuerzas de dominación o será capaz de resistirlas. En un buen número de libros de educación he argumentado que la educación es central tanto para la ideología tóxica y resistente del neoliberalismo como crucial para combatir la plaga de políticas fascistas que está acorralando al planeta. Para mí, la centralidad de la pedagogía emerge del reconocimiento de que existe una crisis educacional real o percibida y que se hace necesario dar cuenta de esta problemática, sin dejar de lado la cuestión teórica, y esa pedagogía juega un rol importante en interpelar a la crisis.

  1. Desde hace un tiempo vengo planteando la necesidad de empezar a pensar en plural la categoría de educación popular es decir hablar de “educaciones populares”, por todas las diferencias de construcción que se daban bajo estos términos, con la pedagogía critica no tendría que pasar lo mismo; ¿es decir no deberíamos empezar a hablar de “Pedagogías Críticas”?

HAG: Esta cuestión apunta a una consideración fundamental. La pedagogía crítica en su desarrollo teórico más avanzado nunca ha postulado ser una narrativa maestra que pueda ser instrumentable excepto en un contexto diferente, utilizando herramientas diferentes. En tanto imperativo pedagógico, descansa en un número de premisas que tomarán formas diferentes según el contexto en el cual sean empleadas. Por lo tanto, si se ha teorizado correctamente, el contexto y su naturaleza plural siempre intervienen en el modo en que se la utilice. La pedagogía siempre refiere a la especificidad del lugar, habla de cómo el poder modela y es reinventado en la interacción que se da entre los textos, los docentes y los estudiantes, también trata de la politicidad del docente situado y requiere de un compromiso con los valores democráticos, instituciones y horizontes políticos que dirigen la atención hacia los modos en los que el conocimiento, el poder, el deseo, y la experiencia son producidos bajo condiciones básicas y especificas de enseñanza y aprendizaje.

  1. Trump, Bolsonaro, Macri, por nombrar algunos, hoy están jugando el mismo partido, algunos de ellos con una ayuda importante de las iglesias Evangelistas no solo en términos económicos, sino en términos de participación popular aprovechando la vulnerabilidad de nuestros pueblos, en ese partido que ellos mismos delimitan entre ellos y nosotros. ¿Cuál sería la tarea de los Educadores Populares ante esta situación?

HAG: Pienso que de diversos modos, las Iglesias Evangélicas comprendieron la cuestión de lo social o cómo interpelar necesidades sociales sensibles tales como la alimentación, dar refugio, atender la esfera afectiva, y otras consideraciones básicas fueron tan importantes como el crudo poder de su ideología. La educación en este caso combinada con políticas sociales interpeló necesidades sociales concretas, pero ofreció a través de ellas lo que Bloch alguna vez llamó la “estafa de la satisfacción”. En este ejemplo, el concepto marxista de que los derechos individuales y políticos son inútiles si no se cuenta con los derechos económicos fue apropiado por los grupos Evangélicos con el objetivo de colonizar necesidades sociales e individuales decisivas, y luego utilizar a estas últimas como un modo de colonizar la conciencia. La izquierda tiene que aprender de esta lección. Las estructuras de la dominación no se limitan a las estructuras económicas, sino que también están enraizadas en los anhelos de necesidades sociales básicas muy específicas. La Pedagogía Crítica está obligada a operar en esos espacios que existen entre las realidades existenciales de la vida cotidiana de la gente y los ámbitos donde la distribución del poder, el valor y las fuerzas económicas operan y las oprimen. Creo, citando a Larry Grossberg, que esos son los espacios “donde las personas y los grupos se articulan tanto ideológica como afectivamente, a las identidades sociales, prácticas culturales y proyectos políticos y es aquí donde la pedagogía debe operar”.

  1. En América Latina las pruebas estandarizadas como las pruebas Pisa llevadas a cabo por la OCDE a nivel mundial se encargan de medir el rendimiento académico categorizando los países acuerdo a un resultado que no da cuenta la cuestión de clase, las múltiples pobrezas, etc. Qué opinión te merecen las evaluaciones escolares en general y cuál es su sentido en estos tiempos.

HAG: No estoy en contra de los métodos constructivos de evaluación en las escuelas, ni de los de ninguna clase. Pero creo que los criterios de evaluación tienen que surgir de la participación democrática y comunitaria, de modo tal que las personas que sean objeto de tales evaluaciones de aprendizaje puedan intervenir en cómo son construidos, cómo serán usados, y cómo se los va a evaluar. También deberían poder juzgar esas evaluaciones sobre la base de si genuinamente promueven las capacidades creativas e intelectuales de los estudiantes o si las clausuran. En tiempos de neoliberalismo, las evaluaciones a menudo toman la forma de una cierta clase de terrorismo pedagógico. Terminan generando enseñanza para la evaluación, docentes desprofesionalizados, aniquilan la imaginación de los estudiantes y confunden la educación con disciplinamiento.

*Educador Popular argentino. Profesor e investigador Universidad Nacional de Luján.

Traducción: Laura Voboril

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