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Brasil tiene más templos que escuelas y centros de salud

Los templos de sectas y religiones en Brasil duplican el número de instituciones educativas y de salud en todo el país, arroja el Censo de 2022 divulgados por Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

 

Los datos señalan que en el gigante latinoamericano hay 579.798 establecimientos religiosos, entre iglesias, templos, sinagogas y ‘terreiros’ (como se denomina a los sitios de oración de cultos afrobrasileños como el candomblé). El número es más del doble que las 264.445 instituciones educativas y de salud (264.445) identificadas por el IBGE en todo el país.

 

Eso supone que mientras existen 286 templos por cada 100.000 habitantes en el país, la proporción de centros educativos, entre guarderías, escuelas y universidades, cae a 130 por cada 100.000 habitantes. Ya la proporción de hospitales, clínicas y centros de urgencias baja hasta 122 por cada 100.000 habitantes.

Viviendas particulares y prisiones

 

Los datos son el resultado del primer mapeamiento de todas las coordenadas geográficas y los tipos de edificaciones que componen las 111 millones de domicilios en Brasil que fueron registradas durante la realización del Censo.

 

Según el estudio, la gran mayoría de los domicilios en Brasil corresponden a viviendas particulares, con 90,6 millones en todo el país. Le siguen los establecimientos comerciales y de otras finalidades como edificios culturales o públicos (11,7 millones), los agropecuarios (4 millones), los edificios en construcción (3,5 millones) y los domicilios colectivos -hoteles, prisiones, pensiones, residencias de ancianos- (104.500).

Fuente: https://alertas24.com/internacionales/brasil-tiene-mas-templos-que-escuelas-y-centros-de-salud/

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Gobierno de Ecuador suspende clases presenciales tras ola de violencia en el país

El Gobierno de Ecuador suspendió este martes las clases presenciales en todo el país hasta el próximo 12 de enero, en medio de una violenta jornada a manos de grupos de delincuencia organizada, que han incendiado vehículos, secuestrado a policías e ingresado en un canal de televisión en la ciudad portuaria de Guayaquil.

 

El Ministerio de Educación informó que “se dispone el cambio a la modalidad No Presencial en todo el Sistema Educativo Nacional”, que incluye planteles de régimen estatal, municipal y privado.

Además, señaló en un comunicado que se aplicó “la modalidad de teletrabajo a todo el personal que labora en el sistema educativo nacional”.

 

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró hoy la existencia de un “conflicto armado interno” en el país y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones militares, luego de que un comando fuertemente armado ocupara durante unas horas un canal de televisión en Guayaquil, motines en seis cárceles y de que se registraran otros actos violentos en Quito y varias ciudades más.

 

Noboa firmó el decreto en momentos de gran tensión en el país como la incursión de hombres armados en el canal TC Televisión, que terminó con la detención de al menos trece delincuentes y la liberación del personal del canal, que había sido retenido en plena trasmisión en vivo.

 

Además, ha convocado al Consejo de Seguridad Pública y del Estado, en el que participan miembros de su gabinete y altos mandos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas.

 

Caos en medio de estado de excepción

Ante la crisis carcelaria y la “presunta evasión” de uno de los delincuentes más peligrosos del país, Noboa ya había declarado la noche de este lunes el estado de excepción en todo el país por sesenta días, con toque de queda durante la noche y madrugada, pero la medida no evitó que el caos se apoderara en varias ciudades y provincias del país.

 

En Quito, la Policía confirmó que se incineró un vehículo, en cuyo interior se encontraron dos bombonas de gas, la explosión de un artefacto en un puente peatonal, así como el secuestro de un policía, cuya paradero se desconoce hasta el momento.

 

También se reportó el incendio de dos vehículos en la provincia de Esmeraldas, un atentado con granada en la provincia del Guayas, explosiones en la ciudad andina de Cuenca, secuestros de policías en las provincias de El Oro y Los Ríos.

 

La Policía informó de la aprehensión de dos personas presuntamente responsables de la colocación de artefactos explosivos en Quito, de otras nueve personas por tenencia y portes de armas en Esmeraldas y de seis más (dos de ellas colombianas) implicadas en tenencia ilegal de material explosivo en Loja.

 

Además, en la provincia del Napo fueron detenidos dos presuntos causantes de la incineración de un camión.

Fuente: https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/ecuador-tc-television-canal-10-de-guayaquil-el-gobierno-de-daniel-noboa-suspende-las-clases-presenciales-tras-ola-de-violencia-en-el-pais-los-tiguerones-alias-fito-los-choneros-los-lobos-noticia/

 

 

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A la oscurísima luz de los Cuadernos negros

Cuatro pinceladas sobre un ensayo (muy francés) que exige concentración y merece lectura, estudio y apuntes, ensayo que toma pie en la edición reciente de los Cuadernos Negros heideggerianos. En su nota a la edición española observa Rastier: “Es para mí un honor y un placer ver publicado en español este libro que tal vez fue el primero que reconsideró en Francia la obra de Heidegger [9 millones de menciones en sitio web académico según Rastier] a la oscura luz de los primeros Cuadernos Negros.”

Conviene recordar también su advertencia: “Después de miles libros dedicados a Heidegger, no me ocuparé de introducir una vez más su pensamiento, siquiera sea en forma divulgativa. Por otro lado, sería prematuro, pues sus archivos permanecen inaccesibles a los investigadores y la publicación de sus obras se halla inacabada y se lleva a cabo, además, sin garantías filológicas, pues los editores han suprimido frases bochornosas, propuesto fechas dudosas e incluso engañosas, y mantenido un orden de edición erráticocon una lentitud calculada, en una publicación póstuma prolongada ya durante cuatro décadas” [los énfasis son míos].

Dedicado a la memoria de Primo Levi, Naufragio de un profeta es un libro que no debe pasar desapercibido a cualquier lector interesado sobre las vinculaciones de Heidegger con el nazismo. En el siguiente sentido: la filosofía de Heidegger, para algunos el más importante filósofo del siglo XX, el Maestro por antonomasia, ¿es independiente del compromiso político con el nacional-socialismo del autor de Sein und Zeit? La respuesta de François Rastier es negativa. “Desde un artículo de Herbert Marcuse en 1934, el carácter nazi de la filosofía heideggeriana ha sido objeto de numerosos análisis tan penetrantes como intempestivos en los que se han querido ver “affaires” heideggerianos. Con la publicación de los Cuadernos negros, en los que Heidegger llevó un diario de pensamiento entre 1930 y 1970, los análisis vilipendiados comienzan a recibir del propio Maestro confirmaciones póstumas pero irrefutables que crean confusión entre sus discípulos”. (27)

Su perspectiva y sus referentes: “Jamás he podido leer a Heidegger y a sus apologistas sin un malestar que no tiene nada de existencial mientras mientras tantos otros autores ilustres se encomendaban a él, desde Sartre hasta Bernard-Henri Lévy, desde Foucault hasta Derrida, desde Jean-Luc Marion hasta Finkielkraut. Si para estudiar el lenguaje heideggeriano pude contraer una deuda con Adorno, Bourdeau o Meschonnic, el libro capital de Emmanuel Faye [Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía] y más tarde su apoyo personal me estimularonm a leer con independencia para articular mi análisis.” (12)

Un apunte sobre el autor, poco conocido en nuestro país: “François Rastier (Toulouse, 1945) es lingüista, director de investigaciones en el CNRS. Discípulo de A-J. Greimas, es especialista en semántica de la interpretación y su proyecto intelectual se sitúa en una semiótica de las culturas. Entre sus libros traducidos al castellano: Semántica interpretativa (2005), Ulises en Auschwitz. Primo Levi, el sobreviviente (2016), La creación artístitica (2017). Laetoli ha anunciado la publicación de Heidegger, mesías antisemita. Lo que revelan los Cuadernos Negros.

Tres comentarios para incitar a la lectura:

1. A medida que los escritos publicados, señala Rastier, poco a poco aclaran su carácter radicalmente nazi y antisemita (el autor enfatiza sobre todo esta arista del pensamiento heideggeriano), “las dudas se despejan sin perturbar todavía a una candidez casi universal, pero lo bastante claramente como para penetrar en los grandes medios de comunicación, donde se topan con otras cuestiones de actualidad como el auge de la extrema derecha, los radicalismos y el resurgimiento sangriento del antisemitismo” (19).

2. Heidegger, señala Rastier, continúa siendo celebrado como un profundo pensador de la técnica y abundan las referencias elogiosas en la filosofía más reciente. “¿Pero pensar es condenar absteniéndose de toda distancia crítica? Formado en una época en la que la filosofía académica temía ser desposeída de sus objetos por las ciencias, Heidegger vuelve a las tradiciones escolásticas de la historia del Ser y de la diferencia ontológica, pero para hacer el vacío en el proyecto anti-humanista de eliminar la ética y la antropología filosófica, pero también las ciencias sociales, con la diversidad de culturas y lenguas (el alemán basta para decir y pensar todo)…” (24)

3. Rastier no reduce al antisemitismo el alcance de los Cuadernos negros (como hacen las obras de Di Cesare y de Trawny). Las confirmaciones que aportan los Cuadernos negros para el autor, “no se refieren solo a los temas antisemitas, sino también a la relación de la filosofía heideggeriana con el nazismo, elogiado por su barbarie: “El nacionalsocialismo es un principio bárbaro. Eso es lo esencial y su grandeza potencial”. Solamente la filosofía (la de Heidegger) permite evitar una posible desviación. “El nacionalsocialismo no puede ser jamás el principio de una filosofía, pero siempre debe ser situado bajo la filosofía en calidad de principio”.” (146).

Para futuras reediciones: convendría incluir un índice nominal y aligerar el decir, excesivamente alambicado, del autor en determinados pasajes (asunto que, por supuesto, no depende de Laetoli).

Por razones de desconocimiento, casi incomunicación, de áreas lingüísticas próximas, no hay en la bibliografía del ensayo referencia alguna a dos importantes estudios sobre Heidegger en castellano: el de Manuel Sacristán de 1959 (reeditado en Crítica, 1995) y el reciente Nicolás González Varela (en Montesinos).

 

Fuentes: https://rebelion.org/a-la-oscurisima-luz-de-los-cuadernos-negros/
Rebelión [Imagen: François Rastier mostrando una doble página de los Cuadernos negros de Heidegger. Créditos: Espai Marx]

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Milei allá y mileicitos acá

El miércoles, Javier Milei anunció en 15 minutos un “decreto por razones de necesidad y urgencia” (DNU) con 366 artículos. Alegó que la rápida derogación de cientos de normas vigentes es la única forma de comenzar a resolver gravísimos problemas económicos y sociales, y se propone lograrla por la vía del DNU, que la Constitución argentina reserva a las situaciones en que “circunstancias excepcionales” hagan “imposible seguir los trámites ordinarios” para que el Congreso trate y vote proyectos.

 

Parece muy poco viable la aprobación parlamentaria de estas medidas, pero no por “circunstancias extraordinarias”, sino porque los diputados y senadores representan a sus votantes.

 

El triunfo de Milei en el balotaje del 19 de noviembre se debió a diversos motivos que merecen un análisis a fondo, pero no parece que entre ellos predomine el mismo tipo de fanatismo doctrinario sobre cuestiones económicas que exhibe el actual presidente, quien destinó dos tercios de los mencionados 15 minutos a una arenga ideológica, con el mismo desdén por las discrepancias e incluso por la realidad que caracterizó su campaña electoral.

 

Es muy improbable que la mayoría de la población comparta con él la convicción de que, apenas para empezar, es preciso agregar a sus actuales penurias una brusca desregulación de las relaciones laborales, la formación de precios, la competencia entre productos nacionales e importados, los alquileres, los servicios de salud y la educación, entre muchísimas otras cosas.

 

Ya comenzaron las movilizaciones de protesta, y los legisladores saben qué consecuencias terribles tendrían estas medidas en la vida cotidiana de la gente. La mayoría de ellos no pueden estar convencidos, como Milei, de que así se abrirá paso a la “reconstrucción de la economía” y la transformación de Argentina en una potencia mundial. Por eso, y con independencia de la muy dudosa constitucionalidad de este DNU, comienza un período de agudas tensiones sociales y políticas, cuyos efectos asusta prever.

 

En Uruguay, los problemas socioeconómicos y el descreimiento en el sistema partidario no tienen la profundidad que propició la victoria electoral de Milei en Argentina, pero al parecer hay quienes piensan que les conviene imitar características de su campaña: en algunos casos, la descalificación insultante de los adversarios; en otros, la sustitución del debate programático por simplificaciones fantasiosas. En esta última línea se inscribe, precozmente, el intento de presentar las próximas elecciones como una opción entre aumentar o no aumentar los impuestos.

 

Nadie con un mínimo de sensatez puede asegurar que, de 2025 a 2030, ninguna coyuntura nacional o internacional justificará o exigirá el incremento de un impuesto. Nadie con un mínimo de información puede negar que en Uruguay persisten profundas desigualdades que requieren políticas públicas potentes. Nadie con un mínimo de seriedad puede sostener que para la aplicación de esas políticas bastará con que el Estado maneje de modo más eficiente sus ingresos actuales. Empezamos mal.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/opinion/articulo/2023/12/milei-alla-y-mileicitos-aca/

 

 

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La mayor amenaza para las universidades de EE UU

Un informe detalla la toma de puestos administrativos y de supervisión clave por parte de personas designadas partidistas y la creciente presión sobre los miembros del profesorado para limitar la enseñanza.

La mayor amenaza para las universidades estadounidenses

Un informe detalla la toma de puestos administrativos y de supervisión clave por parte de personas designadas partidistas y la creciente presión sobre los miembros del profesorado para limitar la enseñanza

Estos son tiempos preocupantes para la educación superior estadounidense. Por un lado, algunos estudiantes de un puñado de universidades de élite han hecho duras declaraciones antiisraelíes, algunos cruzando la línea hacia el antisemitismo declarado, y algunos rectores de universidades han sido tímidos y torpes en sus respuestas. Sin embargo, por feos que hayan sido estos acontecimientos, no hay muchas razones para creer que la calidad de la educación en estas instituciones (que, en cualquier caso, representan una pequeña fracción de la matrícula universitaria de Estados Unidos) esté seriamente amenazada.

Por otro lado, el Sistema Universitario Estatal de Florida, que tiene más de 430.000 estudiantes, está bajo un intenso ataque político por parte del gobierno republicano del estado. La Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios publicó recientemente un informe titulado “Interferencia política y libertad académica en el sistema de educación superior pública de Florida”, que detalla la toma de puestos administrativos y de supervisión clave por parte de personas designadas partidistas y la creciente presión sobre los miembros del profesorado para evitar enseñar cualquier cosa que pueda considerarse un despertar. Es casi seguro que este ataque político degradará la calidad de la educación superior para un gran número de estudiantes, algo de lo que hablaré más adelante.

Pero primero, hagamos la pregunta obvia: ¿Cuál de estos dos temas educativos ha estado absorbiendo nuestra atención colectiva y cuál ha pasado mayormente desapercibido?

Tu sabes la respuesta.

Consideremos: la matrícula total de estudiantes universitarios en Estados Unidos es de unos 20 millones; Alrededor de 70.000 de estos estudiantes están en las Ivies, (las universidades de la Ivy League en los Estados Unidos), es decir, las ocho universidades privadas de prestigio y alto rendimiento académico del país, y sólo un poco más de 7.000 en Harvard.

Es cierto que somos una sociedad mucho más elitista y clasista de lo que nos gustaría admitir y que los graduados de instituciones de élite tienen una enorme influencia en la vida pública. (Revelación completa: no fui a Harvard; rechazaron mi solicitud, pero, como resultado, me vi obligado a obtener mi título de licenciatura en, Yale.) Pero incluso dada esta influencia, yo diría que prestamos demasiada atención a las instituciones que educan a tan pocos estadounidenses y que son tan poco representativas del escenario educativo nacional.

Una vista del campus de Harvard en John F. Kennedy Street en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, EEUU REUTERS/Fe NinivaggiUna vista del campus de Harvard en John F. Kennedy Street en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, EEUU REUTERS/Fe Ninivaggi

¿Qué explica esta desproporcionalidad? Hasta cierto punto, se debe a que las personas que dan forma al discurso público suelen ser ellos mismos graduados de instituciones de élite. Hasta cierto punto, es una consecuencia de la cultura de las celebridades: un enfoque en los estilos de vida de los que pronto serán ricos y famosos.

Para ser claros, el resurgimiento del antisemitismo entre algunas facciones de la izquierda política es realmente inquietante. Hay personas con puntos de vista desagradables, tanto antidemocráticos como antisemitas, tanto en la izquierda como en la derecha. Si bien los politólogos a menudo critican la teoría de la herradura de la política, que dice que la extrema izquierda y la extrema derecha pueden parecerse más entre sí de lo que cualquiera de ellas se parece al centro político, siempre he encontrado esa teoría plausible.

Y no voy a poner excusas para los presidentes de universidades que tergiversan este tema. Después de todo, guiar sus instituciones a través de campos minados intelectuales y políticos es, en gran medida, trabajo de estos presidentes.

No obstante, es crucial mantener un sentido de perspectiva. Puede que la extrema izquierda no sea moralmente mejor que la extrema derecha. Pero en Estados Unidos la extrema izquierda casi no tiene poder político, mientras que la extrema derecha controla una cámara del Congreso y varios estados.

Lo que me lleva de regreso a las universidades de Florida.

El informe de la A.A.U.P. (American Association of University Professors) o lo que viene a ser en español la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios, entra en detalles considerables sobre las acciones legales y administrativas tomadas por el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, y sus designados hasta el momento. Pero el panorama general es que la educación superior pública se ha convertido en un frente clave en la “guerra contra el despertar” de DeSantis.

El candidato presidencial republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis. REUTERS/Brian Snyder/Foto de archivoEl candidato presidencial republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis. REUTERS/Brian Snyder/Foto de archivo

¿Qué cuenta como despierto? La respuesta no está clara, pero esa falta de claridad es, en cierto modo, el punto. Enseñar a los estudiantes cualquier cosa que pueda considerarse políticamente liberal o progresista podría interpretarse como un despertar. Según el informe, a un profesor de Florida “le dijeron que no enseñara que la Guerra Civil fue un conflicto por la esclavitud”, una propuesta con la que, por ejemplo, Ulysses S. Grant, que sabía algo al respecto, no estaría de acuerdo. Esta resbaladiza crea un clima de miedo que inhibe la enseñanza de muchas materias y parece estar expulsando a algunos de los mejores profesores del sistema.

Y cualquiera que imagine que existen límites claros sobre hasta dónde puede llegar la intimidación (oye, tal vez sea un problema para las ciencias sociales y la historia, pero la ciencia dura es segura) está siendo ingenuo. ¿Realmente le resulta difícil imaginar que se presione a los profesores para que dejen de presentar pruebas del cambio climático provocado por el hombre?

Entonces, sí, mantengamos a raya a los presidentes de universidades cuando cometen un error en un tema importante. Y denunciemos los llamados a la violencia vengan de donde vengan. Pero centrémonos también en la mayor amenaza a nuestro sistema de educación superior, que no proviene de estudiantes activistas de izquierda sino de políticos de derecha.

https://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2023/12/15/la-mayor-amenaza-para-las-universidades-estadounidenses/

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Toni Negri: “No hacen falta héroes, ni vanguardias, ni líderes. El liderazgo nace dentro del movimiento”

Filósofo, profesor, referencia del comunismo autónomo, Negri vino a Madrid a presentar una autobiografía, Historia de un comunista.

 

Escribe Toni Negri (Padua, 1933) que cada mañana programa, aún desde la cama, el resto de la jornada: “Cuando te preparas de esa manera, tampoco los acontecimientos inesperados consiguen hacerte daño”. Quizá por ese motivo, tal vez por malas experiencias en otras entrevistas, pide que le enviemos las preguntas antes de nuestra cita. Filósofo, profesor, referencia del comunismo autónomo, Negri vino a Madrid a presentar una autobiografía, Historia de un comunista (Traficantes de Sueños, 2019), recuerdo en tres movimientos de una vida consagrada a la acción política y a la investigación del marxismo y el comunismo en los márgenes del comunismo y el marxismo. Una vida marcada por la II Guerra Mundial, por la primavera autónoma italiana y el triunfo neoliberal en Europa a partir de los 70. Desde una perspectiva de radical antagonismo de clase, Negri ha vivido con hambre de verdad y con la esperanza de la felicidad en la tierra que define a un verdadero comunista.

¿Se reconoce en el niño que sufrió aquella guerra, aquella violencia, aquel dolor?
No lo sé, es mucha la distancia… La guerra es algo que no se olvida. Es la expresión del mal absoluto. Lo que me da miedo hoy día es oír gritos de guerra por parte de los gobernantes neoliberales que, cuando no consiguen llevar a cabo su programa, aseveran que el desastre está al llegar. Por desgracia, conocemos bien cómo han funcionado a lo largo de la historia esas dinámicas del desastre, del “tras de mí, el diluvio”, y cómo han acabado siempre con resultados desastrosos. Y, a pesar de todo, la situación actual es la siguiente: el neoliberalismo está fracasando. Y nosotros hemos de encontrar la fuerza para resistir a ese fracaso, para oponerle nuevas experiencias, nuevas capacidades de desarrollo, nuevas capacidades de movilización. La guerra no es un recuerdo, es una pesadilla, una pesadilla de la que hay que conseguir liberarse sabiendo que, para liberarse, resulta necesario construir algo nuevo.

¿De dónde surge la rebeldía capaz de defender la vida en común, en un momento en el que solo parecen importar determinadas vidas individuales?
Yo soy un hombre del siglo XX y nuestra experiencia ha sido construir, antes y después del 68, un proyecto de vida que fuese un proyecto de vida militante, es decir, un proyecto de vida común. Así, con muchos compañeros construimos el operaísmo, una teoría y una práctica que empezamos a desarrollar a finales de los años 50, dentro y fuera del movimiento obrero existente entonces en Italia, incluido el Partido Comunista. El Partido Comunista se había convertido para entonces en una máquina, una especie de Saturno que realmente se comía a sus propios hijos. Y, por tanto, se trataba de innovar. Sin actitudes jupiterianas, sin enfoques mitológicos. De manera muy pragmática, empezamos a hacer lo único que nos parecía honesto: reconstruir una relación de clase, constituir una nueva fuerza de clase. Esa fue la gran apuesta del operaísmo italiano, que duró prácticamente veinte años. Hasta que el movimiento creció tanto que los enfrentamientos eran ya con el poder. El enfrentamiento se desencadenó y el poder… El poder ganó. El operaísmo continuó tras aquella derrota, y esto es algo muy importante.

Pero, para responder a vuestra pregunta: ¿Por qué? Porque la lucha de clases es nuestra vida. La lucha de clases ha sido siempre nuestra vida. La descubrimos cuando éramos pequeños, a través de la guerra, durante la reconstrucción, a través de la Resistencia —una resistencia antifascista que fue masiva, amplia, en la zona del norte de Italia donde he vivido—. Y de esas

Filósofo, profesor, referencia del comunismo autónomo, Negri vino a Madrid a presentar una autobiografía, Historia de un comunista.

Escribe Toni Negri (Padua, 1933) que cada mañana programa, aún desde la cama, el resto de la jornada: “Cuando te preparas de esa manera, tampoco los acontecimientos inesperados consiguen hacerte daño”. Quizá por ese motivo, tal vez por malas experiencias en otras entrevistas, pide que le enviemos las preguntas antes de nuestra cita. Filósofo, profesor, referencia del comunismo autónomo, Negri vino a Madrid a presentar una autobiografía, Historia de un comunista (Traficantes de Sueños, 2019), recuerdo en tres movimientos de una vida consagrada a la acción política y a la investigación del marxismo y el comunismo en los márgenes del comunismo y el marxismo. Una vida marcada por la II Guerra Mundial, por la primavera autónoma italiana y el triunfo neoliberal en Europa a partir de los 70. Desde una perspectiva de radical antagonismo de clase, Negri ha vivido con hambre de verdad y con la esperanza de la felicidad en la tierra que define a un verdadero comunista.

¿Se reconoce en el niño que sufrió aquella guerra, aquella violencia, aquel dolor?
No lo sé, es mucha la distancia… La guerra es algo que no se olvida. Es la expresión del mal absoluto. Lo que me da miedo hoy día es oír gritos de guerra por parte de los gobernantes neoliberales que, cuando no consiguen llevar a cabo su programa, aseveran que el desastre está al llegar. Por desgracia, conocemos bien cómo han funcionado a lo largo de la historia esas dinámicas del desastre, del “tras de mí, el diluvio”, y cómo han acabado siempre con resultados desastrosos. Y, a pesar de todo, la situación actual es la siguiente: el neoliberalismo está fracasando. Y nosotros hemos de encontrar la fuerza para resistir a ese fracaso, para oponerle nuevas experiencias, nuevas capacidades de desarrollo, nuevas capacidades de movilización. La guerra no es un recuerdo, es una pesadilla, una pesadilla de la que hay que conseguir liberarse sabiendo que, para liberarse, resulta necesario construir algo nuevo.

¿De dónde surge la rebeldía capaz de defender la vida en común, en un momento en el que solo parecen importar determinadas vidas individuales?
Yo soy un hombre del siglo XX y nuestra experiencia ha sido construir, antes y después del 68, un proyecto de vida que fuese un proyecto de vida militante, es decir, un proyecto de vida común. Así, con muchos compañeros construimos el operaísmo, una teoría y una práctica que empezamos a desarrollar a finales de los años 50, dentro y fuera del movimiento obrero existente entonces en Italia, incluido el Partido Comunista. El Partido Comunista se había convertido para entonces en una máquina, una especie de Saturno que realmente se comía a sus propios hijos. Y, por tanto, se trataba de innovar. Sin actitudes jupiterianas, sin enfoques mitológicos. De manera muy pragmática, empezamos a hacer lo único que nos parecía honesto: reconstruir una relación de clase, constituir una nueva fuerza de clase. Esa fue la gran apuesta del operaísmo italiano, que duró prácticamente veinte años. Hasta que el movimiento creció tanto que los enfrentamientos eran ya con el poder. El enfrentamiento se desencadenó y el poder… El poder ganó. El operaísmo continuó tras aquella derrota, y esto es algo muy importante.

Pero, para responder a vuestra pregunta: ¿Por qué? Porque la lucha de clases es nuestra vida. La lucha de clases ha sido siempre nuestra vida. La descubrimos cuando éramos pequeños, a través de la guerra, durante la reconstrucción, a través de la Resistencia —una resistencia antifascista que fue masiva, amplia, en la zona del norte de Italia donde he vivido—. Y de esas cosas he aprendido, de esas realidades, a salir de la soledad, de aquella soledad a la que los lutos familiares de la guerra me forzaron.

El común se encuentra así, se encuentra en la reconstrucción, el común no es algo antiguo que haya que recuperar. El común es algo que se construye, es un conjunto de personas, de fuerzas que avanzan juntas, que construyen un colectivo. Y más aún hoy, cuando el trabajo se ha transformado, cuando el trabajo se ha vuelto cooperativo, más que de cadena de montaje: un conjunto de singularidades, un conjunto de lenguajes, de cosas comunes puestas juntas, de elementos cognitivos, intelectuales. Por todo esto, actualmente resulta fácil entender qué es el común.

Toni Negri entrevista
Toni Negri, en un momento de la entrevista ÁLVARO MINGUITO

Dices que “no hacen faltan héroes”. ¿Por qué resulta tan importante que la construcción de vidas en el común no parta del ascenso, de la búsqueda, de héroes, de redentores?
[Ríe] Se sufre ya bastante cuando el sueldo es bajo, bastante heroico es vivir una vida sencilla como para que haya que inventarse cosas más complejas. Además, ese discurso de que no tenemos absolutamente la necesidad de héroes, ni de vanguardias, ni de otras trascendencias… no es un discurso anarquista, sino un discurso positivo comunista. Tan solo en la necesidad se construye en común, nos descubrimos mutuamente, encontramos la posibilidad, la capacidad, de establecer direcciones. No hacen falta héroes, ni vanguardias, ni líderes. El liderazgo nace dentro del movimiento. Una tesis que sostengo —que sostenemos, Michael Hardt y yo— es que la estrategia nace siempre de los movimientos. Luego, si existen emergencias tácticas, se pueden delegar cosas en algunos compañeros, pero la estrategia la hacemos siempre en común, especialmente hoy día, porque el modo de producción se ha modificado.

“Hay que destruir los beneficios capitalistas, hay que destruir la propiedad. La lucha contra la propiedad se está convirtiendo de nuevo en uno de los principios fundamentales de las luchas que se llevan a cabo”

En este nuevo contexto, solo a través del encuentro entre movimientos, de la intersección continua de las fuerzas en juego, podemos ser capaces de construir un terreno estratégico, una perspectiva de lucha duradera. Desde ese punto de vista, considero imprescindible no necesitar héroes, no necesitar nada que esté por encima de nosotros. Se trata de un acto de humanismo profundo. Desde ahí nace la dirección de la realidad.

Has hablado recientemente del problema de la reconstrucción de un nuevo internacionalismo, ¿pero sobre qué bases? Existe ya una dimensión internacional en el movimiento feminista, ¿pero cuál es el papel de las fuerzas del trabajo en ese nuevo internacionalismo?
Los internacionalismos han representado desde siempre uno de los puntos más altos del deseo comunista. Son algo fundamental. El movimiento comunista nace como movimiento internacionalista. “Proletarios de todo el mundo, ¡uníos!”. El internacionalismo a menudo ha sido traicionado por el nacionalismo, que nos ha llevado a las guerras más terribles del siglo XX. Por otra parte, el internacionalismo ha representado una fuerza enorme. Nadie olvida la fascinación por el internacionalismo proletario, tanto en su memoria como en su práctica: la Internacional, las Brigadas Internacionales en España… Para mí, estos han sido elementos centrales de mi formación.

Existió también un internacionalismo fundamental en el 68, que acompañó, a lo largo de la década de los 60, la liberación de lo que era ya una vieja ideología comunista que se desmoronaba frente a la burocracia, a la necesidad de la Razón de Estado y, en el fondo, ante la ausencia de una revolución que hubiese alterado, de manera efectiva, el modo de producción. Con todo esto no niego la importancia de la Unión Soviética. La Unión Soviética fue el elemento central del siglo XX, sin la Unión Soviética no habríamos tenido reformismo capitalista, sin la Unión Soviética no habría existido el New Deal, no habría existido nada de todo eso. La Unión Soviética fue un punto de referencia para todos nosotros, y lo es aún, es la posibilidad de una revolución anticapitalista. Y esa posibilidad está aún ahí, presente, y nadie podrá borrarla.

Dicho esto, hoy día resulta necesario reconstruir el internacionalismo, y hay que reconstruirlo a partir de la derrota inmediata de los nacionalismos que se están reconstituyendo y que pretenden conformar una línea posible, realista. Y no es cierto. El nacionalismo no es realista porque el mundo, la globalización, son una realidad dentro de la cual hemos de situarnos. Si no nos concienciamos de que la globalización es el punto central, de que es más fuerte que todas las formas del Estado; si no nos damos cuenta de que la globalización es ya un dato físico… Si no nos damos cuenta de todo eso, estamos perdidos. Los nacionalismos son elementos totalmente provinciales respecto a la realidad actual de la lucha de clases.

Teniendo en cuenta los recuerdos que evocas de tu primer viaje a España en Historia de un comunista y toda tu experiencia, dinos ¿qué es el fascismo?
El fascismo es la cara feroz, la cara destructiva, en un cierto sentido, del dominio capitalista. Lo es en el plano netamente productivo, pero lo es también en todas las formas de la vida. Actualmente está naciendo un nuevo fascismo aquí y allá. Un fascismo que niega un nivel de civilización realmente elemental. Por tanto, el fascismo es algo que hay que combatir con todas las fuerzas. ¿Qué recuerdo hoy del fascismo? Yo era solo un niño bajo el fascismo. El fascismo me hace pensar en las bombas de los Aliados.

“Resulta realmente necesario disponer de una renta básica que represente, para todos, la oportunidad de vivir, de reproducirse, de crear. Hay que darle a todo el mundo, como punto de partida, la posibilidad de ser libres”

El fascismo en España me recuerda situaciones en las que se decía una frase en un bar, o en un lugar público, una frase un poco provocadora, recordando a las Brigadas Internacionales o a Lorca, también a Lorca, a “los grandes poetas”, como los llamábamos fuera de España… Cuando alguien decía una frase de ese tipo, todo se quedaba en silencio. Pero esos son episodios que recuerdas como niño. Lo que para mí son recuerdos del fascismo se encarna en otro tipo de manifestaciones. Hoy día ese fascismo es aún peor, quizás porque uno de sus aspectos más esenciales es la lucha contra las conquistas femeninas de libertad.

Antes decías que sin la Unión Soviética no habría existido el reformismo, el Estado del bienestar, ¿pero qué fue la URSS, es decir, el comunismo de partido? Y, respecto a esto, ¿qué otra cosa podría ser el comunismo, o como se ha intentado que fuera en el proyecto de la autonomía?
Estuve en la Unión Soviética en 1960, tenía 27 años y viajé allí en calidad de funcionario de un partido hermano. Mi experiencia fue desastrosa, porque el contacto con el mundo de los funcionarios, de los políticos soviéticos, me hizo descubrir la burocratización del sistema, la incapacidad para establecer relaciones reales, no solo en el contexto de la política interna sino también con los compañeros de la Internacional. En ese momento abandoné aquel mundo para sumergirme directamente en la lucha de la autonomía.

¿Qué puede ser hoy día el comunismo? No lo sé [risas]. Los proyectos nacen siempre de las luchas. Por ejemplo, los datos más evidentes que se extraen de las luchas actuales reflejan un aspecto anticapitalista. Hay que destruir los beneficios capitalistas, hay que destruir la propiedad. La lucha contra la propiedad se está convirtiendo de nuevo en uno de los principios fundamentales de las luchas que se llevan a cabo. La dimensión comunista se coloca, en primer lugar, a favor de la destrucción de la propiedad privada. Y la destrucción también de la propiedad pública cuando la propiedad pública no es sino una representación de la privada: una simple transformación teórica de sus finalidades, pero que mantiene, en realidad, como esencia, la búsqueda del beneficio [en su acepción marxista, N. del T.]. El segundo punto que está emergiendo de forma masiva, es la asunción de que el salario mínimo, la base sobre la que se vive, ha de ser igual para todos. Resulta realmente necesario disponer de una renta básica que represente, para todos, la oportunidad de vivir, de reproducirse, de crear. Hay que darle a todo el mundo, como punto de partida, la posibilidad de ser libres.

Ya no podemos seguir moviéndonos sobre la base de una crítica que no sea colorida, que no esté cargada de los sabores de la vida. Hemos de reconstruir la utopía de una vida liberada, más allá de la crítica a los medios de producción

En este contexto, hay dos elementos fundamentales. Por un lado, la destrucción del mito según el cual el capitalismo propietario es capaz de construir algo bueno y, por otro lado, el convencimiento de que solo la productividad social es capaz de crear nuevo valor económico, además de valor civil. Únicamente sobre esta base podremos empezar a pensar en una organización comunista de la sociedad. Y tenemos que empezar a pensar del mismo modo también desde un punto de vista político, siendo perfectamente conscientes de que, a estas alturas, el sistema de representación está caduco, que ya no es aceptable, que traiciona los elementos fundamentales de nuestra acción política. Hoy día hemos de ser capaces de construir formas asamblearias que sepan tener formas de gobernarse, derivar en sistemas de gobierno. Necesitamos instituciones del común, para construir comunismo.

En los tiempos del big data, del control algorítmico, de las plataformas digitales, ¿cómo afrontar la dinámica explotación-liberación ?
Desde un punto de vista concreto, de pequeñas experiencias, de experiencias de base, está fuera de toda duda que es posible echar abajo cada uno de esos elementos. Las plataformas digitales, sin duda alguna, podrían construirse de forma cooperativa. ¿Qué es lo que se premia, desde el punto de vista capitalista, en esta historia? Se premia el respeto a la organización del trabajo. Pero destruirla, destruir el management, es algo que considero posible. Existen ya hipótesis que se desarrollan ampliamente en ese sentido. Creo que esa es la parte más sencilla.

El problema es que no basta con acabar con la explotación diciendo: “Ah, mira qué bien, ahora la explotación nos la imponemos nosotros mismos, y ganamos un poco más. Distribuyamos los beneficios del patrón, distribuyámoslos pero sigamos por la misma senda”, que es más o menos la forma en la que nació el socialismo soviético. Se distribuía la explotación. Evidentemente, nosotros creemos en algo distinto, creemos que la actual potencia tecnológica podría disminuir la carga de trabajo, transformarlo en algo diferente, eliminarlo incluso. De tal forma que se pueda cuidar, alargar la vida, hacerla más feliz. Nuestro problema es entender cómo la producción, y la circulación y la reproducción, pueden, no solo ser algo único, sino funcionar de forma coordinada para después someterlas, gradualmente, a un ideal, a una construcción de vida libre, de vida feliz.

Considero que actualmente resulta fundamental introducir un poco de esta utopía dentro de la crítica. Ya no podemos seguir moviéndonos sobre la base de una crítica que no sea colorida, que no esté cargada de los sabores de la vida. Hemos de reconstruir la utopía de una vida liberada, más allá de la crítica a los medios de producción.

Hoy día tenemos relaciones de participación que llegan a niveles increíbles. La construcción de algoritmos no es mecánica, nace de los cerebros, de las personas. La cooperación dentro de los sistemas actuales, de los más altos sistemas productivos actuales, es puramente intelectual, puramente cognitiva. A ese nivel se pueden hacer infinidad de cosas. El problema es otro. El problema es saber qué queremos hacer. No es fácil. Tenemos que apropiarnos de todo, sí, pero apropiarnos de todo significa también darle la vuelta al sentido de las cosas. Y esto significa, a su vez, buscar la libertad, buscar esa posibilidad de producción en la que las personas se hallen libres de la miseria del trabajo.

 

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/entrevista-toni-negri-no-hacen-falta-heroes-ni-vanguardias

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A propósito de los 200 años de la Doctrina Monroe

Franklin González*

“El objetivo final de la estrategia a escala planetaria, es derrotar en el terreno de las ideas las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos”. (El arte de la inteligencia» de Allen W. Dulles en 1953).

A propósito de haberse cumplido, el 01/12/2023, 200 años de la llamada Doctrina Monroe, realizaremos unas reflexiones, tomando varias fuentes bibliográficas y hemerográficas, sobre un tema que tiene más vigencia que nunca. Se trata del comportamiento, en política exterior, por parte de Estados Unidos.

Su política exterior ha estado concentrada en los valores que los “poderes fácticos” y el “estado profundo” defienden al interno de esa nación y, por extensión, también lo hacen en el resto del mundo. Revisar su Declaración de Independencia (1776), la constitución de 1787 y el texto El Federalista de 1787 y 1788, significa encontrar, como fundamentales, los valores de la Libertad y la Dignidad humanas y éstas dentro del marco de la Democracia, entendida como representativa y de pesos y contrapesos.

A los anteriores valores desde 1943 el término “seguridad nacional” empezó a utilizarse de manera amplia y el 26 de julio de 1947 el Congreso de EEUU aprobó la ley que, entre otras cosas, creaba el Consejo de Seguridad Nacional, a cuyo frente se puso al presidente del país, con el objetivo de coordinar la política exterior y de defensa y conciliar responsabilidades y procedimientos tanto diplomáticos como militares.

A partir de entonces cada presidente ha puesto en desarrollo su política de seguridad nacional, pero siempre supeditada a los valores antes mencionados, particularmente al valor “sagrado” de la libertad.

Sin embargo, a partir de los atentados terroristas del 2001 y con los gobiernos de George Bush y Barak Obama, se puso en ejecución la política de la “seguritización” que permite a las élites estadounidenses definir la seguridad nacional, a partir del poder social del lenguaje de construir amenazas por el mero hecho de declararlas discursivamente. Para ello, se aprobó La Ley Patriota (2001), que amplió los poderes policiales del Gobierno de Estados Unidos y desde entonces el valor de la libertad quedó supedito al hecho de que cada ciudadano es sospechoso de “terrorista”, y si estos lo son, con mucha más razón los son todos los habitantes del planeta Tierra, incluyendo a todos los jefes de estados, que puede tener sus comunicaciones intervenidas.

En mayo de 2010, el gobierno del presidente Barak Obama presentó su “Estrategia de Seguridad Nacional” en la cual define las orientaciones fundamentales de la política de seguridad interna y externa de EEUU y sin mayor pudor establece que “el gobierno de Estados Unidos no tiene mayor responsabilidad que proteger al pueblo “estadounidense. Sin embargo, “nuestras obligaciones no terminan en nuestras fronteras” y “adaptamos nuestras responsabilidades para garantizar la seguridad internacional ya que sirve a nuestros intereses.”

Debe agregarse también el tema de los derechos humanos como otros de los valores que Estados Unidos, dice, está obligado a “defender” en el mundo, aunque ese país lo viola sistemáticamente en la aplicación de la justicia penal, así como en sus políticas migratorias y de seguridad nacional.

La necesidad de tener siempre un enemigo

En el transcurrir de su historia en política exterior, Estados Unidos ha operado con lo que, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, llamó en “Dialéctica del amo y el esclavo”, del libro Fenomenología del espíritu, la “identidad negativa, esto es, que la identidad de uno de los dos viene dada por la negación de la del otro.

Esa “identidad negativa” no se refiere a su contenido malo sino más bien a su contenido reactivo. La identidad negativa, dijo Hegel, es aquella que se construye por oposición a algo o a alguien. Permite desarrollar fronteras del ego muy sólidas, siempre en conflicto con el enemigo; pero como se forma por oposición, en realidad no tiene ningún contenido.

Como resultado, aparenta ser fuerte, pero en realidad es débil, porque su propia definición está totalmente supeditada a una relación con algo más. ¿Qué sería un amo, pregunta Hegel, sin el esclavo? Eliminemos al esclavo y el amo no tiene nada más que lo defina.

Desde el periodo colonial, los norteamericanos han desarrollado una identidad nacional a partir de lo que no son, siempre rechazando otra cosa, por ejemplo, el Viejo Mundo, la nobleza, etc. El problema con este tipo de identidad, es que no te permite ver qué realmente eres. Ese precisamente es uno de los problemas fundamentales de la política exterior de los Estados Unidos, pues ésta ha estado basada en la percepción ideologizada que los norteamericanos tienen de sí mismo y no un examen crítico de lo que realmente son.

Esta ideología, que es religiosa y secular, se fundamenta en el rechazo a la disensión camuflado de patriotismo (un americano de verdad no critica a su país y menos en tiempos de guerra); en un fuerte sentido de misión divina, de una necesidad de propagar por el mundo la democracia y las bendiciones de la sociedad norteamericana (de hacer cumplir la voluntad de Dios); en el desarrollo de una identidad nacional que no está basada en un historia común, sino en un compromiso moral y religioso con el país; en una visión maniquea que reduce la realidad a una lucha entre el bien (los Estados Unidos) y el mal (sus opositores); en la idea de una bondad e inocencia innatas que guían las acciones norteamericanas; y en la creencia en la universalidad de los valores y la forma de vida norteamericana (Usa way of life).

Samuel Huntington en su texto: El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, dirá: “Sabemos quiénes somos sólo cuando sabemos quiénes no somos, y con frecuencia sólo cuando sabemos contra quiénes estamos”.

Originada en el siglo XVII por los puritanos creadores de la idea de ciudad sobre una colina, esta religión secular ha evolucionado a lo largo de la historia norteamericana convirtiendo a los Estados Unidos, en una nación peligrosa. A los niños desde la escuela primaria, se le inculca la idea de la excepcionalidad norteamericana y eso ha tenido consecuencias desastrosas, pues ha llevado a los Estados Unidos a perder de vista los colores de espectro luminoso y adoptar una política exterior sin matices y profundamente ideologizada.

Lo anterior lo describe muy bien el escritor estadounidense Morris Berman en la conferencia dictada en la Southern Utah University, el 6 de marzo de 2007, titulada: “Localizar al enemigo: mito versus realidad en la política exterior de los Estados Unidos”, donde sostiene que este país ha tenido una identidad por lo que no es y, además, combatiendo contra ese “enemigo”. Y siempre haciéndolo “por sus intereses, sus creencias y sus ambiciones”. Primero, contra los que se oponían a su independencia en 1775, por “el honor y el comercio” en 1812, por territorio en 1846, por humanidad, expansión e imperio en 1898, por “el derecho a la neutralidad” en 1917 y por la seguridad nacional en 1941.

Y a partir de 1945 contra el comunismo, a través de la contención y la disuasión, que significó lo contrario a la “democracia y la libertad” occidental. Luego, ante la ausencia del “comunismo soviético”, los sucesos del 11/09/2001 hicieron surgir uno nuevo, difuso, sin rostro, sin aposento nacional, pero que le produjo mucho daño en sus propias entrañas: el terrorismo. Ahora, con una variante, escapada de su control, según ellos mismo afirman: el estado islámico.

Según Berman, la política exterior de los Estados Unidos ha estado basada en la constante búsqueda de un enemigo a quien enfrentar representándole “como una gran fuerza unificada” con la que no se razona, sino se enfrenta, se combate.

En palabras de Berman,

“El resultado fue la incapacidad de entender los movimientos nacionalistas, las guerras de liberación o las guerras civiles, porque todo lo que se desviara de nuestra visión del mundo, se definía ahora como malvado. El nacionalismo a menudo se confundió con el comunismo y repentinamente nos hicimos responsables de casi cualquier evento político que tuviera lugar en el planeta, y a todos se les asignaba la misma importancia en términos de nuestra seguridad.”.

Por eso, siempre, en su Política Exterior, han puesto en ejecución la doctrina del Destino Manifiesto (Manifest Destiny), la cual debe considerarse desde dos puntos de vista: A lo interno, como un elemento in¬trínseco del modo de ser del anglosajón, la base para preser¬var la continuidad política y garantizar el goce de derechos y libertades democráticos y desde lo externo, como la idea de poseer un derecho sagrado a intervenir en otras naciones.

Dentro de ella confluyeron diferentes elementos, con un cariz teológico inicial, pero que poco a poco se fueron secu¬larizando hasta convertirse en verdades políticas.

De esta manera, la religión y la política fueron elementos que se en¬cuentran entrelazados estrechamente en el modo de ser y de actuar del pueblo estadounidense.

De allí que se sostiene con mucha pertinencia y propiedad que, las diferencias en la política exterior de demócratas y conservadores, son de forma, nunca de contenido.

El instrumento de la guerra como gran desiderátum

Estados Unidos, en política exterior, pone el énfasis en el instrumento de la guerra y lo hace porque se consideran los elegidos para plagar de libertad y democracia al mundo y también se consideran los defensores de los derechos humanos por doquier, pero, además, porque su economía no crece sino lo hace a partir de las empresas de armas y por eso tiene bases militares por todos los continentes y es el promotor número uno de las guerras que deben tener incendiado al mundo precisamente para vender esas armas

Al respecto, Larry C. Johnson, exanalista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), hace, en octubre de este mismo año, la siguiente afirmación. “Tenemos que continuamente estar peleando contra alguien para que nuestras industrias de defensa sigan en pie, porque la economía de EE.UU. depende de eso”.

Esa afirmación la realizó durante una entrevista en un programa televisivo en el que el tema central era el conflicto en Ucrania y el papel de Estados Unidos en el financiamiento a Kiev.

Johnson dijo que Estados Unidos se ha convertido en un actor constante de los conflictos militares en todo el mundo y para eso realizó la siguiente comparación: “Mientras Rusia, desde 1991, ha participado en cinco operaciones militares afuera de su territorio, todas en sus fronteras, incluyendo la operación militar especial en Ucrania, EEUU, desde ese mismo año, ha estado involucrado en 215 intervenciones militares en otros países” y ejemplificó con Afganistán o Irak,

Más claro, imposible.

Por tus actuaciones os conoceré

En la novela Tiempos Recios, el escritor Mario Vargas Llosa, cuenta varias historias, ocurridas en distintos momentos históricos, que se arman como un rompecabezas hasta revelar lo que fue la vida y la política en Guatemala desde que la ilusión democrática y reformista dio paso a las presiones autoritarias.

En esa novela, Vargas Llosa, con posiciones política bien claras, a favor del capital, relata con visos de ficción una serie de conspiraciones políticas que llevaron a Carlos Castillo Armas al poder en Guatemala (1954-1957) después de un golpe militar orquestado por la CIA para derrocar al presidente Jacobo Árbenz, que era acusado de comunista.

Así que, lo que a continuación describiremos, son una muestra de las actuaciones en política exterior por parte de Estados Unidos, que no constituyen nada nuevo bajo el Sol.

Sanciones por doquier

Christopher Sabatini, investigador principal para América Latina en Chatham, en un artículo publicado, el 24 de julio de este año, en la revista Foreign Policy, escribe sobre la empecinada política de hostigamiento de Washington contra muchos países y sostiene que las sanciones se han convertido en la herramienta de política exterior de los gobiernos occidentales, encabezados por Estados Unidos.

Por eso y desafortunadamente, se recalca en ese artículo, que es poco probable que los políticos estadounidenses reconsideren seriamente su relación amorosa con las sanciones en el corto plazo, en tanto su aplicación es fácil, barata y menos peligrosa que la amenaza de una acción militar”.

Allí, precisa cuáles son los países que integran la infame lista negra. Entre ellos se menciona a Rusia, Myanmar, Cuba, Irán, Corea del Norte. Siria, Venezuela. Mientras que 17 países más están sujetos a sanciones selectivas, entre ellas China, fundamentalmente sujeta a controles de exportación y también se mencionan a Afganistán, Bielorrusia, República Democrática del Congo, Etiopía, Irak, Líbano, Libia, Malí, Nicaragua, Sudán y Yemen.

Sabatini, con datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, destaca los siguientes elementos: Para 2021, EE. UU impuso sanciones a más de 9.000 personas, empresas y sectores de las economías de países objetivos.

En 2021, el primer año en el cargo del presidente estadounidense Joe Biden, su administración agregó 765 nuevas designaciones de sanciones en el orbe, incluidas 173 relacionadas con los derechos humanos.

En total, los países sujetos a algún tipo de sanciones estadounidenses representan colectivamente un poco más de una quinta parte del PIB. China representa el 80 por ciento de ese grupo.

Las conspiraciones

Mencionaremos algunas de ellas.

a) Pakistán

A través de una moción de censura, el para ese entonces, abril de 2022, gobernante de ese país, Imran Jan fue destituido de su cargo. Ante lo cual este ex primer ministro, hizo una denuncia pública ante el mundo y acusó a Estados Unidos de organizar una conspiración que finalmente condujo al derrocamiento de su gobierno, lo que fue el resultado de desafiar la política estadounidense.

De hecho, los estadounidenses se molestaron mucho con su política exterior independiente y con su visita a Rusia antes de que este último iniciara la “operación especial militar en Ucrania”.

En este marco, Jan afirmó que las fuerzas políticas dentro de Pakistán intentaron presentarlo como un enemigo de Estados Unidos porque siempre acusaba a Occidente de doble rasero y defendía su propia política; “luego me llevaron como si fuera el terrorista más grande de este país”.

“Si no estás de acuerdo con la política exterior de Estados Unidos, te vuelves antiestadounidense” y remarcó: “Realmente no estoy tan preocupado por mi propio destino. Lo principal es el futuro de Pakistán, que es lo que me preocupa. Porque realmente temo que ahora este camino por el que estamos siendo llevados no tenga más que oscuridad por delante. Porque, aparte de todo lo demás, se está desmantelando toda nuestra democracia”.

b) Venezuela

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló sobre Venezuela y lo hizo de manera transparente. En este sentido, criticó las políticas de la administración de Joe Biden con respecto a la situación en nuestro país. En su primer discurso público, tras su imputación por cargos federales, afirmó que ahora “hacen más rico” a Nicolás Maduro, al comprarle el petróleo que necesita la nación estadounidense.

El líder republicano agregó: “ahora, se lo compramos al dictador y lo hacemos más rico”. Esto, en una obvia referencia a Nicolás Maduro, sancionado en julio de 2017 por el Departamento de Estado de EE UU.

“Cuando dejé la presidencia, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiésemos quedado con todo ese petróleo. Ahora, se lo compramos al dictador y lo hacemos más rico”

Ante este cambio de políticas, Trump reafirmó a sus seguidores la necesidad de un cambio político en Estados Unid. Consideró que, de lo contrario, “no nos va a quedar un país”.

“Recuerden que yo hacía campaña y decía que vamos a terminar siendo Venezuela con esteroides. Y eso es exactamente lo que le está pasando a nuestro país, se está yendo al infierno”

Igualmente, en enero de 2019, su administración fue de las primeras en reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, luego de que la Asamblea Nacional 2015 desconociera las elecciones de mayo de 2018, en las que Nicolás Maduro resultó reelecto.

Y pensar que este señor aspira ser presidente de ese país nuevamente.

c) Colombia

Quienes ya tuvieron éxito con los derrumbes de gobiernos no afectos a sus intereses están a la ofensiva en Colombia y decididos a sacar a Gustavo Petro, Es así como en los últimos meses, este gobierno ha enfrentado diversos escándalos que van desde los choques institucionales, acusaciones contra miembros de su equipo y crecientes denuncias de intentos de derrocamiento por vías no militares. Lo último tiene que ver con los presuntos delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito contra su hijo Nicolás Fernando Petro Burgos, quien habría confesado a la Fiscalía que, durante la campaña presidencial de su padre en 2022, recibió financiamiento irregular de varias fuentes, incluidos personajes con antecedentes cuestionables.

El presidente de Colombia se ha desvinculado de cualquier acción irregular y ha negado haber solicitado a sus hijos involucrarse en delitos o financiar campañas.

Al parecer estamos en presencia de otro caso donde la “guerra híbrida” y el “Lawfare” o “golpe suave” está en pleno desarrollo y cualquier cosa puede ocurrir en Colombia.

El mismo presidente Petro declaró: “Yo creo que yo hablaba de Pedro Castillo, pero ya pasaron la frontera, mucho más allá. Nos van a seguir atacando más y más para romper la relación entre el Gobierno y el pueblo, para derribar el Gobierno”.

Así que, con estos datos en pleno desarrollo, hay que estar mosca.

d) Guatemala

Bernardo Arévalo, obtuvo la victoria en la segunda vuelta de elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de agosto, en Guatemala, con el 58% de los votos con la promesa de una lucha decidida contra la corrupción. Debe asumir el cargo el 14 de enero de 2024, reemplazando a Alejandro Giammattei, lo que marcaría el fin de un periodo de 12 años de gobiernos de derecha.

Sin embargo, los nubarrones están en el ambiente y el presidente electo ha denunciado un plan de “golpe de Estado” para evitar que asuma el cargo tras ganar el balotaje.

“Existe un grupo de políticos y funcionarios corruptos que se niegan a aceptar este resultado y ha puesto en marcha un plan para romper el orden constitucional y violentar la democracia”, ha afirmado, después de que su partido, Semilla, fuera inhabilitado por la justicia.

Debido a la inhabilitación de Semilla, el partido no puede llevar a cabo ninguna actividad, como hacer declaraciones, recaudar fondos o aumentar su número de afiliados. Además, los 23 nuevos diputados del partido tendrán limitaciones en sus facultades, ya que no podrán formar un grupo parlamentario, presidir comisiones, participar en la elaboración de la agenda del Congreso ni tener asesores remunerados.

Arévalo ha señalado a la fiscal general y jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, a un juez penal y a la Junta Directiva del Congreso, liderada por el partido oficial, como los responsables del plan de “golpe de Estado”.

“Estas acciones constituyen un golpe de Estado, que es promovido desde las instituciones que deberían garantizar la Justicia en nuestro país”, ha advertido.

A su juicio, el “golpe de Estado” se está llevando a cabo de manera gradual, a través de acciones fraudulentas, ilegítimas e ilegales en diferentes instituciones, con el objetivo de impedir que las autoridades electas, incluido el presidente, asuman el cargo.

La presidenta hondureña, Xiomara Castro, se pronunció y dijo: “El golpismo y el crimen amenazan nuestras democracias, solo defendida por la legitimidad de la soberanía del pueblo en las calles y en las urnas”.

Por otro, lo hizo el Grupo de Puebla, quien advirtió que el presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, enfrenta una “guerra jurídica” que podría derivar en un “golpe de Estado”.

Finalmente, decimos, con la locución latina acuñada a Julio César al pasar el Rubicón: álea iacta est, esto es, la suerte está echada o, de otra forma: las cartas están echadas sobre la mesa.

*Sociólogo (UCV). Doctor en Ciencias Sociales (UCV). Profesor Titular. Ex director de la Escuela de Estudios Internacionales (UCV). Estudios Posdoctorales en la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y la Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”. Autor de doce libros (12). Profesor de postgrado en la UCV, en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Investigación y Postgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura. Fue embajador en Polonia 2005-2006, Uruguay (2027-2010) y Grecia (2012-2013) y Decano de Postgrado de la Unerg. Conferencista en eventos científicos y políticos, nacionales e internacionales y articulista de periódicos y revistas.

 

 

 

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