Colombia: Se buscan profesores de 80 años

América del Sur/Colombia/4 Febrero 2017/Fuente: Semana 

Una ley extiende la edad máxima de retiro forzoso de los docentes de universidades públicas. ¿Es un justo reconocimiento a quienes dedican su vida a la docencia?

El pasado 30 de diciembre se expidió la Ley 1821, según la cual se modifica la edad para el retiro forzoso de las personas que desempeñan cargos públicos que no son de elección popular. Ahora se establece a los 70 años: “Una vez cumplidos, se causará el retiro inmediato del cargo que desempeñen sin que puedan ser reintegradas bajo ninguna circunstancia», dice la ley.

La norma extiende este plazo para los docentes universitarios de instituciones oficiales que ahora podrán desempeñar su labor hasta los 80 años. Antes, con la Ley 344 de 1996, podían hasta los 75, 10 años más que el resto de profesionales. Esta normativa no aplica para las universidades privadas, allí no hay límite de edad para el retiro.

La pregunta que surge de esta medida es si es pertinente ampliar la edad profesional de los maestros hasta los 80. ¿Están en condiciones mentales y físicas para dictar clase? ¿Se les está quitando la oportunidad a otros más jóvenes para que puedan renovar la planta docente? Según expuso Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional, en una columna para El Espectador, hace más de 12 años en esta institución las directivas presionaron para que se retiraran de su cargo los docentes que estaban en edad de jubilación, con el objetivo de que hubiera una renovación en el profesorado. Mantilla cuestionó entonces dicha medida y aseguró que los profesores de avanzada edad debían ser tenidos en cuenta por razón de su experiencia.

En el ámbito académico se dice que la madurez, la experiencia y conocimientos de una persona que ha trabajado toda su vida en la docencia es invaluable, y que hace falta reconocerles su labor como se merecen. Alexander Amézquita, docente de la Universidad del Valle, considera que la experiencia es fundamental en cualquier profesión y dice conocer profesores de la tercera edad que están más actualizados sobre su profesión que profesionales que se han pasado 15 años o más estudiando teorías que no saben si son pertinentes o aplicables en la vida cotidiana.  “Si cumple con altos niveles de calidad, escribe publicaciones y publica investigaciones, que el docente pueda trabajar hasta los 80 años de edad es importante, necesario y pertinente”, sostiene Amézquita.

Por otro lado, hay quienes opinan que si bien estas medidas reconocen la labor de los profesores de avanzada edad, es importante abrirle campo a nuevas generaciones, a quienes quieren comenzar a hacer carrera en la docencia. Así lo asegura Sebastián Guerra, profesor de la Universidad del Rosario: “En las últimas décadas ha crecido exponencialmente el número de aspirantes a profesores, quienes, además, no encuentran un espacio laboral ante la baja capacidad de absorción de las universidades, que en principio no son tantas y sus plazas ya están ocupadas”. Sin embargo, Guerra considera que el aporte de estos profesores con una trayectoria amplia es importante y no se puede desconocer: “La sabiduría es algo que ha perdido terreno ante la especialización y la técnica, por lo que apostar por mantener y valorar el conocimiento producto de muchos años de trabajo es importante”.

¿Son justas estas medidas que reconocen la labor de los docentes? ¿Es una oportunidad para que las universidades se sigan beneficiando con el conocimiento y la sabiduría que traen los años? Los profesores consultados coinciden en que sí, pero también exponen la falta de cupo en las instituciones de educación superior para quienes aspiran a ser maestros (además de no ser una profesión bien remunerada), y que hace falta más universidades públicas de calidad en donde se diera cabida a más profesores. “Lo que sobra son universidades privadas y, sobre todo, instituciones de baja calidad”, concluye Guerra.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/ley-1882/514224

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