América del Sur/Brasil/Autor y Fuente: www.prensa-latina.cu
La desigualdad se acentúa respecto al género o la raza. Alrededor del 49,4 por ciento de la población de niñas negras o mestizas vive en lugares sin saneamiento básico, mientras que este porcentaje cae al 32,2 por ciento para los infantes blancos.
También la diferencia se percibe con otras restricciones, como la protección social que afecta a aproximadamente un 16,2 por ciento de los chicos negros o mestizos y la falta de vivienda, que es mayor para este segmento llegando a alrededor del 28,5 por ciento en todo el país.
Las estadísticas que revelaron las discordancias sociales indican además que en el noreste de Brasil un 28,4 por ciento de las familias con menores de cero a seis años viven en la pobreza.
Esto representa un millón 500 mil niños que viven en hogares, en los cuales los ingresos no superan al mes los 150 reales (unos 37 dólares).
Desde la víspera expertos de las áreas de educación, economía y salud discuten en el foro, con base en el conocimiento científico, la creación de prácticas que promuevan el desarrollo integral de los niños en los primeros años de vida.
Además de la pobreza, otros problemas como el racismo y la falta de servicios básicos de salud, educación y atención social hacen del escenario del desarrollo infantil uno de los principales desafíos que deben abordarse a través de políticas públicas a nivel estatal, municipal y federal.
Según el economista Naercio Menezes Filho, coordinador del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Enseñanza e Investigación, resulta posible lograr mejores números de capital con una mayor cobertura de atención primaria.
‘Necesitamos medir el desarrollo infantil. Esto puede hacerse por medio del propio libro del niño, por ejemplo. Es necesario saber cuáles son los problemas para desarrollar políticas apropiadas. Algunas soluciones son más simples, como expandir el servicio de visitas familiares’, consideró Menezes Filho.
Un estudio publicado en 2018 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que del 61 por ciento de niños brasileños que viven en la pobreza, al 49,7 de ellos se les niega uno o más derechos. Muchos sufren más de una privación simultáneamente.
En promedio, sufren 1,7 privaciones. Asimismo, hay 14,7 millones de niños y niñas afectados por una sola privación, 7,3 millones por dos y 4,5 millones por tres o más privaciones.
Unicef clasifica las privaciones como moderada, cuando hay acceso, pero limitado o de baja calidad a cada uno de los derechos; y extrema, cuando no hay paso alguno.