La tensión en Brasil, con el intento de golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff, se percibe en Nuestra América como una de las operaciones manifestadas en contra de los avances sociales logrados en procesos progresistas, pacíficos y democráticos como los impulsados en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Argentina y sus instancias solidarias de integración en este tiempo. Uno de los hilos conductores de este proceso de cambio social, resulta el aporte espiritual, en gran medida impulsada por la teología de la liberación cristiana, ecuménica y con diálogo interreligioso con las fuentes espirituales ancestrales.
Al respecto, el teólogo brasileño Leonardo Boff, afirma que con la llegada de Lula el PT y aliados, se produjo un cambio en el sujeto de poder: “El sujeto no forma parte de los dueños del poder, tradicional o moderno, siempre conservadores, sino que forma parte de los sin-poder: los provenientes de la Senzala, de las periferias, del Brasil profundo, del nuevo sindicalismo, los intelectuales de izquierda y la Iglesia de la liberación con sus miles de comunidades de base…Vía el PT realizaron analíticamente una auténtica revolución…El presidente Lula tuvo que hacer concesiones a la macroeconomía neoliberal para asegurar el cambio de rumbo, pero se abrió al mundo de los pobres y marginados. Consiguió montar políticas sociales,…oficiales como políticas de Estado. Esta derecha conservadora está promoviendo la anti-revolución. El impeachment de la presidenta Dilma es un capítulo de esa negación… Si los pobres supiesen lo que se está armando contra ellos, las calles de Brasil serían insuficientes para contener el número de manifestantes que protestarían en contra”. (Boff L. El impeachment como una antirevolución. 06.05.2016).
La polémica decisión de la cámara de diputados el 17.04.2016, presidida por Eduardo Cunha, posteriormente destituido por corrupción, la posterior anulación de la votación por el nuevo presidente Waldir Maranhao y la revocación de la anulación por el mismo Maranhao, conforman un cuadro conflictivo sumamente agudo. Al respecto, las manifestaciones populares se hacen sentir. Así como la reacción del COMITÉ INTER-RELIGIOSO PERMANENTE POR LA DEMOCRACIA Y CONTRA EL GOLPE, que agrupa diversas denominaciones religiosas que en su manifiesto del 07.05.2016, al observar que varios de las y los diputados votaron invocando el nombre de Dios, analizan:
En nombre de Dios, están queriendo impedir que : el Pueblo hambriento tenga que comer, ni que sea con una bolsa familia, en Brasil que en nombre de la vida salió del mapa internacional del hambre…que los trabajadores y las trabajadoras reciban, por lo menos, un salario mínimo que atienda las necesidades básicas de una familia… que los jóvenes del campo y de las periferias, tengan acceso a la formación técnica y universitaria… que el pueblo tenga una casa decente para vivir… que puedan vivir con libertad y dignidad las personas que tengan orientaciones sexuales y religiosas diferentes a los patrones heterosexual y cristiano. Y en nombre de sus creencias y valores declaran: repudiamos la utilización blasfema del nombre de Dios por quien vota por intereses personales y egoístas, en oposición a los intereses de la Clase Trabajadora y de la mayoría del pueblo pobre y necesitado; Y exhortamos a todas y todos en defensa de la Democracia en esta lucha de resistencia al Golpe. Un Clamor espiritual liberador que acompaña las movilizaciones actuales, para superar injusticias y traiciones, en función de una democracia con ética hacia otro mundo posible.