Un debate con la Dra. Prachi Srivastava y el Dr. James Tooley
«La pregunta número uno que los responsables de política educativa deberían hacerse a sí mismos es ¿»bajo coste» para quién?»
Una entrevista con la Dra. Prachi Srivastava, Profesora Asociada en la School of International Development and Global Studiesde la Universidad de Ottawa |
«Para conseguir una educación de alta calidad hay que incorporar al sector privado».
Una entrevista con el Dr. James Tooley, Director Global de Low Cost Schools (GEMS Education) y Catedrático de Política Educativa en la Universidad de Newcastle. |
Prachi Srivastava: El primer punto debería ser que la terminología de escuelas privadas de «bajo coste» o «tasas bajas» no está muy bien definida. Si te paras a pensar en la renta de los hogares más pobres, entendiéndose por estos hogares los situados en el quintil más bajo, resulta que las tasas escolares de muchas de las escuelas que consideramos como de «bajo coste» se llevan realmente una parte importante de los ingresos familiares sólo para escolarizar a un niño. Estas tasas pueden oscilar entre el 5% hasta incluso el 40% o el 60% en el caso de algunas cadenas de escuelas que se consideran a sí mismas como de «bajo coste». Se trata por lo tanto de un tema de asequibilidad.
El segundo tema es el de las tasas y los costes. Los costes incluyen bastante más que simplemente las tasas. La mayoría de los responsables educativos debería saber que los costes del acceso a la escolarización abarcan también otro tipo de gastos familiares como las clases particulares, los libros de texto, el transporte, las comidas, los uniformes, etc. Por lo tanto, la terminología es algo engañosa y oculta también en algunos casos cuál es el coste real que supone acceder a estas escuelas.
Y el tercer punto, dicho de forma muy general, y espero que los responsables educativos tengan más oportunidades de informarse y leer realmente sobre este aspecto, es que si hablamos de contenidos, los datos existentes sobre la calidad están siendo muy debatidos. Si hablamos de ventajas comparativas entre los estudiantes de las escuelas públicas y las privadas, tampoco están claros los resultados en cuanto al rendimiento escolar.
James Tooley: En primer lugar, hay que saber que las escuelas privadas de bajo coste se están haciendo omnipresentes. Están muy extendidas en los países en vías de desarrollo y la gran mayoría de las familias con bajos ingresos envían a sus hijos a estas escuelas. Por ejemplo, un estudio recientemente realizado en los barrios bajos marginales de Monrovia en Liberia mostró que un 71% de los niños acudían a escuelas privadas de bajo coste. Encontramos resultados similares en Lagos, Accra, Hyderabad, etc. En las zonas rurales el porcentaje de población pobre que utiliza estas escuelas se sitúa posiblemente entre el 25 y el 30%. Por lo tanto, un gran número de personas utilizan estas escuelas y hay una enorme cantidad de éstas: 300.000 solamente en la India y 14.000 en Lagos.
En segundo lugar, hay que saber que los niños que van a las escuelas privadas de bajo coste sacan mejores resultados que los que van a las escuelas públicas. En otras palabras, según demuestran todos los estudios realizados, estas escuelas privadas de bajo coste tienen una calidad más alta que las escuelas públicas.
Y en tercer lugar, normalmente ofrecen un trato equitativo a las niñas. Esto significa que o bien en las escuelas privadas de bajo coste hay paridad de género en comparación con las escuelas públicas o bien que la presencia de las escuelas privadas mejora la situación de las niñas en aquellos lugares en los que hay prejuicios sociales contra el hecho que las niñas vayan a las escuela. Por ejemplo, un estudio realizado en Pakistán demuestra que la brecha de género se reduce en aquellos pueblos en los que hay escuelas privadas en comparación con aquellos en los que no hay.
Por lo tanto, diría que éstas son las tres cuestiones más importantes.
James Tooley: Es muy, muy sencillo: la demanda de los padres. Esta demanda es lo que está impulsando el acceso a este tipo de escuelas. Los padres quieren escuelas que rindan cuentas, algo que las escuelas públicas no hacen. Las escuelas públicas fracasan en este sentido. Los padres quieren escuelas que tengan toda la calidad que su bolsillo pueda permitirse y las escuelas públicas fracasan de nuevo rotundamente a la hora de ofrecer alta calidad. Por lo tanto, la situación es muy simple: es la demanda de los padres lo que está impulsando la demanda de las escuelas privadas de bajo coste.
Prachi Srivastava: Las escuelas privadas están proliferando por lo general en áreas o en contextos en donde parece que el sector público no está ofreciendo una calidad educativa razonable. Consideramos que el fenómeno de la proliferación de las escuelas privadas es un síntoma de la existencia una gran disfunción de sectores de la enseñanza que se supone deberían ser gratuitos en los primeros niveles.
Tenemos que preguntarnos qué es lo que ocurre en aquellos casos en los que las familias no tienen que pagar por la asistencia a la escuela y qué ocurre en aquellos casos en los que tienen que pagar costes directos. Nos encontramos con que en los casos en los que las familias tienen que pagar, las niñas tienden a ser excluidas, los niños con necesidades especiales o problemas especiales de aprendizaje tienden a ser excluidos y, generalmente desde una perspectiva más macro, los niños que provienen de comunidades desfavorecidas, ya sea por razones de etnia, lengua, religión o casta, estos niños se quedan [aparentemente] al margen. Y parece que se quedan mucho más al margen según va pasando el tiempo y avanza el ciclo educativo.
Prachi Srivastava: Lo que podemos ver en la bibliografía sobre el tema, es que estas escuelas pueden ser asequibles para aquellos que cuentan con una situación económica más segura, quizás las clases trabajadoras o aquellas que cuentan con un empleo estable, y desde luego para las clases medias. Pero si hablamos realmente en términos de áreas subdesarrolladas y de hogares con una situación económica insegura, entonces estas escuelas no son realmente asequibles para este tipo de familias y, por lo tanto, no pueden beneficiarse de las mismas durante mucho tiempo.
James Tooley: Todos estos niños que han podido asistir a escuelas privadas se han beneficiado claramente de las mismas. Las escuelas tienen una calidad superior a las escuelas públicas, por lo que si tenemos en cuenta que la aritmética y la lectoescritura son indicadores clave de cuál va a ser la evolución de los niños a lo largo de su vida, está claro que los niños que van a las escuelas privadas de bajo coste van a tener mejores resultados en la vida que los que van a las escuelas públicas.
Pero sí, se puede decir que aquellos que han sido dejados atrás en las escuelas públicas se ven de alguna forma perjudicados por la decisión de aquellos que van a las escuelas privadas. Los que han sido dejados atrás no van a ser tan aventajados como los otros. Tengo claro que la solución es evidente: hay que ayudar a todo el mundo a que tenga una educación de calidad. Algunas personas piensan que pueden hacerlo en las escuelas públicas. Mi opinión es que la forma más sencilla, más eficiente y más eficaz de conseguirlo es permitir que los niños que han quedado aparcados en las escuelas públicas puedan acceder a las escuelas privadas mediante bonos o becas específicas. Así es como se supera el problema de la desigualdad.
James Tooley: Recuerde las cifras que le he dado antes por ejemplo con respecto a África Occidental: en las áreas urbanas un 70% o más de los niños están ya utilizando este tipo de escuelas. La situación es similar en la India, Pakistán y Sudeste Asiático. Por lo tanto, en estos momentos se está produciendo ya una gran revolución, sobre todo en las áreas urbanas. Esto está teniendo ya un gran impacto en la subida de los niveles educativos. Pero el tema está claro: los datos demuestran que la calidad de la educación es mejor en estas escuelas, lo que producirá mejoras sociales. La educación se encuentra estrechamente vinculada a las mejoras económicas. Por lo tanto, cuanta más educación de alta calidad se tenga, más mejorará la economía de una nación. La experiencia demuestra que la forma de hacerlo es acercarse al sector privado, no buscar y probar otras soluciones.
Lo que está ocurriendo es que los servicios públicos se están reduciendo cada vez más. Las cifras que tenemos respecto del Estado de Lagos en Nigeria, que ha sido el más estudiado en esta materia, muestran que desde 2010-11 se ha producido un aumento desde casi el 60% de alumnos matriculados en escuelas privadas hasta más del 70% ahora. Esto quiere decir que el cambio producido durante los últimos cinco años ha sido enorme. Por lo tanto, parece que las escuelas privadas seguirán creciendo y creciendo hasta que los gobiernos y las agencias internacionales puedan solucionar el tema de la educación pública. En mi opinión esto va a ser muy beneficioso, dada la mejor calidad de las escuelas privadas.
Prachi Srivastava: Falta una verdadera investigación a nivel sistémico. No hay muchos estudios que realmente hayan estudiado el impacto sistémico de las intervenciones privadas dentro de los sectores públicos, y desde luego no dentro del marco de la competencia.
Diría a los responsables políticos que si de verdad quieren entender el impacto de estas intervenciones, deben ponerse realmente serios con el tema, no limitarse a simplemente debatir sobre ello sino a realizar incluso estudios a pequeña escala dentro de los contextos locales para ver lo que está pasando realmente sobre el terreno y qué tipo de intervenciones pueden ampliarse, que sean gratuitas al inicio de la escuela. Creo que este es el tema fundamental. No se trata de si el sector público o privado interviene mejor en un aspecto determinado, sino de qué es realmente lo que podemos hacer en sectores gestionados de forma pública o privada para mejorar la calidad y la accesibilidad sin provocar gastos excesivos o adicionales a estas familias.
Prachi Srivastava: Creo que uno de los temas principales tiene realmente que ver con esta cuestión de la accesibilidad y de las definiciones. Cuando alguien oye el término tasas bajas o bajo coste, al menos en los medios de comunicación occidentales o del norte, o incluso en países en vías de desarrollo cuando hablamos de responsables educativos que pueden no haber experimentado directamente nunca estos aspectos reales de la exclusión o de las privaciones a las que tienen que hacer frente las familias con economías inestables, creo que se asume que se trata de tasas bajas o de bajo coste en términos absolutos y que todo el mundo se lo puede permitir. Desde luego cuando empezamos a traducir estos términos a céntimos al día o a dólares al día, te puedes imaginar lo que suponer decir que «acceder a esta escuela de bajo coste solamente cuesta 60 céntimos al día». Sin embargo, si ponemos este dato en un contexto local en el que el salario diario puede ser de solamente 1,35 dólares, resulta que proporcionalmente las familias tienen que dedicar realmente una parte muy significativa de sus ingresos para que un solo niño pueda acceder a una determinada escuela.
Por lo tanto, cuando nos ponemos en situación y tratamos de entender la situación del quintil inferior de las familias más pobres, el 20% de los que menos tienen, los más desfavorecidos desde el punto de vista social y económico, creo que el tema en términos de asequibilidad no ha sido adecuadamente tratado, no solamente en los medios de comunicación, sino que tampoco lo ha sido en la literatura académica y desde luego tampoco a nivel de política educativa.
Cuando una empresa o cadena de escuelas o un donante dice que «estamos apoyando escuelas de bajo coste», creo que la primera pregunta que los responsables educativos deberían hacerse es: «¿bajo coste para quién?»
James Tooley: Creo que el tema de la asequibilidad de las escuelas privadas frente a las escuelas públicas, es fundamental para tratar de entender qué es lo que está pasando en este campo. La gente habla de comparaciones diciendo «bueno, al fin y al cabo las escuelas públicas son gratuitas». Esta forma de pensar es absurda. Las escuelas públicas no son gratuitas para los padres. Los padres tienen que pagar uniformes, libros, zapatos, transporte, comida, etc, las cuotas de las Asociaciones de Padres de Alumnos, las tasas de los exámenes. Todo esto son costes que existen en las escuelas públicas.
Cuando desglosas uno por uno todos los costes que supone enviar un niño a la escuela pública y todos los costes que supone enviar a un niño a una escuela privada, los resultados que obtienes son muy interesantes. Me remito otra vez al estudio realizado en África Occidental, en los barrios bajos marginales de Monrovia, Liberia. El estudio demostró que el coste que supone para un padre enviar a un niño a una escuela pública representaba de media un 75% del coste de enviar a un niño a una de estas escuelas privadas de bajo coste. Es cierto, la escuela privada es más cara, pero no mucho más si lo comparamos con la idea [equivocada] de que las escuelas públicas son gratuitas y las escuelas privadas son caras.
Esto es algo muy importante. Hay que señalar por cierto que las escuelas privadas tienen un horario lectivo más largo que el de las escuelas públicas. Por lo tanto, si miramos el coste por hora, puede resultar que las escuelas privadas sean incluso más baratas para los padres que las escuelas públicas. Creo que este es un tema que debe ser tratado y que es fundamental contextualizar los argumentos. Las escuelas públicas no son gratuitas.
James Tooley:
Tooley, J. (2013). The beautiful tree: A personal journey into how the world’s poorest people are educating themselves. Washington, DC: Cato Institute.
Tooley, J. (2012). Big Questions and Poor Economics: Banerjee and Duflo on Schooling in Developing Countries. Econ Journal Watch 9(3), 170-185.
Tooley, J. and Longfield, D. (2015). The Role and Impact of Private Schools in Developing Countries: A Response to the DFID-Commissioned ‘Rigorous Literature Review’. Pearson.
Prachi Srivastava:
Srivastava, P. (Ed.) (2013). Low-fee private schooling: aggravating equity or mitigating disadvantage? Oxford: Symposium Books.
Srivastava, P. (2015). Low-fee private schooling: what do we really know? From Poverty to Power, Oxfam Blog, 11 August 2015.
Fuente del Debate:
http://learningportal.iiep.unesco.org/es/Debate/publico-o-privado-la-proliferacion-de-las-escuelas-privadas-de-bajo-coste-mejora-o-frena-el-aprendizaje-para-todos