América del Norte/México/28 de Agosto de 2016/Autor: Isaias Alvarado/Fuente: La Opinión
Clases especiales que aceleren su aprendizaje, asesoría legal, tutoría sobre el sistema judicial y personal calificado que les entienda, son algunas de las estrategias que deben implementar las escuelas públicas de Estados Unidos para que los niños refugiados de Centroamérica y México, cuyo éxodo ha vuelto a repuntar en los últimos meses, logren el cometido que los trajo a este país: tener una vida mejor.
A esta conclusión llegó un panel de expertos luego de analizar los desafíos que se han presentado en los planteles por la llegada de miles de menores y sus familias que han huido de la pobreza y violencia en Centroamérica y México, y que fue uno de los temas analizados durante la tercera conferencia de la Asociación de Escritores de Educación (EWA) que esta semana se realiza en Washington D.C.
La ola de niños migrantes provenientes de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, ha sido uno de los retos más grandes a los que se enfrentan los distritos escolares en los últimos años.
De octubre de 2015 a junio de 2016, más de 42,000 jóvenes y sus familias fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, el segundo periodo más elevado desde 2013, cuando este éxodo alcanzó su pico con 67,338 entradas.
“Los retos más grandes que tienen estos niños es que tienen poco tiempo para graduarse y la falta de conocimiento de cómo funciona el sistema de este país”, dijo Gabriela Uro, directora de política e investigación del Council of the Great City Schools, en la ponencia “Cómo educar niños inmigrantes para que tengan éxito”.
Adolescentes de entre 14 y 17 años conforman el sector más grande de niños refugiados, edades que comprometen las posibilidades para obtener un diploma de secundaria, continuar su educación superior y progresar.
“El mayor porcentaje de estos niños son hombres, pero también hay mujeres embarazadas y madres solteras”, agregó Uro respecto a otro desafío que enfrenta dicho grupo.
Necesidades y recomendaciones
Solo algunos distritos escolares, como los de Los Ángeles, Oakland y Nueva York, han creado programas que tienden la mano a los menores migrantes.
Pero muchos otros, reclamaron los expertos en el evento del EWA, no han hecho esfuerzos importantes para atender su rezago académico, la carencia de representación legal y la falta de apoyo emocional (por la violencia experimentada en sus países y su trayecto hacia EEUU, la separación de sus familias y su situación incierta al estar en un albergue).
Algunas de las estrategias recomendadas en el evento han sido ofrecer clases especiales que aceleren el aprendizaje de estos niños, incorporarlos estratégicamente en clases, formar grupos o programas especiales para ellos, y colaborar con organizaciones sociales para darles ayuda legal y albergue en caso sea necesario.
También se aconsejó contratar a personal calificado para dar servicio psicológico en casos de trauma y entrenar al personal docente y administrativo respecto al trato con jóvenes con experiencias y responsabilidades de adultos.
Algunos de los menores refugiados han llegado con deudas de traficantes de personas y con la obligación de trabajar para ayudar económicamente a sus familias.
“Tenemos muchos estudiantes en esa situación”, afirmó otro ponente del EWA, Luis Duany, director de apoyo escolar del Internacionals Network for Public Schools, con planteles en California y Nueva York.
“Los maestros tienen que entender a estos estudiantes y saber diferenciar qué necesita cada uno”, agregó.
Yolanda Torres, superintendente del Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York y también ponente en la conferencia del EWA, indicó que a pesar de que esta nueva oleada de migrantes está llegando en la adolescencia es posible subirlos al tren del éxito educativo, pero subraya que se necesita de voluntad política.
“Las escuelas deben proveerles servicios diferentes porque no todos estos niños tienen las mismas situaciones”, señaló Torres.
Preparar a los jóvenes refugiados en la transición a un nuevo y complejo sistema estadounidense evitaría que se metan en líos legales, según Uro.
“No deben ser aislados, sino les deben apoyar, brindarles más consejeros”, dijo.
Dada su precaria situación económica, los colegios comunitarios y los programas vocacionales son vistos como una vía apropiada para que los niños migrantes encuentren rumbo hacia una mejor vida.
La EWA reunió a más de 40 periodistas latinos de distintas ciudades de EEUU para escuchar los análisis de educadores, investigadores y expertos sobre temas como segregación, finanzas escolares, exámenes estandarizados, alumnos indocumentados y la preparación hacia la universidad.
Fuente: http://www.laopinion.com/2016/08/02/expertos-ninos-refugiados-necesitan-clases-especiales-y-mas-apoyos/