América del Sur / Argentina / 27 de agosto de 2016 / Por: Jorge “Turco” Sobrado Ex detenido desaparecido de Campo de La Ribera
Más de 10.000 personas presentes para escuchar la lectura de la sentencia. La lucha contra la impunidad continúa.
La jornada de este jueves estuvo marcada por sensaciones encontradas. Después de 40 años me reencontraba con mi historia.
Ver tantos rostros surcados por arrugas de familiares y sobrevivientes era movilizante. Más movilizante aún fue ver a miles de jóvenes tomando como propio este triunfo, que lleva más de cuatro décadas de constante lucha y movilización de los organismos de Derechos Humanos, los sobrevivientes y sus familias, los trabajadores y la juventud junto a los partidos de izquierda.
Todo sucedía bajo un sol abrasador en la puerta del tribunal. No fue la concesión gratuita de ningún gobierno en estos años, era el triunfo de la perseverancia y la lucha llevada adelante sin descanso.
La contradicción más grande era saber que por más de 2.500 compañeros que pasaron por La Perla solo eran juzgados los genocidas por 716 compañeros y solo 43 llegaron al final del juicio porque, diez de ellos se fueron muriendo durante el juicio, muchos murieron impunes.
O sea que un pequeño puñado de chacales iban a ser condenados, mientras que miles de genocidas partícipes de los delitos que ahí se juzgaban seguían libres en las calles y solo dos de los imputados llegaban al juicio con cárcel común y efectiva, el resto estaba y sigue estando en la comodidad de sus casas con prisión domiciliaria.
Ya en la mañana del juicio, la solicitada firmada por el gobierno de Córdoba y todos los organismos de Derechos Humanos kirchneristas cordobeses daba la pauta que se le quería imprimir al juicio y a la jornada: transformar una lucha emblemática en una gran fiesta de la democracia. No casual, ni tampoco inocentemente, en el texto de la solicitada destacada en negritas a la consigna Memoria, Verdad y Justicia se le agregó «y Democracia».
Fue tan democrático que se permitió a Cecilia Pando participar del juicio con un grupo de adeptos a la sala que se entraba solo por invitación del gobierno o del tribunal, bajo estricta lista, mientras muchos sobrevivientes y familiares tuvimos que presenciarlo en una sala contigua en un plasma. Una verdadera provocación de los organizadores.
Los titulares del diario La Voz del Interior en el día del juicio y posterior a él, resaltan el valor del juicio como un final a un fallo histórico que termina con tantos años de impunidad. Una verdadera canallada. Ni histórico, ni final. Fueron miles las víctimas, por lo tanto continua la impunidad.
Sabemos del esfuerzo del gobierno de Cambiemos que entre macristas y radicales pretenden cerrar el pasado y reconciliar a la sociedad con las fuerzas represivas. Ese y no otro es el objetivo de la campaña del diario La Voz. El Gobierno, y lamentablemente, los organismos de DDHH kirchneristas entraron en la lógica del posibilismo.
Como víctima, sobreviviente del Campo de la Ribera y militante del CeProDH llamo a continuar la lucha por imponer la fecha de los juicios que faltan en Córdoba y el país que solo se van a conseguir no bajando las banderas, sino seguir luchando en las calles y no comprar espejitos de colores del gobierno la Justicia y los organismos K.
Por eso hoy me presenté en la Fiscalía Federal acompañado de la abogada del CeProDH Leticia Celli, para hacer la denuncia de mi caso y presentarme como querellante, y que de una buena vez los Tribunales Federales cordobeses fijen la fecha para el juicio por el Campo de la Ribera que ya tiene 700 denuncias y los jueces no llamaron a declaración a ningún genocida de los imputados. A redoblar la lucha. No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Megacausa-La-Perla-a-cuarenta-anos-de-mi-detencion