Por: Ruth Harf
La escuela, y por lo tanto también el nivel inicial, se propone facilitar la reconstrucción del conocimiento individual a partir de la apropiación y de la reinvención de la cultura; se constituye en organizadora de la experiencia de los sujetos que por ella transitan.
La función pedagógica del nivel inicial se fundamenta en una visión sociohistórica del niño y de la educación, y puede ser entendida como aquella que se refiere a una práctica que tiene como punto de partida la práctica social de los niños y que se propone ampliar sus experiencias y conocimientos, a través de actividades que procuren nuevos aprendizajes.
Es función de la enseñanza crear condiciones para el desarrollo de las capacidades de convivencia, de ser y estar con los otros en una actitud básica de aceptación y autoaceptación, de respeto y autorespeto, de confianza y autoconfianza que permitirán que los niños accedan al conocimiento de la realidad social y cultural.
El nivel inicial representa una propuesta y una oportunidad para la necesidad de la sociedad de tener sujetos educados, amparados afectiva y pedagógicamente, desde la más temprana edad. Pero es, sobre todo, condición fundamental para la concreción de los Derechos del Niño, en tanto sujetos educables desde temprano, donde se conjugan el afecto, la contención, el cuidado, con la oferta pedagógica.
La educación inicial no es en absoluto una etapa únicamente “preparatoria” para las etapas o niveles subsiguientes, aunque no hay ninguna duda de que forma parte de las trayectorias escolares y que produce un fuerte impacto en las reales condiciones y posibilidades de aprendizajes posteriores.
La atención a este nivel educativo resulta clave para abordar una formación asentada en el ejercicio de los derechos humanos, que asegure una educación de calidad inclusiva, y que ha de empezar en la etapa inicial del ciclo vital.
En este nivel se atiende al individuo desde una concepción que lo entiende como una totalidad integrada e indivisible, dentro de su contexto sociocultural inmediato, como un individuo social, como una totalidad sujeto-medio, sujeto-circunstancia.
El nivel inicial resignifica la idea de “socialización”: no hace referencia, como pensábamos antes, a que los niños aprendan a estar con otros sin “lastimarse”, sino que es un proceso más profundo, de mayor envergadura, que se propone como tarea que las nuevas generaciones accedan y se apropien de los contenidos de la cultura y adquieran las competencias necesarias para ser miembros activos en la misma.
Tomado de: http://www.clarin.com/sociedad/Vital-educacion-calidad-inclusiva_0_1642035977.html