Por Pablo Solón
Estamos viviendo una crisis sistémica que sólo puede ser resuelta con alternativas sistémicas. Lo que la humanidad enfrenta no es sólo una crisis ambiental, económica, social o institucional. Esta es una crisis de la humanidad y del sistema de la Tierra. Es una crisis sistémica provocada por un conjunto de factores entre los cuales destaca la búsqueda incesante de ganancias del sistema capitalista a expensas del planeta y la humanidad. Este sistema está llevando a la extinción de especies, a pérdidas importantes de la biodiversidad, a la degradación del ser humano y a sobrepasar los límites absolutos de la naturaleza. Esta no es una crisis cíclica, más del capitalismo, en la que después de sufrir una depresión se recupera con cifras récord de crecimiento para continuar su expansión. Esta es una crisis mucho más profunda que se ha extendido a todos los aspectos de la vida en la Tierra y que ahora tiene dinámica propia sin posibilidades de revertirse en el marco del sistema capitalista.
No hay una sola alternativa. Hay muchas alternativas. Algunas vienen de los pueblos originarios como el “Vivir Bien”. Otras, como el “Decrecimiento”, se construyen en las sociedades industrializadas que han sobrepasado los límites del planeta. La “Desglobalización” es una reacción al proceso de globalización de las transnacionales. El “Eco-socialismo” es un intento de repensar las alternativas desde una perspectiva no antropocéntrica. La “Soberanía alimentaria” es una
propuesta que desarrolla las alternativas concretas que nacen desde los pequeños agricultores, los campesinos y los pueblos indígenas. El “Eco-feminismo” aporta la dimensión de las mujeres esencial para superar el patriarcado que se enlaza con el antropocentrismo. Los “derechos de la Madre Tierra” buscan construir nuevas formas de relacionamiento con la naturaleza. La propuesta de “los comunes” enfatiza la autogestión de las comunidades humanas. La “economía solidaria”, la “economía para la vida”, la “economía de transición”…todas aportan desde diferentes perspectivas. Todas tienen fortalezas, limitaciones, contradicciones y puntos en común. Todas son propuestas en construcción. Son piezas de un rompecabezas que tiene múltiples respuestas y que se altera con el agravamiento de la crisis sistémica. Nuestro propósito es entender estas alternativas en su devenir, identificar sus potencialidades y buscar la complementariedad entre estas distintas visiones para hacer frente a la crisis sistémica.
En esta publicación nos centraremos en una de estas propuestas: el Vivir Bien (Bolivia), Buen Vivir (Ecuador), el sumaq qamaña (aymará) o el sumak kawsay (quechua). Nuestro objetivo es analizar el proceso de construcción del concepto del Vivir Bien, destacar algunos de sus elementos esenciales para la construcción de Alternativas Sistémicas, evaluar lo que ha sido su implementación en Bolivia y Ecuador, -con mayor énfasis en el primer país por el involucramiento y conocimiento del autor- e intentar dar una respuesta a una pregunta que muchos se hacen después de una década de gobiernos progresistas en los Andes ¿Es posible el Vivir Bien más allá de la comunidad indígena?
¿Después de una década de gobiernos que abrazaron esta visión indígena, nos hemos acercado a su comprensión
e implementación? Y si nos hemos perdido en el camino ¿cómo retomar la senda del Vivir Bien?
Para descargar el libro: http://www.rebelion.org/docs/213302.pdf