16 Octubre 2016/Fuente: lanacion /Autor: Jorge Martínez
“Quizás porque mis padres no pudieron acceder a una educación universitaria, o por mi autoexigencia, siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente. Además, hay que estar permanentemente informado, conocer la agenda y tratar de incidir en ella, identificar correctamente el interés nacional de tu país”.
“Siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente”, resalta el experto uruguayo del sector diplomático, Federico Perazza, licenciado en Relaciones Internacionales y actual embajador de Uruguay en Paraguay. En una entrevista La Nación accedió a conocer la historia y formación del diplomático, resaltando todo aquello vivido como ejemplo para poder superarse día a día.
Perazza menciona que una de las claves principales radica en la educación y preparación que uno recibe en la familia y saber aplicarlo correctamente al equipo de trabajo al que uno pertenece.
-De 1 al 10, ¿cuán importante es para usted la educación que recibe de la familia para la formación profesional y cómo ayuda esto a una persona para liderar un equipo de trabajo?
-Cuando uno es un niño tu universo gira entorno a tu familia y a tu casa. Desde allí fui viendo el mundo con los valores que iba recibiendo de mis padres, que no eran otros más que el respeto, la generosidad, la honestidad, el esfuerzo diario (mis padres fueron funcionarios públicos que privilegiaron la educación mía y la de mi hermano), el sentido de la responsabilidad y la importancia de la educación. Quizás porque mis padres no pudieron acceder a una educación universitaria, o por mi autoexigencia, siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente. Todos los días trato de aprender algo nuevo (celebro siempre desde el lugar en que me encuentre esa oportunidad de poder seguir creciendo profesionalmente), de procesar de la mejor manera la información que voy adquiriendo a través de mi trabajo y mis ocupaciones porque, como dice Francis Bacon, “la soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos”.
-¿Cómo fueron sus inicios laborales, en qué momento entró al mundo diplomático y a qué se debió tal decisión?
-Cuando obtuve mi título y al cumplir 23 años decidí intentar formar parte del Servicio Exterior Uruguayo. Me atraía esa carrera aunque la veía muy lejana (mi familia no tenía ninguna vinculación con la diplomacia uruguaya). Pero al mismo tiempo me daba cuenta que mi salida laboral como licenciado en Relaciones Internacionales necesariamente pasaba por el Ministerio de RREE o por el sector privado vinculado al comercio exterior. Me decidí por lo primero y fue así que en 1993 a través de un concurso de oposición y méritos (único mecanismo posible para formar parte del Servicio Exterior de carrera en mi país) logré acceder a los cupos vacantes para ese año y desde entonces más de la mitad de mi vida la he consagrado a la carrera diplomática.
-¿Es usted entonces un embajador de carrera?
-Correcto. Si bien podría considerarse que soy un embajador joven en comparación con generaciones anteriores de embajadores uruguayos, lo cierto es que, como dije, empecé a los 23 años y desde entonces he ido transitando los distintos eslabones de la carrera diplomática que me han permitido alcanzar el puesto de embajador de carrera.
-¿Cómo fue formándose profesionalmente?
-La base de mi formación la tuve en la Universidad de la República y en los cursos de actualización de la Academia Diplomática. Pero yo diría que el grueso de mi formación se debe a la experiencia de haber pasado por Ginebra y Nueva York. Siempre digo que esos dos puestos son, para quienes amamos la diplomacia multilateral, el nivel mayor de exigencia y una verdadera prueba de fuego para un diplomático. Hay que estar permanentemente informado, conocer la agenda y tratar de incidir en ella, identificar correctamente el interés nacional de tu país, sugerir a tu Cancillería (que es mi equipo de trabajo en este caso) algunos cursos de acción y fundamentalmente informar para que tus iniciativas sean viables y certeras.
-¿Dónde nació y cómo fue su infancia?
-Nací en Canelones, un departamento del interior de Uruguay. En mis primeros años Canelones era una ciudad muy aldeana, una vida de permanente interacción con los vecinos, un universo que se circunscribía al barrio, casa y cuadra, donde todos nos conocíamos y concurríamos a la misma escuela y liceo público y teníamos los mismos divertimentos: el fútbol, los buenos momentos con la familia y algún paseo cerca.
Fuente de la entrevista: http://www.lanacion.com.py/2016/10/16/educacion-continua-la-clave-buen-proyecto-vida-profesional/
Fuente de la imagen: http://www.lanacion.com.py/wp-content/uploads/2016/10/24-dom-01-cp-750×420.jpg