Estados Unidos: Trayectoria de escuela a prisión: discriminatoria y nociva para Nueva York

Estados Unidos/27 abril 2017/Fuente: El Diario NY

Las escuelas de la ciudad de Nueva York envían a prisión a jóvenes latinos y de raza negra por infracciones menores y conducta juvenil normal, al imponerles castigos como si fueran delincuentes.

La trayectoria de escuela a prisión tiene un impacto desproporcionado en estudiantes de color. Ponerle fin protegería mejor a estos jóvenes, particularmente a los inmigrantes vulnerables bajo el gobierno de Trump.

De todos los estudiantes arrestados, 92%  son latinos y de raza negra, como también lo son 91.7%  de todos los estudiantes que recibieron una citación penal en escuelas, según un nuevo informe del Center for Popular Democracy y Urban Youth Collaborative. Es 8.3 veces más probable que la policía intervenga si se trata de estudiantes negros que blancos, y 4.4 más probable en el caso de alumnos latinos. Setenta por ciento de todas las condenas son por trasgresiones no delictivas y delitos menores. No deberíamos sacar a los estudiantes de las escuelas para llevarlos a los tribunales por problemas de disciplina.

El informe, The $746 Million a Year School-to-Prison Pipeline, calculó que acabar con la trayectoria de escuela a prisión le ahorraría millones a la ciudad al compensar por los recortes de fondos que se tiene previsto realice el gobierno de Trump con inversiones en programas que realmente apoyan a los alumnos.

Todos los años, la trayectoria de escuela a prisión en la ciudad de Nueva York cuesta $746 millones. Esta cifra incluye los salarios de policías en las escuelas, el personal necesario para las audiencias sobre suspensiones, los gastos de encarcelamiento y tribunales penales, detectores de metal y cámaras de vigilancia, además de decenas de millones en ingresos tributarios perdidos porque los estudiantes abandonaron los estudios tras ser arrestados o suspendidos.

Estos gastos mayormente se orientan a actividad policiaca en vez de personal de apoyo. Por ejemplo, hoy en día, Nueva York emplea a más de 5,500 agentes en la división de seguridad escolar del Departamento de Policía de Nueva York en comparación con apenas 2,800 consejeros a tiempo completo y 1,250 trabajadores sociales a tiempo completo.

No hay evidencia alguna de que esta actividad policiaca produzcan un entorno más seguro para el aprendizaje. La presencia policial no reduce los incidentes de hostigamiento ni las peleas. De hecho, ciertos estudios indican que los alumnos se sienten menos seguros cuando hay policías en la escuela. Es más, de todas las citaciones que la policía de Nueva York emite anualmente, en solo 20 por ciento se encuentra culpabilidad.

Las actuales medidas disciplinarias de exclusión de la ciudad de Nueva York tienen un impacto negativo en estudiantes como Ari, quien recién se estaba adaptando a su familia temporal cuando fue suspendida 60 días por su participación en una pelea. Perjudican a jóvenes como Markeys, que es LGBTQ y tiene una discapacidad, a quien la policía llevó a la sala de urgencias tras una emergencia de salud mental.

El problema se ha vuelto incluso más urgente con la elección de Donald Trump, quien tomó medidas inmediatas para aumentar las deportaciones en comunidades de inmigrantes y exigió prácticas policiales opresivas en comunidades negras.

La definición más extensa de “criminal” para fines inmigratorios del nuevo gobierno incluye cualquier delito, por insignificante que sea. Además, cuando se arresta a un estudiante, como fue el caso de más de 1,000 el año pasado, estos arrestos se documentan en una base de datos a nivel federal, lo que facilita que las autoridades de inmigración identifiquen a alumnos indocumentados y luego procedan a deportarlos.

En vez de continuar la errada política que perjudica a estudiantes como Ari y Markeys –y que actualmente ponen en verdadero peligro a niños inmigrantes– el alcalde Bill de Blasio y el Concejo Municipal deben comprometerse a dejar atrás la vigilancia policial excesiva y a invertir en la salud, el crecimiento y el bienestar de nuestros estudiantes.

Afortunadamente, ya han empezado a trabajar en un plan para alcanzar dicho objetivo jóvenes de toda la ciudad, organizados por medio de Urban Youth Collaborative con miembros de Make the Road New York, Sistas and Brothas United y Future of Tomorrow.

Su “Plan de Justicia Escolar para Jóvenes” incluye el fin de los arrestos y las citaciones por trasgresiones no delictivas y por delitos menores, limita las suspensiones de largo plazo, elimina las suspensiones por infracciones menores, propone la inversión en consejeros, trabajadores sociales y otros servicios de apoyo, además de oportunidades para que los alumnos se superen por medio de un programa universal de empleo y mayor acceso a la universidad.

Martin Luther King hijo afirmó que un presupuesto es más que un documento financiero; es un documento moral. La ciudad toma una decisión moral cuando despilfarra dinero en la vigilancia policial y el encarcelamiento de jóvenes en vez de apoyarlos y ayudarlos a tener éxito.

Fuente: https://eldiariony.com/2017/04/25/trayectoria-de-escuela-a-prision-discriminatoria-y-nociva-para-nueva-york/

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